#025
—Lo siento, señor, pero las mascotas no están permitidas en este lugar.
—Sí, si lo están.— Heeseung sacó varios billetes de su billetera y se los entregó al hombre, quién sigilosamente los tomó y los contó dejando salir un silbido.
Ni-ki, quién cargaba a Rogelio, vió la escena con los ojos más que abiertos. Su padre era tan genial.
—¿Quieren que traiga una silla de bebé para el cerdito?— ofreció el hombre abriendo la puerta del restaurante.
—Por favor.— pidió Ni-ki con una sonrisa.
Una vez se sentaron en una mesa, Ni-ki dejó que Rogelio descansara en sus piernas mientras esperaban al mesero. La verdad es que a diferencia del típico estereotipo que se tiene de los cerdos, Rogelio es muy limpio. Por supuesto que es porque Ni-ki lo baña y asea más de lo que hace consigo mismo.
—¿Qué van a ordenar?— preguntó el mesero dejando la silla a un lado de Ni-ki. Este acomodó mejor a Rogelio quién hizo oink oink a gusto.
—¿Qué quieres, Riki?
—Mmm, ¿waffles?
—Eso, dos por favor.— pidió y el hombre asintió.
—¿Café o jugo?
—Café.
—Jugo.
Heeseung y Ni-ki se vieron entre sí y estallaron de risa.
—Entiendo, ambos.— rió también el mesero. —En unos minutos estará listo.— hizo una reverencia y salió del lugar.
—Papá.— llamó Ni-ki luego de unos segundos de silencio. Heeseung levantó la vista de su celular y le prestó atención. —¿Tú cómo supiste que te gustaba Jake?— preguntó.
Y entonces Heeseung casi se cae de la silla.
Le vió con sorpresa y nerviosismo. —¿Q-qué?
—Cuándo eras adolescente.— aclaró. —¿Cómo te diste cuenta?
Heeseung esperó unos segundos antes de responder. Chasqueó su lengua y dejó salir un poco de aire.
—No lo sé..., ¿simplemente pasó?— respondió sincero. —Quiero decir... es cómo si nunca hubo un comienzo. Cómo si fuí hecho para amarlo.
Ni-ki casi colapsa en su lugar.
Su padre sí que era un romántico.
—Vaya...— fue lo único que pudo responder. —¿Y con él fue igual?
Heeseung rió y negó con su cabeza. —No. No fue así. Él me ignoraba y se mantenía alejado de mí aún cuándo yo no hacía nada. Por alguna razón él era amable y tierno con todos menos conmigo.— rió nuevamente.
A Ni-ki no le sorprendió. Jake tiene una inusual forma de amar.
—¿Y entonces cómo descubriste que gustaba de tí?
Heeseung movió su celular con la mirada perdida. Eran... buenos recuerdos.
—Creo que lo hice el mismo día que el descubrió que gustaba de mí.— dijo bajito y sereno. —Fue un error, de hecho. Yeonjun gustaba de Soobin y me pedía dejarle notas, pero él lo malinterpretó y prácticamente me rechazó frente a toda la escuela. Algunos se rieron de mí porque era popular y siempre lo tuve todo, por lo que una humillación amorosa fue un golpe bajo.— negó con su cabeza soltando un bufido.
Pinche, Soobin, siempre hablando de más.
—Pero Jake... el fue el único que no se rió. Se molestó mucho conmigo por eso y me evitaba aún más. Creyó que no era sincero con lo que sentía por el.— siguió contando. —Probablemente estaba celoso y por eso se molestó. Porque ignoró mis coqueteos tantas veces, pero en el momento en qué me vió con alguien más se dió cuenta que le gustaba lo especial que era con él.
Heeseung sonrió con la vista fija en algún punto del suelo. Dios... cuánto le gustaba Jake.
—Espera...— Ni-ki lo sacó de sus pensamientos. —¿Hablas del doctor Choi Soobin?
Heeseung entonces se dió cuenta de que la había cagado bien grande.
En su defensa, esos dos le debían una disculpa por hacerlo pasar vergüenza en la escuela.
—¡¿A Yeonjun hyung le gustaba el doctor parlanchín?!— gritó y Heeseung se levantó de su lugar para tapar la boca de su hijo. Por suerte no habían muchas personas en el lugar.
—Guarda silencio, y sí, ahora están casados.
—¡¿Qué?!— Heeseung le dirigió una mala mirada. —Lo siento.— sonrió apenado. —Eso explica por qué en el hospital dijo que Yeonjun no le había mencionado nada sobre tu ruptura con Jake...
—Así que así es cómo te enteraste.— suspiró. —Al final toda mi vida está saliendo a la luz.
—Eso es bueno. — trató de animarle. —Así será más fácil para ustedes volver a estar juntos.
Heeseung negó. —Eso ya no es posible, Riki.
—¿Por qué? Tú aún lo amas.
—Sí pero el a mí no, y está en todo su derecho. Estoy seguro de que tu sabes por qué.
—¿Porque lo dejaste?— preguntó. —¿Porque le alejaste de mí?
Heeseung parpadeó con pesadez y asintió desganado.
—Estoy seguro de que hubo una razón para hacer eso.
El mayor no entendía por qué Ni-ki no lo odiaba cómo lo hacía Jake. Eso es lo que el merecía, odio.
—No hay ninguna excusa para lo que hice. Esa es la verdad.
—Para mí no es así.— dijo seguro. —Pero prometí no entrometerme más. Sólo espero que algún día puedas decirme la verdad, y sí lo que necesitas es más tiempo... entonces te esperaré lo necesario.
El corazón de Heeseung se sintió tan cálido. El calor y apoyo que le estaba dando su hijo... era el que necesitaba.
Dios, estaba tan orgulloso de él.
Luego de unos minutos el mesero llegó y dejó sobre su mesa los desayunos. Heeseung comenzó a comer pero Ni-ki se mantuvo con la vista perdida en completo silencio, lo que le pareció extraño a Heeseung y hasta al mismo Rogelio.
—¿Todo bien?
Ni-ki suspiró sin dejar de ver los waffles sin tocar frente a él.
—Papá... hay algo que quiero decirte.
—Gracias, señor Shim.— dijo Jungwon sentándose en la cama de Ni-ki. Había descansado unas pocas horas y aunque no se sentía para nada "como nuevo", ahora se encontraba más tranquilo que antes.
—No es nada.— Jake sonrió y se sentó a su lado. —Es cómoda la habitación, ¿no?
Jungwon asintió. Una de las razones por las que pudo caer dormido es gracias al aroma del perfume de Lee que estaba impregnado en cada parte del lugar, aparte del calor hogareño que le brindaba Shim.
—¿Usted... alguna vez se sintió débil?— preguntó tímidamente. Jake tuvo que agacharse para escuchar bien su baja voz. —¿Inservible... por ser doncel?
Shim se congeló en su lugar.
La verdad es que nunca le habían hecho esa pregunta antes.
Pero sí se había sentido así.
Asintió. —Es inevitable pensar eso, Jungwon.— respondió. —Ves a tus compañeros de clase ejercitándose y saliendo con chicas lindas y a diario te preguntas, ¿por qué no puedo ser cómo ellos?
Jungwon trató de buscar su mirada pero Jake mantuvo su cabeza gacha todo el tiempo.
—Piensas que eres menos masculino que todos ellos y que nunca podrás salir con una chica porque entonces ¿qué explicación le podrás dar?— soltó una risita. —Y... ser odiado por tu familia por eso hace que te sientas tan... pequeño. Cómo si dejaras que te pisoteen y no puedas hacer nada al respecto porque ¿qué puedes hacer?
Eso era exactamente lo que Yang sentía, y ahora se daba cuenta que tampoco debió ser fácil para Shim.
—Es inevitable pensar eso de tí porque no encuentras una explicación lógica del por qué.— finalmente conectó su mirada con Jungwon, quién le escuchaba atentamente. —Y te sientes así hasta que...
—¿Hasta qué...?— preguntó al ver que Jake había dejado la oración al aire.
Entonces vió cómo este salía de la habitación sin decir nada más. Jungwon se mantuvo confundido en su lugar, hasta que Jake regresó y le pasó una fotografía. Yang la tomó entre sus manos y la admiró.
Era una fotografía de Heeseung. Probablemente de cuándo era adolescente.
—... hasta que alguien te hace verte de otra forma.
Jungwon dirigió ahora su vista a su mayor, notando cómo este tenía su mirada fija en la fotografía con una pequeña sonrisa adornando sus labios.
—El señor Lee tuvo suerte de conocerlo. Es una gran persona.
Jake negó. —El que tuvo suerte fuí yo.— llevó su dedo índice a la fotografía y acarició el rostro de Lee con cariño. —Lo extraño.
—Ustedes aún se conocen. Aún pueden ser cercanos.
Jake volvió a negar. —Extraño a mí Heeseung.— dijo nostálgico —Al anterior Heeseung que alguna vez conocí.
Jungwon no sabía que más hacer además de acariciar reconfortante la espalda del mayor.
—Lo siento. Se suponía que esto se trataba de tí.— sonrió apenado y tomó la fotografía nuevamente para luego guardarla en uno de los cajones de Ni-ki. —Lo que trataba de decirte era que, en mi caso, Heeseung fue de gran ayuda y al ver que el me seguía tratando igual cómo normalmente hacía luego de que se lo dijese, yo... me sentí seguro. Es cómo si lo hubiera necesitado a él para darme cuenta que puedo aceptarme a mí mismo, ¿entiendes lo que quiero decir?
Jungwon asintió sumergido en sus pensamientos.
Debe sentirse bien tener a alguien que te ame cómo Heeseung lo hace con Jake.
—¿Tiene que ver esto con lo que querías decirme?— preguntó cautelosamente.
Yang le vió durante cortos segundos y luego volvió a asentir lentamente. —Yo también soy doncel, y... bueno yo no sé cómo sentirme al respecto.— dijo y Jake le escuchó atentamente. —No me gusta y no quiero serlo, pero honestamente... una parte de mí no tolera tener que vivir así. No quiero ser frágil ni ser alguien que necesite protección...
—Entonces no lo seas.— habló calmadamente —Seas o no doncel, tienes el derecho de vivir cómo quieras. Sí quieres salir con una chica, adelante. Sí quieres hacerlo con un chico, está bien. Si quieres tener abdominales, tenlos. O si quieres usar faldas, hazlo. Lo que quiero que entiendas es que, absolutamente nadie tiene el derecho de hacerte sentir inferior, y aunque hayan personas que sí lo hagan, habrá algún momento dónde ya no te importen porque entonces tú sabrás que eres lo suficientemente valioso para tí mismo, y por eso no necesitas serlo para alguien más.
El menor escuchó todo con atención intentando que de alguna forma todo se quede grabado dentro de él, y hacer que las inseguridades que sentía se esfumen.
—No necesariamente tendrás a un Heeseung para ayudarte. Yo lo necesité, pero eso no quiere decir que tú también debas depender de alguien.— dijo. —Con que te tengas a tí mismo está bien.
Shim posó una de sus manos sobre la cabeza pelimorada y revolvió sus cabellos con ternura.
—¿Está bien?
Jungwon asintió. —Es... lo que necesitaba oír. Gracias, señor Shim.
Jake sonrió. —No es nada.
—¿Puedo... contarle algo más?— Jake asintió. —Es sobre mi familia.
Jake abrió sus ojos sorprendido. —Bien, te escucho.
—Cómo usted sabe, nosotros somos sus vecinos, pero mamá no vive con papá y yo. Es decir, sí lo hace pero prefiere dormir en otros lugares. Cuándo llega a casa siempre se molesta por lo mínimo conmigo, me dice cosas horribles, pero honestamente ya no duele. No le tomo mucha importancia.— dijo con calma. Jake le escuchaba con el ceño fruncido. —Papá... bueno él sabe que soy doncel, ambos lo saben, pero por alguna razón a el le repugna tanto eso y me golpea y hace daño. Él es quién ha dejado marcas en mi cuerpo junto a los chicos de la escuela.
Jake no sabía que decir.
Si bien él también fue aborrecido por su familia, nunca fue golpeado por nadie, y menos por las personas que le dieron la vida.
No imagina lo duro que debe ser vivir con eso.
—Jungwon, yo... lo siento tanto.— se acercó nuevamente para abrazarlo con fuerza. Jungwon correspondió y cerró sus ojos.
Pensó que lloraría al contárselo a Jake, pero más bien sintió cómo se deshacía de una pesada carga invisible sobre su espalda.
—Ni-ki vió hace poco cómo mi padre me golpeaba.— confesó. Jake se alejó un poco de él para verlo preocupado. —Pero me defendió otra vez, y me sacó de ahí. Mi papá no le hizo nada a él, no se preocupe.
¿Ni-ki... en serio había hecho eso?
Un sentimiento de orgullo inundó su corazón.
El realmente es un héroe.
—Es tan intrépido.— sonrió contagiando al contrario. —Pero tú ya no puedes vivir ahí.
—No tengo de otra.— se separaron del abrazo y Yang suspiró. —He pensado mucho en vivir con mi abuela.
—¿Ella vive aquí en Seúl?— Jungwon asintió. —Deberíamos hablar con ella sobre esto.
—Sólo espero no ser una carga para ella. Honestamente es la persona a quién más amo.
Jake juraba verse a sí mismo en Jungwon.
Era cómo verse en un espejo, un reflejo de él mismo hace más de diez años.
Heeseung no podía creer lo que escuchaba.
Estaba molesto, muy molesto.
¿Cómo se atrevían esas mujeres a tocar a su hijo?
—¿Hyerin y mamá te hacen eso?— preguntó con el ceño más que fruncido. Ni-ki se asustó por la expresión de su padre.
—S-sí. Bueno... hacían.— respondió nervioso. —Últimamente ya no me hacen nada ni me dicen cosas.
Heeseung soltó un golpe estruendoso sobre la mesa que asustó por completo a su hijo, a Rogelio, a los demás clientes y a los trabajadores del restaurante. Pero a Heeseung no podía impórtale menos. Se suponía que no ponerle un dedo encima a su hijo era parte del maldito trato que había hecho para separarse de Jake y casarse con cuántas mujeres su madre quisiera.
—¡Eso no cambia el hecho de que te hicieron daño en el pasado!— gritó totalmente enfurecido. —Me van a escuchar.— se levantó abruptamente de su lugar logrando llamar aún más la atención de las demás personas.
—Papá, no... déjalo. Está bien así.
—No, no está bien. Las haré disculparse por cada cosa que te han hecho y por cada vez que te pusieron un puto dedo encima. Las haré pedir perdón incluso si tengo que hacerlas arrodillarse con mis propias manos.
Ni-ki estaba estupefacto. Jamás había escuchado a su padre expresarse de esa forma y jamás lo había visto así de enojado.
—Vámonos de aquí.— dijo dejando más que suficiente dinero para pagar el desayuno sobre la mesa y saliendo del lugar hecho fuego.
Lim Hyerin y Lee Haemin.
Las hará pagar por esto.
—Oh, ¿estabas de viaje?— preguntó la pelinegra terminando de maquillarse frente al espejo. Heeseung no tenía ni puta idea de a dónde iría ahora y no le importaba en lo absoluto. —Debiste haberme avisado.
Su cara se mantuvo seria en todo momento. Se paró a un lado de ella hasta que sintió su impotente presencia y lo vió por el reflejo del espejo.
—¿Pasa algo?
—Tú.— dijo con un tono de voz grave. —¿Desde hace cuánto que maltratas a Riki?
Ella soltó una risa. —¿Maltratas dices? ¿Quién te dijo eso? Ya te he dicho que no regreses borracho a casa, siempre dices cosas sin sent-
—Él me lo contó.— la cortó con los ojos cerca de tirar láser con ellos. —Me dijo cada una de las cosas que le hiciste y lo horrible que eres con él.
—¿Y tú le crees? ¿Sobre mí?— preguntó indignada. —Tú sabes cómo son los adolescentes, hacen cualquier cosa por dejar en mal a sus padres.
—Tú no eres su madre.— lo dijo, por primera vez. —Y eso tú lo sabes bien.
Ella soltó una risa seca y dejó su labial a un lado.
—Llevo siete años casada contigo. Tiré mi adolescencia a la basura para ser tu esposa y criar a ese mocoso. No sé de qué puta barata es hijo, pero fuí yo quién lo cuidó todo este tiempo mientras tú trabajabas.
—¡NO VUELVAS A HABLAR ASÍ DE MÍ HIJO Y SU MADRE!— gritó ferozmente, haciéndola sentir pequeña. —Y agradece que no soy de los hombres que golpean mujeres, porque aún con todo lo que has hecho no soy capaz de hacerte daño.
—¿Y qué hay de tu mami? ¿Por qué con ella no te enojas y descargas toda tu ira conmigo? Ella lo odia más que yo.
—Ya me encargaré de ella. Esto es entre tú y yo.
Hyerin se levantó de su lugar quedando frente a frente con Heeseung. Le sonrió con malicia mientras pasaba uno de sus dedos sobre su pecho.
—¿Quién te creerá?— sonrió aún más. —Somos nosotras dos contra tú y un mocoso que no sabe ni cómo defenderse. Si abres la boca no serás nada más que un chiste porque ambos sabemos que todos le creerán más a dos mujeres víctimas que a un enfermo infiel.
Heeseung tomó su dedo y lo alejó bruscamente sacándole un chillido. —Me das tanto asco.
—Y tú estás jodido.— sonrió nuevamente y dejó un casto beso sobre los labios de Heeseung.
—Si mencionas algo sobre esto, Heeseung, te demandaré por violencia intrafamiliar.— amenazó seriamente. —Se un buen esposo y mantén tu boca cerrada.
Dicho esto salió de la habitación con una gran sonrisa de satisfacción y superioridad en su rostro.
Heeseung sabía que tenía más las de perder. Era su palabra contra la de su madre y su esposa. No tenía pruebas más que las cámaras de su casa dónde curiosamente Nicholas le había mencionado antes que habían cintas desaparecidas justo en días y horas dónde no se encontraba en la ciudad. Además, la familia de esa mujer era increíblemente poderosa y no había duda que harían lo que sea para mantener inocente la imagen de Hyerin. Y aunque no quisiera admitirlo, era muy odiado en las redes sociales. Tenía la fama de ser un infiel y salir con chicas incluso más jovenes que Hyerin, lo que era totalmente falso.
Estaba literalmente jodido.
la mamá y la esposa de hee me caen tan mal. sacrifiquenlas para un live heejake
1/2 ⭐️
Rin.
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