El autor ahora prefiere dar una pequeña pausa de lo ocurrido respecto a Xiao, Lumine, Tartaglia y Ayaka para centrarse en un punto de igual importancia para la trama, pues este suceso tendrá repercusiones considerables a futuro. En fin, por ahora, prefiere guardarse los detalles.

Era un día común, justamente ideal para salir en pareja, y es que así era, tanto así que Ganyu y Keqing habían decidido salir a dar una pequeña vuelta, tal vez comer un helado o beber un raspado, eso lo dejaban al aire, lo primero que se les antojara sería lo que beberían.

Eran épocas de calor, de ahí que algo frío se antojara, nada de ir por un café, o en todo caso de pisar una cafetería, sería para beber algo frío, por supuesto. Era de las primeras veces en que ambas caminaban tomadas de la mano, y era una cosa tierna en su totalidad, ¿por qué? La respuesta es simple.

Ganyu se notaba cohibida, un tanto incomoda, más que nada temerosa del "qué dirán", tanto así que por momentos daba incluso la impresión de que no le agradaba de ir tomada de la mano de su novia. Por su parte, Keqing, de forma muy diferente, iba no solo como si nada, sino hasta orgullosa y altanera, pues era novia de una chica muy bonita.

Daba hasta risa, ya que incluso la segunda de ellas, la de cabellos morados, iba meciendo su mano y, por ende, la de su compañera, por lo mismo es que la de cabellos azules pusiera fuerza para que ella no lo hiciera de forma tan notoria, pero era algo que, sin duda, fracasaba en el intento.

Llegados al lugar donde habían acordado, las dos seguían tomadas de la mano, ya de forma un poco más oculta, no porque quisieran, sino por ser algo que no les interesaba demostrar en una plaza pública.

Lo que beberían sería un refresco bien frío, con hielos, y en realidad lo harían del mismo vaso de cartón color blanco con franjas rojas que habían comprado. Fueron a una de las mesas, sentándose una frente a la otra, teniendo las manos unidas encima de la mesa, bebiendo, al menos por parte de Ganyu, de forma tímida, teniendo sus mejillas color hormiga.

Keqing sonrió de solo notar ese lindo detalle, pues ella lo hacía como si nada, le era normal y no le daba vergüenza. A la de cabellos azules, se ha dicho, no le daba vergüenza, solo esa pregunta que le martillaba la cabeza.

-Vamos, ¿por qué tan tímida? ¿Te da pena que te vean con tu novia? –Se rió Keqing.

-Y-yo...sabes que no es eso, es porque...no quiero que mi familia me vea.

-Tonterías, ¿qué harían en esta plaza cercana de la escuela sin avisarte que pasarían por ti? Si es que eres la niña protegida y consentida, te hicieron bastante mensa en muchas cosas.

-Oye, eso me ofende. –Dijo ella, sudando la gota gorda.

-Es que me das tanta ternura. No te gusta andar sola en el metro porque te da miedo equivocarte de estación, ¿y quién es la que te terminó de enseñar?

-T-tú...

-Así es, ¿te acuerdas quién te enseñó a besar?

-Tú...

-También recuérdame quién fue la que te enseñó a cómo...

-¡E-eso no lo menciones! O al menos no en público...

-Por favor, ¿quién nos va a escuchar en esta mesa? De cualquier manera, sabes qué iba a decir, y después de todo, fui yo quién te enseñó, ¿verdad?

-¿Qué es lo que quieres exactamente de mí? –Suspiró Ganyu, rendida, bebiendo del refresco; Keqing le robó un beso en la mejilla, uno que la sorprendió bastante.

-Eso. –Sentenció Keqing, notoriamente sonriente.

Lo siguiente que decidieron hacer fue tomar un paseo por la calle estando abrazadas. Iban caminando a paso lento, más que nada para disfrutar del camino, solo que al escuchar el vehículo que vendía donas, sabiendo que se les podría escapar, decidieron ir a mayor prisa, pero abrazadas de igual manera.

Ambas doblaron en una esquina topándose con una señora que, por las prisas, no reconocieron, pero que ella sí. Era una de las amigas de la madre de Ganyu.

-Un Ceballos... (Solo los que lean literatura mexicana sabrán de dónde viene esta referencia :u)

Solo para cerciorarse, las decidió ver de cerca, las dos novias, una vez compradas sus donas, que en realidad era algo muy apetecible en ese momento, platicaron un segundo mientras iban a cruzar la calle.

-Te quedó azúcar en la comisura de los labios. –Keqing le dio un beso en esa zona, la sorpresa de la amiga de la madre de Ganyu no pudo ser más grande. -¿Y ahora qué? –Ella la tomó de la mano.

-Hum, creo que no falta mucho para que sea la hora de regresar a mi casa...la otra vez que llegué 20 minutos tarde me regañaron... -La muchacha de cabello azul lloró un poco.

La fisgona simplemente se retiró, sin saber en realidad cómo procesar lo que acababa de ver, ¿la hija menor de los Ceballos era lesbiana? Solo podría ser que ella estuviera confundida, pues era clarísimo que alguien de esa familia no se desviaría del buen camino que los caracterizaba desde hace, por lo menos, no más de cinco generaciones (les recuerdo, el apellido Ceballos lo tomo de un libro que me gusta mucho, eso porque no me sé el apellido de Ganyu, que creo ni tiene :v, y porque fue lo que se me ocurrió, no se tomen enserio que su nombre sea Ganyu Ceballos :u)

Para el día siguiente, ella se despedía de Keqing con un beso en los labios, uno rápido y tampoco muy profundo, pues era solo algo de despedida, Zhongli las vio, no pudiendo aguantar una sonrisa de gusto, Keqing simplemente pasó de ello...pero Ganyu sintió vergüenza.

-Nos vemos mañana, señoritas.

-Hasta luego, profesor. –Se despidió la primera de ellas.

-Ay... el profe Zhongli nos vio. –De inmediato, la segunda de ellas se tapó la cara. Le seguía apenando que alguien, en general, las viera besarse, pero tenía que acoplarse para irse quitando de a poco las cadenas que la sujetaron por mucho tiempo.

Al ver a Xiao, pues esperaba a un lado del auto de su tío, los dos se despidieron de mano con una sonrisa en sus labios y con mucho gustó. Al final los dos eran como hermanos, eso era una realidad.

Cuando ella tomó el metro, al cual más o menos ya tenía una muy leve idea de cómo usarlo sin perderse, llegó a su casa, cansada de todo el trabajo que tenía, lo que más deseaba era cenar para luego acostarse en su cama.

Apenas vio a su madre, la notó muy seria, pero en su cansancio, a ella no le importó, solo deseaba quitarse la mochila y los zapatos para acostarse al menos unos cinco minutos antes de cenar.

-Hola, ma. –En vez de ser regresado un saludo, su madre le dio una bofetada que le sacó hasta las lágrimas, desorientándola bastante. (ojito, aquí su madre no es Preservadora de las nubes bb, así que no la funen a ella xd)

-Al final de cuentas...¿qué fue lo que hice mal? Quiero decir, siempre fuiste la más protegida y más consentida, ¡¿y tuvieron que venirme a decir que te vieron abrazada de otra chica?! ¡Oh, y por si poco fuera, que también te besuqueaste con ella! ¡¿Piensas que eso es muy gracioso?! ¡¿Qué es algo para reírse?! ¡Porque no es así, Ganyu!

La muchacha, llevándose la mano a la mejilla, solo pudo llorar. Mil veces le dijo a Keqing que lo mejor era mantener oculto lo suyo, pero ella nunca le hizo caso ya que dudaba que algo así fuera a pasar. Solo que...al final siempre sí pasó.

-¡Dime qué fue lo que hice mal! ¡¿Por qué las mujeres te gustan?!

-No lo sé. –Respondió ella, llorando. –No lo sé, no lo sé, no lo sé...pero no es algo malo, en la escuela lo sabe incluso la directora y... -Otra bofetada resonó en la casa.

-¡¿Cómo que la directora lo sabe?! ¡¿Te das cuenta que eso es un descredito para toda nuestra familia?! ¡Eres lo peor de nosotros, tanto que te alejé del miserable de tu primo para que cayeras incluso más bajo que él! Nuestros cercanos seguro ya lo saben, seremos la mofa de todos, ¡por culpa tuya, Ganyu!

-¡No me importa que pienses, mamá! –La chica se llenó de valor y diría lo que le tenía guardado en su interior. -¡Soy tu hija, eso nadie, ni tú lo cambiarás, mi tío lo aprueba, Xiao lo aprueba, la misma directora y todos los maestros lo saben, me han visto besarme con Keqing, ella es mi novia, no mi amiga, ya hice el amor con ella, y si eso te asquea no me interesa, fue hermoso para mí, ¿y qué importa que las demás familias lo sepan? Seguramente sus hijos son gays reprimidos y que se ocultan detrás de una supuesta masculinidad estúpida, yo soy lo que soy y jamás lo cambiarás! Mamá...soy tu hija... -Más lágrimas bajaron de las mejillas de la muchacha. –Esto que me dices me destroza el corazón, el saber que mi propia madre me rechaza y me dice que soy lo peor de la familia...¿te has puesto a pensar en qué siento yo?

Su madre no respondió, de forma fría y cortante, le dio otra bofetada, pero ahora lo suficientemente fuerte para derribarla y hacerla sangrar de la boca.

-Tú ya no eres mi hija...esta ya no es tu casa y no somos tu familia ya, ¿tu tío y tu primo lo aprueban? Por mí, vete a podrirte con esos miserables. Ya tomamos una decisión, íbamos a darte una oportunidad de corregirte, pero con lo que me has dicho, es como si estuvieras muerta.

La pobre muchacha, con el corazón más que devastado, no pudo hacer otra cosa como no fuera llorar, tratando de levantarse, abriendo la puerta de su casa para tirar las llaves ahí mismo, caminando unos metros para derribarse sobre sí misma, llevándose una mano al corazón, el que le dolía como si se lo hubieran cortado en pedazos.

Lo primero que hizo fue llamarle a Xiao para decirle lo que había ocurrido, y pasados veinte minutos, el auto de Zhongli se detuvo en una parada de autobús, donde ella se encontraba, llorando, y lo primero que hicieron su primo y su tío fue abrazarla.

-Lo perdí todo...no tengo casa a dónde ir, ni familia que me reciba...me siento muy sola, me quedé sin nadie.

-No digas eso Ganyu, me tienes a mí y a mi papá. –Dijo Xiao, mirándola con mucha preocupación.

-Sé de sobra que nuestra relación es como la de un profesor y su alumna, pero somos familia, y eso es lo que de verdad importa. Nosotros te recibiremos, nuestra casa será tuya igualmente.

-Gracias...de verdad, gracias. –Ganyu continuó llorando como magdalena, seguía sintiéndose desamparada, y cómo no sentirse así después de que su propia familia le dio la espalda de esa manera tan inhumana.

Cuando Zhongli escuchó qué fue lo que le dijeron de forma exacta, no pudo enojarse más. Sabía de sobra que la familia de su esposa era más que desgraciada, que no merecían perdón de Dios ni de nadie por lo que le hicieron a su sobrino, a Xiao...pero es que decirle a una de sus propias hijas, a su única hija, que para ellos estaba muerta, fue algo que lo puso colérico.

Si bien casi no había convivido con Ganyu, le tenía mucho cariño por ser quien acompañó a su hijo en su lugar por algunos años, y que gracias a ella él no había caído en la locura ni cometido un crimen terrible, de ahí que también la quisiera, tal vez no como una hija, pero el amor que Guizhong no podía darle, él lo haría.

Y es que la muchacha no pudo ni siquiera repetir las palabras que le dijo su madre, el dolor y las lágrimas se lo impedían, tuvo que anotarlas, y lo dicho, apenas Zhongli las leyó, explotó.

-¡Si Guizhong viviera rompería lazos con ellos, los maldeciría y después los mandaría al carajo! –Gritó. –Ella te hubiera acogido como una hija, te amaría como tal sin importar a quién amas...pero ella ya no está... -Zhongli miró el collar de Xiao, recordándola mucho, por lo que solo suspiró, yendo hasta una fotografía suya para apretar el marco de la misma. –Por eso lo haré yo en su lugar. Ganyu, esta es tu casa, tú aquí eres bienvenida.

Keqing en realidad llegó al saber la noticia, incluso la madre de la chica, y ciertamente Zhongli las recibió sin problemas al ya conocerlas a ambas, solo que deseaba que si lo visitaban en su casa no fuera en una situación tan trágica como esa.

La chica de cabellos morados lloraba junto con su novia, sintiéndose culpable por su miseria. Si tan solo hubiera hecho caso en su momento, eso no estaría ocurriendo, por eso es que los abrazos no le bastaban, no creía que existiera forma alguna de compensarla. Sorpresivamente, Ganyu no le dio la razón en ello.

-Sabía qué pasaría si nos descubrían, ya lo hicieron, y supe que si pasaba, sería por culpa tuya, estaba segura de eso. Y aun así, conociendo el riesgo, sabía que igual no iba a dejar de amarte, ni te dejaría, ¿Cómo dejar a lo que iluminaría mis días después de que lo peor sucediera? ¿Por qué dejaría a aquello por lo que perdí todo? Tú me dijiste que me amarías sin importar que yo no te reconociera ante mi familia ni mis amistades; yo te amaré sin importar si por tu despreocupación lo perdía todo. Eres todo lo que me queda junto con mi tío y Xiao.

-Ganyu. –Lloró ella. –Es que no puedo quitarme la culpa, me dijiste que tu familia era lo más importante, y ahora lo perdiste por mi necedad, por solo querer molestarte, fui tan estúpida, no merezco tu perdón.

-Keqing, date cuenta...ahora eres lo más importante para mí. ¿Cómo crees que me siento después de que mi propia madre me dijo que estaba muerta para ella? –Las lágrimas amenazaban con impedir que hablara. –Que soy lo peor, la burla de nuestros cercanos y que ya no soy su hija, ¿podrías querer a alguien que te ha dicho eso? Porque yo no...

Ella la abrazó fuerte, pensar en escuchar algo parecido de su madre le destrozaba el corazón, y para que su novia lo hubiera vivido, sabía que no comprendería su dolor al ser algo que no se podía superar fácilmente. Después, y viéndola a detalle, notó las marcas que el anillo de bodas le dejaron en la mejilla, la que solo tomó para besarla.

La propia madre de Keqing lloraba al parecerle lo más monstruoso y detestable que a un hijo se le pudiera hacer. Ella aceptaba a su hija sin problema alguno, y la amaba y protegía por ser su tesoro más valioso, solo que sabía perfectamente que no todos los padres eran como ella, topándose con la mala de que la madre de la novia de su hija era una de esas personas.

-Yo a Ganyu la quiero mucho, siempre que viene a mi casa la trato como a una de la familia, quiero que se sienta cómoda y libre, y aunque no fuera novia de mi hija me gustaría que así fuera, así que, profesor, si puedo ayudar en algo, haré lo que esté en mis manos.

-Al final de cuentas ella es mi sobrina, y es como la hermana de mi hijo, si bien casi no he convivido con ella, ahora podré hacerlo más. No por las razones que me gustaría, pero así será, al final de cuentas.

Para el día siguiente, Zhongli tuvo que darse el disgusto de tener que verle la cara a su cuñada para ir a recoger la ropa de Ganyu, pues hasta ese punto habían llegado, no querían conservar ni una pertenencia de ella en casa. Trató de no explotar en cólera, pero en realidad parecía que hacían todo lo posible porque eso sucediera.

-Siempre supe que los de tu casta eran inferiores...pero me has dado la razón al aceptar a esa...esa cosa en tu casa.

-Para empezar, esa cosa es tu hija, y a pesar de las cosas tan horribles que le dijiste, lo sigue siendo y lo será hasta que llegue el día en que te pudras en el infierno. –Masculló, enojado. –Tal vez sea más pobre que tú...pero los de mi casta no renegamos de nuestros hijos, a diferencia de los tuyos. Si Dios existe, no lo conocerás por tratar así a Ganyu.

-Piensa lo que quieras. Guizhong no te hubiera permitido que ella entrara en su casa.

-¡Guizhong...! Guizhong lo hubiera hecho, aunque no lo quieras creer, pues era tan humana, que no dudo que ahora le llamaría hija.

-¡Vete ya de aquí! No quiero que tú ni ellos se acerquen a esta casa.

-¿Crees que nos sobran ganas? Sigh...no es que estén muertos para nosotros, a diferencia de ustedes, pero perder el tiempo con idiotas no es lo mío. –Riéndose, Zhongli entró a su auto. -Sí, después de todo eso son ustedes, idiotas. –Ahora sí que se fue.

Cuando las cosas de Ganyu volvieron a sus manos, ella no pudo evitar llorar, pues el hecho de que no conservaran ni siquiera un calcetín suyo, o alguna blusa, le indicaba que, tal como se lo dijeron, ella ya no tendría recuerdo en su familia.

Suerte suya que sabía que ahora ya no tendría mucho de qué preocuparse, eso debido a que ahora podría iniciar una nueva vida junto a los que sí la consideraban familia a pesar de todo.

Para esa misma tarde, apenas se encontró con Keqing, lo que hizo fue abrazarla con mucho fervor y con fuerza, la que le estaba faltando para afrontar todo lo ocurrido. Por ahora solo quedaba apoyarse, poco más podían hacer.

De cualquier manera, querían rematar la situación como la cereza del pastel. Ahora que ya no debían preocuparse por ser descubiertas, así que tenían algo en mente para que se supiera su relación, y no se podía negar que las dos estaban emocionadas, especialmente la muchacha de cabellos morados.

Siempre quiso que Ganyu la reconociera como su novia, sabía que no podía ser posible...hasta ahora.

Siendo las encargadas todavía de la gaceta escolar, ambas publicarían una carta escrita por ambas. Después de todo, eran conocidísimos sus artículos en coautoría, que publicaran otro más no sería novedad. El detalle es que esto no tenía nada de académico, sino más de sentimientos reales.

La misma rezaba así:

"Siendo este momento uno que en realidad es una derrota, tiene un pequeño sabor a victoria. Por las razones menos humanas e imaginables, finalmente podemos decir que ambas somos novias. Para algunos era solo un secreto a voces a pesar de que tratábamos de mantenerlo oculto, para el resto será una sorpresa o algo ya sabido, pero esos son muy pocos para considerarlos en este rubro. Sí, eso es lo que somos, no somos amigas íntimas como hemos querido demostrar, somos novias y nos sentimos orgullosas de ello, pues ahora no se teme de algo en específico, eso ya pasó, y lo que queda de ahí es que seguimos siendo novias, con un vínculo mucho más fuerte que antes. Solo nos queda agregar que esto lo decimos con bastante orgullo y alegría. Si es que tenían alguna apuesta por ahí de si éramos novias o no, reclamen su dinero con gusto." Firman: Ganyu y Keqing. 

(en vez de Eula bb y Amber, serían Keqing y Ganyu :v)

-Siéndote sincera...sigo sintiéndome un poco vacía y mal por el hecho de que jamás veré de nuevo a mi familia.

-Ganyu, te rechazaron de la peor manera. No los extrañes, te prohíbo que lo hagas.

-Ojalá fuera tan fácil decirlo, Keqing... -Suspiró. –Pasé 15 años de mi vida con ellos, me criaron, me amaron... -La chica comenzó a lagrimear. –Y después me despreciaron por lo que soy. Sé que por eso no debería estar triste, pero hay tantos recuerdos y alegrías con ellos que no puedo evitar ponerme así. Ya sé que tengo a ti, a Xiao y a mi tío, pero mi mamá, mi padre...mis hermanos, siento que me sigue faltando algo.

Keqing hizo que ella recargara su cabeza en su hombro, acariciando la misma. –Desearía tuvieras mi misma suerte. Con el tiempo pasará, ya no te sentirás sola, de eso me haré cargo yo, te lo aseguro.

-Gracias por quedarte a mi lado. Te dije cosas muy malas ayer, pero es la verdad, y quiero que sepas que ni con esas dejé de amarte como lo hago.

-Ganyu, no arruiné tu vida, solo te quité una carga que te molestaba, lo hice a la fuerza, pero tú y yo sabemos que tarde que temprano pasaría, ¿no es así? Al menos ya pasó, solo hicimos que lo evidente sucediera más rápido.

-Lo sé. Solo tengo el corazón destrozado, cuando pueda pensar mejor, seguramente lo veré igual que tú, lo apuesto.

-Esa es mi chica.

Las dos se dieron un beso rápido para abrazarse. Ahora podían llamarse novias sin problemas, pasear de la mano sin miedo a que las vieran, abrazarse cuanto quisieran y, lo más importante, besarse en casi cualquier lugar que les diera la gana. El precio había sido muy caro, pero claro que iba a valer toda la pena del mundo.

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Oigan, quién dejo aquí las cebollas? :'v

Este cap estuvo bastante depresivo, pobrecita Ganyu, ahora sí la agarré como trapo y eso que no estaba deprimido xd

Ya Ganyu tendrá un poquito más de protagonismo por el hecho de que ahora va a vivir con Xiao, también Keqing ya que la casa de Zhongli va a parecer hotel del amor, pobre de él :v

Ya el siguiente capítulo se pondrá "normal" porque tratará de qué pasó después del desmadre del viernes, y para el próximo lunes el asunto se pondrá serio. 

Ya se viene la recta final del arco, el cual seguramente será el más largo, quien sabe, pero bueno, ya veremos, a algunos no les ha gustado lo que es de :'v  para mí, pero bueno, al menos a mí me gusta cómo he llevado la historia, el final es lo que me da nervios de cómo se lo puedan tomar...¡se muere Lumine! -tose desesperadamente-

:v

Nos vemos el viernes uwu

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.