3.16 Recuperando el rumbo.
Ya había sucedido, Lumine compartía cama con Tartaglia esa tarde, siendo la suya, y no podía negar que, más que por el placer sexual, había disfrutado más haciendo el amor con él que con Xiao al ser, eso mismo, amor.
A él le había sorprendido muchísimo conocer la decisión de su novia por finalmente entregarse, era la primera vez del muchacho, de ahí que hasta incluso la situación fuera de lo más tierna. No sabían cómo moverse, cómo tocarse o al menos en qué posición les debía ser más fortuito.
En una ocasión, y por lo mucho que se movían al ser más bien inexpertos, estuvieron a nada de caerse de la cama, y al finalizar el acto, más que sentirse incomodos o irrealizados, los dos se rieron, dándose un beso lleno de amor, y mejor aún, estuvieron abrazados, desnudos, hasta que pasó media hora y el momento de despedirse finalmente llegó.
La sensación que quedó en los corazones de ambos, una vez vestidos, fue la de nuevamente abrazarse en la entrada de la casa de la chica y darse un beso de piquito, pues sentían una enorme necesidad de darse cariño y calor.
Sucede que, en las parejas donde de verdad no hay cariño, después del sexo viene el desencanto (puta madre, lo sé por experiencia), y eso fue lo que ocurrió con nuestros dos amantes secretos.
Su relación se había enfriado, Xiao veía cómo el cuerpo le comenzaba a cambiar a Lumine por su responsabilidad de esa tarde, y es que ambos ya no solían hablarse con la misma frecuencia de antes, y Ayaka no era tonta, se dio cuenta que algo pasaba entre ellos.
El muchacho respondió con una verdad, pero no era la verdad que se requería.
-Pasa más tiempo con Tartaglia, por eso ya no suelo hablarle mucho...
-Parece que ya tuvo su primera vez con él. -Dijo ella. -Su cuerpo...lo veo diferente.
-¿También te diste cuenta? No me ha dicho nada al respecto, pero pregúntale a Fischl o a Ganyu y seguro tendrán algo que decir.
-¿Por qué le ves el cuerpo a Lumine? -Cuestionó ella, alzando una ceja. Eso le sacó una buena risa al muchacho. Le encantaba cuando se ponía celosa, pues le parecía tan tierna, haciéndola cambiar de opinión con besos y abrazos en el momento.
Lo único malo es que ojalá ella no tuviera motivos para de verdad estar celosa de su novio.
De vez en cuando, y al estarse extrañando o cuando les faltaba algo de compañía, Lumine y Xiao se encontraban en casa de alguno de ambos, y ciertamente, desde lo ocurrido, ya no se contenían en nada, algunas veces tenían sexo pero otras no, ni siquiera llegaban a primera base, solo besos y nada más.
¿En eso se habían convertido? ¿En suplementos de un amor que parecían no tenerse a sí mismos? Era posible, pero para el autor es, más que nada, el deseo que queda mezclado con retazos de cariño, el querer hacer lo que no se pudo pero que ya tampoco se puede al ya ser tiempos diferentes.
Era otra de esas tardes donde ambos resultaban en la misma cama, ya habían perdido la cuenta de las veces que repetían lo mismo...y siempre terminaba con un aire de insatisfacción, como si faltara algo. Era, por supuesto, el amor lo que faltaba en esa cama y en ese acto.
-Ya no me siento segura de seguir haciendo esto... -Dijo Lumine, sentándose en la cama, desnuda, abrazando sus rodillas.
-Supuse que lo dirías tarde que temprano...ya ni siquiera sé a dónde llevará todo esto, si por un buen camino o uno malo. En primer lugar, ¿por qué lo hacemos?
-Cuando Tartaglia no está y me siento sola...sé que estás tú...que tus besos, caricias y cuerpo estarán para mí cuando quiera compañía pero él no se encuentre.
-Cuando me gustabas nunca tuve deseos sexuales por ti, Lumine. Supongo que yo lo hago porque también me puedo sentir necesitado y Ayaka no siempre está para mí...pero tú sí.
-Si tenemos paciencia, ¿qué más podríamos hacer? Digo...es lo único que hacemos juntos ya y eso no me está gustando en lo absoluto.
Mientras se ponía se playera, Xiao miró al calendario que tenía en su pared, notando que se acercaba una fecha en especial, la misma era la del festival de la ciudad, por lo que, alzando una ceja, supo de inmediato qué hacer para tratar de darle un tercer (sino es que incluso cuarto), aire a la relación que ellos dos tenían.
En el mismo había varias cosas por hacer, de ahí que les pareciera buena idea tomarlo para hacer de las suyas. Acordaron en que no serían ya novios secretos, pero tampoco les estaba gustando el sexo que tenían, por lo mismo debían buscar una forma de seguir juntos, porque al final era lo que querían, pero no encontraban el cómo o con qué unirse.
Vieron ese festival como una salida a sus problemas, y tendrían que aprovecharlo al máximo para que todo saliera como deseaban, y si es que las cosas funcionaban, seguramente su relación ya no solo se limitaría a besos y cuerpo, sino a algo más.
Llegado el día, pues decidieron ir al comienzo del mismo, ambos se prepararon con sus buenas ropas, pero necesitaban algo para pasar desapercibidos sin llamar la atención. Tuvieron una idea apenas llegaron al festival...y la misma fue comprarse alguna máscara que vieron.
La de Xiao era la de un demonio, como no podía resultar de otra manera, y la de Lumine era algo más común y que más de uno llevaba puesto: de kitsune anaranjado.
Ambos caminaban tomados de la mano buscando algo por hacer, no sería apenas tarde, pues éste caía en día sábado, por lo que decidieron que lo mejor era a las seis de la tarde, para comenzar con algo bueno mientras caía la noche teniendo luz de día todavía.
Con las máscaras nadie los iba a reconocer, aunque lo malo es que la misma les limitaba un poco la vista, razón por la cual prefirieron ir tomados de la mano para no perderse uno del otro.
Todo parecía tan divertido, la comida olía exquisita y ni hablar de los dulces, ¿pero por dónde empezar habiendo tanto por hacer? La respuesta, aunque podría ser un poco obvia, no era tan evidente como cualquiera esperaría.
Decidieron empezar con un juego simple, y de hecho el mismo se veía complicado por donde se le viera, pero igual resultaba divertido.
Xiao tuvo que quitarse de forma obligada la máscara, pero no importaba mucho ya que estaría de espaldas y era complicado que alguien le reconociera si es que pasaba por ahí. El juego constaba de pasar unas escaleras tendidas en el aire, y si uno llegaba a caerse, solo caería a algunos colchones inflables, por lo mismo es que resultaba hasta divertido.
Lo que se ganaría de llegar al otro lado, era un peluche a elección, por lo mismo es que valía la pena intentarlo, y así fue, Xiao tuvo tres intentos...y los tres los fracasó más o menos a poco más de la mitad, principalmente porque la fuerza no le alcanzaba para, una vez estando a nada de caer, sujetarse más fuerte.
Lumine, a pesar de que lo animaba, no podía evitar reírse ante cada caída del muchacho, tal vez ella se quedaría sin peluche, pero no importaba, echarse unas risas esa tarde le resultó más agradable.
A modo de compensación por su esfuerzo, ella, aprovechando que todavía no cubría su rostro, se alzó rápido la máscara para darle un beso en la mejilla, uno que lo dejó especialmente sorprendido.
-¿Y eso a qué se debe?
-Puede que no lo hayas logrado, pero al menos lo intentaste. Sé que ese peluche hubiera sido para mí, pero no importa, me fue divertido de igual manera.
-Supongo que al menos podrá haber algo más en lo que pueda resultar victorioso. Pero no lo sé...
Lo siguiente que se les ocurrió fue armar una linterna la que, de ser posible, lanzarían después, pero que hacerla los dos, por igual, les era muy interesante, por no decir que romántico y tierno. (A los que no les gustó el evento del rito de la linterna: -flashbacks de Vietnam-).
La misma tenía un diseño común, pero los detalles que le darían era lo que causaría que fuera única, que al final de cuentas es lo que buscaban que pasara. No quisieron pintarle sus nombres por muy obvias razones, pero al menos Xiao pintó una pequeña frase que fue continuada por Lumine, y eran de esas cosas personales que casi nadie sabía.
"¿Te acuerdas cuando nos conocimos?"
"¿Cómo olvidarlo si fue toda una experiencia?"
"Me enamoré de ti por verte actuar"
"Eso ya no importa; pero yo me enamoré porque eras tú"
"Perdóname por partir tu corazón"
"No lo hagas otra vez y podré perdonarte"
Tras acabarla, la misma sería soltada de forma individual, y es que estaba preparada de una forma que la vela se apagaría, por lo que no se elevaría mucho, una vez alcanzada su altura límite, la misma iría descendiendo poco a poco, pues la flama de la vela se iría apagando y ya no alcanzaría para hacerla volar.
Sin embargo, antes de que la misma volara, Xiao dibujo algo más sin que Lumine se diera cuenta, y los dos, con sus máscaras, pudieron ver la misma ir volando por los aires al haberla soltado al mismo tiempo, y pasados unos dos minutos, la vieron descender; el muchacho no tenía planeado tomarla, eso lo dejaría a la chica, solo esperaba que cayera del lado que deseaba.
Por suerte para él, así fue, y cuando la chica atrapó la linterna en sus manos de forma cuidadosa, se topó frente a frente con el mensaje que había pintado su antiguo enamorado antes de haberla soltado:
"Tengo la mala costumbre de romper mis promesas, pero ya no más, no tratándose de ti, chica luminosa".
Al verlo, él se alzó de hombros, y se podía ver a través de la máscara que él sonreía de forma animada. Ella solo negó con la cabeza, dándole la linterna.
-Veamos si cumples tu palabra o vuelves a romper tus promesas, Xiao. -Dijo ella, a modo de reto, era hora de continuar con el recorrido. -Para serte honesta...no espero ya nada de ti.
-Tienes derecho, y no me quejo que así sea. Sin embargo...yo sí espero mucho de mí esta vez.
Ambos siguieron caminando tomados de las manos en espera de encontrar alguna otra actividad por hacer, y al menos esta vez a la chica le tocaría desafiar algo, y el mismo era, las cartas de la suerte.
El sentido era parecido a un truco de magia, pues se apostaba a una serie de cartas, que las mismas no serían más de cuatro de toda una baraja, y si se sacaba alguna de las mismas, se ganaba un premio, por supuesto.
Dependiendo del número de cartas que fueran acertadas, el premio sería más grande, era un juego que dependía en su totalidad de la suerte.
Ella pidió una reina de tréboles, un as de espadas, un ocho de corazones y el último número se lo dejó a Xiao, y sabiendo que el cumpleaños de la chica caía en un día 6, él escogió el 6 de diamantes.
La chica sacó las primeras cartas...siendo un total fracaso al lograrlo. La primera no era ni siquiera de tréboles, sino de corazones. La segunda fue de espadas, pero terminó siendo un joto; la carta que se esperaba fuera un ocho de corazones, resultó ser un cuatro de diamantes, y teniendo la fe perdida ya prácticamente, Lumine sacó la última carta sin emoción alguna...y curiosamente fue la que acertó.
Era un seis de diamantes, la carta que había elegido Xiao, ella se emocionó, abrazando al muchacho, el que hizo lo mismo. El premio no era la gran cosa, por supuesto, se trataba de un paquete de galletas de barquillo, no era lo que se esperaría, pero tampoco se podía pedir más.
Ambos fueron a comerlas a un lugar un tanto apartado del festival, que estaba en su auge para ser solo su primer día, y en cuanto los dos se quitaron las máscaras, respiraron de forma profunda y tranquilizadora.
-Ese juego apesta...incluso perdí un poco de dinero.
-No tuviste suerte, eso es todo. Aparte, las galletas no están mal, son de las finas, aunque no sean muchas.
-Sí, habrá que disfrutarlas en su máximo esplendor.
Lumine las abrió y comenzó a comerse una, compartiéndole a Xiao. Esa noche era especialmente tranquila y muy alegre, no había fuegos artificiales, pero las estrellas de la noche era el verdadero espectáculo, incluso un poco mejor.
Las mismas eran de barquillo sabor a vainilla, no es que fuera el favorito de alguno de los dos pero reconocían que para ser el sabor de la derrota era bastante delicioso, de ahí que lo disfrutaran.
Estaban bastante juntos, y al notar que solo quedaba un barquillo, llegó el problema.
-Tú los ganaste, puedes quedarte con el último.
-No quiero verme como una glotona...podemos compartirlo.
-¿Mitad y mitad?
-Sí...pero no de la forma tradicional. -Se sonrojó ella.
-¿Qué quieres decir? -Preguntó él de forma inocente.
Ella lo partió a la mitad, comiendo una pequeña mordida a uno de ellos, el que terminó ofreciéndole a Xiao, el que se quedó extrañado, pero no podía hacer otra cosa por insistencia de la chica. Después, la muchacha le colocó la otra mitad en los labios al muchacho, ella empezó a morder el mismo, comiendo hasta llegar a las cercanías de los labios de su amante, el que ya más o menos empezó a tomar conciencia de qué era lo que se venía.
Al terminar la distancia de sus labios, y por ende Lumine haberse comido toda su mitad, Xiao seguía con el último pedazo de la galleta en su boca, por lo que, antes de recibir el beso, lo tragó.
Ahora sí, los dos tuvieron un beso con sabor a barquillo de vainilla, mientras escuchaban el bullicio de toda la gente a unos metros de ellos, abrazándose una vez más en esa zona tan obscura y alejada de ellos, mientras lo que más se hacía presente era el sonido de sus labios al tener un mismo contacto, y quizá algunos automóviles que pasaban a unas calles de ahí.
se separaron de forma rápida, mirándose a los ojos con un sonrojo en sus mejillas, pero volvieron a unirse en un beso ya no como lo que acostumbraban que eran llenos de pasión y deseo, sino fue ahora con ternura y suavidad, colándose por ahí incluso un poco de dulzura, y esos besos eran su maldita debilidad.
¿Por qué lo dice el autor? No es por otra cosa que ese beso, que al parecer era el más inocente que se había dado desde que Lumine le pegó esa bofetada al muchacho, hizo que el fuego extinto de su amor...reviviera.
Los dos se dieron cuenta de inmediato de ello, así que separándose ahora sí por completo, incluso rompiendo el abrazo, ambos miraron para lados contrarios, sin saber qué decir. Se enamoraban de nuevo...¿qué hacer? Se conocían cada rincón del cuerpo, cada forma de tener sexo de una manera más placentera, ¿y les causaba pena verse a los ojos estando de nuevo enamorados? Algo resultaba raro...
-S-se hace tarde... -Mencionó Lumine.
-Tienes razón...van a ser las nueve en unos minutos...es hora de que vayas a casa, ¿no?
-Sí... -Ambos se levantaron, pero no sabían si tomarse de nuevo de la mano o no, se pusieron de nuevo las máscaras, como no podía ser de otra manera, para no perderse, ella lo jalaba de la chaqueta que llevaba puesta, pero ahora le era complicado tomarle la mano.
Él, siendo ahora más decidido que antes (que cuando debió serlo, en realidad), no vaciló y sí que tomó la mano de la chica, y más que crisparla por ello, le transmitió calma y seguridad, de ahí que no solo permitiera ese contacto, sino que incluso lo afianzara.
Conforme fueron llegando a la parada de autobús de la chica, ambos se quitaron la máscara de nuevo, mirándose a los ojos, y es que ambos, por la cercanía que tenían, veían ese fuego que ya conocían en los ojos de los enamorados.
Su rostro les brillaba de verse tan cerca, y sabían lo que pasarían, tontos no eran, así que el beso se lo dieron más que con gusto, y mientras se abrazaban, ese sentimiento fue acrecentándose más y más al pasar de los segundos.
Por una parte querían dejar de besarse y de abrazarse para ya no tener esos sentimientos que les eran tan conocidos, pero a la vez tan dolorosos por sus propias razones, y ya finalmente al separarse de ese beso armonioso y tranquilo, fue que se despidieron.
La chica, en el autobús, seguía cuestionándose qué había pasado, si es que hacía no más de unas horas ella solo sentía aprecio carnal por el muchacho, y ahora por su corazón ese sentimiento de amor por Xiao regresaba, dejándola totalmente confundida.
<<Pensé que...ya no lo amaba...¿qué pasó?>>
Eso se lo guardaría para sí misma, no se lo contaría a nadie...o a casi nadie. Por primera vez decidió ser honesta con Tartaglia, pues tras él haberle dado ya no solo su tiempo y su amor, sino incluso hasta su virginidad y de haberlo engañado creyendo que él también tenía la suya.
Era lo más sensato que podía hacer, pero le daba pavor pensar cómo iba a reaccionar. Solo quedaba una manera de saberlo, siendo lo mejor que afrontara las consecuencias de sus actos, solo que el pensar que podría perder a Tartaglia era lo que la frenaba.
<<Las chicas me lo advirtieron y yo fui necia...si es que él me abandona, me lo tendré bien merecido...él no debería ser víctima de lo que le hago, y aun así lo hice...y no me arrepiento, que es lo peor>>
Trataría de decirlo de una forma suave y que no fuera tan agresiva, sabía que el chico no reaccionaría de forma violenta, y es que eso era peor, pues dejaba más con la incógnita de qué pasaría después.
Estando convencida, ella respiró hondo, decidida a que fuera en un momento ya entrado de la tarde para no arruinarle la misma. Recordó la forma tan linda en que se le declaró...y aun así tuvo el corazón para traicionarlo de la peor de las maneras.
Apenas se vieron, él fue igual de cariñoso y juguetón de siempre, ella recibía esos gestos con un cierto egoísmo, principalmente al saber que no los merecía tras lo que estaba haciendo en secreto.
-Tengo que decirte algo importante... -Fue que le dijo llegado el momento, más que nada cuando los dos estaban abrazados. Él le dio un beso en la frente.
-¿Sobre qué quieres hablar? -Preguntó Tartaglia, sonriendo. -Déjame adivinar, ¿es sobre el aniversario?
-No...es sobre "eso". -La sonrisa de inmediato se borró del rostro del muchacho.
-¿Pasó algo?
-Tartaglia...debo ser honesta contigo...debí decírtelo hace mucho tiempo, pero tenía miedo de perderte y seguramente solo lo empeoré. -Ella comenzó a llorar. -Me he estado viendo en secreto con Xiao...creo que me estoy enamorado otra vez de él.
Él quedó inexpresivo por un momento, no sabiendo ni qué sentir, pues el golpe emocional que eso le supuso le fue complicado, más que doloroso, pero era algo que después de todo cabía en lo probable, mas no lo consideraba posible. Desgraciadamente, sí lo terminó siendo.
-¿Lo sabe Ayaka? ¿O me lo dijiste tú por decisión propia?
-Te prometí que cuando algo no estuviera bien en mi corazón te lo diría... -Siguió llorando ella. -Lo cumplí y a la vez no. Al principio era porque me sentía sola, o porque tú no estabas para mí cuando lo necesitaba, no te culpo, todo es culpa mía, eres muy bueno, demasiado bueno para mí...ya no podía seguir mintiéndote.
-Señorita...te agradezco que me dijeras la verdad...reconozco que me hubiera gustado más cuando empezó, pero eso no tiene relevancia ahora. ¿Qué es lo que quieres? Lo cumpliré sin poner peros, Lumine, solo por tratarse de ti, porque eres la chica que más he amado en mi vida.
-Lo sé, y no lo merezco. Siempre te diré que mereces algo mejor que yo pero también te quiero para mí, porque a pesar de lo de Xiao yo te amo, Tartaglia...solo que él tiene un algo que me impide sacármelo del corazón por completo.
-Hum, tus palabras me reconfortan, pero también tengo la culpa yo. No te he podido enamorar a tal punto que olvides por completo a Xiao...supongo que por eso sigues enamorada de él.
-Tch...sea como sea, no te merezco. Soy tan mala contigo.
-Señorita...algo que yo aprendí cuando me dijiste mis verdades fue "si lo malo que dicen de ti es verdad, corrígete; si es mentira, ríete". Tú dices que eres mala conmigo, ¿qué piensas hacer? ¿Corregirte o reírte de ello?
-No puedo prometerte que me corregiré.
Él simplemente la miró con ojos de preocupación, en realidad ambos debían pensar varias cosas, pero por lo menos Lumine ya se había quitado la carga de engañar a Tartaglia. Ahora que él sabía la verdad, faltaba Ayaka, y apenas le dijo a Xiao, él estuvo de acuerdo de la misma manera...pero no sabía cómo iba a reaccionar.
Tenía la pequeña noción de que, quizás, ella le perdonaría eso, aun si le contaba todos los detalles que eso implicaba, pero, también la misma chica le dijo que si le estorbaba, ella se iría por su cuenta, y el que lo malinterpretara era lo que le daba miedo.
Más que nada, y antes de efectuar algún movimiento con sus respectivas parejas, ambos debían aclarar de una vez por todas qué es lo que querían del otro, en pocas palabras, ¿qué buscaban? Ya se habían dado besos, llegado incluso hasta el sexo, citas románticas como las de antaño ya tenían en su historial de amantes, ¿qué más necesitaban para estarse en paz?
Era lo más obvio. No ser ya amantes....sino más bien novios.
El pequeño impedimento que tenían...es que ya eran novios de alguien, lo que complicaba la situación por muchas razones. De ahí que no supieran muy bien que hacer.
-¿También te diste cuenta de lo mismo? ¿De que nos enamoramos de nuevo?
-Te diría "habla por ti". -Corrigió Lumine. -Pero es la verdad...me enamoré de ti otra vez.
-Supongo que era algo que tenía que pasar. Muchas veces los amantes terminan enamorándose, no pensé que sería nuestra situación a pesar de la historia que tenemos entre manos.
-En vista a todo lo que hemos vivido...para mí sí podía ser obvio. -Rió ella, con dolor.
Necesitaban arreglar ese asunto a la voz de ya.
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El Team Xiao: no...no me des esperanza :'v
El Team Tartaglia: ese compa ya está muerto.... nomás no le han avisado >:v
Les dije que a los Team Xiao les gustaría el capítulo, al menos a mí se me hizo bonito, el próximo estará complicado y complejo, pero seguramente también les gustará. respecto al Team Tartaglia y Team Ayaka...prefiero no comentar 😶
Hasta el viernes, espero les haya gustado, nos vemos :3
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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