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#007

—¿Quieres agua?— ofreció Jake con una tímida sonrisa.

Ni-ki extendió su mano y tomó el vaso entre sus largos dedos. —Gracias.

Jake empezó a jugar con sus manos a la vez que soltaba suaves risitas que delataban su nerviosismo. —Así que... con que tú eres Ni-ki.— el menor asintió al terminar de tomar un sorbo de agua. —Eso es increíble.

—¿Y tú estás seguro de que te llamas Jake? ¿No me estarás engañando o algo así?— entrecerró los ojos.

Jake soltó una risa. —Por supuesto que me llamó así. Hasta dónde sé, ese es mi nombre de nacimiento.

—Con eso me basta.

Jake volvió a sonreír y se sentó en el sofá individual frente a Ni-ki mientras esperaban a que Jungwon terminara de limpiar sus heridas en el baño.

—¿Puedo preguntarte algo?— dijo Ni-ki.

—Claro que sí, estamos aquí para resolver dudas, no te preocupes.— tranquilizó Jake metiéndose a la boca una de las fresas que originalmente había ofrecido a su hijo. Algo dentro de él le gritaba que aún no estaba listo para darle una explicación al pequeño, pero quince años habían sido más que suficiente para ambos.

—¿Saliste alguna vez con mi padre? ¿Con Lee Heeseung?

Jake se quedó inmóvil en su lugar. La respuesta estaba más que clara, pero escuchar el nombre de su ex novio después de tanto tiempo había sido como una bofetada a la realidad. No dolía como antes, pero sin duda seguía doliendo.

Ni-ki le vió con ojos curiosos y llenos de desesperación como si él fuera el único que podía revelarle la verdad, cosa que no estaba muy alejado de la realidad.

Jake soltó un suspiro y asintió detenidamente. —Sí, nosotros... nosotros fuimos pareja en la secundaria.

—¿Y qué pasó con ustedes?

—Claramente terminamos.— respondió sin verle directamente a la cara. Le avergonzaba mucho el hecho de no poder darle una respuesta decente del por qué.

—Lo sé pero... ¿por qué? ¿Fue por mí? ¿Fue porque yo nací?— Ni-ki no parecía para nada dolido al hacer esas preguntas, es más, se podría decir que en sus ojos y tono de voz no existía nada más que mera curiosidad, como si ya estuviera acostumbrado a tener la culpa.

—¿Qué? No, claro que no...— se sentó ahora a su lado. —¿El te dijo eso?

Ni-ki negó. —El no sabe que yo sé... que tu eres mi mamá.

Jake se sorprendió por las palabras del más alto, y honestamente se hubiera confundido mucho por lo dicho si no fuera porque algo más llamó su atención.

"Que tu eres mi mamá".

Mamá... eso suena bien.

¿Mamá?— preguntó incrédulo.

Ni-ki asintió con algo de duda. —O papá... no lo sé, no conozco mucho de esto y no sé que termino usar...

—No no no no, no te preocupes.— se apresuró a negar con una gran sonrisa en el rostro. —Puedes llamarme mamá.

Ni-ki sonrió. —Okay, mamá.

Ambos se acercaron para un nuevo abrazo cargado de sentimientos completamente agradables y nuevos: alegría, alivio, nostalgia, tranquilidad y amor.

—Creí que cuando te conociera serías un pequeño pero mírate, estás enorme.— dijo el mayor entre risas al separarse.

—Y tú eres mucho más atractivo de lo que imaginé.— Ni-ki hizo una mueca tierna que hizo reír más a Jake. —Honestamente, cuando supe que mi mamá es un chico me imaginé a alguien que se vea frágil o alguien demasiado delgado. Pero supongo que no es bueno juzgar así a las personas.

Jake asintió y acarició levemente su hombro. — Cuando yo supe que podía embarazarme, de cierta manera me sentí inferior a los demás hombres. Claro, no es como si iba por ahí diciéndoselo a todos pero... cuando tu padre y yo comenzamos a salir y se lo dije su reacción fue tan buena que pensé que todos serían así...— sonrió con nostalgia al recordar la dulce e inocente reacción de Heeseung.

"¿Significa que podremos ser padres?"

"Siempre quise una versión mini de mi, hasta he pensado en nombres."

"Jakey, ¿podemos tener hijos después de graduarnos?"

—...pero claramente me equivoqué.— conectó su mirada con Riki y sonrió con pesar. —Muchos ven esto como un error, como una imperfección.

—La gente que piensa así es idiota.— espetó Ni-ki con clara molestia. Bueno, el literalmente vivía con personas así.

Jake asintió viendo a la nada. Había una pregunta que no había parado de rondar por su cabeza desde el momento en que vió a Ni-ki y se sentía muy estupido por eso.

—El... ¿El está bi...? ¿Cómo está?— dijo ignorando a la voz de su cabeza que le gritaba que era un completo demente masoquista. —¿Cómo está tu padre?

—Ya tengo lo que me pediste.— dijo Yeonjun entrando a la oficina sin permiso alguno. Heeseung se habría molestado por eso pero ya estaba acostumbrado al comportamiento de su mejor amigo. —Dijo que hoy a las siete se reunirán en Lil' Ville y que más vale que lleves lo que el quiere.

—Si si ya, como sea. Puedes irte.— dijo con un breve movimiento de manos con dirección a la puerta sin despegar por completo su vista de los archivos que llevaba revisando durante todo el día.

—Aún sigo sin entender por qué quieres comprar todo un estupido edificio.— mencionó el mayor sentándose en el sofá frente al escritorio e ignorando completamente a su amigo.

—¿Por qué no hacerlo?— alzó los hombros despreocupado. —Tengo el dinero y las ganas.

—Si, pero no eres del tipo que va por ahí comprando edificios como si jugara al maldito monopolio.— bufó —Eres demasiado tacaño para mi gusto.

—Simplemente quise sacar ganancias de un lugar que no sean mis clubes o bares. ¿Tienes idea de cuántas personas se hospedan en ese lugar?

—No, pero si se que un tal Shim Jaeyun vive ahí y se que tiene que ver mucho con tu decisión.— contraatacó con una sonrisa pícara. —¿Estás tramando algo, Lee Heeseung?

Heeseung finalmente alzó su vista y se aseguró de asesinar al mayor con la mirada. —No estoy tramando nada. Deja de decir tonterías.— el tono firme y serio en su voz eran más que suficientes para callar a su voz interna que moría por revelar sus verdaderas intenciones.

Y eso podría engañar a cualquiera, pero nunca a Choi, quién retó al menor a un duelo de miradas.
—¿Piensas hacer lo mismo que con Ni-ki?

—¿De qué hablas?

—Verlo de lejos.— Heeseung apartó la mirada y la fijó sobre el gran ventanal a su lado. La vista de la ciudad en el mediodía no era tan bonita como lo era en la noche. —Heeseung, te lo digo cómo tu mejor amigo. Las personas nunca sabrán que hiciste algo por ellas hasta que se los digas directamente. Cerrarte, alejarte, escapar, nada de eso te ha traído nada bueno. Debiste ser sincero desde el principio.

Heeseung suspiró aún con la vista en el cielo extrañamente nublado. —Ser sincero tampoco me habría traído algo bueno. — Yeonjun suspiró sintiéndose mal por su amigo.

—Soobin es muy distraído y nunca se da cuenta de que le compré su pan favorito hasta que literalmente lo empujó hasta el comedor y se lo grito en la cara.— soltó una risa. —Cuándo no nos conocíamos y el me gustaba solía hacerle notas.

—Lo sé, tu me obligabas a dejarlas en su casillero porque te daba vergüenza.— mencionó Heeseung con un bufido.

Yeonjun rió. —Y al final terminó creyendo que eras tú quién gustaba de él.

La ronca risa del mayor contagió levemente a Heeseung quién sonrió de lado recordando los viejos tiempos. —Fue la primera vez que alguien me rechazaba.

—Pero gracias a tí descubrí que el ya gustaba de alguien más y que ese alguien era yo.— Heeseung negó con la cabeza ante las ocurrencias de su amigo. —A lo que voy es que me hubiera ahorrado muchos problemas si tan solo hubiera sido lo suficientemente valiente para decirle lo que sentía desde un principio, en lugar de verlo desde lejos y  pensar en nosotros como algo imposible.

Esas palabras impactaron en su corazón más de lo que deberían. No era sólo por el tema de Jake, sino también por lo que hacía con Ni-ki, su único hijo. Era completamente inaceptable y el lo sabía muy bien.

Pero a decir verdad ni el mismo sabe cómo fue que pasó, lo único que sabe es que un día perdió el control de las cosas y desde entonces todo ha sido un desastre. No sabe como recuperar lo que perdió, como restablecer los lazos con su hijo o al menos crear unos, como ser el hombre que ambos necesitaron y a diario se pregunta si ya es demasiado tarde para una segunda oportunidad, un último intento.

Su celular resonó por la sala sacándolo así de sus pensamientos. Pestañeó un para de veces para luego tomar el aparato entre sus manos, pero antes de que lograra contestar Yeonjun se levantó de su lugar y se dirigió a él con una sonrisa dulce a la vez que palmeaba su hombro.

—Aún puedes decidir entre si vas verlos desde lejos durante toda tu vida y luego presenciar como se van con alguien más... o si esta vez vas a hacer las cosas bien y demostrarle a tu "yo" del pasado que si puede haber un final feliz para Lee Heeseung.— le regaló una sonrisa comprensiva.— Piensa en eso.— y sin más, Yeonjun salió del lugar.

Heeseung estaba tan impactado que dejó pasar la llamada sin darse cuenta. Al segundo llamado se apresuró a contestar lo más rápido y profesional posible pero las palabras de su amigo seguían haciendo eco en su cabeza.

Saber del regreso Jake había sido por mucho el momento más agridulce de su vida. Por un lado se moría por verlo y saber si seguía siendo el mismo tierno chico del que se enamoró en la secundaria o si había cambiado físicamente, pero por otro lado también sabía que mientras ambos vivieran en la misma ciudad el menor de ellos correría mucho peligro sin siquiera saberlo.

Se sentía tan culpable pero aún así era lo suficientemente egoísta como para permitirse a sí mismo sentirse feliz por su regreso.

—Mmm... es que sinceramente yo... no sabría que responderte...— dijo un apenado Ni-ki. —Nosotros no somos lo suficientemente cercanos aún...

—¿Aún?— preguntó Jake subiendo ligeramente la voz asombrado —¿Que quieres decir con eso?

—Mhm, es que... bueno, papá pasa muy ocupado con el trabajo y rara vez está en casa...

Los ojos del mayor se abrieron en sorpresa y casi se salen por completo de su lugar. —¿Normalmente pasas solo en tu casa?— preguntó.

—Bueno... no es como si yo saliera seguido...— soltó una risa seca. —pero lo haría si tan solo mi abuela y Hyerin no vivieran ahí.

—¿Hyerin?

—Oh... ella es la esposa de papá...— al darse cuenta de lo claramente incómoda que se pondría la conversación, Ni-ki prefirió intervenir. —¡Pero tú eres mejor! ¡Lo juro!

Jake soltó una carcajada ante lo increíblemente tierno que era Ni-ki. Le daban ganas de abrazarlo por el resto de su vida.

Jungwon carraspeó desde el ventanal de la cocina una vez salió del baño. El par volteó al mismo tiempo para prestarle atención.

—¿Como estás? ¿Te sientes mejor?— preguntó Ni-ki acercándose a el.

Jungwon asintió apenado.

—¿Estás seguro?— volvió a preguntar el menor con notable preocupación.

Jungwon suspiró. —Sí, estoy bien. Fue solo una caída de bicicleta, ¿recuerdas?

Ni-ki se tragó sus palabras y asintió siguiendo con la mentira. Luego volteó hacia Jake y recordó que debía hacer algo importante.

—Oh Jungwon, déjame presentarte a mi mamá... se llama Jake, creo que ya se han visto antes.— dijo con una sonrisa orgullosa. Jungwon sonrió conmovido por la genuina felicidad del menor y asintió.

—Ya había venido a esta casa también...

—¿Quieres hablar de eso?— preguntó Jake, esta vez más comprensivo que antes.

Jungwon negó con una sonrisa de boca cerrada. —No puedo hacerlo.

—Jungwon, se que es difícil... pero no pases por eso solo. Si te intimidan en la escuela lo mejor que puedes hacer es que se lo digas a un maestro o un adulto.

—Y si vuelve a ocurrir me aseguraré de romperles los dientes.— dijo Ni-ki con seriedad sacándole unas risas al par.

—Gracias... pero de verdad estoy bien. Lo prometo.

—Te dejaré ir por ahora, pero si te veo así de nuevo no dudaré en llamar a la policía.

—Y yo no dudaré en poner en práctica lo que he aprendido viendo la UFC.— agregó (de nuevo) Ni-ki imitando raras posturas de lucha libre que había visto en la televisión.

—Ustedes dan miedo...— Jake y Ni-ki inclinaron su cabeza confundidos  y Jungwon negó con un suspiro. —Nada, me voy a casa.

—Está bien, cuídate mucho.— dijo el menor acercándose a él.

—Tu también cuidate Ni...— y antes de que pudiera terminar la frase sintió unos brazos posarse por sus hombros y una cabeza restregarse suavemente contra su cuello. Se quedó quieto en su lugar y tan rápido como el pelinegro se acercó, así se alejó.

Parpadeó incrédulo antes de carraspear, despedirse con una reverencia y salir casi corriendo del lugar.

Jake al notar la escena sintió curiosidad por el tipo de relación que tenía su hijo con Jungwon, pero aún se sentía inseguro de preguntar demasiado, así que solo agregó una nota mental y fingió no ver nada.

pd: el cover de off my face fue
para jake, niéguenmelo

Rin

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