53 y 58 años

EunWoo los había ido a visitar esa mañana como hacía cada domingo mientras su esposo iba a ver a sus padres.

JungKook lo recibió con un abrazo, al igual que Jin, y al ver a su hijo caminar hacia la cocina se preguntó cómo podría ser el alfa de la relación cuando su esposo parecía serlo. Era común que creyeran que EunWoo era el omega y Moonbin el alfa cuando era todo lo contrario.

Bien, reconocía que su propio esposo no era el tipo de alfa que la sociedad esperaba, pero su hijo lo superaba. Aunque bueno, debía admitir que era lindo su pequeño alfa delicado, sensible y dulce.

—¿Cómo han estado, cielo?—preguntó Kook mientras su esposo servía el desayuno.

—Bien, mamá. Bueno, un poco...complicados.

—¿Complicados? ¿Por qué, hijo?—preguntó Jin sentándose al lado de su esposo.

El chico pareció pensarlo antes de sacar un sobre blanco de su bolsillo para extendérselo a sus padres quienes lo tomaron extrañados.

El menor les hizo una seña para que lo abrieran y el omega fue quien lo hizo, impaciente por ver qué había ahí dentro.

Cuando vieron su contenido, sus ojos se cristalizaron y miraron a su hijo.

—EunWoonie...

JungKook se levantó para abrazar a su pequeño. Las lágrimas no dejaban de caer y dudaba que pararan en unos minutos. Era demasiada la felicidad ante la noticia de que serían abuelos.

—Felicidades, ya era hora—decía Jin, llorando y con una enorme sonrisa en su rostro.

—Gracias, papá.

—Tengo una duda, ¿seguro que él es el embarazado? Porque apostaría lo que fuera que yo pensé que tú lo serías.

—¡Mamá! Soy un alfa, no puedo.

—Pues lo siento, pequeño, no lo pareces.

—¡Mamá!—chilló como omega el alfa menor.

Sus padres rieron y volvieron a abrazarlo.