— Sunghoon — el pelinegro murmuró un sonido afirmativo.

Volvían a estar abrazados dentro de su nido, Sunghoon se dejaba tranquilizar con el olor del Omega, quién había empezado a liberar feromonas al sentir al Beta asustado, de forma inconsciente, y claro que había funcionado para calmarlo, mejor que nada.

Sunghoon estaba temblando de cuando el rubio se había desmayado en sus brazos, y le parecía raro, porque no era la primera vez que veía o atendía a alguien con un desmayo, pero nunca había sentido tanto miedo como en ese momento.

— ¿Puedo bañarme?

— Claro— el enfermero asintió—. Pero debo acompañarte, podrías desmayarte de nuevo y eso sería feo.

A Sunoo le pareció tierno el tono de voz que había usado el Beta, asintió sin más y se irguió para separarse del mayor, quién se colocó a su lado, un brazo rodeó su cintura y el otro tomó su brazo, yendo hasta el baño a paso lento.

A Sunoo le parecía exagerado, pero él en verdad no sabía qué tan malo o delicado era su estado.

Por su lado, Sunghoon, quería cuidarlo tanto al punto de que ni siquiera se golpeara el dedo pequeño del pie contra el marco de la puerta.

Sunoo estaba muy rojo cuando Sunghoon quitó su remera, y lo detuvo en cuanto el enfermero metió los pulgares debajo de sus calzoncillos.

Sunoo se mordió el labio con nervios, y Sunghoon rió un poco, se apartó para tomar las mejillas del rubio.

— Ow, Ddeonu, pequeño, no te pongas así, es parte de lo trabajo— se encogió de hombros—. No lo hago con segundas intenciones y no me da nada porque estés desnudo, así que no hay por qué tener vergüenza.

Sunoo frunció el ceño, y negó ligeramente.

— Oh, mira lo que hacen tus labios cuando aprieto tus mejillas — Sunghoon rió como un niño por su descubrimiento, mientras apretaba varias veces los mofletes del Omega, haciendo que sus esponjosos belfos hicieran un pequeño beso y la forma de una diminuta "o"—. Ah, es bonito.

— Sunghoon~~ — Sunoo se quejó.

El Beta rió de nuevo y soltó las mejillas del Omega, encontrándose con su sonrisa.

— Aunque te desvistas sólo tengo que quedarme, Sunoo — dijo.

— No estoy tan mal— Sunoo rodó los ojos.

Sunghoon sonrió, estaba incómodo por dentro, no pensaba decirle, sabía disimular muy bien cuando debía mentir.

— No— dijo, totalmente normal—, no lo estás.

Sunoo le sacó la lengua en un gesto infantil que hizo a Sunghoon sonreír con ternura.

Al final  el Omega si se desvistió sólo, se metió en la tina sólo y reguló el agua sólo, todo eso, haciendo que Sunghoon cerrara sus ojos.

En cuanto el agua y la espuma del jabón cubrieron hasta su cintura, lo dejó acercarse, y sin pedir permiso y sin importarle, Sunghoon comenzó a lavar su cabello, y por más que se sintió raro al principio, se dejó estar.

— Sunghoon... ¿Qué soñaste?

— Mmm... — Sunghoon tuvo que hacer memoria, la mayoría de su sueño se había olvidado en cuanto tuvo que hacerse cargo del Omega—. Soñé con alguien que era muy parecido a ti, en muchos aspectos, reían igual, lucían... Muy parecidos.

— Estoy feo ahora, Sunghoon, dilo... Seguro era yo sano o algo así.

— Eres hermoso, Sunoo— dijo, y sus mejillas se pusieron rojas al escuchar la seriedad de su tono—. Este otro... Dijo en serio muchas cosas.

— ¿Cómo qué? — Sunoo cerraba sus ojitos mientras Sunghoon masajeaba su cuero cabelludo suavemente, haciendo espuma con el champú.

— Habló de que tuve más vidas, y que tú también, pero que en las últimas las cosas estaban distintas y las cosas habían como empeorado mucho y que el destino estaba roto.

— Hmmm.... Dramático.

— Seh, un poco, ¿Y el tuyo?

— Pero cuenta más, tonto, que me interesó.

— ¿Pero tú no soñaste nada? — Sunghoon se detuvo un momento.

— Pues sí.

— ¿Pues qué?

— Que follabamos, ¿Quieres detalles?

Sunghoon se ahogó con su saliva y tuvo que detenerse a toser, el Omega estaba conforme de no dar detalles de aquel vergonzoso beso con ese extraño para probar lo que sería besar a Sunghoon.

Qué había confirmado despues, que besar a Sunghoon era mucho mejor.

— B-Bien... Qué fuerte.

— Oh, sabes que fue fuerte, cuando-

— Ya, ya, no digas nada... Dios, me vas a matar, pequeño.

Sunoo sonrió como si fuera un niño inocente.

— Este tú raro... Me dijo que éramos almas gemelas, desde hacía mucho tiempo, y que nuestro destino era encontrarnos, en cada vida, una y otra vez... Y además de eso de que en las últimas vidas las cosas se estaban yendo por otro rumbo y que era especial el que estuviéramos juntos, me dijo que le haga caso a mí lobo.

Sunoo asintió ligeramente, Sunghoon limpió el resto de espuma de su cabello y luego se sentó junto a la tina, tomó al Omega por la nuca y lo recostó en la bañera, le dedicó una pequeña sonrisa.

— Tus músculos están muy tensos, un baño de infusión te hará bien, pequeño, quédate ahí un rato.

— ¿Se quedaría conmigo?

— Claro, Ddeonu.

Sunoo se acomodó en la tina, apoyando su mejilla en el borde de esta, con el agua hasta las clavículas, tomó la mano del Beta entre las suyas, comparó sus manos, jugó con la leve capa de grasa de su palma y recorrió las venas de su mano con sus dedos.

— Pues mi sueño fue diferente al tuyo esta vez... — dijo—. No soñamos lo mismo, pero yo también soñé con un tipo raro que se parece a ti, se llamaba Neul.

Sunghoon alzó las cejas, recordando aquel nombre que Ni-ki le había dicho.

— Y fue raro y no hablamos de cosas como las tuyas... Pero él tocó mí vientre y me dijo que era un varón— Sunoo abrazó su abdomen, sus ojos parpadearon rápido al llenarse de lágrimas, que no tardaron en salir—. Y-y me desperté y s-sólo... — se encogió de hombros y comenzó a temblar por el llanto que estaba reteniendo—. Yo lo quiero, Sunghoon y-y me encantaría que esté aquí algún día pero no va a pasar...

Sunghoon lo tomó por sus hombros y lo volvió a sentar en la tina, para poder abrazarlo, fue directamente a dejar besos en su marca, besos reales y que se escucharan, mientras Sunoo lo abrazaba por el cuello y comenzaba a llorar otra vez.

— Ddeonu, está bien, no estás sólo— Sunghoon se detuvo para consolarlo con palabras, siempre había sido bueno con eso, su nariz acarició suavemente el cuello del rubio—. Él está contigo, Sunoo, él te acompaña... Puedes lograrlo por tu cachorro si quieres un incentivo, puedes hacerlo por él.

— P-Pero no puedo solo-

— Te digo que no estás solo.

— N-No ese solo, tonto... Hablo solo de... Criarlo sólo, de cuidarlo sólo, mantenernos sólo y que él no tengo una figura paterna o nada o... Qué no pueda hacer suficiente por él porque estaría sólo, y aunque tenga amigos o alguien que me apoye, no es lo mismo que un padre, que esté ahí para él siempre y que... Sea todo lo que yo no puedo ser.

Sunghoon meditó unos segundos hasta que finalmente lo dijo.

— Si lo logras, me quedaré contigo y yo seré todo lo que tú no puedas ser para él, pequeño.

Sunoo lloró varios segundos por esas palabras, mientras Sunghoon lo abrazaba bonito, asintió ligeramente, rogando en su interior que fuera así.

— Hyung... Creo que lo mojé todo— dijo, en cuanto estuvo calmado y notó el agua en la ropa del Beta.

Sunghoon soltó una risa.

— No te preocupes por eso, Ddeonu, tengo más ropa para cambiarme— dijo, se apartó un poco y el Omega hizo lo mismo, mirando los ojos del contrario con comodidad, el mayor acarició el mojado cabello del menor—¿Ya sabes cómo le pondrías?

Sunoo asintió con seguridad.

— Heeseung, sin dudas.