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#042

Jake llamó cientos de veces a Heeseung pero este nunca contestó. Supuso que estaba en alguna reunión importante así que decidió no seguir molestándolo.

Salió de su casa junto a Ni-ki y se subieron a uno de los autos del mayor apresuradamente, pues había olvidado por completo que debía ir a recoger a su hermano.

—¡Estoy emocionado por conocer al tío Josh!— canturreó Ni-ki con una sonrisa.

Jake sonrió desde su asiento y le dirigió una pequeña mirada a su hijo por el espejo retrovisor. Había confundido las fechas y pensó que Joshua llegaría al día siguiente, pero entonces recordó que existía la diferencia de horas entre ambos países y prácticamente dejó todo de lado con tal de salir a tiempo.

Heeseung se llevaría una gran sorpresa al ver a su cuñado en su casa un día antes de lo esperado.

Jake agradecía muchor vivir en la capital, pues llegaron rápido al aeropuerto notando cómo aún quedaban entre treinta a cuarenta minutos de espera.

Salieron del auto y se adentraron al lugar. Fueron hasta un pequeño puesto de comida y compró un café para calmar sus nervios y una pequeña dona para Riki, quién estaba que no cabía de la emoción.

—¿El tío Joshua es guapo?— preguntó su hijo con las mejillas abultadas. Jake rió de ternura al verlo y no pudo evitar acariciar una de sus mejilla.

—Sí lo es.— respondió.

—¿Y sabe coreano?— ladeó su cabeza curioso.

—Mi padre es coreano, así que ambos crecimos aprendiendo el idioma aunque nuestra primera lengua es el inglés.

Ni-ki formó una "O" con sus labios y mordió nuevamente su dona. Sacó su celular para matar el tiempo pero entonces otra pregunta llegó a su mente.

—¿Crees que le agrade?

—¡Claro que lo harás!— respondió de inmediato. —La principal razón por la que vendrá es porque desea conocerte.

Ni-ki parpadeó incrédulo. —¿De verdad?

—¡Por supuesto!

Sonrió tímidamente y regresó su mirada al celular. Estaba muy emocionado por conocer a su tío. Si bien Jake nunca le había mencionado algo sobre su familia, sentía mucha curiosidad por Joshua.

Pronto vieron a varias personas salir por una ancha puerta. Jake se levantó nervioso junto a Riki y se fueron acercando hasta encontrar la figura de Joshua. Las personas comenzaron a mezclarse con las que ya estaban afuera dándoles la oportunidad de acercarse más, hasta que divisaron a un guapo hombre jalando de una maleta y buscando a alguien más con la mirada.

Jake entonces dejó de respirar.
Era él. Joshua estaba aquí.

—¿Es él?— preguntó Ni-ki algo confundido por el comportamiento de su mamá. Jake se mantuvo callado hasta que una sonrisa tímida apareció en su rostro.

—Así es, Riki.— tomó la mano de su hijo para llevarlo hasta dónde estaba su hermano.

Joshua sacó su celular con la intención de llamar a Jake, pero entonces levantó la mirada y se percató de que su hermano menor venía hacia él junto a un chico mucho más alto que ellos dos.

Abrió los ojos siendo invadido por la sorpresa. ¿Ese era Ni-ki? ¿Su sobrino? ¿Era así de alto y apuesto?

—Jake...— susurró una vez estaban cara a cara. Se había mantenido relajado durante todo el viaje, pero ahora que lo tenía ahí frente a él las emociones lo habían atacado por completo.

—Josh.— saludó con una sonrisa. —Él es Ni-ki.— volteó hacia su hijo y este le extendió la mano tímidamente.

—S-soy Ni-ki, es un placer.

El mayor sonrió por la formalidad del chico, así que correspondió el saludo y le dió un leve apretón a su mano.

—El placer es todo mío.— sonrió. —Estoy feliz de poder conocerte finalmente.

Ni-ki sonrió aún más tímido y agachó la cabeza. A Jake le pareció muy tierna su reacción y aún más esta interacción, su hermano y su hijo.

—¿Cómo estuvo el viaje?— preguntó Jake mientras comenzaban a caminar hacia la salida.

—Mmm estuvo bien. Me la pasé durmiendo así que no me siento cansado.

Ni-ki notó cómo su tío se ponía unos lentes de sol y posteriormente metía una de sus manos en el bolsillo de su pantalón mientras caminaba. Le parecía tan genial que le daban ganas de hacer lo mismo.

—¿Ese es su auto?— preguntó con curiosidad una vez salieron al estacionamiento, visualizando un lindo e impecable Audi.

—S-sí.— meneó su cabello hacia atrás sintiéndose de pronto nervioso. —Déjame ayudarte con el equipaje— ofreció.

Joshua rió. —Puedo hacerlo yo.

Jake se dió por vencido y terminó abriendo el baúl para que su hermano guardara sus pertenencias en él. Notó que su hijo ya había entrado al auto, así que se apresuró a cerrar el baúl y ofrecerle el asiento de copiloto a Joshua.

Una vez estuvieron dentro Jake sacó su celular para marcar de nueva cuenta el número de Heeseung, pero este siguió sin responder. Pensó en dejarle un mensaje avisándole que había ido a recoger a su hermano, pero entonces escuchó la voz de su hijo.

—¿Piensas en inglés o en coreano?— le preguntó a Joshua.

El mayor comenzó a reír a carcajadas por la pregunta. Volteó desde su asiento para poder ver mejor la cara de su sobrino y entonces volvió a reír.

—¿Por qué preguntas?

Ni-ki se encogió de hombros. —Curiosidad. Mamá dice que piensa en inglés aunque la mayoría del tiempo hable en coreano.

Los colores subieron hasta las mejillas de Jake ante lo dicho. Esperaba que su hermano no se espantara por el término que usó su hijo, pero lejos de eso lo vió sonreír tranquilo sin ningún indicio de incomodidad.

—Debe ser porque se siente más familiarizado con el inglés, así cómo tú con el coreano. En mi caso pienso en inglés y la mayoría del tiempo hablo en inglés, aunque ahora que estaré aquí emplearé lo que he aprendido del coreano, para comunicarme contigo.

A Ni-ki pareció gustarle esa respuesta, pues una sonrisa inmensa decoró su rostro a la vez que sus ojos casi se cerraban por completo.

Jake guardó su teléfono y comenzó a conducir, escuchando atento las conversaciones que entablaban su hijo y Joshua, riendo de vez en cuando.

Se preguntaba por qué Heeseung no respondía el maldito teléfono.

¿Qué lo tenía tan ocupado?

Heeseung estaba pensando en algunas pistas que pudiera darle a Jake antes de pedirle matrimonio directamente. Quería que fuera de forma especial, y que de cierta manera el menor ya tuviera previsto lo que quería hacer porque así tendría claro que ambos estaban seguros.

Quería hacer sentir extra especial a Jake en los últimos días, ganarse su corazón por completo antes de dar ese paso. Además... consentir a Jake cómo se lo merecía era algo que siempre quiso hacer.

—¿En serio comprarás tanto?— preguntó Yeonjun asombrado, viendo todo lo que el mayor seleccionaba desde su tableta.

Heeseung se encogió de hombros haciendo un pequeño puchero. —No es mucho.

—Ni siquiera estás viendo el precio de las cosas, simplemente las seleccionas y ya.— alegó. Claro que él también tenía mucho dinero, pero le dolía mucho ver cómo su amigo gastaba cientos de wones en ropa y accesorios.

—Eso no me importa. Compraré cuánto se me dé la gana hasta darle mi lado del ropero a Jake.

—Estás bien tonto si crees que Jake aceptará todo eso.— se burló. —Lo más probable es que se moleste contigo y te haga devolverlo.

Heeseung entonces dejó de tocar la tableta y le dirigió una mirada a su amigo. Cierto, Jake era muy capaz de hacer eso.

Pero aún así quería gastar su dinero en él.

—Incluso si no quiere tendrá que aceptarlo.— volvió a hacer lo que estaba haciendo con anterioridad.

—Wow en serio que eres asquerosamente rico, te admiro.— acomodó una silla frente a él y se sentó al sentido contrario, apoyando su cabeza en sus brazos cruzados para verlo mejor. —Jaeyun irá por ahí vistiendo las marcas más famosas paseando una hermosa cachorra y conduciendo un elegante auto. Come en los más caros restaurantes y tendrá una boda de ensueño. ¿Te das cuenta de lo poderoso que suena eso?

Heeseung sonrió de lado. —Hasta yo le tendría envidia la verdad.

—Y ni hablar de Riki.— agregó casi cómo una queja. —A tan corta edad ya es heredero de una de las empresas más importantes de Corea, con padres ricos por ambos lados y la vida prácticamente hecha. ¿De casualidad no quieren adoptarme?

Heeseung rodó sus ojos. —Aún así no quiero que Riki holgazanee cuando termine la escuela. Digo, está bien si quiere trabajar con nosotros, pero también me gustaría verlo volverse exitoso por su cuenta. Quiero ver cómo cumple sus sueños, sus aspiraciones..., quiero que se esfuerce por hacerlos realidad.

Yeonjun asintió con un pequeño puchero, pensando en cómo sería Ni-ki en el futuro. Lo imaginó cómo un hombre grande y maduro, aunque honestamente desearía que fuera un niño para siempre.

—Creo que es suficiente.— anunció el mayor una vez había terminado de comprar todo lo que quería.

—¿Suficiente? Casi dejas a Prada sin nada wey.

—Espero que Jake no se moleste.— ignoró a su amigo. Dejó el aparato a un lado en el sofá de su oficina y se levantó para estirar su cuerpo. Caminó hasta dar con el gran ventanal, dando una pequeña vista a la ciudad. Sonrió de lado al imaginar a Jake rojo de rabia.

Aún así estaba dispuesto a gastar todo su dinero en él.

Jake aparcó el auto fuera de su casa. Ayudó a su hermano a bajar el equipaje y se ofreció a llevarlo hasta adentro, y por más que Joshua se negó el menor de los Shim hizo lo que se le dió la gana.

Abrió la casa esperando a que Layla corriera hacia ellos para recibir al nuevo, o tal vez encontrar a Felix dentro, quién por alguna razón había recibido una llave por parte de Heeseung. Pero nunca imaginó encontrarse con algo así.

—¿Qué... mierda?— preguntó frunciendo el ceño.

Los tres se adentraron a paso lento. Jake dejó la maleta en la entrada sintiendo su sangre hervir ya sea de furia o vergüenza. Ni-ki y Joshua vieron todo con admiración y diversión, unas pequeñas sonrisas aparecieron en sus rostros.

—Lee Heeseung te voy a matar.— dijo sin pensarlo mucho, lo que hizo que Joshua riera.

—¿El hizo todo esto por tí? Wow, eres... muy afortunado.— palmeó su hombro con suavidad. —Te mereces a alguien que te trate cómo a un rey.

Jake apretó los labios mientras sus ojos seguían viendo las bolsas y cajas de compras esparcidas por todas partes de la sala y hasta las escaleras que llevaban a las habitaciones de arriba.

Notó muchas marcas caras y famosas, por lo que rápidamente supuso que se trataba de ropa o quién sabe qué.

¿En qué estaba pensando? ¿Acaso era un idiota?

Nunca le había gustado que Heeseung gastara su dinero de esa forma en él. Siempre le había puesto un alto, pero el mayor nunca lo tomaba en cuenta y seguía comprando cosas para Jake aunque este al principio no lo aceptara.

Pero esto... esto era demasiado.

—Ni-ki ayúdame a limpiar todo esto.— ordenó seriamente.

El menor rápidamente hizo caso y comenzó a llevar las bolsas y cajas hasta la habitación de sus padres, y sonrió divertido al notar otras bolsas más sobre su cama.

Jake no cabía más de la vergüenza. Liberó un espacio en el sofá e invitó a Joshua a sentarse y hasta le pasó el control de la tv para distraerlo un poco. Layla finalmente se percató del nuevo así que salió de su escondite para ladrarle un par de veces pero Joshua hizo uso de sus encantos y la cachorra terminó oliendo sus manos.

—Le agradas.— dijo mientras se agachaba para levantar un par de cajas. —Eso es extraño.

—Los perros me adoran.— alardeó con una sonrisa.

—¡Mamá, Rogelio se salió de su habitación!— gritó Ni-ki desde el segundo piso. Joshua enarcó una ceja y Jake sonrió apenado.

—Dame un segundo.— subió las escaleras con rapidez y vió a Ni-ki cargar al cerdito cómo si de un bebé se tratara.

—Dejé la puerta abierta porque a Heeseung no le gusta que lo dejemos encerrado. Se puede asustar.— explicó acariciando al animal. —Llévalo abajo. Tal vez Layla no se lo coma.

Ni-ki hizo caso nuevamente y bajó con Rogelio en sus brazos. Jake se dirigió a su habitación para cerrar la puerta que su hijo había dejado abierta pero entonces notó un gran ramo de rosas blancas frente a la cama, con un hermoso listón plateado adornando la base.

Era en serio, ¿qué diablos le sucedía a Heeseung?
¿Por qué de repente era tan exagerado?

Vió la nota sobresalir del centro de las flores, por lo que la tomó y honestamente esperó encontrarse con una carta larga de amor porque eso es lo que cualquiera esperaría después de tales regalos ostentosos. Sin embargo, dentro del sobre no había nada más que una tarjeta blanca con una letra "M" de tinta dorada y escrita en carta en el medio.

No sabía qué hacer con ella así que la guardó en la gaveta a un lado de la cama, yéndose más por la teoría de que era simple basura.

Ni siquiera estaba cerca de imaginarse de qué se trataba.

Heeseung dejó de prestar atención a lo que Yeonjun decía en la junta virtual que tenían ese día junto a los jefes de cada departamento de LHS. Le parecía aburrido ya que para empezar, Yeonjun era quién decía lo que él realmente debería decir, cómo había comenzado a hacer desde que había dejado de entrar a este tipo de juntas con sus propios empleados para asistir a las de mayor importancia con negociantes y personas de dinero interesadas en invertir en sus clubes.

Un mensaje cayó en su celular y luego de revisar el nombre, rápidamente se irguió en su silla y desactivó la cámara de su computadora.

Sonrió para sí mismo.
¿Así que ya se había dado cuenta?

Sabía que se molestaría mucho, pero seguía pensando en que Jake debería comenzar a acostumbrarse a ese tipo de cosas ostentosas porque planeaba hacerlo más seguido.

Al final terminó suspirando rendido. No tenía ni idea de cómo se desharía de esas cosas, pero Jake parecía estar lejos de sospechar que estaba cerca de pedirle matrimonio.

Ahora si que sentía que diosito lo estaba castigando.

¡Aún no se había preparado mentalmente para interactuar con el hermano de Jake! ¿Y ahora resulta que ya llegó a su casa?

¡CORRECCIÓN!
**metido en problemas

Bien, al menos si había alguien que estuviera de acuerdo con sus compras.

El tan sólo imaginar a su cuñado acariciando a su cerdo hace que se le revuelva la panza. Si lo que quería Joshua era vivir una vida tranquila de ahora en adelante sin sentirse culpable, primero tenía que ganarse su perdón y luego la aprobación de Rogelio.

Al parecer las cosas no estaban saliendo cómo quería.

Luego de terminar su conversación con Jake rápidamente se excusó con sus empleados y terminó por salirse de la reunión. Tomó sus cosas con prisa y salió del edificio tan rápido cómo podía.

Llegó hasta el estacionamiento en la parte más baja de LHS, pero antes de que pudiera salir en uno de sus autos, una de sus empleadas le impidió el paso al posicionarse a un lado de la ventana.

Heeseung suspiró y bajó el vidrio sin dirigirle la mirada en ningún momento.

—Señor, hice lo que me pidió pero el señor Shim no se encontraba en su casa, por lo que considerando lo que usted me había dicho dejé las bolsas en la sala y en su habitación, y luego cerré bien su casa.

—Gracias por tu trabajo, Kazuha. Tengo que irme.— hizo el amague de irse pero ella lo detuvo nuevamente.

—También... también hice lo que me pidió hace unos días.— dijo bajito. —Fuí a su anterior casa y traje esto.

Heeseung finalmente volteó su mirada y vió lo que la chica le estaba mostrando. Era la caja con los recuerdos que tenía de Jake. Había olvidado llevarlos consigo el día que escapó con Riki y no había podido estar tranquilo desde entonces sabiendo que lo que había estado cuidando durante tanto tiempo se encontraba en una casa que nunca más se atrevería a pisar.

Tomó la caja entre sus manos y la pusó en el asiento de al lado. Le dirigió una nueva mirada a Kazuha y le sonrió, provocando que la contraria se sorprendiera porque nunca había visto a su jefe sonreír.

—Gracias.— subió nuevamente el vidrio y salió del estacionamiento, sintiéndose completo nuevamente.

Esa caja contenía su vida junto a Jake, así que de ninguna manera se atrevería a soltarla de nuevo.

Jake miraba con curiosidad por encima del sofá lo que su hijo y Joshua estaban haciendo en la cocina. No iba a mentir, olía delicioso. Tanto que le avergonzaba no ser tan bueno en la cocina cómo para poder enseñarle a su hijo hacer ciertas cosas cómo lo estaba haciendo su hermano.

Se preguntaba si Ni-ki era algo así cómo un encantador de personas, porque absolutamente todos los que se cruzaban con él quedaban enamorados por su tenura y personalidad.

Era una masita viviente.

Logró ganarse el corazón de Park Sunghoon, el nada más y nada menos que el príncipe de hielo del patinaje artístico, quién no tenía tiempo que perder en otras personas, mucho menos en niños. Según había escuchado de Jungwon o de los chicos con los que habló el otro día en su escuela, Ni-ki era muy popular e incluso muchos lo consideraban su tipo ideal y hasta modelo a seguir, aunque seguía teniendo sólo quince años. Por otro lado estaban sus mejores amigos, Felix y Chan quienes desde el primer momento quedaron encantados con él y lo tratan cómo si fuera lo más preciado del mundo, lo que eso era para Jake.

Incluso antes de nacer había hecho del frío y desinteresado Lee Heeseung el hombre más feliz del mundo por el simple hecho de existir, aunque fuera dentro de Jake. Heeseung nunca se había interesado por nadie más que Jake o él mismo, pero ahí había estado muriéndose de amor por los golpecitos de su hijo o las ecografías que apenas se alcanzaban a ver.

Y ahora estaba Joshua, quién no llevaba más que una o dos horas en su casa y ya se había encariñado mucho con Ni-ki, aunque el menor era quién aprendía de él.

Sin duda su hijo era un encantador de personas.

Escuchó un auto aparcarse en la parte frontal del patio, así que se paró para ver la figura de su pareja por la ventana. Heeseung venía saliendo del auto con una caja que rápidamente reconoció. Se adelantó a abrir la puerta, y en cuánto lo hizo el mayor se abalanzó sobre el para abrazarlo con fuerza con uno de sus brazos mientras el otro aún sostenía la caja.

—¿Qué... pasa?— acarició su espalda sin saber cómo reaccionar ante la repentina acción. Vió a Heeseung separarse y dejar la caja sobre un mueble.

—¿Está aquí?— preguntó por Joshua.

Jake asintió y señaló la cocina, por lo que luego de respirar profundo un par de veces, finalmente se dirigió hasta dónde se encontraba su cuñado.

Joshua rió ante las ocurrencias de Riki y levantó su rostro, encontrándose con nada más y nada menos que Lee Heeseung, la primer persona que hizo sentir especial a su hermano.

Su sonrisa tambaleó un poco hasta convertirse en una especie de mueca incómoda. Heeseung se fue acercando tímidamente pero a los ojos contrarios se veía muy intimidante.

—Así que eres tú.— dijo, arrastrando las palabras.
—Joshua Shim.

—Lee Heeseung.— pasó saliva y volvió a sonreír, tratando de aligerar el ambiente. —Qué bueno por fin conocer-

—El gusto es mío.— interrumpió con una sonrisa, aunque estaba muy lejos de parecer amable.

Ni-ki llegó al lado de Jake y este quiso palmearse la cara decepcionado. No importaba cuántas veces intentara cambiar eso, Heeseung siempre daría una mala primera impresión debido a su personalidad aunque realmente se esforzara porque no fuera así.

¿Realmente no era tierno con nadie más que con él?

Joshua rió. —Tienes... bonita casa.

Heeseung lo miró sin parpadear en ningún momento. —Lo sé.

—Gracias.— dijo Jake por él. Heeseung le dirigió una mirada por lo que repitió las palabras suavemente para demostrarle lo que realmente debería decir.

El mayor volvió a voltearse. —Gracias. No la he visto pero supongo que tu casa también es bonita, aunque dudo que supere a esta.

—¡Heeseung!— para este punto Jake tenía ganas de golpearse contra la pared. ¿De verdad que este hombre no tenía modales?

Joshua volvió a reír. —Me gusta mucho tu humor.

Heeseung se quedó congelado en su lugar sin cambiar su expresión seria, ni siquiera riéndose por un solo segundo.

—Yo no... sé cómo tener un buen humor.— dijo después de unos segundos de completo silencio.
—Solamente hablo completamente en serio.

—Estoy seguro de que eres gracioso. Te ves cómo alguien agradable.

Jake hizo una mueca desde su lugar. ¿Eso le resultaba agradable?

Heeseung finalmente soltó una carcajada que sonó demasiado forzada para su gusto. Al terminar de reír volvió a verle con seriedad.

—Me gusta mucho tu humor, Joshua.

Joshua miró a Jake pidiendo ayuda. Dios, sabía bien que este tipo aún la guardaba rencor así que necesitaría mucho tiempo y esfuerzo para cambiar su perspectiva.

—¿Juegas lol?— preguntó meneando su cabello hacia atrás con sus dedos.

Heeseung entonces enarcó una ceja interesado.
—¿Cómo lo sabes?

—No lo sé. Te preguntaba porque yo también juego y así podíamos tirarnos unas partidas más tarde.

—¿Por qué esperar tanto?— se volteó y comenzó a caminar. —Te prestaré una de mis PCs, a menos que hayas traído la tuya.

Joshua miro confundido a Jake pero le siguió el paso a Lee. Dios, que tipo tan aterrador.

—Traje la mía.— respondió.

Heeseung entonces paró en seco y se giró sobre sus talones para volver a mirarle.

—Eso es genial.— dijo y se volteó para volver a caminar.

Jake y Ni-ki no tenían ni idea de qué acababan de ver así que siguieron a los mayores al segundo piso y los espiaron por la puerta semi abierta de la habitación de Joshua, viendo cómo se sentaban uno al lado del otro en el escritorio mientras prendían sus computadoras.

Jake volteó hacia su hijo y lo miró por cortos segundos sin saber realmente qué decir.

—Supongo que le agrada.

🌷;  perdón el capítulo está feo cómo yo pwrd0n

que lindos heejake construyendo legos junticos ;(💕

gracias por leer 🫶🏻
Rin.

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