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4.5-Primer contacto.

No había más por hacer: ya llegaba siendo hora de ponerse a trabajar en ese pequeño asunto que daba la impresión estaba estancado incluso desde antes de ponerse en práctica.

Albedo, como persona con bastante inteligencia que era, antes de embarcarse en cualquier tipo de aventurerismo, decidió analizar el terreno y las posibilidades que el mismo le ofrecía, y en realidad no sería muy difícil.

Para empezar, y con sus contactos que tenía todavía, la que fue su pajarita de alas rotas le ayudaba con eso, y fue que, acercándose a Mona, obtuvo información que necesitaba.

-¿Cómo fue qué te enamoraste de Aether? Sé que es un tema que prefieres no tocar pero...me da curiosidad.

-Supongo que es algo evidente, fue con sus poemas. A veces solía dejarme uno en la mochila, la hoja perfumada y con pluma estilográfica, vaya que era algo para impresionarse, o a veces a máquina de escribir, que lo hacía mucho más romántico.

-Entiendo, entiendo. –Ella sonrió de lado, pues esa información sin duda era valiosa.

Eso sí, respetaba que Albedo ya no quisiera enrollarse con ella, pero las tentaciones siempre estarán a la orden del día en los más jóvenes, o incluso en los que no. Por eso, lo que le pedía a cambio de la información, era un simple beso, lo que él aceptó un poco a regañadientes, pues no era uno de piquito, era uno bien dado.

Al acabar ese pequeño acto, ella simplemente rió, limpiándose los labios.

-Tonta será Mona si rechaza tus labios, los que yo le envidiaría a cada hora. Se enamoró de Aether por los poemas que él le escribía.

-Cierto. –Él chasqueó sus dedos. -¡¿Cómo no se me ocurrió antes?! Si es que lo único que se le da bien a ese desgraciado, aparte de robarle las chicas a sus amigos, es escribir poemas.

-Bueno, no lo pensaste antes.

-Hum, de cualquier forma sé que me hubieras pedido ese beso de todos modos. Pero hay un problema, yo no soy poeta, lo mío son las ciencias y las matemáticas, dime que escriba un poema y es como pedirle a un poeta que resuelva una ecuación de algebra, simplemente no se puede.

-Sí, el que tú escribas algo romántico es como peinar a la Roca: no se puede.  Es incluso más que imposible. Pero...de todos modos puedes mezclar ambas cosas, y quizá el resultado no sea tan...tan tuyo, como quien dice.

-E-eso no me hace ninguna gracia, ¿sabes? –Él sudó la gota gorda.

No perdía nada con intentarlo, más o menos tenía una noción de qué era lo que le gustaba a la muchacha, así que inspiración no le faltaba, la práctica era lo necesario, solo que claro, no se pueden hacer ladrillos sin arcilla...y ni siquiera él tenía alguna arcilla.

Estaba en ceros, escribir un poema jamás se le había pasado por la cabeza, e intentos ni siquiera tenía, así que su primer experimento, de hecho, sería éste, lo que podía resultar potencialmente mal como bien, pero solo eso.

Lo siguiente que hizo, y solo para hacer un borrador, fue tomar su pluma y sentarse a escribir algo, teniendo un diccionario a su lado y una foto de Mona frente a él, lo que le sacó una sonrisa.

-"Mi amor por ti mueve montañas"...¿sonará bien? Hum, Sacarosa puede ayudarme, a veces publica en la gaceta...o tengo una idea. –Él alzó una ceja.

Escribió el poema y, al día siguiente, fue junto con Ganyu y Keqing, las que se encontraban con notoria prisa en sus trabajos, aparte de que tendrían que ir a casa de alguna para seguir con la tarea. Claro, la audiencia sabe de sobra que irían a todo menos a hacer tarea. Sin embargo, nos desviamos.

La idea era llevar el poema, sí, pero dependiendo de si era bueno o malo, esperaría a ver qué le decían, si lo aceptaban o no, y si pasaba los filtros, pediría que al final lo retiraran, pues eso se lo guardaba para él, y también para Mona, por supuesto.

-Entonces...¿no estás seguro de si está bien? –Preguntó Keqing, notoriamente extrañada.

-Por lo que veo, creo que era la última persona de quien esperaban recibir un poema, ¿no es así?

-Hum, por lo que estoy leyendo... -Intervino Ganyu. –Es para alguien especial para ti, ¿no? Je, es lindo...pero tiene algunos inconvenientes, más que nada en lo que tiene que ver con las reglas de la escritura, pero de ahí en fuera, no dudo que le gustaría a la chica a quien se lo dedicas.

-Hum, eso es todo lo que quería saber. –Sonrió él, notoriamente emocionado. –Trataré de corregir esos errores, muchas gracias. –Albedo se retiró con el poema en las manos, ambas chicas se miraron, riendo.

-Se nota a leguas que es para Mona.

-Bueno, la discusión ha estado muy acalorada respecto a ese tema, nadie sabe qué pasó en realidad. Pero de verdad es un poema lindo, no sé si a ella le guste, pero a mí sí.

-¿Quieres que te escriba poemas?

-¡Ke-Keqing, en la escuela no! –La mencionada rió con cinismo.

Parecía que la vida le sonreía una vez más a Albedo, pues esa suerte, que en su primer intento de poema, le saliera bien hasta el punto de solo ser corregido en lo más específico, casi poniéndose exquisito.

No iba a replicar la técnica del papel perfumado o escrito a máquina de escribir, su plan, si bien bastante más complejo no solo para cualquier otro, sino especialmente para él, era hacerlo en persona.

Es decir, llegar y recitar el poema, memorizado, en la mano, pegado en la pared, donde fuera, pero recitárselo a la persona especial al final de cuentas. Solo quedaba esperar el momento más ideal, ya que una cosa así debía ser personal. Si bien es totalmente cierto, e incluso admirable, que se podía hacer con público, fuera el que fuera, también se debe hacer la concesión que esa clase de gestos tan personales, tan únicos, lo mejor es que sean privados.

Lo curioso es que, de estar en su nube de amor, él chocó con Mona sin querer, su hombro le golpeó la espalda, tirándole algunas cosas, lo que claro que le cayó como un balde de agua fría. Todavía ni empezaba con su cruzada amorosa y ya metía la pata.

-¡O-oh, lo siento! ¡De verdad, no fue mi intención, que torpe soy! –De inmediato él fue y la ayudó a levantar las cosas, pero incluso Mona se notaba apresurada.

-N-no te preocupes, debo admitir que tengo especial prisa, así que si me ayudas, qué mejor.

Una vez todos los papeles estuvieron en su lugar, a Albedo se le prendió el foco, colando el poema entre las pertenencias de Mona, lo que fue no muy acertado de su parte, y el lector ya sabrá por qué.

-Bien, nos vemos luego, Mona.

-Hasta luego, Albedo, ve con más cuidado a la próxima.

Ella siguió su camino, apresurada, él solo la miró, llevándose una mano a la frente mientras suspiraba, quizá ese sería un buen comienzo, pues lo que bien empieza, ¿bien acaba?

En casa, Mona revisaba sus pendientes, fumaba un buen cigarro como no podía faltar, y al llegar al poema de Albedo, ella se extrañó.

-¿Será de Aether?...No es su letra, ni su estilo... -Ella lo leyó, alzando una ceja por la sorpresa, le había parecido lindo, no tenía dedicatoria, y todo se aclaró en el pie de página, donde aparecía el nombre de su autor. –Albedo...debió haberlo mezclado con mis cosas cuando nos tropezamos. No sabía que escribía poemas, ¿será para Sacarosa? Al final de todo, es la única a quién le habla.

Cambiándose de ropa, rápidamente hizo la tarea para salir de casa, en realidad dejando en paz ese asunto, pues tenía cosas que le ocupaban más tiempo que un poema que ni pensaba era para ella.

Albedo, por su parte, la verdad es que se sentía más que nervioso, ¿qué pensaría ella? ¿Le gustaría? Al menos una de esas preguntas tenía respuesta, y la misma era un sí, y con bastantes creces.

Quizá, y aunque ya se lo había dado, lo mejor era declamárselo, como lo tenía pensado desde un inicio, así que en cuanto lo recuperara, esperaría al menos un día o dos y atajaría por ahí, claro, quizá se lo releería al momento a Mona, pero todo era cuestión de ver si le había gustado o no.

Llegaba la hora de tomar sus medicinas, Klee entraba como una ratoncita a su cuarto, abrazándolo.

-Hermanito... -Canturreó ella.

-Dime, Klee.

-¿Comemos helado juntos?

-No veo por qué no. –Sonrió el muchacho.

Lo que pasó es que, apenas tomó sus medicinas, el muchacho subió con su hermana a la azotea, donde tenía expresamente prohibido subir ella, pero sus padres no estaban, así que tomando las sillas plegables de playa, ambos se recostaron al sol mientras comían helado de vainilla, tomados de la mano para que ella no pudiera escaparse tan fácilmente.

-¿Y qué tal tu día, Klee?

-Me enseñaron a dibujar, pero Klee cree que es una pérdida de tiempo, porque me dices que dibujo muy bien.

-Bueno, eso es verdad. –Rió él. –Pero si quieres dibujar incluso mejor de lo que ya lo haces, mejor aprende, y aprende bien, pues después de todo, es lo único que no es una pérdida de tiempo.

-¿Comer helado es perder el tiempo?

-En una parte sí...pero para nosotros dos, no. –Sonrió, pasar tiempo de calidad con su hermana menor era lo que le alegraba incluso los días más grises. Escuchando un auto estacionándose afuera, el muchacho abrió los ojos. -¡Carajo, mejor hay que regresas a mi cuarto, Klee! –Dijo el muchacho, nervioso.

Antes de que su madre se diera cuenta que la pequeña subió al tejado, ellos estaban en el cuarto de la niña, comiendo helado y jugando con sus muñecas. Apenas ella se retiró a comer, él dio un pesado suspiro, limpiándose el sudor. Ambos hermanos se miraron con complicidad, riendo ante lo que hicieron.

Siempre eran cómplices en las travesuras que hacían, ya fuera juntos o separados, aunque eso no quitaba que incluso les resultara de lo más divertido.

Al menos eso, y la tarea que debía hacer, era algo que lo distraía de su mortal pregunta, al final de todo, no podía saber la respuesta hasta el día siguiente, y ser impaciente solo empeoraría el proceso de espera, así mejor centrarse en otras cosas.

Curiosamente, no es que fuera de la mejor manera, ya que daba la casualidad de que él, para practicar, se ponía a escribir más poemas para Mona, lo que podía ser un tanto contraproducente si es que quería desviar sus pensamientos.

Se cuestionaba, ¿si no le llegaba a gustar, el nuevo sí? Eso solo lo distraía, así que despejó su mente para trabajar a gusto, pero sentía que no estaba haciendo algo propio de él, lo que de verdad le extrañaba.

Sería equivalente a enajenarse, quizá y a Mona ya no le gustaban los poemas, lo descubriría con el tiempo, así que apenas terminó el que tenía ya a medias y mejor se centró en otras cosas, pues eso era lo mejor que podía hacer, inclusive así sintiéndose cómodo consigo mismo.

Dicen que el amor cambia a las personas, pero él no quería dejar de ser él inclusive por el que era el amor de su vida, y en realidad eso era lo mejor que podía hacer.

En otro lugar, Sacarosa y Aether hacían la tarea, él estaba en su descanso de la cafetería, pero estaba en servicio, Noelle seguía atareada como siempre.

-¿Entonces qué piensas hacer?

-No lo sé, no tengo oportunidad contra ella...¿Mona tenía algún interés en Albedo?

-Que yo sepa, no. Siempre me dijo que nunca lo consideró, pero admitía que es guapo.

-Es que me da miedo que se enamoré de él ya que si eso pasa...

-Oye, tampoco quieras ser un pañuelo de lágrimas, vales más que eso, Sacarosa. De cualquier forma...desgraciado, esperó a que ella me terminara para ir a enamorarla.

-Creo que fue por respeto...no lo sé.

-Tch, eso ya no tiene caso. –Él bebió su café al contado. –Tengo que trabajar, la respuesta es "Shakespeare", y la segunda es Gabriel García Márquez.

-Igual ya lo sabía. –Ella también bebió de su café, la conversación casi finalizaba.

-De cualquier manera, inténtalo, no te quedes con los brazos cruzados o esperes una oportunidad que quizá jamás llegue, ¿sí? Has lo que puedas, como puedas, y al final de todo verás que habrá valido la pena, sea o no correspondido tu amor.

-Espero estés en lo cierto, Aether. -Suena la sirena, devuelta al trabajo, los temas del amor ya no tenían cabida en aquel lugar.

Ya de noche, Albedo dormía a Klee después de asegurarse que se lavara los dientes y durmiera caliente, solo sonrió al verla ya con los ojos cerrados, dándole un beso en la frente.

Llegada la hora, él fue y se acostó en su cama, poniéndose la mascarilla para el oxígeno, respirando hondamente y por algunos segundos, tosiendo un par de veces. Siempre se preguntaba cómo sería su vida si fuera una normal, pero ni le daba vueltas porque sabía que solo quedaría más triste de lo que ya lo estaba.

Pensaba en Mona, pero ya no en qué pensaría, solo deseaba darle todo el amor que pudiera tener su corazón, y aunque ya no estuviera vivo, él la seguiría amando, de eso estaba completamente seguro.

Mensajeaba con Sacarosa, le parecía tan odioso tener que usar el oxígeno ya que eso le impedía mandar mensajes de audio, pues sería más fácil para cuando tenía que darle alguna explicación de las tareas que había.

De hecho, y al apenas cruzársele por la mente, pensó que dejaría desprotegida a Sacarosa si es que iba con Mona, si ahora pasaba los recesos con ella, salía estando a su lado, lo que le preocupó un poco.

<<Tch, cuando Aether era novio de Mona, él nunca se preocupó por eso...pero yo no soy igual que él. Primero debe pasar lo que deseo para dar el siguiente paso, debo tranquilizarme.>>

Apenas se quitó el oxígeno, quedó dormido, deseando lo mismo que siempre: soñar con Mona, pues era de las cosas que más le gustaba.

Al día siguiente, mientras se cambiaba, revisó su celular, Mona le había mandado un mensaje, lo que lo sorprendió muchísimo, pues nunca había pasado algo así. Solo se recargó en la pared mientras sonreía, ya que le parecía excelente. Ella lo citaba en una zona común para los estudiantes, pues quería regresarle el poema que pensaba que era suyo, aprovechando para confirmarle lo evidente: sí, lo escribió él.

Fue a la escuela en realidad bastante animado, sonreía, se le veía de excelente humor, y sí, a cualquiera que viera lo saludaba de forma amable, lo que le cortó su inspiración fue que, al pasar una de las grandes avenidas de la ciudad, notó un anuncio de perfumes, uno en el que aparecía alguien muy en especial.

Regresando sobre sus propios pasos, él miró más a detalle ese anuncio, era ella, no quedaba duda.

-¿Mona...? –Habló él, confundido, arrancó el mismo del lugar donde estaba, mirándolo a detalle, era ella, maquillada, sonriendo, se veía hermosa, lo que no tenía sentido era, ¿y cuándo pasó? Simplemente se lo guardó en el bolsillo y siguió con su camino.

¿Acaso era ella modelo? No tenía ni idea, pero era un buen punto para tratar en la conversación que tendría con ella, así que al menos algo más se añadía a su agenda de manera positiva: tendría más temas de conversación.

Llegado a la escuela, ella lo saludó, lo estaba esperando pues había llegado unos minutos tarde, en realidad no más de cinco, pero el punto, lo esperaba y eso lo alegraba.

-Buenos días, Mona. –Sonrió él. –Qué lindo día hace, ¿no te parece?

-Sí, todo está bastante tranquilo. Ah, me parece que esto es tuyo. –Ella le expendió el papelito donde estaba anotado el poema. –Creo que lo mezclaste con mis papeles.

-Sí, de verdad una disculpa...¿lo leíste? –Preguntó él, nervioso.

-Solo para saber de quién era, pensé que era de Aether y de él no quiero guardar nada como no sea en mi closet. –Suspiró ella. –En fin, eso no importa, pero a lo que voy es que, me pareció lindo, no sabía que escribías poemas.

-Je, ni yo tampoco, me dio por escribirlo, así sin más. Pensé que sería malo, aunque me alegra que te gustara.

-¿Por qué? ¿Quieres opiniones? –Rió ella. –Te diría que le pidieras consejos a Aether pero...supongo que no aceptarás, nunca me dijo bien por qué se pelearon. –Mintió ella, quería saber su versión.

-Es algo ya sin importancia. Por cierto... -Él empezó a sacar el cartel de su bolsillo. –Qu-quería preguntarte sobre esto...

Mona se puso roja de abajo hacia arriba, arrancándole el anuncio de las manos, guardándoselo de inmediato, él se sintió confundido, ¿acaso había hecho algo malo?

-¡¿D-de dónde lo sacaste?! ¡S-se supone que esto no estaría cerca de la escuela!

-Iba pasando por la avenida y...

-¡¿La avenida?! ¡No puede ser, cualquier profesor lo puede ver!

-Oye, pero es solo un anuncio de perfume, malo que fuera de lencería o de trajes de baño. –Dijo él, incomodo.

-D-de cualquier manera, es mi imagen y me apena que alguien de la escuela la vea...ay, sé que tarde o temprano alguien se daría cuenta, ¡pero apenas fue hace una semana!

-¿Una semana?

-Di-digamos que soy modelo... -Ella seguía sonrojada. –Fui a una audición, no tenía nada que hacer, y a la directiva le gusté tanto que incluso me invitó a comer y me dijo que me conseguiría un trabajo, pensé que solo me coqueteaba pero...al final no era mentira. Y bueno, el dinero que me pagarían era muy bueno para decir que no...por favor no le digas a nadie, mi familia no está pasando por el mejor momento, mis dos padres están desempleados, dependemos de mi abuelo y...quería ayudar.

El muchacho solo fue y le dio un abrazo a su contraria, la que solo puso ojos de "¿Wtf?" pero al notar la sinceridad del mismo, y que era uno de reconforte más que uno de lastima, lo terminó por aceptar y devolver, sonriendo un poco.

-Si me permites el atrevimiento, te ves muy linda. –Sonrió Albedo. –No lo digo para quedar bien, en verdad lo pienso, y sea que sea lo que promociones, te verás bien.

-Albedo, me halagas. Por favor, no le comentes esto a nadie, ¿de acuerdo?

-Un caballero no tiene memoria. –Él se llevó una mano al pecho.

-Excelente...

-Pero...¿almorzamos juntos? Di-digamos que sigo teniendo curiosidad por este asunto. –Él se sonrojó un poco, llevándose una mano a la nuca. Su contraria rió.

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Hula

Wow, he sido bastante irregular con este arco x'D corregiré eso, lo prometo :'v 

Como pueden ver, prácticamente Mona está condenada a ser pobre incluso en el multiverso de los fics :'v pero no sé, ¿qué les parece la idea de que ella sea modelo? Yo le encuentro sentido ya que se menciona que es la chica más hermosa de toda la escuela, algo así como una Komi-San que no es mudita :v quizá ya ahora no estén tan enojados con ella, ya me dirán jsjs

Pues bueno, no dudo que el momento con Klee haya sido bonito, pues al final de todo es Klee uwu yo iba a tirar por ella en su rerun, pero Ayaka me convencía más por el hype que había a su alrededor :'v

Nos vemos en una semana, espero, ya acabé las dos semanas de trabajos finales, así que en teoría ya no debería por qué retrasar capítulos. Por cierto, sino todavía no leen el AetherxShenhe, los invito a que lo hagan, ya llevo 9 capítulos y ufas las estufas, la verdad ta' exquisito, fíjate. Lo malo que apenas vamos para el capítulo 3 :V

Siempre tuyo:

-Arturo.

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