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#014

La punzada que sintió Jake en su cabeza cuando despertó le indicó lo mucho que bebió la noche anterior.

Arrugó el entrecejo al sentir el sol asomarse por su ventana. El prefería las cortinas cerradas, así que le sorprendió ver estas abiertas.

—Ugh.— se quejó intentando alcanzar su teléfono en la mesita a un lado de la cama. Al final terminó derramando todos los objetos sobre esta, pero su teléfono no estaba por ningún lugar.

Se sentó torpemente en la cama, sosteniendo su cabeza al sentir otra punzada, y buscó su dispositivo con la mirada. Siguió sin encontrar algún rastro de el, así que se levantó por completo y se dispuso a darle vuelta a su habitación y su apartamento con el único fin de encontrarlo.

Cosa que no logró.

Soltó un suspiro decepcionado y se apoyó en la isla de su cocina tomando su cabeza entre sus manos por enésima vez.

—Mierda...— susurró, sintiendo su cabeza al punto del colapso.

Trató de recordar algo de la pasada noche, pero no llegó a nada y solo consiguió que sus oídos dolieran ante la presión.

¿Qué diablos había pasado?

Entonces una pregunta aún más importante llegó a su mente.

¿Cómo diablos llegué aquí?

Jake sabía que había bebido y por ende, terminó asquerosamente borracho. Sin embargo, todos sus recuerdos se limitan al momento en que bailó con Hyunjun, el agradable y guapísimo chico que conoció esa misma noche.

Rápidamente tocó su culo con ambas manos para comprobar sus sospechas. Afortunadamente, no se había acostado con Hyunjun, por lo que su trasero no dolía.

Suspiró aliviado ante este hecho.

Al final terminó suponiendo que Hyunjun lo había dejado en su casa, así que no pensó más en ello. Mientras tanto, se dispuso a buscar algo qué comer no sin antes tomarse todo un litro de agua por la resaca. También tomó una pastilla para el dolor de cabeza que tenía guardada en su cocina junto con un cooling patch como buen arquitecto que es.

Con el emparedado en sus manos se sentó en su sofá y encendió la televisión para ver una película, atorándose con su propia saliva al recordar dos cosas;

#1 No había cepillado sus dientes.

#2 Hoy también tenía que trabajar para Heeseung.

Sus ojos viajaron al lado de la tv que indicaba la hora, sorprendiéndose a sí mismo al notar a qué hora había despertado.

—¡¿4 PM?! — gritó invadido por la sorpresa.

Diablos. Había despertado tardísimo. Su celular y sus demás cosas de mano estaban extraviadas. Y su propio olor le daban ganas de vomitar. Y lo peor de todo es que Heeseung seguramente lo había estado esperando horas atrás en Honey Moon porque así lo habían acordado ambos.

Jake se sentía tan decepcionado y culpable. Principalmente porque ya no era un chamaco de dieciocho años que tomaba despreocupadamente.

Se mordió el labio nerviosamente y decidió terminar de comer. Ya después se preocuparía por el seguramente mal genio que tendría Lee.

Tomó una ducha rápida y se alistó. Se puso un traje formal y peinó desordenadamente su platinado cabello. Salió de su apartamento antes de lamentarse ruidosamente al recordar que tampoco encontraba sus llaves, por lo que posiblemente termine durmiendo en el pasillo.

Dejando de lado su drama, se dirigió al vestíbulo y usando el teléfono de la recepción llamó a un taxi, el cual llegó más rápido de lo que esperaba y logró pagar con el poco dinero que traía.

Entró al club como alma que lleva el diablo y se dirigió a su oficina, encontrandose a Nicholas fuera de esta.

—Llegas tarde, Jaeyun.— dijo.

—Sí... lo lamento. ¿Puedo pasar?— Nicholas asintió y se hizo a un lado abriendo la puerta para Jake y posteriormente entró a la habitación.

Jake se detuvo en seco al ver a la inesperada figura frente a él. —¿Ni-ki?— el mencionado levantó la cabeza. —¿Qué haces aquí?

El menor estaba sentado en su escritorio concentrado con lo que sea que hacía. Vestía un traje de oficina tallado a su medida y un gafete colgando de su cuello.

Ni-ki se levantó de su asiento y fue a abrazar a Jake. —Terminé mi tarea temprano, así que papá me dejó venir a verte, pero no estabas... así que decidí esperarte.

Jake sonrió entre enternecido y nervioso. —Ah... ¿y d-dónde está tu padre?

Ni-ki alzó los hombros. —Probablemente esté en su oficina.

Jake asintió y se dirigió a su escritorio, justo donde Ni-ki estaba antes y admiró los dibujos que hacía el menor.

—¿Esto lo hiciste tú?

Ni-ki asintió llegando a su lado.

—Se parece, ¿cierto?— sonrió orgulloso.

Jake tomó entre sus manos el dibujo de Jungwon.

—¿Jungwon...?— Ni-ki asintió. Jake le vió con una ceja alzada.

—¿Qué?— preguntó.

—No sé si eres demasiado inocente o simplemente finges serlo.— dijo Jake con una sonrisa.

Ni-ki entonces dejó de sonreír. —No te hagas ideas locas. Hice dibujos de todos.— mencionó señalando el resto de los dibujos, sin embargo, Jake prefirió concentrarse en el hecho de que el dibujo en sus manos era más detallado.

—Claro... ¿puedo ver el mío?.

Ni-ki asintió y alcanzó el resto de las hojas mostrándolas una por una. —Este eres tú, este es papá, este es el tío Lix y Hyunjin aunque viéndolo bien se parece más a mí...— hizo una mueca y luego negó. —Este es Chan, ¡y hasta hice uno de Nicholas!— el aludido se señaló a sí mismo con dudas. Ni-ki le mostró su dibujo lográndole sacar una sonrisa.

—¿Y este quién es?— Ni-ki volteó al ver que Jake tomó el último de sus dibujos, o mejor dicho, el primero que hizo.

—Ammmh... el es... Sunoo, mi mejor amigo... o ex mejor amigo, no lo sé, es complicado.— explicó, arrebatándole el dibujo a Jake. Este le vió sorprendido por su acción.

—¿Okay...?

Ni-ki tomó el dibujo de Jungwon y guardó todas las hojas en su mochila, sintiendo una opresión en el pecho al recordar la última vez que habló con Sunoo.

Lo extrañaba tanto, pero no estaba listo para dar su brazo a torcer.

Jake vió su teléfono, su juego de llaves y su billetera dentro de un bolso sobre el escritorio, tomó los objetos rápidamente y soltó un suspiro de alivio.

—Creí que los había perdido...— susurró, entonces recordó algo. —Hey, Nicholas.— el nombrado soltó un sonido afirmativo. —¿Qué tal estuvo el parto?

Nicholas no pudo esconder su sonrisa. —Todo salió bien... Euijoo aún está en el hospital.

—¿Y qué tal el bebé?

—Nació sano.— sonrió, y Jake también lo hizo. Sintiéndose bien al saber que hizo lo correcto la noche anterior.

—Me alegra escuchar eso.— soltó una risita. —¿Viniste más temprano anoche? ¿Fuiste tú quién me dejó en mi casa?

La sonrisa de Nicholas se esfumó y negó. —El señor Lee vino a recogerlo y lo dejó en su casa.— dijo sin dar más detalles de lo que vió.

Jake frunció el ceño confundido.

Ni-ki también se sorprendió y se encargó de escribir una nota mental de lo que escuchó.

Así que mi padre tuvo contacto directo con Jake, ¿huh?.

Oh, Ni-ki, si supieras...

Por otro lado Jake no estaba seguro de si había escuchado bien. Es decir, ¿como diablos Heeseung lo llevó a su apartamento aún cuando había olvidado sus llaves en la oficina? ¿Tan mala era la seguridad en ese edificio?.

Jake se quedó hasta tarde trabajando para tratar de sentirse un poco mejor por su retraso, y aunque trató de enviar a Nicholas a su casa con la excusa de que "necesitaba pasar tiempo con su familia o eso dañaría al bebé"... no lo consiguió, por ende este aún lo acompañaba (o cuidaba) a altas horas de la noche.

La puerta se abrió sin siquiera haber sido tocada. Jake se habría molestado si no fuera por la persona que vió entrar.

—¿Heeseung?— preguntó curioso. —¿Qué haces aquí?

Al parecer el contrario tampoco esperó verlo. —¿Tú que haces aquí? Es super tarde, Jake. Deberías irte a casa.

Jake no estaba seguro de si Heeseung sabía que había llegado tarde, así que prefirió omitir ese detalle. —Aún no termino.— alzó los hombros.

—Dije que te fueras a casa.

—Y yo dije que aún no termino.

Heeseung suspiró. —Como quieras.— dijo cansado. Esta vez no tenía ganas de llevarle la contraria al menor y eso Jake lo notó. Le pareció extraño.

—¿Te sientes bien?— preguntó.

Heeseung asintió buscando algo con la mirada.

Jake arrugó el entrecejo al no recibir una respuesta más clara. —¿Estás seguro?

Heeseung volvió a suspirar. —Sí.

Caminó hasta el escritorio de Jake y abrió una de las gavetas. Dentro de ellas sacó un paquete de cigarrillos y un encendedor recargable. Jake abrió los ojos sorprendido.

—¡¿Fumas?!

Heeseung le dirigió una mirada cansada y asintió con la cabeza. —No lo hago mucho ni seguido.

Jake se confundió aún más. —No estás bien.— le dijo tomando su brazo, deteniendo sus movimientos.

—No, Jake, no lo estoy. Tampoco lo estás tú, ni Riki. ¿Y sabes qué? me lo merezco, así que sigue con tu trabajo o vete a casa pero déjame fumar, no soy un niño.— dijo con calma, contradiciendo sus palabras.

En lugar de molestarse Jake solo siguió buscando su mirada. —Tú me llevaste a casa anoche, ¿cierto?

Y entonces Heeseung dejó de intentar escapar del agarre del menor. Esperó unos segundos antes de responder. —No. Fué Nicholas.

—Nicholas se fué temprano, yo le dije que lo hiciera.

—Bueno, entonces fue Hyunj-

—Olvidé mis cosas aquí, no hay forma de que Hyunjun tuviera mis llaves.— lo cortó. ¿Por qué le costaba tanto admitirlo?

—Bien... entonces no lo sé.— frotó las palmas de sus manos contra su rostro. — ¿Por qué tomas en tu hora trabajo?

Jake soltó una risa seca. —¡Ya había terminado! Aparte nunca he estado en un bar aquí en Corea, quería divertirme.

—Pudiste hacerlo cuándo estés con tus amigos, estar aquí sólo puede ser peligroso.

Jake rodó los ojos. —¿Puedes dejar tu orgullo de lado y decirme si fuiste tú o no el que me ayudó a llegar a casa? Porque me preocuparía mucho si no fue así.

Obviamente Jake ya sabía la respuesta, pero quería saber si Heeseung sería capaz de admitirlo.

—¿Y si lo hice que tiene de importante?— dijo volteando hacia otro lado. Jake sonrió victorioso.

—Gracias.— dijo, consiguiendo llamar la atención del más alto. Jake le dedicó una sonrisa sincera.

—¿No estás molesto?— preguntó. Ahora Jake entendía el por qué de su negación.

—¿Por qué lo estaría? Me ayudaste, ¿no es así?.

Heeseung asintió dudoso.

—Aunque me encantaría saber como es que entraste a mi casa.

Heeseung volteó la mirada nuevamente y se rascó la cabeza. Jake esperó pacientemente su respuesta hasta que luego de unos minutos esta no llegó.

Jake suspiró. —Olvídalo. Gracias.

—También soy dueño de ese edificio.

Jake abrió los ojos de más. —¡¿Tú... qué?!

—Curiosamente vives en los apartamentos que rento.— rió nerviosamente.

Jake frunció el ceño confundido.

Maldito, Felix. ¿Por qué tuvo que recomendarle justo ese lugar?.

—Pues... si ya no tienes nada más que preguntar...nos vemos.— se despidió con la mano tomando sus cosas nuevamente.

Jake aún seguía confundido así que no pudo responder de vuelta a la despedida.

Heeseung estaba actuando tan raro. Como si estuviera completamente fuera de el y eso a Jake le parecía muy extraño. Pero más extraño aún era que, por más que tratara de recordar algo de la noche anterior, no podía hacerlo y sus recuerdos eran cada vez más escasos.

Quería recordar si Heeseung parecía molesto cuando lo dejó en su casa o si ni siquiera le importó. Quería saber si lo cargó como saco de papas o si fue cuidadoso en el proceso. Quería saber si fue el quien abrió sus cortinas con la intención de que el sol despertara a Jake al día siguiente.

Pero no, todo se reducía a nada.

Y Jake se sintió más estúpido al notar que todas sus inquietudes se trataban de lo que Heeseung pudo haber hecho, cuando en primer lugar ni siquiera debería tomarle importancia.

Quiso echarse a llorar ahí mismo al darse cuenta de lo que eso significaba.

Cuando Heeseung salió del lugar corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron y se dirigió al estacionamiento de su club, pero en lugar de ingresar a su auto prefirió caminar por el extenso lugar con el fin de calmar sus nervios y despejar su mente.

Lo que le había dicho a Jake no era mentira. El no acostumbraba a fumar porque nunca le pareció necesario. Además, sabía que eso de cierta forma afectaría mucho su trabajo. Sin embargo, esta vez era diferente. Por alguna razón se sentía atrapado. Sentía fuertes ganas de llorar y su corazón se contraía ante el sentimiento, pero no dejaba que ninguna lágrima saliera.

Más que estresado se sentía deprimido y sin ganas de hacer hasta lo más mínimo. Ha tratado de distraerse con su trabajo o con la música, pero nada logra hacerlo sentir mejor.

Entonces recordó a su padre.

El era la persona que más admiró en su vida. Tal como muchos niños llaman a sus padre, el era "su héroe". Pero tenía que admitir que más de una vez lo vió en su misma situación. Lo escuchó muchas veces pelear con el aire porque no era capaz de desahogarse con nadie. Lo vió perder el control de sus acciones y ahogarse en el alcohol como la única salida de su infierno. Pero el alcohol ya no es más que una bebida sin importancia para Heeseung.

Su padre luchó con lo que pudo hasta el día en que murió, días antes de que Ni-ki naciera. Heeseung recuerda bien todo el dolor que sintió, porque eso aún dolía como el primer día. Recuerda con cariño todo lo que su padre hizo por el. Recuerda bien como su padre fue capaz de callarse todo lo que sabía de su madre y nunca le reclamó nada.

Es por eso que Heeseung odia ver como su madre ni siquiera recuerda al hombre con el que una vez se casó. No cuando al parecer hombre más jóvenes y ardientes parecen valer más de lo que su padre alguna vez hizo.

El humo que salía de sus labios no era para nada agradable, hasta podría asegurar que emitia de los peores olores del mundo. Sin embargo, no podía importarle menos.

Ya no sabía que hacer.

Quería ser el mejor padre para Ni-ki, pero sabe bien que eso nunca tuvo oportunidad de ser posible desde el día en que lo obligaron a separarlo de Jake. Y hablando de Jake, odiaba tanto como su corazón seguía latiendo como loco cada vez que lo veía, y mejor aún, cada vez que Jake parecía olvidar que era un maldito patán.

Desearía tanto tener una segunda oportunidad. Desearía poder vivir en un mundo donde las probabilidades de poder arreglar su pasado existieran. Un mundo sin su madre, sin su empresa, sin su esposa.

Un mundo sin nadie más que ellos tres.

¿Sería eso posible?

🌷; necesito selca heejake

gracias por leer :3
nos vemos 🫶🏻

Rin.

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