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III




ㅡVoy a decirlo una sola vez ㅡEnunció el capitán dirigiéndose a mi ㅡEn mi barco no se permiten sanguijuelas ㅡGiraba la daga entre sus dedos.

ㅡHaraganes ㅡSusurró Wooyoung, fallando en no ser escuchado ㅡEso quiso decir ㅡEl capitán lo miró con molestia.

ㅡAsí que todos ustedes, monos asquerosos, muevan sus traseros y pónganse a trabajar ㅡObservó con severidad a cada uno de los tripulantes, deteniéndose mayor tiempo en Mingi para luego dejar a sus ojos seguír el recorrido ㅡTu irás con Yunho a la cofa ㅡSus orbes oscuros se posaron en los míos con una suavidad que sus palabras no mostraban, señalando con el índice el punto más alto de la nave ㅡEntraste a mi barco como polizón, y no puedes simplemente no ser reprendida por tus acciones.

Observé a los hombres seguir su camino; Yeosang y el alto llamado Mingi permanecieron junto al capitán, observaban el cielo de la mañana. Aun estaba algo débil debido a los días que permanecí oculta en la bodega, pero ahora recuperaba poco a poco mis fuerzas. Dirigí la mirada hasta el punto más alto de la nave; allá arriba el hombre que vigilaba parecía apenas un punto de cabello oscuro. Ascendí con dificultad hasta llegar a él, la brisa golpeaba haciéndome tambalear un poco.

ㅡEl viento está fuerte hoy ¿cierto? ㅡLa voz del chico llegó amortiguada por el rugir de las corrientes de aire ㅡSeguro que avanzamos rápido ㅡSonreía ampliamente mostrando los dientes, toda su cara estaba sonrojada por el sol ㅡ¿Eres la mujer de Yeosang cierto?

Abrí los ojos asombrada ante su comentario; al parecer en aquella nave carecía de identidad y solo era "la mujer de Yeosang ". Me molestó muchísimo el hecho de ser llama de esa manera, como si fuera una mascota o algo parecido. Coloqué mis manos en puño y observé el rostro del chico; seguía sonriendo sin mostrar malicia en la cara.

ㅡ Tengo nombre ㅡCrucé los brazos mientras las palabras salían cortantes de mi boca ㅡ Ahórrate los títulos si no sabes cómo llamarme ㅡLa sonrisa de su rostro se fue por un momento ㅡMe llamo Mile. La próxima vez que me digas que soy "la mujer de alguien"  te borraré la sonrisa de la cara.

ㅡ Cuanto lo siento ㅡRascó su nuca, su rostro estaba ligeramente sonrojado ㅡEn el barco es como si todos ya te conocieran y he olvidado preguntarte ㅡVolvió a sonreír mientras la brisa le alborotaba el cabello ㅡBienvenida a mi cofa Mile, el lugar especial para ser él rey de todo el barco. 

Reí un poco ante el comentario. La mañana resplandecía hermosa y el sol acariciaba la cara del muchacho, haciendo que sus mejillas se tornaran casi de color rojo brillante. Recordé que el capitán había dicho que se llamaba Yunho y traté de repetir su nombre muchas veces en mi cabeza para no olvidarlo .

ㅡ¿Que hay que hacer acá? ㅡPregunté al notar que él solo se limitaba a ver el horizonte ㅡEl capitán me ha dicho que esto es un castigo ㅡMe acerqué un poco al chico que sin miedo estaba sentado en el borde, dejando sus piernas colgar.

ㅡSolo espera a que sea medio día y verás que Hongjoong te mandó directo al infierno ㅡSeguía sonriendo a pesar de lo que decía ㅡEn la mañana son las horas fáciles ㅡUna gaviota pasó cerca de su rostro y él extendió su mano para casi rozar al animal ㅡYa después se convierte en tortura.

No mentía; a medida que el día avanzaba el sol dejaba de ser amable y se volvía abrasador. El calor consumía poco a poco las energías, pero Yunho parecía estar tranquilo y seguía sonriendo. Cuando el sol se alzaba en su punto más alto la voz del capitán llegó desde abajo; gritaba sosteniéndose fuerte a la mitad de la escalera que llevaba a nosotros, anunciando la hora de almorzar. Bajé de aquel lugar sintiéndome algo mareada; mis pasos se volvían erráticos mientras destellos negros giraban en mi campo de visión, pero Yunho caminaba sin tambalear. Sin duda la cofa podía convertirse en el infierno.


El almuerzo fue incómodo y silencioso. No me senté a la mesa con ellos, pero aún así Wooyoung y Yeosang me acompañaron. Los otros piratas me daban miradas de vez en cuando, volviendo luego la atención hacia sus platos. Cuando todos estuvieron llenos uno de ellos se levantó y comenzó a recoger la mesa.

ㅡ¡Seonghwa! ㅡHabló demandante el capitán, llamando la atención del que levantaba los platos ㅡLlévate a la mujer de Yeosang contigo. Que te ayude con los platos, al terminar mándala bajo cubierta ㅡMe hizo una seña para que me levantara .

ㅡ¡Capitán! ㅡYunho se levantó de la silla como si esta le hubiera dado un golpe ㅡ Quiero objetar algo ㅡEl más bajo de los hombres asintió con la cabeza, aprobando la acción de Yunho ㅡ La mujer de Yeosang tiene nombre, se llama Mile.

Todos voltearon a verme y Yeosang abrió la boca con sorpresa; él nunca había preguntado mi nombre. Vi como el que dormía a mi lado se levantaba para decirme algo, pero el capitán lo detuvo e hizo señas al que se llamaba Seonghwa para que apurara mi paso hacia la puerta de lo que supuse era la cocina.

Entramos a un lugar pequeño y caluroso, lleno de barriles con diverso contenido. El hombre caminaba a la par conmigo cargando una pila enorme de platos; yo solo llevaba los que estaban antes en la mesa, pues él no me había dejado cargar más. Tenía cabello negro y rostro enojado; yo trataba de mantener mi paso a un ritmo lento para estar un poco detrás de él, pero el pirata entonces reducía sus zancadas y volvíamos a quedar a la misma distancia.

ㅡAquí está el jabón, por allá está el agua ㅡSu voz era bonita y acogedora, no se correspondía con su apariencia Hostil ㅡ¿Quieres secar o lavar? ㅡSonrió un poco.

Permanecí en silencio sopesando lo que diría; no quería parecer floja, pero la cantidad de platos sucios era monumental. Él permaneció tranquilo esperando respuesta, llevaba las manos a su espalda y con postura recta me observaba. Era cálido a pesar de su rostro tan frío.

ㅡToma el paño ㅡDijo mientras se arremangaba la camisa ㅡHongjoong no está cerca, además él no es tan severo como parece ㅡComenzó a fregar.

Hice lo que me decía pensando en sus palabras. Había visto al capitán y escuchado su nombre tantas veces; Hongjoong hablaba con determinación, giraba la daga en sus dedos y estaba sucio. Ante mi no se había mostrado como lo describía Wooyoung o como ahora decía Seonghwa, así que no podía asegurar que no fuera alguien severo.

El hombre comenzó a cantar mientras el agua caía sobre los utensilios de cocina, el líquido le escurría por los brazos y las gotas de agua le manchaban un poco el pantalón. Era una melodía preciosa en un idioma que yo no conocía, las notas salían suaves de su garganta hundiéndome en un aura más tranquila.

ㅡ¿Es cierto que duermes en la misma cama que Yeosang?ㅡDejó de cantar para mirarme inclinando la cabeza ㅡLo ha dicho Mingi, pero él no es de fiar ㅡSu rostro parecía haber dejado la dureza de su expresión para dar paso a la curiosidad.

ㅡ Algo así ㅡDejé el trapo a un lado y limpie el sudor de mi frente, la cocina tenía ollas hirviendo por todos lados ㅡ Yeosang pasa toda la noche caminando hacia la cubierta, por lo que prácticamente duermo sola ㅡAbrió los ojos de par en par, pero no dijo nada al respecto.

De nuevo el silencio nos hundió, apenas se le escuchaba tararear. Seguimos así hasta terminar el trabajo; secó sus manos y acomodó su ropa de forma delicada. Era más tosco que Yeosang, pero aún así daba un aire tranquilo diferente a los demás. Limpió los últimos restos de agua del suelo y luego me indicó que lo siguiera. Mi tiempo con Seonghwa había terminado.

Bajo cubierta y al fondo un cuarto albergaba la artillería, entre las paredes húmedas dos de los hombres hacían su trabajo. El joven de mejillas regordetas llevaba pesadas esferas desde un extremo de la habitación hasta el otro, donde San las limpiaba con un trapo y las guardaba en grandes cajas de madera.

Apenas vernos atravesar el umbral el menor de los hombres dejó lo que hacía, su espalda se puso rígida mientras daba algunos pasos para atrás. Tal gato asustado, todo su cuerpo se puso a la defensiva.

ㅡLe dije al capitán que no quiero que la mujer de Yeosang se acerque a mi zona ㅡ Los ojos del chico se entrecerraron ㅡEs mucha mala suerte en el barco ㅡ El que lo acompañaba rió ante el comentario.

ㅡ¡Maldición, tengo nombre! ㅡRepliqué con las manos hechas puño ㅡ¡No soy la mujer de ese tipo! ㅡEstaba apunto de seguir protestando pero San comenzó a hablar.

ㅡSe llama Mile ㅡAcotó con neutralidad ㅡRecuerda lo que dijo el capitán ㅡ Dejó a un lado lo que hacía y se acercó al de mejillas regordetas ㅡ Dale algo que hacer y olvídate de que está aquí.

Seonghwa se fue dejándome sola con los otros tripulantes. La voz de San no era hostil como la primera vez que lo vi, ahora lucía calmado y bajaba un poco la cabeza como si se sintiera apenado. Se acercó a mí llevando en la mano un banquillo de madera.

ㅡAquí todos trabajan ㅡSu rostro se volvió duro ㅡ Siéntate en el otro extremo y limpia las balas con el trapo ㅡ Extendió el objeto nombrado junto con el banquillo señalando hacia la zona donde reposaban las cajas de madera.

Hice lo que me decía permaneciendo en silencio. Dentro de mi albergaba cierto sigilo a la hora de estar cerca de San; no se veía peligroso, pero ya antes me había demostrado cómo podía ser. Las esferas pasaban de mi regazo a las manos de San, y de éstas a las cajas; todo el acto envuelto en una incómoda aura pesada.

ㅡNo entiendo como el capitán la dejó quedarse ㅡRefunfuñó el menor de los hombres ㅡ Mingi tiene una seria adicción a las mujeres, lo hubiera esperado de él ㅡ Hizo señas con sus manos para denotar cuán grande era el problema de Mingi ㅡ¡Pero el capitán! ¡Es el colmo! ㅡSu voz resonó mientras tomaba una bala del suelo ㅡ Él sabe que la mala suerte la traen las mujeres.

ㅡHermano, no seas tan supersticioso ㅡSan rió un poco y sus ojos se volvieron más pequeños de lo que eran ㅡ Yeosang fue quien decidió dejarla. Recuerda lo que dijo el capitán ㅡVolteó a mirarme y luego volvió a su hermano ㅡLe pertenece a Yeosang, no podemos hacer nada con ella. Ni siquiera el capitán puede decidir.

ㅡ¡Eso es aún peor! ㅡSus ojos se abrieron como platos ㅡÉl se controla con las mujeres ㅡEl castaño me señaló ㅡ ¡Todo el barco se ha vuelto Mingi! ¿¡Que les pasa!? ¡¿También quieren pagar una de oro solo por una mujer?!

La risa de San corrió entre las paredes y no pude evitar hacerlo también. El muchacho se veía tan preocupado y en contraste San solo soltaba una carcajada enorme. El chico siguió hablando de mala suerte haciendo gestos con las manos; se veía como un niño peleando con su hermano.

ㅡJongho ya deja de quejarte ㅡSan se sostenía la panza y respiraba con dificultad ㅡSolo es una mujer, a ellas les gusta hablar ¿y si le conversas un poco? ㅡQuedé impresionada al ver al chico tratar de defenderme del punto de vista de su hermano ㅡEl capitán quiere que la recibamos entre nosotros, lo mínimo que podemos hacer es tratar de llevarnos bien.

Tal como lo dijo San así lo hizo Jongho. Comenzó a preguntar cosas sobre cómo había llegado al barco y lo que hacía en el puerto. Al chico le gustaba hablar y a cada cosa que yo decía él tenía una anécdota para contar. No pasó mucho para notar como su actitud se volvía más relajada; San aun me guardaba distancia pero así era mejor, no quería tenerlo cerca.

Cuando todo estuvo en las cajas ellos volvieron a cubierta y yo permanecí en el banquillo, sintiéndome perdida. En aquel lugar todos se conocían, yo era extraña. Escuche los pasos ir de un lado a otro sobre mi cabeza, esperé que alguno de ellos fuera Wooyoung y que viniera a acompañarme, pero no fue así. Estuve allí un buen rato, hasta que el capitán bajó a buscarme; era hora de cenar y la jornada había sido larga.

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