3.5 Tiempo de calidad.
Ahora sabiendo que estaba enamorada de Xiao, lo mejor era seguir cultivando esa tierra fértil. Claramente el amor es como cualquier cosecha: se debe regar, abonar, cuidar, y solo así sus frutos serán prósperos. De ser cultiva en terreno fértil, o evidentemente terminará siendo un proyecto fracasado.
No queriendo que eso sucediera, ella finalmente daría un paso serio en su iniciativa con el muchacho, Lumine quería tener una cita con él, pero no una cualquiera que pudiera tener con cualquier chica, debía ser lo mejor de lo mejor.
Una idea que le pareció útil fue ir a pasear en bicicleta durante la noche, en una que fuera muy estrellada y en un parque, por supuesto. Lo único malo es que tal cosa no era posible...el muchacho no sabía usar bicicleta.
-Realmente es muy ignorante en muchos aspectos...aunque vele el lado positivo, tú podrías enseñarle. –Mencionó Ganyu al conocer la propuesta.
-Sí, eso es lo bueno, solo espero que no salga nada mal...o de lo contrario las cosas se pondrán feas.
-Imagínate que se caiga o algo parecido. Si lo viera, sin duda me daría mucha risa, pero eso seguramente te restará puntos con él.
-Con eso que es bastante serio...¿o tienes alguna otra idea?
-Simplemente un paseo a la montaña como lo dices...y sí, de noche no estaría nada mal, sería un lindo detalle.
-Veamos qué piensa. Un fin de semana seguramente será lo ideal, para poder bajar tarde, sin preocupaciones de algún tipo.
Ya teniendo la idea principal, ahora la cosa estaba en planificarla bien. No era necesario irse muy alejado de la ciudad, así como tampoco bajar muy noche. Estar de regreso a eso de las 9 no sonaba para nada mal, de hecho parecía cómodo.
El detalle era justamente ese, ¿él aceptaría? No es que lo dudara, pero podría no ser la respuesta esperada. Debían planearlo bien, eso era la prioridad para que las cosas no salieran mal.
La forma en que se lo dejó saber, fue de lo más curiosa, aparte de linda, por supuesto. La muchacha escribía en un papelito, las palabras eran un simple pero elemental:
¿Tienes algo que hacer el sábado? Quisiera hacer unas cosas contigo.
La propuesta, al ser recibida por el muchacho, hizo que una sonrisa se le colocara tiernamente en la cara, no siendo detectada por su homóloga. De inmediato, él escribió la respuesta, la que era un "no tengo cosas por hacer".
Seguidamente de eso, Lumine le propuso la ida al monte, y la reacción de Xiao fue una que en realidad no se tenía por tan segura, aunque de igual manera no le molestaba del todo.
Únicamente dejarían las cosas para la entre clase, que era una cosa de 5 minutos. Resultaba adorable verlos así: Lumine estaba sentada en su banca, Xiao había ido con ella, poniéndose de cuclillas, con las manos en la palustre de la misma, mirándola con ternura.
El autor pregunta, ¿han visto la foto del Che Guevara con su primera hija, Hildita? La mirada de Lumine podría ser exactamente la misma, la de Xiao sería, por evidentes razones, una cara para nada parecida a la Hildita, por cuestión de que sus ojos cansados y llenos de ojeras, los cuales se miraban vivos como pocas veces, aparte de que su rostro no era tan serio, sino un poco animado.
-¿Qué tienes en mente? –Le preguntó de forma directa el muchacho.
-Ir al parque, ese que está al pie de la montaña.
El muchacho parecía procesar aquello de sobremanera, en el sentido de que, sin duda, no se esperaba para nada esa idea de una cita. Sin embargo, ir a beber algo ya era, si bien no común, conocido por él.
-No lo sé...tendría que verlo con mi padre. Tch, al final no le importo, pero no le gusta que ande en la noche por ahí. Aunque claro, habría que regresar temprano por cualquier cosa que pueda pasar, y realmente con eso coronaríamos la cita.
-Captas rápido, Xiao. –Sonrió Lumine. -Esperaré tu respuesta, solo te digo que no soy muy paciente que digamos. –Atajó ella, acariciándole la mejilla con su dedo índice, retándolo a que fuera decidido.
Vaya que eso le prendió la mecha a Xiao, no en un sentido de furia o de excitación, sino que parecía que su relación era retarse mutuamente, por lo que, una vez iniciado el reto, ya ninguno de los dos se podía echar para atrás. Era tierno, un poco malo que lo hicieran, aunque al final de todo eran competencias sanas, nada que se pudiera reprochar verdaderamente.
Ganyu seguía pensando que era una buena idea, sería algo romántico por donde se le viera, por supuesto, el detalle era que...podría ser incluso más interesante si es que las cosas se subían un poco de tono.
Hay que mencionar que ya era el día siguiente, las dos muchachas hacían un trabajo en común en la casa de Lumine, se encontraban solas, al final de todo, así que ya se vería qué seguía.
-Podrías declarártele. Digo, ya se gustan, tú lo sabes...él, bueno, no lo sabe pero puedo decirle, aunque lo ideal es que tú misma lo hagas.
-Bajo ningún concepto le digas que me gusta, ¿de acuerdo? Prefiero tomarme un tiempo, sé que me gusta y sé que le gusto...de cualquier manera, prefiero conocerlo un poco mejor, admito que ya he averiguado mucho de su personalidad y reconozco cómo es, que tiene defectos y grandes virtudes, pero me sigue pareciendo pronto.
-No puedo negar que tienes razón, pero él tiene más de una enamorada...alguien puede quitarte el lugar, tenlo en cuenta. Dudo que pase, pero por cualquier cosa, mejor trata de ser decidida y rápida.
-Reconozco que él tiene algunas enamoradas, ¿pero y qué? Si nadie le habla, ¿de qué sirve eso? Es como decir que alguien tiene mucho dinero pero solo en un cheque que no puede cambiar.
-Eres muy observadora. Aun así, si alguien se acerca a él...debes tener cuidado de lo que pueda pasar.
La posibilidad era poca, conforme el muchacho se fuera abriendo con las personas, al final de todo las mismas ya se le irían acercando sin necesidad de que él tuviera el primer contacto. Al final de todo, sería egoísta de su parte el no dejar que nadie más le hablara o él no conversara con más chicas. Eso no impedía que fuera una realidad muy certera.
Aun así, al ver a Xiao...la cosa resultaba complicada de que así fuera en realidad, primero a las personas se les tendría que quitar el miedo que le tenían, aparte de que, para cuando eso sucediera, quizá ella ya fuera su novia, por lo que se sentía confiada de que nadie se le adelantaría. Craso error.
En fin, ella ya iba planeando la cita, si bien no con un cronograma súper desarrollado, sí con una serie de pasos a dar, aparte de que preparaba todo para aquel día.
Lo importante ya estaba cubierto, y lo que era en realidad lo importante: llevaba su manta, un pequeño iniciador para la fogata que harían, así como algunas linternas que querían usar para el regreso a casa.
Una vez resueltos esos por menores, también Xiao tenía su propia preparación para ese día. Lo que era él, llevaba los maderos con los que haría la fogata, un mantel para recostarse en el suelo y, para rematar, una sombrilla en caso de que la noche fuera lluvia, que era improbable, pero por cualquier cosa.
Llegado casi el día, Lumine pidió permiso, el que le fue concedido sin mayor problema al decir que iría acompañada de varias amigas, entre ellas, como no era raro, Ganyu y Fischl. El detalle era Xiao, él mismo admitía que su situación era un como diferente.
Apenas estuvo cerca de su padre, éste leía algunos informes, sus ojeras eran casi iguales a las de su hijo, para muy a mal. Aparte de ese informe, tenía una libreta de notas para las clases de los subsiguientes días, así que ya se preparaba con mucha anticipación...porque el tiempo no le alcanzaría después.
Animándose a entrar a su cuarto, el muchacho dio un pequeño suspiro, su padre ni siquiera lo notó al estar centrado, y no fue hasta que Xiao dijo en voz alta "oye", lo sacó de su mundillo.
-Perdón, estoy muy centrado en estos asuntos... -Zhongli miró su reloj, sorprendiéndose a mal. -¡¿Ya son las 11?!...maldición, no acabaré como hasta en dos horas y media. Bueno, ¿qué querías decirme?
-El sábado saldré con unos amigos...regresaré un poco tarde, a eso de las 9, máximo 10 de la noche.
-Siempre y cuando andes en compañía me parece bien. ¿A dónde irás?
-Hem...al parque del oeste.
-¿El de la reserva? No me parece malo, ¿pero qué harán a esas horas por allá?
Analizando un poco, sabía que existía un club de astronomía, por lo que de inmediato se le prendió el foco.
-Son del club de astronomía, dicen que la noche será despejada, cuentan que son vistas muy lindas y que lo mejor es verlas.
-Oh, suena perfecto. –Sonrió Zhongli. –Adelante, suena muy buena idea... -Hubo un pequeño silencio. –No sabes lo mucho que me alegra que tengas amigos. Los demás maestros me dicen que eres un poco solitario, que te ven solo con los de tu club, pero vaya que puedes formar amistades con cualquiera, así como tu madre. Una cosa más en la que te pareces a ella.
Eso último se le hizo raro, pero al final de todo, ya más bien acostumbrado a hacerlo, simplemente ignoró el comentario y fue a su cuarto a inmediatamente notificarle a Lumine que la cosa había resultado como se planeaba.
La noticia, como era de esperarse, le cayó perfecta a la muchacha, así que ya tenían todo por delante, solo faltaba lo peor: esperar el ansiado día.
Se sentía una perfecta tensión durante la espera del momento, en el sentido de que, a sabiendas de que era una cita bastante romántica y, por ende, podría pasar cualquier cosa, resultaba en que sus nervios pasaban más pena que gloria al estar golpeados en espera del suceso.
Por suerte, y ya casi para finalizar aquel día, uno donde Tartaglia había estado más bien tranquilo, él simplemente esperaba en la salida de la escuela, mirando, según costumbre, como es que ambos enamorados bajaban por la escalera, sonriendo, charlando con fluidez y sin pena alguna en sus palabras.
-Te espero mañana a la hora, así que no llegues tarde, Xiao.
-No te preocupes, estaré ahí apenas digas mi nombre. –Sonrió él, ambos se despidieron y, mientras prendía un cigarro, el muchacho se retiró.
Lo único que sí que notó fue una chica de cabellera blanca, de facciones muy bellas, muy finas y de unos ojos azules preciosos, así como unos labios rosas más que bellos y de figura ocultamente esbelta y cuyas mejillas estaban teñidas del que era un rubor sumamente hermoso. Sin duda alguna, Lumine sintió mucha envidia de esa chica.
Notó que la misma se ocultaba en una de las paredes, observando silenciosamente a Xiao mientras suspiraba como una autentica enamorada, teniendo una carta en sus manos, la misma que le cubría parte del rostro que, se ha dicho antes, estaba lindamente pintado de rosado.
El muchacho era el único que podía ver, no era una confusión, sino que esa chica definitivamente parecía querer darle esa carta, y es que ella incluso le colocó un poco de perfume apenas pudo, volviendo a mirar al chico fumar.
Sin embargo, y aunque estuvo a nada de salir de su escondite, al final no se atrevió, mirando al suelo, abatida y triste, especialmente golpeada por que su aparente cobardía no le permitía hablarle a Xiao.
Al mirarlo un poco mejor, supo que era Ayaka, de las mejores alumnas de la escuela, ¿de verdad ella tenía un interés en su enamorado? El ver aquello dejó completamente intranquila a Lumine.
-¿Todo bien, Lumine? Te veo distraída, ¿a quién miras tanto? –Preguntó Tartaglia.
-A nadie...es solo que me di cuenta de algo.
-¿Así? ¿De qué?
-¿Conoces a Ayaka? De la clase I, ya sabes.
-Tch, ¿quién no la conoce? –Rió él. –Fue la alumna con mejor desempeño en el examen recepcional, aparte de que tiene las calificaciones más altas de la secundaria, incluso ha sido fotografiada con el director. ¿Por qué me preguntas?
-No me había dado cuenta en lo bonita que era...puede que incluso más que yo.
-No niego que lo sea, de hecho tiene embobados a muchos, pero saben que no están a su nivel. Sin embargo...tú me pareces más bonita todavía, ella es un sapo comparada contigo, no dejes que eso te engañe.
-Oye, no seas irrespetuoso con ella, Tartaglia. –Lumine le dio un codazo en el brazo a su contrario.
-Perdón, perdón. Es mi percepción, y sí, debí usar una palabra menos grosera. Es ...mucho menos linda, no hay comparación entre ustedes, es absurdo plantearla.
-Agradezco tus palabras...me tranquilizan. –Sonrió ella, llevándose las manos al corazón.
Los puntos que pensaba eran fuertes era que, quizá, Ayaka jamás se animara a hablarle a Xiao tras lo ocurrido, y segunda, parecía ser que, de cualquier manera, ella era más linda, y por mucho. (La verdad no, Ayaya supremacy :v)
De cualquier manera, aquello no le saldría tan fácil de la cabeza, después de todo, Tartaglia estaba enamorado de ella, cosa que sabía por el beso recibido el día de su cumpleaños, así que era normal el que fuera así.
En teoría, Xiao debía pensar lo mismo que no dudara en su respuesta de quién le gustaba. Curiosamente Ayaka, no necesitó ni una sola cita para hacerlo dudar.
Siguiendo en el presente, el asunto recaía ahora en que las cosas ya solo debían esperar a mañana, la emoción quizá le dificultaría conciliar el sueño a la muchacha, y lo mismo sucedería del lado contrario. Sin embargo, lo real que pasaba era para tomarse en cuenta.
Tartaglia, de forma sorpresiva, se quedó dormido en el hombro de la muchacha. No era un juego, ella se había quedado tan dentro de su mundo que no se dio cuenta de eso hasta que sintió la cabeza de su contrario en su hombro.
Vaya si no se veían preciosos: un chico alto, fuerte y de rostro que denotaba encanto, sí, pero peligro a la vez, se quedaba dormido en el hombro de su compañera más pequeña en altura, de mirada dulce y para nada peligrosa, inclusive adorable. Esa cantidad de diferencias resultaba lo encantador.
Ella, al voltearlo y al toparse con su rostro, vio que el muchacho luchaba por mantenerse despierto, cosa que claramente no conseguía por el cansancio. Si ella no estuviera ahí, él se iría hasta la última parada sin saber qué ocurrió o cómo fue.
Por lo mismo, y para que él pudiera descansar, lo dejó dormir de forma tranquila, lo despertaría, eso sí, a su manera, apenas estuviera en el lugar indicado. La respiración del chico era tranquila, pesada, no faltaría mucho para que casi un ronquido saliera de su boca, lo que era comprensible por el cansancio al que se sometía.
Tartaglia, en su interior, sabía qué pasaba, aunque claro que no podía moverse o reaccionar al tener el cerebro dormido. Pero teniendo la fragancia del cabello de Lumine en su nariz, la que respiraba de esa forma tan pasiva, solo lo tranquilizaba más, siendo algo completamente relajante para él.
Saber que se encontraba en el hombro de la chica que le gustaba le parecía algo tan bello, una oportunidad que seguramente no se le volvería a presentar, dando gracias de que se quedara dormido en ese momento tan afortunado.
Malamente para él, todo lo bueno tiene su final, y justamente cuando llegó la hora de que Tartaglia bajara del autobús, unas cuadras antes Lumine usó sus dedos para taparle la nariz, haciendo que se despertara de golpe, confundido, casi ahogándose. Ella no pudo soportarse una risa.
-Despierta, dormilón. Ya casi es hora de que te bajes.
-Ah, perdón...ayer no dormí bien, hoy trabajé mucho y bueno, la escuela es aburrida.
-No te preocupes. Pero no soy tu almohada, así que trata de no dormirte a la próxima, ¿de acuerdo?
-Sigh...te entiendo.
Llegado el momento de despedirse, Tartaglia le dio un beso en la cabeza a Lumine, bajándose apresuradamente, dejándola un tanto confundida. Él, al irse el autobús y apenas se encontró con Teucer, sonrió de una buena manera, ya no por el hecho de que estuviera feliz de ver a su hermano...sino porque ese pequeño instante lo puso muy contento.
Al día siguiente, y ya esperando que fuera el momento, cada uno de los dos se apresuró y, en secreto, se arregló mejor de lo que acostumbraba. Lo que era Xiao...una playera de un color más vivo y pantalones no muy desgastados era lo "arreglado" para él. En cuanto a Lumine, llevaba puesto el broche que le había regalado, una falda de color azul pastel y un suéter blanco para apalear el frío que se vendría.
Ambos llevaban sus cosas, ya fuera en una mochila o en un maletín, pero era lo justo y necesario para seguir con su camino. Apenas se vieron, ambos enamorados se dieron un abrazo, uno que fue bastante cálido, y que transmitía esa sensación de aventura y beatitud que se esperaba de la velada.
-¿Nos vamos ya? –Preguntó el chico.
-¿Tienes prisa? Podemos ver las estrellas todavía, apenas estamos comenzando.
Al mirar al cielo, ya se podían vislumbrar las primeras estrellas, lo que les esperaría más adelante, ya que apenas se comenzaba, bien dicho por Lumine. Todo resultaba perfecto: camino despejado, sin nadie que los molestara, con buena luz del alumbrado público, y que en cuanto fueran subiendo, el mismo se iría extinguiendo para mejorar el ambiente.
Xiao quería tomar de la mano a Lumine, pero no se atrevía, creía tener el valor, pero le faltaba, más que nada no era porque no estuviera seguro, más bien no quería causarle alguna molestia a Lumine, con ello de que no estaba seguro de que ella sintiera lo mismo que él.
Lo único malo es que, de hecho, sí que era así, pero no lo sabía.
Avanzando por la vereda que le esperaba, el ambiente iba mejorando, no por la falta de luces, sino porque los árboles y la naturaleza se iban haciendo más pronunciadas según avanzaban a cada paso.
Ya se notaba el ambiente romántico, pues se escuchaba ya el canto de los pequeños grillos, algunas pequeñas luciérnagas vagaban a su alrededor, lo que resultaba en un trozo de cielo en la tierra por lo bello que era ese paisaje.
Al ir avanzando, el frío iba arreciando al estarse internando en medio de la sierra, por lo que el viento les llegaba de golpe. De cualquier manera, todavía no se encontraban en el límite del parque, el mismo se marcaría una vez la cerca los detuviera, ese era más o menos el límite que tenían pensado.
Todos los pequeños planes que tenían, se perdían como sueños olvidados, así como pequeños niños y niñas jugando con sus juguetes, lo único que esperaban los dos al subir hasta allá, era esperar al amor.
Realmente esa parte de la experiencia fue especialmente silenciosa, salvo por el hecho de que se escuchaba el viento soplar en la lejanía, los pequeños grillos mencionados anteriormente y, por si poco fuera, el lejano sonido de los autos al pasar, pero aquello resultaba casi imperceptible para ambos enamorados.
Una vez llegaron, los dos se colocaron en el lugar indicado, que era una parte del suelo hecha con cemento para evitar que el pasto sufriera daño. Xiao, como no era raro, preparó los maderos, acomodándolos cómo más o menos sabía que se hacía.
-¿Cómo se prende esto? –Cuestionó él. Lumine rió tiernamente.
-Es con el iniciador. –La muchacha se encargó de avivar el fuego y, claro, de iniciarlo, lo que dejó sorprendido al chico. El ver sus labios soplar a la llama viva se le hacía algo lindo, y no es que resultará muy difícil hacer la comparativa de que justamente ella trataría de que las ascuas del corazón de Xiao no se apagaran, sino que solo se prendieran todavía más.
Una vez cerca de la fogata, un aire frío les llegó a los dos justamente en la espalda, así que raro no resultó que les diera un fuerte escalofrío, por lo que al verse, se rieron de sus propias acciones.
-Por suerte traje esto. –Mencionó Lumine, sonriente, sacando una manta en la cual ambos enamorados se refugiaron.
Se pusieron frente a la fogata, viendo como la misma se quemaba, aparte de estar cobijados los dos por la misma frazada, aparte de que sus brazos estaban uno al lado del otro.
Conforme pasaban los minutos, el aire se hacía más intenso, pero no importaba para nada, ya que tenían todo para ganar en esa ocasión, especialmente teniendo en cuenta que las pocas nubes que quedaban en el cielo se disipaban rápidamente, dejando todo el esplendor de las estrellas.
Ambos se miraron, sabiendo que así sería incomodo verlas, por lo que, tras poner el mantel que llevaban, los dos se miraron, dejándose caer en el pasto. Xiao tenía las manos detrás de la cabeza, así como Lumine las tenía en su propio pecho.
Teniendo esa perspectiva de mejor manera, las pocas nubes que se veían ya a la lejanía no hacían sino más que mejorar la perspectiva, ¿en qué sentido se refiere el autor al decirlo? Simple, era un contraste de un grisáceo entre la obscuridad, por no decir que el color del cielo era de un azul bastante obscuro, mas no una negrura total.
Las estrellas se veían tan lejanas y cercanas del corazón a la vez, siendo espejos en una bóveda sin fin, los destellos azules, morados, de todos colores se reflejaban en sus pupilas, y un par de estrellas fugaces pasaron frente a sus ojos, cuestión de segundos, para que las mismas se desvanecieran de golpe, justamente como llegaron.
Ambos se vieron, emocionados, pues cada segundo que pasaba, una nueva luz se iba formando, era equivalente a un mar de autos con las luces prendidas en medio de la noche, o como si la ciudad, llena de luces de todos los colores, se reflejara, como en el agua de un charco, en el cielo que presenciaban ellos mismos.
-¿No te conmueve? Es algo tan bello, es de las pocas veces que se puede ver un espectáculo tan increíble...la novia de mi hermano estará babeando de alegría por ver esto.
-No la conozco...pero sí, es de las cosas más lindas que he visto en mi vida. Me he dado cuenta que los humanos siempre buscan paisajes hermosos, ¿pero por qué, si los tenemos arriba de nosotros? ¿No lo crees?
-Hum, te pusiste moralejo. –Se burló ella. –Al final de todo, es verdad, ¿para que ir a Francia, a Inglaterra, a Emiratos Árabes, si lo mejor del mundo es ver el cielo, y ese es igual en todo el mundo.
-La luna no cambia, también es igual.
Justamente hablando del astro, la misma se había puesto tímida, no coqueta como se aprecia mejor, pero eso tenía una explicación especial: era cuarto menguante. Si bien no era su mejor esplendor, ¿para que se quería más, si con todas las estrellas ya era más que suficiente? Aquella solo era la joya de la corona, mas no la corona en sí, que es más importante.
Ambos se encontraban refugiados en la manta para evitar el aire frío, pero faltaba algo más, Lumine quería que el fuego no fuera lo único que se prendía. Ella, tras tomar mucho coraje para hacer lo que haría, se giró sobre Xiao, quedando sobre su pecho, más precisamente su cabeza.
-¿Lu-Lumine...?
-Tengo frío...un abrazo no me vendría mal.
-Entiendo. –Sonrió Xiao.
Él miraba las estrellas al igual que Lumine, salvo que ella lo hacía de reojo, pues su vista se encontraba de lado, de ahí que eso le resultara trabajoso. Lo más lindo de todo es que la muchacha podía no solo escuchar, sino incluso sentir el latido del corazón de su enamorado, que sonaba de lo más precioso para ella. No era rápido, era lento, era lo suficiente para saber que ese corazón estaba enamorado.
En cuanto a su contrario, él escuchaba la respiración de su enamorada, siendo tranquila, así como el latido de su corazón. Se encontraban en conexión, es la mejor forma de decirlo, pues era la verdad. Sus pechos quedaban juntos, sí, pero no sus corazones, el de Lumine se encontraba cerca, mas no unidos, unos centímetros los separaban, el de la muchacha quedaba debajo.
Al verse a los ojos, ninguno de los dos encontró palabras por decir, simplemente prefirieron que, eso sí, el único que tuviera palabra fuera el propio fuego que consumía los maderos, saltando chispas que se iban al cielo, así como su amor, como si fuera vapor de rosas, se les escapaba del pecho, elevándose a las mismas estrellas que miraban.
Apenas se le pasó por la mente a Lumine el hecho de que ahí mismo podía robarle un beso a Xiao hizo que la piel se le pusiera de gallina y ahora sí su respiración rompiera el ritmo que tenía con el corazón de su enamorado, pues la misma se hizo pesada y nerviosa.
-¿Pasa algo? –De inmediato, el muchacho se dio cuenta.
-No lo sé...es que recordé algo importante. -Un pequeño sudor le empezó a bajar por la frente a la muchacha, era raro verla nerviosa, pero sí, así era en ese momento.
La cosa no mejoró cuando Xiao llevó una mano a la cadera de la chica cuando intentó "calmarla" logrando el efecto contrario, más que nada en el sentido de que, irónicamente, eso la puso más nerviosa y el deseo de besar los labios de su contrario se fue acrecentando.
Ambos se vieron de nuevo a los ojos, sin saber qué hacer o decir en realidad, salvo por el hecho de que Lumine cerró sus ojos, estirando su cuello para llegar a los labios del muchacho. Xiao hizo lo propio, cerró sus ojos, pero él no movió la cabeza, la dejó quieta.
Más para reír que para llorar, por más que la chica trataba, una cierta distancia evitaba que ambos se besaran, y no fue que hasta que el cuello le tronó a Lumine, que dejó de intentarlo, pues un quejido suyo se escuchó, así como se llevó la mano a la nuca.
-Auch...
-¿Eh? ¿Estás bien?
-No... -No lo decía solamente refiriéndose a su tronar de cuello. Ella se levantó del pecho de Xiao, sonrojada, sabiendo que había pasado algo muy estúpido en ese preciso momento. ¿Por qué él no se acercó para que sus labios se unieran? ¿Es que no lo quería?
Lo vio con los ojos cerrados apenas sus ojos se le abrieron de golpe al escucharse el tronar de su columna, ¿pero por qué no se acercaba? Claro que ella desconocía de forma total que el muchacho no tenía ni remota idea de qué era un beso o, tan siquiera, la forma en que los mismos se daban.
Notando que en que quizá se había equivocado en algo, y queriendo intentar arreglar su error, así fuera de una pequeña manera, él se acercó y comenzó a tallarle los hombros a su contraria, por lo que ella suspiró pesadamente, sonriendo.
-Oye...no me viene nada mal algo así.
-Tu columna sonó horrible, debes tener mucha tensión en la misma. Lo mejor es relajarse un rato.
-Sí, me doy cuenta. –A la muchacha le comenzó a dar un poco de sueño, pero todavía estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor.
Se encontraba sola junto con el chico que le gustaba, había tratado de besarlo y ahora le daba un pequeño masaje, algo que era, sin duda, algo muy personal. De cualquier manera, podría ser un mero formalismo, o eso pensaba ella, más que nada como un pretexto para no hacer nada.
Todavía era muy pronto para ella, así que no podía considerar el decirle la verdad de sus sentimientos al creerse la única poseedora de los mismos. Aparte, no es que tuviera prisa, todavía deseaba conocer un poco más a la que sería su próxima pareja, eso era todo y nada más.
-Cr-creo que es hora de irnos.
-Sí...ya son casi las 9 y media. El tiempo pasa rápido, ¿no te parece?
-Dicen que eso solo pasa con las personas indicadas, no con cualquiera.
-Lo había escuchado. –Xiao le dio un pequeño golpe en la espalda a la chica para decirle que todo quedaba listo. Él no era ajeno a los pensamientos que tenía la chica, más que nada en el sentido de que también pensaba en si decirle algo de sus sentimientos.
Malamente, una mala comprensión de los mismos, y no solo eso, sino que el temor al rechazo, el no saber qué sentía Lumine por él, era lo que le complicaba el decirlo sin tapujos.
Justamente al regresar, el ambiente no dejaba de ser maravilloso, siendo incluso un poco más mágico que antes en el sentido de que los dos, a pesar del pequeño tropiezo que tuvieron, sabían que fue un avance, y recordar la sensación que les transmitía ese abrazo era, sin lugar a dudas, una muy linda, que les hacía latir más rápido el corazón en contraposición con lo calmado que resultó en ese momento.
Al llegar el momento de separarse, ambos se miraron, sabiendo que querían hacer lo mismo, con una intensión más bien pura. Se entregaron a un abrazo que duró su tiempo, pero que era necesario. Éste resultó amable, dulce y muy agradable para el corazón, especialmente para el ya tan lacerado fondo de Xiao, que sin duda agradecía cualquier gesto de ese tipo, por más pequeño que fuera.
-Nos vemos después, Lumine. Gracias por la noche de hoy, fue muy agradable.
-Deberíamos repetirla. Aunque...¿qué más te gusta hacer? Pensaba en pasear en bicicleta pero Ganyu me dijo que no sabes.
-¿Por qué no me enseñas? Así podríamos hacerlo un día.
-Soy una maestra muy estricta. –Rió la muchacha. –Si te grito, no te sorprendas, por favor.
-No lo haré. De cualquier manera, daré mi mejor esfuerzo para no decepcionarte.
-De acuerdo...
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Vaya, admito que este capítulo fue bastante lindo y fue largo, así que valió la pena totalmente escribirlo...menos si tomamos en cuenta qué pasa después, pero eso es otro boleto :V
Me doy cuenta que el arco de Lumine quizá sea el más largo, y por bastante, ya que es contar muchos sucesos que pasaron con ella y Xiao, luego con el tortas y ya después incluso meses después de la escena que abre el arco, así que a los que les gustó esta línea de personajes, sin duda tendrán mucho por ver todavía, pues falta contar de los primeros seis meses, luego un poco del noviazgo con Tartaglia y unas cosas que pasarán después que también tendrán que ver con Xiao y Lumine.
Nos vemos el viernes, espero retomar pronto el publicar también los lunes, pero la escuela me ha traído como trapo últimamente :'v
Siempre tuyo:
-Arturo.
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