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31.

Jimin durmió el resto del día, cada tanto se despertaba para ir al baño o tomar algo de agua, pero estaba muy somnoliento, además de la fiebre y el dolor de cabeza y volvía a dormirse rápidamente.

Jungkook preparó ramen para compartir con Taehyung, quien se quedaría la noche de nuevo, y el peliazul terminó lavando los platos y cuidando a Jimin un rato, mientras el Beta tomaba un baño, preparaba las cosas para ir a la universidad en la mañana, y repasaba un par de veces más sus resúmenes.

— Sí que eres aplicado— le comentó el Alfa, y Jungkook sonrió con algo de cansancio.

— Te exigen mucho durante el estudio para que al terminar te sientas liberado.

— ¿Y funciona?

— Por supuesto, por eso hay festejos cuando terminas una carrera. Y considerando que no necesito recordar todo de memoria a la hora de atender a alguien, sí, funciona, me estreso menos en el trabajo que con esto— dijo, acomodando sus papeles—. Si hay un caso especial vuelvo a estudiar, pero casi siempre es lo mismo, no hay mucho de nuevo.

Taehyung asintió, quería hablar, quería decir más cosas, pero no encontraba palabras ni energías.

Se sentía muy mal y estaba muy sensible por su mejor amigo.

Jungkook lo comprendió sin esfuerzo, se levantó del sillón, fue hacia él para dejar una caricia en su marca, junto con una especie de abrazo, y murmurar un "Descansa bien", antes de volver con Jimin, a su nido.

El Omega se acurrucó en su pecho, abrazando su cintura, como todas las noches, se enrredaron entre ellos para viajar al mundo onírico juntos.

Los sueños, los recuerdos de vidas pasadas, todo aquello que los unía, tampoco los salvaron de su realidad, tampoco pudieron hacer que escaparan.

En sus sueños, Jungkook se vió velando el sueño del Omega de cabellos de oro, lo diferente este vez, fue  que no vivió solo la vida de sus originales, no sólo con Bich y Neul, vió más, vió sus ropas cambiar, vió los objetos modernizarse, vió el mundo evolucionar, pero siempre era lo mismo: él, mirando el sueño de su predestinado.

En el ritmo del tiempo, en el paso del sueño, en todo el momento que continuó viendo todo su camino, no sé dió cuenta cuando despertó, y al igual que en sus fantasías, miraba a su pequeño con lágrimas en los ojos, mientras esté estaba en un profundo sueño.

Limpió su rostro, se acomodó más cerca de él, su lobo se sintió triste, y claro que Jimin lo supo, así que aún inconsciente, liberó feromonas para calmarlo, la presencia de las fresas y las flores llenaron sus pulmones, y era lo único que aún podía sentir al volver a dormir, era lo único que le recordaba que Jimin seguía allí.

Por la mañana, Jimin lo despertó, el Beta sentía pequeños golpesitos en su rostro y al abrir los ojos se encontró con su sonrisa, el sol a su espalda de daba un halo angelical que lo hizo sonreír de forma honesta.

— Kookie... Tus mejillas son muy suaves, ¿Por qué no te las apretujé antes? — dijo, su voz sonaba como la de un niño alegre, y sus deditos apretaron sus leves mofletes, haciendo que se ruborizara y riera—. Cómo que eres en serio muy lindo— murmuró Jimin con fascinación.

— Tú también eres lindo, Jiminie.

— Pero me gusta tu tipo de lindo.

— Me... Me estás poniendo algo nervioso.

— Podría ponerte de otra forma.

— Bueno, suficiente— el pelinegro se alejó de él, y Jimin comenzó a reírse al verlo con las mejillas muy rojas—¿Te sientes mejor que estás así?

Jimin negó, con un leve mohin.

— Estoy igual que ayer sólo que decidí que hoy iba a estar de mejor humor... No porque este muriendo debo estar mal, ¿Sabes?

Jungkook sonrió con algo de dolor.

—Te prepararé el desayuno, Jimin, ¿Vienes?

— Si puedo levantarme de aquí— murmuró, alzando sus brazos, Jungkook fue hacia él y dejó que el Omega lo abrazara por el cuello, lo alzó como un niño, en verdad estaba bastante liviano, no le costó mucho llevarlo hasta la sala, dónde prefirió que descansará en el sillón que estuviera sentado en las sillas del comedor.

Lejos de prepararle algo que  sea un desayuno de verdad, exprimió un limón, le sumó agua y bastante azúcar, esperando que eso lo ayude.

Jimin estaba excesivamente cariñoso, más de lo normal, y quería abrazar a todo lo que se le cruzara por delante.

Jungkook tuvo que dejarlo abrazado a Tae para poder ir por sus cosas antes de ir a la universidad, para hacer el examen de una vez por todas.

Cuando ya tuvo todo listo le tocaba despedirse de su pequeño.

— Pequeño— lo llamo con ternura, los ojos azules del Omega lo miraron con total atención—. Debo irme, volveré antes de que te des cuenta.

Jimin se separó del abrazo del peliazul para alzar sus manitos hacia el rostro del Beta, tomando sus mejillas.

— ¿En serio volverás?

— Claro que sí.

— ¿Vas por tu examen final, no?

— Mjmm.

— Mucha suerte, Jungkook— lo atrajo hacia él para abrazarlo con fuerza—. Aunque no la necesitas, estudiaste mucho, eres muy listo, y sé que te va a ir genial.

— Gracias, Jiminie— dijo por lo bajo, sus rostros estaban muy cerca y Jungkook no pudo evitar ver sus esponjosos labios.

Jimin de verdad que se lo pensó, pero terminó dejando un beso en su nariz, para luego frotarlas, en un gesto cariñoso que era solo de ellos.

— Mejor te doy un beso de verdad cuando regreses, así lo aprecias más... Será tu regalo por aprobar.

— Aprecio mucho tus besos y todo de ti, Jimin— dijo Jungkook, de firma obvia, y el rubio asintió con una sonrisa—. Y ya eres el mejor regalo.

Se despidió de él con cierto pesar, hacia días que estaban uno al lado del otro y esa iba a ser la primera vez que más se separaran, tanto en distancia como en tiempo, y apenas le tomó unos minutos a Jungkook para sentirse algo sólo, y con cosas tontas como ver flores o ver un parque bonito, pensaba en llevar a Jimin hasta allá.

Fue hasta la universidad en un taxi, al entrar se registró, y fue directo a la sala dónde tendría el examen, eran al menos unas cien personas en la misma situación que él.

La ventaja que tenian esos exámenes es que al ser tantos, buscan ser lo más rápidos y concretos que se pueda lograr, un par de esquemas, un par de cruces en preguntas de selección múltiple, y sólo unas pocas en las que tenía que hacer una respuesta medianamente larga.

Rápido de terminar si había estudiado correctamente, y rápido de corregir.

Estaba centrado en el examen, ya iba más de la mitad y habían pasado unos cuarenta minutos, de un permitido de dos horas, cuando comenzó a sentir a su lobo gruñir por lo bajo.

Lo maldijo y negó para volver al examen.

No pasaron más de diez minutos, que el lobo volvió a insistir.

"Jimin, el Omega, Jimin, Omega..."

Se sentía inquieto, preocupado, como si una amenaza estuviera cerca, paranoico.

Jungkook nunca había tenido un lobo tan despierto, así que seguía incomodandole demasiado todo lo que hacía, a demás de que lo confundía mucho y no le permitía concentrarse en nada más que en el pulgoso.

Su lobo estaba bastante enojado, hasta que finalmente dió un suspiro pesado, y temblando para controlar a su lobo, que quería salir corriendo de allí para volver a la casa, se acercó a la mesa de su profesor con el examen en sus manos.

— Disculpe, aún no he terminado, pero estoy cuidando a un Omega con el lazo roto y me llamaron, ¿Podría dejarle la prueba mientras hago la llamada?

El viejo solo asintió y el pelinegro dejo los papeles sobre su escritorio, antes de salir del aula y en al pasillo, sacar su celular para llamar a Taehyung, estaba temblando, con un lobo molesto que pedía salir, y sudando frío por todo lo que pasaba.

El Alfa atendió a los tres tonos de la llamada.

¿Jungkook?

— Tae, ¿Cómo está Jimin? — su voz sonó tensa.

Taehyung se tomó un momento para responder, lo escuchó levantarse del sillón.

Se fue a dormir hace un rato, estaba algo cansado y le dolía la cabeza— dijo, escuchó sus pasos e ir hasta el cuarto del rubio—. Lo abrigue y le dejé un trapo frío para que descanse... Él sigue igual, está temblando un poco.

— Puede ser por el trapo frío, quitaselo— el peliazul hizo un sonido afirmativo—. ¿Entonces si está bien?

Escuchó un murmullo de fondo, que supo que sería Jimin, y se sintió algo mal por molestarlo en su sueño.

Está bien, Jungkook, no te preocupes, mientras más pronto termines el examen más pronto podrás volver con él— el Beta asintió—. Ve, que te queda un rato, suerte.

— Gracias, sí, ya vuelvo, te llamo cuando salga. Si pasa algo llámame.

Claro.

Colgó y se tomó unos segundos para respirar profundamente.

— ¿Ya ves que no pasa nada, pulgoso? Deja de ser tan paranoico, sólo me asustas.

Volvió y agradeció al profesor, antes de tomar su prueba y continuar con el examen, su lobo se había calmado bastante, aunque una parte seguía muy en alerta y tuvo media hora dónde respondió con tranquilidad casi todo lo que quedaban, faltando tres preguntas, y sobrando treinta minutos, sintió su celular vibrar en su bolsillo.

Con algo de vergüenza lo asomó de su bolsillo para ver y leyó el nombre de "Kim Taehyung".

No tuvo tiempo en pensar en responder cuando un aullido lastimero lo rompió por dentro, haciendo que ahogue un grito de dolor, su lobo comenzó a ladrar y llevo una mano a su pecho, sintió que el aire comenzaba a faltarle, supo que era Jimin sin tener que pensar demasiado.

Tomó sus cosas de forma apresurada y tambaleante, sus piernas temblaban, dejó el examen sobre el escritorio y salió corriendo de la universidad, mientras recuperaba la llamada que había perdido entre todo aquello.

— ¡Tae! ¿Qué pasó? ¿Jimin?

J-Jun... No lo sé, él me insistía que estaba bien, él ni me dejó decirte nada... Él no me dijo nada, Jungkook, nada- — el Alfa lloraba y hablaba rápidamente, desesperado.

— Taehyung, tranquilízate, dime qué pasa— sentía que su corazón se iba a salir de su pecho de tanto latir, fue hacia la parada de taxi que estaba en la esquina de la universidad.

Él nunca estuvo bien, me pidió que mienta cuando llamaste más temprano, pero no estaba tan mal, pero ahora... Está mal, Jungkook, y en serio...— lo escuchó llorar, mientras subió al primer taxi que vió y le dijo las indicaciones al chofer—. Y tengo miedo...

— Tae... Dime— rogó—. Estoy en camino, estoy yendo, dime qué pasó.

Él va y viene... Tiene desmayos, o dice cosas sin sentido... Y cada tanto tiembla, pero tiembla mucho y no reacciona a nada de lo que pasa, no puedo hacer nada.

— Tae, son convulsiones, no está temblando... Y él me llamó, estoy yendo, déjalo en el nido, que se quede allí, dile que me espere.

Lo hace, lo hará... — lo escuchó sorber sus mocos.

— Tú espérame afuera, espera en la entrada.

El Alfa murmuró un "Ajá", mientras seguía llorando, lo escucho caminar y alejarse del cuarto, lo escuchó abrir la puerta del frente y echarse en el pasto del jardín delantero.

— Taehyung... Empeoró de golpe, no son síntomas de que le queden días, quizás le queden... No lo sé... — sintió las lágrimas subir a sus ojos.

Jungkook, ¿Él empeora sin que tú estés aquí? Él dijo que... Era porque no estabas cerca, él dijo que quería aguantar más sin tí... ¿Ya he hecho eso antes? Porque no... No puede ser tan pronto, ¿O si? No puede irse ...

Jungkook se tomó unos segundos para pensar y recordó de los primeros días, cuando se había peleado de forma tonta por una charla aún más tonta sobre un primer beso.

Apenas había sido una tarde, y Jimin había levantado fiebre y su marca se había oscurecido, luego había mejorado enormemente.

Esperará que mejorara de nuevo.

Escuchó a su lobo aullar, y sintió vergüenza por si se había escuchado en el exterior también, pero el chófer no había hecho caso a nada.

Escuchó a un segundo lobo aullar consigo, desde adentro, ya había aullado con él antes.

— Taehyung, ¿Sigues ahí?

Taehyung estaba llorando y se abrazaba a si mismo para calmarse, seguía presente, y sólo hizo un ruido afirmativo que dió pena.

Creo que ya es hora.

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