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Inconscientemente Albafica terminaba por acariciar su propia mano usando su pulgar en medio de sus momentos donde la soledad era su compañía. Minos estaba actuando totalmente tranquilo, llevando lo que quedaba de su estancia en el Santuario en una extraña paz amena que más de uno sintió extraña al recordar sus primeros encuentros con él albino de ojos grises.  ¿Y alguien podía culparlos? Para estar conviviendo con el enemigo supieron darse a entender los últimos días que quedaban. Seguramente Minos estaría sonriendo complacido en ese momento, orgulloso de su logro al demostrar que no mentía derribando toda duda que tenían sobre su persona.

Hablando del diablo, una marioneta que hace tiempo Albafica no veía de frente se un momento a otro se posicionó frente a él.

- Un gusto volver a verlo. - Fingiendo la voz lo más aguda e infante que sus cuerdas vocales le permitían Minos manipuló el objeto en su mano para inclinarse a la par que tenía su mano derecha a Albafica. - Mi señor desea despedirse apropiadamente. Una lastima que yo apenas pude verlo. Aunque besarlo fue una maravillosa experiencia. - Albafica ensanchó los labios conteniendo una ligera carcajada presenciando el hilarante acto del albino.

- Dile a tu maestro que agradezco que sea buen perro y se sepa comportar. - Jactándose el espectro detrás de él reía al escucharlo. Aflojando la marioneta en su mano.

- Jajaja. ¿Perro? Te has vuelto muy lanzado. ¿No crees? - Irónizo. - Y yo queriendo despedirme apropiadamente. - Chasqueando la lengua en 2 pasos quedó frente a Albafica. A diferencia de la otra vez solo extendió su brazo mientras se paraba detrás de Albafica.

- Sobre lo primero, pensé que eso es lo que querías estando tan pegado a mi los primeros días coqueteandome. Y sobre lo segundo, espero te vaya bien, y sepas comportarte. - Engrosando la voz en la última palabra dejó su amenaza. 
Al menos si me sirvió de algo. ¿No? Asumo que no te despediras de mi.

- ¿No lo estoy haciendo ya?

- Jajajaja. - Le encantaba verlo así, pícaro, devolviéndole cada palabra que en otro contexto lo estaría provocando. Una completa lástima que sus planes de tenerlo para él no se pudieran concluir .
"Mi señor piensa que no sabe que faceta le gusta más. Serio y difícil o relajado y sarcástico" - Volviendo a alzar la marioneta, expresó.

- Dile a tu señor que sigo sin aceptar que me coquetee tanto. Le daré el beneficio de la duda pero no un pase a mi cama. - Antes de que Minos pudiera abrir la boca para decir una de sus frases, Albafica ya había pasado cerca de él, tendiendo sus manos para cerrarle los labios.

- Que hombre. - Riendo de lamió los labios. Había logrado mucho con Albafica pero seguía sin tener su plena confianza. No sabía del todo si solo estaba siendo amable con él al tratarlo como un igual, pero, eso no quitaba que Minos disfrutará la situación.

Lo bueno terminaba para su desgracia. Buscando sus cosas busco empacar lo que trajo en el tiempo que duraría su "visita" en completo silencio. Más su nueva marioneta, terminaría su estancia con una última conversación con Shion y la despedida de lo que quedaba de la orden dorada.

No había sido una experiencia en casi nada desagradable, si tenía que admitir algo. Hubiera disfrutado tal vez, solo tal vez indagar más en ese espécimen que era el Santo de Leo, si estaba en lo correcto vaya que le causa curiosidad. Pero bueno, este tampoco parecía consciente de su orígen.

También estaba el canalla de Cáncer. Sabiendo que estaba atado al santo de Leo mejor ni intentaba saciar su curiosidad.Ya de por sí le resultó molesta bastante de su compañía por lo desvergonzado que era en casi todo, más  al responderle. En total silencio terminó, saliendo del cuarto en camino al patriarca para terminar toda esta prueba de Fe con su aprobación.

- Me complace decir que puedo dejarte ir. - Sonriendo de forma que a Minos solo le pareció condescendiente, Shion empezó su pequeño discurso. - Recuerda que, si insistes en quedarte en un lugar conocido como, de mala muerte, vamos a necesitar que cumplas estás normas. - Entregándole un papel con todo lo anotado Minos lo tomó, mirando vagamente mucho de lo anotado allí. Medianamente fastidiado.

- Lo haré con gusto. - Se forzó a sonreír. La verdad, Minos podía criticarle al toro ser muy buena gente,  a Shion fuera de que, logró darse cuenta del porque Lune se tomó la molestia de hablarle de él, ya que  su poder visto en su pelea con el mismo Lune, le parecía que era muy ingenuo para genuinamente estar en este cargo. A ver cómo sobrevivía el santuario en 200 años con él al mando, si su conocimiento de la longevidad de los muvianos era el correcto. Las formas que entre Hades y Athena liberaban sé notaba que eran muy diferentes.

- Puedes irte. Personalmente los visitaré para asegurarme de que todo esté en orden. De igual forma, agradezco tu motivación de ir a un camino pasifico para ambos bandos. - Y así terminó, despidiendo al espectro sin abandonar su expresión. Complacido y hasta orgulloso.

Minos por su parte no dijo nada. Bando media vuelta empezó su camino de regreso a aquel bar, pensando en lo que se encontraría en su regreso, su ausencia se extendió bastante. Aparte que de una u otra forma tenía que poner bastante orden allí. Tenía ansias de volver.

Uno a uno se despidió apropiadamente de cada Santo dorado, saliendo de los dominios de Athena en poco tiempo. Dejando a su paso una atmósfera… Extraña para cada uno de ellos, desde para Minos hasta los Santos de Athena.

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Los siguientes 3 días Shion sé mantuvo concentrado en varias de sus nuevas obligaciones. Progresivamente la atmósfera en el santuario volvió a ser como antes, sin contar la rápida reparación del mismo. Entre todas esas responsabilidades, ahora con la despedida de Minos, Shion retomó unos pensamientos que desde hace un tiempo tenía. Sus heridas no habían sido las peores, pero sus compañeros sobrevivientes no tuvieron tanta suerte, tenían heridas más grandes. De allí considero otorgarles la opción de la jubilación. Cómo Santo de oro que fue, y lo que tuvo que hacer, aún con ayuda de Manigoldo para obtener su armadura, sabía de primera mano que sin importar que terminen siendo órdenes, abandonar un cargo como el ser Santo de Athena era muy difícil.

Un ejemplo claro era Yato. Shion le había enviado una carta a Yuzuriha para preguntar por su estancia el Jamir, ya no eran guerreros, sus cosmos fueron sellados por obra de Sasha. Según Yuzuriha, al podré Yato le costaba bastante adaptarse a su nuevo estatus de persona común y corriente buscando forzosamente  recuperar su cosmos. Poco a poco ambos iban recuperando la realidad que era lejana hace años.

El primero que llamó fue a Manigoldo. Su viejo amigo y compañero de armas no tardó en contestar, presentándose ante él.

— Gracias por venir. Primero que nada, ¿Cómo sientes tu nueva pierna? Supe que te enfrentaste con Minos.

— Ah, eso. — Pasando su mano por su nuca mostrándose poco arrepentido de eso, natural respondió. — Bastante bien. No es difícil adaptarse y he logrado moverme igual que siempre. — Completando su frase golpeó ligeramente la punta de la prótesis con el cabello.

— Es bueno saberlo. He estado considerando bastantes cosas, y entre esas recordé tu estado.

— ¿Mi estado? ¿Estás pensando pedirme que renuncie a mi armadura?

— No. Que renuncies no. No quiero que lo vean así, pero, yo tuve suerte de no tener las mayores heridas. Tu no, casi te sacrificas por ayudar al maestro Sage en su pelea, estuviste cerca de morir. Por eso pensé, ¿Te molestaría la idea de una jubilación? ¿Crees seguir peleando aún sin una pierna?  Se que el maestro Sage te enseño bien, así que ¿Qué dices?

— Que me hablas como si fueras mi hermano. - Bromeó. Inevitablemente ambos soltaron una carcajada.

— Prefiero Primo.

— Bien, primito. Jajaja. Primero, diré que me ofendes si crees que no tener una pierna me hace vulnerable, Asmita era santo y estaba ciego. ¿Una pierna postiza es peor que eso? Me ofendes. Pero… Lo pensaré.

— ¿Regulus? — Manigoldo asintió. — Qué interesante. — Sonriendo cómo el hermano que hace una travesura Shion no despegaba su mirada de Manigoldo.

— Sé bastantes cosas de mi pequeño rey, como para decir que tal vez no es mala idea del todo. Pero quiero hablarlo con él.

— Como desees. Estaré esperando tu respuesta. Por cierto, si puedes avisa a tus compañeros que en cosa de una semana, Degel volverá de BluuGrad.

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Cambie el programa para escribir que uso en el teléfono. Si pueden decirme si ven un error que pase por alto lo agradecería.

¿Que? Creyeron que se me olvidó que deje a Degel vivo? O de Yato y Yuzuriha? No, no, no. Pronto se viene el plato fuerte si las cosas salen como las planeo.

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