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3.14 Una semana para el amor prohibido, parte 1.

Con lo ocurrido en días anteriores, y tras finalmente animarse a hablar con él, Lumine citó a Xiao en la cafetería donde trabaja su hermano, lo que significaba que irían a un lugar donde sus compañeros solían ir mucho, dejando en claro que no necesariamente quería ocultarse.

No le molestaba ser vista, lo que le molestaría era ser escuchada, por eso mismo fue a la mesa que menos tuviera gente contigua. Suerte suya que a ellos dos los atendía Noelle, pues Aether se encontraba ocupado en ese momento, pero solo para molestar, le alzó el pulgar a su hermana además de guiñarle un ojo.

Ambos bebían cosas bien conocidas: malteada de almendras y de fresa, como no podía ser novedad entre ellos. Sus gustos no habían cambiado desde hacía casi un año de tener su primera cita.

-Y bien, ¿qué es lo que quieres hablar? Soy todo oídos. –Dijo Xiao, en voz baja como ella lo pidió.

-Supongo que igual que yo te estás enloqueciendo por lo que ha pasado entre nosotros. Digo, malamente para mí no he podido superarte ni por todo lo que me hiciste pasar, y ciertamente me has demostrado que tú tampoco.

-Sí, te tengo en mucha estima, Lumine...sé que no merezco nada de ti, ni siquiera tu odio por lo que te hice. En fin, pedir disculpas no sirve de nada, pero también esta situación me está hartando.

-Estuve hablando con Fischl respecto a lo nuestro y me dijo que...debo decidir qué es lo que quiero de ti. Si quiero que seamos novios, que solo nos demos compañía o...o algo más.

El muchacho se sonrojó, prefirió beber de su malteada para disimular un poco. Él, al ya ser activo, estaba seguro de qué era lo que a Lumine se refería, pues ya no era tan inocente como en aquellas ocasiones donde no tenía ni idea de qué era hacer el amor.

-¿Y qué es lo que quieres tú? –Preguntó él.

-Je...lo gracioso es que no lo sé.

Ambos se quedaron pensando, especialmente Xiao, que solo se recargó en su silla, meditando detenidamente qué harían. Ciertamente ya había tenido la idea rondando por la mente, pero no se atrevía a decirla por dos cosas: su conciencia era un peso que se lo impedía y, seguidamente, no estaba seguro de si Lumine aceptaría tal cosa que no era precisamente mala...pero tampoco buena.

-Tres opciones es lo que tenemos, ¿no es así? Hum...tengo una cuarta opción, pero no sé si te agrade, es lo mejor para los dos y quizá eso termine nuestra curiosidad de una vez por todas de qué hubiera pasado si nosotros llegábamos a ser novios. Sigh...es difícil para mí decirlo, no sé qué pienses tú pero, la idea que tengo es que lo seamos por solo una semana.

Lumine lo examinó de forma adecuada, Fischl le había dicho que cosas de ese tipo podrían llevar a nada bueno, por lo que prefería meditarlo. O mejor aún, resolver sus dudas al respecto.

-¿Qué es lo que haríamos?

-¿Qué hacen los novios, Lumine? –Rió él. –Tener citas, pasear por ahí, darnos besos, abrazarnos, quizá ver una película en mi casa, ¡solo a ver películas, claro! –Añadió, nervioso. –¿No es buena idea?

-Fíjate que en realidad no lo niego...¿aunque no te parece algo arriesgado? Digo, si alguien nos ve y se corre el rumor de...

-No soy estúpido, había pensado en eso. Y lo tengo más o menos arreglado; sabes que hay zonas muy típicas para tener citas, ¿no es así? Simplemente no pasar por ahí, no pasear en lugares donde es lo clásico, y si vamos al cine, que sea llegar uno primero y luego otro, además de sentarnos en última fila.

-Sí, bien dicho, ya lo tenías pensado.

Ella no podía evitar pensar en Tartaglia, en lo incorrecto que era aceptar...pero tampoco podía evitar sentirse entusiasmada de la aventura, del éxtasis de lo prohibido. Ahora, de una vez por todas, había entendido por qué a Xiao y a Ayaka les gustaba ser tan rebeldes y romper las reglas...esa emoción era agradable.

Y aparte, ¿era solo una semana? ¿Qué podía pasar en una semana? Claro, la condición era detenerse una vez caducara la fecha, pero siéndose honestos, en esos momentos dudaban que lo fueran a cumplir.

Quedaba ver si todo salía mal o terriblemente mal.

-Sigh...aceptó. Empecemos mañana, ¿te parece adecuado?

-Bien, me alegra. –Sonrió él, bebiendo más de su malteada.

Dicho y hecho, la semana próxima sería de aventura para ella, claro que sería secreto para los dos, puesto que lo peor que podían hacer era decirle a alguien, ya fuera Fischl, Ganyu o Keqing, y ni hablar de los engañados, que en este caso eran Tartaglia y Ayaka.

Resultaba curioso, pero desde el primer día, e incluso antes de empezar, ambos se pusieron de melosos con sus respectivas parejas, como para compensar lo que estaban a punto de hacer. En la noche tenían pensando ir caminando a la casa de Xiao tomados de la mano bajo una misma bufanda aunque no hiciera frío, pero es que eso resultaba lindo.

Para compensar el tiempo, ella se iría en bicicleta de regreso a su casa, la misma que había dejado en el edificio donde vivía el muchacho. De hecho, y para disimular un poco, ambos habían inventado un pretexto para salir temprano, por cosa de 20 minutos, o al menos Xiao se había dado su escapada de la escuela.

Nadie se dio cuenta de que faltaban estando a nada de acabar, y justamente en la hora de la salida, ambos le mandaron mensaje a sus parejas disculpándose por irse antes, pues tenían "un asunto en casa que los necesitaba lo más pronto posible".

Más de una persona se les quedó viendo con ternura, daban tanto requiebro, era el amor de adolescencia en una imagen: inocente, inexperto, torpe, lindo y lleno de sueños. Eso era lo que aparentaban, pero no había mucho de eso en su relación.

Platicaban de las siguientes citas a tener, y es que se parecían a sus yo de hacía un año, Xiao prendió un cigarro y Lumine de inmediato lo regañó, haciéndole caso omiso en más de una ocasión. Algunos transeúntes se reían por su discusión de pareja, que era tan tierna como su amor.

Él, un poco enfadado por los reclamos, simplemente le soltó el humo en la cara, haciéndola toser, sacándole una carcajada. No obstante, ella lo regañó con más viveza, pero él calló sus labios con un beso, el que no respondió pero sí la sorprendió.

¿Así que esa sería la manera en que ellos dos se llevarían si eran novios? No había palabras por decir, pues poco o nada se podía pensar en ese momento. Al recobrar la conciencia, Lumine aventó al chico.

-¡Apestas a cigarro, Xiao!

-Hum, aun así te gustó que te besara.

-Tch. Eres imposible, solo no lo hagas otra vez, no quiero que me digan nada en mi casa, y tira ese maldito cigarro de una vez.

-Está bien. –Él torció los ojos, dándole una profunda fumada a su tabaco para luego tirarlo en un bote de basura que se encontraba por donde pasaban, expulsando el humo hacía arriba.

-¿Era muy difícil? –Lo que pasó es que él sacó un poco de humo que quedaba otra vez en la cara de Lumine, la que se volvió a enojar, pero él se carcajeó otra vez. -¡Idiota! Ahora me arrepiento de aceptar.

-Ok, ok, me mediré, solo para que no me odies más de lo que ya lo haces. –Él la abrazó, besándole la mejilla a modo de disculpa.

Una vez llegaron a la casa del muchacho, ambos fueron a la parte trasera del edificio, los dos se quitaron la bufanda, la que era de Xiao, pero decidió dejársela a Lumine para que regresara a casa con ella, y teniendo la bicicleta, ambos sabían qué faltaba para terminar esa noche.

En realidad ella solo quería algo simple y sencillo, pero apenas se vio envuelta por los brazos de su contrario, supo que la cosa se pondría al rojo vivo. Y sí, justamente así fue.

Los dos se abrazaron como más les gustaba, uniendo sus labios de forma brusca y con poca sensibilidad, comenzando a besarse con desesperación y deseo. Terminaron arrinconados en la pared, y ahí el muchacho hizo de las suyas al dejar a la chica contra la misma, no abrazándola, sino colocando sus manos en la misma. Lumine, que sí tenía sus manos en la espalda del chico, las pasaba por la misma, sintiendo así fuera a través de la ropa que la misma estaba fornida.

Tenían la misma posición que tendrían si estuvieran haciendo el amor, pero aquí el detalle que cambiaba todo es que se encontraban de pie, no acostados, por lo mismo es que se excitaban un poco de solo pensarlo, pues cayeron en cuenta de eso.

-N-no... -Dijo ella, pero siguió siendo besada por su contrario. –Basta, Xiao, se me hará tarde.

-Sé que también quieres que esto no acabe.

-Odio decir que tienes razón pero...debo irme, Tartaglia se preocupará si no llegó temprano, al igual que mi madre.

-Entiendo, yo ya estoy aquí. Si mi padre pasa de casualidad por aquí y nos ve, no dudo que le dé un ataque.

-Nos vemos... -Ella le dio un último besó que duró sus buenos 10 segundos, incluso hasta contados, para separarse de él y tomar su bicicleta, dándole la espalda.

–Nos vemos mañana.

­­­­­­­­Lumine volteó, observando que él estaba casi por entrar. -¡Espera! –Xiao volteo a verla. –Te am...te deseo buenas noches.

-Gracias. –Sonrió él. –Descansa.

Mientras iba de camino a su casa, ella se preguntó por qué estuvo a nada de decirle que lo amaba sino era verdad, ¿o podía que sí? Ella estaba tan inmersa en esa idea que no se percató, por lo que un auto la atropelló y la mato (bueno, no :v) que un auto casi la atropellaba, pero el escuchar el claxon del mismo la hizo regresar a su realidad.

Analizándolo todo, no le gustó del todo el paseo en pareja que tuvieron, pero de los besos, ni hablar, ese fue el momento favorito de su día, y lo siguió pensando en la noche. Le había excitado el saber que, de estar acostados en una cama, seguramente ese beso hubiera escalado hasta un escenario donde no tuvieran nada de ropa.

-¿Aceptaría hacer el amor con Xiao? –Se preguntó, tumbada en su cama. –Me odio...no sé si aceptaría cuando debería decir que no. Con Tartaglia no dudo en darle el no...o a veces lo dudo, pero un poco, y con él no tengo nada claro. –Viendo una fotografía de él, solo suspiró, resignada para decirle a esa imagen. –Eres un maldito rompecabezas.

Por su parte, al menos al chico le había agradado la cita, pues claro, se había divertido en la misma, no podía esperar lo siguiente que harían. Sabía que tal cosa nunca pasaría con Ayaka, pues ella no se molestaba si le echaba el humo del cigarro en la cara...ella le regresaba el gesto, además de mandarle un beso con la mano.

También para él, el beso fue lo más importante, y es que los pensamientos de los dos amantes parecían estar entrelazados, haciéndose las mismas preguntas, y teniendo las mismas respuestas, graciosamente. Se ha dicho antes que los dos parecían estar conectados, y da la impresión que era verdad con cosas como esa.

Para el día siguiente, muy desde temprano los dos se decidieron por ver una película en la casa de la chica, la que estaba desocupada en su totalidad, y aparte podían cerrar las cortinas para que fuera mejor.

Se encontraban acostados en el sofá, ella lo abrazaba, era la primera vez de ambos en hacer algo así, por lo que el momento fue especial, más que nada para Xiao. Al terminar la misma, comieron juntos, y al momento de pasarse la jarra de agua o la de la salsa de soya, empezaban los problemas de nuevo.

-¿Me pasas la ensalada de huevo? –Preguntó Lumine, el chico tomó un tenedor que sobraba y fue lo que le pasó. –Vamos, te dije la ensalada. –Él volvió a hacer de las suyas al darle una mandarina, ella le pellizcó la mano, haciéndolo quejarse, pero finalmente obtuvo su ensalada de huevo.

Antes de recoger los platos, ambos supieron que lo ideal era lavarse los dientes porque ya veía seguro que habría sesión de besos antes de partir a la escuela. Y la forma en que sería fue simple y llanamente envidiable.

Él primero lavó lo que usó mientras ella preparaba sus cosas para irse, y al finalmente Lumine ponerse en el lavadero de los platos, Xiao se la pensó unos segundos, y al final se decidió colocar detrás de la chica, tomándola por la espalda, poniendo sus manos en su cintura, besándole tímidamente el cuello.

Ella abrió los ojos, sorprendida, pues notó una pequeña erección en su contrario, por lo que solo le llenó la cara con algunas gotas de agua, resistiéndose, pero posteriormente lo aceptó.

Los gemidos de la chica se hacían poco notorios pero audibles para ambos, Lumine apretaba los ojos mientras Xiao seguía besándole el cuello, acariciándole la cadera y los muslos superiores.

-No seas tímido, tócame más. –Susurró ella, tomando una mano de su compañero para llevarla a uno de sus senos, el qué comenzó a acariciar de forma cuidadosa.

Teniendo luz verde, el muchacho llevó su otra mano a la falda de la chica, subiendo la misma hasta llegar a su entrepierna, comenzando a acariciar la misma, notando que estaba húmeda.

-Lumine, te calientas más rápido que una plancha. –Se burló, besándole la mejilla.

-Cá-cállate. –Tras unos segundos, y de forma inconsciente, la chica comenzó a agacharse un poco, con las piernas temblorosas, respirando agitadamente y pegando su trasero a la entrepierna de su contrario.

De hecho, él sintió que, conforme más acariciaba, e incluso metía un poco su dedo por encima de las bragas de la chica, ella se tambaleaba en más de un sentido, el corazón apenas soportaba esos movimientos.

-¿D-de dónde sacaste la práctica para hacer esto? No te voy a creer si me dices que es primera vez que haces esto.

-No tengo la obligación de decírtelo. Solo te diré que no pensé que llegaríamos a esto.

Los dos aterrizaron en el sofá de la sala, se habían quitado el suéter y Lumine ya tenía desabotonados tres broches de su camisola, por lo que podía verse su brasier. Sus besos eran más intensos que ayer, se tocaban sin pudor y sin censura, y no podían negar que estaban deseos el uno del otro.

Sonó la alarma del reloj, indicando que no faltaba mucho para la hora en que debían partir, por lo que Lumine se puso blanca de su rostro, indicándole a Xiao que se apartara.

-Dios...¿qué estábamos por hacer? –Reaccionó ella.

Él solo se llevó las manos a la cara. –Tienes razón, esto va mal. No tenemos condones, tenemos que ir a la escuela, y tenemos pareja. No sé si podemos hacer algo peor.

-Lo peor sería hacer lo que estábamos por hacer. Mejor vámonos ya...no hay nada más que hacer aquí, Xiao.

-Perdóname, fue mi culpa.

-Es de ambos. –Ella se desesperó. -¡Maldita sea, ambos queremos hacerlo, pero no, no, no, tenemos que ser fuertes y evitar que eso pase! Si pasa...¿qué sucederá después?

-Quizá sea como con los besos...no podríamos parar.

-Olvidemos lo del noviazgo, ¿sí? Eso solo nos terminará de hacer caer.

-No me siento de acuerdo con ello. Terminemos lo que empezamos, pero ahora no hay que quedar en casa de ninguno, por simple seguridad.

-Xiao, los hoteles existen... ¡no, no podría entrar yo a uno solo para eso! –Exclamó ella, llevándose las manos a los ojos. –Está bien, acepto. Acabemos con esta porquería de farsa que tenemos, pero me estoy sintiendo mal conmigo misma.

-Si hacemos esto con poco gusto, terminaremos sin ganas de repetirlo, y lo mismo sería con los besos, si te das cuenta.

-Buen punto...

Para el día siguiente, decidieron ir a un parque de diversiones lejos de todo punto de referencia, era entre semana, así que claro que no podrían ser atrapados, aparte irían antes de la escuela como se había dicho.

La montaña rusa fue lo más especial, Lumine no se había subido a una nunca, así que tomó fuerte la mano de Xiao para que él riera. Ya tenía su experiencia, de la mano de Ayaka, por supuesto. Recordar eso, le dejó un mal sabor de boca cuando estaba por arrancar, pero no le dio tiempo de reaccionar al empezar el recorrido.

Sus gritos eran de los pocos en escucharse, y para acabarla de joder, estaban casi hasta adelante por petición de la chica, que pensó tener el valor del cual en el instante en que iban a toda velocidad, se esfumó por completo de su cuerpo.

La fotografía que tomó no pudo ser mejor, Xiao sonreía de forma divertida mientras que Lumine tenía una expresión de espanto en su rostro, no tomada, si no aferrada al brazo de su acompañante, y al tenerla en las manos, les dieron una copia, ¿quién se la quedaría?

-Consérvala tú. –Pidió Xiao, sonriendo. Deseaba tenerla, pero no, prefería que el recuerdo lo tuviera ella.

-Prefiero que te la quedes tú...Tartaglia puede un día ir a mi casa y descubrirla.

-Puedes decirle que fue antes que fueran novios, no dudo que eso lo tranquilizará.

-Tch...está bien, me la quedo yo, pero te daré una copia en cuanto pueda, ¿de acuerdo?

-Por supuesto. –Se sonrieron, tomados de la mano para ir a comer un helado mientras pensaban en el siguiente juego al cual subirse. Xiao, siendo más romántico cuando pensaba con su cerebro, decidió ir al típico túnel del amor.

-Vamos, eso es tan ñoño. –Rió la chica, pero sí que quería tener la experiencia.

Tras una pequeña discusión que en el fondo no lo era, dieron paso a esa experiencia que, al verlos, la chica encargada del mismo solo pudo sonreír al verlos tan inocentes, tan dispares, pues el cabello negro del chico poco tenía que ver con el cabello dorado de la chica. Era, pues, el día y la noche hechos un crisol.

Se tomaron de la mano, y el muchacho de inmediato puso su cabeza en el hombro de su contraria, sonriéndole.

-Sé lo que haremos...pero que sea tierno, por favor.

-Xiao... -No se esperó una petición, cualquiera pensaría que en todo caso ella sería quien hiciera la petitoria.

Apenas fueron cubiertos por las sombras, Lumine hizo que sus labios se rosaran, comenzando un beso que reprimían para que fuera delicado, suave y sin atisbo de esa pasión salvaje que caracterizaba las beses que solían besarse.

Se abrazaron, cerrando los ojos, no tenían ni mínima noción del tiempo, pues todo transcurría tan lento para ellos, sintiendo como es que una energía se les transmitía, y no era lo que deseaban o esperaban, ya que era diferente a lo que les pasaba cuando se besaban con salvajismo. Vaya, pues es que los besos como el que se daban en ese momento no transmitían deseo, sino el amor que sale del corazón.

Ambos sintieron que el bote se golpeó contra algo, y luego una pequeña risa se escuchó.

-El recorrido terminó, tortolitos. Al menos no son como el resto de las parejas, en este puesto de trabajo he visto cada cosa, pero ustedes fueron diferentes...más que darme asco, me dieron ternura. –Rió la encargada de bajar a los enamorados una vez acabado el recorrido, y apenas se dieron cuenta que todo acabó, se separaron, sonrojados.

Se besaron todo el recorrido, de principio a fin, de esa manera tan tierna y especial, que inspiraba ternura a cualquiera. Al haberles ganado la pena, prefirieron simplemente caminar tomados de su dedo meñique, de forma muy tímida como se esperaría tras un suceso así.

Lo último que harían sería ir en bote, puesto que Xiao había tenido que aprender cuando Ayaka quería hacer algo parecido ya fuera en los parques de diversiones o en el lago cercano a la ciudad, de ahí que se le ocurriera esa idea.

A la chica, que poca o nula experiencia tenía, le daba pendiente caer al agua, ya que eso estaría bastante jodido tomando en cuenta que llevaba puesto el uniforme de la escuela. Sin embargo, todo estaba cuidado a la perfección.

Teniendo esa idea en mente, Xiao llevaba un paraguas plegable en su mochila, más que nada para taparse del sol, sabiendo que no llovería ese día, y vaya que les sirvió, pues llegando a la mitad del estanque artificial, ambos colocaron los remos sobre la lancha y comenzaron a besarse de la misma forma lenta en que lo habían hecho la última vez, ya que les comenzaba a agradar más que los besos rudos, los que de cualquier manera no olvidaban ni por equivocación.

Era un lugar privado dentro del lugar público, debido a que era el único bote en todo el estanque, se ha dicho antes, en realidad no es que hubiera mucha gente en todo el parque, por eso es que se disfrutaba más.

Escucharon el silbato indicando que les quedaba poco para que su tiempo se acabara; les pasaba de nuevo, ¿a qué hora habían pasado 15 minutos? Todo ese tiempo que se besaron se les hizo tan corto y que juraban apenas iban empezando, y de seguir así, se les iría la vida besándose.

Estaban empezando a tomarle gusto a lo que se suponía debía serles odioso...pero claro que se lo iban a tener callado aunque acordaron decirlo si es que empezaba a ser lo contrario a lo esperado. Una vez más Xiao rompía sus promesas...

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Los team Xiao: cágala cabrón, y te mato.

Los team Tartaglia: ya me hartó...ESTE HIJO DE LA CHINGADA -se madrea al autor mientras suena música de banda-

Uff, pues con esto decía cuando que la cosa se iba a poner intensa...y para el viernes se pondrá mucho peor 

En fin, algo me dice que un cuarto de la audiencia está en paz conmigo y las otras tres cuartas partes me quieren matar, pero bueno, sigan leyendo que esto todavía no acabará pronto 7u7

El arco de Lumine será el más largo, sin duda, pues había que darle una enorme repasada a los sucesos que ocurrieron en el arco de Xiao pero que no se profundizó en los mismos. En fin, no hagan muchas teorías ya que he visto que casi todas se caen ya que soy...impredecible :v

Nos vemos el viernes, espero el capítulo no les haya dado mucho coraje, todavía falta más así que váyanse preparando xd

Siempre tuyo:

-Arturo.

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