#026
⇦ 𝐓𝐇𝐑𝐎𝐖𝐁𝐀𝐂𝐊
Jake disfrutaba de su agradable soledad mientras leía un libro de ciencias en el parque de la recién ciudad a la que se había mudado, Seúl.
Estaba sentado sobre un columpio para niños en el área de juegos que curiosamente estaba deshabitado. En su defensa, todas las bancas del lugar estaban ocupadas por señores mayores y él no tenía el corazón para quitarles el puesto.
Su solitaria paz se vió interrumpida por una curiosa silueta que tapaba la iluminación con la que leía, haciéndolo levantar la cabeza y encontrarse con un alto chico pelinegro que lo veía con curiosidad.
—¿Puedo sentarme aquí? ¿O debo mostrarte mi acta de nacimiento para demostrarte que definitivamente tengo seis años?— preguntó con humor.
—Adelante, ya me encargué de patear a unos cuántos niños que querían el lugar.— respondió igual de sarcástico.
El contrario rió y entonces Jake pudo apreciar su bonita sonrisa.
Se sentó al lado de Shim y este reanudó su lectura. Hasta que algo llamó su atención...
—¿Vas a mi misma escuela?— preguntó curioso. Había logrado ver el uniforme que el contrario traía en su mochila cuándo la abrió para sacar sus libros de texto.
El chico asintió. —Eres un grado menor que yo.
Jake trató de recordar su rostro pero la verdad es que nunca lo había visto.
—¿En serio? Creo que no te he visto por ahí...
Vió al contrario reír. —Eso es porque te la pasas metido en la biblioteca.— dejó de reír al darse cuenta de lo que había dicho. —L-lo sé porque... suelo ir por unos libros.
Jake enarcó una ceja. —¿Acaso me espías?
—¡No!— el chico se sonrojó a más no poder.
Jake sonrió. Era demasiado tierno.
—Osea si te he visto y me pareces un chico muy lindo, hermoso, a decir verdad, eres... vaya, demasiado bello pero eso no quiere decir que te espíe por eso, simplemente me pareces tierno e interesante y, oh Dios, ¿cuándo voy a callarme?
Jake estalló en carcajadas haciendo que el contrario sonriera tímidamente.
—A partir de ahora yo también te espiaré.— dijo para no hacer que el chico se avergonzara más de lo que ya estaba. —Me llamo Jake, por cierto.
—Lo sé.— dijo seguro de sus palabras. —Digo... mucho gusto, Jake.— ambos volvieron a reír.
La verdad nunca había tenido un admirador.
Se sentía... bien.
—No me has dicho tu nombre.
—Oh cierto.— sonrió nuevamente. Jake se preguntaba si el chico tenía idea de lo adictiva que era su sonrisa.
> Mi nombre es Heeseung.
ACTUALIDAD
Al día siguiente Heeseung esperaba a Jake en Honey Moon tal cómo le había prometido.
Honestamente la mañana anterior se sentía listo para explicarle finalmente a Jake la razón de su ruptura, pero luego la plática con Riki y la pelea con su esposa ya no se sentía seguro de poder hacerlo.
La puerta de la oficina de Jake se abrió dejándolo ver a este, tan atractivo cómo siempre. Ambos se saludaron y Jake logró notar lo genuinamente nervioso y... ¿triste? que se veía el mayor.
El día anterior que había pasado junto a Jungwon le había servido para abrir un poco más su mente. Desde que había regresado a Seúl se había negado por completo a creer que algo en el pasado había impulsado a Heeseung a romper con él y quitarle a Riki. Una parte de el siempre supo que había una razón, pero se negaba a aceptarlo porque necesitaba culpar a Heeseung. Necesitaba odiarlo.
Sin embargo, cuándo este le dijo que nunca dejó de amarlo y cuándo se dió cuenta de que aún guardaba sus cosas, todo se volvió más claro y a la vez más confuso. Las cartas fueron el plus de la situación, y lo que Ni-ki le contó ya le daba una idea de lo que pasaba. Pero aún así se negaba a aceptarlo.
Luego Jungwon vino a él y le habló sobre su situación, sobre lo que había vivido, y su mente inevitablemente había imaginado a Heeseung en su lugar. Lo había imaginado inconsciente, tal cómo Sunghoon lo había encontrado ese día que le mintió para no preocuparlo. Lo había imaginado convulsionando tal cómo lo hizo en su oficina, y la verdad es que no era una teoría tan loca.
—¿Está todo bien?— preguntó preocupado. Ahora ya se dió cuenta de lo que debió haber hecho antes. En lugar de pedir que Heeseung lo escuchara, él debió haberlo.
Un simple "¿cómo estás?" pudo haberlo cambiado todo.
Heeseung no respondió y se acercó hasta quedar frente a Jake, dejando un corto espacio entre ellos.
—No, nada está bien.
Heeseung también se dió cuenta de lo que debió haber hecho. En lugar de cargar con todo el peso solo, creyéndo que así no preocuparía a Jake, debió confiar en su pareja y debió contarle sus más profundos y dolorosos secretos, por más difícil que fuera hacerlo.
Y a partir de ahora, se encargaría de ser sincero.
Jake no lo dudó más y abrazó al mayor con fuerza.
En lugar de cerrar la puerta en tu cara debí haber hecho esto, ¿no?.
Heeseung pasó sus manos sobre los hombros de Jake y lo acercó aún más a su cuerpo. Agachó su cabeza hasta que esta tocara el hombro contrario y cerró sus ojos con fuerza.
Una vez más, Shim Jaeyun demostró ser el único que puede hacerlo sentir seguro.
—Lo siento.— dijo Jake. Probablemente era poco conveniente considerando la situación, pero no podía cargar más con la culpa.
Cuántas peleas tuvieron en el pasado que fueron iniciadas principalmente por él y en ninguna de ellas se disculparon. Simplemente fingieron que no pasaba nada y volvían a la normalidad.
Pues este simple lo siento venía cargado con todo lo que realmente quería decir.
Lo siento por no haber estado para tí a pesar de que tú siempre lo estuviste para mí.
Lo siento por no tomar en cuenta tus sentimientos y por siempre pedirte más de lo que podías darme.
Lo siento por lo que seguramente pasaste.
Lo siento por ya no poderte amar.
Lo siento por haber sido una pésima pareja, y por ahora ser un pésimo padre.
Lo siento, lo siento, lo siento.
—Jake, te necesito.— dijo contra su hombro. Sentía un gran nudo en su garganta que no lo dejaba decir más.
Heeseung también le estaba diciendo lo que realmente debió haber dicho.
« Te necesito » en lugar de « ¿Necesitas algo? »
« Te necesito » en lugar de « No es nada, sólo me caí al venir a clases »
« Te necesito » en lugar de « Te juro que estoy bien»
« Te necesito » incluso en lugar de un « Te amo »
Porque aunque la suerte de ambos los condenó a perderse mutuamente... el destino sabía bien que unirlos era lo correcto. Esta vez, más perfectos. Aprendiendo de sus errores del pasado.
—Hay un lugar que debo mostrarte.— mencionó una vez se habían separado.
Shim le vió con curiosidad. —¿Dónde es?
—Lo descubrirás en cuánto lleguemos.— dijo y mientras tomaba su mano y lo llevaba a la salida.
Jake no tenía idea de a dónde lo había llevado Heeseung.
Es decir, una casa a cuarenta minutos de la ciudad, de un tierno color durazno, con un patio increíblemente grande lleno de flores y plantas bien cuidadas, de un tamaño ni muy grande cómo una mansión ni muy pequeña cómo un departamento, simplemente perfecta.
—¿De quién es esta casa?— preguntó confundido.
Heeseung lo guió dentro y Jake pudo caminar sobre el lindo camino de rocas que llevaba a la entrada de la casa. El mayor sacó una llave de su bolsillo y la metió a la cerradura de la puerta, abriéndo así la casa al mismo tiempo que decía:
—De nosotros.
Jake entonces pudo admirar el interior. La casa tenía todo tipo muebles y hasta una televisor. El sol entraba por una de las paredes que en realidad eran puertas desplazables de vidrio que daban vista al hermoso patio aún más de cerca. La sala era grande y tenía un delicioso aroma a frutas.
Fue ahí cuándo entonces Jake se dió cuenta.
Heeseung hablaba de su casa.
De la casa dónde planeaban vivir cómo familia.
Buscó desesperadamente su mirada totalmente sorprendido pero este solo atinó a sonreír sin mostrar sus dientes.
—¿Quieres ver la cocina?
Llegaron al lugar dicho y Jake sintió que iba a llorar cuándo notó el desayunador a un lado, con dos sillas altas y una para bebé.
El orden de las cosas eran tal y cómo Jake lo había dibujado. Tal cómo Jake quería y había pedido que fuera.
Sintió la mano de Heeseung tomar la suya y dirigió su mirada nuevamente a él. Heeseung volvió a sonreír y lo sacó del lugar.
—No llores, aún no ves la parte de arriba.
Jake no quería seguir viendo.
Osea sí, pero no creía poder soportarlo.
Subieron las anchas escaleras que Jake también había pedido, y la primera parada de Heeseung fue el lugar que Jake no quería ver.
La habitación de Ni-ki.
Heeseung abrió la puerta y...
—¿Pusiste las estrellas?— Jake se soltó de Heeseung y se adentró a la habitación con la vista en el techo. Dónde habían pegadas un sin fin de pequeñas luces en forma de estrellas que seguramente iluminaban el lugar de noche.
Heeseung cerró las cortinas de la habitación y apagó la luz del cuarto, mostrándole a Jake lo hermoso que se veía el cielo estrellado sobre ellos.
—A Riki le encantaría.— dijo Heeseung.
Jake entonces no lo soportó más y dejó salir un par de lágrimas. No sabía si eran de nostalgia o euforia, o si eran porque estaba conmovido. Sentía una combinación de todas las emociones existentes.
Heeseung cerró la puerta tras ellos una vez salieron de la habitación y notó como el menor limpiaba tiernamente con sus dedos las lágrimas que salían de sus ojos. Rió enternecido y pasó el respaldar de su mano sobre su mejilla, consiguiendo que este le viera con esos lindos ojitos cristalizados.
—Te dije que tendría todo lo que quisieras.
Jake sorbió su nariz. —No puedo creerlo...
—Y nuestra habitación está justo al lado, tal y como pediste.— dijo con una sonrisa.
Jake volteó hacia la puerta a un lado de la habitación de Ni-ki y se apresuró a entrar, encontrándose con una habitación grande y espaciosa de color gris. Inspeccionó el lugar con curiosidad y lo siguiente que vió fue cómo un golpe en los huevos.
Justo en la pared detrás de la cama había un enorme muro de fotos, todas sostenidas por ganchitos en delgadas cuerdas que se cruzaban entre sí. Jake se acercó viendo todas las fotos embelesado.
Era... hermoso.
Habían todo tipo de fotografías de ellos juntos. Cuándo comenzaron a salir, cuándo llevaban meses, cuándo tenían más de un año, unas mientras se besaban, unas mientras sonreían, unas tomadas por Sunghoon y los demás amigos de Heeseung, unas únicamente de Jake que Heeseung había tomado sin que se diera cuenta, unas de cuándo estaba embarazado, unas pequeñas ecografías de Riki e incluso...
—¿Es Ni-ki?— preguntó más que sorprendido.
Habían demasiadas fotos de Ni-ki a lo largo de su niñez. Desde su nacimiento hasta su cumpleaños número quince. Un Ni-ki bebé recién nacido. Ni-ki cerca de su primer año, el cuál Jake no pudo presenciar. Un Ni-ki aprendiendo a caminar. Un Ni-ki en el parque de diversiones. Un Ni-ki en su primer día de clases. Un Ni-ki con sus primeros dientes caídos. Un Ni-ki sonriendo mientras veía caricaturas. Un Ni-ki en su graduación de primaria. Un Ni-ki en patineta (probablemente tomada por Yeonjun). Un Ni-ki dormido con una mascarilla puesta. Un Ni-ki... ¿junto a Jake?
Esperen... ¿esa foto no era del día en que se conocieron?
Heeseung notó la duda en la expresión de Jake al ver esa fotografía, así que se apresuró a dar una explicación.
—Cuándo revisaba el teléfono de Ni-ki luego del incidente con los camarones noté que se había tomado un foto contigo. No podía ignorarla.— sonrió apenado.
—Esto... ¿lo hiciste todo tú?— Heeseung podía jurar que los ojos de Jake brillaban en ese momento.
Asintió con su cabeza. —Esto es a petición mía.— dijo con voz suave. —Sé que no pudiste ver a Riki crecer así que... me encargué de tomar fotos de cualquier cosa que hacía.
—Pero tú no sabías que yo volvería.
Heeseung sonrió con pesar. —No, pero tenía la esperanza de que lo harías.
—Gracias.— dijo viendo nuevamente las fotos frente a él. —Es hermoso.
—Aún hay algo más que debo mostrarte.
—¿Más?— preguntó. No estaba seguro de poder aguantar más.
Heeseung rió. —Sí, vamos.
Volvieron a la parte baja de la casa pero esta vez Heeseung lo llevó a una de las puertas que estaban al fondo del lugar. Al abrirla, Jake no notó nada más que una enorme sala vacía.
—¿Qué es aquí?— preguntó mientras pasaba a un lado de la ventana, notando que ya era de noche afuera.
Entonces, Heeseung encendió una pequeña lámpara que estaba sobre un mueble al lado de la puerta y sacó su celular para poner una dulce melodía.
Until I found You de Stephen Sanchez comenzó a sonar.
Jake volteó al escuchar la música y vió a Heeseung caminar hasta su dirección.
Le extendió su mano y entonces Jake entendió que Heeseung quería bailar. Puso su mano sobre la contraria y esta la jaló hasta que ambos cuerpos chocaran. Heeseung posó sus brazos alrededor de la cintura de Jaeyun y este hizo lo mismo en su cuello.
"Georgia, envuélveme en tus « te quiero ».
En mis brazos, oh, déjame abrazarte."
Heeseung sujetó más fuerte a Jake haciendo que este fijara su vista en él. En sus ojos.
"Nunca te dejaré ir de nuevo, tal como hice antes."
Jake se tensó.
¿Eso era... lo que quería decirle?
"Oh, solía decir: nunca volvería a enamorarme hasta que la encontrara.
Yo decía: nunca me enamoraré de nadie a menos que fueras tú.
Estaba perdido en la oscuridad pero luego la encontré. Te encontré."
Jake vió a Heeseung sonreír poquito así que el hizo lo mismo. Agradecía ser australiano y entender bien el inglés, solo así podía saber lo que Heeseung quería decirle a través de esa mirada.
El instrumental de la canción comenzó a sonar por lo que Heeseung aprovechó para separarse un poco de Jake y hacerlo girar lentamente mientras ambos reían.
El lugar se llenó con el sonido de sus risas juntas y la hermosa melodía sonando en el teléfono del mayor.
"Georgia, me atrajiste.
Pregunté si podía amarla una vez más.
Caíste y te atrapé."
Heeseung atrajó nuevamente el cuerpo del menor al suyo y Jake reposó su cabeza sobre el pecho contrario. Cerrando sus ojos al escuchar los latidos de su corazón. Heeseung arropó con sus brazos al menor aún meciéndolos en un lento compás junto a la música.
"Nunca te dejaré ir de nuevo, tal como hice antes.
Oh, solía decir: nunca volvería a enamorarme hasta que la encontrara.
Yo decía: nunca me enamoraré de nadie a menos que fueras tú.
Estaba perdido en la oscuridad pero luego la encontré. Te encontré."
La segunda parte del instrumental llegó y Jake aprovechó para buscar nuevamente la mirada del mayor, quién lo veía con completa adoración.
Entonces, se paró de puntitas hasta alcanzar sus labios, quienes lo recibieron a gusto y comenzaron un lento movimiento junto al ritmo de la música, sintiendo una vez más la dulzura de sus labios, esa que tanto extrañaban.
Todo era tan lento y calmado. Ninguno llevaba prisa en el beso. Solamente deseaban volverse uno sólo mediante él. Demostrarse cuánto se aman, cuánto se extrañan y cuánto se necesitan.
"Nunca me enamoraré de nadie a menos que fueras tú."
Ambos finalmente se separaron del beso, pero la cercanía entre ellos aún era casi invisible, por lo que el mayor aprovechó para juntar sus frentes y subir una de sus manos hasta la mejilla contraria. Acariciándola con ternura, viendo directamente a sus ojos.
"Estaba perdido en la oscuridad pero luego la encontré.
Te encontré."
La canción finalizó, pero ambos permanecieron en la misma posición durante unos segundos más. Jake cerró sus ojos y haciendo a Heeseung agacharse a su misma altura al tomarlo suavemente de la nuca, nuevamente dió inicio a un beso.
Ahora la sala se inundaba del sonido de sus labios besándose con desesperación, tratando de fundirse en el otro. Ambas bocas chocaban entre sí, buscando de alguna forma decir más que mil palabras. Ambos tenían mucho que decir.
Pero entonces, es cómo si un balde de agua fría hubiera caído sobre Jake, quién se alejó rápidamente y miró atónito al mayor mientras su pecho subía y bajaba tratando de recuperar el aliento.
Negó con su cabeza pero antes de que pudiera decir algo, Heeseung se le adelantó.
—Ya sé lo que vas decir.— dijo también con la respiración errada. —"No deberíamos hacer esto."
—¿Entonces por qué lo estamos haciendo?— preguntó, haciendo un inútil intento de no llorar.
Heeseung no respondió y se mantuvo en completo silencio, sin saber cómo explicarle a Jake lo que sentía.
—¿Por qué seguimos haciéndolo? ¿Por qué... tienen que ser así las cosas? ¿Por qué no tuvimos un final feliz?— su voz se fue rompiendo conforme hablaba, haciendo que de su boca salieran pequeños sollozos.
Heeseung otra vez no respondió y vió cómo Jake caía sentado al suelo mientras lloraba, doblando sus rodillas escondiendo su cabeza entre ellas.
Ahora la habitación se llenó de dolorosos lamentos y sollozos por parte del más bajo. Hipaba y respiraba con dificultad, viendo cómo sus lágrimas caían en el mismo suelo en el que bailaron.
—¿De verdad quieres saberlo?— finalmente habló el mayor acercándose a Jake y parándose de cuclillas frente a él. Jake se mantuvo en su lugar. —Porque si es así, planeo contártelo todo.
Shim entonces levantó su cabeza y vió a Heeseung. Este también tenía sus ojos cristalizados.
—Pero para eso debo llevarte a un último lugar.—dijo seriamente.
Jake sorbió su nariz y le miró confundido.
—¿Qué?
Heeseung se levantó y le extendió su mano a Jake.
—Acompáñame a un último lugar.
Jake reconocía muy bien este lugar.
El lugar dónde todo comenzó.
Heeseung tomó su mano y lo sacó del auto. Posteriormente los llevó a ambos al lugar dónde le diría la verdad.
Sentó a Jake en uno de los columpios, específicamente en el derecho, y este veía cada uno de sus movimientos aún con la mirada cristalizada.
Heeseung entonces se puso frente a él y le miró con una dulce sonrisa.
—¿Puedo sentarme aquí? ¿O debo mostrarte mi acta de nacimiento para demostrarte que definitivamente tengo seis años?
Jake recordó su primera conversación.
La primera vez que Heeseung le habló.
El día que se conocieron.
Shim rió un poco. No recordaba mucho lo que había respondido, pero lo intentaría.
—Adelante, ya pateé a unos niños que querían tu lugar.
Heeseung sonrió mostrando su perfecta dentadura, y Jake sintió el más grande deja vu de todos.
Su sonrisa... sigue siendo hermosa.
Heeseung se sentó a su lado y dirigió su vista arriba, justo dónde se ubicaba la luna. Respiró profundo y rezó a todos los dioses existentes pidiendo valentía.
Finalmente lo haría.
Abriría su corazón.
—¿Recuerdas nuestra primera cita cómo pareja?— preguntó.
Jake asintió casi de inmediato. —El parque acuático.
—Fue el mejor día de mi vida.— regresó su mirada a la de su acompañante. —Además del nacimiento de Riki.
Jake se acomodó en su lugar escuchándole atentamente.
—Ese día... regresé a casa siendo la persona más feliz del mundo. No paraba de sonreír y estoy seguro de que me veía cómo un idiota enamorado. Tal vez fui demasiado obvio, por lo que cuándo llegué a casa lo primero que preguntaron mis padres fué "¿quién es la chica?". La relación que tenía con mis padres era buena. Eramos... de esas familias ricas que se amaban mucho y ellos tenían tiempo para darme atención desde pequeño. Les tenía tanta confianza, que no tardé ni un segundo en contarles de tí. Les dije que salía con un chico llamado Jake que conocí en la escuela y era demasiado hermoso y perfecto. Pero... me arrepentí completamente.
—En el segundo en que mencioné que eras un chico, pude ver la decepción en los ojos de mi mamá. Estaba molesta y asqueada, pero no pudo decirme nada al respecto porque lo que salió de la boca de papá fue un "felicidades hijo, estoy orgulloso de tí."
Jake le miró sorprendido. Heeseung nunca le había hablado de su padre más que la vez que le mencionó que ya había fallecido.
—Luego de eso fuí a mi habitación y me sentí tan... incómodo. Sabía que las cosas no serían igual que antes, y estaba en lo cierto porque en cuánto mi padre se fue a un viaje de negocios, mamá me dió el primer golpe de mi vida.
¿Entonces si era cierto?
¿Heeseung... si fue maltratado?
—Fueron unas simples cachetadas, así que no le tomé importancia, y me dijo que terminara contigo si no quería que los golpes subieran de tono. Obviamente no le hice caso y seguí saliendo contigo sin que ella se enterara. También comencé a hacerme más cercano a mi padre, porque sabía que ella no me haría nada estando él conmigo, y cuándo él se iba... yo lloraba.— rió secamente. —Que vergonzoso, ¿no?, un adolescente llorando para que su padre no se fuera. Pero era así porque le tenía mucho miedo a madre. Con el pasar del tiempo... las cachetadas dejaron de ser eso y se volvieron patadas en el estómago y golpes con objetos. Cada vez era más duro de soportar. Sangraba mucho y mi condición física era un asco, afectaba hasta mis entrenamientos con el equipo. Los chicos lo notaron pero mi típica excusa era que me caía yendo a la escuela o me lesionaba practicando en casa, y bueno tú... nunca lo notaste, por lo que era un alivio.
Jake se sintió terrible.
Su estúpida timidez por no ver el torso desnudo de su novio porque no estaba "listo" para hacerlo le impidió darse cuenta de las cosas.
—Pasaron los meses y los golpes nunca cesaron, pero siempre podía aguantarlos, porque sabía que luego de cada golpiza iba a tu casa a sentirme seguro. Si todos esos golpes eran el costo que tenía que pagar para estar contigo, entonces podía soportarlo, porque sabía que al final del día ahí estarías tú recibiéndome en tu puerta con una hermosa sonrisa y diciéndome cuánto me amas.
—Cumplimos un año y te embaracé.— rió. —Yo era... el hombre más feliz del mundo. Saber que tendría un hijo contigo me hizo tan feliz, no podía pensar en nada más que cuidarlos a ambos y darles todo el amor que pudiera dar e incluso más. Quería ser el mejor padre para Riki, quería ser el mejor novio y prometido para tí, quería ser el mejor hombre para ambos, pero entonces... todo se vino cuesta abajo.— relató con una mirada triste. —No sé cómo, pero mamá se dió cuenta de cómo eras tú. Sabía tu nombre y tu cara, y yo no podía dormir tranquilo pensando en eso. Así que te pedí que dejaras la escuela y tu trabajo. Me dolió mucho hacerlo... porque no quería que pensaras que quería que abandonaras tus sueños sólo por un embarazo, pero afortunadamente lo tomaste bien. No podía correr el riesgo de mostrarte al mundo sabiendo que mi madre es una loca y sabía quién eras, así que dejé de sacarte a citas. Prefería pasar el tiempo en tu departamento cuidando de ambos y durmiendo a tu lado, pero ni siquiera me di cuenta cuándo dejé de hacerlo con frecuencia con tal de tener a mi madre en la mira. No tenía idea de que estaba dañando nuestra relación hasta que me dijiste que no les estaba dando la atención que merecían.
Otra vez Jake se sintió terrible. Había pensado todo ese tiempo que Heeseung se veía con alguien más cuándo en realidad estaba sufriendo por su cuenta.
—Pudiste... decirmelo. Confiar en mí.— le dijo triste. —Pudimos haber buscado una solución juntos.
Heeseung negó. —Jake, si mi mamá me golpeaba a mí que soy su hijo, ¿qué crees que habría hecho contigo?
Jake sabía que eso era cierto.
Todo este tiempo Heeseung quiso protegerlo de su madre, es por eso que nunca se lo mencionó, porque sabía que el buscaría enfrentarla, y quizás, sólo quizás... ella le habría hecho algo cruel a el o hasta al mismo Ni-ki.
—Mi padre enfermó, por lo que debía encargarme de ciertas cosas de la empresa aún siendo estudiante. Mi madre me entrenaba pero mi mente sólo se concentraba en ustedes, en cómo estarían, en si necesitarían algo... y mi madre comenzó a estresarse por mi comportamiento, así que se encargó de que los golpes fueran cada vez más hostiles. Me golpeaba con objetos duros, sin importar cuánto pesaran y siempre buscaba mi cabeza, queriendo hacerme daño ahí. En ese tiempo fue cuándo tenías una cita y yo no pude ir contigo porque mi madre me pegó tan duro contra el lavamanos de mi baño que mi cara era un completo asco. Sangraba muchísimo y mi nariz se rompió, me sentí horrible... toda mi cara dolía, pero dolía aún más el hecho de que no podía dejar que me vieras así y no podría acompañarte al día más esperado por ambos.— una lágrima bajó por la mejilla de Lee, seguido de otra, y otras más. Empañando su vista. Recordando su horrible reflejo. Sintiendo un nudo en su garganta impidiéndole decir más, dejando salir los sollozos más dolorosos que Jake alguna vez había escuchado.
Se levantó rápidamente de su lugar y abrazó fuertemente a Heeseung. Llorando a su lado, escuchando los cada vez más fuertes lamentos del mayor.
Heeseung se abrazó a la cintura de Jake y se sostuvo a ella cómo si fuera el único salvavidas que lo mantendría a flote. Sintiendo cómo su cuerpo se calmaba ante el conocido calor brindado. Ese sentimiento de hogar que sólo Jake podía darle.
Pasados los minutos, Heeseung le indicó a Jake que debía seguir contándole, así que este se separó y los dirigió a una banca lejos del área de niños, tomándole de la mano y no soltándola en ningún momento.
—Antes de que me desmayara la pedí a Sunghoon que fuera contigo.— siguió contando. —Cuándo desperté... estaba en el hospital. Mi madre me había llevado ahí diciendo que me peleé con unos chicos de mi escuela y por eso necesitaba ayuda inmediata. Ahí supe que definitivamente no medía sus acciones, y que golpearme era el método que utilizaba para desestresarse. Cuándo estuve mejor y regresé a casa... fué cuando el verdadero infierno comenzó, porque fue cuándo mi madre se dió cuenta de que estábamos esperando un hijo.— suspiró. —Sunghoon había dejado ecografías de Riki en mi habitación, y me enteré de la peor forma posible de que tendríamos un niño. Si lo de antes eran golpes... los de ese momento eran palizas. Ahora rompía botellas en mi cabeza, quemaba mis dedos, aruñaba mi espalda... también congeló mis tarjetas, por lo que no tenía dinero para mantenerte, comprar cosas para Riki, pagar tu departamento y comida... tuve que pedirle dinero prestado a mis amigos más de una vez y no sabes la puta vergüenza que sentí porque ellos creían que no tenía dinero por castigo de mis padres por ser un adolescente rebelde cuándo la realidad era tan diferente.
Cada vez que Heeseung hablaba, los pequeños detalles del pasado comenzaban a cobrar sentido. Era increíble cómo esa cita en el parque acuático desató un huracán en la vida de ambos.
—Amarte se sentía tan incorrecto... y sabía que no era por tí, sino por mí. Ya no quería verte. Quería que me olvidaras porque guardarte un secreto de ese tamaño estaba empezando a pesarme. Pero teníamos un hijo, y no podía simplemente romper contigo. Por lo que aguanté un poco más. Pero entonces... cuándo creí que nada podía ser peor, mi padre falleció. Estuvo meses en cama, sin tener idea lo que mi madre me hacía. El era... mi héroe, a quién más admiraba. El era la persona más fuerte que había conocido, quería ser cómo el pero... se había ido. Me sentí tan vacío, tan... yo lo quería, Jake, era la única persona que ha dicho que está orgulloso de mí y de repente se esfumó, se... fué.— Heeseung comenzó a llorar nuevamente y Jake sostuvo fuerte su mano.
Se pegó a su lado, sin dejar ningún espacio entre ellos y llevó sus manos entrelazadas a su boca para dejar un fuerte beso sobre ellas, acariciándolas posteriormente con su pulgar.
—No lo quería dejar ir, me aferré a su cama cómo un niño pequeño mientras le pedía que no me dejara sólo. Pero en cuánto lo vi salir por esa puerta, supe que ahora sí estaba perdido.— respiró profundamente. —Pocas semanas después, Riki nació, incluso cuándo le faltaban dos meses. Cómo ya te dije, fuí el hombre más feliz al verlo. Era tan pequeño... tan lindo. Al verlo supe que no hay nada que no haría por él. Quería que creciera feliz a nuestro lado, en nuestra casa, sin pensar en nadie más. Sabía que Riki era mi libertad, mi recompensa por haber aguantado hasta el final.
Hizo una pausa, una que duró mucho.
Y entonces Jake se dió cuenta de que este es el momento de la historia dónde hablaría sobre su ruptura.
—¿Tú sabes que te amo demasiado, verdad?— Jake asintió. —Pero si hay alguien a quién amo más que a tí, esa persona es Riki.— dijo. —Es por eso que cuándo ella me hizo escoger entre las dos opciones, no dudé en ir por la primera.
Jake le miró confundido. —¿Qué dos opciones?
—Terminar contigo y quedarme con Riki. Buscar a una chica, casarme con ella y fingir que es nuestro hijo.— respondió. —O... quedarme contigo pero ver cómo esa mujer mata a Riki.
El lugar se quedó en silencio.
Nadie respiraba.
Nadie decía nada.
Heeseung volteó hacia Jake quién tenía la boca levemente abierta y se notaba más que sorprendido. Estupefacto. Sin poder creerlo.
Jake se soltó de Heeseung y buscó algún indicio de broma en el rostro contrario, cosa que no encontró porque Heeseung hablaba totalmente en serio.
—¿Qué?
—Mi mamá contrató un sicario. El se paró frente a mí y me demostró con muñecos lo que le haría a Riki. Ella está súper loca y yo estaba muy desesperado porque sabía bien de lo que era capaz así que hice lo que sabes que hice. Te mentí, te dije que ya no me gustabas y rompí contigo. Te rogué quedarme con Riki porque sólo así podría protegerlo y no dejar que algo malo le pase. Quise hacer lo mismo contigo pero preferí que me odiaras para que así no exista ninguna forma de que puedas volver a amarme, porque si lo haces, Jake, te juro que no sabría qué hacer.
Jake seguía totalmente desconcertado.
Eso... lo explicaba todo.
—Mis días sin tí fueron una total tortura. Me sentía perdido y culpable. No podía ni verme al espejo porque me odiaba tanto.— confesó volviendo a llorar. —Eras mi luz, mi única cura, mi hogar y yo... te alejé de mí y te llevaste el peor recuerdo mío.
Para entonces Jake también estaba llorando. Ahora lo entendía todo, y no podía creer lo cruel que es el mundo con las mejores personas.
—No tenía ni idea de cómo cuidar de Riki, así que una de mis trabajadoras me ayudó muchísimo con eso. Luego te contaré de ella.— siguió diciendo. —Un día recaí repentinamente en mi casa, y fue cuándo me llevaron al hospital y me diagnosticaron Epilepsia. Los golpes de joven me jodieron el cerebro y me fuí alejando un poco de Riki por eso, porque no quería que el me viera débil. Hubieron momentos dónde ya no soportaba mi vida, ya sabes... las cartas que encontraste, pero cada vez que pensaba hacerlo entonces pensaba en nuestro hijo, en lo mucho que lo amo y en todo lo que soy capaz de hacer por el. Recordaba a mi padre y lo mucho que el soportó sólo para verme feliz, así que quise hacer lo mismo por Riki. Y quería hacer sentir orgulloso a mi padre, dónde sea que esté.
—Pasado el tiempo me casé cuándo aún iba a la universidad, ella se llamaba Serin pero se dió cuenta de que Riki era hijo de dos hombres gracias un error mío estando borracho así que le dijo a mi madre que se divorciaría porque le daba asco salir con un gay. Mamá se molestó demasiado pero ya no me golpeaba, ya era un hombre y sabía cómo defenderme. Serin llegó a un acuerdo para no decir nada al respecto a cambio de una increíble recompensa monetaria y me mantuve soltero hasta encontrar a la "correcta"— rió irónicamente. —Lo que no sabía era que mi madre y los padres de Hyerin estaban esperando a que ella cumpliera dieciocho para casarse conmigo. Acepté el nuevo matrimonio y me concentré por completo en la empresa, dejando de lado a Ni-ki porque confiaba en que Hyerin lo cuidaría, después de todo era una niña y sabía que no le haría daño. Pero ayer me enteré que Riki también la pasó mal y ahora lo único que quiero es acabar con esto de una vez.
Ni-ki le había contado a Jake lo mucho que su abuela y madrastra lo odiaban, sin embargo, no pensaba que le hicieran lo mismo que a Heeseung. Debe ser por eso que Ni-ki se esforzaba tanto en volverlos a juntar, para ya no tener que vivir con ellas.
—¿Qué harás?
—Me divorciaré de Hyerin.— dijo seguro. —Y las haré a ambas pagar por esto. Sólo que aún debo pensar bien una estrategia.
Jake suele decir lo mucho que extraña al Heeseung de antes, al Heeseung del que se enamoró. Pero este Heeseung... hecho un hombre adulto, fuerte y seguro de lo que haría es algo que no pensaba que podría amar.
—Heeseung.— le llamó y este volteó. —Estoy muy orgulloso de tí.
Lee no sabía que decir. Es decir... no se lo esperaba para nada.
Finalmente escuchó lo que tanto había querido escuchar de parte de Jake.
Se acercó al menor y con la mayor cautela del mundo, dejó un beso fugaz sobre sus labios. Agradeciéndole el apoyo.
—Gracias por escucharme.— dijo contra sus labios. —Sé que no fue fácil para tí todo lo que viviste por mi culpa, lo siento.— tomó la mano del más bajo y besó sus nudillos. Luego volvió a besar sus labios afectuosamente. Esta vez pidiéndole perdón.
—Gracias a tí por contármelo.— dijo sincero. —Me siento fatal por tratarte mal todo este tiempo, y por haber sido un pésimo novio en el pasado. Debí darme cuenta y ayudarte con eso en lugar de concentrarme solo en mí, lo siento.— hizo un pequeño puchero con sus labios que el mayor no dudó en besar.
—Ahora que sabes la verdad, espero que las cosas ya no sean tan incómodas entre nosotros. Y... no te pediré nada más porque sé que necesitas tu tiempo para procesar todo y para sanar... p-pero si algún día necesitas a alguien... o sí... te sientes mal, no dudes en llamarme. Haría lo que fuera por tí también.
Jake sonrió conmovido. Ese hombre de verdad puso encima a su hijo por sobre todas las cosas. Puso a Riki antes que a su relación, y eso no le molestaba para nada a Jake, porque si bien le hubiera gustado pasar el resto de su vida junto a Heeseung y vivir un felices para siempre junto a él, prefería tener a Ni-ki con vida, sano y salvo, siendo un niño saludable y fuerte.
Aún si no lo criaban juntos.
Papá oso cumplió con su deber de cuidar a nuestro bebé Ni-ki.
🌷; ...
fuí literalmente el océano pacífico escribiendo este capítulo 😭😭😭😭😭
¿si les gustó? cuéntenme :(
gracias por leer 💕
2/2 ⭐️
Rin.
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