7 y 12 años
7 y 12 años
JungKook se cruzó de brazos molesto haciendo un puchero en sus labios. No entendía qué era esa molestia que sentía en esos momentos, pero de algo estaba seguro: no le gustaba.
Su Jinnie hyung estaba hablando demasiado con un chico alto, de tez morena y de sonrisa con hoyuelos. Era un alfa bastante simpático, ¡pero a Kookie no le caía bien porque le quitaba tiempo con su hyung! Ese día, en el que Jin lo había invitado a pasear por el parque, se tuvieron que encontrar con ese chico del cual ni siquiera quería saber su nombre.
¡Ay, como odiaba a ese alfa!
—Kookie, toma, Nam te compró un helado—decía Jin extendiéndole el helado al omega.
Pero este desvió la mirada molesto, mientras su puchero se acentuaba. El mayor se desconcertó, su pequeño jamás se había comportado así.
—Kookie, ¿pasa algo?
Nuevamente silencio por parte del menor.
—¿JungKookie? ¿Ocurrió algo?—preguntaba NamJoon.
Pero el niño sólo le dedicó una mirada de odio que le hizo entender qué le pasaba.
—¿Kookie?
—Oh, déjalo Jin, parece enojado. ¿Te parece si lo dejamos solo hasta que se le pase? Porque parece que no nos quiere cerca—decía el alfa tomando el brazo del mayor mientras le guiñaba un ojo.
Seok Jin entendió y decidió seguirle el juego.
—Oh, tienes razón Nam, dejemos que a Kookie se le pase el enojo.
Comenzaron a caminar, alejándose del omega, hasta que Jin sintió que lo abrazaban desde atrás.
—¡No! ¡Deja en paz a Jinnie hyung! ¡Él es mío, mi amigo! ¡No tuyo! ¡Mío!—gritó JungKook sosteniendo con fuerza al mayor.
Y a ambos les quedó perfectamente claro lo que tenía el menor: celos. Estaba celoso del amigo alfa de Seok Jin.
Jin le dio a Nam el helado que aún tenía de Kook y se volteó para poder abrazarlo.
—Kookie, no tienes que molestarte. Hyung es tu amigo y nadie podrá reemplazarte nunca.
—JungKookie—intervino NamJoon acercándose un poco al niño—, lo siento por quitarte tiempo con hyung, no era mi intención. Prometo que ya no te quitaré tanto tiempo con él—NamJoon le sonrió y le extendió el helado—. ¿Amigos?
El pequeño se escondió algo avergonzado en el pecho de su hyung. El alfa nunca había sido malo en realidad, sólo que el hecho de sentirse ignorado por su persona especial había hecho que sus infantiles ojitos vieran al chico como el villano.
Aun sin mirar a Nam, extendió su manito y aceptó lo que le daban.
Ambos alfas sonrieron, el omega ya estaba mejor.
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