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𝘷𝘦𝘪𝘯𝘵𝘪𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰

Por la mañana, Sunoo despertó con algo de fiebre, y por más que Sunghoon le dió la medicina que necesitaba, no le hizo mucho efecto.

El Beta suspiró de forma cansada, y comenzó a sentirse mal, estaba sentado en el borde de la cama, y con Sunoo recostado en esta.

—Hey... — El Omega alzó su manito hacia él hasta que Sunghoon la tomó—. No estoy tan mal, Hoonie — dijo, con una sonrisa.

El pelinegro sonrió mínimamente y tomó su mano, entrelazando sus dedos.

— Vas a estar mejor pronto, Ddeonu.

— Lo dudo— murmuró el rubio.

Escucharon el sonido de la puerta al ser golpeada y Sunghoon se levantó a abrir, dejando a Sunoo acurrucado en su nido.

Ni-ki entró a la casa ni bien el pelinegro abrió la puerta.

— Buenos días, señor Park, ¿Qué tal? — dijo, con una sonrisa amplia que a Sunghoon le pareció algo sospechosa, e hizo que el rubor subiera a sus mejillas de forma furiosa.

En verdad, Ni-ki parecía que sabía todos sus secretos, que leía la mente o algo, y el asentimiento que le dedicó, como de aprobación lo puso aún más incómodo.

El peligris rió un poco y fue directo al cuarto de Sunoo.

— ¿Qué le hiciste al bebé para que esté así? — le preguntó—. Mamá me llamó temprano para decirme algo de tí — dijo, sentándose en el sillón de la ventana, Sunoo lo miró con una sonrisa y un ligero rubor.

La madre de Ni-ki era una "Bruja" como ella prefería ser llamada, leía las manos y el tarot, solía tener sueños premonitorios y a veces podía leer tu futuro con verte a los ojos, lejos de dar miedo, era muy amorosa y siempre había sido muy buena con él, lista para dar consejos siempre que necesitara una guía, le tenía mucha confianza.

— Dime qué dijo— pidió Sunoo.

— Dijo que "Un suave pájaro está revoloteando en el corazón de Ddeonu"— Ni-ki sonrió ampliamente—. ¿Es el pájaro que estoy pensando?

— No... Es un gatito— dijo su sonrisa era tonta y el rubor en sus mejillas era fuerte.

Ni-ki actuó sorprendido, pero ya lo sabía.

— Kiki... Es mucho, es mucho más de lo que jamás pensé que podría pasarme— dijo, estaba emocionado, se sentó en la cama, para expresarse mejor con todos los gestos de sus manos—. Empezó con los sueños, porque soñábamos lo mismo, todas las noche... No, no empezó antes, cuando me dí cuenta que- ... No, no, en realidad pasó... Cuando nos vimos por primera vez y mi lobo lo reconoció y de ahí todo fue más y más grande y... Hay unos tipos que se llaman Neul y Bich-

Bitch— dijo Ni-ki, para molestar, alzando una ceja.

Bitch, perra, sí, como tu madre.

— ¡Sunoo!

— Mis respetos a la señora Nishimura — dijo, llevando una mano sobre su corazón, ambos rieron.

— Continúa contando, vamos— Ni-ki quería que lo dijera en voz alta todo eso que él ya sabía, de nuevo, todo lo que sentía y creía de hacia realidad y eso le encantaba.

— Bueno, bueno... Y estos dos somos nosotros, pero del pasado, son nuestras vidas pasadas y también sus vidas eran los sueños, los sueños eran sus memorias, nuestras memorias.... Ahhh, ¿Me hago entender? — El peligris asintió.

Ni-ki quería gritar un gran "Te lo dije", pero tenía que ser para Sunghoon, Sunoo no.
Lo
— Y somos predestinados, y... Mi destino es muy... Feo, y en él está Sunghoon y también Heeseungie... Y siguiendo el destino yo por fin me uniría a él, a mi destino y viviría.

— ¿Y tú... Quieres eso? — preguntó Ni-ki con suavidad.

Sunoo asintió.

— Tengo cosas por las cuales quedarme.

— ¿Yo? — Ni-ki se señaló a sí mismo.

— Tú, primero y principal— dijo Sunoo con ya sonrisa enorme—. Mi mejor amigo, el mejor amigo del mundo, claro que eres lo primero.

— ¿Y lo segundo? — preguntó Ni-ki con una sonrisa.

Sunoo se lo pensó un poco más, apretando sus labios.

— Sunghoon... Me hace querer quedarme con cada cosa linda que hace por mí.

— ¿Tercero?

— Heeseung — dijo, asintiendo—. Porque no tengo que seguirlo a todos lados, no lo seguía en sus competencias, no tengo que seguirlo en la muerte... A él también le gustaría que siga con vida— añadió con una sonrisa.

— ¿Hay una cuarta?

Sunoo asintió.

— Tu... Sobrino.

— Hasta que me lo dices, Sunoo — Ni-ki suspiró pesadamente—. ¿Tan difícil era?

— ¿Lo sabías?

— Sunoo... Hueles distinto desde hace unos meses, pero no dije nada, esperaba que te tomaras tu tiempo para que lo dijeras cuando tú quieras... Pero te estabas tardando.

Sunoo asintió, con algo de vergüenza, dejó que su espalda reposara en la pared, jugó un poco con sus dedos, una sonrisa timida se asomó en sus labios.

— Cuando te diste cuenta que Jake era tu destino, ¿Qué sentiste?

Con solo nombrarlo había hecho a Ni-ki sonreír.

— Fue algo raro... Digamos, siempre creí en la leyenda de los predestinados, creo que hay alguien para cada uno y siempre fue así... Pero fue una sorpresa que, al presentarme, y yo estando de mal humor y con dolor de cabeza y de cuerpo por las hormonas del primer celo y me habían encerrado en mí cuarto; y cuando tocaron la puerta de casa no esperaba que fuera un Alfa, sin duda.

>> Y sabes que él es como el sol mismo, y estando conmigo se me pasó todo malestar y todo malhumor, y no fue hasta que me di cuenta que estaba más tranquilo con él que nunca antes en mi vida que era en verdad mi destino.

>> A él le costó un poco más aceptarlo, porque no era tan abierto con la idea de que dos Alfas sean predestinados, y lo comprendo, no es lo que uno se esperaría, pero Jake nunca tuvo problemas para amar a alguien, no importa qué sea, así que nunca fue ninguna discusión fuerte y sólo me aceptó de a poco y de forma tranquila.

>> Y yo sentí eso, sentí tranquilidad, me sentí como si estuviera cómodo y calentito en un hogar de toda la vida, y con él encontré mí hogar.

Sunoo sonreía enternecido por la historia, en verdad le gustaba mucho las historias de amor.

— Yo siento lo mismo con él, Kiki — murmuró.

— Lo que hace el amor, ¿Verdad? — dijo, como un comentario al azar.

Cambio de tema para preguntar cómo se sentía y como lo iba llevando, hablaron de eso apenas un rato hasta que Sunghoon llego al dormitorio, y de inmediato Sunoo le hizo señas para que se sentara a su lado, al hacerlo, el Omega se acurruco en el Beta, tomando su mano con una sonrisa.

Sunghoon se puso rojo y bajo la vista, quedando tímido junto a Sunoo, apenas miró de reojo a Ni-ki, quién le dedicó un mudo "Te lo dije".


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