3.0 Lumine, la mujer bonita.
La vida humana está hecha de errores y azares, y ya fuera por error o por azar, los dos encontraron sus ojos a pesar de lo que temían que sucediera tras hacerlo.
Esa mirada se transformó en un recuerdo vivo de la vez que conoció a Lumine, de la ocasión en que le dijo la verdad respecto a que ya tenía pareja, prefiriéndolo ocultarlo.
Sintió la necesidad de disculparse, y lo más indicado era un beso en la mano o en la frente, encontrando razonable que fuera en la frente ya que le aterraba la idea de tomar su mano, que de por sí Xiao dudaba demasiado en realizar un gesto de disculpa así.
-Y-yo...quisiera pedirte perdón por romperte el corazón, la verdad es que me arrepiento demasiado de lo que hice, Lumine. Sigh, quisiera hacer algo para remediarlo, así que cierra los ojos, por favor...
Ella hizo lo pedido, cerró sus ojos, demostrando sorpresa y ansiedad de lo que pasaría, y cuando sintió que aquel miserable en el amor se le acercaba, ella lo tomó de las mejillas sin abrir los ojos, dándole un beso en los labios.
El lector debe darse a la tarea de recordar qué sintió Xiao cuando Ayaka le dio su primer beso, el que fue mágico y lo lleno de una calidez que nunca antes sintió.
Podemos clasificar esa calidez ahora como un fuego tan caliente que arrasaría con el mundo, una bondad solo comparada cuando se está junto a Dios, y esa magia, no lo era como tal, sino más bien un realismo propio del amor de verdad.
Él, en un primer momento no se lo esperaba, no luchando por separase, sino que, y a sabiendas de que estaba besando a la chica que amaba de verdad, la abrazó de la forma en que le fue posible, bienaventurándose en ese acto palpable, concreto, verdadero, y que de cualquier forma le pareció que lo hizo saltar por los aires.
Ya no cabía duda alguna: Xiao y Lumine se seguían amando de verdad.
Él, en un primer momento no se lo esperaba, no luchando por separase, sino que, y a sabiendas de que estaba besando a la chica que amaba de verdad, la abrazó de la forma en que le fue posible, bienaventurándose en ese acto palpable, concreto, verdadero, y que de cualquier forma le pareció que lo hizo saltar por los aires.
Ya no cabía duda alguna: Xiao y Lumine se seguían amando de verdad.
Sin embargo, un recuerdo muy preciso llegó a la mente de Lumine, uno que le dolía en el pecho de forma intensa, por esa misma razón, no solo es que se separó de aquel beso, sino que incluso le pegó una fuerte bofetada a Xiao, algo que a él lo dejó completamente sorprendido.
-¡N-no!... ¡¿cómo te atreves a hacerme esto después de todo lo que me hiciste pasar?! ¡Y-yo ya no te amo, Xiao!... –Ella, incrédula de sus propias palabras, comenzó a golpearse el pecho. -¡Estúpido corazón, no latas así, no quiero que lo hagas!
La muchacha, desesperada, comenzó a llorar, dejando sorprendido a mal a Xiao, quien simplemente se limitaba a ver con cuestionamiento eso que pasaba frente a sus ojos.
-Lu-Lumine, ¿Qué te pasa?
-¡Cállate! ¡Me rompiste el corazón, me usaste, me hiciste creer que me amabas pero solo me veías como un entretenimiento!
-¡Yo jamás te usaría así, Lumine, me gust...! –Sin dejarlo terminar, Lumine le pegó otra bofetada.
-¡No te atrevas a decirlo! Me evitabas, me mentiste cuando te pregunté si estabas enamorado de Ayaka, me pusiste como un plato de segunda mesa, la chica que solo usas para pasar el rato, ¿cuál era tu verdadera intensión? ¿Celar a Ayaka? ¿Presionarla? ¡No me vengas con esos cuentos, Xiao!
Fischl, escuchando el escándalo, llegó corriendo para detenerlos a ambos, abrazando a Lumine al verla llorar, ella se refugió en el hombro de su amiga, la que lanzó una mirada asesina a Xiao.
-Te dije que si ella no quería hablarte más, ¡no insistieras! –Farfulló la muchacha, enojada.
-Solo quiero saber qué pasó...¿por qué dices eso de mí, Lumine? Yo no estaba seguro de que estuvieras enamorada de mí...
Ella, limpiándose los ojos y separándose del abrazo de Fischl, lo miró directamente, apretando los puños, enojada.
-Lo que pasó fue esto...
El autor se tomará la molestia de explicar por la propia Lumine lo que ocurrió en el pasado para que el presente relación entre ella y Xiao esté tan jodida. La historia, ciertamente, es larga y merece calma para ser contada.
Ella, recién ingresando a la preparatoria, se sentía muy emocionada, especialmente por el club de teatro, ya que Lumine, desde secundaria, había destacado en las obras escolares, y el practicar para ser actriz dramaturga le resultaba especialmente agradable.
Se probaba el uniforme, mirándose con mucha atención, pues el mismo se le veía hermoso, y resaltaba lo de por sí ya linda que era ella. A pesar de eso, no tenía novio, no por el hecho de que no tuviera pretendientes, simplemente el amor le era igual, prefería estar más atenta a sus actuaciones, sus guiones, eso le importaba más.
<<Anda, pero que linda me veo...así que esto es ser mujer>> Mencionó ella, mirándose en el espejo de la habitación de sus padres, pues ella no tenía uno propio.
Habían pasado meses de que no se veía tan a detalle en un espejo, sus facciones se habían vuelto más finas, más hermosas, eso añadido a su natural encanto por ser rubia y con sus ojos azules, además de blanca piel.
Nunca antes se había sentido tan hermosa como hasta aquel día, por lo que, una vez terminó de peinarse, tomó su mochila, alegre, caminando a su primer día de preparatoria.
Era el centro de atención, era de las chicas más bellas de la escuela, por eso mismo resaltaba tanto. Más de un condiscípulo miraba para atrás al pasar ella, solamente deseando ver su rostro una vez más. Lumine se daba cuenta de esto, lo que le gustaba.
Sin embargo, un chico que emanaba un aura de desesperanza y tristeza, aparte de que su sola mirada daba temor a quien la mirara, no volteó a verla, es más, ni la miró. Su mirada quedó centrada en el suelo.
Este chico, que el lector ya intuirá quien es, destacaba muchísimo también, muchos se le quedaban viendo, asombrados, pero por las razones contrarias por las cuales miraban a Lumine.
Era, en una palabra, la luz y la obscuridad, dos polos opuestos que nunca se les ven juntos ni por equivocación.
La muchacha miró que una chica muy alegre y linda se le acercaba para abrazarlo, algo que le hizo cuestionarse seriamente, ¿por qué? Lo que parecía ser un intento de sonrisa se esbozó en los labios de ese muchacho al verla.
Justamente le tocó sentarse al lado de esa chica, quien seguía alegre y contenta. En contraposición, el chico se veía enojado y deprimido.
-¿Cuál es tu nombre? –Preguntó.
-Ganyu, ¿y el tuyo?
-Lumine. –Sonrió ella. -¿Conoces a ese chico? Se ve muy...triste.
-Es mi primo. Quizá lo veas así porque no lo conoces, pero él en realidad es muy amable...algo torpe, pero tiene un corazón de oro.
-Me da curiosidad saber por qué lo dices...
Justamente cuando salía, Lumine fue testigo de que aquel chico depresivo y melancólico se peleaba a golpes con dos tipos más grandes de que él, corriendo hacía ese muchacho para separarlo, pensando que podrían lastimarlo.
Grande fue su sorpresa cuando derribó a uno de los gorilas de un solo golpe bien dado.
-¡Xiao, por amor a los dioses! –Gritó Ganyu, corriendo para ir a separar a los dos jóvenes, pero la verdad es que un golpe podía caerle.
-¡Ganyu, mejor no te metas, no quiero que salgas lastimada! –Exclamó ese misterioso chico, que era empujado contra un coche, recibiendo un buen golpe en la mejilla. -¡Maldito!
Lumine, de la forma más apresurada que pudo, llegó corriendo para tomarlo a él del uniforme, separándolo.
-¡Tranquilo, la violencia no es la respuesta! –Exclamó ella, asustada, el chico le empujó las manos, haciendo que la soltara, le sorprendió la enorme fuerza que tenía.
-¡¿Crees que pidiéndoles por favor a esos idiotas iban a dejar en paz a ese chico?!
-¡¿A quién le llamas idiota, idiota?!
-¡A ti, maldito puerco! –Él intentó irse a la brava nuevamente, pero Lumine lo detuvo, tomándolo de sus puntos débiles, el pecho, para que no fuera a seguir peleando.
-¡Relájate, pareces un animal!
-¡Y-yo no soy ningún animal! ¡No me digas de esa manera! –Daba la impresión de que aquella simple palabra había afectado profundamente al muchacho, pues en su mirada se notaba como si le hubiera golpeado de forma psicológica mucho más fuerte que los golpes recibidos apenas segundos atrás.
-¡Sino te calmas no dejarás de parecerlo, relájate de una vez!
Él se llevó las manos a los ojos, Lumine lo tomó de los brazos para destaparle el rostro. Sin esperarse, él levantó un puño, pareciendo que la iba a golpear, ella se asustó mucho, cubriéndose con ambas manos para intentar tomar su antebrazo e impedir el golpe.
Ganyu llegó y le agarró el brazo, se notaba muy enojada con el que decía era su primo.
-¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima, Xiao!
-¡N-no, yo no quise hacerlo, yo pensé que era alguien más!
-¡Vámonos, tú ya no tienes nada que hacer aquí! –Ganyu se llevó del brazo a su primo, caminando apresuradamente. -¡Discúlpalo, Lumine, él no piensa la mayoría del tiempo!
Mientras miraba como es que los primos se iban caminando a la vez que Ganyu lo regañaba de una manera muy fuerte, ella se quedó parada sin saber qué hacer.
-Xiao...es un lindo nombre.
-¡Lumine! –Farfulló Fischl, sorprendida, abrazándola por la espalda. -¡Ese salvaje casi te golpea, ¿qué rayos tendría en la cabeza, tú no tenías nada que ver?!
-Siento que algo anda mal con él...algo le pasa, pero no sé qué sea.
-¡Da lo mismo, Lumine! Intentó golpearte, no deberías acercártele, quizá a la próxima Ganyu no esté cerca para detenerlo.
Esa misma noche, la chica se fue a dormir pensando en que habría sido de ese chico, Xiao. La realidad es que el nombre le resultaba curioso. Verlo así, a nada de golpearla, la asustó, no viendo a un humano, sino a un demonio lleno de ira. ¿Qué habría sucedido para que estuviera tan enojado con esos dos tipos?
Daba la impresión de que lo agredieron primero y él se defendía de manera desesperada, le daba curiosidad saber qué pasaba.
Al día siguiente, la primera persona que encontró fue a Ganyu, quien rápidamente se le acercó, tomándola de uno de sus hombros.
-¿Te lastimó? Espero puedas perdonarlo, es que Xiao...ha tenido una vida muy difícil, le molesta mucho que los más fuertes se aprovechen de los débiles, y ayer esos dos gigantes acosaban a un chico, por eso mismo...
-Entiendo a lo que vas. –Interrumpió ella. –Si de verdad está arrepentido, lo demostrará. Me pregunté por qué estaba tan enojado, y parece que eso sí que le molestó, de todos modos me parece incorrecto lo que hizo.
-Es un poco torpe, como te dije ayer. A veces no entiende, por más que trates de explicarle. Tenle paciencia, de verdad es alguien que ha sufrido demasiado, de forma inmerecida, eso no es excusa para lo que quiso hacerte, solo tenlo en cuenta, por favor.
Ella se quedó pensando en qué sentido decía Ganyu eso de que Xiao había sufrido demasiado. No se lo terminaba de explicar, aunque de cualquier manera sabía que era mejor no preguntar, daba la impresión de ser algo muy personal.
Como la audiencia ya sabrá, los altercados entre los dos se dieron de manera seguida durante los días siguientes, y justamente, en un día de aquellos, y queriendo descubrir porque aquel chico que era violento, justamente, lo era.
Teniendo que llevarle su paraguas a Aether, su hermano, ella se topó con Xiao, primeramente mirándolo en la lejanía; regaba las plantas y los árboles, cargaba fertilizante, y todo mientras cojeaba.
Seguía analizando a ese chico, cuyas ojeras daban miedo y hacían pensar que no dormía muy bien, cosa que era realidad, aunque ella no lo sabía. Solamente tenía curiosidad de verlo actuar, al final de todo iban en el mismo club.
Esa forma era la adecuada de acercarse a él, conocerlo, ayudarle con sus problemas. No es que ella quisiera tomar el control de buena samaritana, no lo era, simplemente deseaba hacer que una persona que sería cercana a ella sonriera.
Dicen que la tristeza se contagia más fácilmente que la alegría, y la realidad puede ser que sí, por eso mismo Lumine se daría a la tarea de alegrarle la vida a ese miserable.
Los temas de los que hablaban, sorpresivamente, eran parecidos, tenían el mismo dialecto, sin duda, por lo que acercarse sería más sencillo. Xiao, a pesar de que por fuera parecía un bruto, era de hecho una persona muy culta, faltándole algunos detalles que afilar en su conocimiento del teatro.
Ganyu los miraba con una pequeña sonrisa.
-¿Qué se traerá ella entre manos? –Se cuestionó, caminando a su salón para esperar a los dos muchachos.
Mientras hablaban por los pasillos, muchos se alejaban de Xiao por instinto, y es que ellos dos eran el centro de atención: uno por su espantoso porte, y la otra por su belleza. Era una pareja bien curiosa, si hay que precisar.
Lumine lo entendía como un incomprendido, realmente lo era, siendo una persona muy culta, realmente se podría hablar con él sin problemas, el único problema que sí le molestaba un poco era su forma de ser tan tosca y grosera la mayoría del tiempo
Ganyu, ya en receso, le comentó justamente sobre eso.
-Aprecio mucho lo que quieres hacer por él ya que es mi primo y no es una persona que en realidad tenga amigos...solo te habla a ti y a mí, como siempre está solo no sabe cómo tratar a los demás. –Explicó la muchacha de cabello blanco.
-Entiendo eso, ¿pero no es algo que viene desde casa? No creo que sus padres le permitan ser tan groseros con ellos.
-Hum...no te lo puedo decir ya que es algo personal de Xiao y no creo que le guste que los demás lo sepan. Sí te puedo decir que...las personas que lo criaron lo trataron muy mal. –La voz de Ganyu se convirtió en un hilo, sus ojos casi derramaban lágrimas. –Vivía como un animal encerrado, solo conoció el dolor, que lo maltrataran, el pobre no sabe lo que es el amor, el cariño...por eso es así.
Lumine sintió mucha intranquilidad de escuchar aquellas palabras. No creyó que el asunto de Xiao fuera tan serio, tan duro. No aspiraba a ser una salvadora, pero sí alguien que finalmente le vislumbrara un poco de alegría, como debía ser con cualquier persona, cualquier amigo o cualquier cercano.
No deseaba verlo sufrir, por ningún motivo.
De ahí mismo que ella fuera tan sonriente, tan radiante todo el tiempo, para intentar contagiarlo de esa alegría...algo que resultaba más o menos infructuoso.
-¿Por qué siempre estás tan enojado, Xiao? –Reclamó ella, enojada.
-¿Sigues insistiéndome con eso? No tengo razones para sonreír, eso es todo.
-No las necesitas. –Ella lo tomó del hombro. –Puedes sonreír sin necesidad de tener una razón. –Justamente, ella sonrió.
-A veces me pregunto por qué eres quieres increparme tantas cosas...no es que me moleste, pero no lo entiendo.
-Un poco de color no le viene mal a cualquiera... -Ella movió una mano a su barbilla. –De hecho...¿Cómo es que te verás maquillado? Es una duda que tengo. Seguramente así ya no darás tanto repelús. –Se mofó la chica, Xiao chasqueó la lengua.
Curiosamente, esa fue la primera vez que el mancebo se lo pensó de forma seria. No es casualidad que a los pocos días finalmente decidiera maquillarse por primera vez.
Indisputablemente, ella se había convertido en una pequeña lucecita en la vida de aquel negativo chico, finalmente lo hizo sonreír, y cuando pasó aquella cita, después de que le dio el beso, ella se fue campante a su casa, tomando el mismo transporte público que su hermano.
Se pensando en lo lindo que Xiao se había visto y portado. Ya no era el salvaje de antes, el tiempo lo hizo cambiar un poco. Claro que no sabía que Ganyu intervino en ese asunto, pero sin duda alguna, se hizo cuanto se pudo, y se hizo muy bien...a costa del sueño de la prima del miserable.
Mientras miraba por la ventana, recordaba los momentos donde él sonreía, algo que era deslumbrante si se tenía en cuenta el hecho de que era muy raro que eso sucediera. Cualquiera podía apostar que era más probable que el mundo fuera invadido por aliens a que él hiciera, así fuera, lo más alejado a una sonrisa.
Con todo ello, se logró, de forma sorpresiva, pero lo logró. Ya tenía un pequeño logro adjudicado a su pequeña misión de alegrarle la vida a ese que ya consideraba su amigo.
Por fin ya se sentía realizada, sabiendo que todavía quedaba mucho por hacer. Eso sí, percibió que el comportamiento de su compañero era "curioso" por decir lo menos. Algo había cambiado desde aquella vez que la miró actuar en ese primer ensayo, lo que no se terminaba de explicar del todo.
No se le pasaba por la mente, ni por equivocación, que Xiao estaba enamorado de ella, por eso mismo su conducta tan extraña y sospechosa a la vez. De todos modos, se sentía muy halagada, a Lumine desde siempre le gustó que alabaran su forma de actuar.
Igual seguía estando recelosa de Fischl por quitarle el papel de la mala en la obra...
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Ooookey, pues con un poco de atraso, pero ya salió el primer cap del tercer arco :D
Como pueden ver, aquí se centra en muchas cosas que pasaron en el arco de Xiao vistas desde la perspectiva de Lumine, y realmente no me detendré mucho a explicarlo, aunque también explicaré otras cosas, por ejemplo, el cómo conoció a Tartaglia, cosas así, eso me tomará unos tres o cuatro capítulos, ya luego seguirá lo que pasa a futuro.
Nos vemos el lunes, realmente ya tengo capítulos para un mes en el otro fic, pero aquí sí que tendré que apresurarme a escribir. El capítulo fue corto, pero hay un evento que quiero abarcar que sí me tomará todo un capítulo describir, se tratará del cumpleaños de Lumine :3
Siempre tuyo:
-Arturo.
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