45 y 50 años

Hoy era un día especial. Hoy cumplían 26 años de casados y querían festejar.

Por eso, Jin había llevado a JungKook (después de dejar a EunWoo a cargo de sus hermanos) hacia un destino incierto. Al menos para el menor que iba con los ojos vendados.

—Ya, Jinnie, dime a dónde me llevas—insistía Kook con una sonrisa ansiosa.

—Ya verás, pequeño, ya verás.

—¡No! ¡Dime, dime, quiero saber!

—No, Kookie.

El omega se cruzó de brazos e hizo un puchero ante la negativa de su alfa. Odiaba que le dijeran que irían a un lugar para luego no decirle cual. Era alguien muy ansioso y necesitaba saber todo ya.

El mayor frenó un momento el auto y se inclinó hacia el menor para darle un beso en la mejilla.

—No comas ansias, mon ange.

Y tras la sonrisa (más un ligero sonrojo por parte de Kook) siguieron su camino.

Al llegar ayudó al omega y lo guio entre risas ante los torpes pasos de Kook. Hasta que Jin se puso detrás de su esposo para desatarle la venda de los ojos.

—Feliz aniversario, Kookie.

Y cuando abrió los ojos, vio una bella cabaña en la playa donde se veía desde una ventana una cena preparada para dos.

Volteó a ver a su esposo, quien le sonreía dulcemente, acentuando las arrugas típicas de la edad.

—¿Y esto, Jinnie?

—Una cabaña en la playa—bromeó.

—Jinnie hablo en serio.

El mayor sonrió, tomando a su omega de la cintura dulcemente.

—Es mi regalo de aniversario para el omega más bello de todo el mundo—murmuró enamorado.

El menor abrió los ojos sorprendido y un sonrojo pequeño se instaló en sus mejillas.

—Jin, ¿no es algo muy caro como para regalo?

—Jamás es suficiente cuando se trata de mi pequeño—acarició una de las mejillas con ternura—. Nos conocemos desde hace 45 años Kookie, ¿y aun te sigues avergonzando por nimiedades como estas?

—¡Una cabaña en la playa no es una nimiedad Jin!—exclamó dramáticamente el menor.

Seok Jin rio divertido y calló a su escandaloso esposo con un beso en los labios.

El primero de todos los que se darían esa noche.