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#008

Estaba feliz.

Y eso era raro, muy raro.

El nunca se sentía así.

Luego de pasar el día con Jake, un muy sonriente Ni-ki regresó a su casa, y ni siquiera los insoportables gritos de su abuela fueron capaces robarle el gozo que sentía.

Entró a su habitación con una gran sonrisa decorando su rostro y se recostó sobre su cama con la vista perdida en el blanquecino techo. Soltó un suspiro y sin dejar de sonreír sacó su teléfono para ver la foto que logró tomarse con su madre para recordar ese momento.

Obviamente no sería la última vez que lo vería, no dejaría que fuera así.

Luego de apreciar la foto y hacerle zoom a la cara del australiano durante varios minutos, entró a la aplicación de mensajes y se dispuso a enviarle uno al pequeño chico de hoyuelos.

Jungwon

ola

creí que dijiste que no usaríamos
esto a menos que sea para una
emergencia.

ES UNA EMERGENCIA !!!

?

no tengo pareja para el
proyecto del Lunes

¿proyecto...?

💀
creí que eras de los
primeros de la clase

no mientas, ni siquiera
me conocías antes de lo
de hoy

harás el proyecto conmigo o no

está bien, pero no podemos
hacerlo en mi casa

tampoco en la mía.
no me dejan traer amigos 🥹
...
espera
estás pensando lo mismo que yo???

no

HAGÁMOSLO EN CASA DE JAKE !!!

noooooo ni-ki
por lo menos ya lo consultaste
con el?💀

consulqué..?
ntp, el estará feliz de vernos

no lo sé...
¿y si mejor vamos a una biblioteca?

¿estás ocultándome algo,
Yang Jungwon?

que-
NO!!!

entonces pq no quieres ir
dónde mamá? ☹️

si quiero... es solo que no
me gusta estorbar

¿te he dicho yo alguna vez
que estorbas?

literal nos conocemos hace unas
horas

pero te lo he dicho?

...
no

ES PORQUE NO LO HACES !!
gracias a ti conocí finalmente a Jake
te debo más de lo que crees
y a el también le agradas!!

Jungwon suspiró al otro lado de la pantalla. Decir que no estaba para nada acostumbrado a la atención proporcionada por Lee y Shim se quedaría corto, porque realmente nunca en su vida había experimentado algo así. Siempre vivió siendo considerado un estorbo en la vida de los demás y aunque el claramente no se considera a sí mismo como uno, era diferente cómo los demás lo veían.

está bien.
gracias.

—Todo el maldito día con el teléfono. ¡Ponte a hacer algo, flojo de mierda!

—Estoy haciendo algo.— imitó Felix la voz del menor. Este claramente no le encontró la gracia así que se disculpó. —Perdón mamá.

Jake suspiró con los brazos cruzados sobre su pecho. —Si vas a estar en mi casa al menos sirve de algo.

—¡Pero si tu casa ni sucia está! ¡Y siempre comemos comida de la calle, no entiendo que se supone que debo hacer!

Jake arrugó tiernamente la cara y se sentó a un lado del rubio. —Extraño cuando venías para chismosear conmigo y criticar las decisiones de Chan juntos, ahora te la pasas todo el día en esa cosa.— dijo señalando el celular con sus labios.

Felix rodó los ojos. —No te pongas así, sabías que la única razón por la que vine aquí era para conocer al modelo lindo que stalkeaba en instagram.

—¿Y qué? ¿Ahora nos cambiarás?— Felix solo rodó los ojos de nuevo y se regresó su atención a su aparato electrónico. —Dile a ese tal Hyunjae que le quite las orillas a tu pan ahora que ya no nos necesitas.

—Se llama Hyunjin, y para tu información lo de las orillas puedo hacerlo yo mismo. Simplemente me gusta que tu y Chris hagan las cosas por mi.— sonrió. inocentemente. Esta vez fue el turno de Jake de rodar los ojos.

Alguien llamó a la puerta y luego de una pequeña disputa entre ambos australianos sobre quién debía pararse para atender, Jake terminó levantándose de su cómodo lugar maldiciendo al rubio.

Al abrir se encontró con un alto pelinegro y un pequeño chico de hoyuelos. Uno de ellos tenía una enorme sonrisa decorando su rostro y el otro parecía querer escapar de ahí.

—¡Mami!— gritó Ni-ki a la vez que entraba al apartamento como si fuera suyo y se abalanzaba sobre Jake.

Jake se congeló en su lugar por unos segundos antes de corresponder el abrazo y sonreír enternecido. Al separarse, Ni-ki tomó la mano de Jungwon y lo jaló cerca de él, aún con esa sonrisa cuadrada que lo caracterizaba.

—Hola Sr. Shim, perdón por molestarlo.— dijo un apenado Jungwon.

Jake negó. —No no, claro que no molestan.— rió. —¿Que los trae por aquí?— preguntó confundido.

—Tenemos tarea.— dijo Ni-ki con simpleza.

—Oh...— Jake los dirigió a la sala dónde aún estaba Felix sobre el sofá. Toda su atención estaba sobre su teléfono hasta que notó dos siluetas frente a él.

—¡Oh, pero si es el chico del hospital!— dijo emocionado. —¿Cómo es que te llamabas?

—J-jungwon...

—¡Claro, así era!— Felix sonrió pero luego señaló a Lee. —¿Y tú quién eres?

—Soy Ni-ki.— dijo el menor extendiéndole su mano. Ese ambiente era mucho mejor que el de su casa e incluso se atrevía a decir que sentía más confianza ahí que en su propia hogar.

—Ah, el es... Ni-ki es mi hijo.— mencionó Jake soltando una risa nerviosa. Felix le vió confundido unos segundos antes de jalar el brazo del menor y atraerlo a su cuerpo para un abrazo.

—¡Eres tan alto, por Dios!— gritó Felix meciendo al menor de un lado a otro. —¿Estás seguro de que es tu hijo?— le preguntó a Jake quien volvió a rodar los ojos.

—Ni-ki el es Felix, es un amigo de Australia.

Ni-ki se apartó un poco del mayor para verlo mejor y apreciar su rostro. —¡Eres algo así como mi tío entonces! ¿También tienes pecas? Yo solía tener de pequeño pero se me fueron quitando con el tiempo, aunque muchas personas creen que las tapo con maquillaje pero no es cierto, ¡así es mi piel!—dijo rápido el menor.

—¿También te molesta que te digan eso? Yo las tapaba cuando era adolescente pero después fui aceptándome a mi mismo ¡y ahora no puedo vivir sin ellas!— le siguió Felix.

—¡Si soy! aunque ahora soy así con mis lunares.

—Tus lunares son tan tiernos, pareces una galleta con chispas de chocolate.

—Amo las galletas con chispas de chocolate, aunque prefiero los brownies.

—¡Yo amo los brownies!— gritó el mayor con voz grave. —Yo hago brownies todo el tiempo.

—¿Qué? ¡¿Puedo acompañarte algún día?!

—¿Un día? ¡Acompáñame para siempre!— ambos Lee's saltaron emocionados mientras se tomaban de las manos. A su lado, Jungwon y Jake los veían con las cejas alzadas.

—No puedo creerlo. Estos días he conocido a personas increíbles.— dijo Ni-ki cuando ya se había cansado de saltar.

—Y eso que aún no has conocido a Chan, nuestro otro amigo.— mencionó Jake.

—No te pierdes de mucho.— dijo Felix mientras tomaba de nuevo su celular, esta vez para tomarse selfies con el pequeño Lee, quien era la sensación del momento.

—Así que... ¿vienen a hacer tareas aquí?— preguntó Jake sentándose en el sofá. Ambos chicos asintieron. —¿Por qué aquí? No me molesta, pero tengo curiosidad...

—Ni-ki dijo que en su casa no aceptan visitas y la mía... e-está en remodelación.— contestó Jungwon.

Jake asintió entendiendo. —Pueden usar mi escritorio si quieren, hay mucho espacio ahí. ¿Tienen hambre? Pueden trabajar ahí mientras les pido algo y de paso llamo a Chan para que lo conozcas.— Jake tomó su celular para hacer lo que dijo y con una mano señaló las escaleras que llevaban a la habitacion que les había indicado.

Ni-ki sentía que se iba a morir de alegría. Sonreía emocionado todo el tiempo y no dejaba de tomar la mano de Jungwon a cada rato por lo contento que se sentía. De bebé solía tomar el dedo de su mami por simple costumbre pero cuándo los habían separado solía hacerlo solo o con uno de sus peluches, así hasta que Sunoo llegó. Ahora tiene a su madre de vuelta, y además tiene a su lado un chico que no conocía ni más de dos días pero lo hacía sentir seguro. Eran como su amuleto de la buena suerte.

El menor prácticamente subió corriendo y empezó a apreciar cada uno de los diseños de la casa; las paredes, los jarrones, hasta el más mínimo e insignificante detalle, absolutamente todo apreció y se sintió como si estuviera en su hogar, en el lugar dónde siempre debió estar (algo totalmente ilógico porque Jaeyun se acababa de mudar a ese lugar, pero no le arruinemos el momento al nene).

—¡Ni-ki! ¡Ten cuidado! ¡No corras mientras subes las escaleras!— gritó Shim hacia su hijo quién estaba tan concentrado en lo suyo como para poder escucharlo. Jake suspiró y Felix se acercó a el rodeando sus hombros con un brazo.

—¿Cómo te sientes? Por fin conociste a tu hijo.

Jake suspiró. —Estoy muy feliz. De verdad, siento que esto es un sueño... pero todo pasó muy rápido, y Heeseung no sabe de esto. Eso es lo que más me preocupa.

Felix hizo un puchero inconsciente y abrazó al menor. —No pienses en ese imbecil. Tienes a tu hijo ahora, es lo único que importa.

Una vez ambos adolescentes llegaron a su destino se encontraron con una habitación espaciosa de color carmesí con una gran vista al otro lado de la ciudad. La parte superior del cuarto estaba decorado con luces LED de tono morado. En el extenso escritorio descansaban todo tipo de materiales de dibujo; una infinidad de colores, marcadores, distintos tipos de lápices, planos, monitores que proyectaban el boceto en el que estaba trabajando Jake horas atrás y muchas otras cosas que Ni-ki nunca había visto.

Se sentó en la silla giratoria frente al escritorio y comenzó a dar vueltas admirando la habitación entera. Decir que estaba feliz era poco, porque sentía que había entrado a un mundo completamente desconocido y diferente al que estaba acostumbrado, pero sin duda era genial, su madre era genial.

Sus ojos picaron de curiosidad al divisar algunos dibujos guindados en la pared derecha. Algunos eran hecho a mano y otros digitalmente, pero todos eran diferentes entre sí. En cada uno había un niño con características distintas a los demás.

Ojos rasgados o de color, ojos de bambi o de cachorro, sonrisa ensanchada o sin sonrisa, tez clara o morena, cabello rizado, liso o teñido. Ninguno era igual y eso llamó la atención de Ni-ki.

—No tenía idea de cómo eras. No sabía si serías igual a tu padre o a mi, si serías una combinación de ambos o de ninguno.— dijo Jake a sus espaldas, Ni-ki volteó para prestarle atención. —Así que en cada cumpleaños tuyo dibujaba un niño distinto, según tu edad.

Jake rió mientras rascaba incómodamente su cabeza. Los ojos de Ni-ki se iluminaron. —Ahora me tienes frente a ti. ¡Dibújame!

El australiano volvió a reír ante la ternura que le ocasionaba su hijo. —Debes esperar hasta Diciembre.

Ni-ki hizo un puchero pero segundos después volvió a sonreír. —Eres tan genial. ¡Dibujas muy bien! ¿A eso te dedicas?— preguntó emocionado.

—Sí... por ahora no tengo trabajo, pero una empresa de arquitectos me contrará en unas semanas. Es de lo que trabajaba en Australia junto a Lix.— Ni-ki soltó un jadeo embobado. Jake sin dudas era el mejor.

—Está bien, no los interrumpo más. Pueden usar todo lo que quieran... solo no arruinen nada.— dijo el mayor mientras salía y cerraba la puerta de la habitación.

Jungwon, quien no había mencionado una sola palabra hasta ahora, soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo en sus pulmones y se sentó con las piernas dobladas en el suelo.

—Muy bien, pequeño, terminó tu hora de descanso y llegó la hora de investigar sobre el barómetro de Torricelli.— mencionó el de hoyuelos.

—¿Pequeño? Te llevo como diez cabezas.— se burló Ni-ki mientras también se sentaba en el suelo. Jungwon le miró con reproche y Ni-ki estiró su mano hasta la cabeza contraria para acariciarle el cabello. —Eres como un gatito.

Jungwon arrugó la nariz ante el apodo y soltó un suspiro. —No tienes remedio.— dijo negando con la cabeza. Ni-ki rió de nuevo.

—¡Escuché que Jake Jr estaba aquí, así que vine tan rápido como pude!— gritó Bang mientras ingresaba a la casa de su amigo como si fuera suya. Jake le hizo señas para que bajara la voz.

—Llegas tarde. Ya se casó y tiene tres hijos.— dijo Felix, quien ahora jugaba videojuegos con Ni-ki frente a la gran pantalla de la sala.

—¿¡Es él?!— preguntó Chan ignorando a Lix y señalando al menor. Jake asintió y Chan tomó eso como la señal que necesitaba para acercarse a el y cargarlo cual saco de papas.

Ni-ki se quejó porque el mando cayó al suelo impidiendole seguir jugando. Felix se burló de él al no tener oportunidad de ganar.

—¡Eres tan guapo! ¡Oh santo Dios, y además, alto!— Ni-ki rodó los ojos. Ya perdió la cuenta de cuántas veces le han dicho eso último. —¿¡Tienes quince?! No, no hay manera de que puedas tener quince. ¿Me equivoqué de chico, cierto?

—¡Ya bájame!— espetó Ni-ki y el mayor le hizo caso. Al estar ya sobre el piso el contrario lo abrazó como si lo conociera desde siempre, y eso hizo que el corazón de Ni-ki se sintiera cálido una vez más.

¿Cómo era posible que estas personas, quienes nunca antes lo habían visto, lo quisieran más que su propia familia? ¿Más que su propio padre?

Al separarse, Ni-k sonrió una vez más consiguiendo que sus mejillas dolieran de tanto hacerlo. —Eres el tío Chan.

La boca de Chan formó una gran "O" en sorpresa y comenzó a pellizcar las mejillas de Ni-ki. —¡Así es! ¡Soy Chan, tu tío cool!

—Tendrás que buscar otro título, hermano, porque ese ya lo tomé yo.— mencionó Felix aún concentrado en la pantalla.

—Eres tan lindo... cómo un dumpling.— dijo Chan ignorando de nueva cuenta al rubio. Ni-ki sonrió apenado. No estaba acostumbrado a tanta atención.
—¡Dios! ¿¡Pero qué te pasó aquí?!— preguntó el mayor al notar la marca a un lado de su ojo. Marca que había estado ahí desde que recibió el golpe del agresor en la escuela.

—Ah... no es nada. Me caí... de las escaleras.

—¿Estás seguro de eso?— preguntó ahora Jake, quien no había notado ese detalle hasta ahora. —¿O estás mintiendo al igual que Jungwon?

—¡Jungwon no mintió! ¡El de verdad se cayó de la bici! ¡Yo venía con el!— defendió el menor a su amigo quién había abandonado el lugar horas atrás.

—¿Jungquién? ¿Que tanto me perdí?— preguntó un confundido Chan.

—Jungwon, el novio de esta fiera.— dijo Felix posicionándose a su lado y palmeando el hombro del menor. Chris abrió los ojos sorprendido y vió al pelinegro esperando alguna confirmación, sin embargo este solo se encogió de hombros sin tomarle importancia.

—Cómo sea, el Lunes me entregan un nuevo juego. ¿Quieres venir de nuevo y jugar hasta las 5 am?— preguntó Lix sacudiendo a Ni-ki quién asintió frenéticamente.

—Ni-ki tiene escuela, no puede dormirse tan tarde.— dijo Jake.

—Por favor, por favor, por favoooor.— pidieron ambos Lee's frotando sus manos y poniendo ojos de cachorrito.

Jake suspiró. —Está bien. Sólo no terminen tan tarde y no jueguen con el volumen tan alto.

—¡Lo prometemos!— respondieron al unísono.

Jake negó con la cabeza, pero por dentro se sentía en paz viendo por fin a su hijo tan cómodo con sus amigos y en su casa, sin guardarle ningún tipo de rencor y aceptarlo aún sabiendo el pésimo padre que fue en el pasado.

Pero ahora todo eso estaba bien. Podía empezar desde cero y podía hacer todo lo que alguna vez soñó, todo lo que siempre quiso.

Ahora tenía a su Ni-ki con el y no dejaría que nadie los separara de nuevo.

la personalidad del tío Lix me la robé a
mi misma pq así trato yo a mi sobrina 😈

¿hasta ahora que les va pareciendo la
historia? quiero leer sus opiniones : )
pero tampoco se pasen con las críticas,
soy sensible ✋

enha cb en julio AAAAAAA

Rin.

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