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VII

Pelar las papas era un trabajo de mujeres, fácil y ligero; por lo que me impresionaba que Seonghwa fuera el encargado de hacerlo. Sentada a su lado retrocedía en mi mente hasta llegar a la primera impresión que tuve de él; con el ceño fruncido y sonrisa incómoda el cocinero daba la apariencia de ser un tipo muy duro y severo. Pero no era así; en la comodidad de la cocina el cabello se le pegaba al rostro mientras cortaba con amor los vegetales, cantando en voz suave y melodiosas canciones en su idioma que fácilmente dormirían a cualquier niño. Él era el único capaz de cuidar a los tripulantes como si de sus hijos se tratase. Seonghwa era sin duda la persona más atenta y dulce de aquel barco, aunque tanta bondad se escondiera detrás de esa mirada tosca. Incluso el capitán se dejaba llover de las atenciones maternales de su tripulante; en múltiples ocasiones había visto a Seonghwa colocar frente a él un plato de sopa y luego acariciar su cabello como si mimara al más precioso de sus retoños; esta interacción duraba apenas unos segundos, en los cuales el capitán no se apartaba como solía hacer con los demás.

Mientras las cáscaras marrones caían al suelo me dedicaba a contar cuántos días quedaban hasta llegar a Martha 's Vineyard. Tres meses desde que me embarqué, más una semana después de parar en un puerto para comprar provisiones... No estaba segura y aquel cálculo era todo menos exacto. Todos estos números rondaban en mi cabeza haciéndome ignorar a Seonghwa. La voz llegaba lejana dándome órdenes que era incapaz de retener; la ansiedad se colaba por mis oídos diciendo palabras a un volumen ensordecedor. Cualquier cosa que pasara en Martha's Vineyard podía contarme la vida.

ㅡ¿Me estás escuchando? ㅡel rostro confundido de Seonghwa bloqueo mi campo de visión ㅡHace diez minutos que dije que te necesitan en la cubierta.

ㅡNo quiero ir a cubierta ㅡ Respondí huyendo de su mirada ㅡAquí puedo pensar mejor.

ㅡ¿Es por Yeosang? ¿Te ha dicho algo hiriente ㅡInquirió sonriendo aliviado ㅡTranquila. Él no dice las cosas para lastimar... Solo... Solo no sabe cómo decirlas.

Aquella aclaración por parte de Seonghwa hubiera sido útil si Yeosang me hubiera llamado ladrona o gitana. Pero cada comentario imprudente iba dirigido hacías sus compañeros, sobretodo si me encontraba ayudándolos en su trabajo.

ㅡDebí pedir que me dejaran en el puerto ㅡSentí como algo de temor se filtraba en mis palabras ㅡYeosang me ha hablado sobre aquel capitán inglés... Tengo miedo de no poder salir de Martha's Vineyard.

La mirada dura de Seonghwa se suavizó de tal manera que su rostro adquirió una imagen completamente distinta. Él también sabía que el plan de acercarse al capitán del barco inglés era una locura. El hombre pertenecía a la flota de un general muy poderoso y peligroso, sobre todo cuando de mujeres se trataba.

Hongjoong había entendido el plan de Mingi. Enviar a una mujer a donde se encontraba el capitán de un barco perteneciente a los hombres del general Abercromby, dueño del burdel más grande de Inglaterra. Obviamente Mingi tenía razón: una mujer la tendría más fácil para entrar a la nave, sin embargo salir de allí sería difícil. Entrenarme con San me ayudaría si se trataba de escapar de un solo hombre...pero ¿qué pasaba si había más?. Aquello solo me daría tiempo de correr algunos metros, y no era muy inteligente escapar de esa forma de toda una flota.

ㅡPobrecita ㅡSeonghwa acercó mi cabeza a su hombro para acariciar mis cabellos ㅡClaro que vas a salir de allí. Mi capitán jamás te dejaría entrar a ese barco sin protección.

De forma maternal el pirata tomó mi rostro entre sus manos y depositó un casto beso sobre mi frente. De inmediato me sentí protegida; ahora era parte de la tripulación y cada uno de ellos estaba cuidándome a su manera. Continúe abrazada a Seonghwa por un rato, él me hacía sentir confiada y llena de valor para hacer lo que se me ordenara.

ㅡ¿No deberías limpiar la cubierta en lugar de limpiar lágrimas? ㅡ La voz de Yeosang resonó en la cocina ㅡAcabo de caminar con las botas sucias por tu piso limpio.

Como si de una emergencia se tratase, Seonghwa se separó de mí y corrió a tomar el trapeador. Con Calma Yeosang se acercó agachándose a mi lado y tomando el cuchillo para ayudarme en mi tarea. Ahora el castaño era más abierto conmigo, se mostraba dispuesto a hablarme manteniendo siempre una distancia prudente. Yo también intentaba no estar muy cerca de él, mi corazón se aceleraba tanto que temía que saliera de mi pecho. Era casi instantáneo, incluso había noches en que podía escucharlo latir por sobre las olas.

ㅡSi no quiere hacerlo solo dígamelo ㅡPronunció lento sin quitar la mirada de las papas ㅡ pensé que ya me tenía la confianza suficiente. ㅡalgo de tristeza se filtró en su voz.
ㅡ ¿Podrías dejar de tratarme de forma tan estirada? ㅡdije mientras dejaba de un lado las Papas ㅡdormimos juntos, ya deberías ser menos estirado conmigo ㅡAsintió con la cabeza pronunciando un "está bien".

ㅡYo también tengo miedo ㅡSoltó de reprende dejando caer lo que tenía en la mano, una expresión de sorpresa atravesó su rostro y luego mutó a su semblante calmado ㅡSube a cubierta, el capitán te necesita allá.

Trate de seguir el hilo inicial de nuestra conversación pero me fue imposible. Dormir al lado de Yeosang me había enseñado varias cosas: Yeosang podía ser muy conversador si se sentía cómodo, era muy dulce y protector, por último podía apenarse con facilidad. Sabía que expresar cómo se sentía lo hacía avergonzarse, por lo que decidí mejor quedarme tranquila y subir a cubierta. La conversación había muerto y no existía forma de recuperarla.


La noche era oscura y el barco se bamboleba en las altas olas. A mi lado Yeosang yacía de espaldas en completo silencio; su respiración flotaba tranquila en el pequeño camarote. Ninguno de los hombres dormía esa noche; la tormenta los tenía a todos ocupados tratando de mantener el barco en curso y sin agua dentro. El único que se permitía el lujo de descansar era Yeosang .

ㅡNo se hacer nada ㅡMe confesó una noche ㅡNo puedo levar las velas o manejar los cañones... No tengo talento para eso.

ㅡ¿Entonces qué haces? ㅡ Pregunté sin comprender porque un pirata no hacía cosas de pirata. Entendía que al ser hijo de nobles no supiera nadar, pero llevaba tanto tiempo en el barco que creí que él sabía realizar aquellas labores.

ㅡVeo el cielo ㅡRespondió dándose la vuelta para quedar frente a mí ㅡCuando estudiaba aprendí algo de astronomía. Puedo decirle exactamente donde estamos con solo ver algunas estrellas.

ㅡ¿Todo eso te lo dicen los libros? ㅡMis ojos se abrieron de solo imaginar cuánto conocimiento había en un simple pedazo de papel.

ㅡSolo algunas cosas ㅡEn la oscuridad pude suponer que se encogía de hombros ㅡHongjoong casi me lanza por la borda cuando se enteró que no podía hacer ni siquiera un nudo ㅡRió por lo bajo ㅡPero se arrepintió cuando le dije que sabía sobre el cielo. Yo entendía lo básico pero él me enseñó sobre navegación.

Ahora amparados por la tormenta, aquella conversación se sentía lejana y borrosa. Normalmente nos quedábamos dormidos mientras hablábamos; con la punta de mis dedos acariciaba su rostro tratando de ver que expresión mostraba en la oscuridad. Esta vez era distinto; solo quedaba un día para llegar al puerto, y yo temblaba ansiando que él se diera la vuelta y me dejara acariciar su cara contagiándome algo de su tranquilidad.

ㅡTengo miedo ㅡSusurré esperando no ser escuchada ㅡSolo se robar manzanas, una bitácora es algo muy grande.

ㅡ¿Sabes rezar? ㅡPreguntó en voz baja dándose la vuelta. Yo negué con la cabeza ㅡ¿Sabes sobre Dios?

ㅡLos gitanos creemos en Dios ㅡ Le contesté tratando de acercarme a él ㅡPero a mi nadie me enseñó a rezar.

Con cuidado tomó mis manos y las juntó por las palmas, colocando las de él por encima. Aquel toque producía las mismas sensaciones que la primera vez que por error rozó mi piel: electricidad, corrientes que atravesaban mi sangre hasta llegar al corazón. Con voz dulce comenzó a rezar un padre nuestro; la oración que aprendí de niña y que yacía olvidada junto con las memorias de mis padres muertos.

ㅡ Dios reconforta el corazón y quita los miedos ㅡ Cada palabra salía de su boca llena de amor y fe ㅡDeja todo en sus manos, verás que estarás bien.

ㅡAun tengo miedo ㅡSentí un poquito de culpa por no poder creer tanto como él ㅡEl viento azota muy fuerte ㅡMentí sin apartar mis ojos de los suyos.

ㅡSi es eso lo que pasa ㅡSentí como se acomodaba en la cama ㅡAbrázame ㅡ Sus brazos rodearon mi cintura haciendo que mi mejilla chocara contra su pecho ㅡA diferencia del capitán yo si me baño ㅡDijo en forma de broma pero sus palabras estaban llenas de sinceridad.

Así con la cabeza en su pecho y las piernas entrelazadas, dejé que mis latidos se sincronizaran con los suyos. Sin duda no había dormido con ningún hombre de la forma tan pura en la que dormía con Yeosang.

ㅡ¡Vemos tierra! ¡Vemos tierra! ㅡ Gritó Yunho a mi lado desde la cofa.

Emocionada baje lo más rápido que pude hasta llegar a Seonghwa. En la cocina las ollas hervían burbujeantes del caldo que despedía un delicioso aroma. A pesar de estar llena de temor, la atmósfera alegre de los tripulantes se colaba por mis huesos haciéndome parte de ella. Las risas y conversaciones recorrían la cubierta, pasando de boca en boca las sonrisas amplias que les iluminaban el rostro. Él chico en la cofa gritaba que había visto tierra vigoroso y emocionando; era un buen día y eso se reflejaba en su humor. Yunho extendía las manos tratando de alcanzar las gaviotas que pasaban por su cabeza, bailaba un poco haciendo que se moviera la base inestable donde estaba parado; sin duda la más pura alegría volcada sobre una persona de rostro sonrosado y ojitos brillantes.

ㅡ¡Yunho ha visto tierra! ㅡ Grité emocionada ㅡ Puedes ¿creerlo Seonghwa? ¡Hoy podemos almorzar viendo la ciudad!

ㅡ¿Por qué no vas a decirle las buenas noticias a mi capitán ? ㅡ Respondió el de mirada dura sonriendo dulce.

Salí corriendo emocionada hasta plantarme en la puerta del camarote de Hongjoong. Aquel cuartito limpio se encontraba creado pero de su interior salían voces agitadas.

ㅡ¡Poder recuperarlo Mingi! ¿Te imaginas? ㅡLa vocecita de Hongjoong guardaba una gran emoción ㅡSería como volver a ver a mi madre.

ㅡ¿De verdad has armado tanto lío por un relicario? ㅡDijo Mingi arriesgándose a que lo castigaran ㅡPensé que tanto empeño por la maldita bitácora era para poder tener más rutas de comercio ㅡLa decepción se filtró sobre sus palabras ㅡ¡Arg! ¡No cabe duda que eres un sentimental!

Luego de aquello solo se escuchó un grito lleno de fingida molestia; Hongjoong estaba mandando al más alto a la cofa. Al abrirse la Puerta me encontré con un capitán lleno de brillo, sus ojitos resplandecían ante la idea de pisar tierra. Esa vista de Hongjoong fue como haberle escuchado decir "tendremos éxito".

ㅡYunho dice que al medio día habremos pisado tierra ㅡLe dije sin contener la emoción.

ㅡEntonces será mejor que te vistas ㅡSonrióㅡ Muéstrale a estos bacalaos que sí sé elegir un vestido.

Con prisa bajé a mi camarote donde me encontré con Yeosang muy concentrado en una especie de mapa del cielo. Tal como me lo había dicho Hongjoong, tomé el cofre que se encontraba cerca de la cama y saqué el único vestido nuevo que tenía guardado; era el regalo del Capitán . De color café, con corset, mangas y falda de volados aquel parecía un traje muy elaborado; sin embargo era mucho menos pretencioso que el que había llevado los primeros días en el Illusion.

Con cuidado comencé a deshacerme de las livianas ropas que llevaba. Yeosang desde su asiento pretendía ignorarme; no era la primera vez que esta escena se repetía, aún así la actitud del castaño esta vez era ligeramente diferente. Una vez había puesto el camisón nuevo, Yeosang se levantó de su silla y se acercó a mí ayudándome a vestir; Como siempre cuidadoso y diligente, colocó cada prenda con ternura.

ㅡMile ㅡEscucharlo decir mi nombre fue extraño ㅡ¿Te has dado cuenta de que siempre te coloco la ropa, pero nunca te la he quitado? ㅡAhora había dejado de tratarme tan formalmente, lo que hacía que sus palabras tuvieran cierto toque de picardía.

ㅡ¡Devuélveme a Yeosang el señor correcto! ㅡSolté una carcajada que se contagió al castaño. Estaba nerviosa, así que no sabía como responderle.

ㅡLo que usted desee ㅡ hizo una reverencia y luego estalló en risas.

Todos los nervios me abandonaron por un momento haciendo que la noche se viera lejana. Todo lo que pasara en Martha's Vineyard no importaba, solo la risa de Yeosang y la nueva faceta que me mostraba.

Anclamos en el puerto un poco después del mediodía; ahora la noche caía sobre nosotros anunciando el inicio del plan. Bajo la cubierta todos esperábamos ansiosos que el capitán diera la señal para ir a nuestros puestos.

ㅡSi el plan lo ha hecho Mingi significa que todo va a salir mal ㅡDijo Jongho algo molesto ㅡAdemás, las mujeres no pueden hacer cosas de hombres como atacar al capitán de una flota.

ㅡSi Hoongjoong dice que tendremos éxito, entonces significa que no hay de qué preocuparse ㅡ Respondió Seonghwa bebiendo ron de un vaso de madera ㅡTen algo de confianza en mi capitán.

ㅡLa verdad...Yo mismo no confío en mi plan ㅡRespondió Mingi sonriendo a pesar de la situación ㅡAdemás tampoco tengo confianza en tu capitán. El enano se ha puesto sentimental y ya sabes lo que pasa.

Enseguida todos los hombres estallaron en una fuerte discusión acerca de si era o no correcto seguir el plan. Por un lado aquellos que llevaban sangre pirata se negaban rotundamente a confiar; Jongho, Yunho y San estaban completamente seguros que la razón de nuestro fracaso sería "que el paso más importante dependía de una mujer " . En el lado contrario Seonghwa y Wooyoung defendían a capa y espada los ideales de Hongjoong, mientras Yeosang pedía en calma que tuvieran algo de fe en mi. Mingi por su parte tenía la idea de que Hongjoong había mezclado el trabajo con el corazón por lo que su cabeza estaba nublada, pero también decía que su plan tenía fallos y que no confiaba en él mismo.

ㅡMuevan sus sucios terceros de lagartija ㅡGritó el capitán bajando con paso firme las pequeñas escaleras ㅡEl barco inglés ya ha arribado, los hombres se dirigen al bar.

Me sentí sorprendida al ver al capitán. El cabello peinado, la ropa limpia y la cara lavada. Aquella imagen difería del Hongjoong que conocía, impresionandome tanto como la primera vez que lo vi. Incluso podía decirse que era igual de agraciado que sus tripulantes; tenía ese aire salvaje y relajado que emanaba de él, haciendo imposible quitarle los ojos de encima. Era un hombre guapo a su manera tan despreocupada, atrayente y pícaro; no entendía porque Mingi solía decir que no era popular entre las mujeres.

ㅡSeonghwa me ha obligado a bañarme ㅡSusurró cerca de mi oreja ㅡ ¿Sabes lo incómodo que es bañarse en un barril? ㅡ Rió un poco causándome Cosquillas ㅡ ¡Incluso insistió en que lavara lugares que no sabía que se lavaban!

ㅡSi sigues así, algún día Mingi te hará un motín ㅡ Lanzó Yeosang con algo de molestia ㅡCompórtate como el capitán o si no comenzaré a seguir ordenes de alguien más ㅡ Dio una mirada a Mingi mientras colocaba la mano en mi hombro.

Hongjoong lo ignoró y mandó a sus hombres a seguir con el plan; cada uno sabía lo que tenía que hacer y caminaron fuera de la estancia sin chistar. El último en salir fue Hongjoong seguido por Yeosang y yo; entre los tres reinó el silencio hasta que vimos a Hongjoong bajar del barco y perderse en el puerto.

El capitán ya había entrado al bar, los demás hombres rodeaban la nave o aguardaban fuera del local esperando a que algo pasara. A mi lado, aun abordo, Yeosang apagaba las farolas que permanecían encendidas; según Hongjoong esto serviría para no ser vistos.

ㅡVen aquí ㅡPronunció elevando la única farola que quedaba irradiando luz ㅡNo recuerdo si tus ojos son verdes o almendrados ㅡAcercó la fuente de luz a mi rostro.

ㅡ¿Duermes a mi lado y no recuerdas el color de mis ojos? ㅡFingí sentirme indignada llevando una mano a mi pecho y batiendo mis pestañas.

ㅡSolo ven aquí ㅡMovió su mano en señal de que acercara mi rostro al suyo.

Con la farola entre nosotros sus ojos conectaron con los míos; La luz me permitía detallar que en el fondo de sus cuencas brillaba imperceptible una pizca de miedo. Yeosang sabía perfectamente el color de mis ojos, cientos de veces lo había escuchado corregir a Wooyoung ; "son verdes no almendrados, como las aceitunas" le reprendía serio acariciando su sien. Intenté comunicarle con la mirada que todo estaría bien; quería que él se quedara tranquilo aunque era casi seguro que terminaría siendo capturada por el capitán inglés.

La noche oscura hacía resplandecer la luz de fuego que nos separaba. Sin previo aviso el hombre que estaba frente a mi apagó la farola que me permitía seguir observándolo . Algo de miedo corrió por mi sangre al encontrarme a oscuras, todo el estrés del robo me tenía algo tensa. Yeosang tomó mi cintura para pegarme a su cuerpo; desde el simulacro con Mingi no habíamos compartido tal cercanía. Su mano se posaba fuerte evitando que me fuera, como si quisiera alargar aquel momento.

Mi corazón acelerado competía con el suyo, en una especie de lucha sobre cuál de los rompería el fino silencio que la noche guardaba. Su respiración pesada acariciaba mi rostro, mientras una fina capa de tensión nos mantenía separados. Lo escuche suspirar en un acto de valentía, en busca del impulso que lo llevó a unir lentamente nuestros labios.

Era suave y dulce, sin rudeza o lujuria; nuestras bocas sincronizaban torpemente buscando en el otro el valor que faltaba para dejarlo ir. Cada movimiento estaba lleno del miedo a que esa fuera la primera y la última vez en que probáramos la esencia del contrario. Aquel ansiado momento fue interrumpido por la señal pautada que indicaba mi partida.

ㅡEspera un momento ㅡMe detuvo el castaño sosteniendo mi mano antes de que lograra bajar de la nave ㅡRegresa y no te dejes capturar. Estaré esperándote con los brazos abiertos.

ㅡ¡Solo Dios sabe lo que me espera! ㅡDeposité un último beso sobre su mejilla y desembarque rumbo Martha's Vineyard para probar que sí podía robar una bitácora.

Bajé con rapidez del barco preocupada por haber tardado tanto tiempo con Yeosang, tenía miedo de que el capitán inglés dejara el local antes de que yo llegara. El corazón me golpeaba fuerte en los oídos a medida que recorría a paso apurado la distancia que separaba el Illusion del bar. Sabía que llevaba las mejillas coloradas, esperaba que Hongjoong pensara que se debía a la brisa fría de la costa y no a que Yeosang acababa de besarme.

El olor fuerte del ron golpeó mi nariz apenas puse un pie en el local. Las farolas alumbraban pobremente las caras de los presentes, mi mirada recorrió cada rostro tratando de adivinar cuál era el tipo al que debía engañar. Solo sabía que era un capitán inglés, Hongjoong había hablado acerca de que era un hombre enorme, gordo y de cara roja por el sol; pero dentro de Martha 's Vineyard todos los marineros (a excepción de Hongjoong) poseían descripciones similares.

Mi vestido marrón dejaba al descubierto gran parte de mi pecho, la mayoría de las mujeres que trabajaban en el bar lucían así. Hongjoong había entrado al local antes que yo y me estaba esperando en la mesa más alejada. Meneaba su vaso observando con sigilo cada movimiento de las personas que allí se reunían. Las muchachas se esparcían sentadas en las piernas de los marineros, riendo y dejándose acariciar. Repasé el plan mentalmente mientras caminaba hasta Hongjoong.

Imitando la actitud de las camareras me senté sobre sus piernas pensando en Yeosang; El castaño estaba solo en el barco esperando mi llegada. Con sutileza la mano de Hongjoong se deslizó por mi cabello continuando por mi espalda, al tiempo que acercaba su rostro a mi oído ; permanecí tranquila sin quitar los ojos de la entrada del local.

ㅡBusca en mi cinturón ㅡSusurró tomando mi mano colocándola a un costado de la pretina de su pantalón ㅡNo quiero arriesgarme a que te atrapen y no vuelvas con la bitácora.

Continuando con mi actuación fingí reír y tomé de su trago. Deje que mi mano acariciara la funda de la daga; el cuero cubría el filo y la empuñadura quedaba expuesta. Con rapidez retiré el objeto de metal junto con el pequeño saco que la resguardaba, las manos de Hongjoong se colaron bajo mi vestido ayudándome a ajustar las correas alrededor de mi muslo. Esperaba no tener que recurrir a ella.

ㅡAhora es tu arma ㅡDe nuevo sus ojos bailaron detallando el lugar. Era un bar abierto y las personas se encontraban esparcidas ㅡNo necesitas gritar como las chiquillas tontas, tu solo no dudes y úsala ㅡIntencionalmente no regresó mi falda a la posición original ㅡPero si puedes, tráeme la bitácora sin dañar al cerdo de allá ㅡSeñaló con disimulo a un hombre gordo y medio calvo que se sentaba en la barra.

Estuve a punto de decir algo pero el capitán dejó escapar un resoplido lleno de molestia mientras su mirada permanecía fija en la entrada que daba al malecón. Inconscientemente giré mi rostro hasta visualizar al causante de aquel ruido parecido a un gruñido que escupió Hongjoong. A través de la playa Mingi caminaba seguro hacia nosotros, lleno de la misma aura encantadora que lo envolvía la primera vez que lo vi en el puerto. Alto e imponente, llevaba su cabello para atrás sin quitar los ojos de nosotros; las camareras voltearon a su paso y las que estaban juntas cuchicheraon un poco.

ㅡTengo un nuevo plan ㅡHabló cerca de mi oído con el volumen suficiente para que el capitán lo escuchara ㅡPodría no funcionar ㅡSe encogió de hombros tomando mi mano y levantándome del regazo de Hongjoong ㅡY aun así sería mejor que tu plan ㅡGuiñó un ojo al más bajito y este resopló en respuesta.

Ahora nuevamente me sentaba en las piernas de un hombre que no era Yeosang; el beso que me había dado en el Illusion recorría mi mente haciéndome sentir culpable (aunque no estuviera haciendo nada malo). Las manos de Mingi esculcaron el bolsillo de su chaleco dejando ver un pequeño frasco de vidrio marrón, agitó el contenido frente a mi cara sonriendo con malicia.

ㅡDos gotas hacen que los niños se vayan temprano a la camita ¿Verdad capitán? ㅡDio un golpecito en el hombro de Hongjoong ㅡEl enano se toma su jarabe y queda casi muerto. Tírale toda la botella al vaso y te aseguro que tendrás a ese gordo durmiendo por todo un mes ㅡCon picardía acarició mi pierna y me guiñó un ojo.

ㅡ¡Es una tontería! ㅡHongjoong levantó un poco la voz ㅡ¡No tomo esas cosas y no quedo casi muerto! ¡De ser así hace tiempo que me hubieras armado un motín! ㅡSus manos se hicieron puños y su mirada se posaba oscura en Mingi ㅡ¡No puedes cambiar el plan ahora! ㅡSu voz pasó de ser casi un grito a un susurro imperceptible.

Con una sonrisa ladina ignoró lo que el capitán le decía. Mi boca se abrió tratando de defender los ideales de Hongjoong pero el dedo índice de Mingi se posó con delicadeza sobre mis labios, mientras con la cabeza me decía que no. Sus ojos se fijaron en los míos al tiempo que deslizaba el frasco escondiéndolo entre mis pechos, sus labios dibujaron en silencio la palabra "Úsalo". Los hombres se levantaron de la mesa sacando de su bolsillo algo de dinero; el capitán dejó cinco monedas de plata y el tripulante una de oro.

"No me acuesto con piratas" ㅡMe recordó el más alto mientras colocaba su suma en la madera ㅡAun así duermes en mi camarote.

Vi salir a mis compañeros del local. Imité las acciones de las camareras recogiendo el dinero que me habían dejado sobre la mesa; todo lo que habíamos hecho era la calca exacta de lo que pasaba a nuestro alrededor. Dentro de mi algo pensó en Yeosang al notar la naturalidad en los movimientos de Mingi, incluso al ver la suma exacta que Hongjoong había puesto sobre la mesa.

¿Él también haría este tipo de cosas?.

El más alto parecía estar en su ambiente, y aunque el capitán no lucía tan cómodo al tenerme en su regazo, la cantidad de dinero que había colocado en la madera era la misma que cobraban las prostitutas en Londres. Además recordé levemente mi práctica con Yeosang en el barco, fijando en mi mente lo fácil que se le había hecho fingir que era el capitán inglés; la pregunta bailaba inconstante en mi cabeza.

¿Acaso Yeosang también recibía los servicios de las mujeres del puerto?

Al verme sola caminé con calma hasta el capitán inglés, los vasos vacíos se apilaban a su alrededor mientras las notas enredadas por el alcohol salían de su boca. Sudado y con la cara roja, apuraba un trago tras otro cantando canciones sobre el mar. Su ropa sucia llevaba una insignia y en el cinturón reposaba un revolver. Ninguna de las camareras se acercaba a él debido al grado de embriaguez que tenía.

ㅡBuenas noches capitán ㅡPronuncié con suavidad sentándome sobre la barra frente a él ㅡ¿Quiere otro trago para celebrar que está en tierra luego de una larga jornada?

Aquél tipo dijo algunas cosas que no pude entender, pero aún así llené el vaso con el líquido de la botella que él tenía a su lado. La brisa del mar entraba por todos lados provocando que el olor a ron del lugar llegara directo a mi nariz; debajo de mi la madera de la barra crujía ante el peso por lo que dejé mi lugar y me senté sobre las piernas de aquel hombre.

ㅡHe visto mujeres de todos los colores ㅡLas palabras se arrastraban en su boca y el alcohol le chorreaba por la barbilla ㅡ Pero siempre le digo a James que le hacen falta morenas ㅡColocó el vaso sobre la mesa y su mano se posó en mi espalda baja.

ㅡ¿Le gustan las gitanas, capitán? ㅡRellené el vaso ㅡ¿O es usted de los que dicen estar enamorados del mar? ㅡPronuncié con suavidad.

Su mano se deslizó un poco más abajo hasta tocar mi trasero; tuve ganas de partirle la cara pero permanecí tranquila y sonriendo. El capitán comenzó a cabecear mientras sus ojos trataban de permanecer abiertos; llevaba demasiado tiempo bebiendo.

ㅡEl maldito de James no me deja tocar a sus mujeres ㅡGolpeó con rabia la madera provocando que mi corazón se detuviera por un segundo ㅡ¡Yo mismo le he llevado a varias de esas zorras! ㅡSu mano volvió a impactar y las botellas tintinearon debido al movimiento.

ㅡ¿Qué importan las mujeres de James, si yo estoy justo aquí? ㅡacaricié su rostro ㅡTome un poco más Capitán, olvídese de esas zorras ㅡLe entregué un nuevo trago.

Era difícil mantenerle despierto o seguir el hilo de una conversación, cada vez sus palabras llegaban más confusas a mis oídos. Trago tras otro la botella se iba vaciando mientras las manos del hombre subían y bajaban por mis muslos; quería volver al barco y pedirle a Yeosang que alejara de mí el recuerdo de las caricias del capitán inglés. Dejé caer los últimos residuos de ron dentro del vaso aprovechando el momento para verter en él unas cuantas gotas de jarabe para dormir. Hongjoong seguro estaría revolcándose de furia al ver que había decidido seguir los disparates de Mingi.

ㅡSon cinco de plata capitán ㅡDe nuevo el asqueroso tono meloso salió junto con mi voz ㅡAunque por una de oro con gusto le acompaño al camarote ㅡDejé a mi mano deslizarse por su pecho; ese precio era excesivo pero Mingi dijo que pidiera una suma grande y me quedara con el dinero.

ㅡEstoy muy ebrio para esas cosas niña ㅡDijo con dificultad ㅡAhora solo quiero más ron ¡Más ron para toda la tripulación! ㅡComenzó a cantar alzando las manos ㅡ¡Ron para alegrar la jornada!

ㅡPero yo nunca he estado en un barco ㅡBrinqué un poco fingiendo un pequeño berrinche ㅡSeguro si me llevas podría alégrate la estadía en puerto.

El hombre se levantó y dejó sobre la mesa la moneda moneda de oro, la tomé dejándome abrazar por los brazos sudorosos del borracho. Tambaleándose salió por la puerta llevándome casi que arrastrada hasta una enorme fragata; pensé por un momento que aquella nave hundiría al Illusion con solo colocarse a su lado. Cada vez era más difícil mantenerlo de pie, lo que me hacía preocuparme por la rapidez con la que ejercía efecto el jarabe.

Dentro del camarote el capitán comenzó a desabrochar su cinturón, yo fingí deshacer el lazo de mi corset. Por un momento perdió el equilibrio y se sentó sobre la cama sosteniendo su cabeza; yo sonreí orgullosa del plan de Mingi. Apenas tomó unos segundos para que el enorme cuerpo del capitán se desplomara sobre la cama, la boca se le abría y la barriga le sobresalía del pantalón; poco después comenzó a roncar dando así la señal que ponía inicio a mi trabajo.

Había entrado un par de veces al camarote de Hongjoong, era una especie de juego donde yo buscaba la bitácora escondida; mi capitán guardaba su propio cuaderno en lugares extraños y yo debía encontrarla antes de que él terminara de hacer la supervisión de los trabajos de los chicos. Esta vez era igual solo que no se trataba de una simulación. Con velocidad revisé bajo el colchón y dentro de la cómoda pero no encontré nada, seguí con el escritorio y por fin la visualicé oculta debajo de una biblia. Un rosario daba algunas vueltas alrededor del cuaderno, la tapa estaba decolorada por el tiempo y las esquinas se veían maltratadas; aquella libreta poseía un espesor menor al de la biblia y al retirar el rosario que la envolvía pude abrirla y confirmar lo que era.

Hongjoong había mencionado que el hombre podía tener dos bitácoras: una real la cual llevaba siempre con él y una falsa la que guardaba en el camarote. Siguiendo con las indicaciones del capitán del Illusion comencé a revisar al tipo gordo y rosado como puerco; olía a alcohol y sudor por lo que escudriñar en su ropa fue para mí un acto de valentía. Busqué en su chaleco, dentro de sus bolsillos e incluso le quité los pantalones pero no tenía ningún cuaderno con él.

Las manos me temblaban mientras escondía la bitácora dentro de mis ropajes; ese momento representaba el inicio de mi vida como tripulante del Illusion. Salí del camarote y la brisa salada golpeó mi rostro, la luna aún brillaba en el cielo y la marea suave mecía el barco con amor. Bajé veloz por la borda acogida por la noche de la costa. Desde lo alto el cielo sin estrellas dejaba el puerto en oscuridad, cubriéndome como cada vez que robaba; era una ladrona haciendo lo único que la vida me había enseñado a hacer.

Tenía ganas de correr y gritar porque el capitán no me lanzaría por la borda, y podría seguir durmiendo al lado de Yeosang. Como si estuviera ebria dancé sobre mis pies sin importar que luciera como todas las gitanas vulgares que dormían en las calles de Londres; dejé a mi cuerpo moverse con el viento expresando los latidos felices de mi corazón. Ahora por fin podía decir que pertenecía a un lugar. Apenas el cuaderno se posara en las manos de Hongjoong el Illusion me acogería dejándome recostarme para siempre sobre las sábanas que cubrían la cama de Yeosang.

Desde el barco las luces brillaban de nuevo permitiendo ver a Yeosang saludar desde lo alto. Sentí algo de vergüenza y de inmediato dejé de bailar; quizás a él le parecería vulgar. Corrí desesperada por la línea de borda; el corazón me latía emocionado con ganas de decirles a todos que lo había logrado. Tal como me había prometido, Yeosang me esperaba con los brazos abiertos y yo me aventé de inmediato hacia ellos; me giró levantándome en el aire sonriendo como pocas veces lo había visto.

ㅡQue bonito bailas ㅡMe alagó con voz suave ㅡAlgún día quisiera llevarte a bailar ㅡMe sonrojé un poco y escondí mi cabeza en su hombro ㅡ Y así me enseñas esa danza tan alegre que hacías.

Mi rostro se iluminó pero él no pudo verlo. Todo era perfecto. Tenía conmigo el libro robado, Yeosang me había besado y como si fuera poco por primera vez un hombre me había invitado a bailar.

¡Lo habíamos logrado! el libro estaba en mis manos y yo estaba a salvo bajo la cubierta del Illusion. Era extraño pensar que apenas unas horas antes me encontraba sentada en las piernas de aquel gordo inglés haciéndome pasar por una camarera. Mingi no había sido tan tonto como Hongjoong decía; hacer beber al tipo hasta que cayera dormido era mejor idea de lo que creí. En el camarote el cuerpo del capitán inglés yacía desplomado sobre su cama; unas cuantas gotas de jarabe para dormir en su bebida ¡y listo!. Lo más difícil fue conseguir que me invitara a pasar la noche con él, todo lo demás había sido pan comido.

ㅡ¡Mingi Mingi! ㅡGritaba nuestro pequeño capitán montado sobre la mesa ㅡSi fueras mujer te besaría ahora mismo, mugroso animal. ㅡPronunció poniendo un pie sobre la cabeza del nombrado, el cual se encontraba sentado. Por un momento me pareció ver a Seonghwa girar los ojos con molestia ㅡ¿Sabes lo que esto significa? ¡Voy a recuperarlo, voy a recuperarlo!

ㅡNo cuentes los pollos antes de nacer, enano ㅡPronunció Mingi tomando al capitán y sentándolo sobre la mesa como si de un muñeco de trapo se tratara ㅡAún no has abierto el cuaderno.

Todos los ojos se posaron sobre el pequeño libro que se encontraba en la mesa. La tapa roja y manchada por el tiempo guardaba tras de sí todo lo que Hongjoong anhelaba.

ㅡToda esta estupidez es por un relicario ㅡComentó Mingi en una de las pocas veces que lo ayude ㅡLleva con eso casi desde que es capitán ㅡchasqueo la lengua con molestia.

ㅡ¿Más o menos cuanto tiempo es eso? ㅡPregunté mientras terminaba de remendar el agujero en la vela.

ㅡDesde que murió su padre ㅡMingi rascó su cabeza tratando de recordar ㅡHace mucho tiempo ya, la verdad no lo recuerdo. Solo sé que cuando la flota del General Abercromby saqueó la nave se llevaron el relicario de su madre.

ㅡDebe quererla mucho ㅡDije con ternura ㅡÉl está muy emocionado con tu plan de robar la bitácora.

Ahora los ojitos de Hongjoong brillaban mientras pasaba las páginas de aquel cuaderno sucio. Una tras otra las hojas giraban mostrando que por fin el pequeño capitán obtendría lo que tanto tiempo había buscado.

ㅡEsto es una mierda ㅡSuspiró dejando de lado el cuaderno y perdiendo el brillo de sus ojos ㅡAquí no están las rutas de navegación.

ㅡ¿Quieres decir que los ingleses no anotan rutas en sus bitácoras? ㅡPreguntó Yunho meciéndose en su silla ㅡ¿Entonces que anotan?.

ㅡAquí solo hay notas sobre mercancía ㅡHongjoong estiró sus cabellos hacia atrás lleno de decepción. ㅡLa bitácora real debe llevarla escondida en la ropa.

ㅡLo revise antes de salir, en su ropa no había nada ㅡDije tan desilusionada como él.

ㅡEsta escondida en otro lugar ㅡJongho respondió pensativo ㅡTú mismo escondes tu bitácora y dejas una falsa a la vista ㅡSeñaló con sus manos regordetas al más bajo de todos.

Ahora el Illusion estaba lleno de desilusión; habíamos tenido éxito pero no era lo que esperábamos. Todos ojeamos aquel libro sucio sin entender nada; la mayoría de nosotros no sabíamos leer o escribir, solo el capitán, Wooyoung y Yeosang gozaban de tal privilegio. Esta vez no solo teníamos que lidiar con los ánimos bajos que nos rodeaban, sino también con la tristeza inmensa que se colaba en los ojitos del capitán.

ㅡ¡Mire, Capitán! ㅡPronunció Wooyoung sacándonos de la nube negra que nos cubría ㅡ¡Esta fecha aún no llega!

Era cierto, la bitácora tenía anotaciones sobre entregas de mercancía en los próximos días. Hongjoong podía estar triste pero eso no lo volvía tonto; en menos de un parpadeo ya había ideado un plan que lo ayudaría a conseguir lo que deseaba.

ㅡ¿Volver a Londres? ㅡDijo San achicando los ojos. Estaba sentado con las piernas abiertas y los brazos cruzados sobre el pecho ㅡEs una locura ㅡGruñó con molestia.

ㅡ¡No me cuestiones, soy el capitán! ㅡ Pronunció Hongjoong desde su puesto sobre la mesa ㅡIremos a Londres haciéndonos pasar por el barco que entregará la mercancía ㅡRecitaba mientras dirigía sus ojos al techo ㅡ Con suerte llegaremos a tiempo y podremos recolectar algo de información sobre dónde está el general Abercromby .

Todos guardamos silencio, ni siquiera Mingi se atrevió a llevarle la contraria. La ruta ya había sido trazada en la cabeza de nuestro capitán, ahora debíamos volver sobre nuestros pasos para perseguir el objetivo que nos había llevado hasta allí.

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