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#046

Dedicado a :

jaegyus hanrling M_ikazt pololadejaemin jakemiomega x-IPURPLEHOPE-x NANAWINKS_
wonzite pomhoonpurin tinybeommie twinqn
nishini_ki jungwonflorecita lixichengf yejksd
mailenflores2 Killbyyuikn Sungowo bele_35
sunkinera   \(*^O^*)/

—Felicidades Jake, ¡si estás embarazado!— gritó Soobin eufóricamente.

Jake ya sabía que lo estaba, pero había ido al hospital para estar completamente seguro de eso. Ahora que Soobin le había dado la afirmación que esperaba, no podía sentirse más feliz. Había dejado de lado sus inseguridades y negativismo y había decidido concentrarse de ahora en más en su pequeño o pequeña y en cómo se lo diría a Heeseung.

—Pero debo decirte algo — dijo Soobin, interrumpiendo su felicidad. Inmediatamente se preocupó e imaginó mil escenarios dónde podía pasar cualquier cosa. Soobin rió ligeramente y caminó hasta dónde estaba sentado Jake. —No es para que te preocupes, tranquilo. Aunque... no sé cómo te lo tomarás.

Esas palabras no ayudaron en nada a Jake, quién miraba al doctor esperando a lo siguiente que diría.

—Debemos hacerte unos exámenes más para comprobar que no quede nada de la escopolamina que te ingresaron hace un tiempo — dijo con tranquilidad —Antes de que te fueras nos hicimos cargo de la droga y estábamos completamente seguros de que con el tiempo desaparecería por completo, pero aún así nada nos indica que eso haya sucedido.

Jake frunció levemente su ceño —¿Quieres decir... que es posible que aún contenga droga? — Soobin asintió. —¿Y eso qué tanto afectaría al bebé?— preguntó asustado.

—Mucho.

Jake entonces sintió cómo si todo se había ido cuesta abajo. No se había imaginado que algo así podría pasar, y de ninguna manera quería perjudicar a su bebé por culpa de algo que esa horrenda mujer le hizo.

—Pero... debes recordar que es sólo una posibilidad. Y aunque no quería decírtelo debido a que es sólo eso y no quería preocuparte, mi trabajo cómo doctor y amigo es informarte cualquier cosa que pudiera poner en peligro a tí y a tú bebé.

Jake asintió con la mirada perdida. —Lo sé y gracias por decírmelo — sonrió escasamente, una sonrisa que le dolió muchísimo a Soobin y más cuándo eso aún no era lo más peligroso de la situación.

—Por lo que veo Heeseung aún no lo sabe, así que te pido que seas cuidadoso al decírselo — Jake miró a Soobin con el ceño fruncido, al parecer había otra cosa. —Puede que el bebé herede su trastorno.

Y ahora Jake sí podría jurar que escuchó cómo si miles de platos de porcelana cayeron al suelo rompiéndose en mil pedacitos. Sus ojos se expandieron y sus latidos se detuvieron por un sólo segundo antes de volverse más acelerados que antes.

Dios... si lo de la droga resultaba ser falso, con lo del trastorno el mayor definitivamente se sentiría horrible.

—¿Q-qué...

—Con Ni-ki no hubo ningún problema porque Heeseung y tú estaban completamente bien, pero ahora él tiene epilepsia, un trastorno cerebral que podría ser genético y podría hacer que su próximo bebé tenga complicaciones después del nacimiento.

Con cada palabra que Soobin decía Jake sentía que se volvía más pequeño. Ahora no sólo debía contarle a Heeseung que tendrían un hijo, también debía contarle los posibles peligros a los que se enfrentaría el pequeño aún sin haber nacido. Pero qué mundo tan cruel.

Jake le agradeció una vez más a Soobin y salió del hospital en dirección al taxi que lo esperaba afuera. Había olvidado avisarle a Felix y Chan que iría a su primera visita, tampoco le había dicho a Heeseung que saldría (aunque este aún estuviera en su trabajo) y no quería molestar a Joshua, por lo que simplemente decidió salir por sí mismo y pagar un taxi porque aún no se sentía confiado al conducir.

El taxi comenzó a andar y Jake bloqueó cualquier intento que tenía el contrario por iniciar una conversación al mirar hacia la ventana y fundirse en sus propios pensamientos.

Escopolamina.... epilepsia... se consideraba hater número 1 de esas palabras, junto a la palabra Haemin.

¿Pero qué pasaría si en realidad el bebé nacía sano, sin ninguna complicación incluso después del nacimiento? ¿Qué pasaría si esas posibilidades no eran más que sólo eso y al final el bebé crecería feliz en su familia acompañado de tres personitas que ya lo amaban?

Jake sonrió sin darse cuenta y se imaginó un hermoso escenario dónde se encontraban los cuatro juntos, Ni-ki sosteniendo al bebé mientras sus padres reían acurrucados por lo tiernos que se veían. Incluso imaginó los piecitos del bebé del mismo tamaño que una hoja, o sus manitas rodeando uno de los dedos de Heeseung con fuerza mientras este lo mecía para dormir.

—¿Quiere pañuelos?— preguntó el taxista, sacándolo de su ensoñación.

Jake sorbió su nariz sin percatarse de en qué momento había comenzado a llorar. Negó con su cabeza y sonrió tiernamente, haciendo reír al contrario.

Haré todo lo posible para hacer que nazcas bien, bebé. pensó regresando su vista a la ventana. Eres mi prioridad ahora.

Jake llegó a su casa con los ánimos por los suelos, sintiendo los pensamientos negativos atacar nuevamente su mente. Simplemente no podía evitarlo. Era el ser positivo más negativo que existía en el mundo.

—¡Sorpresa!— un Lee Heeseung soplando un espantasuegras apareció frente a él ocasionando que pegara un grito más agudo que las notas de Ariana Grande.

Llevó una mano a su corazón que de pronto había comenzado a latir cómo si hubiera corrido una maratón. Normalmente le habría gritado y reprendido a Heeseung por haberlo asustado, pero esta vez le dirigió una mirada afligida cómo si estuviera a punto de llorar,.... o bueno lo estaba.

—Bebé... ¿qué pasa?— automáticamente el mayor se acercó para abrazar a su pareja quién comenzó a llorar con fuerza debido a las emociones que salían a flote.

Recordó las palabras de Soobin, el susto del mayor, lo que le hizo Haemin a Heeseung y Riki y hasta el cómo la estúpida de Jojo no aceptó el amor de Sunoh en Love Alarm. Recordó absolutamente todo lo triste del mundo haciéndolo llorar aún más fuerte sosteniéndose de la chaqueta del mayor.

—Es que y-yo... y tú... ¡y ya no queda más yogurt de fresa!— lloriqueó.

Heeseung alejó su rostro para mirarle con confusión —¿Quieres... que vaya a comprar?

Jake sorbió su nariz y le miró con la mirada cristalizada. —Porfavor...— susurró casi inaudible.

—Está bien, amor, pero ya no llores — intentó alejarse pero el contrario se sostuvo fuerte de él.

—¿Qué haces?— preguntó frunciendo levemente el ceño.

—I-iré a comprar...

—¡No te vayas de mí!— volvió a llorar y pegó su frente al pecho del mayor. —¡No me dejes!

—No voy a dejarte...— el mayor llevó una de sus manos a la parte trasera de su cabeza, rascándose sin saber qué pasaba realmente con Shim. —Vamos a acostarnos, le diré a Nicho que compre los yogurt que tanto quieres.

Jake asintió aún en el pecho del mayor así que este hizo uso de su fuerza para levantarlo por debajo de sus muslos, sintiendo cómo el menor recostaba su cabeza sobre su hombro mientras rodeaba su cuello con sus brazos. Fue entonces cuándo Jake levantó su vista y examinó la gran sala, notando cómo todo estaba decorado cómo si de un cumpleaños se tratase.

—¿Qué es todo esto?— preguntó contra el hombro del mayor, importándole poco lo mojado que estaba dejando la tela de su chaqueta.

—Nada especial, sólo me tomé un día y quise sorprenderte.— respondió el mayor.

Y entonces, Jake volvió a llorar.

—¡Pero no llores, mi vida! F-fué improvisado, ¡podemos celebrarlo después! Vayamos a descansar un poco...

—Eres el hombre perfecto ¡Lee Heeseung!— el mayor sintió cómo la temperatura en el cuerpo del menor comenzaba a subir, recordándole que eso sólo pasaba cuándo se encontraba muy enfermo o había sobrepasado su límite de tristeza.

Heeseung no dijo nada y comenzó a caminar en dirección a las escaleras de su casa. Subió cada grada con algo de dificultad mientras escuchaba los bajos sollozos de Jake, los cuáles le partían el corazón en pedacitos. Finalmente llegaron a la habitación, así que el mayor colocó al australiano sobre la suave cama y encendió el aire acondicionado de la habitación con tal de enfriarlo lo más posible. Jake sorbía su nariz continuamente haciéndole ver extremadamente tierno a los ojos de Heeseung, aunque las circunstancias no fueran las mejores.

El mayor terminó por quitarle la chaqueta de mezclilla a Jake, dejándolo sólo con su camiseta blanca en la parte de arriba a la vez que subía la acolchonada sábana hasta la altura de su pecho. Acarició los oscuros cabellos del menor con dulzura, percibiendo la mirada inocente de este quién parecía estar muy cansado.

Heeseung se recostó a su lado, escondiéndose bajo las sábanas de igual manera, y se acercó cuidadosamente para dejar un beso sobre los labios del menor, y posteriormente uno más sobre su nariz.

—Descansa todo lo que quieras, mi amor. Ya habrá tiempo para todo lo demás.— susurró contra su rostro.

Jake tomó eso cómo una señal de que lo que sea que tuviera que decirle (cómo que estaban esperando un hijo por ejemplo) lo dejara para después. Estiró sus brazos y rodeó el cuerpo del mayor mientras apoyaba su cabeza sobre su pecho, permitiéndose respirar con serenidad, sin prisa. Cerró sus ojos lentamente antes de comenzar a dormir.

Aún no le diría a Heeseung que eran realmente tres personitas en esa cama.

—Así que ha pasado una semana entera de eso y aún no se lo dices a Lee.— dijo Felix intentando entender lo que su amigo acababa de decirle.

Jake asintió cómo un niño pequeño mientras llevaba un poco de yogurt de fresa a su boca. Felix ladeó la cabeza sin comprender por qué tardaba tanto, aunque para ser sinceros el menor aún no le había contado sobre el posible trastorno y el cómo la droga podría afectar el embarazo.

Chan, quién se encontraba preparando una ensalada de frutas para su amigo embarazado, volteó desde su lugar y se apoyó sobre la isla de la cocina, viendo a los otros dos australianos sentados en el comedor.

—Jakey, llevas cómo... un mes o tal vez unos días menos de embarazo. ¿Por qué te preocupa tanto su reacción? No es cómo si el se asustaría o algo así...— se dirigió ahora a las gavetas para buscar un utensilio que necesitaría —Además, dijiste que te dió la letra "M" cuándo te trajo los yogurt, ¿no?

Le dió una rápida mirada a la entrada de la cocina, dónde a un lado de esta habían varios paquetes de yogurt de fresa acomodados entre sí. Heeseung había gastado tanto dinero de nuevo en Jaeyun sin saber que eran los antojos del menor los que lo presionaron realmente a hacerlo.

—Es que yo... no sé si pueda decírselo directamente en algún momento. Mierda, no sé si realmente podré decírselo, ¿no es mejor que se dé cuenta cuándo ya lo esté teniendo?— intentó bromear, ganándose una mirada seria de parte de sus amigos. —Perdón.

—A ver si entiendes así.— Felix se puso extrañamente serio mientras se preparaba para explicar. —Lee Heeseung, el crush de tu escuela y el ser más frío que existía en ese entonces, se acercó a tí y te pidió una oportunidad hasta que se la diste y te logró enamorar. Te embarazó e hizo toda una casa dónde tú y tu familia vivirían el resto de sus días. Saltémonos la parte de tu regreso a Australia y el hecho de que fue Ni-ki quién te encontró. Heeseung fácilmente pudo haberte rechazado cuándo le pediste compartir a Riki, aunque no haya sido nada justo y nosotros te recomendáramos ir a la fiscalía, no, no fue así, ¡él le mintió a su madre durante varias semanas con ese estupido campamento de basketball porque sabía que ya no podía negarte el derecho que tenías con su hijo! Heeseung desde el principio supo que ya no tendría ninguna oportunidad contigo, pero aún así luchó por acercarse a tí de nuevo sigilosamente aunque seguía comportándose cómo un hijo de puta. Nunca le fue infiel a esa tonta chica hasta que llegaste tú porque nunca te había superado por completo, ¡ni siquiera se esforzó en hacerlo! Ahora te explica todo, fue capaz de aceptar todas las mentiras que se decían de él con tal de protegerte ¡e incluso cuándo no pudo hacerlo intentó alejarse porque creyó que no era suficiente para tí! Se mudan juntos, se acuestan quién sabe cuántas veces, te compra un chingo de ropa, te deja pistas para pedir tu mano, todos los días te recuerda lo mucho que te ama ¡y aún así dudas de su amor! Honestamente me parece increíble.

—Tengo dos cosas que decir sobre lo que dijo Lix.— habló ahora el mayor. —Primero, realmente te envidio, Jake. Quiero a alguien cómo Heeseung en mi vida.

I know, right?!!— exclamó el pecoso con la boca llena.

—Segundo, todo este asunto de no querer decirle a Lee lo de tu hijo e incluso dudar de aceptar su matrimonio es producto de tus inseguridades. Amigo, ya te he dicho que no te culpo por sentirte así... pero estás dejando que esas inseguridades te atormenten al punto de que te estás deteniendo a tí mismo de disfrutar tu vida actual, además, podrías lastimar a Heeseung con tus decisiones si las tomas en base a tus preocupaciones en lugar de tus verdaderos sentimientos. A mi parecer te ves mucho más feliz que antes ahora que estás con tu familia. Ese es el Jake que siempre quise ver. Te has puesto incluso más guapo.— Felix asintió dándole la razón.

—¿Estás diciendo que antes era feo?— preguntó con la mirada cristalizada mientras sumergía su cuchara en el envase de yogurt, pronto dándose cuenta de que ya no quedaba más. Puso sus manos contra su rostro, a punto de comenzar a llorar hasta que el menor de sus dos amigos le alcanzó otro seguido de un suspiro.

—Amigo, ese bebé tuyo saldrá todo lloroncito, sin ofender.

—¡Felix!

—¿Ah si? Pues a diferencia de tí, mi bebé no tendrá nombre de gato.— espetó molesto lanzándole el yorgurt aún sellado al pecho.

Felix rodó sus ojos y le abrió el yogurt al menor y posteriormente se lo pasó deslizándolo sobre la mesa. Jake tomó una cucharada y la llevó a su boca regalándole una mirada asesina a su amigo.

—Todavía no me acostumbro a tus cambios de humor, nombre de perro de hora de aventura.

—¡Chaaan!— gritó el menor.

—Felix, ya déjalo en paz. Bien sabes que el embarazo lo tiene así.— regañó el mayor desde la cocina.

Felix los miró incrédulo a los dos, sin poder creer que él haya sido el culpable en esta situación que pasaba casi todos los días desde que se confirmó el embarazo del menor.

Jake recibió un mensaje en su celular y al leer el contacto de su amado futuro esposo y padre de sus dos hijos, no pudo evitar sonreír emocionado.

bambi 🥺❤️💘
Edificio de maquillaje "Dr. Beauty",
último piso. Avenida 4, Calle 5.
Ve ahí entre las 5:00 y 5.30 PM.

Frunció ligeramente el ceño al ver que ese era el único mensaje que el mayor había enviado. Nada de buenas tardes, un cómo estás mi amor, nada más... y honestamente se habría puesto llorón de nuevo si no fuera porque ahora se encontraba preocupado.

Cuándo Heeseung se ponía así de serio no podía ser nada más que algo muy, muy malo.

Vió el reloj y este marcaba las 4:30. Para llegar a ese lado de la ciudad dónde estaba la empresa de Heeseung y otros edificios cómo el que el mayor le indicaba en el mensaje debía viajar entre 20 a 30 minutos, así que si quería llegar antes de la hora debía partir en ese mismo momento.

Se levantó rápidamente de su lugar y subió las escaleras para dirigirse a su habitación y cambiarse de ropa a una que no oliera a yogurt de fresa y desgracia. Esta vez optó por vestir una camiseta negra que se ajustaba a su panza de un mes y unos jeans del mismo color, además de una camisa manga larga de cuadros azul oscuro por encima del conjunto. Honestamente le parecía muy dark a comparación con lo que normalmente solía usar, pero es que "yogurtcito" estaba tomando el control sobre sus acciones demasiado pronto.

Cuándo salió, Felix y Chan hablaban sospechosamente sobre algo hasta que se dieron cuenta de que Jake ya había bajado, por lo que rápidamente volvieron a sus lugares fingiendo que nada pasaba.

—No creo que a Heeseung le agrade ese conjunto tan alegre.— dijo Lix con una sonrisa.

Jake enarcó una ceja. —¿Y a tí quién te dijo que voy a ver a Heeseung?

Felix entonces se dió cuenta de lo que había dicho así que se apresuró a beber agua y no tener que dar una explicación. Chan tomó las llaves de su auto y se acercó al menor para jalarlo levemente de uno de sus brazos.

—Iremos a dejarte y por cada pregunta que hagas te arrancaré un pelo de la nariz.

Dios, para que Bang esté así de agresivo si se trataba de algo realmente malo.

Al llegar al gran edificio de maquillaje, el cuál no sabía que contaba con más de cuatro pisos de productos, el gerente del lugar lo dirigió al último piso y hasta se ofreció para acompañarlo en el elevador.

—¿Por qué estoy aquí?— preguntó adentrándose a lo que parecía ser una oficina.

—Está aquí para recibir la última letra del señor Lee.— respondió el hombre.

Jake se volteó lentamente viendo al contrario con sorpresa. El hombre le sonrió amablemente antes de cerrar la puerta y salir del lugar, dejando a Jake sólo. Así que por eso Heeseung estaba tan serio... ¡porque hoy era el día!

Oh...

Rápidamente comenzó a buscar la tarjeta en cada rincón del lugar, aunque no hubieran muchas opciones realmente. El ringtone de su celular resonó por la oficina, haciéndole detener su búsqueda por un momento. De nueva cuenta leyó el contacto de Heeseung, así que fue rápido al responder.

Ya llegaste.— dijo el mayor cómo una afirmación.

—Hyung, ¿d-dónde estás?

—¿Ves esa caja en el escritorio?— evadió su pregunta y a juzgar por su respuesta Jaeyun creería que el mayor estaba metido en esa caja. Emitió un sonido de afirmación que le indicó a Heeseung que la estaba viendo. —Ábrela.

El menor hizo caso y se encontró con unos binoculares en el interior de la caja de madera. Los sacó del lugar y notó también una pequeña nota con el texto "mira hacia las 15:11."

—"¿15:11?"— repitió —¿No es esa mi hora?

Escuchó la risa del mayor contra su oído. —Lo es.

Rápidamente dirigió su vista a la dirección indicada, usó los binoculares y vió por el ventanal. Se fue acercando a paso lento hasta llegar a la orilla, viendo a lo lejos la imagen de Lee Heeseung en la cima de otro edificio sosteniendo con una de sus manos la tarjeta con la letra "E". Una hermosa sonrisa decoraba el rostro del mayor, y Jake juró que esta escena era digna de un drama con el más romántico OST de fondo.

Ven por ella.— pidió Lee con suavidad en su voz.

—¿Cómo?

Justo en ese momento la puerta de la oficina se abrió dejando ver a un Choi Yeonjun con su típico traje de oficina. Choi aclaró su garganta haciendo que Jake lo mirara.

Ve con Yeonjun.— dijo el mayor.

Jake le hizo caso y pronto ambos hombres salieron del lugar. Yeonjun notó al menor de ambos jalando levemente su labio inferior, ya sea para ocultar su nerviosismo o emoción, o tal vez ambas.

—La forma más rápida de llegar al otro edificio es ir por el pequeño puente que los une a ambos.— informó el mayor mientras ambos subían un piso más para así llegar a la parte más alta del edificio.

Al llegar, el viento chocó violentamente contra la piel de Jaeyun, haciéndole ver todo más dramático. Visualizó el pequeño puente que unía a ambos edificios tal cómo dijo Yeonjun y se preguntaba si los dueños de estos eran algo así cómo aliados o tal vez se trataba de la misma persona. Una vez llegó a la punta, Choi le dedicó una sonrisa transmitiéndole confianza, la correspondió y comenzó a caminar lentamente sobre la base, viendo la ciudad por debajo de sí. Se sostuvo fuerte de la baranda pensando en que esto no le resultaba tan aterrador cómo creía, sin embargo, sabía que Heeseung tenía un miedo incontrolable por las alturas, así que le parecía inexplicable la razón del mayor por hacerlo aquí.

Cuando menos lo esperó ya había llegado al otro edificio. Caminó con lentitud sonriéndole tímidamente al mayor quién lo veía con adoración y algo de diversión. Una vez estuvieron frente a frente, Heeseung le tendió la tarjeta que le hacía falta para completar la frase. Jake la tomó y admiró la "E" en el centro, dorada tal cómo las anteriores letras. Vió cómo el mayor se alejaba un poco de la orilla para evitar accidentes y los llevaba un poco más al centro de todo, dónde se podía apreciar bien el cielo que estaba comenzando a oscurecer y los demás edificios que los rodeaban.

—Así que ya las tengo todas.— dijo con una sonrisa.

Heeseung asintió también sonriendo, sin embargo, se mantuvo callado durante algunos segundos antes de lamer sus labios y comenzar a hablar.

—Jake, yo... bueno esto probablemente sea lo más empalagoso que diga en mi vida, así que prepárate.— ambos rieron de nueva cuenta y Heeseung aprovechó el ambiente para tomar sus manos antes comenzar con la declaración.

—Cuándo te ví por primera vez me pareció ver... a un ángel en persona. Pude ver más en tí que lo que sólo tres segundos me permitieron, cuándo te ví ese día yo supe que ya nada más ocuparía mi corazón aparte de tí. Cuándo recuerdo nuestros primeros días de novios, cuándo todo iba tan bien, a veces... quisiera retroceder el tiempo sólo para verte de nuevo, vivir esa felicidad que sentí al menos una vez más y decirte todo lo que no te dije en ese entonces. Hubieron... muchísimas dificultades en nuestras vidas y muchos errores especialmente de mi parte, pero me alegra saber que aunque parecía que todo estaba en mi contra... aún así tú y yo nos volvimos a encontrar. Cuándo pienso en eso... me parece increíble lo que es el amor.— soltó una pequeña risa —Cuándo te veo, yo creo en el amor, Jake, tú me haces creer en eso. Hiciste de mí el hombre más feliz y enamorado del mundo en cada minuto que he vivido a tu lado. Me diste un hijo hermoso y un futuro en el que también creo fielmente. No te merezco. Siempre pensé... que fui yo quién te salvó y te consoló en el pasado, pero no fue así. Quién necesitó de tí, fuí yo. Me salvaste y estoy eternamente agradecido contigo por eso, es por eso que para mí eres un ángel. No puedo hacer esto sin disculparme una vez más contigo por lo que te hice en el pasado. Si me lo preguntas, jamás me lo perdonaré, pero aún así sé que no podré seguir si me sigo atormentando con eso. Desde que regresaste a mi vida es cómo si una luz hubiera aparecido en un cuarto lleno de oscuridad en el que estaba metido, y honestamente aún me parece irreal el hecho de que estés parado aquí frente a mí, luciendo tan perfecto... cuándo aún podrías haber estado en Australia y entonces... nada de esto habría pasado.— le dirigió una mirada triste y comenzó a acariciar sus nudillos con sus dos pulgares.

—Quiero que sepas y quiero dejarte claro que ya nunca más me iré de tu lado — aseguró —Ya no huiré ni te lastimaré cómo hice antes. Ya no seré el Heeseung que lucha sólo o el Heeseung cobarde que no es capaz de hacer cualquier cosa por tí, no Jake, quiero que borres ese concepto de mí, porque ya no lo verás nunca más. Quién seré ahora, si tu me lo permites, es alguien que jamás te dejará sólo y siempre estará listo para defenderte y protegerte, porque eso es lo que tú mereces. Mi corazón... mi cuerpo, mi mente y hasta mi billetera te pertenecen— ambos volvieron a reír —Todo yo soy tuyo, y no hay mejor persona que tú para confiarle eso. No hay nadie más en realidad. Así que hazme aún más feliz que ahora, y dime que tu también estarás conmigo para siempre.— separó su agarre en sus manos derechas y sacó de su pantalón un anillo con un pequeño diamante en el centro.

Jake miró el anillo antes de ver al mayor a sus ojos. Decir que estos desbordaban amor y adoración era poco. Era cómo si dos grandes estrellas, las más brillantes en el cielo, lo estuvieran viendo esperando por su respuesta. El viento volvió a chocar contra ellos, desordenando sus cabellos pero ni eso hizo que sus miradas se desviaran. Jake sonrió en grande. Podía ver su futuro en los ojos de Heeseung. Podía verse viviendo el mejor momento de su vida durante cada día, junto a dos, no, tres personas más. Tres Lee's que harían de su vida el cuento de hadas que tanto había soñado.

—¡Sí! ¡Digo que sí!— gritó con emoción, haciendo sonreír aún más grande al contrario. 

Heeseung sacó el aire que inconscientemente retenía en sus pulmones y llevó el anillo hacia el índice del menor, quién no paraba de ver totalmente embelesado el pequeño pedazo de plata en su dedo.

Ambos rieron en la cara del otro. Heeseung levantó levemente la barbilla de Shim y unió sus labios en un lento, suave y dulce beso lleno de amor, esperanzas y promesas que se encargarían de cumplir en el futuro. Uno al lado del otro. Jaeyun ladeó la cabeza y se paró levemente de puntas para igualar la altura del mayor y este aprovechó su mano libre para rodear su cintura, demandando protección y amenazando indirectamente a todo aquel que quisiera hacerle daño a Jake. Ahora oficialmente le pertenecía. Ahora eran uno sólo, así que ya nada podría hacer que esa mano se moviera de ahí... metafóricamente hablando.

—Te amo.— susurró el menor contra sus labios.

Heeseung acomodó un rebelde mechón de su cabello por detrás de su oreja y miró a Jake directamente a los ojos. —Yo también te amo. Lo haré siempre, sin importar qué.

—Sin importar qué.— repitió el menor con una sonrisa, haciendo una promesa contra el aire.

Volvieron a unir sus labios, sumergiéndose en la poderosa sensación de amor y eternidad que los envolvía, llevándolos a un viaje más allá de lo que veían en la actualidad, más allá de todo esto. Un futuro juntos. Un futuro pefecto.

—¡MIS PADRES, MIERDA!— gritó Ni-ki desde el otro edificio, sosteniendo con sus manos lo binoculares de Jake.

¿Qué si estaba feliz? ¡Había esperado por este momento toda su vida! No podía creer que ese día en el elevador dónde conoció a Jake lo llevaría hasta ahora.

Cupido se miraría pendejo y pobre a su lado.

—¡HOY REVIVIÓ EL AMOR! ¡POR ELLOS CREO EN EL AMOR, CARAJO!— esta vez fue Felix mientras lloraba a moco tendido.

—¡Mi bebé ya creció!— ahora fue Chan, sonriendo cómo un papá orgulloso. —Mi mamá no lo va a creer cuándo se lo diga.

—Yo best heejakeista.— dijo Riki sin poder ocultar su felicidad.

—Qué flasheas, YO el best heejakeista.— el pecoso le intentó quitar los binoculares pero Ni-ki no se lo permitió.

—Literalmente son mis padres.— le sacó la lengua.

—Los míos igual.

Chan negó con su cabeza y Yeonjun rió por la escena de los dos Lee, luego regresó su mirada a los otros Lee frente a ellos y mordió ligeramente su labio aguantándose las ganas de llorar ahí mismo.

Sabía que podías hacerlo, Heeseung, y verte así de feliz y saludable ahora... eso no tiene precio. Gracias por eso, Jake.

Por otro lado, Heeseung y Jake rieron una vez más al sentir el viento contra sus caras. Antes de que decidieran separarse, esta vez fue el turno de Jake para hablar.

—¿Quieres... quieres que haga este momento aún más perfecto?— preguntó con una sonrisa tímida. Heeseung le miró sin comprender y entonces lo dijo. —Serás padre por segunda vez.

Y entonces, la sonrisa en el rostro de Heeseung desapareció, pero lejos de parecer molesto o lo que sea que Jake hubiera creído minutos antes, el mayor se encontraba sorprendido. Muy sorprendido, a decir verdad.

—¿Qué? ¿E-estás jugando conmigo?— preguntó torpemente. Jake rió divertido y negó con su cabeza.

Lo siguiente que el menor sintió fue cómo Lee Heeseung lo levantaba en un movimiento completamente rápido e inesperado y los hacía dar pequeñas vueltas sobre el lugar. Jake rió fuerte y Heeseung juró que este momento era perfecto. Acababa de llegar al tope de su felicidad, se iban a casar, tendrían un hijo y la preciosa risa de Jake no ayudaba mucho a su pobre corazón.

Con Jake aún elevado volvieron a juntar sus labios esta vez en un beso más duradero y cerraron sus ojos disfrutando de la magia del momento. Cuidadosamente bajó a Jaeyun pero este no se alejó del todo y al contrario, rodeó su cuello con sus brazos, viendo directamente al mayor.

—Gracias— susurró Lee, la éxtasis del momento simplemente se sentía increíble. —No paras de hacerme feliz.— su sonrisa se ensanchó y sus ojos desaparecieron por debajo de sus pestañas, haciendo que Jake se enamorara una vez más.

Jake intentó acercarse para otro beso, pero el mayor no se lo permitió al cambiar su semblante repentinamente.

—¡Oh! Es hora...

—¿Hora de qué?— frunció el ceño. El mayor lo volteó y entonces se dió cuenta de lo que estaba hablando.

De repente, todos los anuncios y propagandas en las pantallas de ese lado de la ciudad fueron cambiados por fotografías de ellos dos a lo largo de su relación. Las calidades no eran tan buenas debido al tiempo de las fotografías, pero aún así se veía hermoso y tampoco es cómo si se reconocía claramente quienes eran. Los únicos que podían decirlo con facilidad eran ellos dos, porque conocían su historia mejor que nadie.

La pantalla más grande y la que estaba justo frente a ellos se iluminó con la fotografía favorita de Jake, esa que sólo había estado viva en sus recuerdos hasta ahora. Eran ellos dos recostados sobre la cama, Heeseung la había tomado y Jake estaba sobre su pecho, parte de su rostro se tapaba por el gorro de su suéter y la parte superior del rostro de Heeseung ni siquiera aparecía. No tenía color, estaba únicamente en blanco y negro recordándole a Jake por qué le encantaba tanto. Había sido una foto espontánea. Nada que revelara demasiado que eran ellos dos, nada demasiado cursi para los demás ni nada que capturara más de lo debido. Solamente se podían apreciar sus sonrisas. Esa era la perfección de la fotografía: sus sonrisas.

El cómo el cielo estaba oscureciendo fue un gran detalle para el momento. Ahí estaba. Heeseung lo había dejado sin habla de nuevo.

La eternidad y la integridad son palabras que me asustan hasta cuándo se tratan de tí. era lo que decía el texto sobre la foto.

Inconscientemente Jaeyun comenzó a caminar en dirección a la foto para verla más de cerca. Heeseung tomó su brazo para evitar que se acercara mucho a la orilla aunque realmente estuviera lejos de hacerlo, simplemente fue por precaución.

Jake había intentado no llorar en todo este rato para no arruinar el momento de Heeseung, pero ahora no podía evitarlo. Sabía que no se había equivocado al escoger a Heeseung, a darle una oportunidad de entrar a su vida, a confiarle su lastimado y muerto corazón, sabía que nada de eso había sido en vano..., pero aún así le parecía increíble cómo cada día que pasaba Heeseung le demostraba que esa había sido su mejor decisión.

Lágrimas de felicidad brotaron por sus ojos y se deslizaron por sus mejillas. Su corazón latió desenfrenado y con fuerza, sabiendo bien que sólo existía un causante de eso. Se volteó para ver a su ahora-sí-esposo y se lanzó a sus brazos siendo correspondido en seguida.

—Eres increíble.— dijo entre pequeñas risas que se mezclaban con sus lágrimas. Heeseung también rió y limpió las lágrimas del menor con sus dedos. —Muchas gracias, lo digo en serio. Gracias por cada una de las cosas que has hecho por mí, gracias por hacerme sentir afortunado y especial, y gracias por hacerme también el hombre más feliz de la tierra. Lo que siento por tí es... inexplicable, pero te aseguro que es real. Te amo infinitamente.

Ambos volvieron a juntar sus labios. La felicidad que sentían era inexplicable e irreal. Ninguno de los dos creyó que podían llegar a ser así de felices, pero ambos tenían claro que esto sólo podía ser posible si estaban así cómo ahora. En los brazos del otro.

Los anuncios originales volvieron a aparecer en las pantallas haciendo que se separaran. Ambos rieron divertidos y el mayor rascó con vergüenza la parte trasera de su cabeza.

—Pagué una fortuna en algo que duró sólo un minuto.— dijo apenado y ambos volvieron a reír.

—Por cierto... creí que te asustaban las alturas.— dijo Jake una vez ambos habían comenzado a caminar de regreso al puente tomados de la mano.

—Lo hacen, pero recuerdo haberte dicho que soy capaz de superar mi miedo a las alturas por tí.— le recordó.

Jake se detuvo unos segundos antes de seguir caminando. —Pero aún así no deberías hacer eso sólo por mí. No juegues así con tus miedos.

Heeseung sonrió. —No estoy jugando, estoy muerto de miedo en este momento. Para llegar aquí Yeonjun tuvo que tomarme de la mano y me mantuve sentado en el suelo por veinte minutos hasta que me avisaron que llegaste.— ambos rieron ligeramente. —Pero lo estoy superando poco a poco.

—Y si no puedes hacerlo, no te sientas mal por eso. Tener miedo no te hará ver débil ni te hará menos tú. Con que estés feliz y a salvo, para mí eso está bien.

Heeseung se pegó a la mejilla del menor para dejar sobre esta un sonoro beso que los hizo reír de nuevo. Aún no se acostumbraba al lado cursi de Jake aunque realmente no se quejaba de eso.

—Por cierto, sobre lo del bebé...— comenzó diciendo. De pronto las mejillas de Shim, o bueno ahora Lee, optaron un hermoso sonrojo haciéndolo agachar su cabeza. —¿Hace cuánto?

—¿Un mes más o menos?— respondió no muy seguro. —Tal vez menos... no lo sé bien, en realidad. El Lunes tengo una cita con Soobin y entonces hablaremos sobre eso y otras cosas.

—¿Quieres te acompañe?

Jake sonrió, hasta que recordó que aún le debía una explicación a Heeseung. Pero no dejaría que eso arruinara su momento ahora.

—Claro que sí, debes cuidarme aún más ahora, Lee. Siento que con este no la pasaré tan mal cómo con Ni-ki pero definitivamente estaré más, uh... tú sabes, sensible.

Heeseung paró en seco. —¡Así que por eso has estado así con los yogurts!— Jake sonrió apenado —Debí haberlo imaginado. Dios, soy tan tonto.

Jake rió y se pegó al hombro de Heeseung.
—Deberíamos aprovechar ahora lo de la boda. Antes de que me hinche más y me ponga feo.

—Eh, alto ahí. Yo creo que tanta altura está haciendo que el oxígeno falle en llegar a tu cerebro.— le regañó —Amor, si tú te ves perfecto todo el tiempo ¡y a veces sin hacer absolutamente nada! ¿En serio cómo le haces? Eres tan hermoso que a veces me da pena pararme a tú lado.

Jake le pegó levemente mientras se pegaba aún más a su cuerpo sintiéndose avergonzado.

—¡No estoy exagerando! Y cuándo me acuerdo de tí con tu pancita... Dios, qué bonito. Creo que me estoy enamorando otra vez.— suspiró exageradamente —Ya quiero ver tu pancita rellenita, mi vida.

—Ya cierra la boca o me harás llorar.

Heeseung rió de nueva cuenta y llegaron a la puerta del edificio de maquillaje, pero antes de bajar y llegar hasta dónde estaban sus amigos, el mayor atrajo a Jaeyun nuevamente a un abrazo. El menor rodeó la cintura del mayor y escondió su cabeza en la curvatura de su cuello. Ambos cerraron sus ojos disfrutando de la sensación.

—No te merezco.— dijo el mayor contra su oído.

Para este punto Jake estaba más que conmovido por las palabras de Heeseung. Podía sentir la sinceridad en sus palabras. Podía sentir hasta los latidos de su corazón contra los suyos, y nada le parecía mejor que eso.

—Gracias por demostrarme que si valía la pena.— dijo ahora él.

—¿El qué?— le miró confundido.

Jake alejó su rostro para ver el mayor de cerca.
—Enamorarme de un ángel.

Heeseung entonces soltó una risa y elevó una de sus cejas. —¿Me consideras un ángel?

—Tú sueles llamarme así y dices que te salvé, pero el verdadero ángel aquí eres tú.

—Vaya, me siento halagado.— sonrió antes de dejar un piquito sobre sus labios. —Me gusta ser tu ángel, pero amo más ser tu esposo y ahora lo seré hasta que muera y renazca en un alce.

—¿De veras? Yo pensaba renacer en un golden retriever. ¡Deberías buscarme en tu otra vida!— le siguió el juego.

—Claro que lo haré.

Ambos rieron una vez más antes de cruzar esa puerta aún tomados de la mano, sintiendo sus almas plenas y sus corazones palpitando de felicidad.

Ahora cargarían con la carga que los anteriores Heeseung y Jake no pudieron levantar hasta el final: su relación. Ahora construirían juntos un nuevo hogar, uno que no se destruya con facilidad. Porque esta vez lo harían cómo se debe, lo harían juntos.

🌷;  ay q bonito es el heejake me hacen sentir sola

gracias por leer 💕
Rin.

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