24 y 29 años

JungKook no dejó de hablar en todo el trayecto hacia el hospital. Estaba muy ansioso, ese día irían a la ecografía de los tres meses y el omega quería volver a ver a su pequeño.

Jin escuchaba con una sonrisa todo lo que su pequeño tenía para decir, era divertido verlo tan ansioso.

Llegaron al hospital y cuando les tocó su turno, el mayor tomó la mano de su pareja para que se calmara.

La enfermera ayudó al omega a acomodarse en la camilla y les comunicó que en unos segundos él doctor estaría con ellos.

Y no se equivocó, en menos de lo que se esperaban el médico llegó y colocó el gel frío en el vientre de Kook.

—A ver, veamos que tenemos aquí.

Jin veía al doctor mover de un lado a otro el aparato, buscando. Cuando pasaron unos segundos decidió preguntar por qué tardaba tanto.

—¿Pasa algo?

—¿Y mi bebé cómo está?—preguntó el menor.

El hombre les indicó que esperaran un momento mientras él seguía buscando. Hasta que después de unos minutos habló.

—Lo siento mucho, señores Kim.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?—preguntaba JungKook preocupado.

—El embarazo se detuvo, lo siento mucho.

En el viaje de regreso ambos iban en completo silencio. JungKook miraba el paisaje por la ventanilla del auto, perdido en sus pensamientos, siendo observado de reojo por el alfa quien iba conduciendo.

Cuando llegaron a casa el mutismo no cambió. Kook se fue a la habitación y Jin a la cocina para tomar un vaso con agua.

El mayor se quedó un instante ahí antes de subir al cuarto que compartía con su esposo, reteniendo las lágrimas. Pero al llegar y ver al menor sollozar con fuerza, el nudo en su garganta se hizo insoportable. No obstante, lo ocultó. JungKook lo necesitaba.

Lo abrazó con fuerza y estuvo a su lado hasta que el omega se durmió entrada la noche.

Sólo en ese momento, él también lloró.