"Toro mecánico"
[Dorian]
— Creí que los visitariamos hasta mañana — dije una vez separado de Mitch.
— ¡Lo sé! — dijo papá — Fue una coincidencia encontrarnos.
Me senté del lado derecho de Mitch y Harry me imito sentándose a mi derecha. Desde que llegué no pude evitar ver cómo Dereck y Brais compartían mirada, bastaba ponerles atención unos segundos para que notarás como reían por cualquier cosa.
Bajé la mirada a la mesa, ya todos comían pero mi platillo aún no llegaba pues recién había ordenado. Comencé a jugar con mis dedos debajo de la mesa, y juguetear con el anillo que Sidney me había regalado en mi cumpleaños, jugueteando con el, cayó debajo de la mesa, hice la silla unos pasos atrás, me agache y lo busqué, debajo observé los pies de Brais sobre los de Dereck y como éste daba leves caricias.
Quise separarlos en ese instante pero frente a toda mi familia solo me quedaba observar con el miedo de ser descubierto.
Tomé el anillo y al ponerme de vuelta a la mesa empujé la silla aún más atrás golpeando a la mesera que traía el platillo de Harry, toda su bebida quedó derramada por su uniforme azul.
— ¡Oh por dios! — dije poniéndome de pie de inmediato — Perdóname, no me dí cuenta que estabas detrás de mí.
Tomé todas las servilletas de la mesa e intenté limpiar su uniforme lo que fue imposible.
— Si, quedó claro que no te fijas — soltó la chica con molestia observando su uniforme.
Noté que mi suéter se había manchado un poco y no había servilletas en la mesa.
— ¿Dónde hay más servilletas? — le pregunté.
— En la cocina — dijo y comenzó a caminar.
Le seguí hasta el final del corredor dónde había una puerta con un cartel que decía "prohibido el paso" esos carteles no me van muy bien.
Entramos a la cocina y me dió las servilletas, ella comenzó a ordenar la comida que había ahí y después se marchó. Yo seguía intentando quitar la mancha que había dejado, estaba parecía pegarse más cada que frotaba la servilleta, en un momento de desesperación se pasó las manos por la cara fuertemente.
— Solo pon un poco de vinagre — un chico que trabajaba ahí entró a la cocina dando su opinión.
— ¿Dónde hay? — pregunté.
Sinceramente, estaba demasiado molesto, desde que casi lo dejan en casa, hasta tener que ver esas muestras de afecto innecesarias bajo la mesa y además terminar dañando su sudadera.
— Ven acá — él chico alcanzó una botella y puso un poco sobre sus dedos.
Con esos mismos comenzó a frotar la mancha suavemente de manera circular. Teniendo al chico cerca no pudo evitar pensar si él podría ser la primera persona que podría poner celoso a Brais. Era más bajo que yl de estatura, su cabello era negro y sus pestañas eran enormes, podía observarlas bien.
Tal vez el chico sintió mi mirada sobre él, por qué al instante me miró, despegue mi vista rápidamente intentando no sonrojarme por la vergüenza.
— ¿Cómo te llamas? — me preguntó.
La verdad no lo esperaba.
— Dorian — le dije.
— Yo Daniel — respondió.
Ya no dije más, ¿que podía decir? que bonito trasero, no lo creo. Me límite a ver el techo de la cocina, al parecer la mancha no era tan fácil después de todo, aún asi agradecía que el chico lo intentara.
— Eres gay, ¿cierto? — preguntó.
La pregunta me sorprendió demasiado, ¿acaso todo el mundo lo notaba menos mi familia? espero y si.
— Si — respondí — ¿Cómo lo sabes? — no pide evitar preguntar.
— Me observas demasiado — rió — Incluso puedo pensar que piensas que mi trasero es enorme.
Me sonroje al instante, tal parecía que yo no sabía nada de despistar, y que él era el chico más directo que había conocido.
— Tal vez — lo admití.
— Tu mancha se fue — el chico sonrió victorioso y se alejó para lavarse las manos.
En ese momento Brais entró a la cocina, no pude evitar sentirme nervioso de solo sentir su mirada después de tanto.
— Necesitamos servilletas en la mesa, ¿que tanto haces? — preguntó.
— Ya iba para allá — dije y tomé las servilletas de la mesa.
Le seguí pero antes de salir Daniel habló.
— Tu trasero también luce bien — dijo mientras secaba sus manos con una toalla y sonreía.
Brais frunció el ceño, yo solo le sonreí entendiendo a que se refería y caminé más rápido para llegar a la mesa. Me sentí tan afortunado de verlo en ese lugar y no en el mío.
Al final, la comida estuvo muy bien el platillo que me había pedido había superado todas mis expectativas y ahora solo escuchaba conversaciones diferentes por toda la mesa.
— ¿Y que ha sido de los demás Turner? — cuestionó el padre de Harry a el padre de Mitch.
— En realidad todos estamos en las cabañas, está vez solo vinimos nosotros a cenar, pero piden darse una vuelta cuando gusten — rió con simpatía el hombre.
— Bueno, no sé ustedes, pero yo — dijo mi madre poniéndose de pie — Tengo ganas de comenzar a apostar.
Todos en la mesa rieron ante el comentario de mamá, se pusieron de pie todos y pidieron la cuenta, la pagaron y entonces nos dividimos por un momento, todos los de la cabaña de papá nos juntamos para hablar.
— Voy a ser claro con las instrucciones — habló papá viéndonos — Este lugar se divide en cuatro partes, restaurantes, juegos, bar y casino. Nosotros estaremos en el casino y ustedes en los juegos — sentenció papá.
— Nada de ir al bar Harry, ellos aún son menores de edad aquí — el papá de Harry lo apuntó estrictamente a él.
Quién mejor que él, que lo conoce como la palma de su mano.
Entonces todos los hombres se fueron y comenzaron a subir. Yo no me alejé de Harry ni un momento, el único chico que nadie conocía era Mitch así que también me puse a su lado y comenzamos a subir hacia los juegos.
Paige y la hermana de Dereck se perdieron entre la gente muy rápido y agradecí eso por que en verdad no quería tener que cuidarla.
— Y ¿a dónde irán primero? — preguntó Mitch.
— En realidad nosotros iremos por allá — dijo Dereck sobre él y Brais — Nos vemos.
Ellos comenzaron a caminar sin esperar siquiera una respuesta.
Odiaba ver cómo Dereck creía tenerlo en sus manos.
Mitch se encontró a una conocida y comenzaron a charlar, tanto que al final se terminó separando y nos quedamos solo Harry y yo.
— Pues vamos a hacer algo, no voy a quedarme aquí como pendejo.
— De hecho no pedí dinero a papá, así que no puedo subir a ningún juego — admití.
Entonces mi mirada se iluminó, frente a mí estaba el toro mecánico, siempre había tenido esas ganas de subirme que no sabía explicar, jamás me había subido a ninguno y lamentablemente está tampoco sería la ocasión.
— Solo tengo para uno — me dijo Harry.
— Está bien, sube tu aquí te espero — le dije.
— No seas idiota, podemos subir los dos en uno — nos acercamos a la chica que llevaba las cuentas.
— ¿Podemos subir dos en uno? — preguntó Harry.
— ¡Claro! — dijo la chica recibiendo el dinero.
Harry subió primero, él sin darse cuenta estaba cumpliéndome un sueño raro, pero sueño al final. Me tomé de su cuerpo lo más fuerte que pude, había visto videos y salir volando no era una opción.
El toro comenzó a moverse, muy lento al principio, escuché una pequeña risa de parte de Harry tal vez por lo fuerte que lo tenía agarrado. Pero fue solo un segundo cuando comenzó a moverse demasiado rápido, sentí como mis piernas se movían y desprendían del toro, aún así no pude evitar reír por perder el control, estuve a punto de caer pero mi agarre me salvó.
Hubo una segunda vez, dónde desgraciadamente me lleve a Harry conmigo y manos caímos. Caí sobre y me alegré por eso ya que estuvimos a solo centímetros de caer fuera del trampolin.
— Eres un idiota, — me dijo sin quitarme de encima — Te hubieras caído tú solo, ahora todos piensan que no aguanto más de dos -
Y él ya no pudo terminar de decir lo que hablaba, un arranqué fue suficiente, tenerlo tan cerca con su olor a menta y perfume fue lo único que necesite para querer robarle un beso. Él ya lo había hecho antes y no había significado nada, entonces yo podía no quedarme con las ganas y que no significara nada.
— Es que ahora tú no te callabas — le dije riendo.
— ¡Que bonita pareja! — escuché a la chica encargada del dinero decir por el micrófono.
Y entonces todas las personas comenzaron a aplaudir. Claro, él me había besado dónde nadie nos viera y yo de pendejo lo hice frente a todos. No pide evitar observar una única persona que me importaba en ese momento, Brais iba tomado de la mano de Dereck, parado sobre la multitud solo observandome y entre todas las miradas a las que yo pude prestarle atención solo esa me importó, por que solo era esa la que quería que me viera, en cada instante.
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Muchísimas gracias por todos sus comentarios bonitos no saben lo feliz que me hacen ❤️ los amoo
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