#011
—Así que desde entonces Heeseung ha mantenido a Riki en casa y ni siquiera lo ha dejado ir a la escuela.— dijo soltando un suspiro lastimero. —He hablado con el por mensajes pero hay días que no responde. Supongo que también le decomisa el teléfono o no lo sé.— restregó sus manos sobre su rostro.
—Es el mayor hijo de puta que he conocido.— escupió Felix.
Jake se removió en su lugar (su cabeza reposaba sobre las piernas de Chan) y cerró sus ojos con frustración.
—No lo sé... a veces quiero entenderlo porque sé que Jake nunca saldría con un patán, pero cada vez que escucho algo sobre él...
—Son puras cagadas.— interrumpió Felix al australiano mayor. Chan asintió pero notó al menor de los tres negar.
—Tienes razón, yo nunca saldría con alguien así. — mencionó Shim. —A veces creo que el Heeseung del que alguna vez me enamoré murió en un accidente y su hermano gemelo perdido tuvo que hacerse pasar por él.
—¿Y qué hay de Ni-ki? ¿No lo volveremos a ver?— preguntó Chan ignorando las ideas locas de Jake.
—Mis bolas.— espetó Felix haciendo a un lado el mando de su videojuego. —No hay forma de que pueda salirse con la suya.
—Primero, ¿qué te dije sobre cuidar tu boca cuándo estás en mi casa?.— le reprendió Jake mientras Felix solo alzó los hombros sin tomarle importancia. —Y segundo, es imposible tan solo pensar en la posibilidad de que me deje ver a Ni-ki.
—¿Te estás escuchando a tí mismo? ¡Estás hablando de tú hijo! ¿Por qué siempre tiene que ser a su manera? ¿Por qué no puede vivir contigo?
—Felix tiene razón, Jake. — habló es ta vez Chan. —Deberías hablar con él.
Jake rió. —¿Hablar con él? Eso es lo que menos quiero hacer ahora.— negó con su cabeza. —Además, nunca he ido a su casa. Solía decirme que no fuera nunca por nada del mundo.
« Que idiota. » pensó Jake.
« Seguramente era porque me engañaba con alguien más y yo creyendo que era porque prefería ir a mi departamento. »
—No tienes porque ir a ese manicomio. Solo ve a su oficina o a uno de sus bares, está ahí todo el tiempo.
—Seguramente estaba ahí cuando las chismosas doctoras lo llamaron desde el hospital.— se quejó el rubio. Chan asintió dándole la razón.
Jake enarcó una ceja. —¿Ustedes como saben tanto de Heeseung?
Felix soltó una carcajada. —Lo dices como si no fuiste tú quién dejó abierta la página de su instagram en tu computadora cuando te la pedí prestada.— Jake se irguió en el sofá y le vió con reproche. —Sus únicas fotos son del tipo "hey mírenme, abrí un nuevo local para emborracharse sin control pero con un ambiente de alta clase porque no soporto lo regular y ordinario."
—Está siempre en las secciones de los periódicos y revistas como "top 30 de los hombres coreanos más sexys, ricos y elegantes que desearías que estuvieran en tu cama este 2020". — hizo cara de asco el mayor.
Jake suspiró con la mirada perdida. —¿Debería ir?
—Jake, ¿estás seguro de que quieres ver a Ni-ki? Porque si fuera tú pelearía hasta por su custodia.
—¡Deberías ir y pelear con él! ¡Toma a Lee de la corbata, patéale los huevos y dile "VOY A LUCHAR POR MI HIJO Y TU NO ERES NADIE PARA DETENERME"!
El castaño parpadeó incontables veces sin saber bien como reaccionar. Felix a veces daba mucho miedo. Especialmente cuando se trataba de Lee Heeseung.
—Está bien...— dijo no muy seguro de si sería capaz de hacerlo.
No era solo el hecho de enfrentar a su ex-pareja, lo que más le aterraba era la idea de que Heeseung le negara por completo todo derecho sobre su hijo. Porque si, había dejado clarísimo que quería quedarse con él, con Ni-ki, y Jake había sido tan ingenuo que creyó que en el futuro tendría alguna oportunidad para hacer su parte como (también) padre del niño, sin embargo, nunca pensó que Heeseung sería capaz de engañar a su propio hijo y hacerle creer que Jake nunca existió, algo demasiado cruel desde su punto de vista.
Sin embargo sus amigos tenían razón, si ahora no hacía nada por Riki era muy probable que en el futuro, si es que se cría al igual que Heeseung, se niegue totalmente a aceptar a Jake, ya sea porque su padre se lo pidió o por simple rencor de abandonarlo y nunca haberlo buscado.
Ser odiado por su propio hijo era lo único que hacía falta para que Jake quisiera morirse de una buena vez.
Heeseung era completamente serio cuando se trataba de su hijo.
El mismo sabe que no es, por mucho, el mejor papá del mundo, pero nadie podía negarle que realmente se preocupaba por su hijo, incluso cuando no hace más que sobreprotegerlo y hacerle la vida imposible.
Había pasado aproximadamente un mes desde el incidente con los camarones, y desde entonces Heeseung ha sido extra cuidadoso con Ni-ki.
¿Que estaba enfrentando las cosas de la peor manera? Ya no le importaba. Desde hace mucho tiempo que dejó de tener él mismo el control sobre sus acciones.
El intercomunicador que descansaba sobre su escritorio hizo acto de presencia logrando sacarlo de sus pensamientos que para nada tenían que ver con un australiano bonito de apellido Shim.
—¿Qué?— preguntó de mala gana una vez contestó la llamada de su mejor amigo.
—Yo también me alegro de escucharte, Hee.— Heeseung rodó los ojos y soltó un suspiro impaciente. Yeonjun volvió a hablar. —Tienes visita.
—No te dije que programaras una.
—Sí, no lo hice, pero él quiere verte y sé que tu también.
—Yo no quiero ver a nadie. Dile que se vaya.
—Tarde. Ya va para allá.
—¿Qué-
Y lo próximo que escuchó fueron los pequeños golpes dados sobre la puerta de su oficina. Heeseung arrugó el entrecejo y se levantó con toda la molestia existente en el universo. Sin embargo, todo sentimiento negativo fue reemplazado por la sorpresa al notar la figura de su ex-pareja frente a él.
—¿Q-qué haces aquí?— se golpeó mentalmente por tartamudear y aclaró su garganta.
—Vine a hablar contigo.
—Podías esperar a que terminara de trabajar.
—No, quiero hablar contigo ahora.— dijo con seguridad, adentrándose a la oficina con toda la confianza del mundo.
Heeseung se quedó unos segundos parado en su lugar antes de cerrar la puerta y dirigirse hasta el australiano.
—No te he dicho que podías entrar.— dijo adentrando sus manos en los bolsillos de su pantalón, notando como el menor se sentaba en uno de los sofás frente al escritorio.
—Riki vivirá conmigo.
El semblante serio de Heeseung se desvaneció por completo y una sonrisa divertida adornó su rostro a la vez que dejaba salir una risa, una que Jake no escuchaba desde hace tiempo.
—¿Crees que te conté algún chiste? Dije que mi hijo se irá a vivir conmigo. Eso si el lo quiere.— dijo cabreado.
Heeseung dejó de reírse, pero aún sonreía.
—No puedes hacer eso.
—Oh, claro que puedo.— Jake le vió con intensidad y Heeseung juró nunca haber visto ese fuego en los ojos del menor. —Mira, sé que no soy el mejor padre del mundo. Abandoné a Riki cuando nació y nunca hice el intento de buscarlo. Fui un idiota y lo sé. Pero te juro que ya no soporto más vivir así. Quiero hacer las cosas bien esta vez y... no te pido que abandones a Riki también porque eso me convertiría en alguien peor que tú, pero podemos turnarnos y cuidar de él por igual.
—¿Quieres jugar a los padres divorciados?
Jake rió sarcásticamente. —Sólo tú sabrás por qué ni siquiera llegamos a casarnos.
A Heeseung le gustaba esta nueva versión de Jake. Sus palabras eran feroces y su mirada penetrante pero sin perder ese toque de inocencia que tanto lo caracteriza. Agachó la cabeza y sonrió de nuevo.
Jake al no recibir respuesta empezó a desperarse e incluso pensó en poner en práctica lo que Felix le había dicho días atrás.
« Toma a Lee de la corbata, patéale los huevos y dile "VOY A LUCHAR POR MI HIJO Y TU NO ERES NADIE PARA DETENERME" ».
Para empezar, Heeseung no traía puesto uno de sus característicos trajes de oficina, pues justo ese día había optado por usar una camisa marrón de botones, sin corbata y dejando descubierto parte de su cuello y pecho. Algo un poco provocativo para el gusto de Jake.
Antes de que pudiera hacer algo, Heeseung rodeó su escritorio y se sentó cómodamente sobre su silla. Aún sonriéndole tan desgraciadamente bonito.
—¿Y? ¿Qué dices?
—¿Yo?— preguntó Heeseung con fingida inocencia. —Tú acabas de tomar la decisión por mí. No tengo más opción que aceptar.
A Jake le pareció muy extraño escuchar eso, pues, se sabe que Heeseung es un controlador de primera. Sin embargo, el más alto no tardó en salirse con la suya de nuevo.
—Sin embargo... no sería nada justo que solo aceptara así sin más, ¿verdad?. — a este punto Jake no sabía si Heeseung estaba siendo sarcástico o hablaba completamente en serio. Pero qué hombre más chantajista.
—¿A dónde quieres llegar con esto?
—No creas que estoy vendiendo a mi hijo por esto que te pediré. Míralo solo como un favor que harás por mí.
—¿Y que te hace creer que quiero hacerte un favor?— preguntó incrédulo. Dios, Heeseung se merecía una buena golpiza.
—Tú no eres como yo, Jaeyun.— dijo antes de poner los ojos de bambi regañado más inocentes que Jake alguna vez había visto. —Por favor~
Jake cerró los ojos con frustración y asintió sin más. —Está bien. ¿Qué quieres?
—Trabajarás para mí.
Ahora si creía que estaba demente.
—¿Qué?— esta vez fue el turno de Jake de reírse. —¿Para tí dices?
—Sí.— respondió con simpleza. —No creas que limpiarás mi casa y esas cosas, no soy idiota, se que estudiaste arquitectura.
—¿Y cómo sabes eso?
—Estuve investigándote.— dijo con una sonrisa. —Cómo sea, pronto abriré un nuevo bar pero la estructura que tengo planeada será muy diferente a la de Honey Moon y Full Moon. Mi próximo proyecto será Red Moon que, a diferencia de los otros dos, quiero que tenga un aspecto un poco más... ya sabes...
—¿Erótico?— preguntó sin vergüenza alguna.
Heeseung asintió. —Me gusta el ambiente de mis dos bares, pero siempre es bueno intentar algo nuevo.— levantó levemente una ceja y Jake asintió dándole la razón.
—Parece que tienes una pequeña obsesión con las lunas.— dijo con una sonrisa.
—Tienen un significado especial para mí.— apartó la mirada luego de decir eso. —¿Entonces?
—Acabas de tomar la decisión por mi.— repitió. Heeseung volvió a sonreír.
—Terminaré de cuidar de Riki esta semana y a la siguiente puede ir contigo; y las semanas que yo cuide de él tendrás que trabajar en Red Moon.
—Me parece bien, señor Lee, ¿pero cuando me investigaste acaso no te diste cuenta que otra empresa ya me tenía en la mira?— dijo juguetón, sin saber lo que provocó en el mayor ese pequeño e inofensivo apodo.
—N-no me importa.— dijo ocultando su nerviosismo. —Renuncia. Te puedo pagar más que ellos, pero solo trabaja para mí.
Jake sonrió. A veces olvidaba lo idiota que era el guapísimo hombre que tenía frente a él.
—Tenemos un trato entonces.
Heeseung asintió. —Tenemos un trat-
Quién interrumpía ahora era nada más y nada menos que el teléfono del mayor, quién suspiró al ver el nombre de su esposa en la pantalla.
—Hola, amor~
—¿Qué pasó?— preguntó sin apartar su mirada de Jake, quién parecía apreciar cada rincón de la habitación con sus ojos.
—Salúdame bien, tonto.
—Sabes que no haré eso.
—Oh, ¿entonces prefieres que le diga a tu mami lo mucho que amas revolcarte con otras mujeres cuando yo no estoy?
Heeseung cerró los ojos frustrado.
Su esposa era la mujer más mentirosa y desagradable que alguna vez había conocido, después de su madre, claro.
—Hola... amor.— dijo con voz temblorosa. Le avergonzaba mucho hacer eso y más cuando Jake estaba también en la habitación.
Y hablando de Jake, este dejó prestar atención a su al rededor cuando escuchó ese apodo salir de sus labios.
Oh Dios, que incómodo todo.
—Mucho mejor.— dijo complacida. —Como sea, ¿notaste la sorpresa que envié a tu oficina? Es la cosa más adorable del mundo, ¿verdad?.
Entonces los ojos de Heeseung regresaron a la persona frente a él, quién a pesar de haber cambiado mucho físicamente desde aquel horrible día, seguía siendo el niño más lindo y adorable que Heeseung alguna vez ha visto, y no es como si haya prestado atención a otros chicos, de hecho. No cuando sólo el merece su atención.
—Si. Es precioso.— respondió, y Jake por inercia dirigió su mirada hacia el mayor logrando que sus miradas chocaran y por primera vez en muchos años ambos pudieran sentir lo que era ser apreciados por otros ojos.
Esos ojos que sólo quieres que te miren a tí.
—¿Precioso? ¿Más que yo? Pfff debes estar bromeando. Es sólo un tonto oso.
—¿Oso?— apartó la mirada rápidamente y torpemente buscó al oso que descansaba en el sofá contrario al de Jake.
« Ni siquiera lo noté » pensó.
—Ahhh si... ese oso.
—¿De qué creíste que estaba hablando?
—Nada. Gracias por el detalle.
—No es nada. Ahora tómale foto y súbelo a tu instagram etiquetándome. No olvides escribir una descripción larga con muchos emojis de amor, ¿entendiste?.
Heeseung suspiró. —¿En serio tengo que hacer esto?
—Eres todo un anti-romantico. ¡Deben saber que nuestro matrimonio es completamente real!
—Ya, ya, está bien. Lo haré luego. Si no tienes nada más que decir me voy, estoy muy ocupado por aquí.
—¿Quién te crees que eres? ¡Yo también estoy ocupada! De hecho, si TÚ no tienes nada más que decir me voy porqu-
—Perdona. No era nada importante.— se excusó el mayor al colgar la llamada con su esposa y dejarla peleando con el aire.
—Claro...— dijo Jake incómodo. —De todas maneras ya dejamos todo claro, así que me voy para no seguir interrumpiendo y... sí... eso.
El australiano torpemente se dirigió a la salida, llevándose un sabor agridulce al ver que Heeseung no hizo ningún esfuerzo por que se quedara. Ni siquiera se despidió o algo.
Al salir, Jake casi corrió al ascensor más cercano para escapar lo más pronto de ahí. Una vez dentro cerró sus ojos y descansó su cabeza sobre el frío metal de la pared. Una sonrisa decorando su rostro.
Al fin pudo recuperar a Riki.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro