Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"Último día"

[Dorian]

Y si.

Último día.

Desperté cansado de pensar que mañana por la mañana ya estaría viajando de regreso a casa.

Está vez desperté más temprano de que Brais volviera a su habitación, al removerme él no pudo evitar despertar conmigo, con dificultad por la luz atravesando la habitación él abrió los ojos y me sonrió.

— ¿Qué haces despierto tan temprano? — preguntó.

— No sé, es extraño despertar y ver todas las cosas en cajas y maletas — suspiré.

— Yo no estoy en cajas aún — dijo.

— No, tú estarás en Francia — no pude evitar reír.

— Yo viviré en tu corazón — me dijo dramáticamente.

— Tienes que irte a tu habitación Romeo —  le dije quitándole la manta de encima.

— ¿Por qué no puedo ser Julieta? — reprochó.

— ¿Por qué mejor no eres Brais? Y así puedes irte antes que nos asesinen por dormir juntos — rió.

— Te veo en una hora abajo — dijo antes de salir.

— Una hora es mucho — hice un puchero con mis labios.

— ¿Media hora? — preguntó.

— Quince minutos — suplique.

— Que sean diez — dijo y salió finalmente.

Me puse de pie rápidamente para entrar al baño y acabar lo más pronto posible y llegar a tiempo abajo.

Estaban todos en la mesa, había varios asientos vacíos, el de Dereck, sus padres y el padre de Brais, odiaba mucho tener que ser el culpable de su ausencia pero odiaba más el hecho de que sus intenciones conmigo o nosotros no fueran buenas.

— Hicimos waffles para el último almuerzo — dijo mi mamá y la de Brais entrando a la cocina con grandes bandejas.

— ¡Si! — chillé.

Los waffles son mi comida favorita, en casa puedo comerlos a todas horas y dónde sea.

Brais me miró con una sonrisa al escucharme y me sentí enrojecer.

Sus ojos se hacían pequeños cuando sonreían y quería memorizar cada arruga en su rostro para recordarlo después.

— Estábamos pensando en dar un paseo por la playa en bicicletas, ¿qué opinan? — preguntó papá.

Más hacia mi, realmente odiaba cualquier actividad física y era por eso que mi peso no era el adecuado, no era demasiado pero tenía una pequeña barriga que mostraba mi poca condición.

Decidí aceptar el paseo pues mucho me había costado subir la bicicleta por las escaleras como para no usarla.

Por la tarde absolutamente todos tomamos una bicicleta, creí que sería aburrido pues simplemente andar en bicicleta no era el mejor plan, pero cuando Brais estaba ahí todo mejoraba, no sé que hacía, que pasaba o que movía pero siempre que estaba todo era mejor.

Después de varios minutos casi una hora de andar por ahí, decidí parar para respirar un momento.

— ¿Cansado? — me preguntó Brais parando a mi lado.

— Algo — respondí agitado.

— ¿Qué pasa chicos? — preguntó papá y todos se detuvieron.

— Estoy cansado — les dije.

— Paremos unos minutos — dijo papá dejando caer la bicicleta.

Mamá extendió por la arena una manta que traía y se sentó en ella, la madre de Brais y Harry la imitó.

Papá decidió entrar a la playa frente a nosotros, pareció refrescante después de tanto tiempo en el sol.

— Vamos — me dijo Brais.

— No me gusta mucho el agua — dije intentando safarme de su agarre.

— No haz entrado al agua desde — pensó — Nunca, por favor por favor — intentó convencerme.

— Es que no me gusta — volví a decir.

— ¡Por favor! — siguió.

— Está bien — accedí — Solo porque estoy muriendo de calor.

Nos acercamos tanto al mar que sentí las olas llevar hasta cubrir mis pies, sentí un cosquilleos extraño pero lindo.

Brais tomó mi mano y nos metimos aún más, hasta que el agua llegó a mis rodillas y ya no quise avanzar más.

Brais comenzó a sacudir agua hacia mi y aunque al principio fue extraño me fui acostumbrando al agua, jugamos mucho tiempo ahí, nunca había disfrutado tanto una compañía como la de Brais, Harry y mi padre esa tarde, fue como mi despedida al mar, desde pequeño le tuve miedo y tal vez fue por lo débil que me sentía, en ese instante lo menos que sentía era debilidad, quería quedarme ahí para siempre con cada una de las personas que estaban ahí, aunque fuera un poco más de tiempo.

— ¿Fue divertido? — me preguntó Brais una vez fuera del agua.

— ¡Si! — respondí emocionado.

— Vaya, Dorian en el agua, ¿acaso e el final del verano? — preguntó Mitch quien apareció de la nada.

— De hecho, lo es — respondí riendo — ¿Que hacen aquí? — pregunté pues todos estabas presentes.

— Los buscamos en la cabaña pero no los encontramos y decidimos buscarlos — me respondió.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué nos buscaban? — pregunté.

— Ya nos vamos — dijo señalando al auto.

— ¿Ya? — pregunté.

Sentir tan real el tener que irnos me daba miedo.

— No, baboso — dijo el otro Harry.

Giré mis ojos.

— Está por oscurecer, ¿no es peligroso? — pregunté, a veces era demasiado protector.

— Papá tiene que estar temprano en casa mañana, así que — alzó los hombros — No tenemos opción.

— Vaya — suspiré.

— Fue un gran verano, ¿no?

— Si, lo fue — le dije.

— Me alegra haberte conocido, aunque no haya sido de la mejor manera, era fue la arrastrada más productiva que te dió Hugo — reí recordando sin poder evitarlo.

— Gracias por traerme a casa siempre — le dije.

— Siempre que lo necesiten, tú y Hugo tendrán un espacio en mi auto — dijo sonando como una especie despedida dramática.

— Voy a extrañarte — fuí sincero.

— Bueno, Seattle es mas cerca que Francia así que tengo ventaja — sonrió.

— ¿Que hay de tu chico? — le pregunté.

— Solo míralo — alzó la cabeza hacia al frente y noté a Harry hablando con su doble.

En realidad no parecía que fueran a matarse, estaban teniendo una conversación sana en la que ninguno estaba estrangulando al otro.

— Vamos — le dije a Mitch.

— ¿Y ahora? ¿Por qué tan buenos? — preguntó Mitch.

— Ya sabes, última vez, a veces nosotros también podemos ponernos un poco melancólicos — respondió el Harry real.

— Es hora de irnos chicos — dijo el padre de Mitch llamando la atención de todos.

— Te veré luego — le dije a Mitch y lo abracé.

— Espero me escribas y no me olvides por la tecnologías y esas mierdas — dijo aún en el abrazo.

— No lo haré, anda, ve a leer la mente de otras personas — le dije y ambos nos reímos.

Finalmente todos en su auto salieron.

— Adiós — casi suspiré viendo el auto marchar.

— Hay que ir a la cabaña nosotros, hay cosas que terminar y tenemos que descansar, mañana temprano salimos — dijo papá y anduvimos en las bicicletas de vuelta.

**

El ruido de los pájaros fue más fuerte de lo normal esa mañana, la marea sonaba como si estuviera recostado en la arena y no en mi cuarto junto a él.

Era está la última mañana que despertaría aquí, con él tan cerca, con el mar, los pájaros y el sol.

Lo abracé lo más fuerte que pude intentando quedarme así la mayor parte del tiempo.

Él despertó rápido y pasó su mano por mi cabello.

— Tranquilo — dijo con voz ronca — No será la última vez.

Un toque diminutivo y Harry entrando a la habitación sin permiso me sorprendió.

— ¿Qué te pasa? — pregunté molesto.

— Por favor chicos, solo ustedes creen que nos engañan con Brais saliendo cada mañana de aquí — dijo buscando algo.

— ¿Qué buscas? — pregunté.

— Una noche que dormí aquí, deje una camiseta y no la... Olvidenlo, ya la encontré — dijo triunfante.

— ¿Ya puedes irte? — preguntó Brais.

— Claro, por cierto Dorian hay un celular a bajo de la cama, tal vez sea el tuyo — dijo y salió.

Busqué debajo de la cama y si, era mi celular, lo había descuidado tanto tiempo pues aquí era inservible.

Me lo guarde en una mochila y comencé a juntar las pocas cosas que faltaban.

— ¿Tienes todo listo? — le pregunté.

— Así es, aunque lo que más quiero llevarme no puedo echarlo en una caja o maleta — dijo ayudándome a recoger.

— Yo también quisiera irme contigo — dije besando sus labios.

— ¡Es hora chicos! — escuché la voz de mamá.

Tomé mis últimas cosas y las bajé, las subí al auto y nos juntamos todos unos últimos minutos en las escaleras de la entrada.

— Vendremos el próximo verano, ¿Cierto? — preguntó papá a él padre de la bebé.

— Claro que si, fue un verano ¡inolvidable! — respondió.

— Hey, — me dijo Harry — Siento mucho haberte tratado mal al comienzo, siempre intentaré proteger a Brais aunque me alegra que ahora seamos dos protegiéndolo, no tengas dudas de que lo suyo funcionará — me dijo y me abrazó.

— No me abraces, no pareces el Harry real — le dije entre risas apretando su abrazo.

— Cuídate niño — me dijo sacudiendo mi cabello y finalmente subiendo a su auto.

Después de eso Brais se acercó a mí, guardamos silencio algunos segundos.

— No quiero despedirme — chillé.

— No tiene que ser una despedida — tomó mi mano — Voy a decirte todo lo que siento, aunque tenga que repetirlo, quiero Dorian que por favor jamás olvides quien eres, eres el ser más increíble que yo haya conocido, no dudes sobre tu físico, eres hermoso con cada una de las cosas que tú odias, por que cada una de ellas me hace amarte más, amo como es tu sonrisa, amo tu risa cuando no puede aguantarla, amo como alzas las cejas cuando crees que miento, amo cuando suspiras por todo, amo que haya veces en que tu mirada dice más de lo que quieres, amo cada cosa de ti, cosas que tal ves tú no te das cuenta, te amo de verdad Dorian y no va a cambiar ni un poco por simples kilómetros — sentí mis piernas temblar cuando me acerque a él y lo abracé.

Lo abracé sin intenciones de soltarlo pronto, mi única intención en ese momento era recordar su olor, recordar el olor de su cabello, recordar el agarre en mi cintura de sus brazos, el ponerme de puntillas para abrazarlo, el cómo se siente su piel en mis labios.

— Desearía con todo mi ser haber cambiado algo, haberme dado cuenta desde el principio de todo esto que sentimos que es tan grande que nosotros mismos, sé que desperdiciamos mucho tiempo pero también sé que esto no es el final, sí, hoy nos iremos de aquí, tal vez sea el final del verano pero no el nuestro.

Nuestros labios se buscaron entre si de manera desesperada, quise memorizar la sensación, quise poder sentir esto todos los días.

— Te voy a extrañar niño closet — dijo cuando nos separamos.

— Cuando lo hagas, estaré esperando tu mensaje — le sonreí.

— Te amo — me dijo.

— Te amo Brais — le dí un beso corto.

Finalmente ambos subimos a nuestros autos, los primeros kilómetros de la carretera fuimos juntos, pues era el mismo recorrido, pero cuando los carriles se dividían y era el momento de que los autos se separaran finalmente fue cuando mi estómago comenzó a revolverse.

Él sonrió a través del cristal y sacudió su mano, yo lo imité con pocas ganas y finalmente ví el auto perderse de mi vista.

Sin poder evitarlo, múltiples recuerdos de los primeros días en la cabaña aparecieron en mi cabeza.

— No deberíamos estar aquí, parece abandonada está cabaña.

— Tranquilo niño closet, ya vine aquí antes, me gusta estar solo.

— Ya somos dos.

— Nos llevaremos bien entonces.

Quise no ponerme melancólico pero fue imposible.

Luego de varias horas, mi celular vibró dentro de la mochila.

Lo encendí y noté las barras de señal subir una a una.

Dos meses atrás esto sería lo mejor del mundo, pero ahora prefería quedarme alejado de la tecnología si eso me mantenía cerca del hippie más hermoso que he conocido.

Solo esperaba no haberme perdido de mucho y que William y Sydney tengas divertidas historias de verano para mí.

Finalmente esto era volver a casa, ¿no?

**

Holaa! No quería contagiarles mi tristeza pero fue inevitable:(

Este no es el final de la historia, aún.

Así que aún faltan algunas cosas interesantes jajajsa

Los amo mucho<3
Gracias por leer y comentar aunque actualice cada siglo jiji bais

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro