61 y 66 años
61 y 66 años
JungKook se miraba al espejo, dándose unos últimos retoques mientras analizaba también que su ropa estuviera impecable y perfecta. Necesitaba estar perfecto para ese día, ya que irían a cenar por su aniversario número 42.
Al terminar se volvió a mirar en el espejo, haciendo una mueca de disgusto al verse. No le gustaba como se veía y pensó que quizás se vería mejor con un poco más de maquillaje.
—Te ves bien así—dijo Jin tomando su muñeca para quitarle el maquillaje de las manos.
—Pero mira mis arrugas, se ven horribles, Jinnie.
—Te ves hermoso como siempre, Kookie.
—Claro, estas arrugas se me ven preciosas—ironizó el omega, cruzándose de brazos.
El alfa suspiró y se acuclilló a su lado, mirándolo con ternura.
—¿Cuántas veces debo decirte que eres el omega más bello del mundo, con o sin arrugas? ¿Cuántas veces debo repetirte que te ves como un ángel con lo que sea que uses?
—Pero, mírame—decía Kook señalándose al espejo—. Me veo feo, mira las arrugas cerca de mis ojos, me hacen ver como un viejo feo.
—En mi opinión, te quedan bien.
—Mira mis canas y...
—Kookie—interrumpió Jin con una sonrisa—, vamos a perder la reservación si tardamos mucho.
—Me da igual, prefiero llegar tarde antes que horrible.
—Jamás podrías verte horrible, Kookie—el alfa suspiró—. ¿Debo repetir siempre lo mismo? Pareceré disco rayado.
—Pero es que tú me mientes, dices que me veo bien, pero en realidad...
El omega se sorprendió cuando los labios de su esposo tocaron los suyos de forma dulce y delicada. Cerró los ojos y se dejó llevar, sintiendo unas ligeras maripositas en el estómago como cuando era más joven y compartía ese mismo tipo de gestos con el mayor.
—Si digo que te ves bien es porque te ves bien, jamás te mentiría al respecto—murmuró Jin—. Ante mis ojos eres el omega más hermoso del mundo, Kookie.
JungKook miró a los ojos a Seok Jin, esos amorosos ojos que lo hacían sentir especial con tan sólo una mirada, y sonrió ignorando el reflejo que mostraba el espejo de su habitación.
—Vamos, tenemos una cena esperando—dijo sonriendo.
Jin se sintió el hombre más feliz del mundo al ver ese gesto y, tras un beso en cada párpado, ambos partieron para celebrar su aniversario.
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