#045
⇦ 𝐓𝐇𝐑𝐎𝐖𝐁𝐀𝐂𝐊
Heeseung estaba preocupado por Jake.
Hacía mucho tiempo que el menor no llegaba a la escuela (toda la semana pasada en realidad), y cuándo fue a buscarlo a su apartamento este siempre estuvo cerrado y parecía no haber nadie adentro.
Por suerte había logrado hablar con Jake por teléfono durante uno de esos días así que sabía que nada malo había sucedido, pero aún así era extraño que el menor no apareciera en todo ese tiempo y le haya respondido cortante en la llamada.
Se quedó esperando por él en la entrada de la escuela tal cómo había hecho los anteriores días pero nunca vió al chico castaño ingresar. Suspiró en cuánto escuchó el timbre de su primera clase y regresó a su salón, justo cuándo un australiano con los ánimos por los suelos fue llevado a detención por su entrada tardía.
Horas más tarde durante el almuerzo Lee se la pasó pensativo y ajeno a la conversación de sus amigos. Ni siquiera había tocado su comida y su vista estaba fija en el suelo, preguntándose seriamente en sí debía avisarle a la policía la repentina desaparición de su novio o no.
Escuchó cómo el silencio se apoderaba de la mesa, y honestamente se habría detenido a preguntar que pasaba si no fuera porque una presencia detrás suyo le hizo voltear al instante.
—Jake...— susurró sorprendido.
Fue rápido al levantarse y atraer al menor a un abrazo, dónde se permitió soltar toda su preocupación hasta casi relajar su cuerpo por completo, sin embargo, el contrario no correspondió nunca el abrazo.
—¿Estás bien?— preguntó separándose un poco, aún con su mano detrás de su nuca.
Jake se miraba mucho más preocupado que Lee, tanto así que no pudo responder su pregunta. Heeseung se preocupó en demasía y separó sus labios levemente tratando de descifrar el mensaje en los ojos contrarios.
—Tenemos que hablar.— dijo débilmente pero a la vez con firmeza, dándole la sensación a Lee de que su vida cambiaría por completo después de lo que hablarían.
Sus amigos se vieron entre sí, igual de asustados y sorprendidos. ¿Acaso iban a terminar?
Jake no dijo nada más y se alejó de Lee, caminando en dirección al edificio de la escuela. Heeseung notó que extrañamente este portaba su mochila y se preguntaba por qué lo hacía.
¿Abandonaría la escuela?
¿Regresaría a Australia?
... o peor aún, ¿Estaba terminando con él?
Heeseung lo siguió y caminó detrás de él hasta llegar a un lado del gran edificio, dónde no había nada más que una enorme pared y algunos árboles y bancas a lo lejos. Jake sabía que nadie iba a ese lugar durante el almuerzo, así que decidió que sería ahí dónde se lo diría a Heeseung.
—Jake me estás matando.— comenzó diciendo el mayor. —He estado preocupado por tí todo este tiempo, y ahora... estás tan misterioso que no sé si debería preocuparme más.
—Oh, definitivamente deberías preocuparte más.— respondió el menor.
Heeseung frunció su ceño viéndose aún más afligido que antes así que Jake se quitó su mochila y la puso frente a ellos. Abrió la mochila con cuidado y Heeseung se confundió aún más que antes al ver que no contenía nada adentro.
Sin libros, sin cuadernos, sin nada más que... ¿una prueba de embarazo?
Heeseung rápidamente levantó su vista al menor quién ya estaba con los ojos llorosos mientras hacía un inútil esfuerzo por parecer firme y sereno.
—¿Jakey... seremos padres?
Jake dejó caer su mochila y cerró sus ojos tratando de no llorar, pero el sollozo que salió de sus labios lo delató por completo. Heeseung no dejó pasar un segundo más y lo atrajo nuevamente por sus hombros y Jake finalmente se permitió llorar. Se sostuvo fuerte del saco gris del uniforme de Lee mientras de su boca salían pequeños hipidos y sollozos que le dolían demasiado al mayor.
Él estaba feliz por la noticia, pero sabía que Jake no lo estaba, por lo que debía empatizar con su pareja.
—L-lo siento...
—¿Qué voy a hacer ahora?— dijo Jake contra su pecho.
—Hey... mírame — Jake levantó su vista, sus ojos brillaban debido a las lágrimas. —No deberías pensar así, ¿de quién es responsabilidad?
—De nosotros.— Heeseung asintió. —Pero quién cargará con él seré yo...— volvió a llorar fuerte y se frotó contra el pecho del mayor.
Heeseung reprimió una sonrisa y acarició el suave cabello de Shim, buscando calmarlo de alguna forma.
—¿Entonces si piensas tenerlo?— preguntó contra su oído. —No te sientas presionado, puedes recurrir al-
—¡Detente ahí, tonto que no sabe ponerse bien un puto condón!— volvió a levantar su vista para verle con molestia, aunque a los ojos de Lee se veía muy tierno. —De ninguna manera me desharé de él, ¡ya me encariñé!
—Entonces... ¿entonces por qué te preocupas?— preguntó sinceramente confundido. Nunca pudo entender la mente del menor y ahora que estaba embarazado suponía que iba a ser mucho peor.
—¡Y todavía preguntas!— se alejó por completo y recogió su mochila para guindarla de uno de sus hombros y comenzar a caminar dejando atrás a Lee —Me preocupa el maldito futuro que le daré. Dónde vivirá. Si incluso seré capaz de tenerlo y lo más importante, ¡de dónde sacaré cosas para él! ¡Todo mi dinero se va en ese tonto apartamento!
Heeseung corrió para llegar al lado del menor y lo detuvo al tomar su mano. Jaló de él hasta llevarlos a una banca cercana, dónde se sentaron uno al lado del otro.
—No tenía previsto tener un hijo ahora, Hee.— dijo ahora un poco más calmado. —Tengo... diecisiete años.
Heeseung se quedó callado. Sabía bien cuándo era momento para hablar y cuándo era momento para callarse y escuchar atentamente a Jake. Sabía que eso era lo que el menor necesitaba en este momento.
—No estoy listo — rió un poco y agachó su cabeza para jugar nerviosamente con sus manos.
Lo siguiente que vió fue la mano de Heeseung acercándole uno de sus audífonos de cable. Jake miró el objeto con curiosidad y algo de molestia, este no era momento para escuchar música.
—Póntelo — dijo Heeseung.
Jake frunció sus cejas sin querer hacerle caso, así que el mayor posicionó el audífono en su oído izquierdo y puso el otro en su propio oído, luego llevó la parte del conector al estómago de Jake y lo dejó metido entre el espacio de su camisa y el botón.
—¿Qué dices, bebé? ¿Que mami no debería preocuparse mucho?— preguntó Heeseung a su hijo cómo si de cierta forma pudiera saber lo que decía por medio de los audífonos.
Asintió seriamente mientras "escuchaba" su respuesta y posteriormente miró a Jake. —Yo también pienso lo mismo. Preocuparse tanto podría ser malo para su salud y nosotros no queremos que nada malo le pase.
Jake entonces dejó salir un risa encontrando divertida la escena y negó con su cabeza. Heeseung también le dedicó una gran sonrisa y acarició los nudillos de su mano en la banca con uno de sus dedos.
—Tienes miedo — dijo con suavidad, cómo una afirmación. —Y yo también tengo miedo.
Jake dejó de sonreír pero se permitió ahora escuchar las palabras de su novio. Se puso más cerca de él, si eso era posible.
—Pero... es normal. Es nuestro primer hijo y ni tú ni yo tenemos algún conocimiento de lo que es ser padres..., pero sé que todo saldrá bien.— sonrió nuevamente —Somos jóvenes, sí, y no era el momento para tener un hijo, lo sé, pero si las cosas serán así Jake y no quieres abortarlo... entonces estoy completamente dispuesto a ser el mejor papá que nuestro bebé pueda tener. Y te apoyaré el doble de ahora, cuidaré de tí aún más que antes y si es posible nunca te dejaré sólo.
—¿Tan seguro estás de eso?— preguntó algo inseguro —¿De que... seremos buenos padres?
La verdad es que no, no estaba nada seguro de eso.
Su madre se enteraría tarde o temprano de eso, y nada bueno saldría de ahí. Su padre estaba enfermando tan seguido que le preocupaba tanto perderlo y existían otros factores cómo los entrenamientos con el equipo de basketball o el club de música dónde ya no podía dar ni la mitad de sí mismo debido al daño tanto físico y psicológico que le estaba causando su madre. Y ahora en esta situación, dónde ya no sólo tendría que ser un buen novio sino también un buen padre.... honestamente le parecía algo imposible.
—Estoy completamente seguro de eso.— respondió con una gran sonrisa.
Jake juró ver la sinceridad de Lee en sus palabras y en su sonrisa, así que decidió creerle fielmente, sin siquiera imaginarse que lo que decía no eran más que máscaras que ocultaban su realidad.
—Y no te preocupes por el futuro. Sé que no te gusta aceptar mis cosas... pero ya que el niño es de los dos deberás dejarme esa carga a mí.— dijo refiriéndose al dinero —Tendrá todo lo que quieras y necesite, déjamelo a mí.
Jake sonrió pequeño y se acercó lentamente hasta dejar un pequeño beso sobre la mejilla del mayor. Heeseung se descolocó por completo y sus ojos se expandieron con sorpresa al mismo tiempo que un notable sonrojo se apoderaba de sus mejillas.
—Te amo, papi.— dijo Jake con suavidad.
Heeseung le devolvió la sonrisa y se levantó de la banca, le extendió una mano a Jake para ayudarlo a levantarse y una vez estuvo de pie frente a él, se abalanzó para darle un gran abrazo por sobre sus hombros, haciendo que el menor retrocediera un par de pasos antes de sostenerse firmemente del suelo con sus pies. El mayor apoyó su cabeza sobre el hombro de su pareja y los meneó lentamente de un lado a otro, demostrando lo feliz que se sentía en ese momento. Jake sonrió enternecido y cerró sus ojos disfrutando de la sensación.
Ambos comenzaron a reír, sintiendo sus pechos fundirse de emoción y amor.
El pequeño aún no había nacido, pero no había absolutamente nada que Heeseung y Jake no harían por él.
ACTUALIDAD
Jake examinaba con cuidado cada una de sus nuevas prendas que Heeseung le había comprado semanas antes, incluso le había terminando dando su lado del ropero con tal de que toda su ropa cupiera bien.
Se tomó un momento para pensar y luego terminó encaramándose hasta alcanzar la parte más alta, aunque ni siquiera estuviera cerca de hacerlo realmente.
Maldijo a sus padres por haberlo hecho tan chiquito.
—Mamá.— escuchó la voz de su hijo.
—¿Sí?— paseó sus manos por todo el material sin querer prestarle realmente atención a Riki, pues de otro modo se caería de jeta.
—¿Puedo... preguntarte algo?
Jake suspiró y se bajó de la repisa. Volteó hacia su hijo y lo notó algo nervioso, por no decir que se veía cómo si estuviera a punto de llorar del miedo.
—¿Todo bien, bebé?
—Sí, es sólo que... quiero saber algo. Sobre tú y papá.
Jake entró en pánico imaginándose mil escenarios diferentes. No podía ser nada malo.... ¿cierto?
Tomó la mano de su hijo y los sacó del armario, luego los sentó sobre la cama y le miró expectante.
—¿Qué pasa?
—Bueno, es que yo... me preguntaba....— apartó la mirada tímidamente. —... ¿cómo fue tu primer beso con papá?
Jake suspiró aliviado ante la pregunta. Siempre se ponía paranoico por nada.
Esperen... ¿por qué Riki quería saber eso?
—¿Nuestro primer beso?— frunció el ceño. —Fue en la boca.— bromeó tratando de desviar un poco el tema para no responder algo tan vergonzoso cómo eso.
Ni-ki le dirigió una mala mirada, avisándole que estaba hablando en serio.
—Está bien, lo siento. Nuestro primer beso fue... por un juego, ese el del pepero.
Ni-ki le miró con curiosidad. —¿A tí... te gustó?
Su beso con Jungwon se sintió mágico, algo que nunca antes había sentido. No sólo eso, también las sensaciones luego del beso fueron completamente nuevas para él, las mariposas en su estómago, la aceleración en su corazón, el dolor en sus mejillas debido al fuerte sonrojo en ellas, la timidez y la alegría de saber que era correspondido. Todo fue perfecto. Estaba feliz de que su primer beso fuera así y se preguntaba si el de sus padres se sintió igual.
—Para nada.— respondió Jake con honestidad, recostándose sobre la cama.
Ni-ki ahora le miró confundido y Jake rió por su reacción. —Fue un beso robado y muchas personas nos vieron. Ni siquiera duró mucho, y aún detesto la estupida sonrisa de tu padre después de eso, especialmente porque horas antes le había dicho que no me gustaba.
—Pero creí... que ahora que ustedes están juntos, todas esas cosas... ya sabes, te empezaron a gustar.— Ni-ki ladeó su cabeza demostrando lo confundido que estaba. No sabía si era más difícil descifrar la fórmula de las cangreburger o los sentimientos de Jake.
—Claro que me gusta tu padre, y siempre me pareció tierno... pero un mal beso es un mal beso.— rió. —Sería muy diferente si me preguntaras por nuestro segundo beso.
—¿Y qué hay de ese?
Para este punto Ni-ki no sabía si las sensaciones que sintió en su beso con Jungwon eran completamente normales o definitivamente tenía un problema.
—Mhm... ese fue perfecto.— se limitó a decir con una pequeña sonrisa. —Con ese definitivamente me dí cuenta... de que no me había equivocado.
Frunció el ceño. —¿Equivocado con qué?
Jake dejó pasar unos segundos antes de responder. Un Lee Heeseung adolescente, con su uniforme gris y hermosa sonrisa llegó a su mente.
—El amor de mi vida.— dijo bajito con una tímida sonrisa.
El menor sintió una extraña sensación al escuchar esas palabras. ¿Se sentiría Jungwon igual? ¿Él estaba seguro de ser eso en su vida... o aún eran muy jóvenes para lo que estaban sintiendo?
—No suelo ser así de cursi cómo tu padre, lo sé, pero... eso es lo que sentí.— siguió diciendo. —Es lo que siento cada vez que estoy con él. Los besos y las muestras de afecto se sienten bien, claro, pero es... la persona quién lo hace especial. En mi caso, cada vez que estoy con Heeseung recuerdo que confiar tu corazón a alguien sí es posible sólo si lo dejas en las manos correctas.— miró a su hijo intentando encontrar alguna señal de incomodidad de su parte por sus sinceras palabras, pero sabía que a Riki jamás le molestaría algo así.
Sonrió un poco más antes de terminar con su respuesta. —Él me hace feliz.
Ni-ki entonces recordó el cumpleaños de Jungwon. Sus sonrisas, esas que logró sacar por primera vez. El cómo sus bonitos ojos se cerraban por sus mejillas ensanchadas y cómo ese precioso hoyuelo aparecía en una de ellas cada que lo hacía. Aunque Jungwon sonreía muy poco, se veía muy, muy hermoso cuándo lo hacía y no podía evitar pensar en si era el indicado para ser quién lo hiciera feliz de ahora en más.
Jake se reincorporó en la cama y se sostuvo de sus brazos detrás de su espalda para ver mejor a su hijo.
—Fue con Jungwon, ¿cierto?
Los ojos de Ni-ki se expandieron con sorpresa.
—¿C-cómo lo sabes?
Jake reprimió una sonrisa. —No estaba del todo seguro de que fuera con él porque no sé a quién más conoces en la escuela..., pero no me has hablado de Jungwon en las últimas semanas y cuándo fuí a verlo su abuela me dijo que lo veía sonriendo más.
—¿De verdad dijo eso?— Jake asintió. —¿Y... ha dicho algo más?
—¿Pero qué rayos ha pasado con ustedes estas semanas? ¡¿Por qué no se hablan?!— preguntó con algo de molestia, aunque eso mismo haya experimentado tiempo antes.
—¡Lo hacemos pero...! — Ni-ki cayó hacia atrás sobre la cama, frustrado. —Las cosas están igual que antes y... ninguno parece querer hablar de eso.
Jake suspiró sintiéndose mal por su hijo y se recostó a su lado. Posteriormente levantó la cabeza y lo miró a los ojos.
—¡Ni-ki dió su primer beso! ¡Ni-ki dió su primer beso!— comenzó a molestar a su hijo moviéndose de un lado a otro.
—¡Mamá! ¡Si te lo dije a tí es porque confiaba en que no me molestarías! ¡En ese caso se lo habría dicho a papá!— se quejó Ni-ki tapandose la cara.
—Agugu gugu gugu — alejó las manos de su hijo y comenzó a dejar besitos por toda su cara, haciendo que Riki cerrara sus ojos e intentara zafarse cómo podía.
Resultaba que Jake era mucho más burlista que su padre.
Jake finalmente se separó de su hijo entre risas y se sentó nuevamente en el colchón. Repentinamente se puso serio, confundiendo aún más a Ni-ki por el cambio de actitud.
—Pero tienes que cuidar de Jungwon, ¿de acuerdo? Yo también soy doncel, así que entiendo cómo se siente en ese aspecto, pero mi familia nunca me puso un dedo encima por más desgraciados que fueran. Él la ha pasado muy mal y ahora está muy ilusionado contigo. Tienes que hacerlo sentir especial, debes demostrarle... que no es cualquier persona, que no es sólo un amigo.
Ni-ki escuchó sus palabras con atención. Estas anteriores semanas habían fingido que nada había pasado entre ellos cuándo en realidad se morían por volver a hacerlo mientras el otro no estaba. Pero eso podría comenzar a arruinar lo que tenían, por lo que debía seguir los consejos de Jake.
—Las inseguridades... son lo peor del mundo, y espero que tú nunca llegues a sentir eso alguna vez, aunque suene demasiado irrealista.— siguió diciendo. —Pero Jungwon está repleto de ellas, así que no cometas el error de provocar más en él por el miedo a perder su amistad.
Acarició la barbilla de su hijo y le sonrió reconfortante, transmitiéndole todo el apoyo posible.
—Gracias, mamá.— Ni-ki también le sonrió. —Y por cierto... ¿qué era lo que buscabas?
Jake entonces recordó que estaba buscando algo antes de que Ni-ki llegara.
—Oh, tu padre me envió un mensaje diciéndome que la siguiente letra estaba en algún lugar de la casa, así que me la pasé todo el día buscándola pero te juro que ese hombre me mintió.
Jake le había contado a Riki lo de las tarjetas aunque el menor aún no podía descifrar el mensaje en ellas. No es muy fan del inglés, déjenlo.
—¿No es la que tiene Layla?— preguntó ladeando su cabeza.
Jake frunció el ceño. —¿Layla?
—Sí, Layla ha estado con una tarjeta pegada en la cabeza durante todo el día. Creí que ya la habías visto.
A su mente llegaron todas las veces que la cachorra se le había acercado en busca de mimitos y él la había ignorado o la había espantado con tal de que lo dejara buscar en paz.
—¡Mierda!— gritó mientras se levantaba de su lugar y salía corriendo en dirección a las escaleras. —¡Lo siento, princesa!
Esa noche Layla durmió junto a Jake en la cama.
Llevaba las anteriores semanas trabajando en su primer proyecto cómo parte de su nueva empresa de arquitectos. Trabajaba desde casa, así que luego de que Joshua consiguiera su propio departamento para vivir, se las ingenió para re-decorar la habitación sobrante y tener un espacio tranquilo para trabajar.
Nunca se consideró a sí mismo alguien espectacular con respecto a la arquitectura, pero reconocía su talento y sabía que tenía habilidades increíbles.
Lo que no había notado era que, tal cómo en sus días en la universidad, se estaba descuidando mucho a sí mismo.
Pasaba toda la noche trabajando en eso hasta el punto de acostarse a dormir minutos antes de que Heeseung despertara. Claro que este no lo pasaba por alto y más bien cargaba a Jake cómo koala (ignorando sus quejas por dejarlo trabajar) con tal de traerlo de regreso a la cama junto a él para que durmiera las horas necesarias. Lo que no sabía era que cuándo el mayor ya se encontraba lo suficientemente dormido, Jake se escapaba y volvía a trabajar porque se su concentración se potenciaba al cien por las noches.
Ya estaba más que acostumbrado a todos los efectos de cansancio y estrés que producía trabajar hasta tarde, así que no le tomaba importancia. Después de todo, eso era parte de ser arquitecto.
Sin embargo, todo dejó de ser "divertido" en cuánto las constantes náuseas y ganas de vomitar se hicieron presente. Especialmente porque en ningún momento descuidó su alimentación, y Heeseung tampoco lo permitió.
— Don't mames Jake, ¡estás embarazado!— gritó Felix a través del celular.
Jake ignoró a su amigo y siguió trabajando en los planos. El lado de la pantalla que mostraba a Chan se congeló un par de segundos antes de que el mayor dijera algo que hizo que Jake se detuviera.
—¿Te has hecho una prueba? Ya sabes... por precaución.
Jake finalmente volteó hacia su celular y miró con el ceño fruncido a sus amigos. —No necesito pruebas. Me he cuidado cada vez que lo hemos hecho y nunca me salté una pastilla.
Felix rió. —¡Las pastillas no son suficiente para detener el poder de Lee Heeseung!
Shim tenía ganas de teletransportarse al departamento de Felix para golpearlo.
—¿Entonces crees que las náuseas son debido a... una infección estomacal?— preguntó Chan ciertamente confundido. —Deberías ir al doctor entonces.
—¿No te parece que "infección estomacal" es un nombre muy cruel para el chamaco?— dijo Felix.
—No hay chamaco y no hay infección, simplemente me cayó mal el bistec del otro día. Y no necesito ir al doctor. Con una alka seltzer quedo como nuevo.
—Pinche enano orgulloso y terco, ¡deja de tomar pastillas así a la madre o te dará una sobre dosis!
—¡Soy más alto que los dos, qué hablas!
—Dejen de discutir, por la shit.— dijo Chan cansado. —Jake, si no quieres ir al hospital entonces tendrás que esperarnos ahí. Llevaremos una prueba y te la harás por tu bien.
—Pero...
—No estuve ahí, ¿pero recuerdas a Riki? ¿Cómo te enteraste de que estabas embarazado?
Jake suspiró rendido e hizo una mueca con sus labios, admitiendo indirectamente que Chan tenía toda la jodida razón.
Ahora que lo recordaba se sentía muy avergonzado por actuar tan distante y dramático con Heesueng durante toda una semana en aquel entonces, pero en su defensa era su primer embarazo y aún era un adolescente.
—¿Qué pasa que no sales? ¿Te diste cuenta de que tenía razón y ahora buscas una forma de escapar por el inodoro?— preguntó Felix con los brazos cruzados frente a la puerta del baño del menor.
Chan, quién leía pacíficamente una revista, suspiró desde su lugar y le dió una mirada a Lee. —¿Quieres dejar a Jake en paz? Si sigues así menos querrá salir.
—Existen sólo dos posibilidades del por qué no quiere salir.— dijo y Chan le miró expectante. —La primera y la segunda.
El mayor sólo se limitó a negar con su cabeza y regresó su vista a la revista. Felix rió antes de volver a hablar.
—Bromita. Este man o tiene diarrea explosiva... o le dará una nueva hermanita a Ni-ki.
—¿Por qué crees que será niña? Yo siento que es un niño.
—Mis tripas me lo dicen.— respondió el menor.
—El que tiene diarrea explosiva eres tú.
La puerta del baño se abrió dejando ver a un Shim Jaeyun completamente tranquilo y sereno. Se veía normal, totalmente relajado. Su expresión estaba lejos de parecer asustado... pero Chris y Felix no eran cualquiera en la vida del menor.
—Suelta la sopa.— dijo rodeándolo con un brazo.
Jake soltó un suspiro y cerró sus cejos. —Tenían razón. Las pinches dos rallitas aparecieron ahí.— levantó la prueba de embarazo y se la mostró a sus amigos.
—¡Sabía que tenía razón! Pero oh Jakey, ustedes dos si que no perdieron el tiempo.— levantó sus cejas pícaramente.
—Felicidades Jake. Estoy muy feliz por ustedes.— dijo Chan con una sonrisa.
Jake no respondió y se separó de Lix para regresar al baño y dejar la prueba sobre el inodoro. Lavó sus manos pacientemente y al regresar se dejó caer sobre su cama en completo silencio. Tenía mil cosas en su cabeza y tal cómo ese día, sentía cientos de preocupaciones.
—Hey... ¿qué ocurre?— preguntó Lix con un puchero. —¿Estoy siendo muy pesado? Lo siento, es que así me pongo cuándo estoy emocionado.
Jake sonrió pequeño desde su lugar y negó con su cabeza. —No es por eso, y gracias por felicitarme. La cosa es que tengo un hijo de quince años con el que no pasé ni un sólo momento de su infancia y me preocupa...— dejó la frase sin terminar, viendo fijamente el techo de su habitación.
Felix se acostó junto a él en la cama y Chan dejó todo de lado con tal de escuchar las preocupaciones de su amigo.
—Tengo miedo.— dijo finalmente cerrando sus ojos.
Si, ahora ellos cuatro podían ser la familia más feliz del mundo, pero el pasado nadie podía cambiarlo.
No estuvo nunca para Ni-ki. No apareció en ninguno de sus cumpleaños y nunca se esforzó por buscarlo. Se sentía tan mal y egoísta por encontrar algo injusto el que su siguiente hijo tenga la oportunidad de vivir lo que Ni-ki no pudo.
—Heeseung planea pedirme matrimonio.— siguió diciendo, abriendo sus ojos nuevamente. —Y ahora no sé... si aún querrá casarse conmigo luego de esto. ¿Lo pospondrá? ¿Lo cancelará....? No lo sé. Esa es la realidad, no sé cómo sentirme.
Realmente no quería pensarlo, pero a su mente llegó la imagen de un Lee Heeseung separándolo de su hijo por segunda vez. Y esta vez no sólo perdería a Ni-ki, sino también a su nuevo pequeño o pequeña.
Maldecía a Lee Haemin por crear ese tipo de inseguridades en él.
—Con el matrimonio por lo menos sentí... que esta vez no me dejaría.— dijo con sinceridad. —Estaba emocionado por recibir las siguientes letras, porque entonces significaría que esta vez sería para siempre.
Al terminar de hablar sintió a Felix abrazarlo de lado mientras apoyaba su cabeza sobre su pecho. Jake sonrió y acarició el cabello de su amigo, agradeciéndole el apoyo que estaba recibiendo.
—Jakey... realmente no puedo saber lo que sientes.— empezó diciendo Bang. —No viví lo que tú sí, y no sé que otros pensamientos traes en tu cabeza; pero lo único que puedo hacer por tí y asegurarte es que... si ambos decidieron empezar de nuevo y darse una segunda oportunidad, es porque piensan actuar mejor que antes, aprender de sus errores. No te estoy culpando por sentirte así, estás en todo tu derecho de hacerlo, pero si confías un poco más en él y en el amor que comparten... créeme que todo será diferente.
—Y sobre Ni-ki... él es un chico increíble, Jake. Cualquier persona envidiaría a su hermano al ver que la pasó mejor que él, pero no Ni-ki, créeme. Él es cómo tú... cómo ustedes.— aseguró.
—¿Sabes qué dijo Ni-ki cuándo le pregunté qué haría si llegara a tener una hermana?— preguntó Felix separándose de él.
Jake enarcó una ceja sin saber la respuesta y mucho menos por qué Felix y Ni-ki estaban hablando de eso en primer lugar.
—Dijo que la cuidaría de todos los chicos, porque nadie la merecerá.— dijo con una sonrisa. —Tienes miedo y eso lo entiendo, pero debes saber que Ni-ki será el más feliz en cuánto les cuentes lo del nuevo miembro de la familia Lee.
Jake mordió su labio pensando bien las cosas. Se había concentrado tanto en lo negativo de la situación que no había pensado en lo feliz que se pondrían Heeseung y Riki con la noticia. Había visto todo desde su punto de vista, que pensó que las cosas resultarían así sin más. Sin recordar que ya nada sería cómo antes.
—Les debo mi vida a ustedes.— susurró para sus amigos.
Chan y Felix se sonrieron entre sí y el pecoso volvió a abrazar al menor.
—Tienes que saber que estoy muy muy muy emocionado, es mi primer embarazo contigo pero te prometo ser el mejor tío del mundo para la criatura. Te cuidaré de todo lo malo y si alguna vez se te antoja algo no dudes en decírmelo, le pediré a Chan que te lo compre.
Chris rodó sus ojos sabiendo que era muy probable que eso terminara pasando.
Los tres amigos terminaron pasando la tarde juntos hasta que los dos mayores tuvieron que regresar a sus hogares antes de que se hiciera muy de noche. Jake permaneció en su habitación en todo momento sabiendo bien que su hijo probablemente estuviera jugando con Layla afuera o estuviera encerrado en su habitación.
Aún recostado sobre la cama volteó su cabeza para admirar todas las fotos pegadas en la pared al estilo vintage, pensando en que pronto se llenaría aún más que ahora.
Inconscientemente llevó una de sus manos a su vientre por debajo de su camiseta blanca. Respiró con tranquilidad y no se esforzó ni un poco en ocultar su sonrisa.
—Más te vale que tú no seas tan insoportable cómo lo fue Ni-ki, ¿de acuerdo? — dijo refiriéndose a su anterior embarazo —Ten piedad de mamá.
Y estos eran los resultados de sorprender a tu esposo en su oficina vistiendo una lencería y llevando un vibrador. Sigan a Jake para más consejos.
🌷; se nos viene nuevo personaje juju ya pero se imaginan ser hijo/a del heejake y tener a ni-ki de hermano mayor, a jungwon de cuñado, a joshua de tío, a felix, chan y yeonjun de medio tíos, a sunghoon de padrino y a layla y rogelio de besties? un sueño para todxs una realidad para D....... jeje 😈🙏
gracias por leer 💗
ya casi son 70k lecturas lloro
Rin.
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