Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4.3 Memorias de mis putas tristes.

Albedo ahora cargaba con un fantasma: el de sus putas tristes. Se había dicho que siempre le sería fiel a Mona y solo a Mona, pero después de lo que ocurrió, prefirió dejar esa promesa a un lado.

Sin embargo, con los recientes sucesos, él ya no pudo ignorar más ese hecho.

Ahora que ella era soltera y con el corazón un poco destrozado, él deseaba ser quien lo sanara, y aunque ya había tenido muchas experiencias sexuales de variada índole, su amor por la chica de sus sueños era totalmente puro.

No la veía de forma sexual, deseaba darle un beso en los labios con el amor que tenía y con el que le quedara hasta el día de su muerte, ni siquiera se imaginaba perdiendo la virginidad con ella, la quería para algo enserio.

El detalle está en que tras un año de ser el gavilán de las pajaritas de alas rotas, esa vida no podía acabarse como si nada, pues los rastros del pasado nos acompañarán hasta muy el presente.

Tenía que empezar a despedirse de sus pajaritas, una por una. Lo único malo es que a él no se le daba bien ese tipo de situaciones, pues a causa de su enfermedad, él era sensible con los sentimientos de los demás.

Una de ellas le habló por teléfono, eran las 9 de la noche.

-Diga. –Respondió él.

-Albedo...me siento sola, ¿puedes venir a hacerme compañía?

-No puedo, estoy cuidando de mi hermana. –No era una mentira. –Podría ser mañana, tengo que hablar contigo de algo muy importante para mí.

-Awww. No seas cruel, solo un rato, nos divertiremos mucho.

-Mi hermana será prioridad siempre. Además... -Vio su tanque de oxígeno, faltaría media hora para su sesión. –No falta mucho para que tome mi medicina para el asma, debo de estar descansado.

-Hum...de acuerdo, pero mañana sin falta a la salida de la escuela, ya sabes que mis papás no están. –Rió ella.

-Sí, de acuerdo...

Justamente para ese momento, el muchacho entró a la casa de la chica, en realidad más serio de lo normal, pues no jugueteaba con el cuerpo de la muchacha, ni le daba besos traviesos, todo era silencio.

Cuando ella comenzó a besarlo, por notorias razones él la rechazó.

-¿Albedo?

-Yo...ya no puedo seguir haciendo esto. Mi corazón le pertenece a Mona, y solo a ella. Sé que no soy su novio, pero hacerle esto sería, para mí, como engañarla. Dijimos que no traeríamos sentimientos a esto, no sientes nada por mí...¿verdad?

Ella no respondió, solo le dio una bofetada.

-Largo...

-Yo cumplí lo que dijimos.

-¡Eso no me importa, vete ya de aquí! –Ella lo empujó a la puerta, él solo se quedó cabizbajo. -¡Yo no soy tu pañuelo de lágrimas! Sé que dijimos eso pero...tenía la esperanza de que pudiera hacerte sentir algo por mí, pero tienes tan podrido el corazón que ni has de sentir nada.

La muchacha abrió la puerta, empujándolo para que obligarlo a salir. –No quería que esto sucediera.

-¡Cállate! –Le cerró la puerta en la cara.

El chico pensó en tocar la puerta, pero se llevó la mano al corazón, sonriendo de forma triste. –Mi corazón sí siente...siente mucho dolor.

Con la segunda pajarita, la cosa fue calmada, pues al final de cuentas, ella sí que también lo hacía para ser un pañuelo de lágrimas, y admitía que no podía reclamar algo ya que era pagar con la misma moneda. Y, a diferencia de la primera, ella no tuvo sentimientos en la relación.

-Al menos una última vez...besas de forma increíble. –Le susurró al oído, tratando de excitarlo.

-Sigh...por los viejos tiempos y, porque todavía no empiezo a tratar de conquistarla.

-Así se habla. –La muchacha lo jaló de la corbata para llevarlo hasta su cuarto, donde solo se podía ver la ropa saltar por la puerta, aparte del rechinar suave del colchón.

Realmente fue más placentero para la chica que para Albedo, pero igual se dejó llevar, la única razón por la cual no podía reaccionar de la manera que incluso él mismo deseaba, era porque la conciencia le martillaba de una forma en que se empezaba a arrepentir de su decisión.

Acabada la cosa, pues al final solo fueron besos en las zonas más sensibles del cuerpo, lo que a él sí que le gustaba más que nada, el condón sabor cereza terminó en la basura, pues aunque no tuvieran coito, preferían cuidarse de cualquier infección.

Ambos se abrazaban, compartiendo el sabor de la cereza, el que por lo menos sería el único recuerdo que quedaría de esas muchas tardes y noches donde se la pasaron de maravilla.

Ella le dio un beso en la mejilla, sonriendo. Le manchó su lápiz labial.

-Suerte con Mona. Al final de todo era tu consuelo de que no pudieras estar con ella, de verdad te deseo que le des el amor que a mí me dabas solo en la cama.

-Ni era amor. –La muchacha rió al escuchar esa respuesta.

-Lo sé. Pero a veces pensaba que sí, te tomabas muy enserio el que yo era Mona pero, al prenderse la luz, se notaba tu desilusión de volver a la realidad.

-No puedo negar que tienes razón...

-Pero pronto prenderás la luz y sí será ella, y no será lo que hacemos nosotros, con ella sí harás el amor.

-Te sorprendería saber que, en realidad, nunca he pensado en perder mi virginidad con ella. La quiero a mi lado hasta el día de mi muerte, y mientras eso suceda, todo lo demás me da igual.

-Me das tanta ternura. Ojalá te salga todo bien, solo el tiempo lo dirá.

Con la tercera, y la que fue, no la vencida, sino la primera, aquella que le llamaba Gorou desde esa primera vez, y realmente con ella llevaba todo el año, al menos una vez a la semana, teniendo ese tipo de experiencias. En realidad, incluso para él, eso le resultaba complicado el decir adiós.

La invitó a tomar un café, y era en la misma donde Aether y Noelle trabajan ya que, de hecho, el café de ahí era muy bueno, también los pasteles y las donas. Curiosamente, ese día estaban dentro porque el Innombrable descansaba ese día, pero cuando no era así, ella pedía para llevar y mejor iban al parque público a beber su café y su pastel, lo que en realidad les agradaba a ambos.

Apenas quedaron con la cita, pues eso es lo que era, una cita, ya que se podía decir que ambos eran casi novios sin en realidad serlo, la plática era amena, no tocaban el tema de pura casualidad, y Albedo se sentía inseguro de sacar el tema por miedo a perder una amistad, un casi amor tan especial para él.

De cualquier forma, prefería a Mona por encima de cualquier otra, y de ahí es que se diera el coraje de poder hacerlo, de dar ese paso necesario para verse librado de toda responsabilidad. Era la última de sus putas tristes, siendo él un cortesano en decadencia.

Cuando la plática se dio, fue casi hasta el final, incluso el mismo Albedo pensó que no tendría el valor de decirlo, pues incluso las palabras estaban a nada de quedarse en su garganta.

Por suerte, sí que pudo decirlo, y solo fue por acordarse de Aether. Él no quería ser igual que él, sí tenía el valor decirle las cosas como son a las personas que le importan.

-Oye...debo decirte algo importante.

-¿Es respecto a mañana? Jum, ahora qué se te ocurrió, pervertido. –Rió ella.

-En realidad es que...ya no quiero seguir con esto. –La chica se notó sorprendida de la noticia. –Esto empezó porque Mona se fue con mi mejor amigo pero...ahora que ella está sola, quisiera intentar algo, así no tenga ninguna oportunidad. Convertiré mi desventaja en algo que me ayude a ganar...pero aunque ella y yo no seamos nada, en realidad que vayamos a tu casa a hacer lo que solemos hacer...sería como serle infiel.

-Jum...que suerte tiene Mona porque alguien como tú se enamoró de ella. Albedo, me rompes un poco el corazón, pero sí, me sorprendía que incluso no me hubieras dicho esto desde antes. Te vas como mosca a la miel cuando se trata de esa chica.

-Espera. Más allá de lo que hicimos y tuvimos, quisiera que siguiéramos siendo amigos. Sé que será difícil e incómodo después de todo lo que hemos hecho juntos, pero me agradas mucho, y no quisiera perderte por algo como esto.

-Al final de todo solo éramos un pequeño remedio mutuo para olvidar a quienes nos partimos el corazón. Sé que, en realidad, esto no iba a funcionar, aunque como amigos...nos conocemos tan perfectamente el uno al otro que no dudo que eso sí funcione.

-Al menos eso me alegra. –Ambos se dieron un abrazo. –Perdón si te llegué a ilusionar, pero solo ella tiene lugar en mi corazón.

-Lo sabía de sobra desde el primer día. Suerte con ella, lo conseguirás sin duda. –Sonrió la muchacha.

Pues al menos así ya acababa esa fase desordenada en la vida de Albedo. Mientras que unas comprendieron, otras lo mandaron al demonio. Fuera como fuera, ahora no tenía atadura moral de alguna índole, y podía estar bien con sus dos mandamases: su amor por Mona y las que fueron sus putas tristes.

Llegaba la hora de poner las manos en acción.

______________________

Ok, sé que el capítulo estuvo muy corto, pero en realidad lo publico así porque hoy tuve el peor día de mi vida (por ahora....), pues me pasaron un montón de chingaderas que de solo acordarme me quedo "qué carajo hice yo para mecer esto". Muchas no me tienen deprimido, pero sí desganado, solo quiero que sea mañana para que ya hoy no me pase nada más. 

Por cierto, olvidé desearles feliz año nuevo, de verdad mándenme sus buenos deseos y buenas vibras que, para ser el segundo día del año, me ha ido tan mal que ya estoy como Albedo: siento que de este año no salgo con vida. 

Nos vemos el viernes, gracias por leer, Sacarosa tendrá protagonismo el siguiente cap uwu

Siempre tuyo:

-Arturo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro