14 y 19 años

JungKook no quería sonar desesperado o preocupado, claro que no, pero es que ¡no podía evitarlo! ¡¿Cómo podría estar feliz de la vida cuando su Jinnie hyung lleva cuatro días sin visitarlo ni llamarlo?! ¡Eso no era normal en su dulce alfa!

Así que por ese motivo optó por, esta vez, ir a visitarlo a la universidad. Y no, no esperaría a salir del colegio, tampoco esperaría a que su hyung lo hiciera. No señores, él no haría eso. Kook escaparía de la escuela y se infiltraría a la universidad de Jin y lo buscaría salón por salón hasta encontrarlo. Ese día hablarían sí o sí y nadie lo haría cambiar de opinión.

Por lo que al escaparse de la escuela con éxito, corrió hasta llegar a la universidad y ya ahí fue salón por salón. Observaba por largos minutos el montón de asientos ocupados hasta asegurarse que su hyung no estaba ahí.

Fue usando la misma estrategia, y la única en mente que tenía, hasta que logró hallarlo en el décimo octavo lugar que revisaba.

Tocó y a los dos minutos un hombre maduro le abrió, observándolo sorprendido. Posiblemente porque no estaba que un omega de catorce años tocara la puerta de su salón para interrumpir la clase.

—Busco a Kim Seok Jin, ¿puede salir un momento? Es urgente.

El profesor asintió y volvió a entrar para comunicarle a Jin que lo buscaban.

Se imaginó el rostro desconcertado del alfa, extrañado de que alguien fuera a buscarlo ahí y a esa hora.

Pero bueno, no hizo falta imaginarse el rostro del mayor cuando lo vio.

—Tenemos que hablar—sentenció con la misma seriedad que había visto usar a su madre con su padre.

—¿No tienes que estar en la escuela, Kookie?

—Tenemos que hablar—repitió cruzándose de brazos.

Y el mayor supo que no le quedaría de otra, así que tras pedir disculpas al profesor llevó a Kook hacia el patio vacío de la universidad.

—¿De qué quieres hablar?

El omega se cruzó de brazos otra vez.

—Tú sabes sobre qué necesitamos hablar, Kim Seok Jin, así que deja de fingir demencia y empieza a explicar.

El alfa suspiró, no podía ganar más tiempo.

—Estuve muy ocupado con trabajos de la universidad, además estuve saliendo con Nam y una amiga de aquí...

—¿Me estás reemplazando acaso?

Y a pesar de que lo preguntó seriamente, en su voz se podía detectar un atisbo de dolor.

—No pero es que pensé que sería bueno tomarnos un tiempo, ya sabes, vernos seguidos podría aburrirnos.

—Jinnie hyung, ¿yo le aburro?

Ay, esos grandes y oscuros ojos mirándolo con tristeza y cristalizados. Seok Jin no pudo sentirse más miserable que en ese momento. Ese niño jamás tendría que saber cuan débil era el alfa ante sus ojitos.

Por lo que olvidando todo, abrazó a Kook con fuerza.

—No pequeño, tú nunca lo harías, sólo...pensé que te aburriría estar siempre conmigo.

—Eso nunca pasaría hyung, yo lo quiero mucho. Por favor, no se vuelva a separar de mí—pidió aferrándose al mayor.

—Pero...¿tú...no tienes ya a otro alfa?

—¿Eh?

Kook de verdad parecía no entender nada.

—Es que...el otro día te vi muy feliz paseando en el parque cerca de casa con un alfa.

—oh...un alfa—dijo pensativo Kook hasta que pareció recordar—. Oh, ya sé a quién se refiere. Su nombre es YuGyeom, es hijo de un amigo de mi padre. Él me invitó a pasear y sólo acepté por cortesía porque, si debo ser sincero hyung, prefería estar con usted, por eso fui a visitarlo tan pronto como pude. Además ese chico dijo que le parecía muy lindo...y me asusté mucho así que tuve que decirle que me sentía mal. Ay hyung, no sabe lo feo que fue.

Jin se quiso reír ante las palabras de su pequeño, de verdad que sí. Él pensaba que JungKook era feliz al lado de ese alfa cuando todo el tiempo estuvo pensando en él y en la manera en que podría liberarse de ese chico.

Le dio un beso en la cabeza y se mantuvo abrazando a su Kookie, olvidándose de todo.

Olvidándose de que el omega se escapó de la escuela y de que él debía volver a clases.