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Siendo rodeado por el brazo del peli azul, Regulus no había querido decir nada hasta ese momento. De forma extraña se sentía ligeramente incomodo, era una sensación similar a como si su mente se llenara de dudas, desde hace un rato a medida que más gente entrada, llenando un ambiente que nunca sintió. Siendo peor si recordaba las explicaciones de su novio hace unas horas antes de llegar.

No tenía nada que ver con el tipo de hace un momento, el había entendido amenazas y los había dejado tranquilos. Si sentía celos en un instinto de posesividad que nunca experimento por las chicas que se le acercaban a su novio.

Habiendo aceptado la propuesta de Minos los Santos de oro se quedaron en ese bar aunque más por intenciones de vigilarlo. Viendo que este no tenía problemas en atender y conversar con la gente alrededor. Era interesante detallar la experiencia que Minos desprendía en cada movimiento, casi profesional en esa área. Teniendo a un grupo de 2 o 3 mujeres, junto a otro hombre que sin algo de pudor o dignidad para el desagrado del Santo de Piscis, le coqueteaban en un fallido intento de seducirlo.

- Me pregunto cómo se logro hacer bastante popular para que lo quieran probar, si prácticamente se rodo el lugar. - Manigoldo señalo, atreviéndose a romper el silencio que tenían, seguro de que los 3 habían notado lo mismo. - Interesante que se le dé bien esto para ser un completo desquiciado.

- Es cierto eso. Ahora vengo. - Lleno de escepticismo Albafica se animo a preguntarle a uno de los empleados que estaba sirviendo si él era así todos los días. Aunque la respuesta no fue lo más agradable de escuchar, si le quito las dudas.

- Que interesante que preguntes, parece que ustedes saben de donde salió ese hombre y sus extraños poderes de brujería. ¿Qué tipo de historia comparten? Todos lo notamos muy interesado con los ojos sobre ti desde que se dio cuenta. - Mentira no era del todo. Desde hace rato notaba como a pesar de estar con el cuerpo con los clientes, sus ojos no perdían la oportunidad de buscar su presencia con una sonrisa ladina en el rostro. Los egos de ese hombre eran algo molesto aunque este no hablara.

- Una no muy agradable para mi gusto.

- Ya veo. Jajaja. Cuando se proclamo dueño del lugar, lo primero que hizo fue eso. Debo admitir que sabe como convivir para ganarse el respeto de la gran mayoría. Desde el primer momento lo ha hecho, y ha seguido. Es un hombre bastante maquiavélico. Me sorprende que sin importarles que me rodo el puesto y aun así se gano a todos.

- Lamento escuchar eso.

- Tampoco me trates con condescendencia, muchos de los que estamos aquí tenemos antecedentes. Supongo que por eso logro ganarse el respeto de todos a pesar de cómo entro, sabe actuar de forma carismática, segura y elegante. Y a muchos aquí les atrae el poder. - Señalando con desinterés a las mujeres que se le ofrecían al espectro el Santo de Piscis torció el seño con desagrado. - Para mi desgracia, si ha hecho un buen trabajo liberando.

Albafica solo podía pensar que era el lugar perfecto para el espectro porque estaba igual de podrido que él.

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-Vayan a dormir, verificare si el patriarca está despierto, y le explicare la situación. - Cuando la noche empezó a caer Albafica, Manigoldo y Regulus decidieron partir para regresar al santuario. El viaje de regreso termino durando un par de horas, al momento de regresar al Santuario y por ende a sus respetivos templos, ya era entrada la noche. Específicamente cerca de las 10 de la noche.

Como fue quien más tiempo había pasada con Minos, Albafica sentía este problema como algo que le correspondía al no lograr terminar la batalla que tuvieron, y por ende este siguiera rondando en este momento. Tanto Manigoldo como Regulus aceptaron que él sea quien le informe a Shion.

Shion seguía despierto para ese momento, para fortuna de Albafica, quedándose junto con él para explicarle lo mayor que podía pero llevándolo a la sala que usada el patriarca como una oficina para una mayor comodidad. Escuchando atentamente las declaraciones de su compañero acerca de su misión.

A medida que Albafica explicada Shion arqueada las cejas analizando la situación lo mejor que podía en tan poco tiempo. Si mal no recordada en su presencia en los templos del mal, nunca llego a presenciar el cosmos del juez del infierno, pensando en primer momento que este había sido derrotado.

En su interior esperada que eso hubiera pasado, terminando en que sus sospechan erróneas y otro espectro más "Apaciguadle" (Por buscar una palabra mínimamente aceptable) sea quien esté enfrentando. Ahora tenía que ignorar eso y concentrarse para adaptarse a la situación y pensar en una solución coherente.

- Es una situación complicada, a decir verdad. - Retomando su postura llevo sus manos cerca de su cara.

- Con todo respeto Shion, ¿Enserio está considerando dejarlo fuera en un intento de reformación?

- Recuerda que yo también vi sus acciones contra inocentes, cabe la posibilidad que haya elegido ese lugar en específico por buscar un camión de libertinaje, pero de este ser honesto en sus declaraciones, cabe la posibilidad que podamos negociar con él. - No muy convencido, el santo dorado sin darse cuenta término endureciendo su postura sin despegar la vista de su compañero y ahora superior como líber del Santuario.

- Si le soy sincero patriarca, no le creo en lo más mínimo a ese espectro en su discurso de "Quiero una nueva vida" Podre tener sus razones pero me cuesta no estar escéptico. Si no lo ataque fue porque había gente a su alrededor.

- Comprendo tu postura. De momento gracias por informarme, dé a descansar, los próximos días les estaré informando sobre mi decisión. - Sin objetar mayor palabra el Santo de Piscis lo dejo solo. Permitiéndose llevar la mano a la cabeza buscando una idea de que hacer, apenas se estaba acostumbrando a este nuevo puesto como un líber, debía ser una figura a seguir que a su vez debía imponer respeto a base de admiración.

Shion agradecía que en ese momento solo estuvieran sus viejos compañeros ya que sentía menos presiones encima. Dejando de lado en rosario en este preciso momento lo mejor que se le ocurría que podía hacer era negociar con él espectro de grifo.

Suspiro. Estaba teniendo un dolor de cabeza desagradable en muy poco tiempo, tendría que calmarse antes de irse a dormir.

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Desde haberse quedado solos el día anterior, Dohko no quiso despearse del Santo de Tauro como su pareja que era.

Dudando desde su "Encuentro" hace pocos días sobre la idea de hacerle saber sobre la posibilidad que se termine yendo a China para cuidar el rosario. Solo se detenía porque era algo no era del todo seguro. Esta Shion estaba dudando de la idea, no era una posibilidad que estuviera confirmada.

Pero para él, en cualquier caso era quedarse en una amarga soledad, perdiendo con eso varias de las relaciones que mas apreciada.

En un caso apenas sentía la felicidad de verlo lejos del las manos de la muerte para resignarse a separarse, la otra era dejar que el tiempo haga su curso, ahora con su corazón latiendo tan poco los vería morir a todos sus compañeros.

Al despertar en la mañana la luz del sol atreves del templo de libra dejada ver que no habían perdido el tiempo, el escenario que estaba sobre esa cama los dejada ver a los desnudos, desordenados a la par que torpemente abrazados.

Sonara superficial, pero para el Santo de Libra todo el acto sexual fue reconfortante. Por un largo tiempo dejo que a su mente nada de lo pasado no hace mucho en plena guerra pasara. Aunque en este momento apenas si sentía la caberas.

- Uhm... - Parecía que lo buscada, al despertar Hasgard se movió para buscar a Dohko, encontrándolo boca abajo a una corta distancia de él, rodeando su cuerpo con su brazos. - Buenos días. - Bostezo, tratando de mantener una expresión amena y sonriente por más aun se sentía aturdido. - ¿No te lastime anoche? Creo que me deje llevar. - Señalo al notar la pose de su novio. Aunque estaba pensada como un coqueteo no quitada que si se preocupada por su pareja.

- Sabes que me encanta que saques tu pasión, duele cuando no mides tu fuerza pero vale la pena. - Guiñándole su ojo al toro apoyo su cabeza en su mano para verlo a los ojos. Respondiendo con la misma picardía. - Ven aquí. - Ni lento ni perezoso Hasgard le hizo caso, poniéndose sobre Dohko para besarle los labios. No tenían prisas, solo se abrazaban mientras sus labios se conectaban en un dulce y cálido contacto.

- He de admitir que la pase bien. - Separándose de sus labios declaro,  moviéndose  para estampar un fuerte beso en su cuello.

- Eso suena a que quieres repetirlo. - El toro rio, Dohko estaba dispuesto a complacerlo de ese el caso.

- Tú sabes a lo que me refiero. Te creí muerto, nuestras heridas no me dejaban tocarte, y ahora puedo sentir tus caricias otra vez. Saber que estás vivo y conmigo. - Llevando su mano a su nuca expreso sus emociones, sonrojado. - Necesitada olvidarme de ser un Santo y ser un hombre un rato. - Sujetando el mentón de Dohko lo volvió a besar, un beso más atrevido que el de antes.

Lo dicho por Hasgard era un sentimiento mutuo entre los 2 ambos estaban en la misma posición, ahora más calmados que pudieron sacar tiempo de sus obligaciones y reunirse como amantes.

- Torito. - Pasando su mano por los pectorales del contrario lo miro a los ojos, en una expresión lo suficiente para excitar el toro, cosa que Dohko estaba buscando. - Ya que tengo tu gran cuerno cerca de los muslos, ¿Quieres que me encargue de él?

- Jajajaja. Ya estamos muy metidos así que vale, voltéate para un sexo de mañana.

- ¿Seguro? Mi idea era atenderte con mi boca. - Era claro que su inocencia más finida no pudo ser, al ponerse boca abajo nuevamente, abriéndose su amante en espera de su "Great Horn" solo para provocarlo.

- Disfruto cuando haces eso, no lo negare. Pero ahora prefiero complacerte también. - Poniendo sus 2 manos en cada glúteo del Santo de Libra abrió esa zona para que su lengua jugara en ese punto formando patrones como un juego previo, lubricando y estimulando a Dohko.

Cuando ya estuvo lo suficientemente satisfecho con ese juego al escuchar los gemidos del hombre castaño, movió sus manos a sus caberas para presionar su prominente erección donde antes estaban sus labios, entrando sin mayores complicaciones, bastante fácil a comparación de sus primeras veces, empezando el vaivén de su cabera para penetrarlo de forma consecutiva y certera llenando la habitación de los gemidos y el estruendoso sonido de sus cuerpos al chocar, dejándose llevar perdidos en su encuentro, aprovechando buena parte de la mañana para desperdiciar en ese momento, a su vez impórtales poco, solo concentrándose en ellos 2 de manera casi egoísta por un momento.

El resto del día pasó para los 2 con normalidad. Habiéndose aseado y vestido cada uno fue a su camino, Hasgard tenía que hacerse cargo del entrenamiento de Teneo al ver que progresada con bastante facilidad pensada que lo correcto era adelantar su entrenamiento para volverlo santo, aunque tendría que verificar con Shion la armadura que este portaría bajo su destino.

Para su sorpresa, al día siguiente Shion solicito su presencia en el templo del Patriarca ya en plena noche. Obedeciendo por más que la hora elegida le pareciera extraña en primer momento.

- Gracias por venir. Necesito que mañana vayas a escoltar a alguien, se que te sonara bastante raro pero necesito que me escuches atentamente. - Sin decir nada, dejo que Shion siguiera, entendiendo la situación. 

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Ya lo habrán notado pero me gusta separar a los Santos del humano bajo la armadura, en otras palabras, me gusta pensar en que la idea de tener pareja o enamorarse seria para los Santos de Athena lo que les hace sentir humanos, lejos de dar su vida por Athena como diosa al llevar la armadura.  

La proxima escena lemon será para Manigoldo y Regulus, lo prometo (?)

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