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s o m e b o d y

La mañana ha comenzado hace un buen rato, es un día lunes y todos en el palacio despiertan temprano, menos Kenta, quien no se despierta ni aunque Longguo ponga cinco gatitos sobre su espalda.

Decide tocar sus mejillas, obteniendo una leve respuesta por lo que las toca con aún más ahínco, logrando que Kenta haga una expresión de molestia muy tierna.

—Tienes que despertar —dice el menor y Kenta aparta su mano de un golpe—, vamos príncipe Kenta, tienes muchas cosas que hacer.

—No quiero hacer nada —dice Kenta y se da la vuelta sobre la cama, consiguiendo un gato y enterrando su rostro en su pelaje—, vete.

—Voy a llamar a Sanggyun —murmura Longguo y Kenta suelta un quejido.

—Sanggyun no es mi mamá, déjame en paz, es una orden real —dice molesto Kenta y Longguo suspira.

—Ah, pero mira que tenemos aquí, el príncipe tan temprano dando órdenes —dice Donghan y la risa de Sanggyun le sigue.

Kenta sólo quiere enterrarse en la cama con todos los gatitos que trajo Longguo y dejarle por ese día el cargo de rey a uno de sus gatos.

Antes de que pueda cubrirse hasta la cabeza con las mantas, alguien las aparta completamente dejando expuestas sus piernas a la brisa fría mañanera por lo que tiene que llevar sus rodillas al pecho y envolverse con sus brazos.

Sanggyun lo contempla cruzado de brazos, cuando Kenta quiere puede ser bastante malcriado, eso es tierno pero no se puede salvar de cumplir con sus deberes.

—Hoy vamos a traer los peces para la nueva  laguna en el palacio y también los perritos, tienes que terminar de revisar el plan de crianza de truchas, fue una idea que a la gente le gustó mucho y que quieren que se haga lo más rápido posible —dice Sanggyun y Kenta se cubre las orejas—, y yo sé que puedes, mi príncipe —dice en forma tierna al final para motivar a Kenta.

—Me levantaré si Longguo y Donghan se van —dice con voz chillona Kenta.

Donghan mira sonriente a Sanggyun y se encoge de hombros, no es como si fuera a discutir con el rey y no es como si no tuviera cosas que hacer, además Longguo tira suavemente de su ropa para que salgan y para que lo ayude a cargar con los gatos, la última decisión la toma el amable asentimiento que le da Sanggyun quien pone esa sonrisa que puede derretir a cualquiera y que sin dudas derrite a Donghan.

—Ya se fueron —dice Sanggyun y Kenta se levanta, con los cabellos alborotados y una cara que dice que apenas ha dormido unas horas.

Cuando ve el rostro de Sanggyun deja de sentirse molesto por tener que levantarse, simplemente no puede estar molesto y arruinar el ambiente alredor de Sanggyun, quien es tan precioso que no merece que lo miren con un rostro molesto, sino sonriendo como para tratar de irradiar un poco de la luz que su simple y bonita sonrisa irradia.

Kenta siente el impulso y se levanta sobre la cama para luego llegar de un salto hasta los brazos de Sanggyun, quien lo recibe entre risas.

—Tú eres un bebé, no un príncipe.

—Te quiero —dice Kenta y huele el cuello del explorador.

Sanggyun acaricia su espalda lentamente y Kenta aferra más sus piernas a la espalda de Sanggyun, de forma traviesa y riendo en su nuca, causándole cosquillas.

—No eres un bebé, eres un príncipe koala.

Kenta se suelta y mira a Sanggyun como si acabará de decir alguna profecía importante.

—Un koala, eso hace falta en el castillo —exclama alegre Kenta y busca su ropa y su corona.

Le hace señas con el dedo a Sanggyun para que se voltee mientras se cambia y el explorador oculta su sonrisa detrás de su mano.

—No creo que debamos traer más animales hasta que cumplas con tus tareas y sin estar de mal humor, eh, y sin dar órdenes crueles que el pobre de Longguo es muy tierno como para resistir eso —dice Sanggyun, medio regañando pero más aconsejando.

—Estoy cansado de mis tareas, me duele la cabeza —dice gruñón mientras le pasa por un lado a Sanggyun.

El explorador lo sigue de cerca, no dice más nada pero sonríe cuando Kenta voltea a verlo. Sabe que Kenta no solo quiere escapar de sus labores, probablemente quiere escapar de todo, a veces es así y por eso trató de aferrarse más a su abrazo, como si el amor pudiera llenarlo.

Kenta necesita a alguien, pero primero se necesita él mismo.

En días como hoy prefiere mostrarle más amor a Sanggyun, tal vez a sus gatos y al resto de sus animales, sustituye lo vacío dentro de él con las sonrisas y las respuestas de las personas a las que les ofrece más cariño. También puede ser un poco cruel, como lo fue con Longguo y como probablemente lo hubiera sido con Donghan si Sanggyun no hubiera estado ahí. Lo bueno es que hay una diferencia, es cruel sin querer y cuando quiere es porque lo desea, mientras no se invierta eso no habrá perdido completamente la cabeza.

Ambos chicos entran al despacho de Kenta, este último cayendo derrotado sobre su silla y quitándose su corona. Sanggyun se queda mirando desde la puerta y sonríe más amplio cuando Kenta lo ve fijamente.

—¿Te quedarás conmigo?

—Donghan y yo tenemos nuestras propias labores, por lo que no me podré quedar contigo hoy.

—Está bien —murmura Kenta y aparta de inmediato la vista.

Los ojos de Sanggyun son muy amables para ser vistos por un malcriado.

—Le voy a decir a Hyunbin que te traiga desayuno, y lo comerás todo mientras trabajas en la propuesta de las truchas y supervisas tus construcciones en el palacio —dice Sanggyun en un tono feliz y el príncipe deja caer su barbilla en su mano.

—Mi supervision no es divertida, quiero salir a ver las cosas, no solo leer y firmar papeles, quiero jugar en el lago de los peces.

—Dijiste jugar —repite divertido Sanggyun—, es por eso que te quedas aquí.

Kenta cierra sus ojos y no responde nada. Es la señal para que Sanggyun se vaya o eso piensa él, porque definitivamente no es lo que Kenta piensa.

Pero las personas no pueden estar detrás de otras personas solo porque sí, por adivinanza o por capricho, es por eso que es mejor que Kenta mantenga sus ojos cerrados y Sanggyun se vaya con el bueno de Donghan a cumplir las labores para un bien mayor.

(...)

—Se nos perdió el príncipe Kenta —les informa Taehyun a Donghan y a Sanggyun y ambos se miran entre ellos confundidos—, no está con los gatos, ni con los pollitos, ni fue a ver el nuevo estanque, tampoco fue a ver a los nuevos cachorros, ni siquiera comió y no ha salido a pasear a los sitios que le gustan en el pueblo.

—¿Cuánto tiempo llevan buscándolo? —pregunta Donghan.

—Como dos horas.

—¿Y nos avisan ahora? —pregunta Sanggyun algo agitado.

—Ustedes estaban ocupados —dice Taehyun, retrocediendo, porque el amable Sanggyun se ha levantado de golpe y camina demasiado serio.

—Pero se trata del príncipe.

No es porque sea el príncipe, es porque el príncipe es Kenta, piensa Donghan pero no lo dice en voz alta, solo se levanta y pone una mano en el hombro de Sanggyun y este la busca con la de él al instante aunque siga mirando serio a Taehyun.

—Lo ha hecho otras veces, pensábamos que lo conseguiríamos más rápido esta vez.

—No se trata de cuantas veces lo haya hecho, se trata de que lo hace —dice Sanggyun—, lo voy a buscar yo.

—Yo voy contigo  —dice rápidamente Donghan, porque parecen funcionar bien juntos la mayoría de las veces.

Salen rápidamente y Taehyun los sigue desde atrás, preocupado.

—No creo que...

—Sanggyun siempre lo consigue, deberías ir a buscar a otro sitio con Taedong, Longguo y Hyunbin.

—Pero u-

—Sólo ve, Taehyun —dice Donghan sonriendo de esa forma que hace que todos lo quieran y con los ojos brillando con buenas vibras.

El muchacho se va por otro camino y por fin Sanggyun y Donghan puede acelerar el paso, el mayor pretende ir nuevamente a la oficina de Kenta. Por supuesto que no lo encuentran ahí, encuentran la bandeja con comida que Sanggyun mandó a preparar para él y encuentra perfectamente ordenado su papeleo, Sanggyun lo revisa, todo está terminando a excepción de una hoja que tiene tinta corrida por encima porque Kenta la derramó. Donghan contempla desde la puerta a Sanggyun, se pregunta cómo el príncipe logró meterse tan rápido en su corazón y se preocupa por él, parece que lo quiere demasiado.

—Creo que el príncipe Kenta algunas veces se esconde o pasa días sin hablar esperando a que alguien lo encuentre o le hable, no por capricho, pero creo que espera que alguien encuentre en él lo que él mismo no puede encontrar cuando se siente abrumado —dice suave Donghan y Sanggyun se le queda viendo fijamente, como si hubiera comprendido algo, algo por lo que no puede hacer nada.

Al final termina asintiendo con duda y limpia el escritorio de Kenta para que no se arruine todo el trabajo que hizo con la tinta.

—¿A dónde quieres ir a buscarlo? —pregunta Donghan cuando abandonan la habitación.

—¿A dónde debería?

—Creo que está en el castillo, Sanggyun, me dijiste que cuando está muy triste o agitado no les gusta que nadie lo mire o lo encuentre, al menos que seas tú y no va a salir por ahí cargando con su cara de problemas porque la gente del pueblo lo verá —razona Donghan.

—Alguna veces creo que también intenta esconder todo de mi aunque sé de todo sobre él —dice Sanggyun, su voz suena perdida.

El jardín del ala norte está calmado, no hay gatos por ahí ya que se encuentra el nuevo lago, a simple vista no hay rastro de Kenta.

—No quiere lastimarte.

—Él no me lastima —responde duramente y Donghan acaricia sus cabellos.

—Él piensa que lo hace, esa es la cosa con las personas como Kenta, se hieren tanto a sí mismos que temen horriblemente herir a aquellos que los ayudan a curarse.

Sanggyun se queda en silencio. Suele quedarse en silencio mucho y responder con sus expresiones, sobre todo cuando se trata de Kenta, puede ser difícil encontrar palabras para las personas como Kenta.

Decide contemplar la laguna por un momento, Kenta mandó a traer peces de todos sitios y hay tantos colores en ellos que se ve como algo demasiado precioso incluso para un castillo.

El príncipe intenta mucho cuando se trata de esas cosas, le gusta crear los ambientes ideales y las cosas que sueña, quiere la belleza de lo que desea a menudo esperando que uno de sus deseos más profundos se cumpla.

Quiere  que la belleza de las cosas que lo hacen feliz lo vuelvan precioso por dentro, precioso de verdad.

—Sanggyun —murmura bajito, muy bajito Donghan —, concentrate lo vas a escuchar, solo haz silencio y presta atención.

El mayor hace lo que Donghan pide, al principio no escucha nada y luego de un rato está por decirle al menor que no entiende de que habla, pero en ese momento lo escucha, un quejido, como si alguien estuviera conteniendo el llanto.

—Es Kenta —le dice a Donghan y este asiente— ¿Pero dónde? No lo veo —dice volteado a todos lados, buscando en cada rincón.

—¿Príncipe, dónde estás? —llama Donghan, colocando sus manos alrededor de su boca para amplificar su voz.

Pero Kenta no responde, claro que no.

—Sanggyun te busca, lo estoy ayudando —dice Donghan y el mayor lo observa fijamente, solo pensando en que le quiere, mucho—, prueba tú —le dice.

—Mi príncipe —llama Sanggyun con fuerza y los quejidos se escuchan otra vez.

—Sanggyun —responde Kenta, con la voz rota y apenas haciéndose escuchar—, lo siento.

—No te disculpes, solo dime en dónde andas.

—No me puedo bajar —responde angustiado Kenta y Donghan camina hacia el sitio de donde proviene la voz de Kenta.

—Está en un árbol —le dice a Sanggyun y este camina rápido, adelantándose y mirando cada árbol.

Sin embargo no lo encuentra él, lo encuentra Donghan.

Kenta está en un árbol, en una rama bastante alta, tiene a un gato abrazado y se niega a mirar a Donghan.

—Está aquí, Sanggyun —le informa y el explorador corre hasta él.

Es obvio que Kenta llora por la forma en que se mueven sus hombros y eso sólo le rompe el corazón a Sanggyun.

Kenta llora mucho, muy seguido.

—Mi príncipe —le llama y Kenta lo mira, con sus ojos rojos y con una mueca triste.

—No sabía que no podría bajar y el gato tampoco puede —dice y se pone a llorar fuerte.

Donghan examina la situación y le cuesta comprender como ha subido Kenta cuando las únicas ramas que hay para sostenerse son bastante delgadas, supone que es por su tamaño y peso, pero una persona como él no podría subir.

—Quería esconderme en la naturaleza —dice Kenta y aferra sus manos al gato, tonto, que incluso se ponen muy blancas.

—¿Bajarán los dos, sí? Todo estará bien —le hace saber Sanggyun—, primero el gato para que podamos idear cómo vas a bajar, solo alcanzalo lo más que puedas hacia nosotros y lo tomaremos.

—Se va a lastimar por mi culpa —lloriquea y Sanggyun intenta sonreír para calmarlo.

—Yo lo atrapare, confía en mí.

—Yo también lo puedo atrapar —dice Donghan y Kenta se avergüenza.

Realmente no quiere estar llorando frente a Donghan, sobre todo porque Sanggyun también está ahí.

Aprieta sus labios, deja de pensar en Donghan y se estira un poquito, solo un poquito para acercar al gato a los brazos extendidos de Sanggyun, no debería pero igual cierra los ojos y deja caer al gato.

—Lo atrape, mi Kenta —dice Sanggyun y el príncipe se atreve a abrir los ojos—, ahora sigues tú.

—No puedo, Sanggyun.

—Si puedes, solo hay que tratar de que bajes por el mismo sitio por donde subiste, y yo estaré aquí.

—Me da miedo y... Y lastime mis manos mientras subía, lo siento —llora y se comienza a sonrojar pero esta vez no es de vergüenza, es más bien de rabia por ser tan idiota.

—No tienes que disculparte.

—Puedo ir a buscar a Taehyun y a Hyunbin para que nos ayude-

—No —corta Kenta a Donghan—, no quiero.

El menor mira serio a Sanggyun y este muerde su labio, nada de eso pasa desapercibido para Kenta y se odia cada vez más por hacer que Sanggyun se preocupe tanto.

—Yo te atraparé Kenta, déjate caer —dice dejando en el suelo al gato—, Donghan ayudará, no te vas a lastimar más.

—No quiero a Donghan aquí.

—Pero mi príncipe...

—No quiero a Donghan aquí —dice ocultando el rostro entre sus manos, frustrado—, quiero que se vaya.

—Está bien Sanggyun, yo me voy —dice fuerte Donghan.

Como Kenta no los observa el menor le hace señas a Sanggyun, solo se va a ocultar detrás de un árbol cercano, le preocupa que Sanggyun salga lastimado.

—Ya se fue Donghan, solo déjate caer, intentaré atraparte.

—Tengo miedo, Sanggyun.

—Yo estoy aquí para ti.

Kenta se queda contemplando a Sanggyun, detesta haber tomado la decisión de subir al árbol y detesta no poder bajar por si solo. Pero quiere caer en los brazos de Sanggyun y teme lastimarlo, siempre teme lastimarlo.

Con palabras, acciones y mala decisiones. Siempre teme lastimarlo y tiene la sensación de que siempre lo lastima un poco, porque Sanggyun le quiere... Y lo siente muchísimo y se siente egoísta, pero no quiere que Sanggyun lo deje de querer.

Al final se deja caer porque la preocupación en los ojos de Sanggyun le hace sentir mareado y peor. Entonces todo sucede muy rápido, cae y Sanggyun lo atrapa, pero ambos terminan estrellados en el suelo y el rostro de Sanggyun acaba debajo de su pecho, Kenta lo siente quejarse y es ahí cuando en sus oídos se instala un pitido y cuando Donghan aparece para quitarlo de encima de Sanggyun se siente fatal al ver que su príncipe explorador se ha lastimado el rostro y se siente aún peor cuando ve la forma en que el rostro de Donghan se llena de preocupación y sus ojos se vuelven oscuros.

—Te dije que te iba a atrapar, mi príncipe —le dice Sanggyun, dándole una sonrisa chueca.

—Lo siento.

—Yo te quería atrapar.

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