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3.17 ¿Una solución definitiva?

El plan que se tenía era "sencillo". En vista de que Tartaglia, de forma muy sorpresiva se había ofrecido a incluso hablar con Xiao para discutir ese asunto, la realidad es que las cosas marchaban relativamente bien.

Faltaría Ayaka, por supuesto, pero al menos por parte de Xiao, él no se sentía del todo seguro de decirle algo como no fuera en lo absoluto necesario. De regreso con la pareja, los dos lo confirmaban con un poco de recelo...estaban enamorados de nuevo.

Mal momento para hacerlo, si hay que decir algo, pues parecía que lo suyo iba entrando en decadencia, y al final de cuentas solo se fue haciendo más y más grande, hasta que volvió a ser incontenible como en un inicio.

Nadie, ni ellos mismos, lo podían precisar, sobre todo cuando habían reducido su relación a no más que sexo y caricias, pero esa cita cambió todo. De hecho, pasara lo que pasara, ambos estaban decididos a ir de nuevo al festival para pasar un buen rato.

Extrañaban eso, es decir, ir tomados de la mano, en situaciones románticas, queriéndose de verdad, y no solo haciéndolo como la antesala de tener un buen rato de diversión y solo eso, pero sabían que tomaron una mala decisión de haberlo hecho en ese momento tan crítico.

Por suerte ya las aguas estaban más claras, pero faltaba un detalle más todavía. Y ese era, como no, resolver las cosas acerca de la relación que podían tener. Si es que querían ser novios era algo que querían probar, pero no es que fuera un deseo absoluto, al final de cuentas ya habían probado por una semana, algo que los dejó con un poco de insatisfacción, pues la carne se encontraba de por medio.

Xiao pensó que Tartaglia se había tomado las cosas con mucha calma, sino incluso hasta bien, pero la realidad era que estaba enojado. Le quería dar una golpiza al muchacho, pero sabía que de hacerlo Lumine se enojaría muchísimo con él, aparte de que ya no era algo que le caracterizara, recordemos que la chica llegó a cambiarlo mucho.

Él sí cambió, pues estaba muy enamorado de Lumine...

Además, él pensaba que tenía algo de culpa por no terminar de enamorarla, sabía que se le declaró, si bien no por un impulso, sí de forma precipitada y no muy bien organizada, su tarea radicaba en estar al pendiente de ello.

En fin, cosas que no controlaba, pero que ahora podía tener un poco de influencia en las decisiones que podría tomar Lumine, y esperaba que fuera la mejor para él, independientemente de si saliera ganando o perdiendo, respetaría lo que ella quisiera.

Justamente llegado el momento, Tartaglia se colocó frente a ambos, sintiéndose un poco raro de ver a su novia a un lado del que fue su mayor rival, y no sentirla a su lado, como si no lo apoyara.

-Lumine me dijo que ustedes dos se veían en secreto y que es posible que ella se esté enamorando de ti otra vez. Solo quiero preguntarte, ¿tú también de ella?

-Sí, así es.

-¿Y qué hay de Ayaka?

-Y-yo...la amo, pero tampoco puedo superar a Lumine. Si es que pudiera hacer algo, lo haría.

-Sigh...no sé qué tanto hicieron ustedes dos, y no me interesa, o más bien tengo miedo de escucharlo; pero deben decidir que harán, algo me dice que se seguirían viendo en secreto si es que este asunto no se resuelve.

-Hemos pensado que...quizá ser novios sería lo ideal. Pero claro...eso te excluiría a ti.

Tartaglia cerró sus ojos, llevándose la mano al mentón. Tomó a Lumine del hombro, ahora quería hablar más que nada con ella, o mejor dicho, no quería que Xiao los escuchara.

-¿Segura que quieres estar con él en vez de conmigo? -Preguntó él, con un semblante notoriamente preocupado.

-No...pero quiero intentarlo. Tartaglia... -Ella lo tomó de la mejilla. -Esto no es un adiós...yo te amo, pero con Xiao me pasaron cosas y me ha hecho sentir algo que tú no. No te comparo, me has hecho la chica más feliz, contigo he sentido cosas maravillosas que seguramente nunca sentiré dos veces en mi vida, pero todavía hay algo que me inquieta.

-¿Entonces qué tipo de despedida es? -Lumine no pudo ocultar su sorpresa al ver, por primera vez desde que lo conocía, que Tartaglia estaba llorando. Así era, ese chico tan rudo y que parecía seguro de sí mismo, rompía en llanto por no soportar más lo que sentía su corazón.

Ella solo pudo abrazarlo lo más fuerte que pudo, sintiendo en su cabeza cómo es que el corazón del muchacho latía con muchísima fuerza, algo que incluso le torturaba al saber que era la causa de ese dolor y de esas lágrimas. La muchacha lagrimeó.

-Por favor no llores... -Le suplicó.

-Lumine, yo te amo, y el ver que te enamoras de otro chico, que lo prefieres a él y que sus besos son mejores para ti que los míos me hace sentir impotente, que no fui suficientemente bueno, que no pude terminar de enamorarte.

-Tú siempre serás el mejor para mí...pero yo no para ti, Tartaglia.

-Megszakad a szívem... -Al escuchar esas palabras, Lumine no pudo aguantar las lágrimas, y si bien no lloraba de forma tan expresiva y amarga como Tartaglia, también lo hacía. Le pagaba con la misma moneda, o incluso con una peor, cuando le prometió que no lo haría, no cuando conocía ese sentimiento tan doloroso.

-Perdóname...no, mejor no lo hagas. No merezco tu perdón, no merezco nada de ti porque soy una egoísta que solo te ha hecho sufrir.

-Lumine...yo cumplo mis promesas, y si cambias de opinión, estaré para ti. Espero que si llega a ocurrir, no sea demasiado tarde, porque todavía te amaré por un buen tiempo.

-¿Jamás dejarás de amarme? ¿Qué es lo que me viste? A pesar de todo lo que te he hecho, todavía no me odias cuando es lo que más deberías hacer.

-Lumine, lo que Xiao es para ti, eres tú para mí. Solo que a diferencia tuya, si llega alguien más especial, no lo dudaré ni un momento...suerte con él, si es lo que te hace feliz, adelante...

Ella se miró la muñeca y observó la pulsera de plata que le regaló, se la mostró.

-Siempre te llevaré conmigo, Tartaglia. Porque fuiste mi primer novio, y eso importa más.

-Ojalá hubiera sido tu primer amor. -Él le dio un beso en la frente. -Pero ya era tarde. Gracias por permitirme ser tu primer novio.

Él se limpió las lágrimas, marchándose para dejar a Lumine sola, la que quedó con un sentimiento de abatimiento que posiblemente no se quitaría nunca, pero tampoco es que pudiera hacer mucho ya en ese momento.

En ese momento, quizá ya sabiendo que había hecho lo correcto a pesar de haberle roto el corazón al chico que estaba tan enamorado de ella, la muchacha finalmente se sintió tranquila, sin culpas o remordimientos por lo hecho días atrás.

Lo único de lo que se lamentaba era de no serle sincera del todo, y después de los meses que ambos pasaron juntos, se sentía mal por destrozarle el corazón, y de cualquier manera sabía que era lo mejor que pudo hacer.

Ahora faltaba la peor parte...y esa era Ayaka.

Xiao había pedido que fuera él y solo él quien hablara ese tema con ella, pues no quería incluir a Lumine en el asunto, o no más de lo que ya lo estaba. Le daba miedo pensar qué pasaría, fumaba un cigarro para quitarse los nervios de lo que pasaría, pues es que ella también tenía su complejidad.

Al verla llegar al lugar donde la citó, que curiosamente era el mismo donde se habían conocido, él cerró los ojos, sin saber cómo empezar. Ayaka lo abrazó, dándole varios besos en la mejilla. Lo seguía amando como desde del primer día que lo conoció, y los besos eran tan espectaculares para ella como el primero que se dieron bajo la lluvia.

Ella lo miró de forma extrañada, pues el nerviosismo le salía hasta por las orejas, así que supo de inmediato que algo no andaba bien. Solo se ponía así cuando se trataba de alguien muy en específico, y es que conocerlo desde hacía más de un año, claro que le indicaba mucho.

-¿Pasa algo?

-Tengo que decirte algo, Ayaka. Es sobre Lumine...

Ella suspiró. -Sabía que iba a ser de ella...¿qué pasó ahora entre ustedes dos?

-Me enamoré otra vez de ella...la he estado viendo en secreto, y hemos hecho muchas cosas juntos estas últimas semanas. Debí decírtelo, pero pensé que era algo pasajero y que no importaría más, pero ya no puedo seguir mintiéndote.

-¿Quieres que terminemos? -Preguntó ella, con la voz hecha un hilo y al borde de las lágrimas. -Si piensas que es lo mejor, está bien, solo quiero que sepas que yo te amaré siempre, porque eres un chico muy especial, pero si con ella te sientes mejor, lo entiendo.

-Ayaka, por favor. -Él la abrazó, sorpresivamente Ayaka lo hizo con más fuerza, no quería dejarlo ir.

-Xiao...dime que me amas aunque no sea verdad, por favor. -Lloró ella en su hombro.

-Te amo, Ayaka...esa es la verdad, solo siento que estoy incompleto sin Lumine, no quiero que pienses ni por una vez que te he dejado de amar, no eres un estorbo, no es que yo la prefiera a ella o me sienta mejor a su lado, necesito tiempo.

-¿Quieres darte un tiempo? Adelante...estaré para ti siempre que lo necesites, te dije que quiero acompañarte no solo cuando estás feliz, sino cuando te sientes mal, cuando te sientas miserable; secar tus lágrimas cuando llores de la risa o de la tristeza, verte morirte del susto o verte queriendo morir de verdad, y aunque no seamos ya novios, sigo deseando que así sea...porque yo te amo, Xiao.

-Me odio...tengo a la mejor novia del mundo y aun con esas alguien más está en mi corazón. Tch, soy una persona detestable por eso. Si es que no volvemos...por favor consíguete a alguien que sí valga la pena, no yo.

Ayaka no dijo nada, solo lo tomó de las mejillas para robarle un beso en los labios, uno que fue sorpresivo para él después de todo lo que había dicho, y es que ese gesto le trajo tantos recuerdos: su primer beso con ella, cuando ya eran novios, el que se dieron haciendo el amor, el de aniversario, tantos besos que pasaron por sus labios, y ese, sin duda, fue el que más sentimientos de amor le transmitió, pues era un beso de amor verdadero.

-No me olvides, porque yo no podré olvidarte, Xiao.

-Prometo olvidarte...ya que suelo romper mis promesas, quizá esta también lo haga y al final no lo pueda hacer.

-Hum... -Ayaka tuvo una pequeña sonrisita. -Nunca lo había dicho pero...espero no cumplas tu promesa.

Ambos se dieron un abrazo necesario, uno que los dos querían darse y que sentían de verdad, ¿pero qué más quedaba ahora? Solo aventurarse en lo que se venía, por supuesto, no más que eso, no obstante, no es que fuera algo menor.

Teniendo ya la plena libertad, los dos enamorados simplemente se encontraron donde lo planearon...ahora eran libres de hacer lo que quisiera y cómo quisieran, ya no tenían pareja, por lo que preocuparse de eso ya era nulo.

Solo podía esperar que no se arrepintieran de lo que acababan de hacer, y lo importante ahora radicaba en que tenían que planear su primera cita como novios de manera oficial, o bueno, casi.

Todavía no eran novios, o al menos no de forma oficial, pues faltaba la declaración, por supuesto, ¿qué sería de un noviazgo sin una declaración formal? Esta llegaría después, lo primero que hicieron los dos al verse nuevamente, fue abrazarse, teniendo duda de si hicieron lo correcto y no se arrepentirían después de lo mismo.

Solo el tiempo lo diría, no otra cosa, por ahora preferían vivir el momento, y eso se traducía en hacer lo que en su momento no pudieron.

Lumine esperaba que Xiao lo hiciera ese día o al menos al siguiente, pero ya más de eso la decepcionaría, no queriendo que él le volviera a lastimar después de todo lo que habían tenido que hacer para poder vivir de manera más o menos plena su amor. Ese detalle era la cereza del pastel, por supuesto.

Al salir, ellos dos iban tomados de la mano, sintiéndose tranquilos de que finalmente lo hacían sin cometer alguna falta más grave, eso sí, muchos se le quedaban viendo, pues era raro que ellos, teniendo ya pareja, lo hicieran. Pobres almas ilusas que no sabían que ese mismo día comenzaba su soltería, y seguramente terminaría a la vez.

Mientras iban a la parada de autobús de la chica, hacían tiempo ya que no quería toparse con Tartaglia, el verlo llorar todavía le causaba sentimientos encontrados, era la primera vez que eso sucedía, y la impresión no se iría fácilmente, si hay que aclarar algo, por supuesto.

Llegado el momento, ambos fueron a su rumbo, estando abrazados mientras esperaban el autobús, se daban algunos besos tímidos, pero vaya que, sin duda, era tierno verlos. Abrazados, él con sus manos en la cintura de la chica y ella en sus hombros, en la obscuridad de la noche, alumbrados por algunos pocos destellos de las luces de los autos y de las casas circundantes, respirando un mismo aire común.

La muchacha seguía esperando la declaración, pues ese era el momento más ideal de todos para que así fuera, pero lo dicho, si no era ese día, sería mañana, o tal vez al día siguiente, lo único malo es que no sería tan maravilloso como ya se ha mencionado, no podría existir mejor momento.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, él miró su reloj, haciendo un gesto de sorpresa a mal.

-Hum, mi padre me estará esperando. –Xiao le dio un beso en la mejilla. –Hasta mañana, Lumine. –Sonrió él, retirándose.

-A-Adiós... -Eso fue particularmente raro, ¿así de rápido se iba? ¿Solo con un beso en la mejilla se despedía? Le extrañaba y a la vez no tanto, pues se esperaba que en cualquier momento pudiera decepcionarla, el detalle era, ¿tan rápido?

Ella solo miraba a la calle, tratando de no tener pensamientos negativos, solo era un bobería, si bien el momento era el ideal, no se podía saber si es que al día siguiente surgiera uno mejor. De ahí que sentirse así le resultara un poco tonto, incluso infantil.

Eso solo era señal de que, con Xiao, siempre debía estar con cuidado.

No obstante, una mano la tomó del hombro, sorprendiéndola, estaba tan pérdida en sus pensamientos que no escuchó los pasos que se acercaban a ella.

-Oh, casi lo olvidaba. –Dijo la voz del muchacho, volteándola para que la viera a los ojos. Lo que hizo fue abrazarla, dándole un beso en los labios mientras cerraba sus gemelos, ella no se lo creyó en un primer momento hasta que, cayendo en cuenta de lo que sucedía, respondió el beso finalmente. -¿Te gustaría que sea tu novio?

-Xiao... -Ella dio una pequeña risita. –Sí...sí quiero.

Ambos se sonrieron para darse un último beso antes de despedirse definitivamente. Conociéndolo...se le hizo un error de su parte no esperarse algo así de él, era evidente que, al menos con ella, siempre bromearía de forma inocente.

Pasados los días, los dos prefirieron que su primera cita fuera en donde todo ese embrollo comenzó: en el festival. Al ser el último día, las cosas se pondrían más animadas, y al ser su primera cita de novios de forma oficial, no tenían la necesidad de esconderse ni usar las máscaras que sí usaron la última vez.

Todo parecía ir por buen rumbo, aunque claro, la reacción de Ganyu, Fischl y Keqing fue la misma...llevarse una mano a la frente, negando con la cabeza mientras simplemente los miraban con incredulidad.

-Espero que sepan lo que hacen, y si algo les sale mal, conmigo no cuenten. –Fue lo que les dijeron las tres.

Al menos en esa cita, las cosas marchaban bien, se divertían ahora de mucho mejor manera, les era más agradable hacer cosas juntos ahora como novios. Se sentían plenos, libres, sin culpas o remordimientos, razón por la cual ahora su cariño estaba mejor sazonado.

Intentarían hacer lo de la última vez, y eso era que Xiao sacara algún premio para dárselo a Lumine. Ella solo lo miró con una sonrisa altanera.

-Veamos si logras hacerlo esta vez.

-Podría apostarlo. –Sonrió de igual manera.

La prueba ahora consistía en algo relativamente fácil para él, y la misma consistía en lanzar pelotas para derribar algunos vasos, los mismos contenían arena para que fuera más difícil de derribarlos, aparte de que la distancia era considerable.

El primer intento fue un fracaso absoluto, pues no movió ni uno de los vasos, ella rió, lo que le dio alientos al chico para al menos no hacerlo, ya no por ella, si no por salvar su orgullo.

El segundo intento tampoco fue fructífero, Xiao no se desesperó, simplemente guardó la calma y, ya sabiendo como apuntar mejor, para el último tiro sí que logró derribar...la mitad de los vasos.

Si bien eso era meritorio de un premio, no era ni de lejos el mejor, pero ya era algo, así que la muchacha prefirió seleccionar un monedero bastante lindo y curioso. Lumine lo agradeció con un beso apenas tuvo el mismo en las manos, pero su compañero, altanero, lo rechazó.

-Mujer de poca fe, pensaste que no conseguiría nada.

-Te conozco lo suficiente para saber que, por orgullo, haces más cosas que por amor. (Que buena frase, anótala, Mario Hugo)

-No estoy del todo de acuerdo con ello, pero tampoco te equivocas del todo.

El recorrido no se detuvo ahí, oh no, pues todavía quedaban algunas cosas por mirar, y los mismos eran los juegos que faltaban por ver, eran divertidos, evidentemente, y aparte competir entre ellos les gustaba, se habían acostumbrado a lo mismo.

Una vez encontraron un juego, se dieron cuenta que el mismo era complicado, al ser de solo azar, así que por lo mismo de ese se encargaría Lumine, al menos por petición de su compañero de esa noche. Siempre que uno pudiera molestar al otro, cualquier cosa era válida, o casi cualquiera.

El mismo era lanzar aros a algunas plataformas circulares, y en esta ocasión la que participaría era Lumine. No es que fuera difícil, pero tampoco precisamente sencillo, pero con tal de molestarse el uno al otro, el reto era más que válido.

Hay que mencionar que, curiosamente, ella tenía mejor puntería, pero tampoco era la gran cosa. Acertando 3 anillos de 5, su premio fue más grande que el del muchacho.

-Elige tu premio, este va para ti. –Sonrió ella.

Él, sintiéndose un poco molesto, eligió algo a regañadientes, y lo mismo era un libro de un autor que le gustaba, así que incluso se sintió afortunado ya que no había otro igual. Le agradeció a Lumine con un beso en la mejilla, el que ella recibió pero si más que gustosa, pues le había ganado a su novio, regalándole algo mejor que lo que él pudo darle.

Siguieron paseando mientras comían una banderilla, todavía faltaban algunas cosas por hacer y unos cuantos juegos por descubrir, y finalmente encontraron uno con el cual podrían arreglar sus diferencias de una vez por todas, lo que sería equivalente al empate técnico en el que estaban sumergidos. El autor dice "técnico" pues ambos habían ganado en un juego, pero la victoria de la muchacha tenía más mérito que la del chico.

Una vez acabada su banderilla, ambos se enfrentarían en hockey de mesa, así que el primero en anotar cinco veces ganaría, ambos se dieron la mano, Lumine apretó la misma con la intensión de lastimar a Xiao...no es necesario decir que, en cuanto él la apretó, la dolida resultó ella.

Empezaron bastante empatados, los reflejos del muchacho eran mayores, pues tantos años de peleas le dieron eso que necesitaba: capacidad de reacción rápida. Ella no se dejaría vencer tan fácilmente, pues por lo misma razón, reaccionaba como podía, incluso se notaba el ambiente de tensión, y finalmente, él le anotó un punto.

Ella sacó como no era raro, pero haciéndole una finta, él no reaccionó a tiempo, así que inmediatamente le anotó el empate.

-Oye, eso fue trampa.

-Es jugar de forma inteligente. –Rió ella.

-Patrañas. –Se quejó.

Continuando con lo mismo, el juego siempre fue bastante parejo, pues se anotaban un punto, y el otro lo respondía a la siguiente jugada, así que quedando cuatro contra cuatro, era una muerte súbita y de forma casi literal, pues el que anotara, ganaría.

El mismo dueño los había observado con bastante atención, notando que eran pareja, y es que le daba gracia ver que, cuando uno anotaba en contra del otro, la celebración era muy notoria, mientras que la frustración del otro igual, de ahí que no supiera por quién apostar si es que tenía la necesidad de hacerlo.

Una vez puesto el juego, los dos hacían movimientos muy precipitados, incluso como si tuvieran paranoia, ya que siempre defendían su portería, y más que centrarse en anotarle al contrario, se empecinaban en que no les anotaran. (iba a decir en que no les metieran pero suena medio sucio :v).

Sin embargo, Lumine detectó esto, y al cambiar su estrategia de una defensa a una ofensiva, sacó de ritmo a Xiao, quien no sabía cómo reaccionar, así que cometió un error, dándole la victoria a la muchacha.

-¡Sí! –Celebró ella. –En tu cara, en tu cara.

El dueño rió cuando el muchacho fue y la tomó de las mejillas para jalarle las mismas, y aun con esas ella seguía riéndose de su contrario. No es que lo hiciera con mala intensión...simplemente era divertido para ella y punto.

Aparte, así era como se llevaban ellos, siempre discutiendo, siempre peleando, pero no de una forma tóxica o que implicara dolo, sino con ternura y llevándolo todo a buenos términos.

Cuando el enojo se le pasó a Xiao, los dos emprendieron rumbo de regreso a su casa.

<<Esos dos...son tan dispares, pero se ven lindos al final de cuentas, muchas parejas han venido aquí en estos días, pero nada como ellos, sin duda alguna>> Fue lo que pensó el hombre al verlos partir tomados de la mano.

Ambos irían en el mismo transporte, por lo que iban tomados de la mano, agotados tras tanto, él leía de reojo el prólogo del libro.

-Si te interesa, te lo puedo prestar algún día. –Le dijo a su contraria.

-Estaría bien. Vamos, no te sientas mal por no darme algo mejor. –Ella le mostró el monedero de sapito. –La verdad es que necesitaba uno, así que me viene de perlas.

-No es tanto eso...no me gusta perder, y el que lo hayas hecho haciéndome escoger el premio fue algo humillante, si me lo preguntas.

-Boberías, solo es un juego. –Ella lo abrazó. –Si quieres darme algo con tu esfuerzo cualquier cosa me basta, no necesariamente debe ser de un torneo.

-Veré que haré después... -Suspiró él.

Al estar una vez en la casa de la chica, los dos se dieron un abrazo que duró varios segundos, y que al final de cuentas era algo que necesitaban y querían. Llegado el momento del beso, el mismo no escalaba como otras veces, y no es que no tuvieran oportunidad de escalarlo, simplemente no querían.

Algo había cambiado, no querían la carne de su contrario...ahora deseaban otra cosa, y claro, la misma era sus sentimientos, eso que no es material y que de cualquier manera se puede apreciar.

Cuando se separaron del beso, no lo hicieron del abrazo.

-Lumine...

-Dime, Xiao...

-Te amo...

Ella no dijo nada, sonrió escondiendo su cabeza en el pecho de su enamorado, escuchar esas palabras la hacían feliz, sobre todo viniendo de él. Había esperado tanto tiempo por las mismas, y llegado el momento, no se decepcionó para nada, se sentía feliz de recibirlas.

-Yo también...

Naciéndoles del corazón, se volvieron a dar un tímido y cálido beso a pesar de que se conocían hasta desnudos, pero eso no quitó la magia de la inocencia de ser el primer te amo que se decían ya no solo en su relación de novios, sino en todo lo que llevaban de conocerse.

El foco que los alumbraba se empezó a fundir, dejándolos con una luz mucho más tenue en esa noche que había sido maravillosa para ambos, e incluso describirla así es quedarse muy corto de lo que en realidad les pareció.

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Espero que los team xiao quedaran satisfechos con lo hecho, la verdad la segunda mitad de este capítulo se me hizo muy bonita uwu aunque no dudo que casi nadie me perdonara el que haya hecho que Tartaglia llorara :u 

Xiao lloró un chingo en su arco, Lumine está igual, pero el único que no había llorado en estos dos arcos fue Tartaglia, y muchos sentían mal por él desde que Lumine le hizo ntr, ahora con esto...seguramente los más sensibles también lloraron 

En fin, el próximo capítulo también estará más triste todavía, pero por suerte no tiene que ver con Xiao o Lumine, ya verán a qué me refiero, especialmente si son main Ganyu xd

Ojalá con esto ya estén un poco más satisfechos, noté que muchos se quedaron de "wtf, nadie se enamora así de rápido", oh, el amor no solo es una vez, se hace más fuerte o se debilita con el tiempo, quiero que vean a qué me refiero uwu

¡Votación! En vista de los eventos que han pasado, ¿qué quieren que suceda?

Tartaglia se queda con Lumine a pesar de todo

Tartaglia se enamora de Xinyan y se va con ella (bueno, hay que aprovechar el ship :v)

Esto evidentemente tendrá efecto en la relación de Xiao y Lumine, por eso pregunto en general...aunque tal vez los team Xiao saquen provecho de eso xd

Siempre tuyo:

-Arturo.

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