—¿Un Beta puede marcar a un Omega? — preguntó Ni-ki, curioso.

— Por lo que leí en un libro, hace unos años, un Beta podría marcar a un Omega con el lazo roto, hipotéticamente, si este se encuentra muy débil, al punto de moribundo, porque hay un plazo dónde el lazo aceptaría a cualquiera, sin buscar a un Alfa fuerte, con tal de salvarse a si mismo— explico Sunghoon, había tenido que releer aquello esa mañana, cuando había decido finalmente marcar al Omega de sus ojos.

>> Pero fue una teoría rara más que nada, no se han hecho experimentos al respecto por obvias razones— esperaba que funcionara, por lo que había vivido en vidas pasadas, era cierto.

Creía que lo habían sacado de él mismo en alguna vida anterior, él siempre había sido un Beta que se unía a un hermoso Omega.

— ¿Y cuando vas a marcarlo? — preguntó Ni-ki, de forma directa, mirando a Sunghoon.

El pelinegro parpadeó con confusión, Sunoo lo miró porque quería saber lo mismo, pero él no tenía idea de la respuesta.

— ¿A-Ahora? No... Cuando sea... — preguntó Sunghoon, frunciendo el ceño—. N-No lo sé, no sé cómo se hace eso tampoco, tengo que investigar más...

Taehyung abrió sus ojos con sorpresa, hizo una mueca y asintió ligeramente.

— Bueno, yo no soy un experto, pero mí lobo siempre supo cómo hacerlo, es natural — se encogió de hombros—. Ya sabes, los Alfas sabemos cómo hacerlo aunque no nos lo expliquen, ¿Quieres que te enseñe? — ofreció.

— ¿Tú dices? No debe ser muy difícil— dijo Sunghoon, miró a Sunoo, quién tenía un puchero pensantivo, el Omega negó—. Y Sunoo ya tiene su marca, sólo tengo que marcar en el mismo lugar.

— Debes llegar a una profundidad determinada y mantenerlo así un momento, dicen que mientras más tiempo se hace más fuerte, pero no está comprobado — se encogió de hombros—. Ven, acércate, te lo explico mejor.

El peligris se levantó del sillón de la ventana, y Sunghoon de la cama.

— Supongamos que usarás la misma marca que tiene Ddeonu... — se acercó a él y bajó el cuello de su remera, la marca estaba de un rodeada de un rojo oscuro y dónde se posicionan los dientes ya estaban negros, tragó saliva al verlo—. Está hecha desde el frente, así que también tendrás que hacerlo desde allí— dijo ignorando el malestar en su estómago, mirando a Sunghoon, quién asintió, se mantuvo de pié, de espaldas a Sunoo y el Alfa se acercó a él, desabotonó los primeros dos botones de su camisa negra, y abrió su cuello dejando a la vista sus clavículas—. La mordida debe ser en el músculo de aquí.

— Se llama trapecio.

— Gracias, Doc— dijo el Alfa, haciendo a Sunoo reír—. Continuando... Debe ser lo más cerca de la base del cuello posible, ¿Sabes por qué no se hace más arriba? — Sunghoon negó—. En la Antigüedad había una moda donde solían hacerlo en el cuello porque creían que se unirían más, pero era muy común que terminaran cortándole la yugular a quien marcaran, eso quedó en la memoria de los lobos y por eso lo hacen más bajo, inteligente, ¿No?

— Qué bonito— comentó Sunoo con ironía.

Ni-ki dejo a sus dedos pasear por el cuello del Beta, acariciando con suavidad hasta conseguir el punto donde estaría la marca, su mano libre fue a sostener la nuca del pelinegro, para mantenerlo en el lugar.

Sunghoon lo sentía muy cerca y su rostro se volvió un tomate, pero no sé animó a apartarlo.

Sunoo frunció el ceño, pero intentó contenerse, mordió su labio.

— Primero tienes que estar seguro dónde morder, no puedes abentarte así como así— dijo el peligris, acarició su cuello ligeramente con sus labios—, tranquilo, no morderé, igual no pasará nada si lo hago— murmuró—, y cuando estés seguro, tienes que apoyar los canino, y luego... — sus ojos brillaron de un fuerte amarillo, no eran los de él, mirando a Sunoo directo a sus ojos, sus caminos relucieron y el Omega sintió un fuego recorrerlo por dentro— muerdes.

Sunghoon soltó un quejido al sentir la presión de los dientes en su piel, pero un ladrido lo hizo saltar hacia atrás y junto con un empujón de parte de Ni-ki, trastabillo al chocar con algo bastante grande, se sostuvo del borde de la cama, para ver un lobo casi blanco sobre el Alfa, quién más que asustado por el animal que gruñía sobre él no podía parar de reír.

— ¡Sunoo! ¡Sunoo, sueltalo!

— Sunghoon, no me hará nada— dijo Ni-ki, quién estaba en el suelo.

El lobo ladró de forma amenazante haciendo llamar su atención.

— Wow, tranquilo... Vaya ataque de celos los tuyos, Ddeonu.

Sunghoon suspiró con cansancio, el Omega lo estaba ignorando completamente todo por estar enojado con quién se había acercado demasiado a su pareja—

El Beta fue hacia él y rodeo su cuello con su brazo y lo tiró hacia atrás, alejándolo, aunque el lobo seguía enojado.

— Ya, Sunoo, ya... — tiró de él hasta abrazarlo contra su pecho —. Estoy aquí, tonto— aún lejos, Sunoo continuaba amenazando a Ni-ki, quien logró ponerse de pie y miraba con gracia las orejas bajas y los dientes que su mejor amigo le mostraba; Sunghoon tiró de su oreja y el lobo lloriqueo—. A ver, Sunoo pulgoso, ¿Me das atención a mi? ¿Por favor? Y de paso, ¿Cambias a mi lindo Sunoo o quieres que revise si tienes garrapatas?

El lobo soltó un corto y bajo aullido que sonó como un "No me molestes".

— Pequeño~, vamos, estás ahí— dijo Sunghoon, tomó su hocico para dejar un beso en su mejilla, que hizo al lobo alzar sus orejas—. Sunoo, Sun, Sunsun, Ddeonu, mi pequeño... — Sunghoon lo movió a cada lado, sonriendo como un niño, mientras el lobo lloriqueaba para que dejara de molestarlo—. Oh, ¿Tengo que hacerte pucheros?

Ni-ki se volvió a sentar en el sillón de la ventana, totalmente divertido por el show.

— Nunca lo había visto así antes— dijo, con una risa—. Y eso que he sido muy toqueton con Heeseungie.

El lobo le gruñó de nuevo, Sunghoon le dió un golpe para que callara.

— Dame a mi Sunoo, ahora— dijo, con el ceño fruncido, y el lobo se tomó un momento—. Vamos~

El animal soltó un suspiro y terminó cambiando al chico rubio que Sunghoon quería, quien se cubría su entrepierna con vergüenza y estaba rojo de furia aún, el Beta lo recibió con un beso en su mejilla, haciendo que Jimin alzara sus cejas.

Ni-ki estallo en risas y Sunoo quería golpearlo.

— No es divertido— dijo el rubio—. Podría haberte matado.

— Es tan lindo que seas tan sobreprotector, Ddeonu — dijo Sunghoon a su lado, haciendo que Sunoo se ruborizara.

— Sabes que me encanta molestarte— dijo Ni-ki, y revolvió su cabello, Sunoo no le dió importancia—. Lo siento, nene, me salió sólo.

— A veces te odio— dijo en un suspiro.

— Ya, yo también, Ddeonu, yo también.