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3.4 Una perspectiva diferente.

Eran ya los ensayos de la primera obra que tendrían, por lo que era cuestión de ensayar bastante. Los ensayos eran simples para Lumine, aunque el hecho de ser la niña buena no le agradaba mucho.

Lo suyo, si bien no tenía la cara o la voz para serlo, era ser la villana, pues a pesar de sus carencias, era muy buena para ese tipo de papeles, y no era muy forzada su actuación a pesar de que uno pensaría que sí.

La obra de teatro le resultaba muy curiosa e interesante, pensando en el hecho de que Xiao hacía ajustes bastante seguido, más que nada en cuanto al personaje al que ella interpretaría, lo que le causaba un poco de intriga. Eso concebido por el hecho de que la trama se mantenía igual, sí que se hacían cambios conforme las opiniones de los demás miembros.

Lo que ella notó de buenas a primeras es que el muchacho parecía centrarse más en su personaje que en el resto de la obra. Lumine se explicaba que seguramente eso se debía a que, al final de todo, se lo pidió.

El cambio más complejo que se pudo realizar fue un poco a la personalidad del personaje, que era el indirecto interés amoroso del protagonista, del que también sentía mucha curiosidad.

Justamente al encontrarse ese día en la escuela, ella finalmente se lo pudo preguntar. Xiao solo hizo un gesto de cuestionamiento, llevándose una mano al mentón.

-En realidad me estoy basando en ti. Digo, el personaje es alguien quien ayuda al protagonista a superarse a sí mismo, y al final de todo eso es algo que tú haces conmigo, incluso me lo dijiste.

La respuesta, que no pudo ser más acertada, dejó bastante sorprendida a Lumine, fue dicha de manera simple y sencilla, sin nada de formalismos.

-Vaya, eso me alegra mucho. -Sonrió ella. -Sabes que sería un personaje difícil de interpretar para mí, agradezco que tomaras en cuenta eso para ayudarme al crear un personaje más apegado a mi forma de ser.

-Sí, algo así. -Murmuró él.

-De verdad me gratifica. Me saldrá más natural la actuación, eres muy considerado. Je, ya es un avance, al final de todo es lo que deseamos Ganyu y yo. -La chica se quedó en silencio un segundo, pues se dio cuenta de algo muy especial. -Sí, ahora que lo dices, es una casualidad el que nuestros personajes se parezcan, pero tú eres el autor, ¿no lo habrás hecho a propósito?

-¿Eh? No, para nada. -Respondió Xiao, nervioso. -Querías ser la villana, intenté plantearla de una forma en que resultara un personaje que tuviera características de otros personajes que ya hubieras trabajado.

-Curiosamente...me fue muy difícil. -Suspiró ella, rendida. -Eres muy amable, eso me alegra mucho, ya que cuando te conocí eras diferente.

-Sí, al final de todo es gracias a ti. -Los dos se miraron, sonriendo.

La respuesta ya resultaba obtenida, por la mente de la chica pasaron muchas cosas, menos aquel desenlace. Verdaderamente le resultó muy sorprendente, más que nada por ser un lindo detalle.

Habría que mencionar que su parecer respecto a su homologo era un poco carismático, por decir algo. En el sentido de que Lumine reconocía que Xiao era una persona que provocaba ternura a pesar de la reputación que cargaba consigo por ser alguien tan inocente e inexperto en los temas afectivos y sentimentales.

Un niño resulta lindo y tierno porque apenas descubre el mundo, su curiosidad sin límites y sus primeros pasos en el conocimiento de las emociones conmueve mucho. Cuando un niño descubre el significado de la palabra "te quiero", para que posteriormente se la repita a sus padres es algo que alegra el alma en el más puro sentido de la palabra.

El haberle enseñado a ese chico miserable y depresivo el cómo se debía tratar no solo a las personas, sino concretamente a las que más le importaban para que después él regresara esos gestos aprendidos, significaba mucho para Lumine.

Ni de chiste es que ella lo infantilizara o tuviera una actitud maternalista, es que solo así sabía, de primera mano, que era una persona muy importante para él, lo que resultaba adorable.

Releyendo el guion en uno de sus descansos típicos, y conforme más analizaba la situación, Lumine caía en cuenta que su personaje tenía diálogos bastante profundos, que era lo más parecido al pilar en donde reposaba el protagonista principal en caso de estar a nada de caer, aunque no es que por ello se sintiera relegada a un personaje meramente de apoyo o algo parecido, al también ser protagonista.

Su personaje en sí era descrito como un alma bondadosa, amable, justa, muy bella, además de inteligente y tenaz, con mucho espíritu de sacrificio. ¿Así es cómo Xiao la veía? Deseaba preguntarle otra vez, pero estando ya en clase al ser aquello solo un tiempo libre, se las ingenió de forma fácil.

Solamente escribió en un pequeño papelito "Noto que mi personaje tiene muchos atributos buenos, y recuerdo que dices que te basaste en mí, ¿por qué lo hiciste así?" para luego arrojárselo de forma sigilosa y no muy a la brava. Él de inmediato lo tomó, malamente Lumine no pudo notar su gesto de asombro y un pequeño sonrojó.

Xiao, tras vacilar un segundo, respondió rápidamente, teniendo la misma consideración que su contraria, siendo sigiloso y delicado. Tras unos segundos, Lumine recibió la respuesta.

"Así es como te veo, en realidad eres lo más parecido a una luz que no proyecta sombra alguna".

En un inicio, la chica tardó unos segundos en procesar esa respuesta tan sincera y, como ya era costumbre, lacónica, pero que expresaba muy bien los sentimientos a decir.

A la mitad del proceso de asimilación, su corazón se conmovió, ya que ¿quién no siente bonito cuando lo elogian? ¿Quién se puede mantener estoico al saber que alguien ve a lo mejor de la humanidad en uno mismo? El autor considera que nadie, y por ello Lumine no resultó la excepción.

Sin embargo, al ser bien asimiladas esas palabras, llegó algo que, sin duda, la estremeció. Esos sentimientos, esa forma de ver a una persona solo son posibles con el enamoramiento, ¿de casualidad Xiao estaba enamorado de ella?

Era una indagación, pero sus miradas cuando él la veía actuar, los gestos que tenía solo con ella, la forma en que la pensaba, ¿serían suficientes pruebas? Claro que sí. De igual forma, el pensar la posibilidad, le daba vértigo.

No buscaba poner pretextos para llegar a esa conclusión, de hecho era ya sabida por ella de una buena manera, lo que sucedía es que otra posibilidad le daba mucho más vértigo, o más era una pregunta.

Aquella pregunta, como no podía ser de otra manera era simple, ¿estaba enamorada de Xiao? ¿Todo eso que hacía no era por amabilidad sino por amor? Es difícil estar enamorado de alguien sin saberlo, sin tenerlo en cuenta. Se pueden negar sentimientos de amor o intentar reprimir, eso es un hecho. Sin embargo, son cosas que se conocen perfectamente.

Llegado un momento de descanso, que era el receso, Lumine debía aclarar sus dudas a la voz de ya. Esa persona solo podía ser más que una sola: Ganyu.

Al encontrarse ambas, todo era normal, incluso a Ganyu no se le hacía para nada raro el que Lumine quisiera pasar tiempo con ella a solas, al final del día eran amigas bastante cercanas. Sin embargo, apenas la notó inquieta y con sed de curiosidad, supo que la cosa era mejor tomársela enserio.

-Quiero preguntarte algo muy en concreto, sé que lo sabrás, así que no intentes mentirme, dime la verdad a como dé lugar, ¿bien?

-Eh...depende de qué sea. Si son cosas muy personales, temo que... -Sin dejarla terminar, Lumine la tomó del hombro, de una manera que imponía un poco de miedo. -Qu-que...no podría decírtelo.

-Lo harás, ya que puede traer consecuencias muy malas sino. La pregunta es simple: ¿sabes si le gusto a Xiao?

-¿Eh? -La mencionada hizo un gesto de sorpresa y un poco por lo espontaneo de la pregunta. -Pensé que era personal de mí...hem, primero responde algo y te lo diré.

-Tch. Está bien.

-¿Qué sientes por él?

Ahora la sobrecogida resultó ser Lumine. Era justamente lo que se preguntaba rato atrás sin saber qué respuesta darle a ese cuestionamiento. Si ella pedía sinceridad, debía regresarla de la misma manera.

-No lo sé... -Su mirada ensombreció. -Lo aprecio, me agrada, le tengo una especie de cariño, pero no puedo decir que sea amor.

-¿Podría terminar siéndolo? -Presionó Ganyu.

-Todavía no lo sé...no es el único.

-Hum...bueno, te diré que sí, le gustas. Se enamoró de ti de la forma más tierna posible, y eres su primer amor...por favor no le rompas el corazón, por fuera será un adolecente con cara de matón, pero en el fondo es un pequeño que solo quiere ser amado y comprendido. Te lo pido de verdad, Lumine.

La respuesta terminó siendo respondida de forma tajante. La sospecha ahora era un hecho, y uno que, como se predecía desde antes, resultaba de lo más confuso, respirándose el vértigo provocado por la verdad.

Ahora la siguiente pregunta de oro era, ¿cómo es que podría producir el chispazo? ¿Realmente se podría producir? Xiao era más bien tibio en su relación con la muchacha, no sabiendo apenas nada del amor, aparte de que otro detalle ya estaba gestándose en una parte del tablero que ella no veía o tan siquiera conocía de su existencia.

Ambas amigas tenían todavía algunas cosas para decirse, lo que era, curiosamente, aquello que se necesitaba más que otra cosa en el mundo.

-Él solo me pidió que le enseñara modales para poder conversar contigo de mejor manera. No pensé que él fuera a cambiar nunca y, sin embargo, llegaste tú y eso se hizo posible.

-Dicen que las personas cambian por amor...no pensé que fuera verdad.

-Muchas cosas no las tomamos por verdades hasta que nos sucede, y los asuntos del amor no son excepción, Lumine. No te sientas presionada, no sabes muy bien tus sentimientos así que lo peor que puedes hacer es pensar demasiado en eso. Yo soy de la idea de que el amor no se piensa, solo se siente y ya.

-Siento cosas por él, ¿cuáles? Es lo que no sé. Siento afecto; sí. ¿Compasión? Ni idea; ¿en realidad será lastima? Algo siento en mi corazón, pero ni idea de qué será. Hum...debería pensar en mejores cosas que estas.

-Te dije que no lo pienses. Mientras más lo pienses, más agobiada te sentirás. Si llega el flechazo, llegará. Sino, ni modo por él. No quiero que su primer amor fracasé, pero mis deseos no importan, los tuyos son primero.

-Mis sentimientos son primeros...eres una muy buena amiga, Ganyu. Te agradezco que, a pesar de lo impositiva que fui, me respondieras y me ayudaras a comprender esto. Bueno, si Xiao quiere enamorarme, casi no lo ha intentado, o me da la impresión de que incluso yo tengo más iniciativa que él, aunque ni siquiera me gusta.

-Dale su tiempo, el pobre es un aprendiz todavía en el arte de amar. Si lo ves a detalle, quizá y te enamores de él al final en el momento menos esperado. -Rió ella, abrazando a su amiga.

Llegado el momento en que las clases se reanudaron, ambas tomaron sus rumbos diferentes a pesar de que sentían la necesidad de seguir hablando. Por suerte para Lumine, y su pasión por el teatro siendo más ardiente que por la de los hombres, centró su mente en la futura obra que presentaría en cosa de unas semanas.

Suspendió su juicio respecto a Xiao, el amor que él le tenía, suspendió todo eso de su mente, analizando que era un chico cualquiera que compartía salón y club con ella, no más y no menos. Esa era la premisa fácil, serían lo más parecido a una pareja sentimental en la obra, ello no indicaba nada ni era coincidencia para ella.

En lo único que no podía suspender su juicio era en su curiosidad por el pasado de Xiao, ¿por qué era así y por qué Ganyu recalcaba tanto su sufrimiento? ¿Eso interfería en su modo de ver las relaciones?

Todo eso se vino abajo al abrir la puerta del club de teatro, el mismo estaba completamente vacío salvo por una persona muy en concreto. Ese mismo era nada más y nada menos que Xiao, como no le será raro al lector.

El muchacho dormitaba en su banca, viéndose tan tierno a pesar de su agresivo semblante, pareciendo un niño pequeño en el regazo de su madre a pesar de jamás haberla conocido; su respiración era tranquila, relajada, quizá soñaba algo, eso no era posible de saber a simple vista, pero inspiraba atenuación, incluso la misma Lumine sintió pesadez en sus ojos.

Él apretó un poco los ojos, ya se despertaba por el ruido de la puerta al abrirse, y conforme sus ojos se fueron haciendo cada vez menos adormitados, Xiao despertó mirando lo que más le gustaba mirar todos los días: a su enamorada.

De forma lenta se repuso, estirándose para entregar una sonrisa de alegría, de esas que a ella tanto le gustaba ver en su rostro, sabiendo que era para ella y solo para ella, pues solo la propia chica era quien las solía mirar, nadie más.

Tras esa pequeña sonrisa que fue un detalle brillante en todo su sentido, llegó entonces un golpe de realidad, uno que solo el poder de las palabras podía realizar, el remate perfecto para el espectáculo que, por pequeño y cotidiano que fuera, era verdadero.

-Y pensar que suelo no desear despertar cada mañana, pero si veo a Lumine, realmente esa sensación se me quita ya que agradezco lo que tengo ante mis ojos.

-¿Eh? -Lumine se sonrojó hasta los cabellos, abriendo sus ojos por las palabras que le llegaron directamente al corazón.

-Oh, demonios...¿pensé en voz alta? -El muchacho también se puso rojo como ella, comenzando a sudar de los nervios. -Olvida lo que dije, estoy recién levantado, no sé qué pasa por mi cabeza.

-Xiao...eso me será muy difícil.

¿Cómo puede el autor describir lo que sintió Lumine en ese momento? No lo hará, forma no hay para hacerlo, lo deja a labor del lector porque, realmente, él cree imposible que nadie en su vida haya sentido algo tan puro, tan hermoso, ese sentimiento tan poderoso que incluso puede hacer que el pecho duela por ser tan grande que no cabe en el mismo.

El poder de las palabras tiene hilos que hacen milagros, enamorar a una persona es uno de ellos, y eso, dicho incluso por accidente, fue la causa de ese pequeño milagro que ocurrió en el club de teatro. Ahora ambos, Lumine y Xiao, estaban enamorados uno del otro.

Durante el curso del ensayo, Tartaglia parió chayotes por el enorme coraje que le hacían pasar ambos enamorados. No actuaban bien, su estoicismo de actor les falló en todos y cada uno de los sentidos posibles: tomarse de las manos era un imposible, verse a los ojos, cosa mejor de la que olvidarse. Decirse las líneas de amor parecía ser cosa de otro mundo, las palabras se quedaban atoradas en su garganta, no consiguiendo salir de sus labios de forma alguna.

Sin embargo, y nuevamente en un ataque de orgullo, Xiao se dijo a sí mismo "no puede pasarme algo así: no me da miedo ningún rival, ¿pero me congelo al pesar en tomar las manos de la chica que me gusta? No puede haber nada más patético que eso...así que no lo seré".

Hizo al pie de la letra lo que pregonaba, tomando coraje y valor, incluso pidiendo a Lumine que retomara la compostura, de manera amable, claro que sí.

-Tartaglia tiene razón, realmente lo estamos haciendo mal...hay que centrarnos. -Él la tomó de las manos, sin titubear. -Es solo una escena, lo hemos hecho a la perfección antes y lo haremos de nuevo.

La fuerte confianza del muchacho se contagió a Lumine, la que sonrió a modo de desafío.

-¿Estás retándome? Veamos quién actúa mejor, Xiao.

Tras una risa de complicidad, ambos pusieron manos a la obra y nunca mejor dicho. Esa tenacidad fue causa del asombró de la muchacha, una faceta que ya conocía de su ahora enamorado, pero que no la apreció lo suficiente como para predecir que podía expandirse a ámbitos más personales, tales como su propia relación.

El resto salió de forma natural, las líneas que antes costaban trabajo, y no hablando de ese momento, sino desde antes, días atrás, ahora salían con un tono, una forma de moverse, era un todo perfecto que se notaba al ser, más que una actuación, una conversación que ellos se sabían de memoria.

Tartaglia notó eso, y de inmediato se puso un tanto celoso, de verlos cerca, tomados de la mano, mirándose de una forma en que en los ojos de uno y otro brillaban con luz autentica.

Nunca antes le habían dado celos de ver esas escenas de amor entre Lumine y Xiao, pero viendo ahora la realidad, era que sí. Más que celos, era un golpe muy fuerte a su orgullo. Después de todo, la chica de la que estaba enamorada, casi no le daba bola y, para colmo, parecía estar enamorada de otro chico que, por supuesto, no era él.

Al separarse tras acabar el ensayo, los dos suspiraron. Nunca antes, de hecho, Xiao se había sentido tan enamorado de Lumine, pues ahora las palabras que ella le decía eran caso suyas, sonaban auténticas y no una simple actuación.

La miraba y su corazón que bailaba una zamba de aquellas decía, para sí, "mírala que linda va, es mi amor por Lumine que llegó y no se va más". Terminando, y sentándose uno al lado del otro, ambos respiraban, secándose un poco el sudor, pues vaya que el calor y la intensidad con la que se decían las palabras se transmitían incluso fuera de ellos.

-Vaya...creo que es el mejor ensayo que hemos tenido. -Inició Xiao, secándose la frente.

-Sí, seguramente así es como debemos ser. Al final de todo, somos de primer semestre, yo tengo experiencia y de cualquier manera debo aprender cosas todavía. -Lumine lo miró de reojo. -No hablo de ti. -Rió.

-Vamos, fui mejor que tú, y apenas soy novato.

-Más o menos. -Al mirar a Tartaglia, se advertía de tedio, incluso en su rostro se notaba que no la pasaba de perlas. -¿Lo hicimos mal? Pensé que había salido bien...

-Salió bien. -Se rió. -Tan bien que incluso me siento relegado. No me han visto actuar, pero sin duda soy bueno...en comparación de ustedes ya no me siento seguro. -Puso de pretexto él.

Ambos se lo creyeron sin dificultades, siendo él un chico orgulloso, competitivo y queriendo ser el primero en todo. Por ello su mal tedio, le parecía jodido que alguien a quien miraba por debajo del hombro le estuviera ganando, y peor: lo miraba en primera final, de la forma más literalmente posible en esa ocasión.

Tartaglia, aparte de sentirse enojado con Xiao por superarlo, se sentía mal consigo mismo, con el corazón, no roto pero sí fisurado, por eso mismo es que al salir a tomar un respiro, se cuestionó el cómo dar la vuelta a la situación, o si es que valía la pena por lo menos intentarlo.

De ahí en fuera, los dos enamorados seguían discutiendo de buena manera el quién había hecho las cosas mejor, si es que uno u otro, más que nada por ese orgullo tan grande que se cargaban.

Fischl de hecho lo veía, era evidente a leguas que ambos se gustaban, lo que le parecía lindo. Jamás imaginó que ellos dos tendrían ese tipo de relación, especialmente si recordaba la forma en que se conocieron.

Saliendo de la clase, Lumine tenía la intención de seguir hablando con Xiao, pero ella lo impidió. Quería preguntar una cosa sencilla, pero importante.

Caminando lentamente y hasta atrás de los grupos que regresaban a sus respectivos salones, fue que llegó la hora de hablar seriamente.

-Por lo que veo, Xiao te gusta, ¿no?

-Claro que no. -Fue su primera reacción, diciéndolo con sobresalto.

-Ajá, y la luna es de queso. ¿Desde cuándo? No te crítico, solo que no pensé que pasaría algo así, realmente parece que eres la única que no se da cuenta que él está enamorado de ti.

-Ya lo sé...y respecto a lo mío, es algo demasiado patético...apenas es hoy.

-Chica, vaya que eres intensa. ¿Apenas estás enamorada de él y ya irradias más luz de lo normal?

-Ay, que tonta me veré.

-Un poco. -Rió Fischl. -Se te nota mucho, en realidad, y Tartaglia se celó, no es porque le enojé que actúen mejor que él.

-Meh, no es como que me guste o lo tuviera en consideración. Es un chico muy lindo, pero no nos veo juntos, su personalidad y la mía no son compatibles.

-Lumine...eres lo que le sigue de opuesto a Xiao...y te gusta.

-Oh...¿polos opuestos se atraen?

-Lo mismo aplica con Tartaglia.

-Rayos...

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Y así es cómo Lumine se enamoró de Xiao :0

Les gustó? Espero que sí, ojalá entiendan lo que quise dar a entender y así comprendan mejor lo que pensó Lumine cuando Xiao dijo esas palabras. De hecho, me estoy percatando del poder de las palabras así que seguramente eso tendrá peso en unos capítulos

Bueno, nos vemos el próximo viernes, trataré de retomar pronto los dos capítulos semanales, ténganme un poco de paciencia que la escuela me tiene atareado :'v

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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