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Pasaron mucho tiempo solo entre ellos, horas, horas en las que él Omega volvió a tomar color, su marca se fue curando, su fiebre bajó, y Sunghoon se dedicaba a darle mimos, sintiendo lo bonito que se sentía Sunoo, gracias al lazo, el pelinegro pasó todo ese tiempo acomodándose a la sensación de las emociones del otro en su pecho.

— Nuestros últimos días... — murmuró Sunghoon, captando la vista de Sunoo —. Nuestros últimos días dan paso a muchos más... ¿No es lindo? — el pelinegro acarició su rostro—. Tener muchos más días contigo.

Sunoo sonrió y se ruborizó.

— Tener más días juntos... Es hermoso.

Horas después, con el rubio tranquilo sobre su pecho, sintió un leve golpe en la puerta.

— ¿Sunghoon? — Ni-ki murmuró su nombre de forma temblorosa, su voz sonaba como si estuviera enfermo, aunque era por llorar por largo rato.

— Ni-ki, pasa.

— ¿Sunoo sigue ahí? N-No quiero verlo si-

— Kiki — Sunoo lo llamó de forma sutil, y el peligris se tomó unos segundos para abrir la puerta y mirarlo, sin creerlo, su mejor amigo en serio lo había asustado y ya estaba pensando lo peor.

Sunoo se separó de Sunghoon, acercándose al borde de la cama para abrir sus brazos hacia él, y el Alfa prácticamente corrió hasta el abrazo.

— Oh, ¿No estás cansado de llorar?

Ni-ki negó, frotando su rostro contra el hombro del rubio, sus hombros temblaban mientras lloraba de alivio.

— En serio me asustaste, y... Y sólo te veía cada vez más mal y no me dejabas llamar a Sunghoon, y-y si te pasaba algo yo nunca podría perdonarme, Ddeonu, eres el mejor amigo que tengo, el mejor que me queda, te quiero mucho...

— Kiki...— Sunoo lo abrazó con un poco más de fuerza—. Pero estoy aquí, ¿Ves?

— Sí, más te vale que te quedes aquí, tonto.

Sunoo rió.

— Sino, ¿Qué harías? ¿Que ibas a hacer sin mí, Kiki?

— Me follo a tu novio, sólo para vengarme porque no me dejaste llamarlo antes.

Sunghoon alzó sus cejas con sorpresa ante esas palabras.

— Kiki, yo podía llamarlo si me pasaba algo, no tenías que preocuparte por eso... Sabía que si no aguantaba lo iba a llamar y él vendría.

— P-Pero...

— Pero ya está, ya pasó— Sunoo dejó un beso sobre su coronilla, mientras hacía mimos en su espalda para calmarlo.

Sunghoon estaba en serio cálido por el gesto de Sunoo, y también sintió lo que el Omega sentía, esa necesidad de darle mimos hasta que estuviera mejor, pero se mantuvo apartado y los dejó tener su momento a los dos.

Unos minutos después, Ni-ki se separó y limpió sus lágrimas, con ayuda de Sunoo.

— Te ves... Mucho mejor y no pasó tanto tiempo— le dijo, con una leve sonrisa—. Gracias...

— Ven, quédate en el nido.

— ¿En serio?

Sunoo asintió, y le hizo espacio para entrar los tres, sentados, dentro del nido y cómodos, Ni-ki estaba algo incómodo porque era la tercera rueda de todo eso, pero estaba más que agradecido de que su amigo se preocupara por él y lo consolara de esa manera.

Pasaron un rato largo allí, hablaron de poco y de nada que tuviera que ver con lo que había ocurrido, Sunoo dejaba mimos en el cabello de su amigo, y con su otra mano sostenía la de Sunghoon.

— Creo que voy a llamar a Jake... Mi lobo lo estuvo llamando todo el rato pero yo no podía hablar... Debe estar preocupado.

El peligris salió del nido mientras estaba con su celular, buscando el contacto de su pareja, y llamándolo después de todo lo que había pasado.

— ¿Bebé? ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

— Jakey, sí, ahora estoy bien, ahora está todo bien, más que bien.

Dime de una vez qué pasó, por favor.

— ¿Sabes que Sunoo estaba con el lazo roto? ¿Y el enfermero que contraté resultó ser su predestinado, no?

Sí, las vueltas del destino, ¿Te sorprende?

— No.

>> Bueno, después de intentar convencerlo, finalmente aceptó su amor y hoy en la mañana... Sunoo se puso muy mal cuando él se fue y me desesperé un poco.

Oh, bebé— Jake sonó igual de cariños que siempre, en su voz se notaba la sonrisa—. ¿Pero él está bien?

— Ahora sí— Ni-ki sonrió de forma amplia, aliviado—. Ya se unieron, Jakey, es cuestión de tiempo para que Sunoo esté como antes... Debes conocer a Sunghoon, es muy bueno, es algo tímido, pero con Sunoo encontró confianza.

En unos días iré para allá y me lo presentas, bebé, gracias por llamarme, quería saber que estabas bien.

— Mi lobo está muy llorón últimamente, él te extraña... Y yo también.

Iré en unos días y te llevaré un regalo muy especial, bebé.

— Te estoy esperando— el peligris alzó la vista para ver a Sunoo, quien le hizo una seña obsena con sus manos mientras pasaba a su lado, seguido de Sunghoon, yendo hacia la cocina—. El idiota de Jimin dice de follar.

— ¿Tú con él?

— No, yo contigo, él no es mi tipo.

Oh, invitarlo a ver si quiere.

— Mejor ya te cuelgo, porque estás diciendo cosas sin sentido.

Nos vemos, bebé, cuídate.

— Tú también, amor— dijo, antes de cortar la llamada, e ir hacia la cocina, dónde el rubio esperaba, moviendo sus piernas de forma impaciente, mientras Yoongi cocinaba un ramen instantáneo— ¿Te dió hambre, Ddeonu?

El rubio asintió.

— Mucha, tengo que comer para dos.

— Técnicamente... No, eso es mentira— dijo Sunghoon, con una sonrisa modesta, regresó a la mesa con un cuenco de ramen para el Omega— ¿Cómo te sientes?

— Como si volviera a nacer— dijo con una leve risa, antes de comenzar a comer.

Sunoo comió mucho en lo que quedaba del día, en la tarde tomó un capuchino raro y súper dulce con un muffin de chocolate, y le hizo pucheros a Sunghoon hasta que el mayor le dió el suyo también, y en la cena Ni-ki trajo pizza para todos y comió una mitad entera sin parar.

Sunghoon estaba bastante impresionado por la marca, y en parte le costaba creer que la había hecho él, parecía que estaba muy tensionado, porque no recordaba gran cosa o con muchos detalles el momento en que lo había marcado.

— Pero es muy profunda... ¿No quieres que la vende?

Sunoo rodó los ojos, mientras continuaba comiendo su pizza.

Como si nunca hubiera tenido una marca.

— Sunoo dice que le hagas profundo otra cosa y que tampoco se lo vendes.

— ¡Riki! — Sunoo le gritó con la boca llena, Sunghoon se puso rojo de forma furiosa y se cubrió el rostro con sus mano—. No puedes decirle eso, ¿Ves como se pone? Ay... — llevo una mano a su pecho—. En serio tiene vergüenza... Tranquilo, Sunghoon, no hagas nada, tendrás mimos, no te presiones.

— Dice que le presiones el paquete bien en el-

— ¡Riki! Ay, Dios... — Sunoo se ruborizó por culpa de las emociones del Beta—. Y aún empeora, Sunghoon~ — fue hacia él para abrazarlo, como si así pudiera protegerlo de todo.

Para la noche, Ni-ki dijo que iría a su casa, para que tuvieran un poco de paz los dos, y él pudiera dormir en la comodidad de su cama.

Al irse, por más que eran altas horas de la noche, Sunoo aún no tenía sueño, así que con ayuda de Sunghoon, se pusieron a ordenar el cuarto, quitando las sábanas sucias, desarmando el nido después de tantos días, acomodando las cosas de nuevo.

Cuando estuvieron limpios, y el cuarto ordenado, se acomodaron igual de juntos que siempre.

Ya no necesitaba el nido, ya lo tenía a Sunghoon, hoy más que nunca, ya no necesitaba nada más.

Se durmió sintiendo la tranquilidad de ambos, la paz de ambos, una tranquilidad que no creía que iba a lograr conseguir, y sólo por eso era aún más grande.

°°°

El pasto acariciaba sus pies, y la brisa fresca su rostro, la luz parecía tener un tinte dorado, porque todo era color de oro, la piel de ambos parecía más bronceada, y el cabello del Omega parecía del color del trigo, sus ojos estaban más cálidos y Sunghoon solo pudo pensar que estaba más hermoso que nunca.

— Tú también estás muy hermoso, Sunghoon.

— Oh, ¿Lo dije en voz alta?

Sunoo asistió con una risa, el color rojo adornaba sus mejillas y se notaba como toda una obra de arte.

— Tu cabello en serio es muy oscuro— Sunoo pasó sus deditos entre los mechones del mayor, en leves caricias—. Me encanta.

Sunghoon sonrió, sintiéndose halagado por algo tan simple.

— Lo lograron— una voz a sus espaldas los hizo voltear a ver, de nuevo, idéntico a sus sueños, estaban sus originales, uno vestido de completo blanco y otro de completo negro, sus manos unidas.

No pudieron evitar hacer lo mismo, sonriendo.

— Gracias— dijo Neul, simplemente—. A pesar de que es el destino, hay gente que no lo cumple. Gracias por hacerlo real.

Ambos sonrieron con encanto, se sentía halagados, como cuando un maestro te felicitaba por un buen trabajo.

— ¿Ustedes se quedarán? — preguntó Sunoo — ¿Podrán estar más tiempo, no? ¿Juntos?

Bich asintió con emoción y ambos vieron la mirada cargada de emoción que le dedicó Neul, por primera vez Sunghoon vió cómo él veía a Sunoo.

— Estaremos con ustedes— respondió Neul con simpleza.

— Y ustedes estarán con nosotros también— dijo Bich—. En esta vida y las otras, siempre los vamos a ayudar a reencontrarse, vivan su vida a pleno, no teman amar de más, no teman que sobre amor, siempre habrá más amor en otra vida, se verán de nuevo, pero siempre disfruten de todo lo que hay.

— Y el destino... — cuestionó Sunghoon — ¿Se volvió a unir?

— Está más unido que antes— respondió Neul—. Siempre es más probable que se cumpla si en la vida anterior se cumplió, ustedes lo unieron de nuevo, será más fácil la próxima vez.

— Creo que lo hicimos realmente bien— dijo Sunoo, mirando a Sunghoon directamente a los ojos.

— Y lo harán aún mejor— dijo Bich, sonriendo—. Ya no nos necesitan más, veníamos a despedirnos.

— ¿A dónde van? — preguntó Sunoo, frunciendo el ceño con algo de lástima, no quería dejar de soñar con ellos, le gustaba, llegó a tomarles el gusto.

— Sólo a dónde van las almas enamoradas en vida— respondió Bich, llevó una mano a su pecho, sobre su corazón, dando unos pequeños golpes suaves, indicando que estarían allí.

— Seguiremos con ustedes, pero no van a volver a vernos— explicó Neul—. Ya no nos necesitan.

— Fue un gusto conocerlos... Siempre es un gusto vivir gracias a ustedes.

— También gracias— dijo Sunghoon, sonriendo mínimamente.

— Gracias— murmuró Sunoo.

La pareja se acercó a ellos, al tenerlos más cerca pudieron sentir su calidez y toda su energía, en un cosquilleo agradable que los invadió completamente.

Sin decir nada más, aquellos estiraron su mano libre hacia su reflejo, y con sólo saberlo, Sunoo y Sunghoon las tomaron con simpleza, y ambos se deshicieron en mariposas, algunas blancas, algunas negras, que se perdieron en el cielo, entre los rayos de luz, entre el campo abierto.


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