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#040

¡AVISO!
especial para las parejas
secundarias.

Ni-ki se acomodó mejor en su lugar, viendo fijamente la pantalla de su celular y admirando los perfectos rasgos de una sola persona. Yang Jungwon.

No iba a mentir, no estaba prestando atención a nada de lo que el contrario le estaba contando del otro lado de la pantalla, pero honestamente le resultaba difícil hacerlo al tener su imagen frente a él.

No podía creer que en serio se estaba enamorando... ahora tenía que bañarse a diario y usar más perfume si quería ganarse el corazón de Yang.

—Ni-ki.— lo llamó el contrario, sacándolo de sus pensamientos. —¿Estás bien? Te noto distraído.

—¡Lo siento!— se apresuró en decir. —E-estaba pensando... qué voy a cenar.— sonrió.

—Son las tres de la tarde.— le recordó.

Ni-ki rió. —Cómo tres cenas al día, dos almuerzos y ocho desayunos.

—Yo tomo agua y me lleno por el resto del día.— también sonrió. —Si tienes hambre puedo colgar y...

—¡No!— rascó su brazo nerviosamente. —Hablar contigo es más importante que mi estómago, no te preocupes.

—Bueno...

Ni-ki se preguntaba si Jungwon tenía idea de lo precioso que se veía así de tímido. Con las mejillas rosadas, un lindo hoyuelo apareciendo en una de ellas y la mirada gacha. Tenía ganas de estar a su lado en este momento y abrazarlo con la vaga excusa de querer comparar sus alturas.

—¿Cómo te sientes viviendo ahí?— intentó cambiar de tema antes de que también se sonrojara, aunque lo más probable es que ya lo estaba. —¿Te gusta? ¿Te tratan bien?

—Por supuesto.— respondió Yang. —Mi abuela me ha cuidado y hemos hecho muchas cosas juntos... aunque ya está enterada de los de mis padres. Jake le dijo sobre eso.

—¿Y qué te dijo ella?

—Le pedí... que no hiciera nada al respecto.— alejó su cara del celular porque no quería ver la reacción de Ni-ki ante lo que había dicho. —Quiero que las cosas se mantengan tal cómo están.

—De acuerdo.— Yang le miró sorprendido. No esperaba que Ni-ki aceptara su opinión así de fácil y rápido. —Si eso es lo que quieres, supongo que nadie te puede obligar. Sé cuan difícil es hacer eso.

Jungwon recordó lo que Ni-ki declaró en el juicio.
Lo admiraba mucho. Era muy valiente.

—Pero si alguna vez cambias de opinión, recuerda que habemos personas que quieren ayudarte.— sonrió nuevamente. —Yo soy una de ellas.

Yang suspiró. —Gracias... de verdad.

—No agradezcas. Es... lo que los amigos deben hacer.— sonrió con algo de incomodidad.

Aunque tenía claros sentimientos por el mayor, seguía siendo su amigo. Y si eso se mantendría así, entonces se encargaría de ser el mejor amigo que pudiera tener.

—¿Cómo están tus papás?— preguntó también algo incómodo. Claro, toda la amabilidad de Riki se debía a que ambos eran amigos. Nada más, nada menos.

—Están bien. Jake se recuperó y... nos mudamos de casa. Ambos fueron a Jeju y volverán mañana probablemente por la noche. Felix hyung no está así que Sunghoon hyung vino para cuidarme. Aunque... se le ha pasado viendo Barbie Life in the Dreamhouse en la tele.— ambos rieron.

—La mejor serie, claro que sí.

—Confirmo.— volvieron a reír.

Pasaron los minutos dónde hablaron de cualquier cosa que se les ocurriera, o simplemente se veían a través de la pantalla y reían tímidos. A pesar de que se trataba de una simple videollamada, a Ni-ki le llenaba de paz vivir este momento. Nunca en su vida había amado así a alguien.

—Jungwon tú...— empezó diciendo. Aclaró su garganta buscando las palabras correctas. —¿Alguna vez te has enamorado?

Jungwon se congeló ante la pregunta. ¿Qué se supone que debía responder? ¿"Si Riki, me enamoré de tí pero me resulta realmente estúpido porque está claro que sólo me tienes lástima por mi situación. Jaja te veo en la escuela. Adiós"?

—Y-yo... yo...

Ni-ki le miró expectante. ¿Por qué tenía que ser tan idiota? ¿Qué pasaba si le respondía que sí estaba enamorado de alguien y ese alguien no era él? No había pensado a profundidad en la posibilidad de no ser correspondido, aunque esa idea siempre había estado en su mente.

—Supongo que lo estuve hace mucho tiempo.— finalmente respondió. —Pero no llegó a mucho.

Ni-ki casi suspira aliviado. Lo que le quería decir era que estuvo enamorado antes pero ahora ya no más. Eso le hacía ilusionarse a un 100000%.

—¿Por qué preguntas?— inquirió levantando una de sus cejas levemente.

—Porque me gustas.— soltó sin pensar.

Jungwon abrió de más sus ojos y fue ahí cuándo el menor cayó en cuenta de lo que había dicho.

—... ¡Sssaber de las personas!— rió exageradamente. Sentándose en su cama. —¡Me gusta saber de las personas!

—Ah...— la decepción en su voz pasó completamente desapercibida por Ni-ki, quién estaba más concentrado en reprenderse mentalmente. —Eres curioso, ya veo.

—Muy sapo diría yo. ¡No puedo mantener mi bocota cerrada!— tenía ganas de golpearse a sí mismo. Estuvo cerca de joder su amistad con Jungwon.

—JAJAJA claro. Oye... ¿te parece si hablamos después? Mi... gato se muere de hambre. ¡Adiós!— sin más cortó la llamada.

Ni-ki frunció el ceño.

¿Jungwon tenía un gato?

Yeonjun esperaba pacientemente a Soobin en la recepción del hospital con una bolsa de comida para ambos. Hacía mucho que no comían juntos.

Sus trabajos consumían demasiado tiempo.
Tanto que a veces ni siquiera podían verse por una semana entera. O a veces... ni siquiera llegaban a dormir juntos. ¿Pero qué podía esperarse de un doctor y un vice-CEO?

Vió a Soobin correr hasta llegar frente a él. Traía el cabello desordenado y de su frente caían un par de gotas. Yeonjun inmediatamente limpió a su esposo con la manga de su saco, notando cómo Soobin respiraba con irregularidad.

—¿Estás bien?— preguntó preocupado, pero para su sorpresa el contrario sonrió. Un pequeño hoyuelo apareció en su mejilla.

—Perdón por venir hasta ahora. Hubo una emergencia y...

—No te preocupes.— también sonrió. —No es tu culpa. Las personas te necesitan. Ese es tu trabajo.

—Aún así me siento mal por siempre abandonarte...

A diferencia de la imagen del gracioso, raro y tierno doctor que los demás tenían sobre él, lo único que pudo ver Yeonjun ahora era un triste y cansado Choi Soobin frente a él. Sabía que se sentía culpable, pero lejos de sus deseos ambos tenían que pensar en el bienestar de las personas. Soobin era el principal en primeros auxilios. No sólo era un médico general increíble, también era un excelente cardiólogo y eso le permitió recibir el reconocimiento que tenía ahora. Yeonjun tenía que pensar que la vida de alguien podía estar en riesgo si le quitaba al menos un segundo de su tiempo a Soobin.

Era triste, pero así eran las cosas.

—Hey, no pienses eso, ¿de acuerdo?— le sonrió reconfortante y acarició la parte trasera de su cabeza. —Ahora tenemos un poco de tiempo para comer, ¿no?

Soobin no se sintió nada bien, pero aún así asintió sabiendo que la mayoría de los enfermeros se encontraban afuera del hospital almorzando y algunos otros aún se encontraban en el lugar pero era su hora de descanso.

Ambos se sentaron en las sillas de espera. El mayor comenzó sacando toda la comida china que había comprado anteriormente. El estómago de Soobin comenzó a rugir y lamió sus labios mientras sus ojos miraban con atención cada comida. Yeonjun sonrió enternecido y sacó los chopsticks de la bolsa. Los separó y le pasó un par a Soobin.

—Gracias por la comida.— dijo con una sonrisa.

Yeonjun imitó su acción. —Disfruta.

Soobin metió a su boca el primer bocado, cerrando sus ojos mientras disfrutaba del sabor. Hacía mucho que no comía tan tranquilamente. Por lo general su estómago se llenaba con tan sólo ingerir a la rápida unos bocados de comida que encargaba a alguno de sus compañeros que almorzaban afuera.

—¿Te gusta?

Volvió a sonreír. —Es delicioso.

Yeonjun tomó con sus palillos uno de los dumplings y los llevó a la boca de su esposo. Soobin aceptó gustoso el gesto y arrugó sus nariz mientras masticaba.

—¡Doctor Choi!— una de las enfermeras llegó corriendo a su lado. Ambos sabían lo que eso significaba, así que no hicieron ningún esfuerzo por ocultar su descontento. —Un paciente ha sido ingresado a emergencias.

—Ve.— dijo Yeonjun. —No tardes.

—Pero...— se levantó lentamente de su lugar. Por primera vez dudando en si debía realmente atender a un paciente en grave estado.

—No te preocupes, ve.— sonrió, tratando de convencer al contrario con esa acción. —La comida no se irá a ningún lado. Necesitas ir.

—Doctor...— repitió la enfermera.

Soobin la miró por unos cortos segundos. Estaba cansado de seguir así. No le parecía justo para Yeonjun tener que esperar tanto sólo para verlo por cortos segundos, a él, quién se suponía que era su pareja para toda la vida.

Avanzó unos cuántos pasos con lentitud. Sus ojos cristalizándose al recordar todas las cosas que había hecho Yeonjun por él, y cómo todo se redujo a esto. A otra despedida más.

—Te amo...— susurró solo para los dos. Dejó un corto beso sobre los labios de Yeon, quién hizo su mayor esfuerzo para dejarlo ir de nuevo.

—Anda. Tal vez te vea después.— dijo contra sus labios.

Soobin finalmente se separó y le dirigió una última mirada de pena. Se sentía horrible. Esto no era lo que él quería. Quería ser doctor, pero no así. No dejando de lado a la única persona que lo había apoyado.

Yeonjun lo vió correr entre los pasillos. Listo para salvar otra vida. Para darle esperanza a otra familia.

Suspiró una vez no lo miró más. Guardó toda la comida en sus empaques y dejó la bolsa sobre el escritorio que usaba la recepcionista. Estuvo a punto de irse sin más hasta que notó que sobre la mesa había un paquete de post-it.

Se adentró al escritorio y tomó un marcador, luego escribió algo sobre la nota y finalmente la arrancó para dejarla sobre la comida.

Salió del lugar y sacó su celular para ver la hora. De todas maneras había perdido el apetito y no tenía nada más que hacer, así que volvería a LHS y se haría cargo de algunas cosas en las que su mejor amigo necesitaba ayuda.

Se preguntaba cómo estarían Jaeyun y Heeseung en este momento. Lee parecía realmente emocionado por ese viaje a Jeju y por pasar tiempo a solas con Jake, lejos de esta ciudad, lejos de su trabajo, lejos de las personas que le habían hecho daño. Solamente eran ellos dos. Juntos.

Estaba feliz por su amigo, el más que nadie sabía lo mucho que había sufrido y todo lo que había tenido que pasar. Estaba sinceramente feliz por él. Por haber recuperado la felicidad, por volver a estar con Jaeyun después de mucho tiempo.

El también deseaba lo mismo. Pero era realista, y sabía que eso no podía ser posible para ellos.

Sólo le quedaba esperar a Soobin en el espacio vacío a su lado en la cama. Tal vez así podían pasar unas cuantas horas juntos, aunque ni siquiera las sintieran pasar.

—Ya te lo dije Felix, no puedes ir conmigo.

—Pero tu manager dijo-

—Sé lo que mi manager dijo.— se dió la vuelta encarándole. —El sólo quiere usar tu belleza para su beneficio. No lo escuches.

Felix cruzó sus brazos sobre su pecho. —¿No será que quieres toda la atención para tí?

Hyunjin suspiró. —Yo no soy así. Es sólo que...

—Es sólo que nada. Me hiciste viajar hasta aquí cuándo pude quedarme en casa o ir a la de Jake porque Heeseung dijo que necesitaba que alguien cuidara de Ni-ki. ¡Tu manager ya le avisó a tus fanáticos que irías acompañado de alguien, no entiendo de qué te preocupas!

Hwang se acercó e hizo una señal de silencio para Felix. No quería que nadie los escuchara, estaban a tan sólo pasos de salir al desfile de una marca famosa. Cientos de cámaras esperándolo.

O esperándoles...

—¿Es porque te preocupa que descubran nuestra relación, cierto?— le miró dolido. Hyunjin se sintió mal por lastimar a Lix de esa forma. —Para ellos eres un Dios, y yo un simple "trabajador" tuyo que cometió el estupido error de subir una foto junto a tí. Si manager me dijo que te acompañara, es para demostrar que no soy nada tuyo, y que tú no eres gay. ¿Quieres que nadie sospeche de nosotros? Pues entonces sal por esa puerta y finge que nada te importa, tal cómo lo haces siempre.

—Lix, cálmate, no es sobre eso, yo sólo...

—Estás en medio de un rumor de citas con una chica, absolutamente nadie allá afuera creerá que tienes algo conmigo. No seas el marica que tanto crees que eres y posa para las cámaras. Prometo no volver a acompañarte a uno de estos eventos.

Hyunjin sabía que Felix estaba molesto. No era lindo salir con alguien que aún no estaba seguro de su sexualidad, y eso él lo sabía bien. Pero aunque le gustaría salir al mundo tomado de las manos junto a Felix, sabía que esta sociedad no se lo permitiría. Heeseung y Jake, los amigos de Felix, eran el claro ejemplo de esto.

Pronto Hwang se encontraba saludando a los fanaticos que lo esperaban afuera del lugar. Sonreía fingiendo que todo estaba bien, y que la persona que venía detrás suyo cómo si fuera un staff que trabajaba para él no era en realidad quién le robaba suspiros. Quién le había enseñado a amar. Quién aguantaba sus estupideces y se complacía con lo mínimo. Quién iluminaba sus días cómo si fuera el mismísimo sol.

Felix acompañó a Hyunjin y su staff hasta entrar al lugar donde se llevaría a cabo el desfile en el cuál Hwang modelaría una nueva línea de ropa. Vió a las personas que se acercaban para saludarle. Otras celebridades cómo él, igual de atractivos que él.

Felix de repente sintió náuseas. Odiaba estar en lugares así, lleno de personas que no conocía. Se dirigió al baño más cercano sabiendo bien que a Hyunjin no le importaba dónde estaba en este momento. No cuándo tiene cosas más importantes qué hacer.

Se paró frente al espejo del lavamanos y vió cómo las lágrimas comenzaban a brotar sobre sus ojos. El maquillaje que traía puesto tapaba sus pecas y lo odiaba. Odiaba tener que esconder quién era. Odiaba tener que aparentar ser alguien más, especialmente porque no le importaba lo que los demás opinaran de él.

Quería tener a Jake o Chan cerca. Quería tener a alguien que lo abrazara en este momento, y eso lo hacía sentir ridículo. Era un adulto, no debía necesitar a nadie más. No debía llorar por estupideces cómo estas. Si tan solo... si tan solo...

—Si tan solo Hyunjin no tuviera miedo de amarme.— susurró permitiéndose llorar un poco más.

Sabía que no merecía esto. Le había gritado tantas veces a Jake en el pasado que debía valorarse a sí mismo, que no fuera un idiota y que no dejara que sus ojos lloraran por un hombre que no lo valía. Pero ahí estaba él. Aferrándose a alguien que aún no estaba listo.

Apreciaba mucho a sus amigos, en especial a Jake con quién había pasado todos los años de universidad y hasta habían trabajado juntos; prácticamente lo quería cómo su hermano menor. Pero no podía evitar sentirse algo celoso de él.

Porque al menos Jake ahora tenía a alguien que no sentía miedo por lo que han de pensar los demás sobre su relación. Y aunque en el pasado había creído que era así, resultaba que todo era una mentira. Heeseung lo amaba tanto cómo Jake lo hacía. Ambos se correspondían. Y ni siquiera les importaba lo que tenían que opinar las personas sobre su relación.

¿Tan difícil era tener a alguien así?

¿Tan difícil era que alguien lo amara?

Limpió sus lágrimas con la palma de sus manos. Tomó un poco de papel y limpió el maquillaje sobre sus pecas, dejándolas expuestas.

Sonrió al recordar lo que había dicho Ni-ki la primera vez que se conocieron.

" ¿También tienes pecas? Yo solía tener de pequeño pero se me fueron quitando con el tiempo, aunque muchas personas creen que las tapo con maquillaje pero no es cierto, ¡así es mi piel! ".

Ese niño... habría preferido mil veces cuidarlo mientras Heeseung y Jake no estaban antes que ir hasta Francia sólo para recordarse su propia miseria. Ni siquiera sabe por qué aceptó la invitación.

Botó el papel y lavó sus manos antes de mirarse nuevamente al espejo y suspirar. Sonrió para sí mismo, siendo su propio soporte.

Volvería a ser el mismo Felix extrovertido, gracioso y pervertido de siempre.

Soobin miró la hora en su celular.

Eran las 12:37 de la madrugada.

Soltó un bostezo y sacó las llaves de su casa para abrir la cerradura de la puerta. Estaba exhausto, no iba a mentir, pero lo que más lo abrumaba en este momento era el sentimiento de culpa.

Había salvado la vida de alguien y aunque estaba muy orgulloso de eso, también se sentía terrible por haber visto a su esposo por tan sólo unos minutos. Ahora entraría a la casa, encontrándolo dormido de nuevo para luego volver a sus respectivas responsabilidades.

Dejó sus zapatos a un lado de la puerta y se quitó su bata para ubicarla en el cesto de lavandería. Antes de arrojarla por completo sacó de una de las bolsas la nota que había dejado Yeonjun sobre la comida. Sonrió con tristeza leyendo sus palabras una y otra vez.

"Come cuándo tengas tiempo.
Aunque no lo hagas conmigo, su salud
es la más importante en este hospital,
Dr. Choi. Coma saludable porfavor.

Olvídate de todo lo malo.
Contaré los minutos hasta volverte
a ver.

Te amo ♥︎."

Sus primeras intenciones eran dirigirse a la cocina para cenar rápido unos fideos, luego ducharse y finalmente irse a acostar. Pero por nada del mundo se esperó lo que vió a continuación.

Yeonjun dormía sobre la mesa de su comedor, el cuál estaba decorado con un bonito mantel y sobre él habían muchos platos de comida. En el centro había un ramo de rosas que hizo a su corazón latir con fuerza.

—Yeyo...— sacudió levemente su brazo sacándolo del mundo de los sueños.

—¿Estás aquí?— frotó sus ojos con un pequeño puchero en sus labios. —¿O estoy soñando?

Soobin rió. —Estoy aquí. ¿Qué es todo esto?

Yeonjun pareció avivarse completamente ante esa pregunta y se apresuró a levantarse produciéndole un poco de mareos. Hizo que Soobin se sentara, y posteriormente aclaró su garganta.

—Sé que últimamente es muy difícil que nos veamos, así que estoy dispuesto a sacrificar mis horas de sueño por tí con tal de hacerte feliz por lo menos durante estos cortos minutos. Si es todo el tiempo que tenemos, entonces lo tomaré con gusto.

Soobin rió enternecido. Tomó la mano que su esposo posaba sobre su hombro y vió al mayor agacharse para dejar un beso sobre su frente.

—Perdón por todo esto...— dijo una vez Yeonjun se había sentado frente a él. —Sé que es principalmente mi culpa, pero también sé que no puedo simplemente descuidar mi trabajo... es mucha responsabilidad sobre mí y no sé qué hacer en este momento. Te extraño mucho... y desearía que hubiera una forma de que salgamos cómo antes, veamos películas o por lo menos pasemos tiempo juntos pero entonces recuerdo a mi padre y todas las veces que llegaba tarde por culpa del trabaj-

—Soobin... descuida, ¿sí?— apretó el agarre en su mano, transmitiéndole tranquilidad al menor. —No te culpo y tú tampoco deberías hacerlo. Las personas te necesitan y yo me sentiré bien sabiendo que si no pasamos tiempo juntos es porque estás haciendo algo correcto. Tal vez ellos no aprecien tus esfuerzos... pero yo si lo hago. Tú trabajo es increíble, pero más lo eres tú.

Soobin sonrió tímidamente. Esto era lo que lo había hecho enamorarse profundamente de Yeonjun, el cómo era capaz de calmar su corazón en los momentos más difíciles. Se sentía realmente afortunado de tenerlo en su vida. De poder decir que la persona frente a él en este momento era su amado esposo, el único al que amaría hasta el final.

—Te amo, Choi Yeonjun.— confesó con un leve sonrojo.

—Te amo, Choi Soobin.— besó su mano delicadamente y le sonrió con dulzura. —Y no importa que pase, yo siempre lo haré.

Las sonrisas en sus rostros era todo lo que se necesitaba para no pensar en rendirse. Ambos sabían bien que su felicidad sólo la encontrarían al estar juntos.

Aunque fuera por un tiempo limitado.

Felix cerraba con fuerza sus ojos tratando de dormir. No quería tener que lidiar con un Hwang Hyunjin que pronto regresaría de su cena con quién sabe que otras celebridades. Prefería despertar al día siguiente y evitarlo en todo el viaje de regreso a casa. Por lo menos hasta que se sintiera listo de volver a lastimar su propio corazón.

La puerta de la habitación se abrió. Sabía que Hyunjin tenía su propia habitación, porque después de todo nadie podía saber que ambos eran pareja, así que no entendió por qué debía venir hasta la suya para dormir.

—Lix.— dijo sentándose en la cama. Felix no le hizo caso y fingió descansar. —Lixie, mírame. Sé que estás despierto.

—Si volteo será para patearte la cara, así que estás advertido.— respondió.

—Entonces hazlo.

Felix volteó e intentó golpear al mayor con una almohada, quién se hizo a un lado para esquivarla. Se apoyó sobre su brazo y le miró con intensidad. Felix no quería que hiciera eso. Significaba que estaba perdido.

—¿No es demasiado tarde? Vete a dormir.— dijo totalmente serio.

—Déjame llevarte a un lugar.— ofreció yendo directamente al grano. —Déjame disculparme contigo adecuadamente.

—No debes disculparte por nada.— se escondió debajo de las sábanas. —Olvida lo de antes. No lo decía en serio.

—Lixie.— volvió a llamar. Tomó el borde la sábana y la bajó hasta dejar la vista ese hermoso par de ojos. —Déjame hacerlo.

Felix no tuvo más opción que aceptar. Honestamente no tenía ganas de hacer nada más que dormir, así que una vez regresaran de quién sabe dónde, dejaría a Hyunjin fuera de su habitación y dormiría hasta que se hiciera de mañana. Tal vez en sus sueños Hyunjin lo ame tanto cómo él.

Se puso su abrigo y ambos salieron hasta el lobby. Felix sabía que era muy tarde para salir del lugar, era muy peligroso y más para alguien así de importante cómo Hyunjin. Si algo les pasaba sería todo un problema.

—¿Adónde vamos?— preguntó una vez caminaban por las calles. Sus manos estaban heladas así que las frotó entre sí buscando calor. Hyunjin al ver esto tomó una de las manos del más bajo y la metió entrelazada con la suya dentro de una de las bolsas de su chaqueta.

—Nos hospedamos cerca del lugar más romántico del mundo.— respondió. —Y no podemos simplemente irnos de aquí sin antes ir.

—La Torre Eiffel está muy sobrevalorada.— dijo totalmente amargado.

Hyunjin rodó sus ojos. —Una vez la veas, no querrás irte de ahí.

[...]

—¡HWANG HYUNJIN PORFAVOR QUEDÉMONOS AQUÍ PARA SIEMPRE! ¡PONGAMOS UNA CASA AQUÍ DEBAJO PORFAVOOOOR! ¡NADIE LA NOTARÁ!— sacudió el cuerpo de su novio con fuerza. Hyunjin reía divertido. Era típico de Felix criticar las cosas y luego amarlas.

—¿Lo ves? Sabía que te gustaría.

—¿Es que así quién no?— se alejó del cuerpo ajeno y admiró la estructura embelesado.

—Lixie...

—No, Hyunjin, ya te dije que no es necesario que te disculpes.— volteó hacia su pareja, notando el arrepentimiento en sus ojos.

—Pero yo...— acortó la distancia entre ellos nuevamente. —Lo siento mucho, Felix. Lo siento porque sé que mereces a alguien mejor que yo, pero soy tan egoísta que no puedo dejarte ir. Nunca sentí que necesitara a alguien... siempre fui yo contra el mundo, solamente pensaba en mí, buscaba mi propia felicidad. Pero luego tú... llegaste. Me buscaste y te acercaste a mí. Nunca me había gustado un hombre, así que no sabía cómo sentirme o qué hacer. Incluso ahora sigo siendo un pendejo y hago cosas que no mereces, así que... si tu ya no quieres sufrir por mi culpa, o ya te cansaste de mí, puedes... decírmelo. Ahora. Termina conmigo.

Felix parpadeó incrédulo. ¿De dónde había sacado que quería terminar con él? ¡Era el quién pensaba que Hyunjin lo haría!

—Yo no... ¡yo no me he cansado de tí, idiota!— aunque lo había evitado, ahí se encontraba llorando de nuevo. —Maldita sea, Hyunjin, no quiero perderte. Quiero que me ames.

Hwang abrazó al menor con fuerza. Lo escuchaba llorar y quería golpearse. Aún cuándo se había disculpado seguía lastimándolo.

—Yo te amo Felix...— dijo contra su oído. —Y lo siento si te hecho pensar que no es así. Pero yo... soy un idiota y aún no me siento listo para mostrárselo al mundo. No quiero perderte... pero tampoco quiero seguir lastimándote. No mereces esto. Mereces estar con alguien que no sienta dudas.

—Sabes que odio que me digan qué hacer. ¿Cómo puedo ser novio tuyo y simplemente dejarte cuándo te sientes inseguro? ¡Ahora es cuándo más me necesitas!— se alejó por completo para ver bien su rostro. —Mierda, te odio. Me quedaré contigo hasta que te sientas seguro, ¡porque eso es lo que debo hacer!

Hyunjin sonrió con tristeza. Por ahora de lo que estaba 100% seguro era que amaba a Felix más que a nada del mundo. Lo que le resultaba difícil era ver lo que los demás pensaran sobre ellos. Era un modelo, una persona que buscaba atención por naturaleza. Alguien que se preocupaba demasiado por la opinión ajena porque sólo así sabría en qué mejorar. Era algo tonto, pero esa era su mayor preocupación.

—Lo siento, Felix.

—Deja de disculparte, Hyunjin, te golpearé en serio.

Hyunjin volvió a sonreír. —Gracias por quedarte.

Felix se acercó nuevamente, esta vez para besar los labios de su novio con delicadeza, cómo si sus acciones fueran más tiernas que sus palabras, lo cuál realmente era así.

—No hay otro lugar al que pertenezca.— dijo contra sus labios.

Hyunjin cerró sus ojos y pegó sus frentes, deseando que este momento durara para siempre.

—¿Me dejas dormir contigo hoy?— preguntó contra sus labios.

—¿Por qué crees que no tranqué la puerta antes de que llegaras?— sonrió.

Hyunjin frunció el ceño. —¿Esperabas a qué llegara?

Felix lo pensó un poco. —No quería verte, pero quería que llegaras. ¿Tiene eso algún sentido?

—No.— ambos rieron. —Pero lo entiendo.

Deseaba poder pararse algún día frente a todos y anunciar a Lee Felix cómo la persona con la que pasaría el resto sus días. Deseaba ser valiente. Y ver al menor así de cerca suyo, con el frío de la noche golpeando sus cuerpos y la torre eiffel sobre ellos, le hizo sentir que lo valía.

Que ganaría aún más teniendo a Felix a su lado que todo lo que perdería cuándo pasara.

Ni-ki suspiró al ver que el mayor realmente había colgado la videollamada. Estúpida boca, seguramente lo había incomodado. Se acomodó mejor en su cama y entró a la aplicación de mensajes, buscando la manera de arreglar las cosas.

Esperó unos cuántos segundos. La respuesta del mayor llegó más rápido de lo que creyó.

Ni-ki golpeó su frente contra una de sus manos. Así no era cómo debía decirlo, y ahora no había forma de borrarlo porque Jungwon ya había leído el mensaje.

Ni-ki era el circo completo.

Entre más leía sus propios mensajes más raro le parecía. Se suponía que iba a arreglar las cosas, ¿por qué le pedía una foto suya de la nada?

Mentiroso.

Eso es lo que Ni-ki era. Un completo mentiroso.

Se había fijado en todo excepto en el color de la camisa de Jungwon.

¿Pero es que cómo hacerlo? Con esa carita, esos ojos, esos labios, esa brillante piel...

—Estoy jodido.— dijo cerrando sus ojos. —Mierda, estoy muy, muy, muy jodido.

Dió vueltas sobre su cama mientras se lamentaba por enamorarse de su mejor amigo. ¿Ahora cómo se lo decía? ¿Cómo podía verlo igual? Y peor aún... ¿cómo se lo contaba a sus padres? Su papá los shipeaba desde el primer día, lo más probable es que lo humille aún más frente a Jungwon y lo exponga todito. Por otro lado Jake podía llegar a entenderlo, pero lo que menos quería era a alguien que lo animara a seguir su corazón, porque de hacerlo, se volvería completamente loco.

Sus manos comenzaron a moverse solas. Tomaron su celular y admiró nuevamente la foto. Jungwon era realmente hermoso, es por mucho la persona más bonita que había visto. Nunca se había sentido así por alguien antes. Su corazón latía cómo loco. ¿Por qué estaba así?

—No te la creo...— sonrió incrédulo al notar lo que había hecho inconscientemente o no.

—Definitivamente estoy jodido.

🌷; hice este especial de las parejas secundarias porque #1 ya hacía falta wonki y adms hubo alguien que pidió un capítulo del yeonbin creo así que aquí está. y #2 porque estos personajes han ayudado mucho en que el fic sea divertido, los he visto reírse mucho por soo, yeon y felix especialmente pero quería mostrarles que ellos tmb tienen sus problemitas y no todo es risas, pero aún así cuándo hee y jake los necesitaron ellos estuvieron ahí dando su apoyo 🥹

no sé si a alguien le interese seguir con sus historias lol (yeonbin y hyunlix) porque yo no planeo subir más pero ellos si seguirán saliendo en el fic y se mencionará su relación. doy permiso de usar a mis personajes por si hay alguien que quiere seguir las historias pero primero es necesario hablarlo 👍

gracias por leer 🤍

Rin.

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