Una mujer corría despavoridamente mientras un trío de bestias con pezuñas y hocicos amenazantes la perseguían soltando berridos estremecedores.

Las criaturas no pasarían del metro de altura, aún así, su ferocidad y número era de temer. Ya que no eran los únicos animales salvajes en el gran pueblo Uihk.

La mujer dio un vuelco cuando un jabalí ajeno a aquel grupo le embistió las delgadas piernas por el frente, y la pobre fue a dar un vuelco contra una carreta de verduras abandonada.

Quiso recuperarse, sosteniéndose del borde de la carreta mientras todo le daba vueltas. De repente, un dolor agudo le atizo el tobillo, y con horror se percató de como uno de los jabalíes le mordisqueaba la carne con un frenesí desquiciado.

Grito y pataleo, y pronto los demás cerdos salvajes hicieron lo mismo. Sin embargo, no lograron ni a pegar sus hocicos en la piel de la mujer, pues un musculoso aventurero lleno de vendas sujetó a dos por la piel de la nuca con una fuerza de agarre tal que los hizo chillar.

Al tercero lo tenían bien sometido de un pisotón, y no le costó mucho a Francis mandar a volar a los que ya tenía atrapados entre sus manos.

Sujetó al tercero por el hocico y la quijada, y le rompió el cuello con un crujido impecable.

Ante esto, el jabalí que roia la pierna de la mujer desesperada, ni siquiera se inmutó. El lobo desterrado clavo sus dedos en el hocico de la bestia y la obligó a abrir sus fauces. Estirando de más las mandíbulas del cerdo salvaje hasta partirle la comisura de los labios y rasgarla por completo.

El hocico de la bestia quedó suelto y gruño de dolor y miedo antes de salir corriendo rumbo a una manada más grande que se hallaba concentrada en torno a un pequeño niño y su hermana bebé. El niño protegía a su hermana mientras intentaba escalar un cúmulo de cajas. Pero las bestias embestian la estructura y lo hacían tambalear directo a una muerte horrible a el y su pequeña hermana.

Francis no se los permitió, y corrió directo hacia ellos en una carga brutal en la que arrolló a la mayoría de las bestias.

Lanzó puñetazos y patadas brutales, logrando escuchar los berridos agonizantes al partir costillas y patas.

Al joven Rovadán esto lo llenaba de adrenalina. Hacía mucho que no se divertía así. Y no planeaba parar.

La horda de bestias se revolvió frenética contra el, pero él, ya había reducido a más de la mitad a una pila moribunda que manaba sangre de los hocicos.

Francis le lanzó una mirada tranquilizadora al niño. Pero el infante la interpreto como la más psicópata de las sonrisas. Así que se orino de miedo.

Por su parte, el lobo desterrado lanzó frenéticos manotazos hacia las bestias, tan potentes que les reventó el grueso cuero. Acelerando sus ataques a un ritmo destellante.

-¡¡Palmadas de Stricker!!-.
Para el era gracioso..El como usar una técnica de castigo que su madre y su abuela usaban en el de pequeño, era tan letal en manos de alguien como el.

Pronto el grupo de jabalíes salvajes dejó de moverse, y las vendas del Rovadán quedaron empapadas de sangre.

Su vista se le nubló por unos pocos segundos, experimentando un mareo leve. Pero se recompuso con su mera fuerza de voluntad.

...Era cierto. Aquella explosión mágica le había arrebatado parte de su potencia guerrera. Pero su espíritu seguía ahí. El no renunciaría, hasta que estuviera muerto.

..Con dolor, comprobó que parte de aquella sangre que manchaba sus vendajes, en realidad también le pertenecía a él.

Las cicatrices que Marshall había cerrado, se abrieron en cuanto forzó su cuerpo...Ni un reconocido cirujano como aquel pudo ser capaz de curarlo. Y estaba bien con eso, ningún otro hubiese hecho un mejor trabajo, teniendo en cuenta de que Francis había sufrido graves heridas de tipo desconocido, y que su cuerpo se hinchaba y desgarraba por ondas de poder.

No del tipo que le otorgaría un plus a sus estadísticas..si no de aquel que poco a poco lo degradaria como un cadáver reseco y marchito.

Francis sabía perfectamente cuál era su destino. Y aún así se abrazaba a su sueño.

Si de todas formas hiba a morir. Pues que fuera luchando. Que fuera haciendo lo que más quería en este mundo.

Sonrió y ayudo al niño y a la bebé a bajar de aquellas cajas. Los llevo cargando hasta la mujer herida en la carreta, y le pidió que los vigilará mientras todo acababa.

La señora asintió, y, atónita. Vio como un guerrero lleno de vendas ensangrentadas, se alejaba a paso tambaleante hacia el peligro.

........

Hordas y hordas por centenares invadieron las inmediaciones del pueblo. Y grupos enteros de defensores se esforzaron por mantenerlos a raya.

Mirriack agradeció que el resto de los reyes dorados despertaran de su borrachera y se unieran a la batalla.

Esos cerditos podian ser pequeños..pero eran unos jodidos demonios que aún en miniatura mostraban una ferocidad admirable. Uno solo no era un problema.

Diez ya te hacían pensartelo..pero una horda de cien.

Bueno. Ya se veía el efecto que causaba.
Los aventureros novatos no huían del pueblo. Principalmente porque este estaba sitiado por todas partes.

No había ni un lado que no estuviese lleno de guardias desesperados apoyados por los aventureros, que no tratasen de hacer retroceder a las inacabables hordas porcinas que los azotaban.

Decenas de pequeñas manadas ya habían conseguido entrar al pueblo. Pero ya estaban siendo manejadas por los habitantes o los guerreros marginados en las tabernas, despertados por el bullicio.

.......

Wolgrank dirigía a sus hombres. Conduciendolos por los estrechos pasillos de la comuna.

Chozas humildes y pegadas entre sí conformaban una red de caminos atizados por basura y perros callejeros. Gatos hambrientos que perseguían ratas gordas. Y niños sonrientes que se maravillaban al verlos.

Esta zona parecía la menos afectada por la invasión. Es más. Los adultos se dedicaban a darle caza a los jabalíes que se atrevían a entrar en su comunidad, y festejaban la adquisición de carne deliciosa y fresca.

Al líder de los lobos desterrados le impacto esta escena..realmente..El pueblo de Uihk era casi como una ciudad. Expandida por el incremento de sus ganancias a base del beneficio que le traían los aventureros. Pero cuyo factor de enriquecimiento..claramente no era para todos.

Solo aquellos que se dedicaban al comercio general y estaban conectados a la red del gremio parecían prosperar..los demás. Se las gastaban como podian, dejados a su suerte en una infraestructura cada vez más hinchada que mantenía a los ricos siendo alimentados constantemente, y a los pobres en el olvido.

Los aventureros como el, eran los únicos que se clasificaban en la clase media.
Y eso lo hacia entender porque Marshall se esforzaba en promover ciertos empleos para la gente de bajos recursos.

El tipo sabía perfectamente como era la situación en el pueblo.

-¡¡¡Raaaawwwrr!!!-.
El chillido de un jabalí lo saco de sus pensamientos en cuanto uno de sus guerreros novicios le hundió su lanza en la nuca.

La bestia casi sorprende a Wolgrank en un ataque vil. Pero sus lobos desterrados actuaron rápido.

Los habitantes de la zona pobre siguieron cazando a los jabalíes que correteaban entre sus callejuelas. Y el grupo de lobos salió sin ningún problema de ahi.

Guiados por un camino de muerte apelmazado por los cadáveres de una manada numerosa de cerdos salvajes. El grupo pudo dar con Francis.

El joven Rovadán estaba bañado en sangre seca. Y sólo uno que otro chorro de sangre caliente le escurría por entre las vendas. Tenía una mirada desquiciada, y respiraba agitadamente.

-Eh..Francis, estas hecho un asco-.
Le dijo Argyll, cuya borrachera le había bajado de golpe al sufrir un espanto por ver a su compañero en ese estado.

Wolgrank se acercó para ver el estado del muchacho, y al comprobar que las heridas de Francis estaban abiertas, lo reprendió por sus actos de imprudencia.

El lobo vendado sólo sonrió algo avergonzado. Excusandose con que no importaba, pues al menos sabía que había salvado a más de una docena de personas desde que empezó a luchar.

El reunido grupo de lobos pronto salió del pueblo y se unió a las líneas defensivas en el exterior. Donde no había un pedazo de suelo limpio de sangre.

Las pilas de cadáveres comenzaban a juntarse. Y las hordas parecían lo suficientemente interminables como para abastecer mas y mas cuerpos.

Se levantaron barricadas para impedir el paso de las bestias en el pueblo, se llevaron litros y litros de agua para los bravos aventureros, y se arrastraron a los heridos hasta la seguridad de improvisadas chozas medicas.

Marshall tuvo mucho trabajo aquel día. Y su humor no pudo ser peor.

Ni uno solo de sus aliados nobles se presentó para brindar los servicios que se necesitaban tan urgentemente.

De los Ranzon lo comprendía. Seguramente se encontraban en un asedio similar, ya que al igual que la mayoría de terratenientes ricos de Uihk, tenían sus ranchos a las fueras del pueblo, para aprovechar lo fértil del bosque.

Sin embargo, a pesar de que algunas familias nobles se encontraban justo en el pueblo durante el asedio de las bestias, ninguna se mostró lo suficientemente interesada en la crisis, y no se molestaron en dar una sola orden a sus guardias para ayudar.

Aunque tenían recursos de sobra en los almacenes de la plaza del noble generoso, los desgraciados triplicaron los precios y lo dejaron ayudando a el solo.

A Marshall se le cayó la cara de vergüenza al ver tal falta de solidaridad con el pueblo.

...¿Cómo era posible?...

Aquel hombre tenía un concepto de vida distinta, y tener de amigos a aquella gente ahora le revolvía el estómago.

Se limpio el sudor de la frente, y se concentro de lleno en desinfectarle el hombro a un muchacho que había sido revolcado por una manada desquiciada de jabalíes que le abrieron una horrenda herida.

................

Al final de la jornada. Solo los resollos cansados de los supervivientes se escucharon como un murmullo triunfal en el aire.

Aunque el precio de la victoria no había sido ni barato ni fácil.
Los costos pudieron haber sido mucho más altos si no hubiese sido por el apoyo de todos los guerreros y residentes del pueblo que se unieron para frenar aquella horda voraz.

El coraje demostrado durante la defensa sería una marca de guerra para aquellos que se quedarían en la memoria eterna recordados por la brutal acción por la defensa de la famosa villa en ascenso..mientras que los más débiles, aterrorizados por los peligros abundantes que merodeaban por el bosque, se rindieron y abandonaron el gran sueño por la riqueza y las aventuras.

De fondo, se escuchaba a un joven emocionado lleno de vendas, aue cargaba el cadáver de un jabalí rechoncho mientras uno de sus compañeros vomitaba al ver las visceras de la bestia cayendo al suelo.

La noche comenzó a caer, y los aventureros que se habían internado en el bosque para darle caza a Boarkh regresaron para encontrarse semejante escena.

Las pilas de cadáveres y barricadas rodeando el pueblo, así como la caravana de novatos que volvían a su tierra natal llenos de miedo y desilusión, fue una vista fuerte y pesada que los shockeo por completo.

No todos habían vuelto luego de la partida de caza..y las noticias tampoco fueron muy gratas.

La madrugada paso amargamente con sollozos y gritos de terror nocturnos. Asi  como los susurros ingravidos de las oraciones por los muertos y sus espíritus.

Un nuevo día llegaría pronto, así como una nueva aventura.

Bajo la noche estrellada y el murmullo de la población de Uihk, un hombre conocido como "el mil negocios" estaba decidido a averiguar que es lo que estaba pasando.

El aroma del aire estaba cargado de un fuerte aroma acre y amargo, que el interpreto como la presencia de los deseos oscuros del propio mal.

Algo rondaba en el bosque...algo marcado por los poderes corruptos, y los nobles y ricos que financiaban su gremio parecían saber más de lo que realmente aparentaban.

Marshall no durmió bien esa noche. El llanto y gruñidos de dolor de sus clientes taladraba en su mente, las visiones de aquellos que tenían todo un futuro por delante pero que lo visitaban en sueños totalmente despedazados lo atormentaron, y por la madrugada se despertaba mil y una veces empapado de sudor y sobresaltado, embargado por una consternación y ansiedad sin igual.

Una nueva temporada había llegado a la fiebre de los aventureros...una más cruda y oscura para todos aquellos jóvenes ilusos que vinieron en busca de riquezas. Pero que estaban a punto de encontrar algo más siniestro.

-Eskua nostro pather..favorer mia alma..mia mentusz-.
Se puso a rezar en la oscuridad. Poco a poco cayendo en silencio.