
16. Como si Jugar al Detective Fuera Tarea Fácil
Y bien, así fue como terminó nuestra “caótica aventura”.
Miro de reojo la patrulla policial estacionada frente a nosotros, mientras la sirena suena a un volumen tan bajo que sólo se escucha de forma lejana. No entiendo por qué insisten en mantenerla así, ¡ni siquiera están persiguiendo a nadie! ¿Por qué no sólo la apagan y ya?
Ruedo los ojos y le doy un largo trago a mi botella de agua, mientras estiro un poco las piernas sobre el asfalto. Admito que sentarnos en ésta banqueta fue mejor idea que quedarnos de pie, pero ésta posición ya se está volviendo bastante incómoda y difícil de aguantar.
Ninguno decimos nada. El silencio es nuestra única compañía, hasta que un hombre no mayor a los treinta, se acerca a nosotros. A pesar de no llevar uniforme, está más que claro que es policía.
—Con que son ustedes, ¿eh? Los chicos que se las dan de héroes —habla, pero ninguno decimos nada—. ¿Tienen idea del riesgo en el que se pusieron? Algo podría haber salido mal y ustedes, ambos, habrían acabado heridos o muertos —sentencia, con dureza, antes de dar un profundo suspiro, lo cual sólo logra asustarnos aún más de lo que ya estamos—, sin embargo, tengo que reconocer su valentía, muchachos.
Sí, ya sabemos que la regamos, pero… un momento, ¿qué dijo?
—No cualquiera hubiera sido capaz de adentrarse en ésta situación sólo para impedir un robo, aún sin saber si los ladrones estaban armados o no. —Bueno… ¿nos está regañando o felicitando?— Felicidades, muchachos, tienen mucho valor.
Dicho esto, se da la vuelta y se va, dejándonos con la confusión por entender lo que dijo. Al final, ¿hicimos bien o no?
Giro mi rostro hacia un lado y me encuentro con esos ojos color avellana, pertenecientes a la chica que, sin intención, nos metió a Jeff y a mí en todo éste problema. Su semblante ya se ve mucho más calmado que cuando estábamos allá adentro, atrapados, pero su mirada continúa viéndose algo extraña, como pensativa, pero no pareciera estar ingeniando algún plan; es… más como si lo que pasó, la hubiera dejado algo “traumatizada”.
Si tengo que admitirlo, me siento algo mal de verla así, por lo que busco algún tema para sacarle conversación.
Para mi desgracia, sólo hay uno que se me ocurre. Y es algo en lo que he estado pensando desde que nos rescataron y nos sacaron de ese lugar.
—Madi —le hablo, consiguiendo que me preste toda su atención—, ¿cómo lograste que no te hicieran nada grave? ¿Cómo conseguiste que sólo te amarraran y te dejaran ahí?
Y es que sí, la duda por saberlo, no me dejaba en paz. Si lo pienso bien, ella era una testigo y bien podría reconocer a cada uno de los tipos que estaban involucrados, ¿no hubiera sido mejor para ellos “deshacerse” de ella? Y no, no es que desee que eso hubiera sucedido, pero es lo que siempre pasa en las películas, ¿por qué aquí no sucedió eso? ¿O es que acaso debo dejar de ver tanta ficción?
—Fue Mike quien me encontró —indica, en voz baja—. Él se dio cuenta de que alguien los estaba siguiendo, así que me acorraló y, cuando se dio cuenta de que era yo, sólo me amarró y me encerró en esa habitación, no sin antes advertirme que me quedara ahí y que no me moviera.
—¿Ya se conocían? ¿No dijiste que él vivía a afueras del pueblo, en la ciudad? —pregunto, algo confundido.
—Jeff ha subido a sus redes muchas fotos. Y en varias de ellas, aparezco yo. —Ah, claro, ahora todo tiene más sentido—. Mike las había visto y cuando me vio en persona, supongo que no le fue difícil reconocerme.
—Tuviste mucha suerte —aseguro, sin estar dispuesto a dejar las cosas así—. No debiste haber venido aquí tú sola, aún más cuando sabías que habían más de tres personas involucradas. Fue algo muy arriesgado, ¿tienes idea de lo preocupados que estábamos?
Antes de poder seguir con el regaño, recuerdo las fotos y el mensaje de voz que le envió a Jeff, así que decido preguntarle por eso.
—¿Cómo las obtuviste?
—¿Recuerdas cuando fuimos a mi lugar secreto? —Asiento, así que continúa—. Bien, ese día, tuve el presentimiento de que no era la primera vez que se reunían ahí, así que volví al día siguiente y volví a encontrarlos en el mismo sitio. —Inhala un poco de aire, decidida a contarme la historia completa— Hoy, cuando los vimos afuera del albergue, supe que tendrían que volver a reunirse, así que, en cuanto salimos, me dirigí hacia allá, ¿y adivina qué? La suerte se puso de mi lado, pues estaban ahí y hablaban del robo, así que sólo tuve que grabarlos con mi celular.
Abro la boca para hablar, pero la cierro de inmediato cuando el ruido de varios pasos, capta nuestra atención. Ambos giramos la vista en dirección al edificio donde se originó todo el caos y mis ojos se abren al ver que dos policías, traen esposado al novio de Jeff.
Aunque… quizás ya sea tiempo de empezar a decir “ex” novio, ¿no?
Me quedo mirando la escena con cierta pena. Los policías se dirigen hacia otra de las patrullas y el chico no pone resistencia ni nada. Tiene las manos esposadas detrás de la espalda y a él parece darle igual, sin embargo, su semblante es tan triste que, si tengo que admitirlo, me conmueve un poco.
Por impulso, busco a Jeff con la vista y suspiro aliviado cuando lo encuentro. Está hablando con otro de los policías. Y por suerte, para todos, se encuentra de espaldas, ignorando la triste escena de su novio, siendo llevado a una patrulla policial.
Pero parece que la vida aún tiene ganas de joderlo un poco más, pues Mike no tarda en visualizarlo y el caos comienza. Lo veo retorcerse de forma violenta mientras grita el nombre de Jeff con desesperación. Los dos policías intentan sujetarlo, sin embargo, fallan y el chico se libera de su agarre.
Me paro de golpe y Madi me imita, por lo que me coloco delante de ella para intentar protegerla. Ni siquiera sé por qué lo hago, si ni siquiera sirvo para escudo humano, pero es mi instinto el que me hace actuar así.
Mike se lanza hacia donde está Jeff, pero otro policía lo golpea en la nuca, haciéndolo caer de rodillas al suelo, donde logran sujetarlo entre todos.
—¡Jeff! —vuelve a gritar, con fuerza—. ¡Jeff! ¡Por favor! ¡Sólo escúchame! ¡Puedo explicarlo! ¡Te juro que puedo explicarlo!
El antes mencionado, gira su rostro y su mirada se encuentra con la del chico. Se quedan mirando por varios segundos, antes de que Jeff comience a caminar en dirección a él.
—Jeff… —susurra, ya un poco más calmado— Puedo explicarlo todo, Jeff. Sólo hablemos, ¿sí? Prometo que no volverá a pasar. Por favor, Jeff, sólo hablemos.
Jeff termina de cortar la distancia que los separaba, hasta que está a escasos centímetros de él.
—¿Hablar? ¿En serio quieres que hablemos ahora? —pregunta, en un tono de voz tan bajo, que resulta siniestro—, ¿por qué hablaríamos ahora, cuando tuviste tanto tiempo para hacerlo y no quisiste?
El chico guarda silencio de repente, mientras sus ojos comienzan a verse algo cristalizados.
—Te lo advertí, Mike. Te dije que no toleraría ni una mentira más —sentencia, con seriedad—. ¿Cuántas veces te pedí que te alejaras de ellos? ¿Cuántas veces te rogué que dejaras de meterte en problemas? ¡¿Cuántas veces?! —exclama. La ira es fácil de percibir en cada una de sus palabras—. Prometiste… que lo harías. Me dijiste que dejarías todo. Prometiste que no harías nada que arruinara las cosas entre nosotros, ¡pero mentiste! ¡Y mira lo que causaste! —Trago saliva al ver que, ésta vez, quien tiene la mirada cristalizada, es Jeff—. Ya no puedo, Mike. No puedo ni quiero seguir aguantando esto. Ya no lo soporto más, así que… esto termina aquí.
Sin esperar respuesta, se da la vuelta y regresa al sitio a dónde estaba, dejando al chico estático y con los ojos rojos de tanto aguantar las lágrimas.
—¡Lo siento, Jeff! ¡No sabes cuánto lo siento! —grita, ya con la voz quebrada—. No tienes qué preocuparte, te juro que no volveré a interferir en tu vida. ¡No volveré a hacerte sufrir con mis decisiones!
Las palabras de Mike, parecen tocar algún punto débil en Jeff, pues éste se detiene de golpe y se gira, para verlo directo a los ojos. Ninguno habla, pero sus miradas dicen tanto que hasta a mí me causan cierta tristeza. Ambos están tristes, ambos están sufriendo y por eso mismo, lo mejor que ambos pueden hacer, es alejarse y dejar que cada uno siga con su vida.
Mi amigo inhala profundo y después de eso, continúa su camino, mientras los policías se encargan de meter a Mike en la patrulla, para después, subirse con él y marcharse, hacia algún lugar que desconozco.
Inhalo una buena cantidad de aire y lo suelto con fuerza por la nariz. No quiero pensar lo difícil que Jeff la debe estar pasando. Sin embargo, antes de poder compadecerme de él, mi atención es atraída por el sonido de un auto que se acerca a donde nosotros estamos.
No está de más mencionar que casi me da un infarto al ver como mi madre baja del auto, junto a la madre de Madi y otra pareja a la que reconozco como los padres de Jeff.
Me lleva… ahora sí me metí en problemas.
—¡Eithan Cooper! —exclama ella, antes de lanzarse hacia mí y abrazarme—. ¡¿Pero es que estás loco?! ¡¿Cómo se te ocurre irte así y dejarme tan preocupada?! —Sin previo aviso, me acierta un fuerte golpe en el brazo, el cual logra hacerme soltar un quejido de dolor.
—Ya, mamá, lo siento —le digo, acariciando el área afectada.
Su mirada me demuestra lo angustiada que está, pero luego de algunos segundos, ese sentimiento comienza a disminuir, antes de que ella me vuelva a abrazar con fuerza.
—Eso fue muy peligroso, Eithan. No quiero que vuelvas a hacerlo, ¿sí? —sentencia, sin soltarme—. Fuiste muy valiente, hijo. Y estoy muy orgullosa de ti, pero estoy más feliz de saber que estás bien.
Sin decir nada más, me alejo de ella y le dedico una leve sonrisa que ella corresponde. A lo lejos, el sonido de una voz gruesa logra hacerme girar y prestar más atención a lo que dice.
—Estoy orgulloso de ti, Jefferson. —Es el padre de Jeff— Fuiste un verdadero hombre y actuaste como tal, no como los “nenitas” que hacen marchas y eso.
Dirijo mi vista hacia Madi y confirmo que ella también escuchó, sin embargo, su mirada me advierte que no diga nada y que es mejor dejar las cosas como están. No podemos permitir que el padre de Jeff se entere de los verdaderos gustos de su hijo y aún peor sería que se enterara de que el chico al que acaban de arrestar, estuvo en una relación con él. Eso sería lo peor que nos podría pasar en este momento.
Si la verdad que nos atormenta puede llegar a lastimar a quienes queremos, quizás… sólo quizás, sea mejor guardar silencio y que ésta permanezca oculta. Como dicen, si el problema no es visible, entonces no existe.
Cuando veo a Jeff alejarse de su padre, decido hacer lo mismo y salir a su encuentro. Madi, al vernos, decide imitarnos y en menos de un minuto, acabamos los tres reunidos en el centro de la acera.
—Hey, chicos, ¿están bien? —pregunta Jeff, intentando sonar animado, sin embargo, su semblante deja más que claro que ha fracasado y al no obtener respuesta de nosotros, se acerca y nos abraza a ambos al mismo tiempo.
Sin siquiera pensarlo, le devuelvo el abrazo, consciente del gran dolor que debe estar experimentando. No imagino lo que debe estar pensando en este momento. Lo único que puedo hacer, es brindarle mi apoyo.
—Sabes que puedes contar con nosotros, Jeff, ¿o no, Eithan? —Asiento, concordando con mi vecina.
—Seguro. Eso ni se duda.
—Gracias, chicos —responde, en voz baja, antes de dar un profundo suspiro y alejarse de nosotros, con una leve sonrisa—. Será mejor que regrese con mis padres. No quiero buscarme más problemas por hoy —indica, intentando mantener esa sonrisa—. Bueno… los veo luego.
Dicho esto, se gira y regresa con sus progenitores.
—¿Crees que va a estar bien? —pregunto, con cierta inquietud.
—Conozco a Jeff desde que éramos niños. Fue un golpe duro para él, pero estoy segura de que sabrá cómo sobreponerse a eso, aunque quizás se tarde un poco en lograrlo.
Antes de poder opinar, noto como un policía se acerca a donde están la señora Mónica y mi mamá, así que le hago una seña a Madi y de inmediato, nos acercamos para oír qué es lo que tiene que decirles.
—¿Alguno de los jóvenes implicados es menor de edad?
—Todos ellos lo son —responde mi mamá, ganándose una mirada curiosa de parte del policía.
—¿Todos?
—Sí, todos, ¿por qué? —El hombre sólo suelta un suspiro, mientras anota algo en su libreta.
—Muy bien. Entonces, lamento informarles que también tendrán que acompañarnos a la estación.
—¡¿Qué?! —exclamamos Madi y yo al unísono.
—¿Por qué? —pregunta la madre de Madison.
—Verán, sus hijos deben rendir declaración, pero en vista de que aún son menores de edad, deben venir bajo la supervisión de sus padres o algún tutor legal.
Suspiro con fuerza antes de soltar un quejido de frustración. Esto es peor que cualquier castigo que mi mamá hubiera podido darme.
Algo me dice que ésta será una larga noche…
*****
Empujo la puerta de mala gana e ingreso a casa sin una pizca de energía. Siento que la cabeza me va a estallar en cualquier momento. Tengo hambre y ni hablar del cansancio, porque estoy a punto de quedarme dormido. Para arruinarlo todo aún más, el sol ya ha comenzado a salir y sus rayos se cuelan a través de la ventana, cegándome por un momento y volviendo mi tortura más difícil de soportar.
Mis pasos son seguidos por los de mi mamá, quien entra de la misma forma que yo, agotada y sin energía. Me siento mal por haberla hecho pasar por todo esto. No era justo que ella pagara por mis raras y alocadas decisiones.
—Lamento haberte hecho pasar por todo esto —me disculpo, pero antes de poder continuar, ella se acerca a mí y me abraza.
—No te preocupes por eso, Eithan —me consuela, como si supiera lo mal que me siento—. Estoy orgullosa de ti, pero me alegra más que todo haya terminado ya.
En eso estoy de acuerdo con ella. Lo mejor es que ya todo acabó.
Al no tener nada más de qué hablar, ambos nos despedimos para dirigirnos a nuestras respectivas habitaciones y descansar un poco. Hasta donde entendí, hoy harían una revisión en el trabajo de mamá para asegurarse de que no hubieran robado nada. Por lo tanto, eso significaba un día libre para ella, lo cual también me alegraba, de cierta forma. Claro que me gusta la idea de que mamá descanse, sólo que… no sé si esté de acuerdo con que haya sucedido de esta manera.
Apenas entro a mi cuarto y lo primero que hago es tirarme boca abajo en la cama, con la firme intención de dormir al menos una hora, sin embargo, mis planes se vienen abajo cuando mi celular suena, así que lo tomo y luego de encenderlo, me doy cuenta de que es un nuevo mensaje de texto.
«Gracias por lo de anoche»
«Atentamente, Madi ☺️»
Un momento, ¿Madi? ¿Estamos hablando de “Madi”, mi extraña vecina? ¿De dónde rayos sacó mi número?
«Ah, no te asustes. Jeff me dio tu número 😉»
Éste chico… me las pagará en cuanto lo vea.
La idea de ignorarla pasa por mi cabeza de forma fugaz, sin embargo, así como llegó, así se fue. Una sonrisa se me escapa por accidente y vuelvo a encender la pantalla del celular, mientras tecleo una breve respuesta a su mensaje.
«Te las das de detective, ¿eh? 😂»
«Pd: No fue nada, para eso son los amigos»
«Deja de burlarte. Hablas como
si jugar al detective fuera tarea
fácil. 😑»
Casi al instante, le escribo una respuesta y así continuamos charlando por un rato más, hasta que el cansancio comienza a ganarme la batalla, haciéndome bostezar de vez en cuando. Debo admitir que hablar con la rara de mi vecina es bastante agradable, ya que no es una plática incómoda o aburrida. Todo lo contrario, sus bromas y las mías parecen encajar de forma estupenda.
Eso, hasta que mi celular produce un sonido que me borra la sonrisa del rostro. Confirmo mi teoría al ver que la batería está apunto de agotarse, lo cual me hace soltar un leve quejido de frustración. Desvío mi vista hacia la ventana y la sorpresa se apodera de mí cuando veo la intensidad con la que el sol brilla. Diablos, ¿cuánto tiempo hemos hablado? Eso explica por qué mi celular se descargó, aún cuando tenía pila para todo el día.
Sin darle más vueltas al asunto, me apresuro a despedirme de Madi y explicarle por qué debo irme. Ella entiende y después de desearme “buenos días”, con cierta ironía, damos por finalizada la conversación, sin embargo, mis ganas de dormir se esfumaron de la misma forma en la que se esfumó la batería del teléfono, por lo que sólo me quedo acostado boca arriba, mirando hacia el techo.
Vaya que fue una larga noche. Me dan escalofríos de sólo pensar en todo lo que vivimos y ni hablar de lo que hubiera pasado si uno de esos tipos —Que no fuera Mike— nos hubiera encontrado. Fue una aventura demasiado arriesgada y mi ceño se frunce un poco cuando otra duda invade mi mente.
¿Cómo diablos fui capaz de meterme en semejante problema?
El nombre de Madi se me viene a la cabeza de forma instantánea. Me asombra pensar en la idea de que ni siquiera dudé de ir a buscarla cuando Jeff me dijo que estaba desaparecida, sin embargo, me asombra aún más el hecho de haber corrido ese gran riesgo por ella, sin siquiera pensar en las consecuencias. Podría decir que fue gracias a la amistad entre nosotros, pero ¿es esa razón suficiente para cometer semejante locura?
Recuerdo la primera vez que la vi. Vaya que es un día memorable y no porque haya sido perfecto, sino porque fue la primera de muchas veces en las que hice el ridículo frente a ella. Por suerte, ella… o mejor dicho, ninguna de las dos, se burló de mí por eso y hablo de las dos personalidades de mi extraña vecina, ¿cómo se lla…? Ah, sí, Madison y Madeline.
Y sin esperarlo, una sonrisa tonta se dibuja en mi rostro cuando la recuerdo.
En cuanto lo noto, la borro de inmediato, para después, jalarme el pelo con cierta frustración. Es extraño, pero parece que me hubiera hecho algo, pues desde que la conocí, he comenzado a actuar de forma muy extraña. He hecho cosas que nunca antes hubiera hecho por nadie y aún peor, las he hecho por una chica a la que apenas conozco, sin mencionar lo de su enfermedad, cosa que aún me sigue causando tanto miedo como al principio.
No obstante, hay algo extraño en ella que sigue causándome cierta curiosidad; algo que me invita a querer saber más sobre ella, lo cual me preocupa. ¿Qué es lo que está pasándome?
Una idea se le ocurre a mi cabeza y al considerarla, me siento de golpe en la cama, con el miedo subiéndome por las venas.
¿Acaso lo que siento por mi extraña amiga es más que amistad? ¿Acaso ella… me atrae?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro