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3.6 Herida en el corazón.

A la semana de aquello, Xiao llegaba de un notable buen humor, por lo que eso le resultó raro a Lumine, pero debía esperar a interrogarlo para saber qué pasaba. Si es que él ya estaba de buenas sin necesidad de estar a su lado, eso le sería muy bueno de escuchar, significaría un avance. Lo que le preocupaba era, y a sabiendas de que ya no era la única que trataba de tener su corazón, justamente recordó que Xiao tuvo una cita con Ayaka una semana después de ese momento que tuvieron juntos en el parque.

Ella deseaba preguntarle por su cita del sábado, rebuscándole si sería apropiado o no, debido a que lo menos que quería era mostrarse invasiva con su amigo, mas la curiosidad y unos pequeños celos le picoteaban la cabeza por saber que ella estaba enamorada de su enamorado.

-Oye... -Se dijeron a la vez.

-Empieza tú. –Soltó Xiao.

-¿Te gustó la cita con Ayaka? ¿Qué hicieron juntos?

-Hum...sí me gustó, no puedo negarlo. Respecto a lo que hicimos, fuimos a comer una pizza, vimos una película, paseamos tomados de la mano por el parque y tomamos un café.

-¿Se tomaron de las manos?

-Sí...¿Eso es algo malo?

-Algo así solamente lo hacen las parejas... -Lumine agachó la mirada. -¿Seguro que no te gusta?

-Es linda y agradable, pero no me gusta. –Se ruborizó el muchacho. -¿Así que solo las parejas se toman de la mano? Eso explica mucho.

-¿De verdad no lo sabías?

-Sigh...los gestos normales para ti son extraños para mí. Nunca antes alguien me había tomado de la mano, mi primer abrazo me lo dio Ganyu cuando tenía 12, mi primer beso en la mejilla me lo diste tú, y Ayaka fue mi primer beso en la frente.

-Algo así suena imposible.

-Imposible para alguien que no es un miserable. Jamás he recibido en mi vida muestras de afecto, nadie nunca me ha demostrado algo de amor, solamente odio, odio y más odio. Eso es todo lo que conozco.

-Ay, Xiao. –Ella se levantó para abrazarlo, él respondió el gesto, apenas oliendo el perfume de Lumine que ya había olvidado lo mucho que le gustaba.

-Por eso no quiero hablar de mi padre. Me recuerda que por su culpa he sufrido tanto...tal vez más de lo que alguien tiene la obligación de sufrir.

-Lo mejor es cambiar tanto odio por amor. Todo lo que necesitas es amor, Xiao, eso arreglará tu forma de vivir. –Sonrió ella.

-Amor...tch, ¿me lo darás tú, por casualidad?

-Vamos, no seas sarcástico. –Ella le tocó la nariz. -Comamos un helado de fresa, charlemos un poco a profundidad y veamos qué pasa después.

-Lu-Lumine... 

Tras ser interrumpidos por el muchacho que pedía ayuda, y saber que Ayaka no se andaba con medias tintas y ya sabiendo que la propia Lumine estaba enamorada de Xiao, la segunda de ellas lo tomó abiertamente como una declaración de guerra.

Sabía más o menos de qué hablaban, lo que le decía a Xiao, y era lo contrario de lo que le decía ella, ¿lo hacía a propósito para llevarle la contraria o de verdad eso pensaba Ayaka?

Quedaba solo una manera de saberlo: hablando con ella.

Claro que lo haría de forma amigable, no buscaba problemas ni mucho menos, aparte también trataría de convencerla, si era el caso, de que la violencia no era necesaria para que Xiao resolviera los problemas con los demás. Primeramente, no tenía la obligación o el deber moral para hacerlo, ¿para que tomarse la molestia, entonces?

La muchacha de cabello blanco como la nieve caminaba tranquilamente por los pasillos de la escuela, mirando un pequeño libro, pero manteniéndose atenta al paso, por lo que al toparse a Lumine de frente, se detuvo.

-Hola. –Sonrió la chica de cabello rubio. -¿Podemos hablar?

-Claro, ¿qué se te ofrece? –Ayaka regresó la sonrisa.

-Es respecto a Xiao.

-Oh...esto se pondrá serio, así que antes que nada, te diré cualquier cosa que me preguntes y lo haré honestamente, así que espero que tú hagas lo mismo.

-Me alegra que así sea, solo no considero necesario que esto se ponga muy formal. Al final de todo, el que tiene la última palabra es él.

Ambas entraron al ya viejo salón abandonado conocido por Lumine y Xiao, e igualmente por Ayaka, de hecho, habían estado ahí hacía unos momentos atrás.

-Él me dijo que este lugar le gustaba mucho por ser tranquilo y silencioso...lo único malo es que una vez se vino a llorar aquí.

-Yo estuve ahí. –Lumine suspiró. –Mira, te seré clara, ¿qué quieres de Xiao? ¿Estás enamorada de él?

-Suponía que iríamos para ese tema. –La chica bajó su mirada. –Yo sé que él está enamorado de ti, Lumine. Sin embargo, eso no me detendrá, yo también lo amo, y me siento segura que lo amo más que tú. No pienses que te lo digo a modo de reto o por altanería...es solo que eso me dice el corazón.

-No te conozco mucho, pero no pareces alguien orgullosa o despreciable, todo lo contrario. Aunque eso que dices es muy comprometedor, ¿cómo puedes estar segura?

-¿Cómo te enamoraste de Xiao? Sé que ambos fueron amigos antes, ¿te gustaba desde entonces? ¿Por eso mismo le hablaste?

-Y-yo no...

-Lumine, apenas lo vi y fue amor a primera vista. –La chica comenzó a lagrimear, con la voz rota. –Solo, sin amor, todos le hacían el feo, y yo me enamoré de él a pesar de su rostro demacrado, de su mal humor, de su aura que ahuyenta a cualquiera. Siempre trataba de hablarle, pero de pensar que le molestaría mi presencia prefería no hacerlo hasta que junté el valor, y apenas pasó eso, supe que su corazón ya le pertenecía a alguien más, ¿sabes que sentí? Me dolió...me sentí estúpida, si mi cobardía no me hubiera frenado desde el primer día, esto no pasaría. De todos modos, soy tenaz, el futuro pertenece a los que luchan, y yo haré hasta lo imposible porque Xiao se enamoré de mí.

La forma tan decidida, a pesar de que su voz estaba a nada de romperse, en que Ayaka dijo esas palabras, dejó completamente sorprendida a Lumine. Vaya que no le mintió en lo más mínimo cuando le dijo que ella era una persona tenaz, se le notaba en la voz. De cualquier manera, faltaba la respuesta.

-Admiro tu coraje, de verdad, pero no creas que me quedaré atrás. No importa cuánto lo ames, sino logras enamorarlo no tendrás más por hacer, así que esto solo me ha ayudado para advertirme de que tengo una rival muy fuerte y no puedo confiarme.

-No lo hagas, porque no dudes que te ganaré. –Ambas sonrieron a reto, casi riéndose por la emoción que les daba el presentarse ante un reto. –Tienes razón, él tiene la última decisión, así que no perderé eso en cuenta.

-Suerte, la necesitarás mucho, Ayaka. De cualquier manera, eso no es lo que quería hablar contigo.

-¿No? Hum...eso me deja genuinamente sorprendida. ¿Qué querías hablar? –Preguntó ella, ya más relajada.

-Creo haber escuchado lo que hablas con él...y no me agrada. He tratado de convencerlo de que no pelee, la violencia no arregla nada, y deberías saberlo. Si le dices que está bien, solo empeorará su conducta.

-Claro que le digo que está mal. Sin embargo, no con la intensión con que él hace, es un acto muy noble de su parte, el defender a los que no pueden aunque no tenga necesidad, Xiao ve el dolor como su dolor, y acudirá corriendo a ayudar a cualquiera, en cualquier lugar, ¿no te es algo hermoso?

-Pero no así, Ayaka.

-Yo misma le he dicho que sea más cuidadoso, que no se deje llevar, pero que siga firme en lo que hace, pues gracias a él, los abusadores ya se miden, pero solo porque él no lo hace.

-¡Yo no quiero que se lastime! –Farfulló Lumine, ya molesta. -¡No quiero verlo golpeado, lleno de sangre, él no puede ser el único, que alguien más lo haga por Xiao, o que simplemente no lo haga, nada pierde, en nada le afecta, esto le puede perjudicar a mal!

-Lo sabe mejor que nadie, así como que solo él se puede hacer cargo de ello, si hubiera alguien más, no estaría solo defendiendo a los más débiles, pero así es, nadie lo ayuda, solo lo agobian con más peticiones de que les de justicia a los que la piden.

-¡Eso no es justicia, solo es violencia!

-¡Violencia lo que hacen los abusones, obtienen lo que merecen, se les regresa lo que dan, eso es lo justo, y a Xiao no le importa ser quien se lastime, a quien hagan sangrar siempre y cuando nadie pase lo que él sí! ¡Lumine, él ha sufrido, le falta alguien que lo abracen, que le digan palabras de amor!

-¡¿De verdad dices que lo amas más que nadie!? ¡Si lo hicieras, no permitirías que hiciera lo que hace, que se lastime, que lo golpeen, tratarías de protegerlo de eso, de que no reciba golpes, pero sí besos, que no lo amenacen, que le digan que lo aman!

-Lo tuyo no es amor...es egoísmo. Lo quieres solo para ti, pero Xiao tiene una vida, sé que no te gusta que lo lastimen, pero lo cierras a una realidad ficticia, donde nada malo sucede en el mundo, cuando es testigo de primera mano que la vida no es un camino de rosas. Si dices amarlo...primero compréndelo, Lumine.

Ayaka tomó la manija de la puerta, su contraria apretó los dientes, y antes de que pudiera irse, ella desataría su enojo.

-¡¿Y tú cómo estás tan segura que no lo entiendo?! ¡¿Cómo insinúas que tú sí lo comprendes si apenas lo conoces?!

-Porque percibo su dolor, sus intenciones, y no las juzgo...las apruebo, porque se me hace lo más lindo y bondadoso que tiene, es lo único humano que le quedó a su corazón después de todo lo que su padre lo ha hecho sufrir. 

Finalmente, Ayaka se retiró, Lumine le dio un manotazo a la pared, enojada, frustrada de que su enamorado se hubiera topado con una persona así. No pensaba que lo hiciera con dolo, sino que ambos estaban igual de equivocados en la forma de hacer las cosas.

El autor sigue sosteniendo que es mejor que el lector dé su opinión propia antes de él dar la suya. Cada uno tiene sus resoluciones propias en temas como este, y eso está bien.

En fin, Lumine fue inmediatamente con Xiao, buscándolo con alguna desesperación, se podía notar que estaba enojadísima, y cuando Ganyu se interpuso en su camino, solamente la tomó del hombro para preguntarle a qué se debía su humor.

-Debo hablar con él a como dé lugar...Ayaka lo está envenenando, no puedo permitir que alguien así esté junto con él.

-¿De qué hablas? ¿Cómo es que lo envenena?

-¡Tú y yo hemos luchado mucho para que Xiao no sea un violento y deje de lastimarse a sí mismo por "defender" a los demás! ¡Ella solo lo alienta a que siga así!

-Lumine...¿no te parece que, a pesar de que le hemos insistido hasta el cansancio, su opinión no se verá afectada si ella lo alienta a seguir así? Quiero decir, aunque ella le dijera lo contrario, él lo haría de todos modos.

-No lo sé...si más personas le insisten, quizá entre en razón.

-O quizá Xiao siempre ha tenido la razón y nosotras somos las necias. –Sonrió ella, cansada. –Me la he pasado años queriendo convencerlo de que lo que hace está mal, pero he sido la única, somos únicas en ese aspecto, ¿qué más podremos hacer?

-Ganyu... -Lumine se talló las cienes con desesperación. –Es como si todos mis esfuerzos se fueran a la basura, como si no existieran, y quiero hacer que Xiao tenga una vida mejor, ¡Ayaka solo lo lleva por el mal camino!

-De cualquier manera eran como si no existieran antes de que ella llegara. –Suspiró, pensando. –En Xiao solo manda Xiao, ella no lo convencerá de nada, pues ya lo está desde que aprendió a pelear. Ojalá hubiera una manera, puedes decirle para escuchar su opinión del tema, pero realmente me parece que no habrá cambio alguno. Aun así...mucha suerte con ello, Lumine. –Ganyu sonrió de forma cansada, dándole paso a su amiga. Ella entendió de inmediato que podía hacer lo que quisiera y que su contraria no intervendría, ¿pero era lo ideal?

Pensando que Ayaka podría manipular a su enamorado, el decirle que no le hablara o dejara de verla podría ser contraproducente, hacerla ver como la mala de la situación. Curiosamente, a Lumine siempre le gustaba interpretar a la mala, pero no en esa situación tan delicada.

Aun así, daría un pequeño intento, pero no en la manera que cualquiera esperaría. Se le declararía a Xiao en la próxima cita que tuvieran, poniéndole una prueba de amor.

La misma era, y con justa razón, el que dejara de pelear para que no la tuviera preocupada a todas horas, como en ese momento, sabiendo que esa misma noche pelearía sin tener la necesidad, todo por un paquete de cigarros. Ella lo veía así, pero claro que no lo era, ello representaba para el muchacho una recta empresa que se había propuesto mucho tiempo antes.

Los nervios de Lumine se habían quebrado de forma seria, pues no deseaba ver lastimado a su enamorado, peor todavía al presenciar de lejos la refriega. Pensaba que, de salir algo mal, ella intervendría, incluso para recibir un golpe en nombre del muchacho con tal de que no saliera herido.

Malamente tendría que soportar verlo.

En los momentos libres, quería ir y decirle que no lo hiciera, deseaba declarársele a la salida con tal de que no fuera, pero no creía que eso fuera conveniente. Xiao, teniendo en ese momento un humor de los mil demonios podría rechazarla con tal de ir a pelearse, o no sabría ni cómo reaccionaría en esa situación.

Ya lo tenía, un momento de eureka le vino a la mente cuando, como si fuera una película de Rocky, ella le declaraba su amor una vez hubiera vencido. Eso haría, le agradaba la idea ya que sería una declaración impresionante y muy bien planeada aunque fuera algo de último segundo.

Ahora, más que sentirse nerviosa, se sentía emocionada, deseando ya que Xiao triunfara y que ella le pudiera curar las heridas como solía hacerlo, dándole un beso en los labios al tener sus manos en el rostro de su enamorado.

Llegado el momento de la verdad, Lumine fue corriendo a la calle, con la respiración agitada y el corazón latiéndole locamente. Se había parado en una esquina, detrás de un poste, y vaya que era un buen lugar para observar.

Le sorprendió mucho el que Xiao no se soltara a la brava, sino que ahora lo amenazara en vez de lanzarse directamente a los golpes. Al percatarse que su trabajo había terminado, ella cerró los ojos, llevándose la mano al corazón, sonriendo de la alegría.

Al recordar su objetivo, la respiración se le agitó de nuevo y su corazón latió locamente una vez más. De lejos podía ver al chico dándole los cigarros, ella quería cruzar la calle, pero los autos no le permitían tal cosa. Una vez pasó la calle, y estando en la esquina de la escuela, miró que Ayaka aparecía sorpresivamente, de detrás de un árbol, sonriendo, quitándole el cigarro a Xiao para llevárselo ella a la boca, comenzando a intercambiar algunas palabras que no logró escuchar.

Al parecer que se despedían, Lumine se dio cuenta que ella le dio un beso en la mejilla, retirándose, percatándose además de que Xiao estaba tan estupidizado con sus palabras y los gestos de su rostro, que ni cuenta se dio que le robó una vez más el cigarro, sonriéndole de forma coqueta al llevarse a la boca el mismo.

Con todo el dolor de su corazón, se dio cuenta que los ojos de Xiao emanaban una luz muy similar a cuando la miraba a ella, y que su sonrisa era una de completa alegría, una que solo tenía cuando sonreía con ella. Ayaka ahora era la dueña de esas miradas, de esas sonrisas, y seguramente de alguna palabra bonita que saliera de sus labios.

Estando en el mismo árbol que ocultó a Ayaka en su momento, Lumine, con una mano en la boca y sus ojos a punto de llorar, se fue corriendo de nuevo a la calle obscura desde donde vio el conflicto, ocultándose detrás de un generador eléctrico.

Al poner la espalda en el mismo, las lágrimas bajaron por sus mejillas, ¿por qué le ocurría eso? Justamente la misma noche en que tenía pensado declararse a su enamorado se dio cuenta que, posiblemente, él estaba enamorado de Ayaka o que comenzaba a sentir un interés por ella.

Sabiéndose segura de tener un "sí" cuando le dijera esa propuesta, ahora vacilaba mucho. Se miró en el reflejo de una ventana, rompiéndose a llorar de forma más horrible al darse cuenta que Ayaka era más bonita que ella.

Su cabello resultaba hermoso en esa larga coleta, así como sus ojos azules que eran brillantes como la luna reflejando el mar, adornados por sus largas pestañas naturales, ni hablar de sus mejillas, equivalentes a dos duraznos lindamente rosados, su personalidad elegante y fina, su inteligencia, aparte de sus labios, que resultaban bellos y deseables. Todo eso, en conjunto, aparte de un rostro bello y refinado daba una combinación ganadora, y lo peor es que no la conocía en su faceta más hermosa: la Ayaka de la vida cotidiana, esa que se vestía como una rebelde, tenía perforaciones, se pintaba los labios de rojo pasión y que era atrevida y sin vergüenza en decir lo que pensaba y hacer lo que decía.

No podía compararse con ella, no con alguien así. En realidad sí que podía, y no solo podía, sino ser una fiera competidora, pero Lumine no lo veía así.

Al llegar a su casa, y una vez en su cama, en la obscuridad de la noche mientras le mandaba mensajes a Ganyu, ella lloraba desconsoladamente, pues aquello había sido lo peor que le pudo pasar a su pequeño corazón. Incluso a su buena amiga le terminó doliendo, el solo imaginarse pasar por algo así, le era complicado y cruel.

No pensaba que Ayaka lo hubiera hecho a posta, todo indicaba que era producto de la casualidad, y sí, en realidad lo era. Al igual que Xiao, ella ni siquiera se dio cuenta de la presencia de Lumine en la zona, así que no podía saber la intensión última de la chica.

Todo se resumía en un "¿Y ahora qué harás?" en el sentido de qué pasaría después al ya saber aquella posible realidad a la que debía hacerle frente. Lo peor de todo recaía en que...no lo sabía.

Ahora la idea de tener una cita no le era agradable, por lo que prefirió cancelarla para tomarse su tiempo de meditar las cosas, el tener una resolución de qué hacer ante esa adversidad, pues no es que le quedara de otra, de hecho.

Ciertamente, dos cerebros piensan mejor que uno, por lo que la mejor idea, y siempre uno lo hará ante las dudas del corazón, es consultar con los amigos. En este caso, Lumine consultaría directamente con Ganyu y Keqing.

Aunque claro, lo primero era recuperar la confianza en que podría ganar esa refriega, pues ver con sus propios ojos en la que debía ser su noche perfecta que Xiao se interesaba en otra chica era algo que la hacía llorar de tan solo acordarse de esos ojos, de esa sonrisa y de ese rostro brillante que ahora ya no eran causados por ella... sino por una persona que consideraba solo sacaba lo peor de su enamorado. 

Sin embargo, antes de dormir para relajar su mente, alguien muy en especial, casi como si fuera arte de magia, se atravesó en su camino. Era nada más y nada menos que Tartaglia. Que con un mensaje un poco torpe, era el primero que le mandaba en lo que llevaban de conocerse.

El mismo era "¿me pasas la tarea de mañana? No pude hacerla ya que Teucer durmió en la tarde y se acaba de ir a dormir cuando lo normal es que esté como piedra a las 9 así que...adivina quién tuvo que jugar con él hasta que se quedara dormido."

El mensaje la hizo sonreír, haciéndole bien a su roto corazón. Simplemente le dijo que sí...pero preguntándole qué tanto había jugado con su hermano. La charla continuo por una hora de forma casi ininterrumpida, hasta que finalmente el sueño les ganó a ambos...

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Leeeeel, se me olvidó publicar xd
El día de hoy lo tuve muy ocupado y apenas ahora le doy el tiempo, de igual manera lo hice hoy :v

Ya aquí veo a los anti-team Xiao sacar las antorchas para dar una razón por la cual el Team Tartaglia es mejor xdxd, eso sí los que amen a Lumine me van a querer matar para el siguiente capítulo, incluso ya desde hoy porque bueno... sí estará pero bien jodido que el mismo día que te planeas declarar te enteres que tú enamorado se está interesando en otro (ya me pasó una vez y no pude ni llorar de la impresión :'v)

Nos vemos el martes, pero ya la próxima semana empezar otra vez con dos caps semanales, la escuela me está golpeando duro :'v

Gracias por leer uwu nos vemos entonces

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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