Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 5











CAPITULO 5








FECHA: 6 de noviembre 2038

HORA: 7:24:07








- ¡¿Te has vuelto loca, Meyer?!

El sonido del golpe entre las manos de su jefa chocando contra el escritorio resonó por toda la oficina. Alexandra se mantenía callada ante el regaño de Sabrina, sabía perfectamente el motivo de su enojo y había excusa alguna para lo que hizo, pero le importaba un comino el mundo ahora mismo, por su mente no podía evitar repetirse la imagen de Markus siendo disparado y cayendo al suelo. Tenía tanta ira y tristeza dentro de sí que, se le hacía algo difícil en prestarle atención a su alrededor.

-Atacas a dos policías, mandando uno casi al hospital ¿y para qué? -espero la respuesta con impaciencia, pero la castaña se reusaba a dar alguna explicación así que al ver que no llego ninguna volvió a golpear el escritorio con sus manos-. ¡POR UNA MALDITA MAQUINA!

Una máquina.

Eso le hizo recordar las suplicas y el desespero que mostro Markus en sus últimos momentos. Pudo notar con claridad el miedo que sus ojos mostraban, un temblor de desesperación que sintió cuando lo toco un por un instante. Esas acciones jamás las sentiría una máquina. Pero no importaba lo que dijera e hiciera, para los demás solo serian simples maquinas con problemas en sus programas, tal vez si lo sea, tal vez no. Lo único que sabía es que había perdido para siempre a Markus y era algo que aún no podía creerlo.

-No tengo nada que decir.

- ¿Nada? Qué tal si empiezo yo despidiéndote -exclamo con enojo cruzándose de brazos.

Alexandra apretó con fuerzas sus puños enterrando sus uñas en las palmas de estas. La mayor inspecciono cada gesto que hacia la de chaqueta negra, aunque quería encontrar algún indicio de culpabilidad con lo que hizo, no hubo nada, parecía estar completamente ida. Soltó un suspiro cansado.

-Pero no lo hare.

Meyer la miro entender.

- ¿Por qué?

Sabrina guardo silencio por unos momentos, debatiéndose en si debería decirlo o no.

-El me contacto y... -hizo una pausa-. Me pidió ayudarte en lo que pudiera. Se notaba preocupado con respecto a tu lugar laboral.

¿Había escuchado bien? La persona que la hizo esperar ilusionada por una respuesta de los múltiples mensajes que le enviaba cada año para saber si podía ir a verlo o si podía ir a visitarla, por un regalo de navidad en inverno, cumpleaños de parte suya ¿Se puso en contacto con su jefa? ¿Y qué mostro preocupación por ella? Una risa incrédula salió por sus labios. No podía creerlo.

- ¿Cuándo la contacto?

-No es momento de preguntas, ahora quiero que hagas... -fue interrumpida de golpe.

- ¡UNA MIERDA! -exclamó con enojo dando pasos acercándose lo suficiente al escritorio- ¿Desde cuándo él sabe que trabajo aquí?

Sabrina guardo silencio, jamás había visto a la castaña perder los estribos de esa manera, había cometido un error al sacar el tema, pero no ya había marcha atrás.

-Una semana después de que ingresaste -soltó apoyando sus brazos en su escritorio.

Alexandra se quedó callada por varios segundos, parecía estar procesando toda la situación para luego alejarse del escritorio y parase frente a la gran ventana de la oficina donde podía observar casi por completo toda la ciudad de Detroit, todo esto parecía ser una mala jugada. Primero lo de Markus. Después la restricción temporal que tenía para acercarse a Carl y a su casa, quería poder estar para el mayor, puesto que se había puesto delicado de salud con lo último que sucedió, así que, debido a la ausencia de ella, se le asigno un nuevo androide para que se ocupara de las 24 horas al día. Y ahora esto, es como si estuviera en un maldito videojuego y el que estuviera jugando le estaba jodiendo la vida con sus malas decisiones.

- ¿Él también sabe de lo que hice? -preguntó seca.

-Hicimos todo para que no saliera la noticia, pero de algún modo logro enterarse y llamo hace menos de una hora. Lo sabe todo.

-... ¿y que dijo?

-Solamente quería confirmarlo, no dijo más.

Era obvio. Lo mismo de siempre. Ya ni siquiera le dolía aquello, le causaba más dolor los recuerdos del pasado y de la soledad que sentía en aquella época por causa de aquella persona.

- ¿Y que me pasara ahora? ‐preguntó volteando a ver a la platinada-. ¿Estaré en suspensión?

Sabrina agarro una carpeta y se la acerco.

-Te lo advertí la última vez -dijo-. Estarás resolviendo casos con la policía de Detroit en lo que se vea a detalle sobre tu puesto y trabajo, hasta entonces, te quedaras con ellos.

Alexandra se acercó y comenzó a hojear la carpeta. En efecto, la habían degradado con la policía, si eso no es una suspensión para ellos ni idea lo que en verdad significara para ellos suspender. Tenia que aceptarlo ¿verdad? Era mejor esto a que ser despedida totalmente de su puesto.

- ¿Cuándo empezare?

-En una hora. Es mejor que ya te vayas.

Con un pequeño suspiro cerro la carpeta y se encamino hacia la puerta, justo cuando estaba apunto de cerrarla tras de sí, la voz de Sabrina la detuvo.

-Y Alexandra... cuídate -se despidió para empezar a teclear en su computadora.

Cerró la puerta tras de sí. Durante su camino hacia lo que era su lugar de trabajo podía sentir la mirada de sus compañeros que pasaban por ahí o los que algunos si se encontraban curiosos sobre la reacción que tendría, le importaba un comino lo que ellos pensaban de ella en esos momentos. Al llegar metió varios papeles a su pequeña mochila cuando uno de sus compañeros la interrumpió.

-Oye, Meyer -llamo su atención-. Lamento lo que te paso.

Lo observo por unos instantes, Leon siempre había sido callado y reservado con respecto en el trabajo, aunque había logrado escuchar una vez que era igual fuera de este así que se le hizo extraño que de repente le dieran los ánimos de hablarse. Pero no tenía tiempo de preocuparse por eso, tenía cosas más importantes que hacer y una de ellas era salir de este lugar deprisa.

-Si, bueno, es una mierda -dijo sin importancia.

-Ni que lo digas -resoplo con entendimiento-. Se que no hemos hablado lo suficiente como para ser considerados amigos ni nada de eso.

- ¿Tú crees? Creí que éramos mejores amigos -exclamó con burla.

El castaño simplemente rodo los ojos tratando de ocultar su sonrisa.

-Lo que quiero decir es que... si algún día quieres relajarte y alejarte de toda esta basura -le entrega un pequeño papel. Alexandra aparto la mirada de sus cosas para verlo, sin duda alguna esto era muy extraño-. Tomemos un trago

Meyer analizaba por completo la situación ¿Leon le estaba pidiendo salir algún día como amigos? Cuando simplemente habían compartido no más de 3 oraciones cada vez que se encontraban, eran simplemente dos personas que trabajaban juntas ni más ni menos, pero entonces recordó las palabras de su jefa.

- ¿Acaso él te envió? -soltó con ironía-. ¿Te dijo que me vigilaras fuera del trabajo?

- ¿Qué? ¿de qué rayos hablas?

-Que buen actor saliste, hombre -termino de recoger sus cosas y volteo hacia el-. Dile que, para la otra, no mande a una persona con la jamás he entablado una conversación, gracias.

Leon frunció su entrecejo.

-Mira, no sé de qué demonios me estás hablando, pero si es por la extraña llamada de tu pariente hacia Sabrina, no tengo nada que ver -lanzo el papel en el escritorio-. Eso me gano por querer ser amable con alguien.

Alexandra observó como el hombre se alejaba completamente enojado. El sentimiento de culpa comenzó aparecer al verlo alejarse, tenía razón en enojarse ¿Qué tal si solamente quería ser amable con una compañera de trabajo? Ahora se sentía como una completa estúpida por la forma en que la hablo hace unos momentos, pero justo cuando quería disculparse, él ya se había ido.

-Ojalá tuviera un botón de apagado y no encenderme jamás ...-pensó caminando hacia la salida.






















— ♡—









10:23:08







-Toma. Este es el primer caso que estará bajo tu mando y del teniente -entrego una carpeta.

Alexandra agarro el archivo y comenzó a leer. Al parecer se trataba sobre una androide AX400 que tuvo un problema en su programa y golpeo aun hombre en la cabeza para después escapar, no sin antes de secuestrar a la hija de este, ahora se encontraban desaparecidas. ¿una desviada secuestrando a una niña? Algo no cuadraba del todo.

- ¿No hay testigos? -dijo ojeando la carpeta.

-Lastimosamente no, pero hace unos minutos recibimos información de una llamada de alguien del distrito Revendale. Parece que alguien la vio rondando por esos lugares no hace mucho.

-Muy bien. Empezaremos con eso -sonrió antes de devolver la carpeta-. ¿sabes dónde pueda encontrar el escritorio del tenien...?

Un fuerte golpe se escuchó fuera de la oficina para luego escuchar a alguien maldecir, extrañando por completo a la castaña que volteo hacia la puerta de cristal, diviso a lo lejos como alguien había acorralado amenazante a otro. El oficial soltó un suspiro.

-Siga ese ruido y lo encontrara.

Sin decir palabra alguna, Alexandra salió de aquella oficina encaminándose hacia el lugar donde parecía que en cualquier momento el tipo golpearía al otro sin piedad alguna. Justo cuando atravesó los varios escritorios de más policías para llegar a ambos, pudo divisarlos mejor. Un hombre mayor alto con cabello gris hasta la mandíbula. Parecía tener una apariencia desorganizada, se encontraba sosteniendo con fuerza de la ropa al androide frente a él levantándolo un poco del suelo.

-Si no quiere pagar por los arreglos que le cause al androide, será mejor que lo deje y vayamos al distrito Revendale.

Hank volteo a verla de reojo. La observo por unos segundos que parecían eternos para Alexandra ¿la estaba analizando? O tal vez es que tampoco le haya gustado que le asignaran una compañera de la noche a la mañana. El mayor volteo hacia el androide para luego soltarlo por fin sin quitar aquella mirada amenazante.

-Ya voy -dijo sin más comenzando a caminar hacia la salida.

Alexandra por fin dejo escapar el aire de sus pulmones. De verdad que el hombre parecía tener un carácter algo difícil, pero tenían que llevar la fiesta en paz si el querer trabajar juntos sea fácil. Noto como el androide se acomodaba su saco sin problemas, así que solamente le hizo una señal con la cabeza para comenzar a seguir al mayor.


Las gotas de la lluvia caían sin parar por las calles. Alexandra no pudo evitar sentirse melancólica, justo ahora estaría en casa con Carl, ambos platicando sin parar, el mayor quejándose de su edad y de la gente que solo le interesaba el dinero que generarían sus obras. Recordar aquellos momentos le causaba que soltara una sonrisa sin darse cuenta, pero esta se desvaneció cuando recordó a la tercera persona más importante en su vida, Markus. Si aun estuviera aquí, habría recibido una llamada o un mensaje de él notificándole cual sería la cena de hoy o verificando a qué hora saldría del trabajo, pero al revisar su teléfono no encontró ni una llamada, solamente su fondo de pantalla donde ambos se encontraban. Un mensaje apareció de repente.

- "Vere si puedo visitar a Carl después del trabajo para hacerte una videollamada, así ambos podrán hablar, aunque sea por un rato por llamada, pero yo no vi en la orden que hablar con él por teléfono no está prohibido ¿Apoco no soy la mejor amiga del mundo? (-3-)"

Tenía que admitir que lo único que evitaba querer mandar todo a la mierda, era Elizabeth. Era una gran suerte de tenerla como su mejor amiga, al ver todo lo que ella había hecho para tranquilizarla cuando le dio refugio en su casa después de lo de Markus y Carl, sentía que no todo estaba del demonio, aun le quedaba ella, aunque por dentro a un se sentía complemente herida.

-Lamento la tardanza en presentarme, mi nombre es Connor y soy el androide que envió Cyberlife para ayudar con los casos de los divergentes -hablo con amabilidad.

Alexandra guardo su celular y levanto la mirada, pudo notar como la miraba de reojo desde el asiento del frente. Los tres se encontraban en camino hacia el lugar donde fue vista la androide, cuando Hank se subió para manejar, Alexandra supuso que ella iría al lado del copiloto, pero se detuvo cuando vio a Connor subir a ese lugar. Así que no le quedo de otra que sentarse en la parte de atrás.

- Yo soy Alexandra -respondió.

Un silencio se volvió apoderar dentro del auto. La castaña sabía que debió decir algo más, pero habían pasado tantas cosas que entablar una conversación era lo último que quería hacer. La voz de Connor volvió a escucharse.

-Me gustaría informar que ahora que la señorita Alexandra se unió a la investigación se verá mucho más rápido encontrar a los divergentes ¿no lo cree teniente?

Un suspiro de irritación salió de la boca del mayor en lo que estacionaba el auto, por fin habían llegado a los hechos.

- ¿Todos los androides hablan tanta mierda como tu o fuiste hecho en china?

Una risa salió de Alexandra que trato de ocultar. Connor ladeo un poco su cabeza.

-Fui hecho por Cyberlife, no le veo sentido el que fuera fabricado en el continente asiático, pero he de informar que ellos son unos grandes inversores con la creación de androides y maquinas.

Al parecer estaba hablando en serio. Alexandra soltó por fin una pequeña risa al ver la reacción del mayor que mostraba una mueca de desagrado. Al parecer no será tan malo trabajar con ambos, pensó. El mayor salió del auto echando una maldición.

- ¿Usted cree que el teniente se molestó? Las emociones humanas son muy difíciles de entender.

-Tranquilo, Connor -tranquilizo colocando su mano en el hombro del androide-. Anda, es hora de hacer nuestro trabajo.

Los dos salieron del auto, la castaña inmediatamente sintió como la lluvia comenzaba a mojarla por completo, pero no le dio importancia, ambos se encaminaron hacia Hank que se encontraba adentrándose a la recepción de un motel.

-Buscamos a una androide que anoche asalto la tienda de aquí cerca. ¿Tiene algún dato? -habló Hank hacia el hombre de la recepción.

-No recibimos androides.

- ¿Esta persona se le hace conocida? -pregunto Connor levantando la palma de su mano donde apareció la imagen de la androide.

-Se nos informó que podría estar en esta área -habló Alexandra.

-Puta... Sabía que tenía algo raro -maldijo al ver la imagen-. Si, llego anoche. Estaba vestida con ropa normal... no podría saberlo.

- ¿Y cree que podría seguir aquí? -preguntó Hank.

-Si, tal vez. Habitación veintiocho.

Los tres salieron de ahí. Al parecer habían logrado llegar justo a tiempo antes de que la divergente lograse escapar, eso por alguna razón le causaba un pequeño alivio a la castaña, pero a la vez le preocupaba ya que esta tenia una niña con ella.

-Si, aún está en el motel. Envía uniformados y acordona el área. Nosotros vamos a la habitación -informo con pesadez por su radio.

-Si tenemos suerte seguirá ahí, pero esperemos que el sonido de las sirenas no la hayan puesto en alerta -volteo hacia el segundo piso donde se veía claramente la habitación veintiocho.

-Veo que te gusta dar buena suerte -exclamo con sarcasmo el mayor guardando su radio.

-Solo soy precavida, Hank -le sonrió de vuelta.

Cuando ambos estaban apunto de dirigirse a la habitación, el mayor vio de reojo como Connor los comenzaba a seguir por detrás, así que se volteo hacia él.

-Espera en el auto.

Connor guardo silencio por unos segundos.

-Ni lo considere. Voy a ir con usted -exclamo con firmeza hacia el mayor.

Alexandra levanto una de sus cejas sorprendida ante el comentario.

-Ya estoy harto de que te iguales conmigo. Eres una máquina, ¡así que no me jodas y haz lo que te digo!

-Solo quiero cumplir con mi misión. Lamento si eso le molesta.

- ¿Quieres terminar tu misión? Entonces deja de patearme las bolas.

-Me gustaría que siguieran con su pelea fraternal -interrumpió la castaña-. pero tenemos a un androide que atrapar, caballeros.

Hank le lanzo una mirada amenazante a Connor para luego seguirle el paso a Alexandra. La castaña volteo hacia atrás y noto como androide había ignorado las amenazas del teniente al estar caminando detrás de ellos con paso silencioso. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, estos dos no tenían remedio. Cuando por fin estuvieron frente a la puerta ambos sacaron sus armas, pero el mayor noto como Connor estaba aun lado de ellos solo observándolos, cosa que lo hizo soltar una mueca de irritación. Les indico a los dos una seña de silencio para luego abrir la puerta silenciosamente. Hank se quedo en la primera habitación en lo que Alexandra inspeccionaba la segunda con arma alzada, no había nadie.

-Se han ido...

-Te dije de las sirenas.

El mayor le dedico una mirada incrédula a la castaña, esta solamente le sonrió inocentemente antes de salir a la habitación con ambos detrás de ella.

- ¡ALLA ESTA!

En cuanto se escucho el grito, Connor no lo pensó dos veces para atreverse a saltar desde el segundo piso y correr hasta el oficial que estaba en la entrada del lugar.

-Mierda...-susurro para sí misma-. ¡Voy con el!

-Iré detrás de ustedes.

Le dio un asentimiento antes de comenzar a correr en dirección en la que se había ido Connor. Cuando volteo hacia la derecha pudo verlo corriendo a lo lejos, como pudo corrió detrás de él. Tenia que admitir que la persecución era algo que le encantaba, podía sentir la adrenalina al correr por las calles o edificios con la seguridad de que atraparía al culpable. Justo cuando creyó a verlo alcanzo, este dio la vuelta por callejón sin dejar de correr y al final de esta observo como la androide estaba ayudando a la niña a cruzar la barda.

-Oh mierda -soltó con un gemido de cansancio comenzando a seguirlo-. A este paso mis extremidades me dolerán por meses.

Diviso como Connor había logrado llegar hasta ellas, pero fue demasiado tarde, estas ya habían logrado cruzar la barda. Alexandra sin evitarlo saco su arma, no pensaba disparar claro está, pero la usaría para amenazar a como dé lugar.

- ¡No dispares! ¡Se le requiere funcional!

Ambos voltearon al escuchar como ambas habían comenzado a deslizarse por la tierra mojada, estaban adentrándose a la autopista. Entre jadeos cansados llego Hank hasta ellos tratando de recuperar el aliento.

-Es una locura -soltó al ver la escena frente a sus ojos.

Fue entonces que Connor estuvo apunto de escalar la barda, pero fue detenido.

- ¿A dónde vas?

- No puedo dejar que escapen -soltó con un poco de desespero en su voz.

-No creo que logren llegar al otro lado -opino Alexandra.

-No me puedo arriesgar -exclamo volviendo a sostenerse para escalar, pero fue puesto nuevamente en el piso por Hank.

-No vayas tras ellas, Connor. ¡Es una orden!

Alexandra habían comenzando a sentir un hormigueo de nervioso por la espalda al ver como la androide había recibido varios golpes al cruzar por la autopista, pero evitando que la pequeña recibiera alguno. Sinceramente quería hacer lo mismo que Connor, ir hacia ellas, pero no para atraparlas si no más para ayudarlas, si un auto llegase a golpearlas no vivirían para contarlo. Pero la tensión en su cuerpo se relajó al ver como habían logrado llegar a salvo hasta el otro extremo de la autopista, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.

-Creo que... necesitamos unas vacaciones.




Primer capítulo sin Markus :""""v me dueleeeeee, pero recuerden que durante estos sucesos ya sabemos a donde se dirigía Markus 👀👀  Así que muy pronto lo veremos nuevamente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro