—Amor —llamó Jennie hacia la alfa, quien acababa de dejar a YeRim en la cuna.

—Dime —Roseanne se acercó a ella y la abrazó—. ¿Sucede algo malo? —Jennie negó, Roseanne sonrió y se volvió a acercar a su omega, más específicamente al cuello, para luego sentir el aroma de su omega con una mezcla que sabía que antes había sentido.

—Debo decirte algo importante amor —intentó alejar un poco a su alfa de ella, aún le avergonzaba un poco que se acercara de ese modo a su cuello.

—No me digas nada bebé, ya lo sé —Jennie la miró sorprendida, Roseanne sonrió.

—¿Pero-

—Eres mi omega —habló dulce y volvió a acercar a Jennie a ella para abrazarla.