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Pasando su mano por la nuca, Manigoldo quiso buscar directamente a Regulus luego de que Shion le hiciera esa propuesta. Él por su parte no se imaginaba dejando el puesto desde tan joven, hace unos años si le preguntarán solo hubiera respondido que tomaría esa oportunidad cuando pudiera tener el privilegio de formar una familia. Y allí estaba una trampa, el era bisexual. Por lo que, mantener una relación con alguien de la orden manteniéndose juntos en el cargo era un resultado muy probable.
Con Regulus en situaciones normales elegiría lo segundo, a la final fuera del santuario solo había rechazo hacia que 2 hombres se mostrarán más afecto del común, no obstante él conocía desde la luz hasta la oscuridad que tenía Regulus, y pensada que, tal vez alejarse medianamente un poco de todo el estrés, junto a las situaciones de viva o muerte que les trajo toda esta batalla de años, pudiera ser muy buena opción. Para ambos.
Aún recordaba de un momento que no sabía si tuvo la buena o mala suerte de presenciar, pero que le ha ayudado bastante a conocer a ese chico que años después le robó el sueño.
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Los gritos de personas se llegaban a escuchar en los alrededores. Al igual que existía la familia Luch y la nación de bluee grand en un lazo diplomático con el Santuario, otras también lo estaban, una de esas parecía que cayó como foco de Hades. Fue una misión que en su momento, (6 años atrás) les cayó como una sorpresa. Apenas se les solicitó ayuda partieron, fueron 4, Regulus, Manigoldo, Degel y El Cid. El ambiente en la mansión que habitaban sus aliados era muy diferente. Apenas se pararon frente cada uno puso sus Pandora Box frente a ellos invocando sus Armaduras, entrando.
El primer ataque no se hizo esperar. El espectro de Minotauro les recibió. Marcando una x en la entrada separando ambos espacios.
— Espero que tengamos la oportunidad de informarnos, ya que, asumo que ya nos esperaban. — Extendiendo el brazo Degel pidió la palabra, dando un paso al frente mientras jugaba con sus manos. Los ojos de Él Cid estaban pendientes en su enemigo, alerta de cualquier movimiento en falso y cualquier oportunidad a su favor.
— Nada que les incunda. No era necesario que 4 personas vinieran. — Cruzándose de brazos guardando sus hachas el espectro se quedó quieto.
— Al contrario. Si fueron tan cobardes para venir hasta 7 contra una familia inocente, no era para menos. — Cortante El Cid expresó.
— Se sienten confiados para estarse enfrentando al peligro de mi señor Wyevern. — Apenas esa última palabra llegó a oídos de Regulus este no ocultó su inquietud. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, una ira que erizó cada pelo de su cuerpo y se volvió la voluntad de un deseo de venganza.
— Apartarte. — Empujando a Degel El santo de Leo atacó rápidamente para alejar al espectro. Un ataque que este logro detener, extendiendo su hachas nuevamente.
Moviendo su brazo en un zarpazo violento el Filo de El Cid y el Filo de Minotauro chocaron, alejando al espectro de su camino para que Manigoldo, Degel y Regulus pudieran entrar. Mientras Cid peleaba.
— Regulus, me vas a tener que explicar el porqué de esa acción. — Degel regaño, y la respuesta le dejo anonadado.
— ¡Cállate! ¡No voy a desperdiciar está oportunidad! — Apretando los colmillos, Regulus estaba alerta de todo. Preocupando a los hombres detrás de él, no ocultaba su cosmos furioso. No entendía qué pasaba, solo que Regulus se volvió su guía.
El hambriento encontró su presa, listo para despellejarla con sus mandíbulas.
— ¡Están allí! — Sus ojos felinos estaban afilados. Regulus logró presenciar lo suficiente de Gordon para imitar su técnica de hachas, derribando el lugar.
4 diferentes estelas de cosmos fueron en su dirección. Derribando a un violento león.
— ¡Ataúd de hielo! — Degel terminó interfiriendo, dándole el tiempo suficiente a Manigoldo para montar un ataque sorpresa con una explosión de sus ondas infernales.
— Parece que llegamos tarde. — Refiriéndose a las personas. El lugar estaba vacío y estaban en plena sala.
— ¡Dónde está Wyevern! - Grito. Parándose mientras tenía su puño dispuesto a atacar. Los espectros presentes rieron en cinismo.
— Radamanthys ya se fue. Obtuvo lo que quería. Nosotros nos quedamos esperando.
— Siempre fue una trampa. — Manigoldo señaló. De un chasquido un brote de almas se reunió en sus manos, cuando estaba por atacar junto a Degel, Regulus se volvió a levantar saltando a sus enemigos. Frustrado.
Parecía tener la fuerza para matarlos a todos allí. Extendiendo su brazos atacó con su corona relámpago.
— ¿Qué le pasará? — No estaban seguros. Pero su prioridad no fue calmar el asunto, sino rescatar a los civiles.
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— Quédate con él. Parece ser más abierto contigo. — Le pidieron a Manigoldo. Habían convencido a Regulus para que se quedará en su templo a descansar por la batalla. Su expresión había cambiado drásticamente, ahora parecía deprimido.
El Cid y Degel informaron tanto al patriarca cómo a Sísifo, buscando conocer un poco más de la reacción que tuvo Regulus. Manigoldo se quedó apoyado cerca de un pilar tras Leo, meditando en lo acontecido.
Regulus se había quedado abrazado a sí mismo, lamentándose de lo pasado, en mucho silencio. Fue cuando Manigoldo fue capaz de escucharlo sollozar que se acercó a él. Sin armaduras, sin rangos, sólo él cuidando de un compañero.
— Regulus. — Posó su mano sobre su cabeza. Arrobillando para él, mirando dulcemente.
— Maní… Ah. Lamento lo de hace un rato. ¿Cuánto llevas aquí? — Limpiando sus lágrimas, quiso reponer su semblante.
— Nunca me fui. Llevo esperando a que te relajaras, estabas como un completo loco. Un asesino despiadado. ¿Que paso?
— Perdona… Yo… No sé cómo decirlo.
— No te voy a juzgar. Tampoco a reprender. Dilo. ¿No teníamos confianza? Sé que te puedo entender.
— Gracias… ¿Sabes de Ilias de Leo no? El era mi padre, Radamanthys de Wyevern fue su asesinato.
— ¿Qué edad tenías cuando eso? Debió ser horrible.
— Tenía 5. No me importa si se me prohíbe tener aspiraciones personales como Santo de oro, para mí esto es importante. Tuve la oportunidad pero la dejé pasar, si hubiéramos llegado antes pude haberlo matado. — Parándose, le dejo saber a Manigoldo el propósito de sus acciones.
— ¿Cómo era tu padre? — Una respuesta que Regulus no entendió en el primer momento, pero no por eso se negó a responder. Contándole lo poco que recordaba. — Estás en tu derecho. ¿No? Mientras no dejes que el odio consuma tu vida, no tienes que sentirte culpable.
— Gracias. Lamento haberlos atacado. No quise repetir lo que pasó con Aspros.
Fue poco después de que regresará de pelear contra el dios de la oscuridad, luego de hacerse amigo de Connor. Aspros se presentó de un momento a otro en su templo, en primer momento parecía solo querer felicitarlo, lo normal por su logro. Fue una batalla difícil para su corta edad y no fué el único ni el primero en hacerlo. Pero, de un momento a otro tras decir: "Fui amigo de tu tío, así que conocí bien a tu padre ¿Sabes?" Sonriendo de forma fingida fue que Regulus tomó la opción de la defensiva, alerta a lo que Aspros pudiera tramar.
Para Aspros, Regulus era muy inocente, solo que de ser lo contrario un buen aliado pudiera ser. Solo tuvo que mencionar a Wyvern para notar cómo ese poderoso cosmos "Dulce" e "inocente" se manchaba. Solo que no midió sus palabras pasivo agresivas, y Regulus Inconsciente extendió su mano, solo teniendo una fracción de segundo para tomar de advertencia. Retrocediendo por su ataque. Prohibiéndole manchar el nombre de su padre.
Desde entonces, el Santo de Géminis puso tierra de por medio entre él y Regulus. Y así se lo hizo saber a Manigoldo.
— Creo que tienes que disculparte más con Degel qué conmigo. Pero primero relájate. Aún estás afectado. — Leo asintió. Manigoldo se quedó el tiempo suficiente con Regulus.
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En su momento Regulus le tomó desprevenido al admitirle todo eso. Tener esos recuerdos sabiendo que cumplió su promesa de venganza le hacían tenerle un poco de miedo a su pareja. Al verlo regresar de su batalla, se le veía más relajado sin ese peso encima. Y él ya de por sí era una persona alegré. Cómo dicen, una persona desconfiada no necesariamente va a actuar desconfiadamente con su entorno.
A pocos metros de distancia de Regulus su presencia se hizo notar, por lo que el santo de Leo no tardó en voltear a recibirlo, siendo rodeado por el brazo de Manigoldo.
— ¿Ocupado?
— No realmente. ¿Pasó algo interesante en tu visita a Shion?
— De hecho. Me propuso tomar una jubilación prematura por este tema. — Golpeó la pierna falsa contra el cielo para dar a entender su punto. — En situaciones normales me ofendería, pero me quedé pensando. ¿A ti te gustaría eso? Ósea, ya te quitaste la muerte de Ratamanthys de encima ¿No?
— Fue un enemigo difícil, aunque fue satisfactorio lograrlo. Pero, no entiendo por qué lo dices.
— Solo me quedé pensando en aquel momento. Cuando me enteré de lo que pasó. Te veías muy afectado, sin contar estresado, por eso pensé en proponértelo ya que los 2 ya cumplimos con lo que queríamos como Santos. ¿Consideras un cambio de escenario como una nueva buena opción?
— Uhm… La verdad no sé qué decir. Creo que entiendo lo que me dices. Yo de verdad aprecio mi puesto como Santo de oro, no me imagino dejándolo. Y no solo por mi padre, si no por lo que ha significado para mí.
— Es un lindo sentimiento. Y lo entiendo, a mí no me molestaría quedarme. Aunque... — Extendiendo su mano a su mentón pareció meditar las opciones que tenían. — Si me gustaría estar los 2 solos en otro espacio. Tal vez, pudiéramos solo dejar el cargo unos meses, y viajar juntos.
— ¿Viajar? — Eso le pareció muy interesante a Régulus. — Pero, tendríamos que planear a dónde iríamos. Se bien como sobrevivir en el bosque, así que refugió y la comida no serán problemas para mí.
— Suena a qué estás interesado. ¿Lo hacemos?
— No me molestaría. Solo serán unos meses ¿No? — Manigoldo asintio.
Al informarle a Shion este quedó perplejo, siendo lo visto no solo les fue rápido decidir si no que, se notaba que el cargo de Santos de Leo y Cáncer no sería fácil de separarse de ellos. Algo que tenía que respetar pero que acepto al final de cuentas.
Hasgard ya también le habían dado una respuesta. El se quedaría unos años más, por lo menos hasta que ya haya una nueva generación de Santos y sienta que ya es momento de dejarles su momento a ellos. Cuando eso pase, dejaría el cargo, pero Dohko estaría con él luego que eso pase.
Solo faltaba la respuesta de Albafica, solo que este ya estaba considerando mucho lo que haría a futuro. De momento, estaba esperando el regreso de Degel. Quería hablar con él nuevamente.
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Ufffffff. Si se preguntan por qué actualización tan rápido, las ganas son las ganas, y yo le tengo ganas hace ratooooo a una escena como la principal de este capítulo. Me caga cuando tratan a Régulus cómo niño de 6 años. Cómo si su arco de personaje no sea, matar a Ratamanthys. Por eso desde hace tiempo quiero escribir un fic AU dónde el este en una posición, tipo de asesino o algo así, ya que me es difícil imaginarme a Régulus cómo rebelde del santuario para una trama así.
Aquí tuve la oportunidad de poner esa escena que tanto quería explorar. En la que, por cierto ~ La parte de Aspros la iba a narrar más a detalle, ya que Aspros iba a aparecer, pero no hubo forma de incluirla sin que me convenciera, por lo que preferí dejarla como un "no quiero repetir esa impulsividad"
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