Sakura's Voice
El sonido de metales chocar con brusquedad al suelo me hizo reaccionar. Abrí lentamente mis ojos que parecen reacomodarse a la tenue luz de la noche que se aproxima. –¡Alguien llame a una ambulancia!– escuche un grito de alguien, pero yo me siento bien. Por fin logro enfocar bien y... ¿De dónde viene esta sangre? Abro mis ojos a su totalidad al ver alguien que yace inmóvil en el pavimento.
–¡SAKURA!
No puede ser ella... tengo que levantarme para ir con ella, pero mis piernas parecen no querer reaccionar, como inútiles gelatinas sin fuerza. Logro llegar a su lado con un par de tropiezos y a penas si puedo distinguir los colores pastel de aquel atuendo manchado ahora de rojo carmesí... caigo de rodillas a su lado mientras las lágrimas empiezan a brotar y recorrer mis mejillas... ¿por qué?... esto no tenía que pasar de esta manera... se suponía que todo sería diferente esta vez. Con un suave movimiento de mi mano muevo un par de mechones de cabello que yacían sobre su rostro y... ¿Eh?, ¡Está abriendo los ojos!
–Estás bien– me sonrió con aquella dulce sonrisa.
–¡Sakura!– le grite y quise abrazarla pero... no puedo tocarla... no sé de donde viene toda esa sangre –¡Te pondrás bien! verás que todo...
–No– dijo negando con su cabeza suavemente a los lados –Esto se supone que tenía que pasar...
–¡¿De qué hablas?!– le grite molesto. ¿Cómo puede decir semejante locura? –¡Claro que no!
–Syaoran– me habló con tanta tranquilidad que me perturbó, y ahí lo supe... supe que se estaba despidiendo –Ya verás... que todo estará bien...
–No... ¡Sakura!
0-0-0-0-0
La noche fría cayó y vi como aquella bolsa negra la envuelve para dar por sentado un trágico accidente; así mismo, el mismo sentimiento de soledad y de tristeza me abraza con fuerza. Escucho murmullos por doquier y sé que la sonrisa de mi rostro se ha desvanecido para no volver... no importa lo que haga, al final de cuentas...
–...El destino está escrito en roca– me digo a mi mismo. ¿Uh? Una sutil risa parece sobresalir de todo el bullicio y ajetreo a mi alrededor. Busco con la mirada y a lo lejos logro ver a la bruja Yuko, quien se mantiene con una sonrisa en su rostro apartada de todos. Una mirada de odio y rencor se poso en mí ¡¿Qué demonios le sucede?!, ¡¿Acaso todo esto le parece gracioso?! Camino hacia ella quitando del camino a todo quien se me atraviese.
–¡Tú lo sabías!– le reclame con una ira desmedida.
–Joven mago, te lo dije, alguien estaba predestinado a morir y eso no iba a cambiar.
–¡Alguien murió!– grite con lágrimas en mis ojos.–¡La persona de la sala de proyecciones, él...
–Tonto e ingenuo Li Syaoran– sonrió de nuevo –Te lo dije, se repetiría este día tal y como se daría cada hecho según como pasó hoy. Esa persona estaba predispuesta morir hoy.
–Espera, eso quiere decir que...
–Esta persona había muerto el mismo martes 29 que tú viviste por primera vez, pero claro eso no lo sabías. Todo siguió su transcurso natural, al menos hasta que se interrumpió la muerte del día de hoy.
–¿De qué hablas?
–Joven mago, ella no estaba predestinada a morir hoy... eras tú.
Sentí por un momento que vomitaría de lo mareado que me sentía. Todo a mí alrededor empezó a dar vueltas y sentía como si de repente me hubieran tirado a un precipicio por el vértigo que invadió mi cuerpo.
–Entonces... – hable con una voz ronca. Mi cabeza empezó a recrear aquellos pocos segundos en el cual corrí tras ella. Sakura no iba a morir por cruzar la calle, iba a ser yo por seguirla. –Por mi culpa ella...– sentí mis ojos humedecerse otra vez.
–No te martirices. Es un intercambio exacto de equivalencias– Mi mente está demasiado absorta en la estupidez tan grande que cometí que ya me da lo mismo lo que me está diciendo, no necesito una explicación metafísica en este momento –¿Crees realmente que con sólo tu magia bastaría para salvarla?– esa pregunta me hizo verla nuevamente. ¿Había otro precio por salvar su vida?
–¿De qué hablas?
–Te di la oportunidad de poder pasar un día más juntos, jamás de salvarla. Tú decidiste intervenir en eso, como respuesta, tú deberías ser quien pagara el precio de su vida.
–Una vida a cambio de otra...
–La perfecta equivalencia.
–¡ENTONCES POR QUÉ NO MORÍ YO!– le grite con rabia y dolor –¡Si el maldito destino me quería muerto por qué demonios se la llevó a ella otra vez!
–Porque ella así lo eligió.
Su respuesta me desconcertó. ¿Acaso Sakura no sabía sobre... "Gracias por estos días tan especiales" ¿Acaso ella sabría de mi muerte? Habrá elegido el sacrificio de sí misma... ¿Pero por qué no evitarlo?, Y si lo sabía... ¿Cómo lo supo?
–...Tú– dije entre dientes para verla fijamente. –¡TÚ SE LO DIJISTE!– me sonrió de nuevo y cuando pensé que me le tiraría encima de la ira, entonces sacó algo de su manga.
–Lee esto, te explicara muchas cosas.
–¿Eh?– exclame para recibir un sobre –¿Qué es esto?
–Me pidieron que te la trajera.
–¿Quién?
–Una amiga muy querida de la joven hechicera– me respondió. ¿Acaso sería Daidouji?, ¿Pero por qué? –Nos veremos.
La vi caminar con aquella elegancia extraña y excéntrica que tiene, para de nuevo regresar mi vista al sobre. "Syaoran". Únicamente tenía mi nombre y sé que es la letra de ella, pero...
–"Hay algo que necesito darte, pero lo olvide en la casa de Tomoyo..."– recordé
¿Era esto? Voltee a mis espaldas y la ambulancia ya se había marchado, de hecho poco a poco todos se estaban yendo. Vi una banca debajo de un poste de luz vagamente iluminado y camine hasta allá para sentarme y leer. Me recosté en el respaldo y no pude evitar ver aquella carta con una tristeza que creo que jamás sentí. La abrí con sumo cuidado para ver el papel rosa con pequeños dibujitos impresos en el borde, algo que me hizo sonreír levemente.
Hola Syaoran,
Hay tantas cosas que quiero decirte, sobre lo que hemos vivido juntos hasta... bueno hasta hoy. Lo siento Syaoran, pero sé que hoy será el último día que estaré contigo o con... bueno, con cualquiera... por favor no te molestes, no es que no quisiera decírtelo, pero sé que si lo hago cancelaras nuestra cita y la verdad no quiero.
No sé por donde empezar, pero sé que es lo que quieres saber de primero. ¿Cómo sé que moriré hoy? Bueno... lo soñé.
¿Un sueño? Pero cómo... "No dormí muy bien... Tuve una pesadilla" recordé sus palabras ¿Ese fue el sueño? Por eso se miraba tan extraña ese día. Sacudí mi cabeza a los lados, y seguí leyendo. Necesito que Sakura me lo explique.
El sueño que tuve fue algo extraño, yo yacía en un lago rojo y grandes pilares de metal negro y brillantes se miraban en diferentes partes del lago. Permanecía inmóvil, sólo flotaba sobre el agua y me sentía sumamente adormitada. El cielo era rojo carmesí y en éste había una luna tan blanca como siempre, y de repente, un ángel apareció. Era un ángel extraño, con una larga cabellera blanca y ojos azules como los de un gato, en mi mente el nombre de Yue vino a mí, es como si lo conociera. Vi que sus labios se movían, pero no escuchaba nada y luego me desperté. Al levantarme me sentí confundida, pero por alguna razón, lo supe, descifre el mensaje una vez despierta. "Mañana morirás... Sakura" vi mi reloj a la par de mi cama y eran a penas las 6:32 de la mañana. Al principio pensé que todo era un absurdo y raro sueño, que todo estaría bien... pero sentía que me mentía. No podía decírselo a nadie, no sabía cómo moriría, y no sabía si sería por estar contigo, o bien por no estarlo. En la mañana me despedí de mi familia y en sus rostros supe que ellos lo sabían, tal vez no como yo, pero sé que lo intuían. Cuando te vi en la parada supe que con la persona que quería compartir aquel día sería contigo.
Alguien me mató ese día, a las 5: 17 p.m. Lo extraño fue despertar dentro de un sueño y de nuevo vi a ese ángel, Yue. Esta vez no estaba en aquel lago rojo, no había cielo, no había tierra...no había nada, sólo un espacio negro. Yue estaba sentado en el aire viéndome fijamente y no entendí hasta que a lo lejos escuche algo –"¡Regrésala a mi!"– sabía que eras tú... lo siento tanto Syaoran... yo no quería hacerte entristecer. Por favor perdóname...
No pude seguir leyendo, pues de nuevo las lágrimas empezaron a brotar sin control. Sakura... ¡Por qué demonios no me dejaste ayudarte!... desearía tanto verte para regañarte nuevamente. ¡¿Por qué rayos?!... Si tan sólo fuera un mago más fuerte... si mi magia no hubiese sido tan débil el conjuro de curación hubiera funcionado... pero no fue así... y tuve que verte morir dos veces por eso. Vi de nuevo aquella hoja rosa y suspire.
Quise ir contigo y abrazarte y decirte que estaba bien pero no podía verte, así que llore... llore sin consuelo porque sabía que sufrías por mi culpa. Yue me abrazó y me dejo llorar con él, creo que no era un ángel malo después de todo. Pensé que me quedaría así por siempre, pero la luz invadió el espacio negro y por fin escuche sonidos y Yue pareció asustarse y me vio con tristeza, algo estaba pasando. Ahí lo escuche hablar por primera vez. Él me dijo:
–Volverás a despertar, Sakura
Me sentí confundida con eso, no entendí nada, hasta que escuche tu voz... y lo supe... habías hecho un trato con aquella bruja, como en aquella oportunidad. Por un momento me sentí muy feliz, pues sabía que te vería a ti otra vez, y a todos aquellos que había dejado atrás, al menos hasta que vi a Yue, él se miraba tan serio, como si fuera una mala noticia. ¿Por qué? Entendí, cuando habló de nuevo.
–Pero él dormirá por siempre... el destino no debe de ser cambiado.
Sentí un miedo que no puedo describirte... entonces Yue me dejo ver... me dejo ver por una fracción de segundo lo que pasaría. Vi unas luces cegadoras, creo que era lo que tú verías en ese momento, y luego un golpe y de nuevo oscuridad y escuche mi grito de devastación en aquella oscuridad. Le pedí que evitara que eso pasara, pero él movió la cabeza a los lados y supe que no podría detenerlo.
Syaoran, yo era quien debía de morir el día de hoy, no tú, no permitiré que por salvarme a mí, tengas que dar tu vida. Así que le dije a Yue:
–Yo dormiré en su lugar...
No sabía si podría hacerlo, pero él destino quería que uno de los dos no viera el mañana, y decidí que tenía que ser yo. Por eso, sé que si lees esto, es que lo logre y sé que esta vez estaré muy feliz, al lado de Yue.
Hoy desperté a las 6:32 de la mañana nuevamente, y vi afuera de mi ventana. Pensé que todo esto del ángel y la muerte era sólo un sueño que había tenido, algo que no tenía importancia, hasta que vi mi calendario, martes 29. No sé realmente que está pasando, hoy debería de ser miércoles 30... sé que mi día de morir es martes 29, entonces lo supe Syaoran, no me regresaste a la vida, simplemente me hiciste volver a vivir el día de hoy. Uno de los dos no debe de estar mañana, y me jure a mi misma que sería yo. Desearía tanto poder recordar el martes primero de mi muerte, porque entonces, sé que tendría dos citas que recordar estando a tu lado, pero no puedo... tal vez lo logré hacer después, cuando leas esto. A pesar de que bien podría pasar este día con mi familia o con Tomoyo, decidí volverlo a pasar contigo. No me importa morir Syaoran... no si tú estás a salvo. Tal vez, sólo sea un mal sueño y hoy regrese a casa por la noche y tire esta carta a la basura para contarte sobre toda esta experiencia mañana... o tal vez no.
Hoy llegare un poco tarde, pues debo de pasar a dejar esto en la casa de Tomoyo... debo de despedirme de ella. Sé que Tomoyo te la entregara sin problemas, te tiene mucho aprecio ¿sabes? Lo extraño es, que siento que ella y mi hermano pudieron sentir que no estaría por mucho más tiempo con ellos, porque desde hace un par de días que me miran con una mirada un tanto triste, tal vez sea sólo mi imaginación.
Syaoran, ahora que lo sabes, debes de entender que en esta vida el destino no nos quiso juntos, y está bien. Quien sabe, tal vez en otra vida, en otro tiempo, en otro mundo, otra Sakura y otro Syaoran puedan estar juntos y no verse obligados a estar separados por... bueno, eso no es importante. Mi querido Syaoran... lamento que todo esto tenga pasarte esto dos veces, pero sé que tu vivirás la vida a plenitud por ambos. Gracias por cada sonrisa que me regalaste. Nos veremos algún día nuevamente... a su tiempo.
Con amor,
Sakura.
Las letras empezaron a distorsionarse poco a poco hasta que mi mirada se nubló completamente por las lágrimas que ahora empezaban a brotar sin control, el instinto de estrujar aquel pedazo de papel y lanzarlo tan lejos de mí por la tristeza y enojo que yacía en mí me invadió con suma rapidez, pero de nuevo fije mi mirada a aquellos tontos dibujos impresos y no pude... estoy molesto con ella, en este momento desearía verla para reclamarle su toma de decisiones y la vez, me siento con una tristeza que no puedo expresar al saber que ya no podre escucharla más.
–¿Ya sucedió, verdad?– escuche decir a alguien, una voz conocida. Subí mi mirada y vi a Daidouji parada con unos ojos muy parecidos a los míos. Baje la mirada y vi la carta nuevamente, trayéndome ese recuerdo –"Hay algo que necesito darte, pero lo olvide en la casa de Tomoyo..."– La vi de nuevo, esta vez con una mirada intensa, ella parecía ausente de sí misma.
–¿Tú lo sab...
–¿Se lo dijiste?– me interrumpió. Vi sus ojos, que parecían apagados y sin luz. Claro que lo sabía.
–¿Decirle qué?
–Lo que sentías, ¿se lo dijiste?
–"Claro, de eso me hablaba aquella noche en el parque"– pense con rapidez –Sí.
Al menos tuve tiempo de eso, por breve que fuera el tiempo que ella y yo compartimos, aún tuve la oportunidad de decirle mis sentimientos y ella los suyos, supongo que... ¡¿Pero qué demonios?! Sentí a Daidouji tirárseme a los brazos y abrazarme con fuerza mientras un llanto desgarrador empezó a oírse por la calle desolada. No supe cómo reaccionar, nunca he sido bueno para consolar a los demás y no creo ser el indicado para hacerlo, después de todo, esto no hubiera pasado por mi culpa, o tal vez sí, tal vez Sakura iba a morir incluso sin haberme conocido, o tal vez, sólo moriría si me conocía... no lo sé.
–Yo... lo siento– musite con sutileza. Ella levantó su rostro de mi pecho y me vio con su rostro mojado por las lágrimas. Se sentó a mi par y ocultó su mirada con unos cuantos mechones de pelo. Nos quedamos en silencio, sufriendo nuestra pena en soledad. Suspire con tristeza y la vi fijamente –Tú lo sabías desde antes ¿verdad?– pregunte al fin. Asintió su cabeza sutilmente –¿Entonces por qué no impedir que estuviéramos juntos?
–¿Qué hiciste para regresar el tiempo?
–¿Ah?– sentí el terror invadirme, a parte de Sakura y mi familia, nadie más sabía sobre mi talento.
–No sé de qué hab...
Ella me enseñó un sobre que sacó de una bolsa que llevaba consigo, haciéndome callar; al igual que el mío, decía su nombre en éste. Lo abrió para sacar una carta, y como la mía tenía el mismo papel rosa con aquellos dibujos infantiles; y habló:
–Sakura me dejó esta a mí. Dice: "...Él hizo algo para poder repetir este día nuevamente, no sé qué es, seguramente Yuko, la bruja que tenía el báculo que él me dio, tiene algo que ver con esto; sé que él tuvo que dar algo muy importante para que así pasara..." Eso es una parte de lo que me escribió. ¿Qué fue?
–¿Tú sabías sobre sus poderes?
–Yo fui quien hizo que Sakura entrara a la Preparatoria Funbari.
–¿Ah?
–Mi madre fundó la escuela para gente como yo– me explicó sin expresión alguna en su rostro –Yo tengo el talento del canto, y creyó que en una preparatoria normal no podría dar todo mi potencial; pero como sabrás es una escuela un poco costosa. Al saber sobre las habilidades de Sakura al final de la secundaria, hice que tuviera una beca completa en la preparatoria para que pudiera manejar sus poderes.
–Yo no sabía eso...
–A pesar de los maestros que tenía Sakura, a ella aún le costaba controlar su magia, por eso me hizo muy feliz cuando me dijo que tú la ayudarías, que había alguien más como ella.– De nuevo sentí la tristeza abrazarme y las incontenibles ganas de llorar también –¿Qué hiciste Li?, ¿Qué le entregaste?– Recordé de nuevo aquel momento en que la lleve en mis brazos con desesperación a la casa de Yuko.
–...Mi magia– susurre a penas audible. Por primera vez me sonrió en toda la noche, aunque no sabía porqué.
–Por eso no hice nada para que Sakura no te viera hoy nuevamente.
–No entiendo– dije confundido.
–Tú la amas– dijo con tanta naturalidad que sentí mis mejillas enardecer con fuerza –Y ella a ti. Si su último deseo era pasarla con la persona que ama, yo no sería quien se interpusiera en eso.
Me quede en silencio. Yo hubiera hecho lo mismo o tal vez no, no lo sé. La vi nuevamente y de nuevo aquella expresión de tristeza se posó en su rostro. Pensé en ella y toda su familia, todos ellos se les había arrebatado el poco tiempo que le quedaba por pasarlo conmigo, realmente soy un ser humano de lo más egoísta. Tuve que haber cancelado esta cita y mandarla a casa, hacerla pasar su último día con su familia, que muriera en su hogar y no en una sucia calle, yo...
–Ella está bien– me dijo poniendo su mano sobre mi puño. Creo que no me di cuenta de la rabia que estaba expresando por estos pensamientos.
–Lo siento, fui un egoísta al querer acapararla sólo para mí. Tuve que haber cancelado esta estúpida cita, yo...
–Si lo hubieras hecho, estaría viendo a Sakura llorar sin consuelo en este momento– me dijo con un amago de sonrisa. Lo había olvidado, este día el predestinado a morir era yo –Me alegro que no fuera así.
–¿Prefieres que ella esté muerta antes que yo?
–No lo digas de esa forma– me dijo casi en regaño –Sólo me alegro que ella no sufra por perderte, eso es lo único que dije.
Desvié mi mirada. Vi de nuevo mi propia carta y recordé que Yuko me la había dado, no Tomoyo como se suponía.
–¿Por qué Yuko me dio esto?– le pregunte. Ella me vio con cierta indiferencia y suspiro.
–Ella me la pidió- me respondió con tristeza –Fue extraño al verla en mi casa, pero me extendió la mano y me dijo: "Tú tienes algo para el joven mago, ¿me lo puedes dar?" Al principio me sentí confundida, hasta que entendí que hablaba de ti. Me dijo que tenía que darte el sobre para explicarte ciertas cosas, y que seguramente necesitarías hablar con alguien después. Por eso supe donde estabas.
–Ya veo– dije pensativo –Entonces.... Sabes que el que tenía que morir hoy era...
–La persona que más se ama– me interrumpió –No te culpo por nada de esto– habló por último para ponerse de pie –Sé que él que más ha sufrido por su perdida has sido tú, al final de cuentas, tu la has visto morir dos...- calló de golpe y vi que las lágrimas habían regresado para impedirle hablar.
–Lamento no haber podido salvarla...
Me vio con aquellos ojos dulces mientras las lágrimas recorrían sus mejillas y me sonrió con dulzura. –No, gracias a ti, por darle dos increíbles últimos días– Sacó un delicado pañuelo de aquel bolso y se secó las gotas de agua salada. –Hasta mañana Li.
La vi caminar por aquella calle y desaparecer en la noche –Mañana– me repetí, mi primer día sin ella empieza mañana.
Miércoles 30
El día gris no anuncia más que lo que ya sabíamos, un día de tristeza. El aire es frío y el viento fuerte, sé que volverá a llover, como el primer día que la vi. Veo aquellas esculturas de piedras de diferentes tamaños y formas que sirven para recordar, aunque se me hace absurdo, estoy seguro que lo que he vivido no lo olvidare, no necesito de ninguna estatua que me lo recuerde.
–...Que descanse en paz– escucho a la sacerdotisa decir por último. Mi vista se fija nuevamente en las muchas personas que se reúnen alrededor de una tumba abierta. Todos vestidos de negros y llorando por una trágica muerte, o así lo declararon en el hospital.
Creo que ver el rostro de su padre al saber que su hija había muerto será una imagen que no podre borrar jamás. Para cuando llegue eran casi nueve de la noche y vi a su familia devastada por la noticia, no pude quedarme, era mi culpa.
–Aquí estás mocoso– el miedo me invadió al escuchar esa voz a mis espaldas. Me pare del césped en donde había estado sentado a una distancia prudente todo el funeral, para ver a su hermano detrás de mí. –¿No te estarás escondiendo?– preguntó con sarcasmo.
Desvíe la mirada, seguramente él ahora se encargaría de matarme. Sabía que tanto él como su padre sabían que ella había salido en una cita conmigo el día de su muerte, ¿cómo dar mi rostro en el entierro? Por eso había preferido alejarme. En una pequeña colina a la par de un gran roble podía ver perfectamente el cementerio en donde estábamos, con este atuendo formal negro era casi como una sombra en el gran árbol. Pero eso no había sido suficiente.
Lo vi caminar hacia mí con aquella mirada inexpresiva y vi como poco a poco levantaba su mano. Cerré los ojos y espere el golpe, ¿Sería en la cara?, ¿El estómago?, ¿En...
–Gracias...
–¿Ah?– sentí su mano sobre mis hombros y vi su mirada de tristeza. –¿Por qué?– le pregunte confundido.
–Por tu sacrificio– me respondió.
Parece que más gente de lo que me gustaría sabía de mis poderes. Sakura, eres una bocona. Es increíble que no pueda contarle nada, yo... ¿qué estoy haciendo? Rió en lo bajo ante mi absurda pelea. A pesar de que no está, siento como si estuviera a la par mía, como si todo esto que pienso pudiera oírlo.
–Te ríes– me dijo su hermano, que olvide por completo que estaba conmigo –Eso es bueno.
–¿No deseas venganza?
–¿Por qué?
–Bueno, porque...
–Tú ibas a pagar el precio de darle más vida con la tuya.
–Pero no pasó– respondí cabizbaja –Yo sigo aquí y ahora ella...
–Si tú no estuvieras hoy, yo estaría con ella en este árbol escuchándola llorar por perderte.
Sé que es tonto, pero él pensar que ella me quiso tanto, como para sufrir mi muerte de la manera en que su hermano y Daidouji me decían me hacía feliz.
Nos quedamos en silencio. Viendo desde aquella colina el ataúd bajar con lentitud. No había más que hacer, no había nada más que decir. Era hora de seguir adelante.
–Cuando estés listo, ve a darle un último adiós– me habló para caminar colina abajo.
Poco a poco todos empezaron a marcharse, su familia, sus amigos... todos menos yo. Luego de casi una hora baje para ver la última morada de ella y de nuevo, mientras caminaba hacia ella, sentí mis lágrimas recorrer mis mejillas en una carrera sin fin. Hasta que vi su tumba. "Kinomoto, Sakura" decía en ésta. De una niña tonta, pasó a ser una conocida, a ser una amiga, a ser la persona más importante para mí.
–Sakura– dije al viento.
...Aquí estoy...
–¿Ah?– voltee a ver a todos lados mientras el pánico me invadió. –¡¿Quién anda ahí?
...Aquí estoy...
Como un eco distante sé que escuchaba algo, mientras el viento parecía sólo hacerse más intenso.
–¿Sakura?– pregunte al viento que soplaba esa tarde.
...Aquí estoy...
De nuevo sentí mis ojos humedecerse y las lágrimas fluyeron como cataratas en un día de tormenta. No sé si aquella voz distante es ella, no sé si simplemente me volví loco o alguien me juega una broma pesada, pero me sentí reconfortado, para este momento no me puede importar menos. Cerré mis ojos con fuerza en un vano intento de detener mi llanto, todo esto jamás hubiera pasado de no ser por...
...Gracias...
–¿Ah?– Abrí mis ojos y me quede a la expectativa nuevamente de escuchar algo; pero no pasó, luego, sólo el sonido del viento de aquel día nublado invadió aquel cementerio. Suspire profundamente y vi de nuevo aquel ataúd –De nada– dijo al viento, y estoy seguro que ella me escuchó.
Vi hacia el cielo que poco a poco empezaba a despejarse y los primeros rayos de sol empezaron a tocar la tierra. Seguramente la extrañare como a nadie en mi vida. Sacó aquella carta rosa que yacía guardada en mi bolsillo y sonrió cálidamente, sonrisa que sólo ella puede provocar.
–Nos veremos... a su momento.
El destino quiso que sólo uno de los dos viera el amanecer de este nuevo día. Nuestro destino no era estar juntos, pero sin duda, más adelante, nos veremos nuevamente y quien sabe, tal vez, en otro lugar, en otro momento, ella y yo, podamos tener nuestra historia de amor.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro