#039
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contenido +18 / smut.
El viaje fue demasiado corto, y cuándo menos lo esperaron ya se encontraban en Jeju. El menor admiraba el paisaje desde dentro del auto que rentó Heeseung. Sus ojos miraban todo con atención, y de repente extrañó las playas en Australia que solía visitar de niño. Aunque antes había vuelto a su país, realmente fueron pocas las veces que se permitió disfrutar de su tiempo libre e ir junto a Lix y Chan.
El mayor aparcó el auto fuera de la casa que también rentó por un día. Era algo grande y sus paredes eran de vidrio, por lo que podían admirar el paisaje de afuera si así lo querían con tan sólo remover las cortinas.
—¿Trajiste cosas para ambos?— preguntó Jake curioso una vez se adentraron a la casa. Se lanzó sobre el largo sofá y luego sintió el peso de Heeseung sobre él. —¡Ah! ¡Apártate!
—Sí y no.— respondió mientras se estiraba más sobre él. Su espalda estaba sobre el pecho de Jaeyun.
—¿Cuál es sí y cuál es no?— preguntó con dificultad.
—Si traje cosas para ambos y no me levantaré de aquí.
—¿Qué... trajiste?
Heeseung rió al ver que Jake no podía soportar más su peso. Se levantó y en cambio optó por sentarse a su lado. Atrajo la maleta hacia sí y la abrió en el suelo para mostrarle lo que había llevado.
—Tengo pijamas... aunque realmente no las necesitaremos.— sintió un golpe en su brazo. —Ropa interior... aunque realmente no las necesita-
—Deja de decir eso.— advirtió.
Heeseung sonrió y siguió con lo suyo. —Ropa de playa que te prestaré porque me dí cuenta que no tenías...— su dedo pinchó la cabeza de Shim sacándole un quejido. —Más ropa, cepillos de dientes, desodorantes, perfumes y esto...— mostró un paquete de pastillas que Jake no dudó en arrebatar.
—¿D-de dónde sacaste esto?— preguntó nervioso, haciendo un vago intento por ocultar las pastillas.
—Las encontré en el baño.— respondió calmado.
—Me alegra saber que te estás cuidando.
Jake no le había dicho a Heeseung que estaba tomando anticonceptivos porque realmente no sabía cómo se lo tomaría. En el pasado lo habían hecho y no tenían ni idea de cómo ponerse bien un puto condón. Creyó que Heeseung se molestaría si se daba cuenta que estaba evitando tener un hijo suyo ahora.
—Tú... no pareces molesto.— dijo algo sorprendido.
Heeseung sonrió y se acercó más a su lado. —¿Por qué lo estaría? ¿Por tener control sobre tu cuerpo?.— dejó un corto beso sobre su cabello y luego volvió a sonreírle. —Por más que desee hacer nuestra familia más grande... mi respeto hacia tí está por encima de todo. En el pasado tú no lo sabías y estábamos emocionados por ser padres, pero ahora sabes cómo evitarlo y si eso es lo que quieres... ¿qué clase de esposo sería si no respetara eso?
Jake sonrió y recostó su cabeza sobre el pecho del mayor para abrazarlo rodeando su cintura. Escuchó los latidos de su corazón, tan desenfrenados cómo los suyos.
—Gracias...— susurró, su voz siendo amortiguada por la tela de la camisa del más alto. —¿Pero sí sabes que no son del todo seguras, verdad?
Heeseung rió y pasó un brazo sobre la pequeña cintura de Jake. —Espero que algún día no hagan efecto y terminemos dándole una hermana a Riki.
Jake rió. —¿En serio estás apostando por eso?— levantó su rostro y entrecerró sus ojos. —La última vez acertaste.
—Se notaba que Riki era un niño. No te dejaba tranquilo.
—Eso no tiene nada que ver pero bueno.— se levantó del sofá y le dió la espalda a Heeseung dirigiéndose a la cocina. —¿Qué comeremos? Muero de hambre.
Heeseung por primera vez decidió dejar los comentarios pervertidos de lado e imitó la acción del más bajo mientras respondía. —De hecho, alguien vendrá a dejarnos el almuerzo.
—¿Sabías que ser tu pareja se siente cómo si viviera cómo un rey?— preguntó con una sonrisa.
—Eres el rey de mi corazón.— respondió. Jake hizo una mueca cómo si estuviera temblando. —¿Qué pasa?
—Cursi.— se burló. —Pero así te amo.
—Y yo amo que me ames.— se fue acercando hasta hacerlo chocar contra la isla a sus espaldas. Sonrió de lado y llevó su mano hasta su mejilla, acariciandola con su pulgar, cubriéndola completamente con sólo el tamaño.
Fue bajando su rostro hasta rozar sus labios por conpleto. Besó lentamente, llevando el acto a un nivel más alto en cada segundo que pasaba. Shim no se quedó atrás y posó sus manos en la parte trasera del cuello del más alto, intentando atraerlo más cerca a medida que el tiempo pasaba. Sintió las manos de Heeseung bajar hasta su cintura, luego fueron bajando lentamente acariciando su piel aún cubierta por su ropa hasta llegar a su trasero.
—A-ah..—un jadeó involuntario salió de sus labios al sentir las fuertes manos de Lee en su espalda baja, pero antes de que pudiera hacer algo más, sintió cómo fue levantado con facilidad hasta caer sentado sobre la isla.
Se tomaron unos segundos para respirar, y entonces volvieron a juntar sus labios en un beso salvaje. Heeseung se deshizo de la chaqueta de Jake y metió sus manos por debajo de su camiseta. Shim sintió los dedos de Heeseung hacer contacto con cada parte de su piel, mandándole corrientes eléctricas por todo el cuerpo. Tembló en su lugar y envolvió sus piernas al rededor de la cintura del más alto, quién sonrió en medio del beso al notar la acción.
—Hee...— pidió Jake, y honestamente ni el mismo sabía a qué se refería.
—¿Sí, mi amor?— sus besos ahora viajaron a la piel de su cuello, dónde se encargó de dejar húmedos besos. Jake no podía responder, no cuándo le estaba haciendo sentir así.
Lo siguiente que hizo Lee fue levantar por completo la camiseta de Jake y lanzarla a un lado. Admiró su torso desnudo, aunque fuera solamente la mitad de su cuerpo se veía tan jodidamente caliente. Sus labios volvieron a su cuello, y luego fueron viajando hasta el blanquecino pecho del más bajo quién siguió jadeando mientras aruñaba los hombros aún cubiertos de Heeseung. Lamió y chupó uno de sus pezones con fuerza, y fue ahí cuándo el primer gemido de Jake salió de sus labios.
—D-dios...— cerró sus ojos y lanzó su cabeza hacia atrás. Sentía que estaba en el puto cielo con sólo sentir la lengua de Lee en su piel.
Heeseung siguió haciendo lo mismo con su otro pezón, y luego volvió al mismo repitiendo el mismo procedimiento una y otra vez, así hasta notar las leves marcas en la piel de Jake y entonces volvió a buscar sus labios con desesperación. El menor mordió el labio inferior de Lee sacándole un pequeño quejido, pero no interrumpió la acción y al contrario se excitó más incitándolo a ladear su cabeza con tal de sentir más cerca a Jake.
Volvieron a separarse por falta de aire, y el menor sonrió al notar los labios hinchados de Heeseung. Probablemente los suyos se encontraban peor.
—Terminemos esto después, ¿de acuerdo?— dijo mientras su pecho subía y bajaba rápidamente. —En serio muero de hambre.
—Puedes comerme.— respondió el mayor. Sabía que Jake iba a golpearlo así que se hizo hacia atrás y comenzó a reír. —De acuerdo, de acuerdo. Llamaré al restaurante.
Jake sonrió y tomó la camiseta a su lado para volver a vestirse. Primero quería disfrutar de la playa y luego le devolvería el favor a Heeseung.
—Maldito sol, te odio tanto.— espetó Lee molesto mientras subía el gorro de su suéter.
Jake rió al ver la escena del mayor. —Lindo outfit de playa, Ethan.— se burló.
El mayor andaba puesta una sudadera de color azul claro junto a unos pantalones de mezclilla. Traía las manos metidas en el bolsillo de su suéter y el gorro puesto para tapar su cabeza en un intento de no tomar sol. Lo odiaba, lo odiaba mucho.
—¿Te burlas de mí?— le miró ofendido. —Lástima que no puedo hacer lo mismo. Tú te ves bien.
Jake por otro lado traía puesto una camiseta blanca sin mangas por debajo de una camisa playera de botones con algunos diseños tropicales, unos shorts, sandalias y hasta un par de lentes que compró por ahí.
A Heeseung le gustaba esa vista.
—Lo sé.— sonrió en grande. —Estoy bromeando. Si quieres puedes quedarte en la sombra, yo iré por ahí-
—No.— cortó sus palabras y sacudió uno de sus pies para alejar la arena de sus tenis. —Estaré contigo en todo momento a menos que me quieras lejos. Puedes entrar al agua si quieres, estoy bien aquí.
—Pero no te gusta el sol.— hizo un pequeño puchero tratando de hacerle razonar.
—Ni la arena. Ni el agua. Ni las personas.— dijo Heeseung.
—Ni que estuviéramos en una playa, ¿verdad?— rodó sus ojos. —¿Y si compras algo para comer o tomar? ¿Una fruta... cerveza? ¿Qué quieres? Déjame pagarlo.
El mayor sonrió al ver el claro esfuerzo que hacía Jake por hacerle sentir cómodo. Se dejaría consentir, claro que sí.
—No quiero comer nada pero... hay algo que podemos hacer juntos.— sonrió.
Jake le dedicó una mirada confusa antes de sentir cómo era jalado hasta la orilla del mar. Por un momento pensó que Heeseung lo arrojaría al agua y posteriormente saldría corriendo, pero vió cómo llamaba a un señor que justo venía saliendo del mar empujando lo que parecía ser una moto de agua.
—¿Creí que dijiste que odiabas el agua?
—No me gusta mojarme, pero me gusta divertirme.— volvió a sonreír.
Vió cómo el mayor se soltaba de su agarre y se dirigía hasta dónde estaba el hombre que alquilaba la moto. Miró cómo Heeseung le pasaba unos billetes que traía en el bolsillo ya que no había sacado su billetera del auto por precaución y posteriormente el hombre volvió a empujar la moto al sentido contrario hasta llevarlo a una distancia más lejana de la orilla.
Heeseung corrió y llegó a su lado nuevamente. Jake dejó de respirar en cuánto vió cómo el mayor se sacaba la sudadera y dejaba su torso desnudo a la vista de todos.
—Oh my god.— se le salió. Tapó su boca con ambas manos pero era muy tarde, Heeseung ya se estaba burlando de él.
—Nada que no hayas visto antes.— le guiñó el ojo.
—No me digas que también te sacarás el panta- oh Dios mío.— se dió la vuelta cerrando sus ojos, creyendo que el mayor traía debajo solamente su ropa interior. Lo cuál era totalmente ilógico considerando que ya lo había visto desnudo unas cuántas veces.
Heeseung se carcajeó tan fuerte cómo pudo y bajó por completo su pantalón hasta que llegara a sus tobillos. Jake al ver que ninguna de las personas presentes gritaba de pánico por el gran... llamémosle torre eiffel de Heeseung, decidió voltear hacia su pareja y notó cómo este traía unos shorts debajo de su pantalón todo este tiempo.
—Jajajaja.— comenzó a reír nervioso. —Uff... de la que nos salvamos.
—¿Qué harías si no trajera nada debajo?— preguntó atrevido.
—Te mataría por hacerme pasar vergüenza y después te reviviría para recordarte todas las veces que te dije que trajeras ropa de repuesto y entonces te volvería a matar por no hacerme caso.
Heeseung sonrió inocente. —Qué bueno que no sucedió. — Jake también le sonrió sarcásticamente. Cualquiera creería que se estaban coqueteando y no que uno (Jake) quería castrar al otro (Heeseung).
El mayor se sacó los zapatos y los calcetines. Dejó su ropa tirada a un lado en la arena y rezó a todos los dioses posible por qué no le robaran nada, aunque realmente no llevara cosas de valor.
—El que llegue de último será un huevo podrido.— dijo Lee antes de salir corriendo hacia el mar, dejando a Jake parado en medio de la nada.
—¡Espera!— se sacó las sandalias y también corrió intentando alcanzar a Heeseung con una sonrisa en su rostro. —Tonto.
Heeseung apretaba más su agarre en la cintura de Jake, sacándole un pequeño susto al menor quién tuvo que esforzarse por fingir que nada pasaba mientras el señor de la moto les explicaba cómo usarla. Había sido mala idea ser el que conducía. Ahora se daba cuenta de que Heeseung sólo lo había propuesto para estar detrás suyo y ponerlo nervioso.
—Cuándo terminen de usarla deténganse a un lado de aquel mirador.— señaló un pequeño lugar de madera y rocas sobre el mar estando un poco lejos de ellos, hacia la izquierda. —Para no lastimar a nadie y porque tampoco es necesario traerla hasta la orilla, ¿de acuerdo?— siguió explicando.
—Sí.— respondió Jake sintiéndose ahora nervioso. ¿Y si atropellaba a alguien? ¿Y si los ahogaba? ¿Y si salía un tiburón y se los comía? Dios, estaba aterrado.
—Let's go.— dijo Lee detrás suyo. Jake respiró profundo y entonces, comenzó a andar.
Empezaron lento, tal cómo les indicó el señor y se fueron adentrando cada vez más profundo, ahora sintiéndose más tranquilo porque no habían personas cerca. Heeseung volvió a sostenerse fuerte de su cintura, lo que lo distrajo un poco pero no lo suficiente para desviarse del camino imaginario.
—Manten tus manos quietas.— advirtió. Sabía bien que Heeseung no se estaba cayendo o algo así, solamente quería provocarlo.
—Sólo me estoy sosteniendo de tí.— dijo contra su oído, y eso si lo hizo temblar un poco. Heeseung sonrió burlón y se alejó un poco para no seguir molestándolo. —No nos vayas a matar, Jakey.
—Cállate, ¿quieres?— mantuvo su vista fija en el agua en todo momento.
Jake comenzó a ir un poco más rápido a petición de Heeseung. Trataron de no irse tan lejos y optaron por mejor manejar por la anchura de la costa. Ahora iban hacia la derecha. El viento chocaba fuerte contra sus rostros y todo lo que podían oír era el ruido del motor de la moto y sus risas mezclándose. Se estaban divirtiendo juntos.
Jake no tenía idea de cuánto tiempo habían pasado en el mar, pero ya se estaba empezando a cansar y aburrir, por lo que luego de consultarlo con Heeseung ambos decidieron volver en dirección al mirador y terminar con la actividad, la cuál fue muy divertida y terminó con cero heridos.
El señor apareció junto a ellos una vez habían llegado y los ayudó a subirse hasta el mirador, empezando por Heeseung y luego este ayudó a su pareja a subir desde las rocas. Pronto ambos estuvieron juntos y sonrieron al verse mutuamente, cosa que no habían hecho en todo el rato que condujeron por el mar.
—¡Eso fue tan divertido!— dijo Jake abrazándolo.
—No tenía idea de que fuera así de bueno.
Heeseung miró hacia abajo a su pareja, y juró que esta vista era sin duda de las mejores que había admirado. Sus cuerpos y ropa estaban algo húmedos debido a los chasquidos del mar contra ellos, por lo que Jake estaba un poco empapado pero su cabello estaba totalmente seco, desordenado y era sacudido por el incesante viento. Sus ojos brillaban de felicidad y su sonrisa se agrandaba conforme pasaban los segundos. Heeseung sintió su corazón later con fuerza. Se estaba enamorando de nuevo. Ya había perdido la cuenta de cuántas versiones de Jake había caído enamorado.
—Me alegra que lo disfrutaras.— acarició su mejilla con cariño. Jake sonrió tímido y se paró de puntillas para besar los labios de su pareja.
—¿Qué haremos ahora?— preguntó una vez se encontraban caminando por el puente tomados de la mano.
Heeseung fingió pensarlo un poco y luego sonrió cómo si se le acabara de ocurrir algo. —Pues...
—Creí que odiabas la arena.— dijo ahora el australiano en un tono serio. Heeseung acababa de enterrarlo bajo tierra dejándolo inmóvil y con una insoportable comezón en cada parte de su cuerpo.
—Silencio, ya casi estás listo.— comentó el mayor echándole más arena a su pareja en el estómago para posteriormente darle unos suaves golpecitos para hacerlo tomar forma.
—Dijiste que odiabas el agua y te acabas de meter al mar conmigo, dijiste que odiabas la arena y ahora me conviertes en un tipo de arcángel Miguel de arena. ¿Qué sigue? ¿Dijiste que odias a las personas pero harás una fiesta en nuestra casa?
—Hablas mucho, ¿sabías?— terminó de vertir un poco de arena en sus pies "retocando" los detalles finales y se levantó de su lugar sacudiendo sus manos. —Listo.— admiró la extraña figura debajo de él. Jake se veía tan gracioso cuándo estaba así de inmóvil.
—Mierda. Debí haber traído mi celular.— se lamentó.
—¿Para capturar esta humillación? No gracias.
—Pero si te ves hermoso.— dijo Heeseung aguantando las ganas de reír.
Jake suspiró. —Ya terminaste, anda, sácame de aquí. Me pica hasta el intestino.
Heeseung rió y comenzó a alejar la arena sobre la piel de Jake. Pronto no quedó nada más que algunos granitos impregnados en su ropa y el mayor presenció cómo el australiano salía corriendo en dirección al mar para meterse y buscar que de alguna manera su picazón terminara.
Heeseung de verdad odiaba el mar. No le gustaba la sensación de meterse a un lugar de agua que ni siquiera estaba del todo limpia y era usado por cientos de personas. Pero honestamente ver a Jake ahí disfrutando del agua cómo un perrito o un niño le hizo olvidarse de sus preferencias sólo por hoy.
Pronto ambos estaban en el mar salpicándose agua entre ellos y riendo cómo si fueran los únicos ahí. Jake se encontraba muy feliz. Había olvidado todo lo malo que había pasado entre ellos todo este tiempo. Olvidó el dolor y el sufrimiento, cómo si hubiera empezado desde cero. Ver la sonrisa de Heeseung ante la puesta del sol era lo más hermoso que había visto alguna vez.
Lee y Shim se dieron cuenta de que se estaba haciendo tarde. Las personas comenzaban a irse aunque aún habían más junto a ellos. El sol se había ido, dándoles la sensación de que era entre las seis o siete de la tarde. Ambos salieron del mar tomados de la mano.
—¡Sandía!— gritó de repente Heeseung. Jake, quién secaba su cabello con una toalla, volteó a verle confundido. —Ahí.— señaló el mayor a un puesto de comida algo lejano. A Jake le sorprendía la supervisión que tenía Heeseung cuándo le convenía.
—¿Tienes hambre?— preguntó el australiano y vió al contrario asentir. —De acuerdo.
Llegaron al lugar y compraron algunos pedazos de la fruta y algunas bebidas heladas que comieron en el mismo lugar. Volvieron a la playa notando cómo se había hecho ya de noche. La vista era increíble, no había casi nadie y las luces al rededor de la playa iluminaban el lugar de manera hermosa. Jake buscó la mano de Heeseung y la tomó sintiéndose cómo un adolescente enamorado de nuevo. Caminaron un poco por la orilla del mar y el mayor deshizo su agarre sólo para ponerse nuevamente el suéter debido al frío. Jake rió al verlo temblar y Heeseung rodeó sus hombros con uno de sus brazos para acercarlo a sí mismo.
—Me divertí mucho hoy.— dijo con una sonrisa.
—Yo también.— le devolvió la sonrisa mirándole hacia arriba durante unos cortos segundos. —Gracias por esto.
—No es nada.— volvió a separarse y a tomar su mano. Entrelazaron sus dedos y rieron cómo una pareja de enamorados en sus primeros días, aunque realmente llevaban muchos años así.
Caminaron en silencio por la orilla del mar aún siendo de noche. Heeseung observó las estrellas y la luna, y le envió un mensaje mental a su yo del pasado.
"Lo hiciste. Volviste a ser feliz."
—Jake...— Heeseung detuvo su paso repentinamente obligando al menor a hacer lo mismo y verlo. —Yo quisiera... uhm, quisiera...
—¿Sí?— preguntó ilusionado. Sus ojos brillaban aún más por la noche.
—Yo... te amo.— finalmente dijo. —Y ya no sé que más hacer o decir para demostrarte todo lo que me haces sentir. Siento... cómo si en cada segundo que pasara yo me enamorara más de tí. De tu sonrisa, de tus ojos, de todo tí... te amo, te amo demasiado.
Jake sonrió y fue rápido al abrazar a Heeseung con fuerza. También sentía lo mismo.
—Yo también lo hago. Te amo demasiado, Hee. Cada momento a tu lado ha sido perfecto y yo... estoy seguro de que eres a quién amaré para siempre. No tengo duda de que eres el amor de mi vida.
Heeseung y Jake no podían estar más felices en este momento por sus confesiones. Sentían cómo si estuvieran viviendo en un sueño compartido del que no les gustaría despertar. Ni-ki había hecho esto posible. Este reencuentro. Y ellos no podían sentirse más que agradecidos con su hijo por eso.
—¿Crees que lo estamos haciendo bien esta vez?— preguntó contra su oído. —¿Crees que esto... está bien?
—Es lo que siempre quisimos, ¿no?— respondió.
—Lo que siempre merecimos.
—Mientras te tenga a tí ahora... seré el hombre más feliz del mundo.— el cabello de Shim se sacudió debido al viento, por lo que Heeseung acomodó un pequeño mechón detrás de su oreja. Le parecía realmente adorable y hermoso. Muy precioso para ser real.
—Y mientras tu lo seas, entonces yo también me sentiré feliz.— completó el más bajo y selló la confesión con un beso.
La luna y las estrellas fueron quiénes los admiraron ahora. El amor que sentían por el otro era algo digno de envidiar porque eso es lo que más feliz puede llegar hacer a una persona: que alguien más te ame, adore y proteja sin filtro o excusas. Que tengas a alguien así a tu lado, igual de imperfecto que tú pero con millones de bellas cualidades que te hagan olvidar lo que no es importante. Alguien que te sostenga bajo la luz de la luna y no piense soltarte nunca, por nada del mundo.
Heeseung y Jake eran afortunados por tenerse mutuamente.
El agua de la regadera caía sobre ellos.
Heeseung pasaba la esponja por la espalda de Jaeyun restregando con suavidad la piel enjabonada del más bajo. No iba a mentir, bañarse junto a Shim había sido una de sus fantasías desde adolescente y finalmente conseguirlo se sentía realmente bien, pero le resultaba muy difícil no excitarse ante la imagen del hermoso cuerpo desnudo de su pareja.
Su respiración estaba claramente pesada, esto Jake lo sabía muy bien pero quería provocar al mayor tanto cómo sea posible antes de ir a la cama.
Pronto sintió los brazos del mayor envolver su cintura y atraerlo hacia su firme pecho. Jake jadeó al sentir la clara erección entre su trasero. Supo que Heeseung no podía soportarlo más por la manera en que lo sujetaba. Había llegado a su límite.
—Hazte cargo ahora.— dijo contra su oído. Jake tragó duro y asintió sumisamente, aunque esa realmente había sido su intención desde el principio.
Alcanzó la llave de la regadera y pronto el agua dejó de caer. De ninguna manera pensaba tener sexo mientras estaban mojados, así que se separó del agarre del más alto y atrajo una toalla hacia ellos mientras salían de la ducha. Secó sus cuerpos rápida y desesperadamente, apenas deshaciéndos de las gotas. Al terminar sintió cómo era jalado por el brazo hasta la habitación de afuera y vió cómo el mayor lo aprisionaba contra la cama casi de inmediato.
Estaba sobre él, con ambas piernas a un lado de las suyas, viéndole directamente a los ojos con deseo. Jake sonrió y paseó sus manos por los hombros de su esposo, notando cómo este intentaba controlar la poco cordura que le quedaba.
—Vamos...— canturreó coqueto. —Dámelo, señor Lee.
—¿Darte qué?— acunó su rostro entre el cuello de Jake, comenzando a acariciar esa zona con sus labios.
Shim cerró sus ojos y alzó su cabeza hacia atrás para darle mejor acceso a su pareja. El cabello mojado del mayor caía sobre su piel mandando escalofríos por todo su cuerpo.
—E-esta... noche.— dijo con dificultad. Heeseung levantó su rostro y miró nuevamente a Jaeyun. Sus labios estaban levemente separados debido a los jadeos de hace unos segundos, por lo que aprovechó para atacarlos y guiarlos hacia el primer beso de su noche.
Jake aprendió los movimientos de Lee sobre sus labios todo este tiempo. Lo estudió, lo conoció y lo leyó cómo si fuera un libro. Aunque ya lo había hecho antes, últimamente Heeseung ya no parecía ser muy fan de usar su lengua durante los besos, por lo que ni siquiera pensó en usarla en este momento. Lo que había notado era que Lee amaba morder mucho sus labios hasta dejarlos hinchados y con un leve ardor, y lo mismo iba para Jaeyun quién amaba dejar de un vivo color rojo los labios del mayor.
Jake sabía que ahora seguía su barbilla mientras recuperaban el aire, por lo que levantó su cabeza un poco para mejor acceso y tal cómo tenía previsto, Heeseung llevó sus labios hasta esa zona y dejó pequeñas mordidas arrancándole pequeños gemidos a Jake.
Sus erecciones rozaban entre sí, haciendo lloriquear al menor por las ganas que sentía de ser atendido, pero hoy no será así. Al menos no por ahora.
—Hyung...— lo detuvo. Heeseung miró directamente a sus ojos. —Déjame hacerlo por tí.— dijo seguro de sus palabras.
El mayor no sabía a qué se refería exactamente así que dejó clara la confusión en su rostro. —¿Qué harás?— preguntó.
Jake sonrió y se removió en la cama hasta quedar sentado, haciendo que Heeseung se moviera hacia un lado. Fue bajándose de la cama lentamente hasta quedar de rodillas sobre el piso quedando directamente frente a él. Heeseung se sentó mejor y entonces supo lo que Jake tenía en mente.
—Oh Jakey...
—Soy tu princesa, recuerda.— tomó el miembro del mayor con su diestra, rodeándola, empezando a masturbar lento.
Y el fetichista es Heeseung, ¿eh?— se burló su mente.
Jake pudo notar el presemen. Se lamió los labios creando una imagen demasiado impura hacia los ojos de Heeseung. Ese cachorrito era todo un pecado.
Llevó su mano izquierda hasta el húmedo cabello de su pareja, acariciandolo y consintiéndolo aunque aún no haya hecho nada. Exhalaba exageradamente ante el placer que le mandaban esos toques en su entrepierna y esa inocencia en el par de ojos frente a él.
Shim pasó su pulgar por la glande, haciendo que Heeseung cerrara sus ojos y jadeara necesitado. Sonrió complacido por la reacción y finalmente introdujo la longitud en su boca. Heeseung regresó su mirada casi al instante, no queriendo perderse ni por un sólo segundo el show que estaba haciendo Jake con su pene en su boca.
Jake no podía ingresarlo todo por obvias razones, pero aún así hizo su más grande esfuerzo por profundizar tanto cómo su cabidad lo permitiera. Comenzó un rápido vaivén casi de inmediato, sin separar su mirada del más alto en ningún momento. Heeseung folla su boca con su pene, sintiendo sus ojos cristalizarse antes las sensaciones. Mierda, se había acostado ya cuatro veces con Jake y en ni una sola vez había tenido esto. Una deliciosa mamada por parte del más bajo.
Jake sacó el miembro de su boca para comenzar a lamer toda la longitud desde su base hasta la punta. Repitió la acción incontable veces y volvió a chupar al mayor, haciéndolo aún más rápido que antes intentando seguir el ritmo que la mano en su cabeza le exigía.
Heeseung sentía que se correaría pronto y esto Jake lo adivinó, por lo que habiendo sacado nuevamente el pene de su boca, comenzó a masturbarlo con rapidez de arriba hacia abajo. Heeseung cerró sus ojos maldiciendo sin control. Jake amaba provocar eso, dejarlo sin poder formular una sola oración.
—¡Mierda!— el líquido comenzó a dispararse, cayendo primeramente en el suelo y luego terminándose de perder sobre los labios de Shim y parte de su rostro. Heeseung admiró esa obra de arte erótica. Jake viéndole desde abajo con la boca abierta esperando por su leche, cómo si estuviera sediento. Gotas de semen cayendo por sus labios y deslizandose por su piel, pero seguía viéndose jodidamente adorable.
El mayor tiró de sus cabellos y lo acercó demandante para un beso salvaje. Estaba ansioso por romper los labios perfectos de Shim, robar ese brillo que no parecía querer desaparecer por más que lo intentara.
Jake no supo cómo es que terminó sobre el regazo de Heeseung, pero sentía que no podía soportar más las ganas de que Heeseung lo rompiera ahí mismo. Soltó un quejido infantil sobre los labios de Lee junto a un mohín, sacándole una sonrisa de superioridad a Heeseung.
—¿Lo quieres, bebé?— Jake asintió de inmediato. No le importaba en lo absoluto lo rápido que perdía la dignidad durante el sexo. —¿Estás preparado?
Jake tenía ganas de golpearlo. Lo habían hecho hace pocas semanas. Lo crea o no, no sentía necesitar de ninguna preparación. Lo único que quería era su gran pene dentro suyo.
—Solo... hazlo.— demandó apoyándose de los hombros del más alto para levantarse un poco y obligarlo a hacer lo que dice. Heeseung hizo caso y comenzó a meter su miembro dentro de Jake empezando por la punta. Tanteó un poco provocándolo y sacándole más gemidos infantiles a Jake.
Maldito Heeseung, una vez regresaran a Seúl planeaba hacerlo rogar tal cómo estaba haciendo con él en este momento. Veremos cuánto soporta ver el esbelto cuerpo de Jake en una lencería y no poder tocar.
—Mételo, maldita sea, ¿quieres?— espetó a punto de volverse loco. Sintió cómo el mayor alejaba por completo su miembro y entonces se arrepintió.
—¿No te han enseñado cómo se piden las cosas?— sonrió divertido. Jake volvió a quejarse. ¿Se pondría a darle clases justo ahora?
—P-perdón... entra, ¿sí? Por favoor~.— hizo su mayor esfuerzo por endulzar su voz aunque la desesperación era lo único que se podía apreciar en su rostro —Te necesito ahora.— puchereó un poco abultando sus labios. Heeseung planeaba hacerlo rogar más pero mierda, ya ni el podía contenerse ahora.
Volvió a tomar su erección y la ingresó lentamente tal cómo había hecho antes, sólo la punta. Los labios de Jake se separaron mientras soltaba pequeños gemidos al sentirlo entrar cada vez más profundo. Se sostuvo nuevamente de los hombros del mayor, clavando sus uñas en la piel mientras esperaba tenerlo todo adentro. Pegó su cabeza en el hombro derecho del mayor quién se detuvo sólo por un corto segundo antes de empezar a embestir con fuerza desde el principio.
Jake lloriqueaba de placer. Sí, justo así es cómo lo quería. Se alejó del hombro contrario para comenzar a saltar sobre el regazo de Heeseung, quién posó sus manos sobre la cintura del menor para ayudar a Jake en la acción y darles más placer a ambos.
—Ah!... Fuck!— gritó el menor. Heeseung sabía lo que eso significaba. Penetró aún más profundo tratando de encontrar el punto dulce Jake, lo cuál consiguió rápidamente. La habitación se llenó del sonido de los gemidos de Jake y sus cuerpos chocando. El sudor comenzaba a bajar por sus frentes y el cansancio se estaba apoderando de las rodillas de Jake, pero no podía detener sus movimientos ahora que estaba tan cerca de conseguirlo.
Sus bocas se encontraron con rudeza, besándose, mordiendo y soltando maldiciones y jadeos que acabarían en la boca del otro. Heeseung folló a Jake cómo se le estaba dando la gana, y él se lo permitía, porque ser usado por Heeseung siempre se sentiría así de bien.
El mayor llevó sus labios al cuello de Jaeyun una vez más y su palma rodeó su miembro. Shim lloriqueó al sentir que por fin estaba siendo atendido. Sabía que estaba igual de cerca que Heeseung, así que cuándo el mayor dió una profunda estocada dentro de sí, todo el líquido siminal terminó cayendo sobre el pecho de Heeseung. Sintió que él también estaba por correrse, y en su mente nublada estaba la duda de si realmente lo haría dentro de sí. Las últimas veces no lo hizo, pero aún así se encargó de tomar pastillas por sí acaso. Pero ahora...
Boqueó al sentir a Heeseung presionar profundo y luego correrse dentro suyo. Era mucho. Espeso y caliente. Heeseung salió y aún así sintió el líquido escurrirse entre sus piernas.
Sonrió sintiéndose cansado. Heeseung se extrañó y los hizo caer a ambos sobre la cama. Jaeyun respiraba con dificultad sobre su pecho y cerró sus ojos.
—Piedra, papel o tijeras. El que pierda limpia este desastre mientras el otro se ducha.— propuso con una sonrisa.
Heeseung rió. —¿No quieres que lo hagamos juntos?
—Tú y yo sabemos cómo terminarán las cosas si volvemos a hacerlo. ¿Entonces? ¿Qué dices?— levantó su rostro para mirarle expectante. Estaba exhausto. Deseaba ganar el juego para limpiarse y acostarse cuánto antes.
—Piedra, papel o tijeras uno dos tres y... ¡ya!— el mayor sacó piedra mientras él sacaba tijeras. Heeseune rió eufórico y Jake cerró sus ojos frustrado. No tenía idea si Heeseung era muy bueno en ese juego de mera suerte o él era demasiado malo.
—Termina rápido así puedes acompañarme en la ducha.— guiñó uno de sus ojos con una sonrisa mientras se levantaba de la cama. Jake no podía estar más molesto.
Una vez el mayor había desaparecido de la habitación se permitió rodar por la cama mientras pataleaba. Era demasiado infantil, pero ahora se arrepentía por menospreciar al papel.
—Será la última vez que me ganes, Lee.— susurró, finalmente comenzando a limpiar.
🌷; TUVIMOS SELCA WONKI CARAJO
gracias por leer, cochinxs 🙏 se les ama
Rin.
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