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#034

—Por un lado Lim Hyerin afirma que Lee Heeseung, su padre, lo hizo escapar de casa en contra de su voluntad. Y por otro, Park Sunghoon declara mediante sus redes sociales que usted sufrió agresión por parte de Lim Hyerin el mismo día que ejerció las demandas sobre Lee Heeseung.— emitió el juez.

Ni-ki se removió incómodo en su lugar, tratando de ignorar las miradas amenazantes de su madrastra y la, al parecer, audiencia que veía el caso de cerca.

—Por favor declare algo al respecto, joven Lee Riki.

Jake se mordió los labios desde su lugar.
Nervioso, ansioso y asustado.

No, no había querido meter a su hijo en esto. Al principio habia considerado la idea pero luego de haber contado la verdad y sacar a la luz lo de su embarazo, se vió totalmente obligado a ver todo desde el punto de vista de Heeseung.

Sí, la justicia puede ser inquietantemente deseada por el para ayudar a Heeseung en algo, pero la seguridad de Ni-ki era aún más importante.

Ellas tramaban algo más que simplemente perjudicar a Heeseung y enviarlo a la cárcel. Planeaban robarle el negocio y quedarse al mando, ¿y cómo conseguirían eso si el verdadero dueño estaba tras las rejas?, la respuesta era sencilla: deshaciéndose de su sucesor, es decir, Ni-ki.

Heeseung probablemente había pensado en la posibilidad de que harían eso. Él definitivamente sabía que eso harían y es por eso que planeaba dejarlas ganar. De esa forma, Jake no tendría más opción que irse de nuevo y llevar a Ni-ki consigo, para que ellas pudieran quedarse con LHS sin necesidad de tocarle un solo pelo a su hijo. Es por eso que le había dicho que mientras estuviera con Jake, él estaría seguro.

Sin embargo, ya nada de eso importaba ahora. No después de que una figura pública así de importante cómo Sunghoon haya metido sus manos al fuego sólo por ellos.

Sunghoon había logrado convencer a una enorme cantidad de gente, sorprendiendo mucho a Jake por lo increíble que era el doble moral de las personas. Resulta que ahora todos estuvieron siempre de su lado y nunca le creyeron a Hyerin.

Obviamente aún habían personas que le creían a la mujer pero eran realmente escasos; se podían contar con los dedos.

Tenía que admitir que le debían una grande Sunghoon por el gesto, incluso cuándo llevaban muchísimo tiempo sin verse o hablarse, pero aún así no podía evitar preocuparse también por él. No sabía con quiénes se estaba metiendo. Podían arruinar su carrera o cortarle la cabeza en un segundo y ¿entonces qué? ¿todo sería en vano?

—Yo...— empezó diciendo el menor. —Lo que dicen mis padres es completamente cierto. Jake Shim es mi verdadera madre y sobre lo del video... eso también pasó. Ese día iba a la escuela pero papá me pidió regresar por las manifestaciones que habían en las calles. Había mucho tráfico y entonces... unos hombres trataron de secuestrarme pero yo escapé hasta llegar al centro comercial dónde me encontraron y me encerraron en el baño.— pasó saliva y agachó la cabeza.

De verdad le resultaba difícil ver a las personas presentes mientras contaba su experiencia.

—Ella descubrió que Jake es mi mamá y me pidió información sobre él. Cómo yo no acepté... me golpeó en la cara y me amenazó con hacerlo más fuerte y llevarme a casa con ella.

—Objeción.— dictó el abogado de Lim.

—Denegada. Prosiga.

—Y-yo... a mí...— levantó la cabeza y miró a sus padres a un costado de él. Vió los ojos preocupado de su padre, quién hacía su mayor esfuerzo por parecer sereno ante la situación. Vió a Jake morirse de nervios y preocupación, y entonces supo que debía hacerlo.

Ellos no merecían nada de esto.

Ellos no merecían todo lo que les tocó vivir sólo por amarse.

—A mí me gustaría mostrarles algo.— dijo con seguridad.

Heeseung y Jake voltearon a verse con curiosidad y confusión. No habían acordado mostrar algo más que las pruebas de ADN y el video de Sunghoon.

Ni-ki se levantó de su lugar y respiró profundo antes de levantar su camiseta y suéter para mostrar su torso descubierto. Varios en la sala soltaron sonidos de sorpresa debido a la acción inesperada, creyendo que se trataba de una exhibición rebelde del chico y no de una muestra de agresión.

Ni-ki se inclinó hacia el micrófono y agachó la mirada nuevamente.

—Vi que hay personas que aún no creen lo que le hicieron a papá.— dijo — Pero entonces deben saber que él no fué el único que sufrió... y tampoco fue el último que lo hizo.

—Riki.— amenazó Hyerin, queriendo hacer que el chico se detuviera.

—Hyerin.— finalmente le encaró, mirándola con desprecio y rencor. Sus ojos estaban llorosos y realmente lo odió, porque nunca se había sentido vulnerable ante el trato que recibió. Nunca lo había hecho. —Esto es lo que me hiciste tú... el día de mi cumpleaños.

Otra vez se escucharon los murmullos entre la audiencia. Hyerin le miró sorprendida al igual que sus padres, todos viendo a una sola dirección: su estómago.

—¿Por qué? ¿Sólo porque te dió la gana? ¿Sólo por diversión?— preguntó con una sonrisa. No le causaba gracia, sus lágrimas delataban lo herido que se sentía no sólo físicamente.

—Esa infeliz.— susurró Jake entre dientes.

Las cicatrices eran muy notorias, cómo si fueran recientes y no de hace meses. Todos se preguntaban cómo había hecho para ocultarlo y soportarlo por tanto tiempo.

—Incluso cuándo yo no sabía la verdad siempre te ví cómo una madre desde que tengo memoria. Para mí eras tú la que me cuidó y crió, la que me enseñó todo lo que sé y la que me consoló cuándo me sentía mal. Pero resulta que nunca fuiste tú. ¡Realmente nunca tuve a nadie que lo hiciera por mí porque la única persona que podía se había ido a Australia!— gritó con frustración.

Jake comenzó a llorar sintiéndose culpable nuevamente y Heeseung aguantó mucho las ganas de hacerlo. Sabían que lo merecían. Debían escuchar todo lo que Ni-ki tenía para decir, todo lo que sentía y pensaba hasta el final.

—¡¿Sabes lo difícil que fue para mí ver lo mucho que mis amigos se divertían con sus madres en primaria?! ¡¿Lo felices que se veían cuándo les daban amor?! ¡¿O cuándo decían que me envidiaban por tener a una madre tan hermosa cómo tú?! ¡¿Acaso tienes idea de cuánto sufrí yo?!

Hyerin no dijo nada, sólo se le quedó viendo sorprendida. El juez no quería intervenir, quería escuchar todo lo que el menor tenía para decir, después de todo él era el único que podía acabar con el asunto.

—Te dí... muchas oportunidades para demostrar ser mejor que esto.— señaló su herida y luego dejó caer los bordes de sus pendras. —Siempre creí que tenías un mejor lado, que nada de esto era en serio..., siempre quise creer que en el fondo me amabas cómo a un hijo.— sorbió su nariz y decidió no llorar más. —Nunca entendí por qué lo hacías, pero estoy seguro de que tú tampoco lo sabes.

Al terminar de hablar se sentó y evitó las miradas de todos. Limpió sus lágrimas con la manga de su suéter y respiró profundamente. Lo había dejado salir, finalmente había contado toda su frustración por no haber tenido una infancia normal. Ahora lo que más quería era ser recompensado y pasar el resto de su vida junto a sus padres, sin que nadie se interponga.

—El juicio se retomará luego de un receso de media hora.— anunció el juez.

Automáticamente Heeseung y Jake se levantaron y se dirigieron hasta dónde Riki, abrazando al menor con fuerza.

—Usted es el director de The Chaser, la próxima película de mi cliente Lim Hyerin, ¿no es así?— habló el abogado Young hacia el testigo que habían llevado por su lado.

Un hombre que no pasaba de los cuarenta asintió nerviosamente ante la pregunta. Había estado de acuerdo con mentir y ponerse de lado de Hyerin a cambio de mucho dinero, pero honestamente ahora parecía imposible hacer que ella ganara el juicio.

—Así es.

—¿Y durante el tiempo de filmación... usted notó algo extraño en ella? ¿Cómo si la estuviera pasando mal u ocultara algo?— el abogado le preguntó tan impecablemente, claramente teniendo un plan en mente.

El director asintió nuevamente. —Puedo decir que... tuvo algunos problemas con su pareja antes de viajar a Italia. Las marcas en su piel confirmaban mis sospechas de que acababa de ser agredida, especialmente en la zona de su torso, vientre y muslos, dónde no podían notarse con facilidad.

Hyerin puso la cara más falsa de victima que Jake había visto. Él estaba furioso, ¿cómo es que podían mentir tan deliberadamente sin sentir tan sólo un poco de vergüenza? Honestamente el no podría.

Jay por su parte sonrió burlón, complacido por la información.

Acababan de cavar su propia tumba.

Minutos luego de tantas mentiras y desinformación por parte del equipo de Lim, Jay se levantó de su lugar acomodando su traje y luego de que el juez le diera el permiso para hablar decidió soltar lo que rondaba por su cabeza desde hace un rato.

—Señor... Kang, ¿no?— preguntó dirigiéndose al Director y este asintió. —Usted afirma haber notado marcas de... golpes o cualquier otro tipo de agresión por parte del señor Lee, ¿me equivoco?

El señor algo confundido imitó la acción de Jay y se inclinó hasta alcanzar el micrófono.

—Está en lo correcto.

Jay sonrió de lado. —Y las partes del cuerpo que usted mencionó fueron un tanto... privadas, ¿no le parece?

Young dejó de sonreír al notar hacia dónde quería llevar esta conversación Park.

Joder, la habían cagado. No le sorprendía por qué este abogado era de los más prestigiosos y difíciles de enfrentar en Estados Unidos a pesar de su corta edad. No se le escapaba nada.

—Y-yo...

—No era para que me respondiera.— le cortó. —La única forma de que usted haya podido "saberlo" es haberla visto por usted mismo, ya sea con su consentimiento o no.— su sonrisa desapareció y su semblante cambió drásticamente a uno serio. —Y hago comillas porque eso nunca pasó.

Hyerin entró en pánico. —¡N-no es cierto! ¡Él no abusó de mí, Heeseung lo hizo!

—Si él no abusó de tí significa que contaba con autorización, es decir que ambos querían, y... todos sabemos a qué me refiero. La única forma de que el te haya visto así es haciendo más que sólo grabar una película. Ningún director cuenta con el permiso de desnudar o invadir la privacidad de los actores, ¿no alardeabas de tus derechos en el primer día, acaso?

Las personas en la audiencia volvieron a dar sus opiniones en voz baja, sabiendo que Jay estaba en lo cierto. En realidad esto no probaba nada y no ayudaba mucho con el caso ya que era una "simple" infidelidad más, sin embargo, quería ayudar a Heeseung a perder esa imagen de hombre infiel.

Aunque tal vez si lo haya sido un poquito al reencontrarse con Jake, pero es que nadie podría resistirse.

El juez pidió orden en la sala. —Este tribunal no es lugar para llevar a cabo problemas de este tipo.— dijo viendo en dirección a Jay, quién volvió nuevamente a su lugar. —Y por su parte, señor Kang, una declaración cómo la suya debe basarse más que todo en hechos que demuestren la verdad de forma indiscutible, no podemos simplemente valernos de su palabra. Debería haber venido más preparado.

Había llegado el turno de que declarara el testigo de Heeseung. Aunque al principio había planeado llevar a Yeonjun, quién ha sido su amigo desde la infancia y conoce cada parte y hecho de su vida, al final y gracias al increíble ingenio de Jay habían decidido usar a alguien mejor.

—Me llamo Soobin, Choi Soobin en realidad, aunque muchos me conocen cómo Doctor Choi por... ya saben, el lugar en el que trabajo.— rió —Nunca entendí por qué sólo a mí me llamaban así, es decir, hay más de ocho Choi's en el hospital y nueve Son's, cómo el jugador Son Heungmin, una infinidad de Kim's, no sabría cuántos decirles la verdad... están Youngmin, Jiyoon, Heejun, Seoljin... Aurora. Lo sé, que nombre tan raro ¿cierto? ¿Por qué Aurora Kim? Pues verán... la cultura coreana se ha ido dispersando mundialmente gracias a BTS, ¿los conocen, verdad? claro que deben conocerlos, ¿quién no conoce a BTS? Jungkook mi varón... en fin, la cosa es que cuándo dos personas se aman mutuamente llegan a...

—Señor Choi, por favor vaya directo al grano.— dijo cansado el juez.

Heeseung y Jay intercambiaron miradas con los brazos cruzados sobre sus pechos, empezando a arrepentirse por su decisión.

—Lo siento, lo siento.— sonrió. —Es que a veces me voy por las ramas... a lo que iba, por favor no interrumpa. Soy doctor gracias a mi padre. El fué mi inspiración y quise ser cómo él, así que me gradué en la mejor universidad de Seúl y fuí directamente a ocupar su puesto en el hospital. Él ahora está muy, muy muerto así que no pude traerlo conmigo, pero tienen que saber que tuvo el placer de atender a Jake en casi todos los momentos de su embarazo. De hecho... traigo conmigo esto...— se agachó hasta recoger un expediente que había lanzado al suelo cómo si no fuera nada. —Es el expediente de mi amigo Jake. Cómo pueden ver está casi vacío.— su risa ronca resonó por el lugar. —No era mucho de enfermarse, siempre fue del tipo que creía que todo se le pasaría con una acetaminomyfriend ¿o cómo era?

Jake se tapó la cara avergonzado. —Acetaminofeno.— susurró hacia su lado.

—Sí, eso. Bueno decía...— abrió el expediente hasta dar con la primera página de su visita en Diciembre del 2005, el nacimiento de Riki. —Aquí están todas las pruebas que necesita para comprobar el nacimiento del pequeño dumpling, si las pruebas de ADN de Jake no le parecen suficiente, claro.— rodó sus ojos.

Hyerin se puso roja de la rabia y susurró algo a uno de sus hombres. Yeonjun, quién estaba más cerca de ella alcanzó a escuchar un "¡Te dije que mantuvieras a los doctores de nuestro lado y te hicieras cargo del expediente!"

Sonrió burlón. Claramente no esperaban que el día en que se reunieron en casa de Jake, ese mismo día que conoció a Chan y Felix, Yeonjun haya llamado casi de inmediato a su pareja para exigirle que buscara el expediente médico de Jake y cuidara de él cómo si fuera un diamante valorado en millones.

—Fué dado de alta el 10 de Diciembre.— siguió diciendo mientras leía la información. —Cómo supongo que ya deben saber, los embarazos en donceles son mucho más frágiles y arriesgados que en mujeres. Jake tuvo una cirugía y es por eso que estuvo dos días internado... aquí está su huella que confirma su visita y cómo pueden ver, esta fue su última visita al hospital, lo que confirma lo que dijeron sobre su regreso a Australia.

Heeseung suspiró y se relajó en su lugar. Bien, después de todo había sido buena idea llevar a Soobin a declarar.

—¿Algo más que quisiera agregar?

—Sí.— dijo elevándose, extrañamente serio.

Al estar completamente de pie, tomó el micrófono y lo subió hasta que ponerlo a su altura. Miró a un punto fijo en la pared y gritó con todas sus fuerzas:

—¡Que viva el Heejake, carajo!

—Realmente, nunca en mi vida había visto un juicio cómo ese.— dijo Chan mientras comía una fritura.

—Lo sé, Soobin es muy volado.— suspiró Jake, apoyando su mentón sobre sus brazos cruzados, sentado en su cama. —Debería juntarse con Lix, ¿no crees?

Chris se atoró. —Ese sería el fin de la humanidad.

Jake sonrió. —Pero debo admitir que nos ayudó bastante...— se reincorporó para arreglar las mangas de suéter negro. —Prácticamente el caso ya está ganado gracias a la ayuda de Soobin, Sunghoon y Riki, pero aún así debemos prepararnos para el último día. Aún falta el juicio de la maldita opinión pública.— sonrió sarcástico. ¿Por qué tenía que durar tanto? Las pruebas y declaraciones eran más que suficientes.

—Además, ahora que saben que las pruebas de ADN son ciertas, se sienten confundidos al tener dos "verdades". Están investigando por encontrar la evidencia falsa y yo solamente espero que se de cuenta que esa Lim Hayun o cómo se llame en realidad no existe.

Jake volvió a suspirar. —Creo que para el último día también investigaran a las personas del gobierno que están cubriendo a Hyerin.

Chan se levantó del suelo y se sentó a un lado de Jake en la cama. Le sonrió reconfortantemente y acarició su cabello.

—Cuándo mi madre me llamó y dijo que me enviaría a un hermanito australiano para que cuidara y protegiera de él... honestamente no imaginé que te enfrentarías a una demanda en el futuro.— sonrió y contagió a Jake quién soltó una risita.

—¿Sabes? Desearía haberme dado cuenta de lo que pasaba con Heeseung antes y sólo así nada de esto habría pasado... p-pero me atormenta mucho el pensamiento de que tal vez si nosotros jamás nos hubiéramos separado... yo no los habría conocido a ustedes dos.— se sinceró.

Jamás se lo diría a Lix. Sentía la confianza suficiente con él para contarle situaciones vergonzosas y hasta hablar de los fetiches raros de Heeseung, pero no para mostrarle su lado cursi. No, primero muerto.

Con Chan siempre fue diferente. El literalmente había llegado cómo un angel protector a su vida. Siempre lo vería cómo su principal confort y consuelo.

Bang le abrazó por los hombros y lo atrajo ligeramente a él. —¿Sabes? El primer paso para perdonar a los demás y para perdonarte a tí mismo... es olvidando los sucesos pasados. Cliché, lo sé. Pero resulta... que es cierto.— rió.

Jake miró a un punto fijo en su cama y se permitió guardar ese consejo. Sabía que lo necesitaría luego de la promesa que le hizo Heeseung sobre volver a enamorarlo.

—La peor persona en la que puedes llegar a confiar es esa que dice haber perdonado pero no olvida lo que pasó. Digo... es inevitable, por supuesto, en algún momento lo recordarás pero ya no sentirás nada, ¿me entiendes?. Es bueno que pienses en el origen de nuestra amistad, o en la relación que tenías con Heeseung antes... pero si te aferras mucho al pasado, no dejarás disfrutar nada de tu vida al Jake actual.— habló con suavidad. —¿Te ha funcionado eso hasta ahora?

Jake no respondió, estaba muy concentrado en reflexionar con lo que escuchaba.

—Empieza a ver las cosas cómo una nueva vida. Cómo si Felix y yo siempre estuvimos para tí, desde el comienzo. Mira a Ni-ki cómo tu punto de partida, y mira Heeseung cómo el guapo y sentimental hombre que está interesado en tí y no cómo el adolescente con el que tuviste una historia de amor en el pasado y que no tuvo un final feliz.

Jake creía que era muy sensible de emociones, porque no lograba explicar las ganas de llorar que sentía en este momento.

Lo que Chan le decía era muy cierto. Debía soltar su pasado. Debía dejarlo atrás y olvidarlo pero no de forma literal, sino más bien creando un nuevo futuro que opacara por completo los intentos fallidos.

Era verdad, aún veía a Heeseung cómo el chico de diecisiete años que se le había acercado y había hecho de él un tonto enamorado. Aún lo veía cómo su triste pasado. Cómo la persona que creía tener, pero por alguna razón no estaba cerca de tenerlo.
Aún lo veía cómo lo que pudimos ser.

Antes lo culpabas a él, y ahora te culpas a tí.— volvió a hablar. —Pero la similitud entre ambos Jake es que ninguno es realmente feliz.

Shim entonces buscó su mirada, notando cómo Chan trataba de transmitirle toda la paz del mundo mediante ese par de ojos y tierna sonrisa.

—¿No crees que es porque... en lugar de encontrar un culpable, lo que más necesitas es encontrarte a tí mismo?

—¿Cómo haría eso?

—¿Qué hace la tierra cuándo termina de rodear el sol por completo en busca de la luz que le permita brillar?— sonrió de nueva cuenta.

—Vuelve a empezar.— razonó. Chan asintió y volvió a acariciar su cabello. —Pero tienes que saber que la traslación no sucede a causa de la "busqueda de luz", sino que es producto de la atracción de la fuerza de la gravedad.

Chan suspiró. —Tú entiendes lo que quise decir.

Jake rió. —Es la teoría de Newton, hombre, hasta un niño sabe eso.

—Bien.— rodó sus ojos. —Entonces mira a Heeseung cómo el sol y tú eres la tierra. La atracción que sientes hacia él es tan grande que no puedes evitar buscarlo aunque te cueste 365 días.

—¿Quieres decir que nunca tendré suficiente de él y siempre querré más?

—Eeeeeh, ¡exacto!

En realidad no había pensado en eso pero que bueno que lo interpretó bien.

Unos toques en su puerta fueron dados a lo que frunció el ceño. Heeseung y Ni-ki nunca tocaban, al igual que sus amigos quiénes pasaban la mayoría del tiempo en su casa.

Lo siguiente que vió fue a un Ni-ki vestido de camarero con una pequeña toalla en su brazo izquierdo, parado y viéndole fijamente.

Jake se confundió. ¿Quería jugar con él...?
Creyó que Ni-ki ya había superado esa estapa.

—Por aquí, señor.— anunció con voz refinada.

Jake intercambió miradas con Chris y este se notaba igual de confundido.

—Usted, señor Shim.— aclaró. —Acompáñeme, lo guiaré hasta su mesa.

Jake se levantó con algo de duda y llegó a un lado de su hijo. Entrelazó sus brazos y siguió sus pasos sin saber a dónde iban. Volteó hacia atrás y le mostró una clara mueca confundida a Bang quién sólo se alzó de hombros.

Ni-ki lo sacó de su apartamento y lo llevó hasta el ascensor dónde subieron sin decir una sola palabra. Al salir, Jake notó que habían llegado hasta el último piso: la terraza.

Al principio todo estaba oscuro, pero a medida fue avanzando, las pequeñas lámparas y luces que decoraban el lugar se fueron encendiendo hasta iluminar por completo el lugar haciendo juego con el hermoso cielo nocturno sobre ellos.

Jake sonrió al darse cuenta. Habían dos asientos acolchados en el centro, una pequeña mesa entre ellos y dos copas aún vacías sobre esta. Un poco más alejado de lo demás estaba una larga mesa debajo de un mantel de color pastel con mucha comida estilo bufé sobre ella. Jake logró visualizar un pequeño pastel de dos pisos decorado con fresas y crema.

Todo se veía hermoso.

—Hola.— Heeseung habló a sus espaldas haciéndole voltear. —¿Tienes libre esta noche?— indagó con un leve levantamiento de cejas y una hermosa y perfecta sonrisa.

Jake soltó una risita tímida. —Si es para estar contigo, sí.

Heeseung sonrió más grande y puso frente a él la mano que tenía escondida a sus espaldas, mostrándole uno de los regalos que había preparado.

—Sé que no eres mucho de flores...— empezó diciendo, por alguna razón, demasiado tímido.
—Pero sé que lo tuyo son más los cactus.

Jake miró con adoración el pequeño cactus que le había regalado. Era de verdad muy pequeño, cómo si se tratara de una decoración para una casa de muñecas, pero era muy, muy bonito. El macetero dónde estaba puesto traía un pequeño lazo alrededor cómo decoración que Jake no quería ni tocar porque sentía cómo si fuera demasiado frágil para él.

—Es... hermoso.— sonrió, admirando la pequeña plantita. —Gracias.

Heeseung asintió complacido y luego de meter sus frías manos en los bolsillos de su pantalón, soltó un suspiro.

—¿No te... gustaría sentarte?— rió.

—Ya que lo pides...— le siguió el juego.

Luego ambos ya se encontraban sentados en los asientos a un lado de la mesita, viendo el cielo con adoración y los demás edificios frente a ellos.

—¿De verdad piensas esforzarte en esto, no?— preguntó Jake viendo las estrellas.

—Te dije que lo haría.

—Aún así me preocupaba que no lo hicieras.— volteó a verlo. —Es muy lindo todo lo que hiciste.

—Creo que los años que pasaron me hicieron menos romántico...— rió y rascó su nuca nerviosamente.
—De verdad que esto no es nada comparado con lo que te mereces.

—Para mí esto es perfecto.— Heeseung también volteó a verlo. —Cualquier cosa, lo que sea, si viene de tí... lo voy a amar.

—¿Quieres robarte mi show?— ambos rieron.

—Es sólo que... quiero ser más real contigo ahora.— alejó su mirada nuevamente para ver el cielo.

No podía decir esta clase de cosas mientras miraba directamente esas grandes e hipnotizantes constelaciones en los ojos de Heeseung.

—No soy el único que debe prepararse para los comentarios románticos ahora.

—¿Estoy soñando o acaso el mismísimo Jake Shim está intentando coquetear conmigo?

Jake rió y empujó levemente su hombro. —¿Te pondrás así cada vez que te diga algo de este tipo? Estoy comenzando a arrepentirme.

—No, no te detengas.— acomodó un mechón de su cabello que había sido desordenado por el viento de la noche. —Se siente bien cuándo no soy el único enamorado.

Jake nuevamente miró a Heeseung luego de lo dicho. Se empezó a sentir mal al imaginar que lo había dicho porque antes era duro con él o realmente no había hecho muchos esfuerzos por demostrar cuan enamorado estaba también.

Heeseung simplemente sonrió sin mostrar sus dientes y volvió a mirar los edificios frente a él.

Antes de que Jake pudiera decir algo al respecto, un Ni-ki aún vestido de mesero volvió a aparecer en el lugar.

—Comenzaré a servir sus órdenes, messieurs.— anunció antes de dirigirse al bufé y servir dos platos de absolutamente todo lo que viera sin ninguna intención de espiar a sus padres en su cita, obvio.

—¿Tú le avisaste sobre esto?— preguntó Jake viendo a su hijo con diversión.

—Le dije que planeaba llevarte a un restaurante, pero el también quería estar así que le ofrecí ser nuestro mesero en una cena en la terraza.

—Si lo dices así suena cómo si fuera un mal tercio.— susurró Ni-ki mientras buscaba los cubiertos.

—¿Qué dijiste?— preguntó Heeseung.

—Dije... que el puré de papas sabe mucho a papa.— sonrió inocente para luego seguir con su labor.

Heeseung y Jake negaron con una sonrisa en sus rostros.

Y pensar que todo esto comenzó gracias a que ese chiquillo buscaba respuestas sobre su verdadera madre...

Voilà!— llevó los platos hasta la mesita y miró su creación con orgullo aunque realmente no haya cocinado nada. —Que disfruten su maravillosa cena. La llamo "gordon blue a la blah blah blah".

—Es gordon bleu.— corrigió Jake.

—El chef aquí soy yo.

Heeseung y Jake volvieron y reír y agradecieron por la comida. Luego Ni-ki se despidió con una muy exagerada reverencia de 90 grados y desapareció de sus vistas tan pronto cómo llegó.

—¿Tienes... algún lugar al que quieras ir?— preguntó Heeseung mientras servía un poco de vino para ambos. —Un país o lo que sea.

Jake terminó de masticar su bocado y se permitió pensar su respuesta un poco.

—¿Alguna isla en el Caribe tal vez...?— respondió algo confundido. Nunca le habían preguntado eso.
—Quisiera ir a una linda playa y... no lo sé, ver cómo aparece la puesta de sol.— se encogió de hombros.

—Suena bien.

—¿Qué hay de tí?

Heeseung bebió un sorbo de su vino sin llevarse ninguna complicación. Jake casi olvidaba que era el principal distribuidor de alcohol del país y tenía una excelente tolerancia.

—Tal vez Francia.— respondió. —Es un lugar muy romántico.

—Igual que tú.— Heeseung le miró de reojo y el rió. —¿Ya has ido antes, no? Te ves del tipo que ha ido a muchos lugares.

—No me enorgullece.— chasqueó su lengua. —He ido a todos los continentes al menos una vez. Mis lugares favoritos han sido Francia, Italia, Argentina, Grecia, Australia, Japón, Dinamar-

—Espera, ¿dijiste Australia?— le interrumpió.

Heeseung no respondió y tomó otro sorbo de su vino. Jake buscó su mirada notando lo raro que estaba actuando el mayor, lo estaba evitando.

—Heeseung.— este finalmente le miró y lo hizo con sus grandes ojitos de alce, cómo si se sintiera avergonzado, culpable o regañado. Jake no sabía descifrar esa mirada, nunca la había visto antes en él.

—¿Cuándo fuiste a Australia?— preguntó, por alguna razón casi inaudible.

Lee esperó unos segundos más antes de finalmente responder.

—Hace mucho tiempo, fue sólo una vez.— dijo.
—Ni-ki tenía cómo cinco o seis años.

Jake le miró sorprendido. —¿Me viste?

Heeseung negó. —No, nunca te encontré y... tampoco quería molestarte.

Jake trató de procesarlo todo. ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera visto?

—Heeseung...— Jake no entendía por qué de repente sentía ganas de llorar.

¿Será que en algún momento Heeseung había pensado acabar con todo y por eso había ido hacia Jake? ¿Para despedirse? ¿Para verlo por última vez?

Heeseung rió. —Será mejor que ya no mencione este tipo de cosas. No me gusta verte llorar.

Jake comenzó a llorar aún más fuerte. ¿Hubo al menos un segundo en el que este hombre haya dejado de amarlo?

Heeseung se levantó de su asiento y se sentó junto a Jake, atrayéndolo a su pecho y arropándolo con sus brazos. Jake se sostuvo de los hombros del mayor, y un pequeño sollozo salió de sus labios al imaginar que este sería el adiós definitivo de su pasado. Ahora crearían una nueva historia.

Juntos.

alguien regáleme un heeseung porfavor :((

gracias por leer 🤍

Rin.

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