En una de esas tantas noches, al fin había logrado reconstruir la maquina que le permitiría ver el futuro. Aquella vez solo fueron unos cortos instantes de revelaciones inentendibles, de las cuales solo lograba recordar verse a si mismo consiguiéndolo, que fue el motivo para no detenerse. Había descubierto que la maquina solo funcionaba en un entorno de oscuridad absoluta, como si tuviese conciencia de su entorno. Aquella maquina se encontraba en un cubículo de cristal donde hacia sus simulaciones, pero ahora con los nuevo descubrimientos, tenia que llevarlo a una habitación especializada, ofrecida por el centro de investigación a la que trabajaba. No obtuvo impedimentos que se presentasen a este proyecto, la empresa ya había financiado toda esta nueva investigación, y a él le emocionaba la idea de ser el primero en conseguir los primeros resultados positivos.

Encerrado y rodeado de oscuridad, encendió el artefacto cilíndrico de nítida superficie metálica. El proceso no duró mucho: de los bordes sobre salían grandes rayos de luz que eran absorbidos por las paredes de la habitación, también, todo comenzaba a temblar levemente. Parpadeantes, vencían a la oscuridad en la que se encontraba, cambiando su perspectiva de lo que creía que vería, destellos de luz esparcidos a su alrededor. Aquellas falsas estrellas formaban un universo de 4 paredes, que era adornada por rastros de neblina de todos los colores, robaron su atención durante unos minutos. Expectante por lo sucedido, se acercó a la fuente de aquella creación, el cilindro, que ahora era rodeado por una sombra negra, que poco a poco, daba forma a una silueta humanizada. No comprendía como es que había surgido aquella figura, cuya diferencia con cualquier otra sombra, era la forma de su cabeza: un trébol. Espantado por los movimiento descuidados y torpes de aquella silueta, quedó paralizado, con los ojos abiertos enfocado en la sombra y olvidando el paisaje universal que tenia presente. Suaves susurros llegaban a sus oídos, haciendo presentación de si mismo como "Ethan".

— También es mi nombre. — Le respondió instintivamente al susurro.

— Lo se. — Sonrió al intruso. — Como también se el motivo de que estés aquí.

¿Cómo es que lo sabia? Había descubierto el secreto que lo había motivado a aceptar la investigación. Siempre se preguntó por su destino, no podía concebir la idea que todo partiese del libre albedrio, que todo dependía de las decisiones de un solo individuo: tenia que haber algo mas, algo que solo le faltaba ser descubierto.

— ¿Qué eres tu? — Pregunta obvia.

— Digamos que solo soy un mensajero. — Aun sin rostro, sabia que lo estaba mirando a los ojos. Continuo con un tono bromista. — Que tiene un mensaje para ti.

Las sensaciones de temor, se tornaron en confusión e intriga, por la posible respuesta a la que "Ethan" se estuviese refiriendo. Asintió en respuesta.

En sus manos se formaba una especie de visión flotante, que poco a poco se expandía a todo su alrededor. Todo ocurría al mismo tiempo: todos sus colegas logrando que aquella maquina funcione, excepto él.

— Esto es real? — Absorto por lo que estaba presenciando. — Pero...fui yo quien lo descubrió.

— Acaso no quieres que esto sea real? — Cambio el entorno nuevamente, ahora se encontraban afuera de la habitación, con Ethan aun preparándose para encender la maquina. — O es esto lo que buscabas.

— Esto es lo que vi hace años. — Desde la entrada al laboratorio podía verse a si mismo a la distancia.— Como es que haces todo esto?

— Entraste en un mundo que no debiste observar. Lograste por unos momento, ver a través de mis ojos. Y aunque tenia que pasar, también se corregirá. — Mientras tanto todo se volvia oscuridad, pues en la visión, Ethan había entrado ya a la habitación.— Yo no hice nada. En realidad, fuiste tu el causante y la consecuencia.

— Que consecuencia? —Preguntó aun confundido por aquellas palabras. — Conseguí lo que buscaba. Durante unos segundos, vi el futuro por accidente, pero ahora puedo verlo a voluntad. Me convertiré en un dios para todos.

— Ahora lo entiendes. — Su voz calmada, ahora suavizaba sus pensamientos. — Y eso es lo que importa ahora. Crees que eres libre. — Poco a poco la figura empezaba a desvanecerse, y los destellos se apagaban a la vez. Antes de desaparecer en el humo negro, sonrió por ultima vez. — Pero ya no, nunca mas.

Las brillantes destellos desaparecieron, mientras aquella figura desaparecía entre el humo negro proviniendo del cilindro. Libre de cualquier otra silueta y el falso universo, una intensa luz se apoderó de toda la oscuridad, y por unos segundos, todo a su alrededor se iluminó. Atónito, sin poder tener tiempo para reaccionar, fue sumergido en aquella flamas de fuego, seguidas de un fuerte estruendo.

A las Fueras del edificio, una fuerte explosión arraso todo el centro de investigación y gran parte de los alrededores, dejando en el centro de los escombros, solo restos de un cilindro metálico.