1 y 6 años
1 y 6 años
Ese día, como muchos otros, su madre había ido al hogar Jeon para visitar a su amiga.
A Jin no le molestaba porque podía quedarse jugando con JungKook todo lo que quisiera. Para él era divertido jugar con el pequeño y regordete omega que lo quería seguir a cualquier lado al que fuera.
Así que ahí estaba, jugando con Kook en la sala mientras sus madres hablaban en la cocina.
Le pasaba al niño los juguetes que le pedía y sonreía cuando lo veía acomodar algunos bloques con dibujos. Era entretenido pasar tiempo con Kookie aunque para muchos no fuera así, le gustaba ver la manera en que este pequeño bebé se las ingeniaba para armar torres pequeñas de bloques de madera.
Todo iba bien, tranquilo, hasta que su madre le pidió que se levantara para buscar algo en su bolso y pasárselo. Un trabajo sencillo de no ser porque se estaba tardando ya que el bolso de su madre parecía tener cualquier objeto imaginable, menos lo que ella le había pedido. Una vez escuchó a su papá decir algo como que el bolso de su madre era una especie de agujero negro que se tragaba todo y no se encontraba nada. Jin no sabía muy bien qué era un agujero negro, pero estaba de acuerdo con su papá sobre que en el bolso de su mamá no se encontraba nada.
Tan concentrado estaba que se asustó al sentir algo prenderse de su pierna. En ese momento juró que casi dejar caer el bolso de su madre para salir corriendo. Pero mantuvo la calma y decidió ver qué era lo que sostenía su pierna.
Kookie le miraba desde abajo, con sus ojitos brillando emocionados y una sonrisa contenta en sus labios. Seok Jin también sonrió, tentado a reír por su pensamiento anterior. Era gracioso que se hubiera asustado porque Kook fue hasta él y abrazó su pierna.
Fue entonces que cayó en cuenta.
—¡Kookie está caminando!—gritó feliz.
Rápidamente la señora Jeon y su mamá se asomaron para ver al pequeño agarrado de la pierna del alfa.
—Ay no lo puedo creer, ¡mi celular!—exclamó la mamá de Kook volviendo a la cocina.
Al regresar sacó una y mil fotos de su hijo con Jin, fotos muy similares y unas pocas diferentes, todas desde diferentes ángulos donde pudieran documentarse los primeros pasos de su hijo. Hasta que cansado de ser objeto de fotografía, JungKook estiró sus brazos para que el pequeño alfa lo cargara.
Cuando lo hizo, Jin le susurró.
—Lo hiciste bien, Kookie.
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