Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3.3 Un cumpleaños especial.

Para muchos, el cumpleaños es un día especial por el hecho de que se celebra una vez al año, se es el centro de atención, y por supuesto, se reciben montones de regalos.

Eso era lo único que le gustaba a Lumine, pues de ahí en fuera nada se le hacía del otro mundo cuando a esa fecha tan especial se trataba, aparte de que no era el centro de atención, pues lo compartía con su hermano, evidentemente.

Lo que era él, sí que le gustaba y solía montarse una buena fiesta, no tanto como la reservada de su hermana. Sin embargo, lo celebrarían hasta la noche, momento en que ambos estaban juntos.

Serían sus 15 años, la etapa más linda de la edad por muchas razones que a uno, con el pasar de los años, se le olvidan.

Todo el día fue normal, no hubo cambios en su rutina como no fuera recibir felicitaciones por mensajes de su celular, o de su familia, claramente. Aparte, su hermano la despertó temprano para según él "celebrar desde que amanece". Claro que lo hizo con la intensión de molestarla.

Ese mismo día, sabiendo Xiao que era el cumpleaños de la chica, estaba preparando su regalo, algo que le tomó una parte de la mañana. Curiosamente, él se preparó ese mismo día, desde las 11 de la mañana, con el uniforme, teniendo todo listo.

Partiendo de su casa una hora y media antes de lo común, Xiao estaba dispuesto a encontrar el que debía ser el mejor regalo...el problema era un poquito el presupuesto.

Tartaglia, por su parte, ya lo había preparado todo con cautela y anticipación, pues él, teniendo su sueldo como obrero, compró el que era un lindo detalle, ni muy caro pero tampoco barato.

¿Qué era, pues, aquel regalo? No más y no menos que una pulsera de plata con forma de pluma de ave, un lindo detalle, sin pensarlo mucho.

Lo que era el muchacho justiciero, él se las veía un poco negras, ya que no tenía suficiente dinero en las manos y, sin embargo, buscaba ingeniárselas. Pensaba en un arreglo floral artificial, pues las reales perecen con el tiempo, uno muy corto, mientras que lo artificial, si bien puede malinterpretarse, dura años.

Sin embargo, cuando estaba por decantarse por esa idea, se encontró, como si fuera algo venido del cielo, lo que pensó sería ideal: un broche para el cabello.

Era lindo, no muy caro, llamativo, y seguramente le agradaría a esa chica luminosa. Éste tenía forma de una flor, la que sí era artificial. La misma era de un color azul pastel, que si bien no era común en Lumine, sin duda alguna él pensaba que se le vería lindo.

Así que, sin pensarlo dos veces, el muchacho lo llevó, teniendo la mala pasada de que no le alcanzaba el dinero para el envoltorio y cosas similares, por lo que se la llevó así, sin más.

Hay que añadir que, muy por el contrario, Tartaglia sí que llevaba un buen envoltorio, con un listón de color dorado, aparte de por sí la pulsera ya tenía su propia caja en sí.

La muchacha, apenas llegó a la escuela, suspirando de cansancio, pues lo único que pedía era no ir a la escuela en su cumpleaños, fue recibida por Ganyu, quién le dio un abrazo.

-¡Felicidades, Lumine! 15 años, ¿no te parece que han sido rápidos? Te regalaría algo pero...creo que tengo una mejor idea en mente, algo que te puede gustar más.

-No me vayas a besar, por favor. -Rió ella, su contraría se puso rosada de las mejillas.

-Oye, vaya que tienes imaginación. Keqing también te preparaba algo, pero no sé qué puede ser.

-Bueno, espero que sea un lindo regalo, no importa mucho que sea, la intensión importa.

-Hum, no te noto muy animada, ¿te pasó algo?

Ahí, Lumine le explicó a Ganyu por qué su actitud "neutral" a un día tan especial como lo podría ser ese. No le encontraba sentido emocionarse ya que, en cierto sentido, todos los días podría celebrarse a sí misma un cumpleaños, aunque todos los días sean exactamente iguales.

-Entiendo tu lógica de que, como cualquier otro, representa un día más en tu vida y no debería celebrarse, ya que mañana será tu segundo día de nacida 15 años después, y lo seguirá siendo hasta que llegue la última vez que lo celebres pero...¿de verdad no te emociona?

-Solo los regalos. No todos los días como pastel, me dan cosas lindas, me felicitan y ese tipo de cosas. Lo malo es que lo debo compartir con el baboso de mi hermano. -Ella hizo un gesto de inconformidad.

-Al menos tiene hermanos. Ve a Xiao, ser hijo único le afectó mucho, si hubiera tenido un hermano mayor tan siquiera, no la habría pasado tan mal.

-Siempre me he preguntado qué ha pasado en su vida, y por qué no entiende razones de que la violencia es lo peor que puede hacer.

-En su vida solo ha conocido la violencia. -La chica se puso melancólica. -Eso no importa, ahora lo que debes tomar en cuenta es que él ha cambiado mucho, sin duda alguna. Desde que te conoció, cada día deja de parecerse al Xiao que yo solía conocer, eso es lo que deberías cuestionarte. -Sonrió ella.

-¿De verdad? Hum...tal vez.

Hablando del diablo, Xiao llegaba apresurado, pensando que no llegaría a la escuela y que se le haría tarde ese día, suerte suya que lo consiguió. Curiosamente, y como si el destino se pusiera bufón, él y Tartaglia se toparon en la entrada.

Los dos se miraron con una expresión constante de sospecha, cosa que Teucer notó, por lo que cuestionó a su hermano, ya que le era raro verlo a la defensiva, o tan siquiera la ofensiva con alguien.

-Es un amigo del club, Teucer. Se llama Xiao. -Él lo tomó del hombro, acercándolo para secretearle. -Sígueme el juego, él no sabe de las peleas, no quiero guiarlo por el mal camino o que se preocupe por mí.

-Así es, tu hermano y yo somos buenos amigos. ¿Es para Lumine? Ella es una amiga en común.

-¡Oh, claro que la conozco! Suele venir con nosotros a la escuela cuando nos la encontramos en el autobús. -Sonrió el pequeño. -Me alegra que se lleven bien, mi hermano dice que es amigo de todos, y por eso quiero ser como él.

-¿Así que el mejor amigo de todos? -Cuestionó Xiao, incrédulo, solo pudo levantarle una ceja a su contrario. Quién se alzó de hombros. -Si eres amable, atento y desinteresado, no dudo que puedas llevarte bien con todos y cualquier persona no dudaría en llamarte amigo...así como a tu hermano.

Tartaglia solo sonrió de forma un poco incomoda, ya que prácticamente fue descrito como una persona completamente diferente. Eso a él no le iba ni le venía, pero vaya que no quería quedar mal frente a su hermano.

-Ahora sé buen chico, ayuda a quien lo necesite sin pedir nada a cambio y estudia mucho, ¿bien?

-¡Claro, Xiao! -Sonrió Teucer.

-Vamos, hay que apurarnos. -Tartaglia lo tomó de la mano, encaminándolo a su salón. El muchacho de pronunciadas ojeras solo los miró desde la lejanía.

-Tu amigo da un poco de miedo, pero realmente me pareció buena persona. Fue muy amable y dijo cosas buenas de ti. -Xiao logró escuchar lo que Teucer dijo a sus espaldas, lo que sintió como un golpe en la cabeza.

-Sí, su mirada da cuscus, pero realmente solo es una fachada. Él es bueno, incluso un poco más que yo.

-Eso no es posible, tú eres el más bueno de todos. Aparte...¿qué es fachada?

-Vamos Teucer, debes prestar más atención a clases. Es sinónimo de apariencia externa.

Sin duda, esa faceta era totalmente desconocida para Xiao. Al final de todo, claro que no podía portarse de su manera natural con su hermano.

Eso no importaba para él, prefería centrarse en lo que de verdad correspondía: el regalo a Lumine.

Sin duda, unos pocos nervios le ganaban, aunque le parecía increíble la idea de golpear a chicos 30 centímetros más altos que él, estar decidido a luchar por cualquiera en cualquier situación y, sin embargo, acobardarse de darle un regalo de cumpleaños a su mejor amiga, (y claro, su enamorada, pero ese tema era secreto).

Conforme la vio en la lejanía, de espaldas, su corazón fue latiendo cada vez más rápido, así como su respiración se hizo pesada, pareciéndole casi complicado respirar. De todos modos, se serenó cómo pudo.

Ganyu lo vio de lejos, sonriéndole, aquello le parecía un detalle tan bello al saber que era una verdad. Notó que su primo tenía un muy leve rubor en sus mejillas, como si estuviera sofocado, así que ella trataría de ser la cereza del pastel.

-Empiezo a creer que solo una pequeña razón será la que hará que este cumpleaños sí sea especial. -Sonrió ella.

-¿Por qué lo dices? -Cuestionó Lumine, confundida.

-Mera corazonada.

-Oye, Lumine... -Hablo el chico, aun con esa respiración un poco agitada.

Al voltearlo a ver, vaya escena más tierna se encontró: Xiao le extendía el pequeño regalo, lo que a ella le sorprendió. No pensó, o no se le pasó por la cabeza que él le regalaría algo al ser una persona tan seca y reservada con sus sentimientos, al final de todo, dar un obsequio es sinónimo de expresar un sentir.

-No se me olvido que hoy era tu cumpleaños, y como siempre te veo usando un broche, decidí comprarte uno como adorno para tu cabello...elegí este ya que creo que te sentaría bien, espero no te importe si elegí algo que no fuera acorde con tus gustos. -Rió Xiao de forma nerviosa. -Siempre que quieras verme, solo pronuncia mi nombre; es la primera vez que doy un regalo de cumpleaños a alguien que no es Ganyu. No es necesario que tú me regreses algo cuando sea el mío...para mí, pasar tiempo contigo es suficiente.

-Xiao... -Lumine sonrió de forma centellante, dándole un cálido abrazo al que era su mejor amigo hasta entonces, sabiéndose feliz porque, a pesar de que era un regalo para ella, la persona de más confianza de su semejante, daba a entender que ya podía abrirse de una mejor manera con los demás.

Ganyu miraba alegremente, era un paso camuflado para que su primo pudiera tener el cariño especial de esa chica luminosa, aunque sin duda, caía en lo significativo.

Al separarse, ella se colocó el broche, curiosamente el color azul pastel era de sus favoritos, aunque no solía ser muy evidente por cuestión del uniforme escolar. Si es que ella y Xiao se hubieran visto con su ropa del diario, no sería de extrañarse que siempre, al menos alguna prenda de Lumine, fuera de ese color.

-¿Y cómo se me ve? -Le cuestionó, rompiendo el silencio creado tras el abrazo.

-Te combina a la perfección. Por eso mismo lo compré, estaba seguro que te quedaría.

-No me importa el que fuera algo improvisado, el azul pastel me gusta mucho. Ahora me pregunto, ¿qué colores son tus favoritos? Prefiero averiguarlo por mi cuenta.

Un abrazo más fue dado entre ellos dos, así como aparte el muchacho se dio un pequeño golpe en la cabeza, sonriendo de forma donairosa para meterse una mano en el bolsillo, demostrando, además, un pequeño pastelillo de moka, pues seguramente le regalarían más chocolates, y un poco de sabor a café le parecía ideal.

Ganyu los dejó a sus anchas, Lumine no era ciega, aunque tenía una pequeña suspicacia o quizá solo era idea suya, de todos modos le parecía que Xiao se notaba más vivo cuando platicaba con ella.

¿Por qué con suspicacia? No es que notara algo estrictamente anormal en el comportamiento de su homologo, solo que tenía más vivacidad al hablar, al hacer ademanes, lo que parecía era solo con ella.

Al final de todo, tendría sentido, solo a ella le hablaba, con Tartaglia se llevaba mal, Ganyu era su prima y se hablaban con mucha confianza, y casi nadie se le acercaba por inspirar miedo en los demás alumnos. Lo consideraba, no como un trato especial o único...pues solo ella era su amiga.

Solo faltaba saber cómo es que se desarrollaba con las demás personas, y ese era su desafío más personal.

-Ciertamente no recuerdo haber tenido un buen cumpleaños nunca, y eso me deprimía un poco, así que pienso que es mejor que atesores los recuerdos de los cumpleaños que tienes siempre que sean felices.

-Hum...sí, algo parecido me dijo Ganyu. Quizá ahora empiece a verlo de diferente forma. Pienso que solo me faltaba pasarlo con las personas adecuadas. -Ambos se miraron. -Gracias por el regalo, creo que no te lo dije.

-No, creo que no...de todos modos, no me sobrevendría si no lo hacías, no suelo estar acostumbrado a que me den las gracias.

-Me cuestiono por qué. -Ella dio una pequeña risita. -¿Sabes? Ahora me acordé de los chocolates que me regalaste el día después de que nos conocimos. Nunca pensé en llevarme así de bien contigo...aunque eres un hueso rudo de roer.

-Todo es cosa de que no sé llevarme bien con la gente y no solía importarme hasta ahora. Te lo debo a ti en buena parte, eres de las primeras personas que me hablan sin sentirse intimidados por mi presencia.

-Cuando te conocí no creí que pudieras ser cómo eres ahora. Solías ser muy grosero, y sigues siendo necio...aunque no eres una mala persona, eso sí nunca lo pensé.

-Yo solo me seguiré preguntando por qué sonríes demasiado. Eres la persona más risueña que he conocido, no es algo que me haga quejarme, aunque no sé cómo no te cansas de sonreír.

-Ahí está tu primer error, Xiao. -Curiosamente, ella sonrió. -Más bien la gente no se cansa de hacerme sonreír.

Lumine se levantó, estirándose para dar un pequeño suspiro. El día todavía no había acabado, faltaban unas cosas más, solo que ella no lo sabía aún.

Justamente entre esas cosas se encontraba Tartaglia, quien iba sonriente al club de teatro, el lugar ideal para hacer lo que haría, naturalmente. Tenía la cajita y el envoltorio bien guardados en su mochila, pensaba que sería el único chico en regalarle algo a Lumine.

Sin embargo, al verla con su broche nuevo, él se sorprendió, realmente le quedaba bien, lo que admitiría sin problemas.

-Bonito broche. -Fue lo primero que le dijo. -No te lo había visto antes, ¿te lo regalaron por tu cumpleaños?

-Sí, fue Xiao. -Sonrió ella.

Al escuchar eso, Tartaglia se sintió muy extrañado, y fue ahí cuando una corazonada se le vino a la mente apenas terminó de procesar lo que le acaban de decir. ¿Xiao estaría enamorado de Lumine? Era un tanto posible, solo que debía confirmarlo.

-Hum, uno pensaría que no tiene buenos gustos, pero sí que supo elegir un regalo para ti, le doy el mérito.

-Era un poco evidente: uso broches para el cabello. Aun así...no deja de sorprenderme, fue un lindo detalle de su parte, y me gustó mucho.

-Ya veo, ya veo. -Aprovechando que su enamorada se encontraba de espaldas, él decidió dar un primero paso. -Yo también pensé en regalarte algo, ojalá te guste de la misma manera.

Él le presentó la ostentosa cajita, algo que la sorprendió más de lo que sucedió con el broche. Al ir deshilando los listones que amarraban la misma, se llevó la sorpresa de la pulsera, la que la sorprendió a bien, ya que era un detalle fuera de lo común en sus cumpleaños.

Al probarse la misma, se dio cuenta que le quedaba un poco justa, en el sentido de que la misma le quedaba un poco grande, aunque no demasiado.

Tartaglia miraba con una sonrisa, esperando la respuesta que deseaba, y la misma era, claro, algo positivo del regalo, que quizá fuera el mejor que ella había recibido en su vida o cosas por el estilo.

Cuando se miraron, solo se pudieron dedicar una pequeña sonrisa, Lumine se seguía probando la pulsera, mirándola detenidamente, notando que era bastante pesada, no como algo que se pareciera al aluminio o similar.

-¿Es...?

-¿Plata? Sí, lo es.

-Oh, debió salirte carísima, no puedo aceptarla.

-No te preocupes. Ese dinero lo tuve trabajando duro, y no fue muy caro a pesar de ser de plata, es genuina y todo, pero salió barata. Así que no te preocupes, no tuve que empeñar las escrituras de mi casa para comprártela.

-Sigh...está bien, eso me tranquiliza. Aunque no niego...que se ve bonita. -Dijo ella, mirando de reojo la pulsera. -Muchas gracias, me gustó mucho.

Con ellos no hubo abrazo, aunque no por ello no quiere decir que no se quisieran dar uno. Por parte de Tartaglia, él, sin duda, deseaba abrazar a Lumine, y era un deseo que se condensó en mover los pies de forma titubeante, así como alzar las manos de una forma similar.

Referente a la chica, a ella igual se le pasó por la cabeza el dar un abrazo para agradecer. El detalle recaía en que no es que los dos se conocieran precisamente demasiado, así que por ello mismo se detuvo. Aparte, sentía que su relación no era demasiado afectiva para un gesto así.

-Me alegra que haya sido así. -Sonrió él finalmente.

Xiao llegó y de inmediato enchinó sus ojos, mirando a aquellos dos, la cajita y la pulsera, por lo que sin duda supo qué había pasado ahí, entre ellos. Sintió un poco de celos, más que nada por el regalo notoriamente más caro que el suyo.

Sin embargo, resultaba curioso, Lumine usaba ambos accesorios a la vez, por lo que se reflejaba una parte de sus dos enamorados. Ciertamente, una parte de sus gustos se encontraba en esos regalos.

Los dos le quedaban bien, el broche era su color favorito y combinaría con su ropa del diario. La plata representa la pureza, prácticamente sinónimo de aquella jovencita, y las plumas representan la libertad con la que vuela un pájaro, y ella era libre todavía.

Después llegarían sus cadenas.

Acabándose el día, era una enorme ventaja para el alto muchacho de cabellos anaranjados, pues se iría con Lumine, lo que podría dejar relegado a Xiao. Sin embargo, y sabiendo eso, él decidió jugarse una simple pero infalible: hablar a la carta.

Justamente en la salida, ya de noche, Xiao fue con Lumine, evitando a toda costa que Tartaglia los viera, por lo que suerte que no fue así. El asunto es que, tomándola de la mano para irse a una parte ciertamente obscura, él le entregó una pequeña carta.

-Es otro regalo que quiero darte. No es algo muy rebuscado o tan siquiera importante, pero quería darte algo más. Supongo que es una forma de agradecer lo que has hecho por mí y para pedirte disculpas por todas las veces que te he hecho enojar.

-Vamos, no lo pienses de esa manera. Somos amigos, y entiendo tu forma de ser...solo que no me agrada para nada el que seas una persona a la que le gusta pelear.

-No me gusta...pero debo hacerlo.

-Hum, a eso me refiero. Prefiero hablar de esto después, el día ha sido muy largo, sin duda.

-Para bien o mal. Feliz cumpleaños, Lumine. Mo te lo dije al darte tu obsequio. -Antes de irse, él le dio un beso en la mejilla, sonriendo amablemente, lo que era muy raro de por sí. Ella ya lo había visto sonreír, pero esa sonrisa tan sincera, llena de luz, y que inmediatamente contagiaba felicidad le sorprendió mucho.

La muchacha quedó con los ojos abiertos como platos, procesando lo ocurrido. Miró la carta, prefería leerla con calma en casa, así que decidió que mejor era irse ya, alguien la esperaba al final de todo.

Topándose con esa persona que la esperaba, ambos se saludaron, empezando a caminar para tomar el autobús que los llevaría a casa.

La plática fue relativa al día, más precisamente a que fue tranquilo, sin muchos problemas, lo que para Lumine resultó de lo mejor tomando en cuenta que era su cumpleaños, y parecía que incluso la escuela le daba un regalo de forma indirecta.

Al ver la pulsera, se dio cuenta que incluso debería apretarla usando unas pinzas, aunque quizá eso dañaría el diseño. Llevarla a un alhajero era lo más ideal para volverla de su talla.

No era posible que la misma se le cayera de la muñeca, aunque sin duda tenerla bailando en el brazo resultaba molesto.

-Ni eso puedes hacer bien, Tartaglia. Solo debías hacer una cosa, y fallaste en el intento. -Regañó ella, fingiendo enojo.

-Tengo una idea para saber cómo medir tu muñeca. -Expresó él.

-Dime.

-Así. -Él apretó su mano contra la muñeca de la chica de forma suave, quedando frente a ella, así la circunferencia sería más o menos una forma de indicar la medida que debía comprar para la próxima vez. A pesar de que ya había pasado tiempo suficiente para que él tomara la medida, seguía sosteniendo con su mano la articulación de su contraria.

-¿Pasa algo? -Rió ella. -Ya veo, lo haces para que puedas tener la medida bien memorizada.

La sonrisita se cortó ya que Tartaglia tomó de la otra articulación a Lumine, acercándose de golpe a ella para robarle un beso que a ella la dejó totalmente sorprendida.

Él se agachó bastante para alcanzar sus labios, incluso era lindo verlos así, por la diferencia de estaturas, por la expresión que tenían.

Aquello le pasó una pequeña chispa, pero no una que encendería un fuego, sino una que enciende las alarmas, que previene a alguno de cuando una cosa está encendida en llamas. Ese destello era, claramente, el amor de Tartaglia por Lumine.

Al separarse, ella se limpió los labios, sonrojada, él sonrió para sí mismo, alzando su mano hasta la altura de su rostro, como si le fuera a decir algo, pero solamente se quedó callado.

-No sé si decir que quería darte esto como regalo. Es estúpido de mi parte, también muy desconsiderado, pero me caracterizo porque me gusta hacer estupideces. -Él comenzó a caminar rumbo al autobús. -Feliz cumpleaños. Sé que te será un día olvidable porque, bueno, recibiste un beso mío, y eso no se olvida en un día como este, para bien o mal.

-Eres un patán. -Expresó ella, riendo con un poco de coraje y gracia. -Vaya que eres valiente, robarle un beso a una chica linda solo por creerte galán, pero no creas que me gustó o que te lo agradezco.

-Oh, eso dices ahora. No puedo asegurar que me lo agradecerás en un futuro, pero sí te gustará recordarlo. En fin, es hora de irnos, ¿no? Seguramente tu celebración no acaba todavía.

-Me la pagarás por esto, Tartaglia. -Ella fue y le dio un golpe en el hombro...que le dolió más a ella que a él.

Llegando a casa, y tras la celebración con su hermano y su familia, el pastel se acabó esa misma noche, y lo único malo para ella es que tenía el sabor a los labios de Tartaglia. Aquello no le terminaba de agradar.

Apenas llegó a su habitación, se cambió, tirándose a su cama de inmediato, sacando del bolsillo de su blusa la carta que Xiao le había dado. La misma, como no era raro, era igual de lacónica que él.

Lumine:

Debo decirte que espero reconsideres tu parecer respecto a tu propio cumpleaños, seguramente hoy fue diferente a otros, pues conoces a personas distintas, de ahí que la experiencia varíe. Sé que mi regalo no es el más caro o el más deslumbrante, lo que sí puedo garantizarte es que supe que era el ideal para ti, espero pienses lo mismo. Sé que no hay regalo para compensarte todos los dolores de cabeza que te he causado y que seguramente te seguiré causando. Sin embargo, te daré un regalo nuevo todos los días: una mejor versión de mí mismo, una hasta que finalmente pueda ser como tú y Ganyu aspiran, e incluso yo mismo lo deseo. Algunas cosas no cambiarán, ya te lo digo, pero lo que deba, será mejorado, esto te demostrará que yo nunca debo estar triste ahora que estoy junto a ti, mi felicidad por eso me hace llorar, y a su tiempo descubrirás el por qué; y que si lloro no es porque esté triste. No puedo creer que algo así me esté pasando a mí, al miserable, y es que ya no puedo concebir más mísera. Feliz cumpleaños, risueña.

Xiao.

Tales palabras le fueron sumamente gratas de leer, sabiéndose perfectamente a qué se refería él con todas y cada una de ella.

-Debo admitir que me da curiosidad saber cómo será ese hombre nuevo que se propone ser.

Ese, sin duda alguna, ya podía considerarse como un día especial, con sus luces y sombras, con momentos inolvidables por varias razones, no todas ellas las mejores. De cualquier manera, no le molestaba pensar que, después de todo, ya ese había sido de sus mejores cumpleaños, y también tuvo buenos regalos...uno que definitivamente se cuestionaba si era válido tener en su baúl de recuerdos, siendo no lo difícil responder a esa pregunta, sino más bien, ¿podría olvidar ese beso que Tartaglia le robó?

______________________________________

Team Tartaglia: cágala cabrón, y te mato.

Team Xiao: bueno, lo intentamos.

Jsjsjs, realmente vaya que el beso de Tartaglia fue de :0, se me ocurrió y dije...neh, sí va con su personalidad xD y Xiao, pues es medio tsundere en sus líneas de voz, pero un poquito nada más, la mayoria del tiempo es de "ya deja de ser un amargado, carajo! >:v"

Hey! :0

Quizá por un tiempo solo publique una vez por semana, eso porque el tiempo no me ha dado últimamente por x o y, aparte siento que no estoy muy inspirado, y no quiero dejarlos sin capítulo...en realidad escribo estando lo suficiente ebrio como para decir que todo el mundo es mi amigo :v

En fin, si cuando esté normal sigo pensando que es buena idea, verán este mensaje...sino, pues no xd igual ya adelantó que estoy seguro que sí lo haré jeje

Por cierto, serán cabrones, ahora que lo pienso bien, no les importó el que Albedo se estuviera muriendo, se centraron más en el canon y Amber xD mi intensión era que lo de Albedo fuera lo más importante del final, pero pues... qué puedo decir? xdxdxd

Nos vemos en una semana:

Siempre tuyo:

-Arturo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro