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Epílogo

A Lisa le tomó un par de días volver a sentirse igual de enérgica que antes, y cuando se sintió completamente capaz, acompañó a Jennie a la universidad, a buscar su nota de su último exámen, que por supuesto, estaba más que aprobado.

Lisa felicitó con saltitos de emoción y un abrazo muy fuerte.

—Estoy muy orgullosa de ti, Jen —dijo, tomando sus mejillas, y dándole un rápido beso sin importarle las miradas de los demás.

Jennie no pudo evitar notarlas y se sintió un poco mal al respecto, principalmente porque no estaba haciendo nada malo como para que las mirarán así.

—Ignóralos —habló la omega, y tomó su mano con seguridad, caminando con la frente en alto—. Vamos por helado para celebrar, yo invito.

—No me gusta el-

—Puedes comer un poco de vez en cuando, Jen —respondió con una sonrisa.

Jennie sólo asintió y se mantuvo tranquila, tomando la mano de su chica, concentrada en su olor a fresas y flores, y a miel.

Se sentaron muy juntas en la heladería, Jennie no quería dejar de sentir su aroma porque estaba muy incómoda por las miradas de los extraños sobre ella, se sentía muy agobiada, siempre había sido muy sensible a las opiniones ajenas.

—Jennie, recuerda que somos tú y yo en esto, nadie más, no importa cuánto miren, no importa cuánto susurren, eso no va a cambiar nada de lo que siento por ti, no va a modificar nada de nosotras —le explicó, por lo bajo, cerca de su oído—. Hemos pasado por mucho para que un montón de desconocidos nos molesten ahora —dejó un beso en su mejilla—. Pareces un gatito asustado.

Jennie sonrió algo incómoda, sus mejillas estaban muy rojas. Asintió levemente.

—Puede que si este asustada. Pero sé que es estúpido.

—Lo es.

—Vamos —tomó su mano con seguridad—, termina el helado y vamos a casa.

Al regresar encontraron a Jisoo esperándolas en la entrada de la casa.

—¿Tuvieron su primera cita? —preguntó.

—Algo así —respondió Manoban—. ¿Venías para autoinvitarte a comer?

—Algo así —repitió—. Rosé me llamó diciendo que tenía un mal presentimiento de ustedes y que las acompañara, así que aquí estoy —abrió sus brazos con una sonrisa—. ¿Pasó algo?

Ambas negaron.

—El paseo fue algo incómodo, pero... Estamos bien —dijo Lisa, abriendo la puerta de la casa, dejó sus abrigos a un lado para ir a la cocina, Jennie hizo lo mismo y preguntó en qué podía ayudarla.

Jisoo las miró a ambas, preparando el almuerzo entre risas y miradas enamoradas, y se sintió algo mal al verlas, inevitablemente sola, sentada en la mesa del comedor sintiéndose "de más".

Recientemente Rosé le había llamado para decir que le habían dado más trabajo y que no podía viajar a verla, se disculpó por ilusionarla y le dijo que la amaba, pero por más que Jisoo no podía culparla y no se había enojada con ella, si se había puesto muy triste.

Al ver la fecha del día solo pudo pensar en que su alfa estaría aterrizando en ese momento para estar a su lado, pero quizás estaba detrás de una computadora haciendo trabajo de más para la estúpida empresa en la que trabajaba.

Abrió la conversación que tenía con su novia y escribió rápidamente "Lisa y Jennie están muy bien", vio que el mensaje no llegó y suspiró.

Se quedó usando su celular para no sentirse mal y despechada, hasta que tocaron la puerta, Jisoo se ofreció a ir sin más, esperaba que fueran las madres de Lisa (que recientemente le habían hablado para preguntar su salud), pero al abrir la puerta no se encontró con quien esperaba.

—Sorpresa, bebé —dijo Rosé, abriendo sus brazos hacie ella.

Lisa codeó a Jennie al escuchar la voz de Rosé, y al voltear vieron a Jisoo saltar hacia ella y se escuchó un fuerte golpe, dejaron la comida para ver a la australiana en el suelo y quejándose mientras la mayor la abrazaba y escondía el rostro en su cuello.

—Soo... Creo que me rompiste algún hueso desconocido... del trasero —murmuró la rubia con dolor.

—Estás aquí, estás... —susurró, su rostro se escondía en su cuello y su nariz se frotaba contra su piel—. Estás aquí.... —comenzó a llorar más fuerte, sus hombros temblaron y se abrazó a la muchacha, repitiendo una y otra vez que finalmente estaba allí, y que la amaba muchísimo.

—Sí, estoy —dijo, devolviendo el abrazo—, y también te amo, bebé —quiso ser fuerte pero terminó llorando también, y Jennie se sintió rara por querer llorar también. Llevo una mano a su pecho extrañada, aunque al voltear vio que era Lisa quien estaba llorando y estaba sintiendo sus emociones.

—Oh, omega llorona —habló la castaña con ternura, antes de ir hacia ella y abrazarla, dejando que llorara en su pecho.

Pasaron un lindo almuerzo las cuatro, Rosé intentó mantener una conversación acerca del viaje, de su trabajo, y de la sorpresa que se le había ocurrido muy tarde.

—Le dije que lo había cancelado a último momento y creí que no se lo creería.

—No sería la primera vez que me cancelas —dijo Jisoo, sentada a su lado y tomando su mano.

—Tienes razón, pero aquí estoy y con buenas noticias, bebé —la alfa rubia acarició su cabello en pequeños mimos—. Renuncié, me quedaré aquí contigo.

Los ojos de Jisoo se abrieron ampliamente.

—¿En serio? —Park asintió, sonriendo.

—Si voy a pasar años de esta vida lejos de mí predestinada, entonces el que haya reencarnando de nuevo es en vano, no quiero perder una vida sin ti.

Jisoo tuvo que limpiar unas lágrimas antes de abrazarla.

Lisa le dió un leve codazo a Jennie y alzó una ceja para preguntar su opinión.

—Son muy románticas —murmuró.

—Son tal para cual.

***

Las semanas pasaron, Jennie y Lisa terminaron viviendo en la casa de la omega, juntas, de forma oficial, cuando la beta había ido hasta su departamento y se había llevado todas sus cosas, y se pusieron a acomodar las cosas.

Aunque primero tuvieron que guardar todo lo que pertenecía a Jungkook, y por más que en un principio Lisa lloró un poco, antes de que Jennie pudiera consolarla, la tailandesa lo hizo sola.

—Jisoo dijo... Que tengo la suerte de que dos personas me aman, y que en cada vida me han amado. Algunas personas no pueden encontrar ni siquiera un amor. Ni Jungkook ni tú, ninguno de los dos es mejor que el otro, los dos son diferentes, muy diferentes... Y estoy muy agradecida de tenerlos a los dos en todas mis vidas.

Jennie sólo sonrió y se acercó para borrar un par de lágrimas, Lisa sonrió con ella.

—Recuerda que él no te dejó sola, pequeña —dejó un beso en su mejilla, rodeando su vientre, que ya comenzaba a tomar forma.

Lisa sonrió y asintió.

—Él no nos dejó solas —corrigió.

Luego de guardar todo lo de alfa en grandes cajas, las dejaron apiladas en un rincón del cuarto, no había otro lugar para guardarlo.

Lo pasaron tranquilas, las dos solas, por mucho tiempo, tenían las constantes visitas de Jisoo y de Rosé, y ambas se mostraban felices y cómodas saliendo las cuatro juntas también, solían tener citas dobles a menudo.

Quizás era porque compartían mucho, ambas parejas eran poco convencionales, ambas tenían complejos destinos y leyendas detrás, y al estar juntas podían sentir que las miradas y los comentarios de los desconocidos desaparecían.  Fue unos de los tantos días, donde estaban las cuatro en la casa de la omega, celebrando un pequeño Baby Shower por su octavo mes de embarazo que llegaron las personas que a Lisa no les gustaba ver.

Tuvo que abrir la puerta para recibir a sus progenitoras sin una sonrisa en su rostro, y pensaba atenderlas en la puerta, decirles gracias y que estaba bien, para que se fueran, pero como siempre, Seungwan entró sin pedir permiso.

—Veo que estás muy bien, Lisa, ya recuperada... —su mirada no dejaba de ir de su rostro hacia su vientre.

Al verla entrar, Jennie fue hacia su omega, colocándose junto a ella y tomando su mano con un apretón, para declarar su apoyo.

Tanto Seungwan como Taeyeon notaron la marca en el cuello de su hija, renovada, casi nueva, de un par de noches atrás.

—¿Te uniste a una beta? —preguntó Seungwan sin una pizca de sutileza.

Jennie no sabía qué responder, creía que lo más apropiado era una contestación igual de confrontante, un tono duro que una alfa usaría y defendería a su omega, pero era un asco para las defensas y los tonos fuertes, así que se sintió mal de no poder siquiera intentarlo, sintió que dejaba a Lisa desprotegida.

—Es mi predestinada —respondió la rubia, totalmente serio, sintiendo la presión en su pecho, perteneciente a la castaña—. Y se llama Jennie, y sí, es beta. ¿Tiene algo de malo?

—¿Cómo va a cuidarte? ¿Cómo siquiera pudo hacer un lazo contigo? —Seungwan parecía indignada, por algo que no le incumbía y no le afectaba, por lo que Lisa pensó que era una idiota—. No entiendo pero esto no-

—Justamente, no lo entiendes, por eso no deberías decir nada al respecto —murmuró Jennie, sin mirarla a los ojos, lo había hecho sólo por Lisa, quién sonrió con orgullo.

Sin duda, la omegas mayor estaba sorprendida de una respuesta así.

—A ver, no veníamos aquí a pelear —Taeyeon habló por primera vez en todo el rato, alzando sus manos, alejó un paso a Seungwan de la pareja—. Lisa, con quién sea que te unas, es tu decisión, si a ti te parece bien...

—Una omega no puede unirse a una beta, Tae. ¿No vas a decir nada al respecto? —dijo Seungwan, enojada.

—No, y como yo no digo nada, tu tam-

—No me digas qué es lo que no tengo que decir. Lisa, yo tuve una omega de hija, no una Gamma.

—¿Gamma? —repitió la mencionada, frunciendo el ceño.

—Winnie, estás provocando pelea y-

—Pues me encantan las peleas, Taeyeon, Primero tu mejor amiga es una delta —señaló a Jisoo, quien estaba aguantando sus ganas de golpearla—. Y ahora te haces Gamma. ¿Tienes que copiar todo lo que ves, Lalisa? ¿Es por ser "diferente" como ellas?

—Seungwan...

—¿Si ellas se tiran de un puente, tú también te tiras?

—¿Y si yo la tiro a usted? —murmuró Jisoo, y Lisa tuvo que tomarla del brazo para asegurarse de que no lo haría de verdad.

Seungwan —por primera vez, Taeyeon había usado su voz de alfa contra la omega, se encogió de forma instantánea.

Y por más que no fuera hacia ella, Lisa se sintió pequeña y se escondió detrás de Jennie, quien sólo se había paralizado.

—Listo, nos vamos —Taeyeon tomó el brazo de su omega, saliendo de la casa, se asomó una última vez para mirar a su hija—. Lo siento, Lisa, por todo... Espero que sean felices —añadió, antes de cerrar la puerta.

Para suerte de Lisa, esa fue la última vez que vio a sus madres, ni siquiera cuando el pequeño Jungkook nació, les envío un par de fotos del niño, a Taeyeon, y la alfa preguntó si le gustaría que lo conocieran.

Y Lisa lo pensó mucho, porque claro que le gustaría que su hijo conociera a sus abuelas, pero prefirió esperar un poco más, y disfrutar de su pequeño con Jennie, y con las tías Jisoo y Rosé.

—Mira, Jennie, te está mirando —dijo Lisa, Jungkook tenía poco ma de una semana de vida, y estaban en el hospital para darle sus vacunas.

Jennie se perdió en sus brillantes ojitos marrones, muy redondos, que la miraban con lo que parecía admiración o curiosidad.

La beta no pudo evitar reír con ternura, miró a la menor cargar al bebé, y de nuevo, como muchas veces había pasado al verlos a los dos juntos, sus ojos comenzaron a llorar pequeñas lágrimas.

—¿Ustedes dos van a hacer una competencia de quién es más pequeño, verdad?

Y como si en serio hubiera entendido, el bebé soltó una risa entre balbuceos, haciendo que Jennie fuera hacia él para tomarlo entre sus brazos y llenarlo de besos.

***

"Joohyun viene de "geuneul", que significa sombra.

Sooyoung es del homónimo, y significa luz.

Y allí donde la sombra y la luz se encuentran, dónde su amor se guarda, esperando siempre a la vida para amarse en carne propia.

En la próxima vida nos reencontraremos, y sino, será en la otra, tanto Sooyoung y tanto Joohyun son tercas para decir adiós, se aman demasiado como para dejar que se rindan".

Jisoo miró la hoja con una sonrisa.

—Sí, abu, así terminaba... No me acordaba —murmuró, guardó la hoja escrita a mano, hacia años atrás, por su abuela.

Planeaba enmarcarla y dejársela a Jennie y a Lisa como regalo de su primer aniversario juntas, aunque llegaba tarde, había sido hacia un par de semanas.

—¿Lo encontraste, bebé? —preguntó Rosé, al verla salir de la casa, estaba esperando en el amplio patio que tenía la casa de la familia de su pareja.

Habían vuelto a Daegu por unas vacaciones, más específicamente, la luna de miel de Lisa y Jennie, pero no querían ir solas.

—Sip —mostró el papel—. Es un poco más larga de lo que recordaba, pero me la sabía bastante bien.

—Tu abu sí que sabía —dijo la otra lama.

—Ella veía el futuro, sabía que me iba a encontrar con ellas, en todas las vidas me vuelvo a encontrar, al menos con una, al igual que siempre me encuentro contigo —sonrió de forma cuadrada.

—El destino ya lo tiene todo escrito.

—No todo, Rosé, no lo olvides, siempre puedes cambiar algo si no quieres-

—O si los errores te alejan, sí, me lo has dicho.

—Es para que te acuerdes bien y no se te ocurra en ninguna vida dejar de quererme.

Rosé rió y negó.

—No sería capaz, bebé —dijo, mirándola con cariño, al girar su rostro el cuello de su remera se corrió un poco y dejó ver la marca en su cuello, apenas curada, la habían renovado esa noche.

Al verla, Jisoo sonrió ampliamente, y su mano fue a la propia, acariciándola levemente con sus dedos, también estaba algo fresca y le dolió un poco el tacto.

—Te amo mucho, Soo.

—Yo también te amo, Rosie —correspondió.

Ya con la leyenda completa, regresaron al hotel, para encontrarse con sus amigas y su sobrino.  Jungkook era un pequeño de nueve meses, que dependia de sus madres como de sus tías por igual, eran una manada, eran muy unidas.

Al verlas llegar, gateó hacia ellas, dejando de lado a Jennie, quien estaba jugando con él y sus ladrillos de plástico, la beta puso una expresión triste.

Jisoo li alzó y lo levantó en el aire, haciéndolo reír mientras le daba vueltas imitando los sonidos de un avión.

A Jennie no le gustaba que hiciera eso porque decía que le batía el cerebro dentro de su cabecita, y preferían no discutirle porque comenzaba a dar una charla de medicina.

Así que Jisoo paraba rápido y sin dar muchas vueltas.

—Oh, Kookie, esos dientecitos te hacen ver como un lindo conejito.

El bebé balbuceó y aplaudió, siempre que lo comparaban con un conejo parecía alegrarse, así que creían que en serio le gustaban.

Acomodó su cabello castaño detrás de su oreja, estaba un poco largo, pero también hacia berrinche cuando se lo cortaban, así que era costumbre dejar que crezca.

Jisoo se dedicó a jugar con el niño, mientras Rosé hacia la merienda para todas.

Jungkook era como todo bebé a esa edad, tenía sus berrinches, su juguete favorito: un peluche de conejo también, la única leche que bebía era la de banana, sus costumbres eran muy marcadas, tenía preferencia con Lisa al comer, preferencia con Jennie al dormir, preferencia con Jisoo para
jugar, y con Rosé al ver la tele, así que solían hacer turnos para estar con él, evitaban que llorara y lo cuidaban con todo el amor del mundo.

Lisa decía que se parecía mucho a su Jungkook, no en todo, no era el mismo, pero compartía muchos razgos con él.

No le dolía verlo, por el contrario, le encantaba, era el regalo que la había dejado para que le haga compañía, a ella y a Jennie.

A su lado, la beta rodeó sus hombros en un abrazo tranquilo, mientras admiraba a su pequeño.

En la paz de la media tarde, pareció ser suficiente para considerarse completa.

Ya estaba completa.

***

Realmente Joohyun no viene de "geuneul", ni significa sombra, como tampoco Sooyoung es del homónimo, y significa luz, jdkwk, pero debía cambiar los nombres para que hiciera sentido.

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